RICARDO J. VALERIANO RODRÍGUEZ
Ponencia presentada en el IX ENCUENTRO DE GENEALOGÍA GRAN CANARIA, organizado por Genealogías Canarias y la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria, el 15 de noviembre de 2022.
1. INTRODUCCIÓN
Origen de la población actual de la isla de La Gomera
- La población aborigen
A pesar de que las crueles represalias que sufrieron los gomeros por la muerte del conde Hernán Peraza en 1488 debió afectar profundamente a la demografía del bando aborigen, lo cierto es en un siglo después de estos trágicos sucesos, a finales del siglo XVI, todavía había en La Gomera familias indígenas, sin mezcla con europeos, que conservarían la mayor parte de sus costumbres y seguramente incluso hasta el idioma gomero prehispánico, reducido ya por entonces al uso puramente doméstico y familiar, tal como se desprende de lo que el ingeniero italiano Leonardo Torriani escribió en 1588 al visitar la isla: «Eran muy melancólicos. Cantaban versos de lamentación, de ocho, nueve y diez sílabas, y con tanta tristeza, que lloraban ellos mismos, como se ve que todavía hoy los que descienden de los últimos habitantes»[1]
Torre del Conde. S. Sebastián de La Gomera |
Como veremos, uno de los escasísimos apellidos de origen prehispánico que subsisten en el archipiélago canario es precisamente el apellido gomero Chinea, originario de Valle Gran Rey.
- Los españoles
Como es lógico, hay muchas familias gomeras que proceden de la España peninsular, aunque, la práctica inexistencia de documentación conservada relativa a los siglos XV y XVI nos impide determinar, en muchos casos, la exacta procedencia peninsular de los diversos linajes gomeros que tienen este origen o, incluso, si todos los del mismo apellido en La Gomera proceden del mismo lugar, o si, tal como sospechamos para algunos apellidos como el Castilla, todos los que ostentan este apellido en La Gomera proceden de un mismo linaje castellano y si otros apellidos serían, por el contrario, descendientes de aborígenes gomeros que adoptaron dicho apellido en el momento de su bautismo por ser el que ostentaban sus padrinos pobladores españoles. Así, parecen proceder de la España peninsular familias gomeras como los Arteaga o Darias, mientras que en otros casos tenemos certeza de dicho origen en la España peninsular (los Alfaya gallegos, los Sanz valencianos, los Echevarría vasco-navarros…).
- Los portugueses
La influencia portuguesa en La Gomera fue muy importante durante los siglos XV y XVI, habiendo estado zonas de la isla a lo largo del siglo XV bajo la influencia directa de los portugueses en su pugna, con los castellanos, por hacerse con el control político-militar sobre esta isla. Se dice, incluso, que una de las edificaciones cristianas más antiguas de La Gomera, la ermita de Santa Lucía en el caserío de Tazo (Vallehermoso), fue edificada por los portugueses a lo largo de la centuria del XV. De origen portugués son apellidos gomeros como Abreu, Barroso, Brito, Chávez, Coello, Dorta o Padrón, mientras que también la toponimia de la isla refleja dicha influencia portuguesa (lugares como Los Loros en Vallehermoso, Los Aceviños en Hermigua).
- Franceses e ingleses
Existen en la isla apellidos de origen normando, al igual que en el resto de las islas, como Marichal, Bethencourt, Melián o Perdomo (traídos por los conquistadores normandos a principios del siglo XV).
El importante puerto natural de San Sebastián de La Gomera, atrajo a uno de los pocos pobladores más allá de Los Pirineos, como fue el caso del francés Juan París, el cual contrajo dos matrimonios en San Sebastián de La Gomera o el caso de Rafaela Feveles Quintero (hija de un inglés de la ciudad de Nottingham) que casó con Domingo Casañas Alayón en 1794[2].
- Los esclavos
La institución de la esclavitud está presente en La Gomera desde la misma llegada de los europeos en el siglo XV, los cuales sometieron a cautiverios a muchos aborígenes gomeros vendiéndolos en el resto de las islas y Andalucía. Sin embargo, a partir del siglo XVI la esclavitud de población aborigen gomera debió desaparecer iniciándose la de esclavos negros y moriscos africanos hasta el siglo XVIII, si bien hasta mediados del siglo XIX seguía habiendo esclavos en esta isla, aunque ya se trataba de una esclavitud en decadencia, finalizada con la ley abolicionista de 1880. Así sabemos que, en 1859 Rafael Méndez, hijo natural de María del Carmen, esclava cuyo amo era el presbítero don Ignacio Méndez, contrajo matrimonio en la parroquia de Chipude con María Josefa Florentino[3].
Sin embargo, la población esclava en La Gomera siempre fue muy reducida y destinada a un uso mayoritariamente doméstico y agrícola, no pasando, en su época de mayor esplendor a mediados del siglo XVIII, de un centenar de individuos en toda la isla, principalmente concentrados en el fértil valle norteño de Hermigua.