JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
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Escultura de F. Guanarteme (Borges Linares) y escudo heráldico de la Ciudad de Gáldar
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Estudio
sinóptico: aproximaciones a una dinastía aborigen
Se revindica por muchas familias descender de Don Fernando de Guanarteme
y por esta razón se han demandado a especialistas, casi hasta nuestros días,
árboles genealógicos que de línea colateral queden satisfechas estas
pretensiones que en muchos casos parecen ciertas. Ya nosotros en uno de
nuestros trabajos, pendiente de publicación (Rodríguez,
J.M. 2023),
reseñábamos: D. Fernando de Guanarteme tuvo una única hija, Dña. Margarita
Fernández Guanarteme, que casó con Miguel de Trejo y Carvajal que, aunque
tratado de conquistador, su asentamiento en Gran Canaria fue posterior a la
conquista de la isla (Bonnet Suárez, 1960
y Cebrián Latasa, 2003)
La descendencia de este matrimonio dio sangre de los Guanarteme a varias
familias canarias, sin contar las ramas colaterales de su sobrina Dña. Catalina
de Guzmán (infanta Masequera), Dña. Luisa de Betancor (Tenesoya Vidina [también
sobrina]), etc. (González-Sosa, P. 2006),
esta sería la más explícita y sencilla en la línea sucesoria que en principio
recogemos según los autores históricamente reconocidos: distintos troncos del
árbol que enorgullecen a muchos apellidos extendidos a todas las islas, y es en
la actualidad patrimonio histórico de todos los canarios. Sin embargo, tanto la descendencia de Don
Fernando como la de su cercana parentela, en lo que concierne a la sucesión
colateral coetánea, está sembrada de dudas, imprecisiones y contradicciones
dentro de distintos historiadores y que pretendemos, con mucha prudencia, relacionarlos
basándonos en los principales trabajos que en la actualidad han puesto al día
estos aspectos genealógicos. Como principio retrotraernos a la ascendencia de
Don Fernando en sus orígenes más remotos que nos puedan ofrecer la
historiografía que documentalmente nos
ofrece las distintas crónicas y no queremos tergiversar un ápice de lo que nos
cuentan tantos los autores clásicos como los más actuales, con nuevas
transcripciones de documento apócrifo hasta el momento que arrojan luz a esta sucesión, así como interpretaciones
genealógicas que expondremos con bases de fuentes impresas provenientes de genealogistas
con solvencia, en trabajos dispersos que damos por válidos y que aclararemos
documentalmente, también abundar en la
cuestión cuasi mitológica que la sabia tradición nos concede y las recogida en
diferentes anales. En último término, consideraremos mientras recopilemos los
datos fehacientes tanto de la ascendencia como descendencia de Don Fernando, a
aquellas familias que la revindica y quizás nos falte todos aquellos posibles
troncos que lo demandan pero no por omisión sino por desconocimiento, ni tampoco
por falta de ser investigadas, cuestión muy ardua, pues tenemos que considerar
que este árbol se extienden con frondosas ramas a un gran sector de habitantes
de las Islas Canarias, sobre todo a las Orientales; como se ha podido demostrar en numerosas
ocasiones de manera estadística como sencillamente contrastar numerosos
apellidos provenientes de las diversas líneas, pero esto daría para otro trabajo,
y contando con todas aquellas fuentes
que podemos disponer en un tiempo que
consideramos finito, aportadas por genealogistas e historiadores de prestigio. En
primer lugar tomaremos las que se encuentren todas las posibles editadas en la actualidad,
que significa impresas, y tomaremos como siempre el magistral Nobiliario de Canarias (Fernández de
Bethencourt, F. 1952, 1954,
1959, 1967),
como una fuente viva que nos marca muchas posibilidades en esta tarea
complicada que trataremos de simplificar con las noticias más cercanas, sin
menosprecio de otras que también podrían hacerse valer como auténticas y legítimas,
así mismo dejar constancia de personajes del acervo aborigen de Canarias, en
concreto Gran Canaria, si bien también existen descendencia en Tenerife a donde
también se extiende el largo brazo de
los Guanarteme (Rosa Olivera, L.
de la, 1978);
toma un gran protagonismo aquellas actas de escribanías relativas a herencias o
información de nobleza, nacimientos o decesos encontradas que confirman
vínculos familiares (Anónimo: Pérez Herrero, E. 2010), que en la era moderna han aportado y aclarado cuestiones que eran
dudosa y que algunas encontradas han sido puestas de relieve en este trabajo, que
como se comprenderá todavía se trata de un campo abierto al estudio y a nuevas interpretaciones. No es nuestra intención remedar de nuevo la
Historia de Canarias, con nuevas aportaciones en lo que atañe al mundo aborigen
y su entronque con los Conquistadores, sino enlazar genealógicamente a Don
Fernando de Guanarteme. Por último, quizás la tradición oral perdida con los
últimos aborígenes que sobrevivieron con sus costumbres y recuerdos transmitían
la genealogía de sus ascendientes y de la que procedían aquellos Guanarteme o “hijo de
Artemi” (Egea Molina, E. 2021)
que fueron sus reyes, era tradición de los pueblos primitivos de transmitir oralmente
generaciones siendo capaces de enhebrar estos ancestros hasta épocas remotas. Rememoramos
tales tradiciones quizás como recuerdo lúdico la novela “Raíces” de Alex
Haley (seriada
en la pantalla de TV con el mismo nombre: aparecen en los últimos minutos del final
y como imágenes ilustrativas, el autor junto a fotos de antepasados cercanos que
lo conectan a nueve generaciones anteriores). Según Haley, el personaje
central Kunta Kinte está basado en uno de sus antepasados: un gambiano que nació en
1750 fue esclavizado y llevado a Estados Unidos donde murió en 1810. Haley dijo
que su relato de la vida de Kunta en "Raíces" era una mezcla de
hechos y ficción. La medida en que Kunta Kinte se basa en hechos reales es
controvertida, pero es un antecedente de la conservación de la tradición oral
entre diversos pueblos de África y la complejidad de investigarlo, y localizar
a aquellas personas especie de notarios transmisores de genealogía de manera oral entre los que se contaban
indudablemente el pueblo amazigh, persona libre o noble,
del Atlas (Fernández Guerrero, 2021),
de donde se supone que eran originarios nuestros aborígenes canarios.