CAMILO JOAQUÍN BARROCAL DÍAZ-FLORES
VIDA FAMILIAR. LOS INICIOS
A. DÍAZ-FLORES CARTAYA. M.G. Mendez 1868 |
Antonio
Carlos Díaz–Flores Cartaya nació en Fasnia el 3 de noviembre y se bautizó el 4
de noviembre de 1809 en Güimar en la iglesia de Santiago Apóstol. Hijo de
Antonio Díaz–Flores y Díaz y Rosa María Cartaya Hernández. Su abuelo fue José
Díaz–Flores, primer alcalde de Fasnia, y, posteriormente, también lo fue su
padre Antonio Díaz–Flores y Díaz. Murió en Santa Cruz a las 10 de la mañana del
3 de marzo de 1878.
Desempeñó
el empleo de sargento de milicias provinciales de Güimar.
Con 23
años deja su modesto empleo y emigra a Venezuela hacia 1833 donde también se
había desplazado su padre, y anteriormente un tío y varios primos.
Estaba
muy bien relacionado con personalidades influyentes y con importante potencial
económico de emigrantes de origen canario en Venezuela (los hermanos Cocho, los
Iriarte, Matías Sopranos, Marcos Rivas, Juan Perdomo, Bethencourt, Fernando
Key, Tomas Muñoz), también por sus primos y su tío, que tenían relación con
ese, llamemos, lobbie canario. Tal vez por ello y quizá a través de ellos,
consiguió una relación directa con el gobierno venezolano, que le llevó a
tener negocios y asuntos, también de tipo financiero que fue una de sus
principales actividades, con transacciones entre Venezuela y Canarias.
Regresa
a su tierra hacia 1845 después de lograr amasar una gran fortuna producto de
todos los negocios que emprendió allí. Fortuna que trae a Tenerife,
dicen que reculando un barco, probablemente desde el puerto venezolano
de La Guaira, para cargarlo con sus pertenencias.
Es
curiosa la historia que cuenta que trajo todo su capital o gran parte de él en
monedas de oro fundidas que convirtió y dio la forma de clavos, para
camuflarlas, con objeto de que no se descubrieran dentro de un cargamento de
maderas de gran valor comercial intrínseco, principalmente caoba, que comercializó
en Canarias. En la actualidad hay muebles en la familia de la caoba que
trajo de Venezuela, y que, aparte de vender en su mayoría, aprovechó para
decorar las casas que compró en La Orotava, La Laguna, Puerto de la Cruz, Santa
Cruz, etc.
Escribe
una carta a su madre desde Venezuela renunciando a la legítima de la herencia
que le correspondía, tanto de su madre como de su padre, porque ya en ese
momento disponía de un considerable “caudal” y dijo que su parte la repartiese
entre sus hermanos.
ANTONIA VERA ESPINOSA. Mendez 1868 |
Se
casa en Santa Cruz de Tenerife con Antonia de Vera y Espinosa el 2 de febrero
de 1850. Tiene tres hijos, Amelia, Antonio y Gonzalo DÍAZ-FLORES de Vera.
Era el
2º mayor contribuyente de Güimar por rústica y pecuaria en el periodo 1874-75,
con 1.982,50 ptas. (1.907,50 por rústica y 75 por urbana), justo después de
Cándido Rodríguez
García y por encima de Isabel Castro Baulén, F. Delgado
Trinidad, el Marqués de la
Quinta Roja, el Conde de Sietefuentes (Buenavista), el
Marqués de la Florida, etc. Era en el conjunto de todos los obligados a pagar
al fisco, el veintidós mayor contribuyente de toda Canarias.
En
Tenerife se dedica al cultivo y elaboración del tinte producido por la
cochinilla para la exportación a todos los mercados, especialmente a la
industria textil inglesa, acaparando Canarias en esa época el 90% del comercio
mundial, sobretodo hacia Inglaterra, inmediatamente antes de la llegada de las
anilinas que sustituyó a la cochinilla como tinte utilizado en la industria
textil. También desarrolla técnicas para el transporte marítimo y también por carretera.
Compra
fincas y participa en las subastas de la desamortización de Madoz donde
adquiere al menos por este sistema y que esté documentado, fincas, como una
hacienda rústica en La Orotava, en el año 1866, de 9 Ha del clero regular por
3.100 r.v. una casa terrera (¿?) en c/ Chorrillo, 6 en Vilaflor de 25 m2 por 60 r.v., el
30/10/1866, del clero secular, y otras, hasta llegar a un total de 31.600
reales de vellón.
En la
década de 1850 comienza la construcción de su casa residencial que llama “La
Magnolia”, conocida hoy como casa “DÍAZ-FLORES” (antiguo ayuntamiento que se
quemó en 1841 y, que anteriormente, fuera colegio de los jesuitas) con 1.300 m2 construidos en
dos plantas de 650 m2
c/u, y amplios jardines de unos 2.500 m2 y una finca anexa, situada en la calle Colegio,1 en
la Orotava, en la parte más noble de la ciudad, y considerada hoy “Bien de
Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico” dentro del patrimonio
histórico de Tenerife, donde dice: “en cuyo solar se levantó un gran prisma con
amplios jardines traseros y regido por los cánones del clasicismo romántico del
siglo XIX” (Decreto 22/2005, de 22 de febrero, del Gobierno de Canarias).
En 1862
la alquila a José Govéa Arbelo para reconvertirse en una especie de hotel, La
Govéa, muy visitada por el incipiente turismo inglés de lujo de esa época. En
1867 se alojó el General laureado Serrano en su destierro en Canarias (amante
de la reina Isabel II
y el de la calle del barrio Salamanca de Madrid). Se alojó también la pintora Marianne North,
una de las mejores y más cotizadas pintoras naturalistas, durante su estancia
en La Orotava, en enero de 1875, probablemente en la misma habitación que lo
hicieron los Burton.
Richard
Burton fue un aventurero que participó en el descubrimiento del nacimiento del
Nilo. Más tarde en 1888, se llamaría Hotel Hespérides, administrado durante un
año por el francés Paul Michael y luego por el inglés Charles Metson, que lo
transformaría en un autentico english hotel, introduciendo las mejoras
pertinentes. Allí también se alojó George Graham-Tolder[1].
El hotel se cerró en 1901 y dos años después 1903, lo vende la familia Díaz-Flores
a través de Gonzalo Díaz-Flores de Vera y compra la casa José Brier,
abuelo del actual dueño[2].
LAS PIRÁMIDES DE GÜIMAR
Adquirió la finca La Chacona
en Güimar, nombre que al parecer dan a la piedra en Venezuela[3].
Chacona
fue el nombre que le puso y que sigue llamándose hoy en día a la finca que
adquirió según escritura firmada en La Laguna el 11 de abril de 1854 ante el
escribano Miguel Cúllen, a Isabel de Castro Ayala (posible pariente de su
esposa), viuda de Francisco Baulen García, y radicada en las afueras del casco
de Güimar, en el camino que va a Arafo, por la cantidad de 32.000 reales de
vellón, y que era parte del heredamiento que comprendía los terrenos y aguas
que se extendía desde Arafo hasta Agache.
Cuando
compró la finca solo se describía que se componía de un terreno de 73.800 m2. En esta finca
construyó en 1875 una casa de dos plantas, de unos 800 m2 en total, sobre un
solar de unos 500 m2
(conocida popularmente en Güimar, cuando fue vendida por la familia, como la
casa del Miedo).
Chacona
formaba parte de una propiedad perteneciente a la familia Baulen que
llegaba desde Güimar hasta Arafo. No se sabe con certeza que hasta ese
momento estuviera cultivada, pero es bastante probable que no. Si no había
cadenas y no se dedicaba intensamente al cultivo, la zona sería un cardonal
tabaibal.
A partir
de 1854, la finca se dedica al cultivo intensivo de tuneras o chumberas, al
objeto de producir cochinilla. Es probable que en este momento se prepararan
las cadenas y bancales que son los que todavía existen.
La casa Chacona se termina de construir en 1875 y aparecen
descritas las pirámides o mojones. Sobre la construcción de estos mojones
existen diversas hipótesis.
Puede
ser que en algún momento entre 1854 y 1875 se produce una reorientación de
algunas cadenas hacia el solsticio por una afición del propietario hacia la
cultura egipcia antigua, americana precolombina o de bien también de tipo
masónico.
O bien
por el contrario se encuentran y desentierran construcciones que ya existían
allí en el terreno, y que, aunque si bien no fueran construcciones indígenas,
podría tratarse de construcciones anteriores, de navegantes que desde el siglo
X antes de nuestra era, circunnavegaban las islas y realizaban
asentamientos temporales, y que al ser abandonadas pudieron ser
reutilizadas por los nuevos pobladores traídos con posterioridad, siendo por
una parte desconocido por el grueso de esa población, y también
pasaría desapercibida por los conquistadores ocultas bajo zarzas, matorrales y tierra.
Podría
haber pasado como a las instalaciones religiosas de Gran Canaria: Cuatro
Puertas, Amurga, Bentaiga, las cuevas del Caballero, Candiles, o Gáldar,
Arteara, Guayadeque, etc. que no fueron destruidas y quedaron ocultas o fuera
de la curiosidad y entendimiento de los conquistadores y gracias a ello se han
preservado.
A las
propias pirámides de Güimar que vemos hoy en día les pasó lo mismo. Las
pirámides que es evidente existían en el siglos XIX, se olvidaron y se
volvieron a redescubrir después de quedar prácticamente desaparecidas durante
más de un siglo hasta que fueron redescubiertas hace unos 20 años, en la década
de los ochenta del siglo pasado.
En 1862,
el precio de la cochinilla descendió de 14 francos a 8. En 1864 los precios de
la grana reaccionan, hasta 1868, fecha en que se inicia el declive definitivo
ya que las anilinas fueron desplazando a la cochinilla.
Pirámide de Güimar |
Se
podría pensar que esta finca tenía algo especial porque no era la más idónea
para plantar chumberas. Podría haber algo más importante oculto.
En esta
finca se encuentran las famosas pirámides de Güimar. No es normal construir
pirámides a lo largo de 7 Ha.
Eso me parece que es una construcción demasiado significativa. Evidentemente la
pirámides ya estaban allí cuando la heredó mi bisabuelo Antonio Díaz-Flores de
Vera, pero debió ser que no se entendió correctamente la monumentalidad de
esta obra, tal vez porque las pirámides no tenían valor comercial ni de otro
tipo, y tampoco tenían ni para su hijo
ni para el mercado de aquella época un atractivo, sentido o significado
concreto. Sin embargo hoy es la propiedad de todas las que poseyó con un valor
de explotación mayor, que aporta muchos beneficios a la empresa que la
gestiona, debido al atractivo de las pirámides, independientemente de los
valores especulativos propios de éste terreno y de las del resto de propiedades
de los otros lugares.
En 1874
ingresa en la Masonería con 63 años después de haber estado rodeado de masones
en Venezuela desde los 23 años hasta los 36 años. Creo personalmente que
ingresó por un interés material, táctico o circunstancial. Por anécdotas y
actuaciones de su vida se sabe que nuestro tatarabuelo Antonio tuvo la rara
virtud de saber “nadar y guardar la ropa”.
La
hipótesis de que, como era masón, construyó pirámides, me parece un poco simple
aunque dé sentido y significado al tema. No me consta de nadie particular que
haya construido en el mundo un número de pirámides de esa envergadura, ni
masones ni no masones. Las pirámides masónicas son normalmente pinturas
alegóricas o pequeñas pirámides en tumbas, mausoleos o monumentos funerarios,
pero no las conozco tan grandes ni tampoco de base rectangular, sino de
tipo cuadrada. Tampoco conozco series de pirámides masónicas sino que están
solas, ni tampoco existen pirámides masónicas que no tengan otros símbolos
masónicos.
En
Chacona solo hay pirámides como en Egipto antiguo o América prehispánica. Mi
tatarabuelo no era un excéntrico, fue masón ya de anciano, y perteneció solo
tres años antes de morirse en 1878, llegó al grado 3º pero, llegó a ese grado,
de un total de 33, más por su categoría personal, intelectual, social y
económica. Normalmente hubiera sido grado 1º (aprendiz) pero José Sierra Afonso
(su padrino del grado 33) se empeñó y le propuso personalmente para el grado 3
desde su entrada, algo que no es frecuente.
No sé si
estaba muy convencido del mundo de la masonería, lo que sí creo es que se había
dado cuenta, de que era un lobby cada vez más influyente en el ámbito político
y económico de su isla. En esa sociedad “filantrópica” se cocían muchas
decisiones importantes[4].
Se ha
comentado también que era un campesino y nada más apartado de la
realidad, porque simplemente no lo era y no cogió nunca ni una hoz ni una
azada para ganarse la vida.
Una de tantas hipótesis es que: el “campesino” que vivió allí
las hizo como solución estética a los amontonamientos de piedras producidos en
la preparación de las tierras para cultivo de las chumberas. Esto no es muy
lógico, porque prácticamente las pirámides dejaban poco espacio para el
cultivo. Si se quiere despedregar un terreno es porque se quiere aprovechar el
terreno y no para sembrarlo de pirámides. Por otro lado, es tanta la cantidad y
calidad de las piedras que se encuentran allí para la construcción de las
pirámides que se sabe que se usaron las
piedras llevadas de otros lugares, porque tanta densidad de piedras y de esa
calidad no son las que se encontraban allí.
OTRAS
ACTUACIONES DE UN EMPRENDEDOR INCANSABLE
Bien
fuera por el interés de conservación del patrimonio o por interés restaurativo
o por interés estético o artístico, Antonio Díaz-Flores que era un empresario y
un emprendedor y que le gustaba hacer negocios, era un amante del patrimonio
artístico y las artes, y compró, entre otros, el palacio Méndez-Fonseca o Casa
de los Balcones de La Orotava, hoy patrimonio histórico de Tenerife y que estaba
abandonado y se encontraba en mal estado. Asimismo promovió entre otras cosas
la creación de una banda de música de la Orotava cuando fue alcalde, y llevó a
La Laguna, donde tenía otra vivienda, la costumbre de hacer las alfombras de
flores en las fiestas del Corpus, También se hizo pintar un retrato él y otro
su esposa por una joven promesa, el pintor Manuel González Méndez
en 1868 en La Orotava, cuando estaba empezando y no muy conocido y que sería
posteriormente el mejor pintor canario de su época, etc.
Doña
Leonor Castillo de Monteverde, en 1847, diseñó una alfombra con motivos
barrocos frente a su casa pues la celebración del Corpus en La Orotava había
decaído bastante. …”Alentadas por su empuje, siguieron su ejemplo otras
familias, como los Sres. Lercaro, DÍAZ-FLORES, García Lugo, Bethencourt Castro,
conde del Valle de Salazar y también llevaron la costumbre a La Laguna”.
“La
iniciativa de la
familia Monteverde sorprendió al resto de la sociedad
orotavense y pronto encontraron a muchos continuadores entre los miembros de la
aristocracia local. En los años siguientes a 1847 se añadieron las señoritas de
la familia Lugo-Viña,
las hijas de la marquesa de la Florida, los Machado, los Díaz Flores, los
Lercaro, los descendientes del conde del Valle Salazar, y un largo etcétera que
establecieron los principios artísticos de una manifestación floral que se
consolidó como tradición[5].”
Casa de los balcones, siglo XIX |
Hacia 1855 adquirió la Casa de Los Balcones
o Méndez-Fonseca, en la c/ San Francisco, 3, y quizá también la casa Jiménez-Franchi,
en c/ San Francisco, 5. Fue su residencia habitual porque La Magnolia, en 1862,
se la había alquilado a un hostelero para reconvertirla en una especie de hotel
inglés, La Govea.
Estas casas están consideradas actualmente
Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico, dentro del
patrimonio histórico de Tenerife (Decreto 22/2005, de 22 de febrero, del
Gobierno de Canarias). Data del siglo XVII, concluyéndose su construcción en el
año 1670, destaca y sobresale de los materiales empleados la tremenda presencia
de la madera, tea de pino canario, difícil de tallar pero utilizada en todas
partes: vigas, puntales, tirantes, cabrios, techos, frontales, traviesas, etc.,
su resistencia y belleza se mantiene con el paso del tiempo, jamás ha sido
pintada ni tratada, observamos la huella de los siglos en algún punto de los
exteriores de la casa, pero sin dejar de mostrar el espectacular esculpido de
sus maderas. El conjunto es un autentico monumento a los maestros carpinteros
canarios de todas las épocas. En su interior, la tea de pino canario muestra
todo su exuberante esplendor y fortaleza, aun hoy continúa destilando resina.
Los fantásticos y artísticos tallados de los techos de cada uno de los salones,
con estos perfectamente ambientados y amueblados como sus dueños
originariamente los tenían.
A su
muerte (3/3/1878), sus hijos y herederos Amelia, Antonio y Gonzalo Díaz-Flores
de Vera, realizaron la partición en 1881, y la vendieron, a Lorenzo Machado y
Benítez de Lugo. Hoy es propiedad de su nieto Carlos Schonfeldt Machado.
En el
año 1875 se va a vivir a Santa Cruz de Tenerife. En su momento ya había
adquirido la finca
Salamanca, en Santa Cruz de Tenerife, que incluye el actual
barrio del mismo nombre, hasta las Mimosas y toda la parte superior de las
Ramblas hacia el interior, de unos 700.000 m2. Esta finca es parte de una data que
se le otorgó a un judío converso apellidado Salamanca. “Francisco de
Salamanca", judío converso natural de Alba de Tormes, llegó a Tenerife en
1510, recibió datas en La Laguna y en la parte alta de Santa Cruz, su hijo
casado con Bárbola Verde dio su nombre a la finca y posterior barrio que luego
se llamaría Salamanca[6]”.
En el
barrio de los Hoteles que conforma el ensanche de la ciudad de Santa Cruz,
pertenecieron a la familia unas propiedades en la c/ Veinticinco de Julio, en
parcelas de unos 500 m2
c/u que probablemente sean las casas que van de los nº 17 al nº 23.
También
tenía una casa en La Laguna en la calle San Agustín o en la calle Carrera, donde
solía ir a veranear, delante de su casa se hacían las alfombras del Corpus,
costumbre traída por él y otras familias que tenían doble residencia en la
Orotava y La Laguna.
Adquiere
una gran extensión de terrenos en la carretera que va de Güimar a Arafo, en el
lugar que hoy se conoce como Chogo (que es el nombre que utilizaba como
pseudónimo), Melozar y Chacona (nombre que también le puso a la finca de
Güimar) al parecer anteriormente perteneció a la familia Baulen. Aparece
otra casa en el Puerto de la
Cruz. La familia tenía casa y finca en Tejina, y finca en los
Realejos y otro número que sigo intentando investigar.
Por otro
lado, junto a otros socios de la Orotava funda el 15 de junio 1859 una empresa
de transporte público formada por coches de caballos (ómnibus y charaban) para
acabar con el monopolio existente de una empresa de Santa Cruz. En el viaje
inaugural de la línea el coche de caballos en que viajaba tuvo un
accidente y sufrió heridas considerables. Seguidamente, para evitar
la competencia, a partir de ese momento, la empresa de Santa
Cruz extendió la línea pública regular de La Laguna a la Orotava que no
existía. El surgimiento de la empresa de la Orotava forzó a los de la otra
empresa a bajar los precios de los billetes de Santa Cruz a La Laguna
hasta 15 reales de vellón.
“El 23
de Octubre de 1856 es admitido como socio del Casino de La Orotava el
industrial Don Antonio Díaz-Flores y Cartaya”.
El 1
enero 1863 fue nombrado alcalde de la Orotava, cesando el 31 diciembre de 1864.
Alterna los nombramientos de concejal y alcalde de esa villa hasta 1873 en que
fue elegido alcalde por tercera y última vez.
En 1875
en la Restauración de la monarquía, es elegido diputado provincial.
“En
Noviembre de 1868 se creó una junta de personalidades locales, encargada de
proceder a la demolición del convento para llevar a cabo en su solar las obras
que se considerase de utilidad publica. Dentro de esta junta se nombró una
comisión para dirigir los trabajos, integrada por Antonio María de Lugo Viña y
Sotomayor, Felipe Acosta
y Bencomo, Alonso de Ascanio y Molina, Alonso y Augusto Méndez de Lugo y Xuárez
de la Guardia, Antonio Díaz Flores y Cartaya, Francisco Román y Herrera,
Fernando Monteverde y del Castillo, Lorenzo Machado y Benítez de Lugo, Juan
Salazar y Molina y el presbítero Manuel Padilla.”“Por el prestigio que tenía en
toda la isla, ingresó como socio ausente en la Sociedad Económica
de Amigos del País con el nº 265, el 23 febrero 1864”. El 20 de mayo 1865
promociona la banda de música de La Orotava junto a otras personalidades como
Antonio Lugo Viña, El Conde del Palmar, Antonio Lercaro, Gabriel Pimienta y el
Marqués de la Quinta
Roja.
En 1870
vive en su casa de la c/ San Agustín o La Carrera de La Laguna con tres
sirvientes y un cochero. El 14 noviembre 1872 vuelve a La Orotava y es nombrado
de nuevo concejal y por unanimidad Alcalde-Presidente, renunciando en enero de
1873. El 2 de enero de 1874 entra en la logia Teide 53 de la Orotava con grado 3, por el
prestigio que tenía, pues excepcionalmente, alteraron las normas de ingreso y
del grado 1 aprendiz, pasó al citado grado 3 de maestro, con el nombre de
Chogo. Fue apadrinado por José
Sierra Afonso grado 33, el más alto grado de la masonería. La
masonería es una sociedad filantrópica que degeneró y se desnaturalizó filtrada
por lobbies y sociedades secretas de intereses económicos y políticos, todo
ello porque en esa época los lobbies eran mal vistos y no podían establecerse
abiertamente como hoy y tenían que camuflarse en sociedades más o menos
filantrópicas como la masonería, etc. En el año 1875 funda en Santa Cruz de
Tenerife, la logia
Nivaria 96. Antonio DÍAZ-FLORES CARTAYA forma parte, por
tanto, de la masonería cuatro años, ya de anciano (existe ficha de su
pertenencia en el archivo de Salamanca) y para algunos toda su existencia viene
condicionada por este pequeño episodio en su interesante vida.
Hizo
testamento en La Laguna el 28 mayo 1868 ante Juan Navarrete que derogó por otro
en S/C el 9 mayo 1872 ante Francisco Prada, donde reconoce sus tres hijos
legítimos. Hace dos libros con todas sus pertenencias que hoy han desaparecido,
en un libro estaban las propiedades que compró (fincas solares, etc.) y en el
otro las modificaciones que realizó (casas, aterrazamientos, mejoras, etc.),
así como de los bienes traídos por su esposa para ayudar a las cargas del
matrimonio. El 29 diciembre 1881 se procedió a la partición de bienes ante el
notario Nicolás
Hernández Escobar de la Orotava. La casa
Chacona fue dividida y la parte alta correspondió a Gonzalo y la baja a
Antonio. Existe retrato de 1868 pintado en La Orotava, propiedad de su bisnieta
María Rosa Díaz-Flores.
Figura
en el Tomo III pág. 856 del ”Nobiliario de Canarias” de Francisco Fernández
Bethencourt. Fue descendiente directo de la línea de varones de Diego de Adexe,
último mencey de Adeje, también llamado por algunos autores equivocadamente
Pelinor.
GENEALOGÍA
DE ANTONIO DÍAZ FLORES CARTAYA
Su padre:
- ANTONIO DÍAZ-FLORES DÍAZ (Sabina Alta
–Fasnia en 1774 y falleció en Güimar hacia 1840). Se casa hacia 1807 en Güimar
con ROSA MARIA CARTAYA HERNÁNDEZ. 9º descendiente varón.
Su
padre:
- JOSÉ DÍAZ FLORES
y GONZÁLEZ FARIÑAS (Sabina Alta –Fasnia-, Arico 1741- 1816
Fasnia) . En 1773 se casó en Arico con MARÍA JOSEFA DÍAZ. (Primer Alcalde
de Fasnia segregado de Arico y propietario). 8º nieto descendiente varón.
Su
padre:
- GASPAR DIAZ (de Flores) PÉREZ (Sabina Alta, Fasnia-Arico
1712-¿?) En 1737 en Arico se casó con FLORENCIA Mª GONZÁLEZ FARIÑAS LUIS
(María Flores). 7º nieto descendiente varón.
Su
padre:
- GASPAR DÍAZ (de Flores) RAMOS (Sabina Alta –Fasnia-, Arico
1657-¿?) En 1690 en Arico se casó con BRÍGIDA PÉREZ. 6º nieto descendiente
varón.
Su
padre:
- AMARO DÍAZ SEBASTIANA (1627-¿?) En
1649 en Güimar se casó con ANA (de Flores) RAMOS. 5º nieto descendiente varón.
Su
padre:
- GONZALO
DÍAZ LUGO (Güimar
1596-¿?) En 1616 en Güimar se casó con ANA SEBASTIANA. 4º nieto descendiente
varón.
Su
padre:
- BASTIÁN DÍAZ LORENZO (Laguna
1558-¿?) En 1588 en La Laguna se casó con LUISA DE LUGO. Tataranieto
descendiente varón.
Su
padre:
- GASPAR DÍAZ DELGADO (Vilaflor
1537-¿?) En 1557 en Vilaflor se casó con ANA LORENZO. Bisnieto descendiente
varón (Alcalde de Vilaflor).
Su
padre:
- JUAN DÍAZ DE VERA (Masca-Buenavista, 1515-1587)
En ¿1535? en ¿Masca (Buenavista)? se casó con MARIA DELGADO. Nieto descendiente
varón.
Su
padre:
- DIEGO DÍAZ (Adeje 1479-¿?) En 1513
en ¿Masca (Buenavista)? se casó con LUISA DE VERA. Hijo y primero con el
apellido Díaz de los de Adexe.
Su
padre:
- DIEGO DE ADEXE (Adeje 1479-¿?).
Mencey de Adexe padre y origen de los Díaz de Adexe.