domingo, 11 de febrero de 2024

MORENO EN GRAN CANARIA, ANOTACIONES GENEALÓGICAS

JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

EUGENIO EGEA MOLINA

https://orcid.org/0000-0002-9433-6298

Introducción y antecedentes

No nos olvidamos de una especie de compromiso cuando en  Genealogías Canarias hablamos de ciertos sucesos ocurridos y enmarcados en la comarca de Doramas (significativo es el testimonio de uno de los encartados, al declarar (lo) que había dicho el dirigente Juan Moreno (ascendiente de los Morenos cuya genealogía podríamos enlazar seguramente con la estirpe elegida en este trabajo) salido de misa, que así como el Alcalde que había salido (saliente) había cogido terrenos en la Montaña (de Doramas)  y lo mismo el actual y por su cuñado el párroco don Luis Suárez, ellos también habían de cogellos… (BETHENCOURT y MACÍAS, 1977), sucesos concernientes  a “La Montaña”, de  carácter agraristas (en versión más explícita que redunda en los acontecimientos: “…estos sucesos ocurrieron el domingo 6 de enero  en la ermita del Caydero (Ermita de San José, conocido como Caidero “el viejo”) a la salida de misa los vecinos reunidos acuerdan a propuesta del que luego sería considerado cabecilla de la reunión, Juan Moreno, ir al día siguiente a repartirse los terrenos de la montaña (sic), como colofón la Audiencia  condena severamente a este Juan Moreno detenido y encarcelado junto a otros participantes (SUÁREZ GRIMÓN, 1987).
Ermita de S. José de Caideros, Gáldar

Los hechos, cercanos a la reforma agraria pendiente y con connotaciones de situaciones reivindicativas extremas para la época, adelantada a los idearios que posteriormente se aceptarán en la Constitución de  Cádiz de 1812 basados fundamentalmente en la  Desamortización,  que incitaron a la ocupación de tierras, que no tenemos claro su pertenencia inmediata a la finalización de la conquista, y que según indica su nombre fue una especie de cantón atribuido al caudillo Doramas y posteriormente después de enajenada, fueron a pasar a tierras  comunales o de los conquistadores y repobladores significados, si bien, con posterioridad, parece que no existieron trabas ni reclamaciones a que fuesen otorgadas por servicios a la corona al mariscal Francisco Tomás Morales Alonso, que según recientes trabajos prefirió a un título nobiliario (GARCÍA, 2023) ofrecido por la corona consistente en un marquesado, y que con posterioridad una  parte, no sabemos si de su propiedad o colindantes a las mismas se iniciara una ocupación con la deforestación de los magníficos bosques de laurisilva y consecuente roturación de las áreas expeditas, entonces “la propiedad de la tierra estaba concentrada en un grupo social muy restringido a través de vínculos, propiedades de inmensas fincas compuestas por las mejores tierras y mas adecuadas para su explotación que relegaban a los pequeños propietarios a aquellas zonas menos productivas o mas díficil ponerlas en producción, no es de extrañar entonces que antes estas estructura de la propiedad, los vecinos menos favorecidos de los pagos de estas medianías de noroeste de la isla, con especial mención a la los Moreno, buscaran tierras en otras zonas de la isla y así tenemos los primeros intentos a finales del XVIII de la roturación de las tierras pertenecientes al Estado, en los aledaños de la Montaña de Doramas, Lomo del Pino, Montaña Alta, El Brezal y si en un primer momento fueron reprimidos con dureza, terminarían los propios ayuntamientos por repartir suertes entre los vecinos (VIERA MEDINA, 2023).

Estos territorios aún contaban con una estimada extensión  comarcal que abarcaba “medianías” de varias jurisdicciones (hoy, municipios) y que este atentado ecológico a la postre posibilitara la supervivencia de familias afectadas por la hambruna y epidemias, motivadas por la carestía de alimentos, y la quiebra de provisiones en la región, a reglón seguido de los repartimientos a los conquistadores y posteriormente a los colonos, y las reales cédulas en el sentido de proveer mejoras a la población, con una regulación del reparto de los medios, con separación y conservación de los predios que pertenecían a la corona, como reservas que pudieran ser  accesibles como medios de uso del común, llámese pastoreo y forraje, aprovechamientos de recursos como pudieran ser agua de nacientes, leña, carboneo y otros, y aunque existieran gradientes o escalafones respecto a la participación en  los repartos propiamente dicho, debemos considerar que llegaron a la consecución de metas  de verdadera equidad entre los menos favorecidos, que facilitaron márgenes más que suficientes para  conseguir la subsistencia por medio de todas estas concesiones y que además daba cabida a cultivos de primor referente a las hortalizas, tubérculos, frutales, viña, etc. (CULLEN DEL CASTILLO, 1947).

Los Tilos. Moya

Por añadidura se presentaban carencias dada la repoblación peninsular y presión demográfica, la poca disponibilidad de tenencias de tierras que empujaban por un lado a la emigración y por otro a la ocupación, el apego esencial al terruño en circunstancias precarias y marginales frente a la terratenencia, señoríos de propios y tierras realengas, y otras figuras bajomedievales que dio lugar a un fuerte desequilibrio en una sociedad donde todavía la esclavitud y una especie de serventías tomaron carta de naturaleza en un proyecto de libertad preconcebida, como un deseo de colonización ejemplar que realmente fue planificada en Gran Canaria pero con dificultades para llevarlas a cabo (MORALES PADRÓN, 1978).


Las primeras referencias de los Morenos en Gran Canaria

Quizás las primeras referencias la tenemos en la conquista con las de Fernando Moreno: conquistador de Gran Canaria, recibe repartimientos de tierras y agua en Agaete en 1485 (CEBRIÁN LATASA, 2003).

Algunas pruebas documentales de su asentamiento en Agaete por protocolo que pueden referirse al mismo por cotejo de fechas anotado en Sevilla:

159.- 17 octubre 1502: Lunes.- Luis de Xerez (mercader, vecino de Sevilla en la collación de San Salvador), de una parte, y Rodrigo de Venera (mercader, de igual vecindad), de la otra, dicen: que a ellos ambos 3 a dos le son debidos en la Ysla de Gran Canaria estas deudas que siguen, por las personas siguientes: (…) Fernando Moreno e Pedro Ramírez, vecinos de Agaete, 1.288 -maravedíes- (MORALES PADRÓN, 1961).

Por otra parte, tenemos aquellos protocolos de Alonso de Herrera, transcritos por GONZÁLEZ-SOSA (1985), con referencia a un Fernando Moreno vecino de Guía de Gran Canaria, que dado el tiempo transcurrido de las fechas en que se fija las datas en Agaete cedidas al conquistador, podría tratarse este último de un hijo o descendiente del primero por dos razones obvias: la ubicación  y el cotejo de años transcurridos, de otra manera  probablemente habría alcanzado el primer actor que se alude una longevidad estimada poco probable. En tales protocolos tenemos:

13.— 18 diciembre 1513 fl. 100 v. -101 Gonzalo Gallego, vecino de la isla, toma a Juan de Vargas, de la misma vecindad, mayordomo de Santa Maria de Guia, un solar de los de la iglesia junto a la pared de ella, a rente de las casas de Fernando Moreno, con cabida para cincuenta pies. Testigos: Fernando Jaimez y Alvaro Cañas.

26.— 28 agosto 1523 fl. 206. Fernando Moreno, vecino del lugar de Guía, reconoce que debe pagar a Lorenzo Perez, genoves, estante en la isla, que esta presente, diez arrobas de azúcar blanco, bueno y leal dado, las cuales son por razón de que se las compró y pagó y se compromete entregarlas a fin de mayo primero que viene. Testigos: Alonso de Herrera, Francisco Coronado, vecinos de la isla, y Cristobal Davila, estante en ella. 

Es difícil continuar con esta línea sucesoria de estos Morenos, perdida en la actualidad, dado que no se han encontrado hasta la fecha partidas eclesiales y/o documentos notariales que nos den pistas de la progenie del mencionado conquistador.

Otras referencias literarias e inconexas serían las que se citan a continuación:

Moreno, Pedro: peón grancanario de la compañía de Maninidra. Viana, Poema …, canto XI.

Morenos: conquistador de Gran Canaria. Cairasco de Figueroa, Templo Militante, San Pedro.


Relación de otras anotaciones históricas de Moreno

Como curiosidad encontramos en el testamento de Antón Cerezo que data de 20 de mayo de 1558 (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ y cols., 2012): Ytem, declaro que me debe Bartolome de Vadilla (¿Padilla?), almocrebe (persona provista de carreta y animal de arrastre que era contratada para llevar las cañas desde los cortes del cañaveral hasta el ingenio), … el qual esta en poder de Pedro Moreno, mi primo, veynte e un mil maravedíes; …

Colegimos que el tal Moreno probablemente se trataría de un italiano naturalizado en lo que respecta al apellido, pero aquí podemos apreciar los sustantivos adjetivados como pueden ser los rasgos de la pigmentación de la piel, ya usado para los de color oscuro sin llegar a ser totalmente de características afro-bereber. Abundado en la posibilidad que perteneciera a la nóminas de apellidos italiano tenemos el trabajo de la Rosa Olivera (1972), precisamente sobre la relación de genoveses estantes en Canarias:  Moreno, Ángel, estante en Gran Canaria, comienzos del XVI.

Y terminemos este capítulo con el relato de un incidente ocurrido a varios genoveses. El 21 de noviembre de 1525, el gobernador de la isla Diego de Herrera entró en la casa de Federico Panigarola y encontró a varias personas jugando a los dados, de los que se incautó, así como de 39 reales viejos y 8 nuevos, que estaban sobre la mesa. Mandó prender a Panigarola, a Juan Agustin Adorno, Esteban de Bassignana, Juan de Casares (?), Angel  Moreno (?), Juan Badenar, Nicoloso de Orerio y Leonardo Burón y dio sus casas por cárcel a Francisco Lerca y Francisco Saluzo. Orden de abrir información, de la que resultaron también complicados Vicencio Milla y Domenico Soficia. En consecuencia, el gobernador dictó mandamiento para prender a los complicados; ordenó al escribano que notificase a Juan Leardo su obligación de conducir a la cárcel, dentro del día, a Vicencio Milla y a Lerca y a Saluzo, «por ser personas ancianas y honradas», les dio sus casas por cárcel.

Como se puede comprobar una amplia nómina genoveses en la isla.

Entre los primeros pobladores de las Palmas de Gran Canaria (LOBO y RIVERO, 1991), encontramos listados de matrimonios e hijos apellidados Moreno a los siguientes:

- Alonso Moreno casado con Isabel Salvago, hijo Alonso, bautizado 13-II-1615. Suponemos Sagrario Catedral.

- Alonso Moreno (no se puede tratar del hijo del anterior por cotejamiento de fechas) con Isabel de Moya, hijo Juan, bautizado 12-XI-1526. Suponemos también Sagrario Catedral. De los que no tenemos conocimientos sucesorios posteriores.

Respecto al “palacio de Santa Gadea” de Juan Mansel y sus esposa en la calle de “Los Portugueses” en Las Palmas de Gran Canaria, donde hoy se sitúa la Casa Museo de Colón (RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, 2021), existen también datos de Moreno que radicaban  por las inmediaciones del Real de Las Palmas, como se puede deducir de los siguientes documentos tomados de textos referentes a transcripciones de distintas índole, como podría ser notas  notariales y de escribanía sobre Pedro Cerón y el Mayorazgo de Arucas (CABALLERO MÚJICA, 1973): Mexía que Dios haya que alinda con casa de Catalina Gutierrez e con la costa de la mar e otra casa que yo tengo en esta dha. cibdad rreal de las palmas junto al barranco en la calle que dizen de Machicao las quales ovieron seydo de Andres Guerardin donde al presente bibe Pero Moreno procurador que alinda con casas de Ines Vaca e casas de Leonor Martin"

“El poder complementario está fechado en Sevilla el mismo día tres, miércoles, del mes de septiembre de 1572, en las casas de la morada de los dichos Señores", siendo testigos los mismos escribanos que se indican en el primer poder de Francisco Duarte. Aceptado el poder por el Lcdo. Juan de Nava, se celebra la escritura de ratificación en el Palacio de Santa Gadea y se firma el día 17 de octubre de dicho año, siendo testigos Gaspar de Ayala, escribano mayor del Cabildo, Diego Moreno y Juan Colón. Junto a Pedro Cerón, Doña Sofía y el Lcdo. Juan de Nava firma, también, el Lcdo. Núñez, pero antes de los indicados”.  Y algunas otras que queremos trasladar al trabajo dado que no nos sirven para justificar líneas genealógicas con otras familias de distintos puntos comarcales.

“Libranza sobre Martín Moreno”, dota espléndidamente a Clara de los Ángeles con setecientas doblas para que tome estado a la qual tengo mucho amor y amistad por haverme servido como el mismo amor. Doña Sofía (de Santa Gadea) indica la razón: que yo he criado desde niña. Además le dona una esclavilla Ilamada María, que será de edad de trece anos poco más o menos, hija de Ignes.

Tenemos por ejemplo las tierras en Artazo que fueron de Fernando Moreno, en que Juana del Castillo, viuda del primero, vende a tributo a la iglesia (EGEA MOLINA, 2013b).

Como prioridad mostramos retazos de presencia de este apellido en varias localidades de la isla, en que tampoco hemos querido redundar, pues sería demasiada extensa y sin relación que podamos argumentar, y así hemos escogido algunas muestras que consideramos situadas en tiempo y forma, evidentemente con dificultad podemos considerarla cómo sucesión genealógica continuada, que además de ser complicado, aunque no imposible, solo nominados como posibles antecesores para iniciar una genealogía que podamos verificar, y que quizás la que hemos tomada  como descendencia continuada, y que consideraremos de cierta importancia, y como la más aceptable en nuestro limitado campo de consultas.

 

Los Moreno entre Teror, Gáldar, Guía y Moya

Guía, Gran Canaria
En Sta. María de Guía, como hemos visto anteriormente, radica la rama que históricamente es considerada primigenia a partir del conquistador Fernando de Moreno, que como se ha anotado su sucesión sin documentar, pero tenemos desde esta ciudad, del noroeste de la isla, otras ramas de Moreno que están  bien localizadas y, una de las principales, que adquirió cierta relevancia procedente de Antón Moreno natural del reino de Aragón y vecino de Teror, casado con Isabel Lorenzo, natural de la villa, hija de los extremeños Juan Castellano y de Juana Lorenzo, según la Relación  Genealógica de fray Luis  González de Almeida, (EGEA MOLINA, 2014 y 2015b), que erróneamente en un trabajo que precede sobre una Información Genealógica de Rodríguez Ortega (RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, 2023) lo enlazamos con el conquistador Fernando Moreno, y desde luego quizás estuvieran emparentado en origen con referencia a los reinos peninsulares, pero no definitivamente en Gran Canaria según los datos que constan en las distintas filiaciones y como iremos viendo en el trascurso del trabajo; como hijos del susodicho Antón y su esposa fueron: Sebastián MorenoJuan MorenoBlas MorenoGregorio MorenoDiego MorenoJuana Lorenzo (llamada como su abuela materna y casada con Andrés Felipe) y María Moreno.

En los Extractos y Notas Genealógicas en protocolos y escribanías notariales de Guía (EGEA MOLINA, 2013b), tenemos un documento interesante que nos sirve para desarrollar esta progenie a partir de algunas anotaciones de ventas y transacciones en la villa de Guía y que consideraremos como una prueba de vivencias de la familia en la comarca, y sobre sucesos familiares que los reúnen como generación de la misma estirpe en el análisis protocolario:

1.- Año 1612. Fol. 6 vto. (sin numerar) Antón Moreno e Isabel García, hija de Juan Castellano (y de Juana Lorenzo), venta en la Madre del Agua del término de Teror fol 87.

2.- Año 1618. Fol.7 vto. Pág. 14: 212. Antón Moreno dote a Juana Lorenzo (también Juana Moreno), su hija y de Isabel García, para casarse con Antonio Felipe, hijo de Juan Felipe y María Duarte fol. 165.

3.- Año 1625. Fol. 67. Pág. 117. 297. Juana Moreno, testamento, mujer de Andrés Felipe, tuvieron por hijo a Diego fol 105.

4.- Año 1626. Fol. 8. Pág. 15. 231: Antón Moreno, testamento, marido de Isabel Lorenzo, tuvieron por hijos a Bastián, Juan, Blas, Gregorio, Diego, María (Moreno) y Juana Lorenzo que casó con Andrés Felipe y tuvieron por hijo a Diego.

5.- Año 1626. Fol. 67. Pág. 117. 300. Juana Delgado, testamento, mujer de Miguel Moreno, fueron sus hijos Miguel Moreno, Pedro Rodríguez, Juan y Antón Moreno, María de los Reyes mujer de Juan Martín, y a Inés fol 23.

6.- Año 1631. Fol. 8 vto. Pág. 16. 242. Antón Moreno hace inventario de Diego su nieto, hijo de Andrés Felipe y Juana Lorenzo su hija.

7.- Ibídem. 253: Antón Moreno, hijo de Miguel Moreno y Juana Delgado fol 184.

 8.- Año 1634. Fol. 76 vto. Pág. 134. Luis Cejas dote a su hija Francisca Pineda para casar Sebastián Moreno fol 50.

 9.- Año 1635. Fol. 9. Pág. 17. 252: Ana de Silva, viuda de Gaspar Domínguez, dote a María Pérez su hija para casarse con Gregorio Moreno, hijo de Antón Moreno (e Isabel Lorenzo) fol 161.

 10.- Año 1638. Fol. 9 vto. Pág. 17. 260: Antón Moreno, testamento, marido de Isabel Guerra, tuvieron por hijos a Sebastián Moreno, Blas, Gregorio, Diego Moreno y Juana Felipe mujer de Andrés Felipe que tuvieron por hijo a Diego Felipe fol 24.

 11.- Año 1638. Fol. 29 vto. Pág.5. 89. Diego Moreno (hijo de Antón Moreno e Isabel Lorenzo) y Jacinta de la Peña (casados en Moya, en 1636), hija de Bartolomé Díaz y María de la Peña.

 12.- Año 1639. Fol. 56. Pág. 96. 72. Isabel (Lorenzo) García, viuda de Antón Moreno venta de 100 fanegadas de tierra en el barranco del ¿Real? a Blas García y (_) Moreno, sus hijos: Sebastián Moreno, Juan Moreno, Blas García, Gregorio Moreno, alférez Diego Moreno, Juana Lorenzo y María Moreno fol 201.  

13.- Año 1646. Gregorio Moreno, Diego y Blas Moreno hijos de Isabel García Lorenzo (hija de Juan Castellano y de Juana Lorenzo; mujer de Antón Moreno).

Existen otras anotaciones de Moreno que no hemos reseñados por considerar que, no son de relevancia para nuestros propósitos.

Antigua reseña genealógica. A. Acialcázar


El fundador de una estirpe: Antón Moreno

Queremos en principio tratar de sus suegros Castellano (del reino de Castilla de naturaleza o procedencia, que caracteriza el apellido que tomaron algunos conquistadores y repobladores, además de impuesto a algunos aborígenes, en las islas. 

En la zona de Moya descienden mayoritariamente de Juan Martín (Castellano -apellido que adoptó y transmitió-, alias Grajero) y Juana Domínguez, extremeños asentados tempranamente en el pago en Teror, finales del siglo XVI. Juan Martín, natural de Almendralejo (Badajoz), cuya mujer fue Juana Lorenzo, nacida en Montehermoso, vinieron y se asentaron en el citado lugar, con la madre de Juana, de nombre Mari Sánchez, viuda seguramente de un tal García, dado el apellido que toma en ciertas anotaciones Juana Lorenzo. El sobrenombre grajero”referido a Juan Martín, después Juan Castellano, pensamos que pudiera estar relacionado con las aves córvidas – grajos - por dedicación o afición a la cría o caza de las mismas, o alguna característica física que lo asemejara a dichas aves.

Antón Moreno, yerno de Juan Castellano, anteriormente hemos mencionado entre los primeros Morenos y que hasta este momento no hemos precisado fecha de su establecimiento ni la de sus desposorio con doña Isabel Lorenzo, hija de Castellano como hemos apuntado, seguramente se encontrarían en las partidas de la entonces parroquia terorense, hoy nos tememos que desaparecida dado que estamos refiriéndonos a la ermita primigenia del Pino. 

Teror
 

Antón Moreno e Isabel Castellano Lorenzo, fueron el tronco de esta familia en el norte de la isla. Entre su descendencia, el alférez Diego Moreno Castellano, fallecido en Moya, año 1686. De acuerdo con los protocolos, consignados en el epígrafe anterior, podemos ir despejando el árbol genealógico que desarrollaremos a partir de este Antón Moreno y sobre todo como la línea que se nos antoja más destacada y relación de sus hijos, nueras, yernos, nietos, etc. Su hijo, el ayudante de milicias Diego Moreno casó cuatro veces, con descendencia de todos sus matrimonios, y radicado entre Guía y Moya.

De las escribanías se pueden destacar varios aspectos que quizás siembren dudas en cuanto a los nombres de los hijos de Antón Moreno e Isabel Lorenzo, también Isabel García y Castellano, sin duda se trata de la misma persona: la esposa de Antón Moreno. Quizás otra duda es la anotación Juana Moreno (3.), que no aparece como hija de Antón Moreno con este apellido, como mujer de Andrés Felipe, que con anterioridad se le nomina como Antonio Felipe (2.), aquí podía tratarse en primer lugar de la adopción del apellido de su padre para tal anotación y, por otro lado, el error de tomar Andrés por Antonio en la transcripción, y sabemos de un hijo, Diego que sigue por tradición el patronímico de su tío el alférez, como luego veremos.

En el testamento de Antón Moreno se relacionan los hijos que se consideran como legítimos de aquí en adelante (4.), últimas voluntades que se recogen en una nueva diligencia (10.); Miguel Moreno, no parece tratarse de un hijo de Antón, sino en principio coetáneo y coterráneo, y al parecer sin familiares en primer grado que conozcamos de Antón, si consideramos la procedencia de Antón y desconocerse si arribó a la isla con hermanos o parientes, ya sea filial habido de otro matrimonio, lo que no podemos desclasificar porque se repite el nombre de Antón de uno de los hijos de Miguel (5. y 7.), y por el cotejo de fechas como hemos señalado; también puede tratarse de un hijo del conquistador Fernando Moreno. La pregunta que había que formularse si existía alguna relación del conquistador, del que desconocemos sus orígenes peninsulares, con el poblador Antón Moreno que arribó a Gran Canaria al menos medio siglo después desde “el reyno de Aragón”. Nosotros creemos definitivamente que no existía tal relación. Solo nos queda añadir y no comentar anotaciones referentes a los hijos y nueras de Antón, que por lo que se desprende tuvo que ser un terrateniente de la zona según las ventas de terrenos que se consignan en las actas notariales, (12.) (Isabel [Lorenzo] García, viuda de Antón Moreno venta de 100 fanegadas de tierra en el barranco del Real: una fanegada entonces era una superficie de 4.472,93 m2 (GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, 2011), un considerable predio que sin embargo nos sirve para conformar genealógicamente su descendencia que estimaremos por derroteros que podamos verificar. Su hijo mayor



Algunas consideraciones sobre el estatus de los repobladores frente a los conquistadores

Según  la interpretación autorizada del profesor AZNAR VALLEJO (1979), la incorporación de las islas llamadas realengas (Gran Canaria, La Palma y Tenerife) fue completada con la reducida población que quedó de aquellos aventureros que componían las escasas milicias de los conquistadores en una magnifica geografía que representaban unas inmejorables tierras de labor, agua y bosques para consecuentemente ser explotada donde participaban así mismo  ayudantes, peones, y personal de avituallamiento, así como financiadores que también recibieron sus propiedades como anticipos de pagos que se gestionaban en la maltrechas arcas del tesoro castellano, centradas en familias foráneas de banqueros y prestamistas, que según su contribución fueron compensados mediante datas de tierras y agua, y que todavía no se habían instituido en  propiedades que emularan aquellos grandes señoríos andaluces y castellanos, ya que era preciso poblarla y ponerlas en explotación. En estos logros fue decisivo la intervención de la monarquía por su política hacendística favorecedora del repoblamiento, por influjo en la regulación de los distintos aspectos, sobre los bienes de propios y comunales que supervisaba aquellos primeros gobernadores asignados por la monarquía, con una amplia experiencia en otros territorios y que se importarían a las provincias y virreinatos de América. Estos repartos se prolongaron durante muchos años dada la escasez de población que restaba después de finalizada la anexión, con despoblamiento cómo consecuencia de la guerra y de todos aquellos que participaron en el sometimiento y que acto seguido  pasaron a América, además de tantos  otros que retornaron a la Península, entonces consecuentemente se acudió a la llamada de repobladores peninsulares  ajenos a la campaña de sumisión de la isla, que adquirieron el mismo estatuto de soldados y peones de menos relevancia, de esta manera las “posibilidades técnicas” de los nuevos colonizadores o repobladores impusieron un sistema de explotación pequeño o mediano frente a los conquistadores más destacados que obtuvieron tierras que realmente en su conjunto no serían explotadas en parte hasta pasados decenios, o como quedó dicho se dedicaron puntualmente a los "monocultivos” (barrilla, azúcar para los ingenios y vino); personajes  inversores de la banca genovesa en Gran Canaria, suponemos entre ellos a sus agentes como los Riveroles, Cerezo, Palomares, Salvago y tantos otros: “A principios de siglo XVI, cuando la Monarquía española expande sus fronteras con el descubrimiento de América y la adquisición de nuevos territorios, tanto en Europa como fuera, necesitaba capitales. Así, los banqueros genoveses y florentinos entran en escena, pues “tenían una importante trayectoria de varios siglos, desde finales de la Edad Media, en lo que se refiere a la aportación de capitales a empresas públicas y privadas (SABATINI, 2023).

En otras dimensiones mayúsculas la aportación norte europea en América, como la de Fugger y Welser, en mayor medida fue pagada con extensos territorios, y que en el caso de Canarias comparadamente minúsculos los prestamistas se decantaron en principio por los grandes ingenios azucareros, tanto en cuanto, los otros en las Indias de Su Majestad invirtieron en la minería de metales preciosos. En Canarias, se limitaron sus inversiones o capitales por clausula a un máximo de maravedíes de su valor en el mercado. La posibilidad de intervenir en la conquista de las islas de mayor relieve les dio a los genoveses la oportunidad de entrar en el negocio de las armas como financieros, prestando capital, otorgando créditos, pagando el salario de los soldados o participando de modo personal en la empresa bélica aportando su valor y experiencia (BRUQUETAS, 2015). Mientras tanto entre la gente del común se adoptó la figura del arrendamiento en “especies” o “pan de coger” que fue uno de los más extendidos y que se regulaba adecuadamente por las ordenanzas al respecto.

En la familia Moreno, según se deducen de las distintas anotaciones protocolarias, fueron propietarios y si tomamos en consideración una venta de 100 fanegadas de Isabel Lorenzo, viuda de Antón Moreno, en el barranco del Real, ya mencionado (cercanos al Barranco Real donde se asentaban el núcleo aborigen de Gáldar: barrios de Guzmán, Audiencia, Carnicería, Plaza Vieja) (QUINTANA ANDRÉS, 1995) (12.).


El alférez Diego Moreno: varios desposorios, nutrida descendencia y acumulación de bienes

Vecino de Guía y Moya, casó cuatro veces: Jacinta Díaz de la Peña (1630), Francisca Domínguez (1650), Mª Ana de los Reyes (1651) y Antonia Almeida (1668) -hermana de su nuera Susana Almeida, mujer de su hijo Juan Castellano-.

Diego Moreno adquirió tierras, ganado, casas en estos lugares, estando en posesión de esclavos, acumulando un importante patrimonio, favorecido además por sus alianzas conyugales: Jacinta de la Peña, su primera esposa, aportó como dote al matrimonio prendas, alhajas y ropas, Antonia Almeida, última esposa,  trajo como dote una vaca y un buey, 15 cabras, 6 cerdos, muebles y menajes para la casa; no descartamos que también de los otros matrimonios habría obtenido sustanciosas dotes, aunque no poseemos datos que lo confirme.

En conjunto, aparejado a lo dicho, se acrecentó su prestigio social, como su acceso al cargo de ayudante de milicias devenido de su suegro el alférez Bartolomé Díaz, padre de su primera esposa Jacinta Díaz, e hija también de Jacinta de la Peña. De este matrimonio tuvo como hijos a Antonio, Felipe, Juana, María y Bartolomé.

El alférez Moreno falleció en Moya en 1686, como consta en el libro 2 de enterramientos de su parroquia, testando previamente ante el escribano público Tomás Melo.

En el Cuadro I que exponemos podemos observar su prolífica descendencia de sus  matrimonios, donde parte la prole consignada viene avalada por las partidas sacramentales del oficial miliciano, dado que en algunas crónicas recogidas, entre otras la  del magistral José Marrero se asigna con su matrimonio con Mª Ana de los Reyes como vástagos solo a Petronila Reyes, Antonia Moreno de los Reyes y el sargento Diego Moreno, dándonos un número más nutrido de hijos en su descendencia con Mª Ana y reflejada en su totalidad en el cuadro anteriormente señalado, contrastadas como hemos podido confirmar en las señaladas partidas de bautismos en la iglesia de Guía como recogen dichos libros parroquiales.

Este desencuentro bibliográfico no desmerece su larga descendencia de estos matrimonios que creemos que dejó sin una pautada procreación legítima, que destacaremos en el trabajo la rama que concierne a los antepasados del primer autor firmante, sin menoscabo de se puedan desarrollar posteriormente otras líneas y progenies que, por otra parte, pueden ser de interés para actuales descendientes que portan el  apellido, y por tanto dada la extensa ramificación, nos limitaremos a la línea que hemos acotado, ciñéndonos a los Ortega-Moreno. 

En el cuadro III perteneciente a la ascendencias de esposas de los miembros de esta familia que consideraremos bajo nuestra perspectiva al fundador Antón y su sucesor, el alférez Diego Moreno, puede constar el elemento portugués en mayor medida e italiano en menor como el apellido Capua, signo de los tiempos fruto de las  inmigraciones en el poblamiento; no cabe duda que fue el componente portugués con apellidos similares pero castellanizados y que aquí no vamos a descubrir, una de las más  enraizada en nuestra ascendencia y que supuso gran influencia para conformar nuestra actual idiosincrasia (EGEA MOLINA, 2015a). Sin embargo, recogemos la existencia este pilar de múltiple progenie de manera simplificada en su fructífero devenir a través de su larga existencia y como personaje central que fue descrito desde diversas fuentes quizás por su importancia: Durante su matrimonio con Ana de los Reyes compró 30 fanegadas tierras y una casa en Guía… más de medio cahiz de tierra en la Atalaya … además de 3 fanegadas que fueron de realengo en la Montaña, huerto de frutales … y además compra de varias casas. Su cuarta mujer Antonia de Almeida le sobrevivió y fue nombrada albacea y tutora de sus hijos menores, así como el alférez Juan Almeida, Salvador Almeida y Diego de Vega. Entre sus amplias propiedades agrícolas y ganaderas se le atribuyen tierras situadas en el Barranco del Laurel, y Barranco del Pinar. A sus hermanos Gregorio y Blas Moreno les compró doce fanegadas en el Barranco del Pinar; multiplicó sus riqueza con 9 fanegadas en la Atalaya y 3 fanegadas en la Montaña, parece que proveniente también de la dote de Jacinta de la Peña o compradas a raíz de su matrimonio, cuestión no aclarada, huertos de frutales y 100 ovejas como dote de su matrimonio con Ana Mª de los Reyes. 

Moya

Rasgos y dificultades en una sucesión: notas aclaratorias

Las dificultades para continuar una descendencia que parece discontinua por su complejidad de entronques, pero que con una nutrida prole habitaron en casi todos los puntos de la isla de Gran Canaria, es una cuestión de revisar en todas las anotaciones existentes o conservadas de diversos municipios grancanarios que alcanzaban circunscripciones hoy segmentadas en las que en la actualidad se disgregan las municipalidades, y sobre todo las parroquias.

Es sorprendente que la estirpe genealógica de los Morenos, realmente dado su tardío establecimiento en lo que concierne a Antón Moreno, sobre 1587, existen familias muy documentadas  que con menos antigüedad en nuestra isla, pero que seguramente con connotaciones de significación social en cuanto a sus rangos administrativo, militar y hacendístico, constan con gran precisión sucesoria, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que su proyección en nuestro humilde ámbito está garantizada, por ser conservadas la mayoría de las inscripciones en libros sacramentales de importancia, hoy en el Archivo Histórico Diocesano, y ser accesible su revisión con perspectivas inmejorables, y relacionar los enlaces y sucesión  de esta familia, sus ramificaciones y sus distintas radicaciones, y que nosotros hemos elegido, no por casualidad precisamente, una de las líneas de amplia progenie, como hemos señalado, basada  en nuestros antepasados más cercanos desarrollada en el cuadro II.

Como ya hemos apuntado fue una población muy escasa la que restó después de la conquista: castellanos, aragoneses, vascos, portugueses, etc., junto a nuestros aborígenes que indefectiblemente dado el entorno es de rigor que se cruzarían a través de  distintos desposorios o mancebía con los antiguos canarios subyacente y que crea una nueva  diversidad con peculiares características e idiosincrasia producto del  mestizaje, aunque no se encuentre documentada o señalada puntualmente en principio para este apellido, pero que por estudios precisamente genealógicos ponen de relieve la posibilidad de tales circunstancias, y que de unos 7.691 a 9.410 habitantes en Gran Canaria según distintos autores que hicieron los cálculos  hacia 1585 (MACÍAS HERNÁNDEZ, 2004), fecha en torno a la que presumiblemente arribó como poblador Antón Moreno, tendrían suponemos que, por una u otra vía, emparentar con los “canarios”, los ejemplos son múltiples para otras familias referidos en distintos trabajos revisados en Genealogías Canarias, y así parece que por lógica debería suceder como un proceso natural. No hemos anotados en muchos casos desde los registros sacramentales todos los datos deseables para los individuos de las distintas líneas consignadas porque sería abrumador y muy prolijo, y poco práctico para este trabajo, pero se deja abierto para posibles lectores que puedan considerarse descendiente de alguna de ellas.

También hemos de explicar onomásticas repetidas dentro de la misma prole que hemos considerados o doble apunte o decesos de menores, la mortalidad infantil era entonces muy elevada, y era uso, costumbre y tradición, hasta fechas próximas, que el siguiente vástago nacido, si coincidían en el género, llevase como recuerdo el nombre del hermano prematuramente fallecido. Otras dificultades pueden ser entendidas, por ejemplo, en el cambio de apellidos que aparece durante el matrimonio con el apellido materno, y en el bautizo de los hijos con el paterno o viceversa, más frecuente en las esposadas (Blas Moreno, hijo e Pedro Moreno e Isabel Miranda, así consignado en su matrimonio, aparece en el su bautizo como hijo Pedro Moreno e Isabel Trujillo, seguramente primer apellido o segundo de sus padres (LÓPEZ-TREJO DÍAZ, 2012).

En otras ocasiones no se encuentran bautizados donde se espera pero en su matrimonio no aparece como procedente de otra parroquia como se suele anotar en los libros consultados de SANTIAGO CASAÑAS (2018 y 2020) en la parroquia de Moya (…en algunos registros casi inexistente de otras parroquias de las islas, se inscriben a niños y niñas de vecinos del lugar pero bautizados en otras parroquias, mencionando donde se ha celebrado la ceremonia, posiblemente con la intención de facilitar al sacerdote o al futuro vecino los mecanismos adecuados a la hora de contraer matrimonio para acceder con mayor facilidad a la solicitud de los oportunos certificados… (SUÁREZ GRIMÓN y QUINTANA ANDRÉS, 2008); como ejemplo: Francisca Morena hija de Blas Moreno y María Martín que casa con Manuel Ortega, seguramente se trata que simplemente fue anotada como María hija de este matrimonio (Blas Moreno y María Martín, nacida en 1824).


Personajes relevantes pertenecientes o relacionados con esta estirpe

A nivel local, tenemos a Juan Trujillo Moreno (1774-1776?), Juan Moreno Cabrera (1840-1841) como diputados del común. Juan Moreno Marrero (1846) y Juan Moreno Díaz (1846) como síndicos personeros: Juan Moreno Cabrera (1835-1836) (MARRERO MARRERO, 1913; SUÁREZ GRIMÓN y QUINTANA, ANDRÉS 2008) y que se trataría del tronco de Juan Antonio Castellano Yánez “el indiano” también un personaje a tener en cuenta por su prolífica descendencia y extensas propiedades, este emigrante casó varias veces y considerado como “patriarca de las medianías”, la mayoría circunscrita Al pago de Fontanales (BALBUENA CASTELLANO y CASTELLANO GARCÍA, 2005) (cuadro IV).

 Para cerrar este punto, ofrecemos una genealogía con descendencia en Moya en el siguiente cuadro:

 

 

Origen y Blasón

Una de las teorías del incierto origen de este apellido señala que procede del vocablo moro, procedente del latín maurus, desde la conquista, referido al color de la piel, en aquellos individuos de tez menos clara entre los blancos; dícese que durante la repoblación del territorio ganado a los árabes, fue mote de andaluces, levantinos, y extremeños de tez más oscura que los celtíberos y vascos del norte, suponemos que asimilados con posterioridad y seguramente procedentes de mozárabes. Otra teoría que el apellido de origen castellano, desciende del patricio romano Lucio Murena, y que se extendió por toda la península ibérica. Sus solares más antiguos radicaron en Santander, La Rioja, Aragón, Galicia, y Castilla la Nueva, de donde pasaron a Andalucía y Extremadura. 

En cuanto a sus armas, que indicamos no alcanzaron privilegios reales para ostentar distintivos nobiliarios en Gran Canaria que, sin avalar en alguna causa de información nobiliaria ni en otros legajos históricos, ni siquiera que tuvieran pretensiones o conocimientos.

Nosotros como plasmamos en los distintos trabajos nos parece ilustrativo describir armas aristocráticas que son de uso extensivo en la península, por muchas familias nobles de este apellido, con lo cual no queremos atribuirlas a la rama que nos ocupa.

De todas formas describiremos distintas versiones que nos brindan varios tratados heráldicos: Algunos de este linaje se señalaron en el cerco de la ciudad de Baeza, donde hicieron muy valerosas cosas y muy señaladas. Hacen por armas una torre de plata con sobre torre y de la primera salen dos cuervos prietos de medio cuerpo arriba como que quieren volar en campo de oro, puerta y ventanas con sus troneras y sus espilleras prietas (ANÓNIMO, edic. 2001). Otros autores lo describen con cierta similitud e incluyen los esmaltes, como: en campo de oro, un torre de gules, y saliendo del homenaje, dos águilas de sable, volantes; bordura de gules con ocho aspas de oro (CHAPARRO D’ACOSTA, 1980); y De oro, una torre de gules, surmontada de dos águilas volantes de sable, saliendo del homenaje. Bordura de gules, cargada de ocho sotueres de oro (SCHNIEPER y ROSADO, 1999).

 

Fuentes:

- Archivo Histórico Diocesano de Canarias (AHDC)

Libros sacramentales de las parroquias de Guía, Moya, Gáldar y Teror.

- Archivo Histórico Diocesano Provincial de Las Palmas (AHPLP)

Protocolos notariales.

- Archivo El Museo Canario:

Fondo magistral José Marrero Marrero:

Genealogías

Apuntes para la historia de la parroquia de Moya (1913). Manuscrito.

 

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