sábado, 22 de octubre de 2022

EL ARMORIAL DE AGUILAR: RELACIÓN GENEALÓGICA IMPLICADA

JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

SINOPSIS PRELIMINAR

Villanueva de la Serena
El documento más antiguo, contrastado por nosotros, donde se nombran a los Aguilar en Canarias es en la Crónica de la conquista de Gran Canaria (Crónica Lacunense)[1]: … de forma que la isla en breve tiempo se ennobleció y había en ella mucha caballería, tanto que solo en la villa de Gáldar, en un regocijo, se vieron junto en una plaza ochenta caballeros en muy hermosos caballos de los linajes de los Betancores, Vargas y Jáimez, Quintanas, Figueroas y Guzmanez, Chirinos, Aguilares… En la lista de aquellos principales que desembarcan en la conquista de Canaria (Gran Canaria) relacionada por Cairasco de Figueroa en su Templo Militante[2] encontramos: Vergaras, Aguilares y Seguras…, consta en esta detallada relación que suponemos conformada dos siglos y medio después, apellidos de personajes ascendientes de aquellas familias que entonces pertenecían a la aristocracia local terrateniente, estamentos eclesiales, regidurías y del Santo Oficio. Algunos apellidos pertenecientes a la soldadesca, oficiales y capitanes de los protagonistas de la conquista y colonización, mantuvieron sus signos de identidad y tomaron parte en la fundación  del Real de Las Palmas, otros pasaron a la conquista de Tenerife, en definitiva  personajes de influencia en nuestro ámbito local, que es uno de los  aspectos del apellido y orígenes que vamos a tratar. En lo que respecta a la relación de  estos conquistadores en la isla de Tenerife procedente de Viana y recogida por Viera en su magna obra Noticias  de la Historia General de las Islas Canarias[3], no aparecen los Aguilar, documento que nos hace suponer que no pasaron a esta isla, si examinamos esta anotación con connotaciones poemática y epopéyica, sin embargo incluye Clavijo en obra los párrafos de la Crónica Lacunense más arriba descrito con alusión concreta a Gáldar. Contamos, también las referencias dadas por Sergio Bonnet, como preámbulo que acompaña a su transcripción de un documento inédito anterior al Nobiliario de Canarias y que posteriormente puntualizaremos, donde se glosa a Gonzalo de Aguilar, natural de Villanueva de la Serena, Badajoz, que vino a la conquista de Gran Canaria con su padre Juan de Aguilar que se estableció en Gáldar, regidor de la isla donde tuvo extensos repartimientos de tierras, (que) casó con Leonor Verde  de Bethencourt, hija de Juan Verde y María de Bethencourt (sobrina de Maciot), vecinos de Lanzarote. El matrimonio fue tronco de la noble familia de suapellido que aún subsiste. El documento transcripto se refiere a la Villa de Gáldar en 1526, en tiempos del Mensajero de la Corte, con plenos poderes sobre los vecinos de Gáldar, Francisco Jáimez de Sotomayor (hijo de  Alonso, Alférez Mayor); el principio de  la transcripción de Bonnet: Sepan que esta carta vieren cómo nos Jerónimo de Pineda, regidor de esta Isla, e Arriete de Betancor e Christobal  Rodriguez de Lucena e Gonzalo de Aguilar e Antón López e Pedro Argüello e Pedro Rey e Juan Perdomo e Antón Cherinos e Miguel Trejo e Luisa Betancor, mujer de Maciot de Betancor, difunto, que Dios haya, e doña Catalina Guzmán, mujer de Fernando Guzmán… Sin otros comentarios, se facilita cuasi el elenco de los vecinos de la villa de donde  irradia los principales linajes de la comarca y de Gran Canaria (Bonnet Suárez, 1960)[4]. En todas estas familias mencionadas habría que considerar a los Verde que tuvieron en Gran Canaria una unión muy estrecha y perdurable con los Aguilar, tanto es así que se puede confundir su filiación: los Verde, de los que no se conservan de sus armas primigenias (algunos autores dicen que adoptaron las de Bethencourt o Perdomo) primero radicaron en Gáldar, Gran Canaria, pasaron a Lanzarote, y establecieron vínculos con  Bethencourt donde matrimoniaron algunos de sus vástagos con deudos de Maciot y ende con la realeza  aborigen,  aquí trataremos de su descendencia que por su filiación llevan el apellido Guanarteme[5] junto a Aguilar, tratándose  de  una prolífica descendencia, y que apostillamos como hipótesis argumental que justifica el  trabajo de la interpretación  de sus armas. Y por último los Trejo, que como personaje destacado en esta ascendencia tenemos a D. Miguel de Trejo Carvajal matrimoniado con Doña Margarita Fernández de Guanarteme, única hija de D. Fernando último Guanarteme de Gáldar, y que litigó e incordió a su suegro por unas tierras que el Guanarteme: recibió tras su colaboración en sus esfuerzos de pacificación y concedida por los Reyes Católicos. Las armas de la familia Carvajal que hoy se conservan en El Museo Canario incluyen las de Aguilar y están descritas e historiadas por Gómez-Pamo(1995)[6].

 

ORIGEN DE AGUILAR EN DISTINTAS FUENTES

Los Aguilar de Gran Canaria son sin dudas conquistadores de origen extremeño, y que viene reseñado seguramente por el autor del Nobiliario  en base seguramente de algún  legajo familiar, que  quizás se conserve seguramente en el Archivo de Acialcázar, extremo este no estudiado por nosotros; por otro lado, imaginamos que existen aquellos celosamente conservados por los descendientes; por nuestra parte hemos indagado en  aquellos tratados de consultas al uso sus orígenes básicos, a partir de la villa extremeña que posiblemente fue el lugar desde donde pasaron a Canarias. Si nos atenemos a sus precursores, que no pueden ser soslayados, encontrados en varios relatos cuya realidad habría que considerar pero que sin duda diferenciar dentro de los distintos orígenes  peninsulares y como base común la conquista y supeditada a la movilidad de los conquistadores en los reinos peninsulares. Según el Nobiliario de los Reynos de Hispania, manuscrito inédito del siglo XVI[7]: Estos se llaman de este nombre por el señorío que tienen en esta villa… Los Barrosos de Toledo tienen deudo con esta casa porque casó Don García Fernández, hermano del cardenal Barrosos, que era muy rico, con Doña Jomar de Aguilar, y era natural de Navarra e hija del señor de la Villa y castillo de Aguilar  cerca de Navarra, que ahora es condado, y solía llamarse don solo el que heredaba  la casa…  

En la procedencia que hemos ya consignados de los tratados clásicos tenemos:   El linaje de Aguilar tuvo el mismo primitivo origen que el de Aguiar, porque el tronco de ambos fue el caballero mozárabe de Toledo Men Gómez Ibáñez, padre del Conde Gueda bello el Viejo, fundador del apellido Aguiar en la forma que ya se ha explicado, de quien procede el linaje Aguilar, y de Egas de Obiñal… En opinión de muchos y muy autorizados tratadistas, hay en España y América otro apellido Aguilar, completamente distinto del anterior  (a pesar de la identidad de sus nombres), nosotros añadimos que también en Canarias, vía Nuevo Mundo, y que constituye linaje aparte, por ser otro su origen y otro también primitivo solar de donde procede. Según otros autores, este apellido…ofrece mucha antigüedad, pues ya venga sus orígenes de los romanos, como afirman algunos, o ya proceda de unos caballeros godos que fueron Señores de la villa de Aguilar de Campóo (Palencia), cuyo nombre tomaron por apellidos, como aseguran otros, lo cierto que en dicha villa aparece el noble solar de Aguilar desde tiempos muy remotos. 

 

Por último en un tratado  que creemos relevante de fray Francisco de Lozano, en su Nobleza General de España (1716)[8], sitúa su solar en Navarra. Nuestras pesquisas nos llevan a que la ascendencia de los destacados miembros de las familias de Aguilar que en la Península tuvieron tantas ramas relevantes dentro de la aristocracia, y como uno de los núcleos expansivo más importante la villa de Écija después del XVI, se nos antoja  además por obvio no relacionar en este trabajo todas las vinculadas bajo presupuestos de nobleza, porque sería prolijo y no relevante para nuestros propósitos, y que solo queremos hacer mención de los Aguilar establecidos en Tenerife a partir del siglo XVII, de la línea procedente de los Señores del Pilar, iniciada en Tenerife con Pedro de  Aguilar Ponce de León, Corregidor de Tenerife y La Palma, que casó con Catalina de Guzmán y Tejada cuya hija Catalina de Aguilar fue la segunda esposa de Alonso de Nava y Grimón, 2º marqués de Villanueva del Prado, como fruto de este matrimonio nació una hija: Doña Josefa de Nava y Aguilar (Soriano, 2007[9]; Mogrobejo, 2016[10]). En Gran Canaria tenemos otra rama de Aguilar aunque procedente de La Orotava y como segundo apellido de una generación, como resultado de las segundas nupcias de Don Sebastián Díaz Romero, nacido en la calle de San Justo de Las Palmas de Gran Canaria el 20 de enero de 1796, que fue escribano público y de Cámara de la Real Audiencia de Canarias, que casó en la Isla de Tenerife con doña Isabel María de Aguilar y Ximénez-Pimienta nacida en el Puerto del Valle de La Orotava (Puerto de la Cruz) en 1804. De este enlace nacieron once hijos,  uno de ellos Don Manuel Díaz de Aguilar, nacido en la ciudad de San Cristóbal de la Laguna en 1825, fue oficial primero de la escribanía de Cámara de la Real Audiencia y de la contaduría de hipotecas, casó el 24 de abril de 1851 con doña Luisa Millares Torres, hermana de los ilustres notarios e historiadores Millares Torres (Rodríguez Díaz de Quintana, 1980[11]. Esteva Navarro, J. 2012[12]), ajenos estos a otros Díaz de Aguilar, apellido que se unió y que realmente procede  de los Aguilar de Gáldar-Guía objeto del estudio (Diego Hernández Díaz, nacido en Las Palmas en el año 1569, matrimonió con María Trujillo de Armas. Diego fue alcalde real en los años 1611 a 1613, en Moya, fue una familia socialmente preeminente: sus descendientes llevaron título de don, con enlaces con las principales familias locales, ostentaron cargos en su ayuntamiento y la oficialidad en las milicias. De ellos, procede la familia Díaz de Aguilar (Egea Molina, 2013)[13].

Por último, el padre del actual marqués de Guisla-Guiselin, Tomás van de Walle Sotomayor[14],  lleva como segundo apellido Aguilar: D. Luis Van de Walle Aguilar, consorte de su parienta Doña Mercedes Sotomayor Van de Walle (estando viuda, accedió al título de marquesa de Guisla-Ghiselin),  hijo de D. Luis Van de Walle Fernández del Castillo y de Doña Olga Mª del Carmen Aguilar Chasseriau, hemos indagado informalmente de forma coloquial con Don Tomás la procedencia de esta rama pero parece procedente de la península y de ascendencia no desdeñable, radicada en Santa Cruz de Tenerife, prevalece en su filiación la importancia que tenía en la época el padre de Doña Olga, D. Abel Aguilar, cónsul honorario en la época zarista (Van de Walle, 2022; Nobiliario de Canarias II). 

Queremos ilustrar en este apartado  sobre la posibilidad de otros que en principio podrían haber arribado en las Canarias como participes de la conquista de América: En el índice  de conquistadores extremeños de los 15.000 extremeños (incluidas media docena de mujeres notables, entre las que subrayamos la figura de Inés Suárez), que muy bien pudieran haber pasado a Indias en el siglo XVI, han podido ser identificados unos 6.000. Sirva la relación siguiente a modo de homenaje, todo y sabiendo que sería imposible relacionarlos a todos, pues el fenómeno supuso una cruel sangría migratoria a la que con “espada en ristre” los conquistadores extremeños contribuyeron como pocos, buscando en América, el mito del “vellocino de oro”. En el cuadro resumen adjunto de la obra aparece: Aguilar Francisco ¿? (Delgado Guillén, 2013)[15].

 

GRAN CANARIA: GÁLDAR Y GUÍA

El Nobiliario de Canarias[16] nos da un una sucesión genealógica continuada, si bien se inicia como un apéndice después de haber entroncado con la familia de Muxica-Lezcano a partir de Doña Blanca de Muxica y Espino, casada en 1746 con el Capitán Don Isidro de Aguilar Victoria, regidor de Gran Canaria y Mayorazgo de su Casa, donde parece que la importancia en lo que respecta a su condición hidalga desde la conquista, viene exaltada por este matrimonio, demostraremos que efectivamente existen motivaciones de otra índole donde los Aguilares por derecho propio fueron destacados por sus hechos y relevancia en la sociedad Gran Canaria, si bien radicados en principio en Gáldar y Guía, cuando las circunstancias capitalinas dieron escasa relevancia a estos núcleos de la hidalguías primigenia. Los conquistadores, leales servidores de Doña Isabel y Don Fernando, recibieron cuantiosas fanegadas de terreno de regadío e  importantes  heredamientos de aguas, que constituyeron los primeros mayorazgos y datas, base indiscutible de las grandes propiedades de la Isla, algunas de las cuales se conservan aún vinculadas a nobles y arraigadas familias de Las Palmas. En este primer repartimiento de tierras y aguas figuran, entre otros, los cedidos  a las familias Veras, Guanartemes, Betancores, Vargas, Jáimez, Quintanas, Figueroas, Guzmanes y Aguilares; Cherinos, Herreras, Carvajales, Vegas, Sambranas, Sorias y Godoyes; Moxicas, Siberios, Lezcanos, Fontanas y Calderones; Zerpas y Padillas; Peñalosas y Palenzuelas; Matos, Cairascos, Machucas, Soberanis, García del Castillo, Martín González de Navarra. Todas estas familias, según conocemos, convirtieron  estos  repartimientos en tierras cultivables con varias especies de hortalizas, legumbres, caña y diversos frutales  y crearon magníficos ingenios de azúcar. Esta primera orden de distribución de tierras fue ratificada  por  Pedro de Vera, por Sus Altezas los Reyes Católicos, con virtud de Real Cédula de 28 de enero de 1487 (Jiménez Sánchez, 1940)[17]: Luego que acabó de conquistar la tierra, el Gobernador Pedro de Vera envió a España y a la isla de la Madera por árboles frutales y cañas de azúcar, legumbres y todo género de ganado y caza…  La segunda zona a repartir estaba en Gáldar, y el sobrante de agua se localizaba junto a tierras del genovés Batista de Riberol: […] Por quanto Batista de Ryberol ovo comprado en termino de la dicha vylla de Santyago (Gáldar) tres suertes de tierra de regadio debaxo de una açada de agua, y en la qual dicha açada de agua se pueden regar más suertes de tierra y aquellas tierras, y les paresçe que será byen que se diesen a los que sirvieron en la conquysta [...], que se dé lo demasyado que ansy se falla. En este caso se midieron las tierras de Riberol para preservar el caudal de agua que regaba sus sembrados, y con el cálculo de lo que se podía regar con el agua sobrante, se delimitaron varias suertes con la misma valoración y criterio que en Moya, otorgándoselas a otros conquistadores peticionarios, entre los que se encontraba el alcalde Pedro de Jaén, e incluimos todos aquellos conquistadores radicados en al villa y entre ellos los Aguilar (Gambín, M. 2014)[18]. Ejemplo de la influencia que Riverol ejercía en la comarca, ennoblecidos posteriormente, banqueros de la conquista, y que tuvieron relación familiar con los Quintana próximos a los Aguilar (Nobiliario y Blasón VI), aunque fuesen los primeros de más acendrada hidalguía, según la Relación Genealógica de fray Juan Suárez de Quintana.

Casa Quintana en la villa de Sta. María de Guía

En la filiación mantenida por algunos genealogistas como iniciación del linaje en Gran Canaria con Juan de Aguilar Carrascosa y su mujer  Catalina Jiménez, naturales de Villanueva, no puede mantenerse documentalmente hasta el momento, padres de Don Gonzalo del que si tenernos verdadera certeza  que se estableció en Gáldar, destacado junto a su padre en las campañas de las conquistas de Granada y Gran Canaria según algunos historiadores, circunstancias que tampoco queda testimoniada con vestigios de cualquier naturaleza documental, y que por los datos manejados únicamente existe el hecho irrefutable del establecimiento del hijo como conquistador en esta villa: Actuó como testigo en la información de Margarita Femández Guadarteme, en 1526, declarando ser conquistador desta isla (Cebrián Latasa, 2003)[19].  Existe un salto cualitativo de la familia dada las perspectivas de este núcleo poblacional, donde estuvo radicada la capital del Guanartemato, como se quiera existe una serie de matrimonios en donde se considera la concentración de tierras, que entonces no sería muy generosa en los primeros repartimientos para aquellos que no eran principales y, que como una especie de tratos que a veces bordeaban la endogamia por imperativos poblacionales, se procuraban matrimonios en el sentido de disponer de explotaciones que fueran rentables, siempre tomando ejemplo  de los nobles en península que disponían de propiedades extensas, y que aquí en Gran Canaria eran exiguas. 

 

EL BLASÓN DE AGUILAR ENCONTRADO

En referencia a las armas que presentamos encontradas en la calle Doctor Estévez, antigua Carreras,  y no descritas hasta hora, (no señaladas en un inventario en el capítulo de Blasones en la “Guía de Exposición Retrospectiva del Museo Canario en 1950”, en la Conmemoración del Museo Canario)[20] en una finca que actualmente se sitúa una casa modernista levantada por D. Francisco Aguiar Hernández en la primera mitad del siglo pasado. En unos muros de la azotea se recuperó recientemente un blasón enjalbegado que, o bien existió en las postrimerías del XVII allí (Rivero, 2022)[21], o fue trasladado desde otra casa solariega del entorno, dado que los datos consultados por nosotros supuestamente no radicaría allí, si nos atenemos a las viviendas de su entorno y tomando como  base la genealogía de la familia que podría orientarnos en algún documento su ubicación aproximada. Señalaremos que esta indagación para identificar al personaje o personajes a los que el blasón perteneciera,  es inevitable seguir una genealogía precisa y ordenada como es el socorrido y nunca bien ponderado, para estos y otros fines, Nobiliario de Canarias en cuanto se refiere a la sucesión continuada, por tanto en cada caso situaremos los personajes en base  a la magna obra aludida. Por otro lado, entresacamos posibles familias implicadas a partir de los distintos folios siguiendo la transcripción de Pedro González-Sosa de la Relación Genealógica de Fray Juan Suárez de Quintana[22], estimables por ser anteriores al Nobiliario, se trata como sabemos de aquellos apellidos de familias que encabezan distintos apartados, para conformar una serie de linajes  de su propia ascendencia, tendencia lógica de muchos genealogistas, donde aparecen enlaces de orígenes diversos que confluyen, documento del que también en parte nos valemos para argumentar los cuarteles del blasón estudiado, así como el posible emplazamiento  original donde pudiese campear, algunas propuestas indicadas en nuestros razonamientos quizás peregrinas tratan de dilucidar su localización, en los textos de González-Sosa, introducción a la transcripción, la información es escasa o nula y solo hay la mención de la casa que a continuación hacemos referencia: …en el testamento de Miguel de Trejo y Aguilar  fechado en 1614 donde dice haber comprado la casa en 1609 , casa donde nació fray Juan Suarez de Quintana, y posteriormente hogar de los Jaques de Mesa[23], situada en la Plaza Chica, hoy plaza de Luján Pérez, derribada desgraciadamente a mediados del siglo pasado y donde en la actualidad se ubica el Ayuntamiento, …a Juan Rodríguez de Orihuela. Miguel Trejo declara que recibió dote en su casamiento con María Castrillo del padre de su consorte Alonso Rodríguez de Castrillo. Tuvieron por hijos a Juan de Aguilar, Bartolomé de Aguilar, el canónigo Marcos Verde de Aguilar y Leonor de Quintana que casó con Pedro de Acedo Bethencourt. El canónigo Marcos Verde de Aguilar y Trejo nació y fue bautizado en Gáldar en 1600. Además de miembro del cabildo catedralicio de Santa Ana, fue Juez de la Santa Cruzada y fundador de las ermitas de San Marcos y Virgen de la Maravillas, en Anzofé y San Isidro, ambas en Gáldar, actualmente esta última que se conserva restaurada, se encuentra en la carretera general de Gáldar a San Isidro camino de Agaete, hoy sustancialmente modificada esta ruta por imperativos de la modernidad, en la misma se sitúan sendos blasones en sus flancos pertenecientes a las familias  de Guanarteme y Aguilar, creemos colocados aproximadamente a mediados del siglo XX. Por otro lado, tenemos otras sucesiones que podríamos entroncar con los hijos de Trejo de Aguilar: Doña María Calvo de Quintana casó con don Francisco Verde de Aguilar y tuvieron por hijos: al licenciado Don Marcos Verde de Aguilar , presbítero,  doña María Calvo, a Doña Ana, Doña Francisca y Don Bartolomé Verde de Aguilar  de los cuales, Doña María casó con Don Pedro Suárez de Quintana, natural de Gáldar, homonimia  del hermano  de fray Juan el genealogista, de la Compañía de Jesús, que tomó los hábitos en la Ciudad de los Reyes de Lima. Doña Ana Verde casó  con Don Sebastián de Quintana y su prole llevó el apellido Quintana. Solo puntualizaremos que unos de sus hijos Marcos casó con Doña Feliciana de Pineda, hija legítima de Don Diego Pineda de Betancurt. Proseguimos con la genealogía de fray Juan: encontramos nada menos que a uno de los más destacados personajes de la época, Alonso de Soria  procedente del conquistador Juan de Quintana Soria casado con Tomasina de San Pedro, hija de Juan de Aguilar (parece ser padre de nuestro Gonzalo)  y de Inés Coronado (Cebrián Latasa, 2003). En lo que se refiere a la descendencia Carvajal tenemos a Doña María de Carvajal y Bartolomé de Aguilar, que tuvieron como hijos a Francisco de Aguilar y a Don Miguel Trejo (el ya mencionado capitán Miguel Trejo y Aguilar). La relación enlaza a deudos con los Fernández de Córdoba, Aguilar y Jáimez de Sotomayor de preclara nobleza en las tierras peninsulares. Radican en la ciudad de Telde individuos inscritos como de Aguilar entre 1557 y 1600, no encontramos pistas de sus estatus social en la ciudad de los Faycanes solo “como apellidos  utilizados en Telde”  y quizás bautizados y matrimoniados en la entonces villa (Rodríguez y Viera, 2007)[24], nuestra suposición es que proceden de Gáldar, aunque según nuestras pesquisas no aparecen estos traslados bien por matrimonios o por otras circunstancias siguiendo su rastro en el Nobiliario de Canarias entre las fechas señaladas, otra posibilidad se basa con aquellos  apellidos con referencia a toponímicos peninsulares de villas castellanas, extremeñas  y andaluzas que aparecen con frecuencia, apellidos adoptados por los judeoconversos y moriscos  como es de general conocimiento en toda nuestra geografía (Aguilar de Campoo, Aguilar de la Frontera, por ejemplo).

Casa en Sta. María de Guía donde se halló el blasón

 


 

 

DESCRIPCIÓN DE LAS DISTINTAS ARMAS Y UBICACIONES

Según el Nobiliario de los Reynos de Hispania, ya mencionado, haciendo referencia al origen del linaje, reservamos desde la misma documentación sus armas que nos ilustra con texto y miniaturas “iluminadas”: Traen por armas un águila judía en campo de plata, pero las mas propias son grutalda de oro y prieto en campo de oro” (número correspondiente fotograma ilustrativo= 1)…  El marqués de Pliego, Don Alfonso Fernández de Aguilar, traía por armas un escudo cuartelado. En el primero, las armas de Córdoba (sobre el todo se refiere: escusón), y en el segundo, las de Herrera, y los otros dos de Henríquez”(2). Esta última descripción propia seguramente del marquesado que ostentaba el personaje y no pertenecientes a  Aguilar. Otros tratados  dicen que los señores de Aguilar, así como los de Castilla, Extremadura y Granada llevan: En campo de oro, un águila de sable, exployada y con corona imperial (Schnieper y Rosado, 1999)[25]. En Canarias, la principal característica es que el águila sirve de soporte  y se añade a cada lado la palmera canaria,  suponemos como símbolo  de la isla y agregación como vínculo con los Guanarteme (consultar blasón de Fernando de Guanarteme, Bonnet, 1947[26]); recogido del Nobiliario de Canarias, en su tomo III, las armas de Aguilar esmaltadas son: Escudo cortado: el primero en campo de oro, tres fajas de gules; el segundo, en campo de azur, una banda de oro engolada en dragantes de sinople linguados de gules, acompañados a cada lado de cinco roeles de oro en pal.- Soporte: Un águila de sable coronado (5). En el mismo Nobiliario en el tomo III Lám. CCCXXXIII, encontramos el blasón de Juan Verde de Aguilar en su enterramiento en Gáldar, creemos situado en la parroquial de Santiago de los Caballeros (no contrastada esta localización). El blasón sepulcral de las armas que consideraremos como “primitivas”, contendrían Aguilar con otros linajes, que definidas en cuatro cuarteles, en cruz se ordenan: en el primero un león, de Bethencourt, que hemos ya relacionado con los Aguilar a través de los Verde que también lo tenían como armas desde su establecimiento en Gáldar; segundo, tres fajas; tercero, una banda engolada en dragantes linguados, acompañados a cada lado de cinco roeles en pal (que junto al segundo cuartel constituirían las armas de Aguilar); y en el cuarto, casi ilegible, dos leones enfrentados y empinados, se trata de Perdomo que originariamente sería: dos leones afrontados; en el jefe tres flores de lis en faja (3) (Gómez-Pamo, 2022)[27], los Perdomo como sabemos se encuentran también estrechamente ligados a los Bethencourt a través de Arriete de Perdomo  que vino a la conquista con Juan  de Bethencourt, su tío según algunos autores. En cuanto al escudo mas reciente encontrado, pero no por ello más moderno o menos antiguo, y que reproducimos en el fotograma genealógico adjunto al trabajo, podría corresponder a uno de los personajes como emblema en su casa solariega en Guía, se podría describir como, cuartelado en cruz (seguimos los órdenes más frecuentes en la descripción de blasones) con: primero, una banda engolada en dragantes linguados, acompañados a cada lado de cinco roeles en pal; segundo un castillo; tercero, tres fajas; y cuarto, más dificultoso de apreciar, un león con una banda superpuesta (en brochante), que podría considerarse en heráldica como una cotiza, pieza disminuida derivada de la banda (4), y que constituye  uno de los casos contados en la heráldica, que conozcamos, con este tipo de combinación de muebles dentro de un blasón en Gran Canaria. No cabe duda los cuarteles perteneciente a los Aguilar, aunque en este caso invertidos al que suponemos como tradicional, como se ha descrito. El segundo cuartel se trata de Quintana (Gómez-Pamo, 2022), y por último el cuarto cuartel más dificultoso en su interpretación comprenderían dos líneas de deudos: Carvajal,  la banda y Bethencourt el León si nos atenemos a los antecedentes familiares que hemos tratado de entroncar con una larga y tortuosas argumentaciones.

Hemos dejado medianamente claro donde se ha encontrado el último blasón descrito, se ha argumentado hipotéticamente su traslado de otras casas de la villa de Guía que no podrían ser argumentado como definitivo, tenemos razones para creer dado su estado y la obra de su alojamiento donde se encuentra, dada el tipo de piedra entre otros factores: ignibritas  consecuencia de nubes ardientes  de flujo lávico, “Ash flow”, de color blanco o amarillento (Araña y Carracedo, 1980)[28] muy delicada en tanto a su esculpido (filigrana que podemos considerar de un verdadero maestro (Tarquis Rodríguez, 1965)[29] como para su traslado, que podría estar enseñoreando allí mismo un frontis que formó contrafuerte de una casa de nueva edificación que la cegaba y que cerraba alguna de las callejuelas donde se situaba, para ello nos hemos basado en un plano de la ciudad de Guía datada en la primera parte del siglo XIX (según documentación facilitada por el conservador del Museo de Néstor de la ciudad de Guía, D. Sergio Aguiar Castellano en 2022)[30]. En un principio hemos apuntado la posibilidad que pudiera haber podido campear en la casa de  fray Juan Suarez de Quintana que con anterioridad hemos adjudicado a Miguel Trejo de Aguilar. No nos cuadra tal conjetura pues no existen documentos si esta vivienda llegó a ser heredada por la descendencia que reseñamos en la sucesión genealógica probable que  pudiera pertenecer originariamente el blasón. Por el contrario si se situaba allí el blasón que perteneció a la familia de fray Juan descrito por Pedro González-Sosa en el volumen de su transcripción y que actualmente se conserva en la fachada del Ayuntamiento.

Una vez no resuelta sino conjeturada la casa del blasón objeto del estudio en la ciudad de Guía, nos encontramos con el clásico, depurado o definitivo hasta nuestros días  en la ermita de San Isidro Gáldar ya comentada y así, nos trasladamos a Las Palmas de Gran Canaria, como se trasladó la familia a partir de  principios del XIX,  donde si existen dos casas que lucen las armas de Aguilar en sus fachadas, ambas ubicadas el barrio de Vegueta. En la calle Castillo, casa de dos plantas  con balcón de celosía tipo canario sin tejadillo y de volado corto. Parece una restauración de la primera parte del siglo XX conservando su estilo doméstico canario, quizás de los años cuarenta; desde luego en el plano del casco histórico de la ciudad de Pedro Agustín del Castillo (1686) aparece ya ocupada por una vivienda a la misma altura y acera de esta calle, con ornamentación muy sobria, con filetes de cantería azul enmarcando los distintos  huecos de la edificación. En la actualidad, la casa es propiedad  de una rama de la familia Aguilar, concretamente Molina Aguilar. Centrado sobre el hueco que abre al balcón se encuentra el armorial, labrado en pieza rectangular de cantería de Arucas cercado por perfiles sogueados, y con una labra exquisita que nos sirve como ejemplo de su versión más depurada. Particiones y muebles, simplifican a través de los tiempos los blasones que conformaban las sucesivas alianzas con las familias Verde de Bethencourt, Carvajal o Guanarteme, descritos  como génesis en las armas de Don Juan Verde de Aguilar en la losa de su enterramiento en Gáldar.

En la casa de los Díaz de Aguilar, calle Dr. Chil (antigua del Colegio) en Las Palmas de Gran Canaria, con tres plantas de reciente reconstrucción, de factura vertical y rectilínea, donde destaca la disposición asimétrica de los huecos, fileteados sobriamente por cantería azul de Arucas. El hueco de la entrada, situado a un lateral, se prolonga en lienzo de esta piedra cincelada hasta un ventanal del segundo piso como único elemento estimable que recuerde el estilo doméstico tradicional. Dos gárgolas de cañón  de perfiles cuadrangulares ciñen el conjunto sobre los tres últimos ventanales. El blasón se sitúa precisamente entre dos de estos ventanales del último piso correspondiente en el lado de la portada, labrado en una pieza cuadrangular de cantería azul, representa las armas ya clásicas de Aguilar en Canarias, ya descritas e historiada en la existente en la calle Castillo. El blasón está esculpido con relieves algo esquemáticos, acorde suponemos con el gusto de la época que estimamos de la década de los cincuenta del pasado siglo XX, con temor a equivocarnos. Esta casa alberga en la actualidad viviendas y despachos del recordado mecenas, político y abogado grancanario José Joaquín Díaz de Aguilar, fallecido ya hace algunas décadas. La casa que en realidad se puede considerar como matriz de este apellido, se encuentra en la trasera al edificio descrito, concretamente en la calle Espíritu Santo del barrio de Vegueta, del siglo XVIII que sin estar blasonada es uno de los ejemplares más genuinos de nuestra arquitectura tradicional, y que alberga un balcón descubierto de bella factura dentro del más puro estilo canario. Las armas esmaltadas de Aguilar se pueden contemplar en un altar lateral de la iglesia de San Francisco sita en la Plaza de Colón de Las Palmas de Gran Canaria, debajo de una imagen patronazgo de la familia Díaz de Aguilar. Estas mismas armas esmaltadas también la hemos localizado en el retrato del que fuera presidente del cabildo de Gran Canaria D. José de Aguilar Martín (1924-1926) que se expone junto a otros Presidentes de esta Institución. Además las  armas de Aguilar forman parte de cuarteles en otros blasones como sería los del Castillo, que encontramos en dos fachadas de Vegueta, perteneciente a dos labras una situada en la Plaza de Santa Ana, en el edificio decimonónico que nosotros denominamos como casa de Doña Luisa Manrique de Lara del Castillo, y la casa situada en la calle Castillo propiedad de los  Castillo Carreras  heredada de don Adán del Castillo Westerling, escudos de distinta factura pero que contienen los mismos cuarteles y alberga ambos el de Aguilar (Nobiliario y Blasón, tomo II). Como anecdotario encontramos en la fachada de la casa de D. Juan del Rio Amor y su señora Doña Teresa Bravo de Laguna del Castillo, también en la calle Castillo, un singular escudo que indagamos sobre sus cuarteles y que en su día Miguel Rodríguez Díaz de Quintana (comunicación personal por misiva)[31], calificó como una recreación de Néstor Álamo encargada a algún alarife de la época, datado sobre 1940,  para hermosear la fachada con una serie de cuarteles que entremezclan distintas filiaciones y entre ellas Aguilar, pero que no corresponde, en principio,  a la estirpe  de los propietarios de la vivienda, ni actuales, ni anteriores y de diseño erróneo cuenta con fallos heráldicos en los que no entramos a considerar en este estudio.


Trabajo concebido gracias a las recomendaciones y magníficas orientaciones de

JUAN R. GÓMEZ-PAMO

al que dedico con mi más sincera admiración y agradecimiento.



[1] Anónimo, atribuida a Alonso Jáimez de Sotomayor, siglo XVI. “Crónica de la conquista de Gran Canaria (Crónica Lacunense)”. Ediciones del Museo Canario, Arcón Canario, 1976., Presentación y trascripción Pedro Schlueter Caballero. Pág. 87.

[2] Millares Torres, A 1977. “Historia General de las Islas Canarias”. Edición a cargo de sus directores y coordinadores Agustín Millares Cantero y José Ramón Santana Godoy. Apéndice Documental. Lista de los apellidos que usaban los principales conquistadores que vinieron a Canaria. Cairasco de Figueroa en su Templo Militante.

[3] Viera y Clavijo, 1967. “Noticias  de la Historia General de las Islas Canarias”. Goya ediciones, S.C. De Tenerife, &ª edición. Introducción y notas por el Dr. Alejandro Cioranescu. Pág. 843 en adelante, tomada del poema de Viana. Pág. 550. Sobre los cultivos que Pedro Vera trajese de la Península.

[4] Bonnet Suárez, 1960. “Villa de Gáldar en 1526”. Edit. El Museo Canario. Enero-Diciembre 1960, nº 73-74. Pp. 115-127.

[5] Facsímiles del Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Joaquín Blanco., nº 5., 2010.  “Catalina Hernández Guanarteme y Luisa de Guanarteme. Princesas Canarias”.  Litografía Drago.  Gobierno de Canarias. Edición de Carlos Gaviño de Franchy.  Coordinador Enrique Pérez Herrero. 

[6] Gómez-Pamo Guerra del Rio, J. 1994. “El escudo de la familia Carvajal”. Noticias del Museo Canario, nº 7, julio de 1994. Diciembre 1995, pág. 13.

[7] Anónimo. 2001. “Nobiliario de los Reynos Hispanos. Manuscrito inédito del siglo XVI”. Introducción y notas por Valentín Moreno. Transcripción de Francisco Calero. Edición BBVA PRIVANZA.  Escudos  iluminados sin paginar. Madrid 2001. Pág. 4.

[8] Fray Francisco de Lozano, 1716. “Nobleza General de España y sus solares. Armas y Blasones”. Aguilar. Pág. 61.

[9] Soriano Benítez de Lugo, A., 2007. “Casas y familias laguneras. Los linajes y palacios de Nava-Grimón y Salazar de Frías”. Excmo. Ayuntamiento de La Laguna y Caja Canarias. Al cuidado de Gaviño de Franchy. Pág. 192-194.

[10] Endika y Garikoitz de Mogrobejo, 2016. “Diccionario Hispanoamericano de Heráldica, Onomástica y Genealogía”. Aguiar y Aguilar.

[11] Rodríguez Díaz de Quintana, M. 1980.  “Genealogía e Historia de las familias González, Díaz, Rodríguez y Navarro”. Mimeo (Disponible en el Archivo de El Museo Canario).

[13] Egea Molina, E. 2013. “Apellidos de antiguos pobladores de Moya. Siglos XVI-XVII (II)”. Genealogías Canarias.

[14] Tomás Van de Walle Sotomayor, 2022. Comunicación personal. En prensa un libro  biográfico de D. Luis Van de Walle referente a su labor como Ingeniero Aeronáutico.

[15] Delgado Guillén, F. 2013. “Conquistadores extremeños”. Universitat Jaume I. Graduado Universitario Senior, Universitat Jaume I. Págs. 15-18.

[16] Fernández de Bethencourt, F., 1959. “Nobiliario de Canarias III”, Edición 7 Islas, Editor Juan Régulo Pérez, Ampliada y puesta al día por una Junta de Especialistas, La Laguna. Casa  Muxica-Lezcano (Aguilar), pág. 377-393. Hemos anotados en las distintas citas del Nobiliario a D. Leopoldo de la Rosa Olivera, especialista que amplió junto a otros la obra de Fernández de Bethencourt que en su Nobiliario y Blasón de Canarias de 1878, Tomo II, pág. 27 en la casa de Castillo en la llamada (1): “… ya en otro lugar de este Nobiliario trataremos extensamente de la noble familia Muxica-Lezcano o Lezcano-Muxica…”. En la Introducción en el Tomo I, pág. LIII, de la obra ampliada por especialista leemos: “Como la publicación del Blasón quedó interrumpida en el volumen séptimo, el empeño de seguir trabajando sobre la Genealogía Canaria se orientó por los especialistas de este siglo (siglo XX) en el sentido de dar a conocer la historia de los linajes inéditos, más bien siguiendo el camino emprendido y el criterio del Maestro, que con mayor anhelo científico cambiar su sistema de exposición y tender a corregir errores”; revisado el Nobiliario y Blasón de Canarias, el autor no llego a recoger la historia y sucesión de la familia Muxica-Lezcano, desconocemos si dejo algunas notas sobre la misma posteriormente desarrolladas.

“Nobiliario de Canarias II”, Casa van de Walle, pp. 820-821.

“Nobiliario y Blasón de Canarias II”, 1878, Casa del Castillo, pág. 46: D. Luis Ruiz de Vergara Mesía, nacido en Telde en 1594, casó en la villa de Guía con Doña María Verde de Aguilar y Medina,  siendo hija única del capitán D. Marco Verde de Aguilar Carvajal y Guanarteme.

“Nobiliario y Blasón de Canarias”, 1885, Tomo VI, Casa de Quintana. págs. 99 y 104. En el texto se detalla estos enlaces. El 1º enlace conocido: Doña Mª de Quintana Castrillo casó con el capitán Don Miguel de Aguilar Trejo Guanarteme.

[17] Tomás Van de Walle Sotomayor, 2022. Comunicación personal. En proyecto, se está gestando un libro  biográfico de D. Luis Van de Walle referente a su labor como ingeniero aeronáutico.

[18] Gambín García, M. 2014. “Los primeros repartimientos de Gran Canaria. Un repartimiento a partir de nuevos datos”. Anuario Estudios Atlánticos, 2014, nº 60, pp. 261.

[19] Cebrián Latasa, J. A. 2003. “Ensayo para un Diccionario Biográfico de Conquistadores de Canarias”. Islas Canarias MMIII. Gobierno de Canaria, Consejería de Cultura. Textos Introductorios de Mª Rosa Alonso y Manuela Marrero rodríguez. Director de la publicación Carlos Gaviño de Franchy. (A-B), págs. 36-37.

[20] El Museo Canario, Simón Benítez Padilla, Director. Conmemoración del 467º Aniversario de la Incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla. Actos Culturales de las Fiestas de San Pedro Mártir. Organizado por Excmo. Ayto. de Las Palmas de Gran Canaria. Glosa de Apartado Blasones. C.S.I.C.

[21] Rivero, J. 2022. Colaborador que ha facilitado imágenes el escudo de Aguilar recientemente encontrado y expuesto en este trabajo en la genealogía y fotograma de blasones.

[22] Fray Juan Suárez de Quintana, (1754) 2006. “Relación Genealógica”. Transcripción, introducción, notas e índice onomástico por Pedro González-Sosa. Editado por La Caja de Canarias. Obra Social. Del manuscrito original del Museo Canario. Imprenta Pérez Galdós. Págs. 43,-48, 110-112, 172, 184-185, 200- 208, y 275.

[23] Acerca de esta familia presentamos la ponencia “El legado flamenco en Gran Canaria, enlaces y connotaciones socieconómicas: Los Jaques de Mesa” (Rodríguez Rodríguez, J.M. 2019), en el VI Encuentro de Genealogía Gran Canaria, organizado por la RSEAPGC y Genealogías Canarias.

[24] Rodríguez Calleja, J. E. y Viera Ortega, A. J.  2007. “La Población de Telde en el S. XVI”. Premio de Investigación Histórica 650 Aniversario de la Fundación de la Ciudad de Telde. M. I. Ayuntamiento de Telde. Pág. 112 y 189.

[25] Schnieper Campos, J.A. y Rosado Martín, F. 1999. “Armorial de Apellidos Españoles”. Colección Auryn Interés General. Madrid. Pág. 28.

[26] Bonnet, B. 1947. “Gran Canaria ¿se sometió a Castilla en el año 1483 o 1484?”. Revista de Historia de Canarias (1947), nº  Págs 62-73.

[27] Gómez-Pamo, 2022. Este heraldista e historiador nos ha aclarado serias dudas sobre algunos blasones: de Juan Verde de Aguilar, cuarto cuartel,  en su enterramiento en Gáldar, que nos identificó como perteneciente a  Perdomo.

[28] Araña, V. y Carracedo, J.C. 1980. “Los volcanes de las Islas Canarias, III Gran Canaria”. Editorial Rueda. Madrid. 1980. Pág. 65.

[29] Tarquis Rodríguez, P. 1965. “Diccionario de Arquitectos, Alarifes y Canteros que trabajaron en las Islas Canarias (siglo XVII)”.  Anuario de Estudios Atlánticos, nº 11 (1965). Págs. 246-247. El maestro de cantería y alarife Luis Báez Marichal, natural de Gran Canaria nacido bien entrado el siglo XVII, trabaja junto a su suegro Antonio Pérez, también maestro y alarife, en la Iglesia Parroquial de Sta. María de Guía.  Tenemos motivos para pensar que tuvieron otros encargos en la villa y uno de ellos podría tratarse de esculpidos de escudos heráldicos para distintas familias de la villa, pues parecen solaparse las fechas estimadas de su estancia con la de las  obras esculpidas. 

[30] Aguiar Castellano, S. 2022. Nos ha facilitado varios documentos a través de nuestro colaborador Juan Rivero, entre ellos la plantilla de la ciudad de Guía del siglo XIX. Agradezco a ambos su generosidad y disponibilidad.

 

 

 


 

 

 


  




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