domingo, 21 de mayo de 2023

NUEVO LIBRO

Autores: 
José A. González Marrero y Sergio Oliva López.
Edita:
Le Canarien Ediciones.


miércoles, 17 de mayo de 2023

LOS HERNÁNDEZ PERERA. ANCESTROS DE LOS PINTO DE LA ROSA DE TENERIFE

LUISA HENRÍQUEZ GUERRA

Hace pocas semanas, días cuando mucho, conseguí que la

familia materna de mi esposo volvía a unirse a mi familia venezolana. Hoy escribiré sobre la familia de mi madre política, Doña Carmen María Ortiz Cabrera, o Cabrera-Pinto como dicen algunos, nacida en Santa Cruz de La Palma. Fue leyendo en el árbol genealógico titulado “Tablas de Parentesco de Don Fernando de Castilla” que usa una fuente del Nobiliario de Canarias en uno de los perfiles Pinto de La Rosa que decidí yo también, en esos tomos,  ver qué había en ellos ya que la abuela paterna de mis hijos era descendiente de estos Pinto, y cual fue mi sorpresa que conseguí entre sus páginas la información hasta llegar a los Hernández Crespo de mi publicación en esta misma web del 10 de agosto de 2022, titulada “Los Hernández Crespo. De Tenerife a Venezuela”[1], mis ancestros. Eso si, de un tomo saltaba a otro, o de una página a otra, ya que estos tomos hay que leerlos, prácticamente al mismo tiempo para conseguir lo que uno busca.  Aunque mi esposo y yo no coincidamos en ADN o la muestra es tan pequeña, menor de 7 cm., al parecer, la genealogía nos vuelve a unir. Primero fue con los Bravo de Laguna cuando el mismo texto del Nobiliario me indica que ambos tenemos ancestros comunes…¡¡¡ y de dos familias distintas!!!. Y ahora, otra vez, a través de los Hernández Crespo, nos vuelve a unir. Sobre esta familia Bravo de Laguna no he publicado porque prácticamente toda ella está completa en este famoso Nobiliario en el IV Tomo. Primero pensé realizar este artículo titulándolo algo así como “Los Hernández Crespo ancestros de los Pinto de La Rosa de Tenerife”, pero viendo que su origen también era con la pareja de Hernando Yanes y Beatriz Perera, ambos portugueses y residenciados en La Laguna, como que no pegaba mucho ese primer título. Decidí llamarlo “Los Hernández Perera. Ancestros de los Pinto de La Rosa de Tenerife”. Estuve buscando entre los tomos del Nobiliario de Canarias el origen de los apellidos “Pinto” y “de La Rosa” pero no conseguí llegar mucho más atrás. No les quito más tiempo y mi investigación comienza así:

jueves, 11 de mayo de 2023

INFORMACIÓN GENEALÓGICA DE RODRÍGUEZ Y ORTEGA EN GRAN CANARIA

JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

 

INTRODUCCIÓN

Del latín “urtica”, ortiga. Nombre femenino en la Edad Media y de una localidad burgalesa que en la actualidad se nombra como San Juan de Ortega, en los Montes de Oca. En Gran Canaria, Pedro Hernández de Rosiana y Francisca Gutiérrez, de los primeros repobladores de Telde, sus hijos llevaron y transmitieron el apellido Ortega. Dos de sus nietos, hijos de Esteban Hernández de Ortega, se asentaron en Teror: Bartolomé de Ortega que fue Alcaldereal de la villa, y Leonor de Ortega, casados con dos hermanos: Inés y Diego Pérez de Villanueva, respectivamente. A su vez, hijos de Juan Pérez de Villanueva fundador del núcleo terorense y patrono de su Iglesia (Egea Molina, 2013. López-Trejo Díaz, C. 2013).   

S. Juan de Ortega, Burgos. Wikipedia.

Los ejemplos de sucesión genealógica teniendo en cuenta la transmisión de un apellido y troncos comunes con frecuencia se tienen en cuenta como orígenes de una línea, como bien saben los genealogistas, una ingente investigación para desentrañar una maraña poblacional de apellidos inscritos y  heredados por línea materno o paternofilial hasta el siglo XIX, antes de que se sistematizara como preferente el apellido del padre, establecido de forma discrecional y sistemática a partir  del 1878, creemos que por decreto ley de la Monarquía en la Restauración (había que esconder múltiples vergüenzas de entonces). Con anterioridad se correspondían la transmisión en múltiples casos con reminiscencias matriarcales, intereses que suponían  privilegios o ciertamente adquiridos con posibilidades de primogenitura con antecedentes de abuelos, tíos o primos, con  derechos de herencias  siempre al socaire de los escribanos, antesala de  la  notaría, que daba fe de tales circunstancias, y que hasta el siglo XX se recuperan derechos a haciendas por trabajos de genealogista que intervienen en litigios  sobre derechos que no fueron legitimados (Rodríguez y Rodríguez-Matos, R. 2000) . Superada estas contradicciones que era privilegio de aquellos que podían pleitear, la difícil situación del aborigen canario (así invariablemente identificado en los legajos y documentos después de la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla), fue tortuoso para los antiguos canarios acceder a sus propiedades consuetudinarias, y sus derechos serían en parte satisfechos hasta bastante después de completada la Conquista, y en ciertas instancias se respetó algunas concesiones que comprendían  “arrifes”, “malpaís”, etc., valga como ejemplo el feudo a un rey de Gran Canaria como fue acordado en los prolegómenos de la misma a Fernando de Guanarteme, señor de Guayedra, lugar entonces inhóspito y de difícil roturación, territorio que fue excluido por él mismo a la anexión de la isla a Castilla, según algunos autores, y se dejó como resto del estado indígena hasta 1512 cuando fueron molestados y expulsados por el conquistador Miguel Trejo de Carvajal (Moreno Santana, 2014. Egea Molina, 2021); los escalafones en la felonía referente a la tierra en primer lugar contaban los conquistadores con el corpus de la terratenencias, en segundo pobladores y gente del común, y en tercer lugar los indígenas.  Se completó la ciudadanía de Gran Canaria con aquel puñado de habitantes establecidos de una u otra forma señaladas, y que accederían a sus tierras en tales circunstancias; aquellos aborígenes supervivientes de una guerra con intenciones de limpieza y con el aval de la Iglesia, que de paso usurpaban sus derechos, respetados en la medida que se extendía el mestizaje, y que tuvieron como vértice las formas de repartimiento sobre cualquier otra consideración que terminaron por estratificar una población compuestas de distintos orígenes de los reinos peninsulares y de los canarios (Aznar Vallejo, 1992).

lunes, 8 de mayo de 2023

GINORI Y VIERA, DE CANARIAS A VENEZUELA

LUISA HENRÍQUEZ GUERRA

En el año 2019 recibí un correo electrónico de un genealogista y primo venezolano, Luis Viso González (negroviso), diciéndome que revisara los registros de un ancestro de mi bisabuela María Rita García Pittaluga. Él había (se puede decir que descubierto?), que el apellido Ginoria de sus investigaciones de las familias de Calabozo[1], era en la vida real Ginori, de origen italiano pero nacido en las Islas Canarias. A partir de esa información tuvimos que arreglar nuestros árboles genealógicos.

  Catedral de Calabozo, Guárico (Venerzuela)
Gracias a Viso González, conseguí la familia de una de mis bisabuelas maternas, María Rita del Carmen García Pittaluga, nacida en Calabozo o llamada también Villa de Todos los Santos, población ubicada en el estado Guárico. Ya tenía como dos años revisando por las distintas web de internet a ver cómo o quién tendría información sobre la familia de mi bisabuela Rita, que era como se hacía llamar. Y él la tenía, a mi familia.

Cuando comencé a ver por internet la procedencia de ese apellido Ginori, me salieron varios enlaces y, el principal con información, fue el del blogs de Gaviño de Franchy, Editores[2], con su artículo de la Familia de Viera y Clavijo. La Familia de José Viera y Clavijo de Carlos  Gaviño de Franchy, publicado el 3 de marzo de 2016; también en la web francesa de genealogía había información sobre descendientes de los Ginori con un usuario mexicano (sanchiz) que al final resultó ser de la investigación de varias personas[3]. Total, había bastante información. Pero..., siempre hay un pero en estas historias, los genealogistas canarios no sabían de la existencia de ese Ginori en Venezuela hasta que Viso González los contactó en Canarias.

Nuestro Domingo Ginori y Viera era hijo de Domingo Ginori de Andueza y Gabriela Josefa Viera de Estrada. Apareció en Calabozo, en documentos, cuando se casó el 30 de enero de 1769 con Manuela Thadea Rodríguez de Santiago y Ledezma. Era Regidor, como sale en algún documento,  de esa población.

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