Don
José Victoriano González Ramírez, nacido en la villa mariana de Teror
(Gran Canaria), el 18 de abril de 1730, recibió las aguas cristianas del
bautismo en la parroquia de Nuestra Señora del Pino, el día 25 siguiente.
Como
ya era costumbre vieja en la familia, don José Victoriano vivió dedicado a la
agricultura y a las faenas propias de la labranza en sus tierras de Teror. Su
hacienda estaba plantada de variados árboles frutales que alcanzaron notable
fama en la comarca, como de igual modo lo ha de constituir su numero de reses
de buena raza.
En
la iglesia de Teror celebró distinguido matrimonio, el 1º de febrero de 1756, con
la acaudalada doncella doña Francisca
Domínguez del Rio y González, natural de la villa, e hija del capitán don
Juan Manuel Domínguez
del Rio y Suárez Falcón y de doña Sebastiana González Pérez
de Quintana, ambos conyugues de las primeras familias de la localidad del
enlace procedieron seis hijos, el tercero de ellos y el mayor de los
varones don Jerónimo Tomás Vicente González Domínguez
del Rio, que sigue la línea.
Don Jerónimo Tomás Vicente González del Rio, nacido en la villa mariana de Teror, el 20 de enero de 1760, fue bautizado en la pila parroquial de la matriz cuatro días más tarde, actuando de padrino su tío materno don Antonio Domínguez del Rio.
Don Jerónimo Tomás Vicente González del Rio, nacido en la villa mariana de Teror, el 20 de enero de 1760, fue bautizado en la pila parroquial de la matriz cuatro días más tarde, actuando de padrino su tío materno don Antonio Domínguez del Rio.
Don
Jerónimo decidió avecindarse en la antigua localidad de sus mayores, en donde
aun debieron seguir conservando las propiedades concedidas en el repartimiento
de Firgas (Gran Canaria), ciento cincuenta años antes. En este lugar, residió
dedicado a la labranza de su hacienda.
En
la iglesia parroquial de san Juan Bautista de Arucas (Gran Canaria), celebró
consorcio nupcial, el 20 de noviembre de 1781, con doña Rosa Rodríguez Henríquez, hija de don
Francisco RodrÍguez de Almeida, natural de Moya, y de doña Juana Rodríguez Marrero,
que lo era de la villa norteña.
Fueron
sus hijos:
1.
Fray José Antonio González Rodríguez,
nacido en Firgas el 3 de noviembre de 1782, abrazó la carrera de la iglesia,
rigió el priorato del convento de san Juan de Ortega de Firgas, hasta su
muerte que fue a muy avanzada edad.
2. Doña Isabel María de la Concepción González Rodríguez, nacida el 5 de noviembre de 1784.
2. Doña Isabel María de la Concepción González Rodríguez, nacida el 5 de noviembre de 1784.
3.
Don Juan Gabriel de san Silvestre González Rodríguez, nacido el 31 de diciembre de 1786, fue bautizado el 3 de enero
del año siguiente, dedicado a las faenas agrícolas, casó en san Juan Bautista
de Arucas, el 13 de febrero de 1809, con doña María de los Dolores
Ponce de León y Acosta, hija de don Francisco Ponce de León Marrero y de
doña Isabel de Acosta Henríquez, de distinguidas familias de la localidad. Del
matrimonio nacieron diez hijos.
4.
Don Francisco Antonio de los Dolores González Rodríguez, nacido en la
localidad de Firgas, el 15 de abril de 1791, recibió las aguas bautismales en la
iglesia de san Juan Bautista de Arucas, dos días mas tarde, siendo agricultor
acomodado del pago firguense, en 1827, fue nombrado alcalde real del municipio,
cargo que ostentó durante varios años por ser sucesivamente reelegido.
En la iglesia parroquial de san Juan Bautista de la villa de Arucas celebró consorcio matrimonial, el 2 de mayo de 1816, con doña María Teresa Castellano de Matos, hija de don Juan Castellano Henríquez y de su segunda esposa doña Luisa de Matos y Ayala, doña María Teresa falleció a los setenta y seis años de edad, el 16 de noviembre de 1872.
En la iglesia parroquial de san Juan Bautista de la villa de Arucas celebró consorcio matrimonial, el 2 de mayo de 1816, con doña María Teresa Castellano de Matos, hija de don Juan Castellano Henríquez y de su segunda esposa doña Luisa de Matos y Ayala, doña María Teresa falleció a los setenta y seis años de edad, el 16 de noviembre de 1872.
Fueron
sus hijos:
a) Don
Bruno José de Santa Fe González Castellano,
nacido en Arucas el 6 de octubre de 1822, fue bautizado en su iglesia
parroquial, siete días más tarde.
La personalidad social de don Bruno González llena todo un denso capítulo, no solo en la historia local de la ciudad de Arucas, sino aun en las páginas de la isla de Gran Canaria. Su emprendedora y entusiasta visión para los negocios de la tierra le hicieron colocarse a la cabeza de la productividad de la comarca norteña. En Arucas, junto con los Gourie, figuró siempre como principalísimo vecino.
La personalidad social de don Bruno González llena todo un denso capítulo, no solo en la historia local de la ciudad de Arucas, sino aun en las páginas de la isla de Gran Canaria. Su emprendedora y entusiasta visión para los negocios de la tierra le hicieron colocarse a la cabeza de la productividad de la comarca norteña. En Arucas, junto con los Gourie, figuró siempre como principalísimo vecino.
Vendidos los bienes del mayorazgo, la ermita de san Pedro quedó a partes iguales en poder de don Bruno González Castellano y don Alfonso Gourie Alvarez-Conde.
D. Bruno, había contraído matrimonio en la iglesia de Santa María
de Guía, el 9 de noviembre de 1865, con doña Saturnina Fernández del Campo y Medina, nacida en esta villa en
1823. Don Bruno falleció en su hacienda de las Hoyas, el 17 de abril de 1883.
Del matrimonio solo nacieron dos hijos, de los cuales solo una hija
sobrevivivió.
I) doña María del Rosario González y Fernández del Campo, nacida en
Arucas en 1866, celebró matrimonio con don Ramón
Madán y Uriondo, creado marqués de Arucas. los esposos no alcalzaron
descendencia, doña Rosario falleció en 1916, siendo su esposo su heredero. La
dignidad marquesal pasó a la sobrina de don Ramón, doña María del Carmen Fernández del
Campo y Madán
b. Doña Rafaela María de
San Félix González Castellano, nacida en Arucas el 19 de noviembre de 1824,
recibió en san Juan Bautista las aguas del bautismo, y en el mismo templo
celebró enlace matrimonial, el 15 de mayo de 1848, con don Juan
Rivero Bolaños, natural de santa María de Guía, hijo de
don José Rivero Mederos y doña Juana
Bolaños Galindo, naturales y vecinos de la villa de Guía.
Sus hijos:
I. Domingo Rivero González,
que nació en Arucas el 23 de marzo de 1852, y fue bautizado el día 28
siguiente. A los once años, reside en Las Palmas y estudia, entre los años 1864 y 1870, en el afamado
colegio de san Agustín, donde se educaron el insigne Benito Pérez Galdós y
otros notables patricios de las letras canarias, terminado marcha al extranjero
con su madre y ya en el año 1870, se encuentra en París; tiene entonces, 18
años de edad. De regreso a España, en Sevilla, estudia la carrera de derecho,
que culmina por título expedido el 21 de
marzo de 1881 por el Ministerio de Fomento, tres años mas tarde regresa
definitivamente a Las Palmas y es nombrado registrador de la propiedad,
habiendo alcanzado posteriormente la secretaria de gobierno de la Audiencia
territorial de Canarias.
Celebró matrimonio en la parroquia de san Francisco de Asís de
Las Palmas, el 9 de febrero de 1885, con doña María de las Nieves del Castillo-Olivares y Fierro, nacida el 3 de
abril de 1842, hija de don Fernando del Castillo-Olivares y Falcón y de doña
María Josefa Fierro y Van de Walle, naturales de Las Palmas y de Santa
Cruz de la Palma, respectivamente
En la
calle Torres, falleció el poeta el 8 de septiembre de 1929, y
su viuda el 20 de abril de 1945, de su extensa obra poética existe un estudio
realizado por don Jorge
Rodríguez Padrón.
Su hija
a) Doña María Teresa
Rivero del Castillo-Olivares, que nació el 4 de abril de 1899, y verificó
consorcio matrimonial, el 15 de marzo de 1940, con don Fernando del Castillo y del Castillo, séptimo conde de la Vega Grande de Guadalupe
desde 1943, en el que sucedió a su tía doña Ana, como hijo primogénito de don
Pedro Agustín del Castillo y Manrique de Lara, sin haber alcanzado descendencia
de su enlace, a su muerte heredó la dignidad condal su hermano don Alejandro
del Castillo
c. Don Manuel Domingo González Castellano,
nacido en la villa de Arucas el 25 de diciembre de 1829, recibió las aguas
cristianas el 1º de enero del año inmediato. Se estableció en la ciudad de Las
Palmas en 1853, según reflejan las matriculas del padrón municipal del ayuntamiento capitalino, inicialmente
en la calle de los Canónigos numero 38, hoy López Botas, en donde residió y
luego a los pocos años se fue a vivir a la calle de la Peregrina. A don
Manuel se le distinguió siempre en la documentación de la época como acomodado
propietario, el 28 de mayo de 1861 y segunda vez casó el joven viudo con doña Isabel Díaz de Aguilar, hija de don Sebastián Díaz Romero,
relator de la Real Audiencia
de Canarias, y de doña Isabel María de Aguilar y Ximenez-Pimienta, naturales
respectivamente de Las Palmas y del Puerto de la Orotava.
Sus hijos:
I) Don Francisco Manuel González Díaz,
nacido en la calle de la Peregrina el 4 de diciembre de 1866, fue bautizado en
la parroquia vecina de san Francisco de Asís el día 12 inmediato.
La vasta personalidad de este gran literato canario le coloca a
la cabeza de la ilustración patricia de nuestras glorias insulares de finales
del XIX y principios del siglo XX. Fue uno de los más brillantes periodistas,
oradores, activistas de campañas sociales con una importante visión de futuro que
han pasado por nuestras páginas históricas.
Una constante preocupación del ilustre patricio canario fue la
defensa doctrinal que dirigía a sus compatriotas y la lucha con desinterés
absoluto por el bien de su patria chica, sosteniendo perseverantes campañas en
pro de la repoblación forestal de las islas -conocido como Apóstol del Árbol-
del fomento de la enseñanza, del turismo, de la purificación del ambiente
político y de la restauración de las tradiciones regionales, durante casi toda
su vida estuvo sin descanso con la pluma en la mano y la palabra en los labios
para predicar verdades y doctrinas, sin que el pesimismo invadiera su alma.
Entre sus obras publicadas más conocidas se encuentran los siguientes títulos: Árboles,
A través de Tenerife, Cultura y Turismo, Niños y Árboles, Especies, El viaje de
la vida, Un canario en Cuba, que publicó en la Habana en 1916, la Gran Guerra y Luchando con las olas, cuyo prólogo
escribió don Jacinto Benavente.
Los últimos años de su vida los pasó en la villa de Teror, cuna
que en otros tiempos había sido de sus antepasados y en aquella paradisíaca paz, dicen sus biógrafos se asomaba a la terraza
del hotel Royal para admirar la puesta del sol, más allá del valle profundo,
del ruido de las acequias y de los bajos cañaverales, en Teror plantó con sus
propias manos los pinos que bordean la calle que lleva su nombre, la férrea
soledad de su inteligencia llevó al vate isleño buscar trágica muerte, falleció
soltero en la villa mariana en 1944.
II)
Don Rafael Bruno Eladio González Díaz,
nació el 18 de abril de 1869 en la ciudad de Las Palmas, en la calle de La Peregrina. Los
primeros años de su vida transcurrieron en Gran Canaria, desde donde marchó al
extranjero, concretamente a Alemania para cursar sus estudios. A su regreso, contrajo
matrimonio su ciudad, en la Iglesia de San Francisco, el 7 de junio de 1894 con
dña. María de los Dolores Vernetta y Comminges, nacida el 13 de mayo de
1874 en dicha ciudad, y posteriormente trasladó su residencia a la finca de la
Marzaga en Tenerife.
D.
Rafael fue todo un visionario para su época, inteligente y avispado hombre de
negocios que supo hacer fortuna. Estableció el centro de su actividad agrícola
en los terrenos que adquirió en La Punta del Hidalgo, Tenerife, donde aún hoy
se encuentran los antiguos pabellones para el empaquetado de frutos y los
vestigios de la fábrica azucarera “El Rosario”, propiedad de los herederos de
María Teresa
González Vernetta. La “Ilustración
Universal” apuntaba en una entrevista que D. Rafael era «uno de esos
hombres cuya laboriosidad e inteligencia hacen fomentar y progresar el lugar en
que se encuentran», y añadía que «el éxito había coronado sus trabajos». A D.
Rafael se debe, en gran medida, la llegada de la modernidad a la Punta del
Hidalgo, quien «con sólo el elemento de su voluntad y fe, ha sabido transformar
una comarca, convirtiéndola de lugar estéril y sórdido, guarida de la pobreza y
la miseria, en feraces tierras que expanden el bienestar y la vida».
Ejerció
también como industrial hotelero, siendo uno de los propietarios del Hotel
Santa Brígida y Continental de Las Palmas. La “Enciclopedia Canarias” de F. Campomar de Ávila,
lo calificó en su momento de «eminente figura social y comercial», como uno de
los principales exportadores de frutos y cosecheros de Tenerife, junto a D.
Sixto M. Machado, D. Martín
Rodríguez y Díaz-Llanos, D. Adolfo González, su
yerno D. Felipe C. Machado y D. Manuel Cruz Delgado.
Su
hermano, el ilustre escritor Francisco González Díaz, en su libro “A través de Tenerife” le dedicó unas palabras de
elogio:
«Llegó un día un hombre de
voluntad fuerte, de mirada certera y aguda, de grandes energías combativas, vio
claras las posibilidades del futuro, un futuro próximo y todo cambió bajo su
impulso, bajo su dirección: Las tierras fueron bonificadas y puestas en
capacidad de producir; se cubrieron de la verdura de los cultivos. Surgieron
plantaciones de caña dulce, plataneras, tomatales, campos de patatas, cuadrados
de leguminosas, donde antaño imperaba la aridez y la «non curranza»… Hízose una
carretera asegurándose la comunicación de la zona con los centros consumidores
y los puertos de embarque. Se alzó la vasta fábrica de un trapiche y las faenas
de la molienda ocuparon a muchísimos comarcanos que anteriormente se morían de
hambre… Un hombre, en fin, del cual no puedo decir lo que pienso ni lo que
siento libremente, pero tampoco podía silenciar la maravilla de la tierra
despertada y avivada al vuelo de sus pasos vencedores… El Hidalgo de La Punta
del Hidalgo…»
Falleció
Rafael González Díaz,
en Santa Cruz de Tenerife, el 11 de marzo de 1950 y recibió sepultura en el
cementerio de Santa Lastenia de dicha capital, dejando un verdadero recuerdo de
hombre generoso y emprendedor. Su mujer, Dolores Vernetta, había fallecido en
la misma ciudad en 1939.
El
matrimonio tuvo cinco hijos:
a)
Elisa González Vernetta,
que contrajo nupcias con Felipe C.
Machado Pérez
b) Manuel González Vernetta,
que contrajo matrimonio con Eulalia
Machado y del Hoyo-Solórzano.
c) Dolores González Vernetta, que casó
con Félix Navarro Nieto.
d) Rafael González Vernetta,
que casó con Pilar Romero de Béthencourt.
d)
María Teresa González Vernetta,
que contrajo nupcias con Alberto
Beautell Horn.
CONTINUARÁ
CONTINUARÁ
Todos
con descendencia.
FUENTES
- Archivo diocesano de la diocesis de Canarias. Libros sacramentales.
- Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.
- Rodríguez Díaz de Quintana, M. Familias González, Suárez, Hernández y Guerra de Arucas, 3 tomos. Archivo El Museo Canario.
FUENTES
- Archivo diocesano de la diocesis de Canarias. Libros sacramentales.
- Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.
- Rodríguez Díaz de Quintana, M. Familias González, Suárez, Hernández y Guerra de Arucas, 3 tomos. Archivo El Museo Canario.