Universidad de La Laguna
Pese a que en la
actualidad son muchas las personas que portan el apellido Marrero en los valles
de La Laguna, la documentación nos hace pensar que la difusión del mismo se
debe de manera fundamental a una única familia, cuyo rastro hemos seguido a
partir del padrón de 1900. Para realizar un análisis riguroso de los habitantes
de la zona a lo largo del siglo XIX los padrones municipales han sido nuestra
fuente, pero con el fin de entroncar esta familia a través de tiempos
pretéritos, nos hemos servido de los libros sacramentales de matrimonios y
nacimiento, de testamentos y cartas de dote. Esta documentación mostrará la
movilidad que este apellido tuvo hasta asentarse en los valles laguneros.
La Laguna 1888. Foto FEDAC |
Sin embargo, no es
motivo de este trabajo centrarnos en la prolífica descendencia que ha ido
dispersándose por los valles a lo largo del siglo XX, sino analizar las
familias de Marreros que habitaron la zona en el siglo anterior. Fueron
exclusivamente mujeres las que vinieron de puntos limítrofes para contraer
matrimonio y fijar su residencia de forma definitiva en Valle Jiménez, que será
el lugar en el que aparecerán inscritos todos los Marrero a lo largo de esta
centuria. Todas ellas tienen el mismo tronco y origen familiar que iremos
desgranando seguidamente hasta concluir en la cuna de este apellido en la isla
de Tenerife:
1. En el padrón de
1851 encontramos la primera mujer Marrero afincada en el referido término:
Casa 7.
Cristóbal Quintero, 40 años, casado.
Francisca Melián, 34 años, su mujer.
Hijo:
Juan, 16 años, soltero.
2. Será el padrón
de 1859 el que nos confirme el segundo apellido de Francisca Melián:
Casa 19.
Cristóbal Quintero Díaz, 49 años, casado.
Propietario
Francisca Melián Marrero, 42 años, su mujer.
Hijo:
Juan, 25 años, soltero.
Cristóbal Quintero
Díaz y Francisca Melián Marrero casaron en la parroquia de Nuestra Señora de
los Remedios de La Laguna en 1832. Allí se indica que la contrayente es hija de
Juan Melián y Antonia Marrero. Este matrimonio casó en 1803 en Taganana y en su
inscripción matrimonial se indica que Juan es natural de Valle Jiménez y que
Antonia Marrero procede de Taborno, donde viven sus padres Juan Francisco Marrero y
Francisca Afonso. A esta pareja nos referiremos posteriormente.
3. Junto a esta
familia encontramos una nueva Marrero en el padrón de 1860, Tomasa Marrero:
Casa 19.
Cristóbal Quintero Díaz, 49 años, casado.
Propietario
Francisca Melián Marrero, 42 años, su mujer.
Hijo:
Juan Quintero Melián, 26 años. Casado.
Tomasa Marrero, 22 años. Su mujer.
La suegra y la
nuera son primas hermanas, como indica la inscripción del enlace de Juan
Quintero Melián y Tomasa Marrero Pérez, celebrado en la parroquia de Nuestra
Señora de los Remedios de La Laguna en 1859, en la que se indica que Tomasa es
hija de Gregorio
Marrero Afonso y Rosa Pérez. Sobre ellos también volveremos
más adelante.
4. Serán estas dos
mujeres las únicas que figuran inscritas en Valle Jiménez hasta 1900. En el
padrón correspondiente a ese año tenemos los siguientes datos:
Casa 8.
Francisca Melián Marrero, 90 años, viuda. Cabeza de
familia. Propietaria.
Casa 30.
Tomasa Marrero Afonso, 60 años, viuda. Cabeza de
familia. Jornalera.
Testamento de Benito Marrero |
En este documento
que recoge el vecindario de los Valles en 1900, figuran ya afincados los
Marreros que son el origen de las posteriores generaciones que han habitado y
habitan estos lugares:
Casa 2.
Antonio Marrero Afonso, 49 años, casado. Cabeza de familia. Jornalero.
Juana Melián López, 40 años, su mujer.
Hijos:
Pedro
Marrero Melián, 9
años.
Nicasio Marrero Melián, 7 años.
Francisco Marrero Melián, 6 años.
Segundo Marrero Melián, 4 años.
Justo Marrero Melián, 3 años.
Una hermana del
cabeza de familia anterior había fijado ya su residencia en Valle Jiménez en
este momento y éstos son sus datos:
Casa 18
Francisco Melián López, 32 años, casado. Propietario.
Dolores Marrero Afonso, 40 años, su mujer.
Hijos:
Candelaria Melián Marrero, 5 años.
María Melián Marrero, 2 años.
Los Marrero Afonso
o Marrero González,
como ahora veremos- no llevaban mucho tiempo viviendo en la zona este año de
1900, si atendemos al hecho de que de ellos no hay información alguna en el
padrón de 1889. Tendremos que servirnos de otra fuente para sacar un dato que
nos ayude a aproximar en el tiempo el momento en que esta familia pasa a
residir en Valle Jiménez, los libros sacramentales de nacimiento. De este modo,
en la inscripción de bautismo de Francisco Marrero Melián
en la parroquia de Santo Domingo de La Laguna se lee que es hijo de Antonio Marrero y González
y Juana Melián López, casados en los Remedios y que sus abuelos paternos
son: Pedro Marrero y Doria y
Francisca González Pérez.
Antonio Marrero
Afonso y Dolores Marrero Afonso llevan el apellido de su
abuelo, el citado Gregorio
Marrero Afonso, porque, como indica la inscripción de Francisco Marrero Melián,
son, en realidad, Marrero González.
Tenemos poca
información de Pedro Marrero Doria y Francisca González Pérez, gente ésta que
vivía en las Montañas, como habitualmente se señalaba para referirse a los
pagos de El Batán, Taborno, Las Carboneras, etc. Sabemos, eso sí, que casaron
en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios de La Laguna en 1850. La
inscripción matrimonial nos permite conocer que Pedro Marrero Doria y Tomasa
Marrero Afonso (o Pérez), mencionada con anterioridad, son hermanos e hijos de
los dos matrimonios que contrajo Gregorio Marrero. Éste nació en 1789 en
Taborno y fue bautizado como Gregorio Antonio Marrero Afonso en la iglesia de
Nuestra Señora de las Nieves de Taganana. Residió en el mencionado lugar con
sus padres hasta 1814, año en que casa en la parroquia de Nuestra Señora de los
Remedios de La Laguna, con Francisca Antonia Doria, de la que era primo
segundo. Se traslada a Las Carboneras de donde era natural Francisca. Fallecida
ésta, contrae segundas nupcias con Rosa María Pérez, también en la misma
parroquia lagunera en 1828. El resto de su trayectoria vital tuvo lugar en el
citado pago de Las Carboneras.
Precisamente, la
documentación obtenida de Gregorio Marrero nos ofrece las siguientes pistas de
su familia: por sus matrimonios conocemos que es hermano de Antonia Marrero, a
la que habíamos hecho referencia más arriba, hijos ambos de Juan Francisco Marrero y
de Francisca Afonso y de su inscripción de bautismo sacamos el nombre de sus
abuelos, Juan Marrero y
Magdalena de Rojas.
Juan Marrero y
Magdalena de Rojas (o Vélez) casaron en Taganana en 1732. Su inscripción
matrimonial nos proporciona la filiación del contrayente como uno de los hijos
de la numerosa prole de Luis
Marrero y Antonia Delgado (o de Vera), matrimonio que vivía
en Las Carboneras. Esto lo confirma también el matrimonio que celebraron en
Taganana en 1701, donde se apunta que Luis Marrero era viudo.
P del Rosario (catedral). FEDAC |
Luis Marrero es hijo de Juan
Marrero y María Suárez, casados en la parroquia de Nuestra
Señora de los Remedios en 1662. Este Juan Marrero residió
en Las Carboneras, lugar a partir del que su vasta descendencia difundió
el apellido a los pagos limítrofes, como hemos venido señalando. Hizo testamento el día 23 de enero de 1686 y señala los
siguientes hijos habidos en su matrimonio con María Suárez[1]: María Suárez Marrero; Ana
Suárez; Juan Marrero;
Miguel; Sebastián; Pablo; Luis; Cristóbal; Domingo y Catalina (fol. 29v). Como él mismo dice en su testamento, adquirió numerosos
terrenos en El Batán y en Las Carboneras; otras propiedades, como una casa baja
en la Calle Fagundo
en La Laguna, las recibió en 1662 como parte de la dote que le correspondía a
su esposa (fol. 30); y de otras heredó una pedazo, como la casa de la Calle del
Trigo en La Laguna que heredó de Pablo Marrero, su padre, y que acabó comprando a su
hermano Cristóbal Marrero (fol. 31). Pero, además de eso, señala lo siguiente: Item tengo en los Batanes las tierras que me
tocaron por legítima de mis padres que son libres de tributo… (fol. 31).
Quiere esto decir
que sus padres residieron en la zona, hecho confirmado por Eff-Darwich Peña
cuando considera a Pablo
Marrero el primer Marrero en habitar “unas tierras onde diz los Batanes…”[2]. Pablo Marrero casó en
1618 con Juana Rodríguez en La Victoria, de donde era natural la contrayente. Este
matrimonio procreó tres hijos varones: Cristóbal Marrero, el primogénito y el
único que nació en La
Victoria. Casó con María de Sosa en la iglesia de Nuestra
Señora de Los Remedios de La Laguna; el citado Juan Marrero; y Gonzalo Marrero Hernández,
que casó en dos ocasiones, primero con la viuda Juana Rodríguez
en la parroquia de San Marcos de Tegueste y después
con María Perera
en la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios de La Laguna. Los hijos de
este matrimonio casaron en las dos parroquias laguneras.
Las siguientes
referencias nos permiten situar, en el tiempo y en el espacio, los antepasados
de Pablo Marrero,
aunque ninguno de ellos vivió en los valles laguneros a tenor de los datos que
manejamos, sino en Tegueste y La
Laguna. Es hijo de Benito Marrero y Juana Bautista, porque
así lo señala la memoria de testamento hecha por su padre el día 20 de octubre
de 1601. La carta dotal otorgada por los padres de Juana Bautista, Blas Núñez y
Leonor González, el día 2 de abril de 1578 nos indica la fecha aproximada de la boda. Benito declara
que de dicho matrimonio Hubimos y
procreamos por nuestros hijos legítimos y de legítimo matrimonio a Leonor,
Magdalena, Juan, Beatriz, María, Catalina, Francisco y Pablo (ff.
536v-537). Antes de él debieron fallecer otros los dos hijos primogénitos del
matrimonio, Sebastián y Andrés, pues su inscripción de bautismo se encuentra en
la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna, ambos en 1579.
Por último, Benito Marrero reconoce que es hijo
legítimo de Sebastián
Marrero y Magdalena Rodríguez (fol. 335v).
Sebastián Marrero
hizo dos testamentos: uno, el día 3 de agosto de 1558,
en el que declara que es hijo de Juan Martín Marrero y Beatriz Marrero y que,
encontrándose enfermo, pide que sus hijos, Beatriz, Juana y Benito, por ser
menores, queden bajo custodia de su esposa, Magdalena Rodríguez. El otro, el
día 9 de septiembre 1560, añade un hijo más: Sebastián. De sus padres, Juan Martín Marrero
y Beatriz Marrero,
hay mucha más información. Beatriz Marrero nació en Portugal y es, con casi
toda probabilidad, la hija mayor de Gil Marrero y Constanza Antonia. Casó en La
Laguna en 1514, puesto que su carta dotal otorgada por sus padres tiene fecha
de 12 de febrero de 1514. Su marido es el también portugués João Martins
Barreiro, que en su testamento, en 1543, firma como Juan Martín Marrero,
cuyo poder adquisitivo fue creciendo gracias a la compraventa de ganado y a la
agricultura, como puede comprobarse en los diversos protocolos de la época que
han sido publicados. A su muerte, poseían terrenos en diversos lugares de la
isla, como Tacoronte o Tegueste.
Beatriz falleció
en La Laguna en 1577 y dejó diez hijos, de los que sólo dos mujeres no casaron
y murieron sin sucesión. Sus padres, Gil Marreiro –castellanizado después
Marrero- y Constanza Antonia, pertenecen al numeroso grupo de pobladores portugueses, dedicados,
casi de manera general, a la agricultura y la artesanía, que llegan a Tenerife
hacia el año 1501. Carecemos de datos personales que nos permitan profundizar
un poco más en su vida antes de llegar a las Islas Canarias. Tendremos que
esperar, sin embargo, a su fallecimiento para saber, gracias a su testamento,
el nombre de su padre, Gil Marreiro, y otros dos datos importantes: su origen
portugués y su procedencia cuando partió para Tenerife.
Pensamos que la
llegada de la familia
Marrero a Tenerife tuvo lugar durante el año 1501, porque el
nombre de Gil Marrero aparece por primera vez registrado el día 18 de octubre
de 1503 en el libro I de las Datas Originales del Adelantado Alonso Fernández
de Lugo en referencia a unas tierras entregadas a él dos años atrás. En el
cuaderno número 12, 599-63, se conceden unas tierras a Gil Marrero:
Yo el Adelantado don
Alonso Fernández de Lugo, Adelantado de las yslas de Canaria, digo que por
quanto yo por virtud de los poderes que tengo de sus altezas, di en
repartimiento e por vezindad a vos Gil Marrero, vnas tierras que fueron de
Gonzalo, criado de Pedro de Benítez, puede aver dos años en Tacoronte, como
pareçerá por otro mi alualá, e por quanto vos el dicho Gil Marrero aveys
labrado e benefiçiado las dichas tierras, que mando a Guillén Castellano e a
Lope Hernández, repartidores, que vos den en las dichas tierras noventa
fanegas, e vos las señalen. E mando al escrivano que vos la asyente en el libro
del repartimiento. Fecho a xviii
de otubre de mi ivdiii
años. Que digo que vos den setenta hanegas de senbradura.- El Adelantado[3].
También se le
concedieron a Gil Marrero, como vecino de Tenerife, solares en La Laguna donde
fabricó su casa en la calle del Agua. Uno de estos solares fue utilizado en la
dote de su hija, Beatriz
Marrero, cuando contrajo matrimonio con João Martins
Barreiro. El matrimonio de Gil Marrero y Constanza Antonia se rompe con el
fallecimiento de ella en 1515, año en que nació su último hijo, Lorenzo. Sin
embargo, Gil no le sobrevive mucho tiempo, porque en la siguiente mención que
los escribanos hacen de su nombre se encuentra enfermo. En 1516, hace su primer
testamento, concretamente en 24 de febrero, y reconoce tener bienes en Castilla
y en la villa de la Raposeira, en Portugal, de donde admite ser natural.
Desconocemos cuál fue su estado de salud durante sus últimos años, sobre todo
si tenemos en cuenta que en 20 de septiembre de 1518 otorga su segundo
testamento estando enfermo:
Gil Marrero, ve., hace testamento por estar enfermo. Desea ser
sepultado en el monasterio de San Francisco de la villa de San Cristóbal, donde
está enterrada su mujer Constanza Antonia, difunta…Establece por sus albaceas y
testamentarios a Ruy Gómez, a Juan
Martín, su yerno, vs. …Nombra por herederos de sus bienes así
en Tenerife como en Portugal, por iguales partes, a Vicente, Beatriz Marrera,
Juan, Gonzalo, Gil y Lorenzo, sus hijos. Dice que es informado de que tiene un
hijo chiquito, de teta en una mujer que se dice el Ama, el cual no tiene por
cierto ser su hijo, pero por descargo de su conciencia, manda que le den a su
madre, para ayuda a criarlo, medio cahíz de trigo, y al niño una vaca de las
que al presente tiene; pero si el niño falleciera antes de cumplir 14 años, que
la vaca, crianzas y multiplicaciones de ella las hereden sus hijos por iguales
partes[4].
La llegada de
tantos emigrantes portugueses, en un número tan elevado o más que el español,
no perseguía aventura ni conquista, sino la búsqueda de nuevas tierras en las
que seguir ejerciendo sus labores tradicionales. En este marco debe encuadrarse
la familia Marrero
a la que hemos dedicado las líneas anteriores.
NOTAS
[1] María es la
hija mayor del matrimonio formado por Juan Quintero y Tomasa Marrero. Por el
padrón de 1875 conocemos el nombre de los hijos habidos hasta el momento:
María, 14 años; Cristóbal, 11 años; Gregorio, 5 años; Francisco, 3 años; Juan,
1 año.
[1] María Suárez casó en segundas nupcias en 1690 en la
parroquia de Nuestra Señora de Los Remedios.
[2] Vid. A. I. Eff-Darwich Peña, 500 años de historia del pago de Los Batanes, La Laguna 2005, p.
96.
[3] E. Serra Ráfols, Las
datas de Tenerife. Libros I a
IV de datas originales. Fontes Rerum Canariarum XXI. Libro I de
datas originales, Cuaderno 12º, La Laguna, 1978, p.130.
[4] Fol. 433r.- Leg. 595. Vid. M. Padrón Mesa, Protocolos de Juan Márquez (1518-1521), Iª
Parte, La Laguna, 1993, pp.77-78.