MOISÉS RAYA PÉREZ
Ponencia
presentada en el V Encuentro de Genealogía Gran Canaria,
organizado
por Genealogías Canarias, celebrado en la Real Sociedad Económica de
Amigos del País de Gran Canaria, el 13 de noviembre de 2018.
«Serendipia». La RAE define la serendipia como hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. La «genealogía» y la «historia local» se basan reiterativamente en la serendipia, pero no nos podemos quedar sólo en ella, habrá que darle el valor preciso al hallazgo y con muchas dosis de curiosidad seguir ahondando en dicho descubrimiento.
Esta exposición
tiene su germen en ella, aunque no nos quedaremos en la superficie porque éste
es un «trabajo de chinos», no sólo como frase alegórica sino también, y principalmente,
como una frase literal…«un trabajo de y sobre chinos».
A lo largo de
varios siglos y con tantas actas acumuladas en los libros de las distintas
parroquias canarias, de vez en cuando, aparecen procedencias muy lejanas y
curiosas que, para la época, resultan muy extrañas y exóticas. Por ejemplo,
podemos encontrar en San Sebastián de la Gomera a Antonio Bernardino Nicolás,
turco de Alejandría y de padres infieles que se casó a finales del siglo XVII.
En el Puerto de la Orotava (actual Puerto de la Cruz) podemos encontrar
matrimonios de berberiscos en la primera mitad del s. XVIII, o también al
arábigo Joseph de San Pedro y a Joseph Gabriel Adam, natural de la India
Oriental, casados a mediados del mismo siglo. El intercambio cultural por sus importantes
conexiones marítimas es obvio y previsible, pero no deja de resultar curioso
por el exotismo de dichos personajes.
Más cercano en el
tiempo, pero con el mismo exotismo de su naturaleza, nos llama la atención la
presencia de un grupo de personas de un país muy lejano y con unas costumbres
totalmente diferentes a las nuestras. Gracias al bautismo o el matrimonio de
algunos de ellos conocemos la presencia de varios ciudadanos del tardío impero chino que terminaron por recalar en estos
casos en la isla de Tenerife.
Actualmente debido,
entre otras cosas, a la globalización del mundo, la cercanía en tiempo y
facilidades de los viajes desde el llamado Lejano Oriente, la presencia de
ciudadanos chinos y demás países del continente asiático es algo habitual en
nuestros pueblos y ciudades canarias. Pero si echamos hacia atrás el tiempo un
siglo y medio, la presencia de algunos de estos exóticos ciudadanos no pasaría
desapercibido para los lugareños. Ellos traían bajo esa peculiar mirada, un
mundo de costumbres, de remedios para enfermedades y un largo etcétera que a
ojos de los canarios de la época resultaban tan extraños que en ocasiones les
parecería que rozaban el mundo esotérico o de la magia, además de rivalizar con
las peculiares costumbres de los «curanderos» canarios.
En un trabajo
anterior de la persona que les habla (1), daba cuenta del
exótico enterrador del cementerio de San Juan de la ciudad tinerfeña de San
Cristóbal de La Laguna, Hermenegildo, conocido con apodos como «Chao Chao
palanqueta» o «Tío Meregildo». Para los que no conozcan la curiosa vida de
dicho Hermenegildo Andrés de Candelaria resumimos que fue un chino que pasó por
América, se bautizó en 1872 en la parroquia de Santa Ana del municipio de
Candelaria, de su padrino cogió su segundo nombre que terminaría por
convertirse en apellido y se le añadió el de dicho pueblo. En 1876 es
contratado como sepulturero del cementerio lagunero, en el que durará 20 años.
Con María Dolores Expósito
tuvo dos hijos naturales, de los que sobrevivió sólo María Candelaria. En 1898
fallece en el Hospital de Dolores de la ciudad de La Laguna. El rastro que
quedaba de su hija desaparece tras su divorcio en 1934.
Éste es uno de un
número indeterminado de chinos que recalaron en nuestras islas en la segunda mitad
del siglo XIX y que, gracias a su cristianización y a su asentamiento en las
actas sacramentales, ha podido llegar su vestigio hasta nosotros.
Actualmente sólo
hemos constatados tres ciudadanos del antiguo imperio chino en Tenerife: el
recién nombrado Hermenegildo; Fernando, que centra esta conferencia de hoy, y
recientemente, gracias al aporte de José Antonio González Marrero (Toño)(2), hay constancia de
otro chino de nombre Juan Antonio de la Concepción, vecino de Santa Cruz y
casado en 1874 con la granadillera María Josefa del Pino en la Parroquia de
La Concepción de La Laguna. Tres documentados, pero ahora veremos que tuvo que
haber una presencia más numerosa de estos ciudadanos asiáticos.
Y…¿qué hacían estos
chinos en este rincón atlántico? Sin lugar a duda se mezcla guerra, pobreza,
desesperación, injusticia y esclavitud. Estos antiguos peones chinos o «culís»(3) son la expresión
diseminada del intento de volver a su país, o la deportación, después de años
de esclavitud en varios países de América. A partir de la tercera década del
siglo XIX países como México, Costa Rica, Panamá, Perú o Chile, y sobre todo la
aún colonia española de Cuba contaron con un gran número de chinos en
determinadas regiones que fueron «contratados» como mano de obra, pero que
realmente trabajaban y vivían bajo unas condiciones claras de esclavitud.
Viaje del chino Fernando. |
Sin embargo llegar
vivo a la tierra prometida no mejoraba las pésimas condiciones. Los contratos
tenían unos deberes muy parecidos en todos los países, tanto para el patrón y
como para el obrero. Por ejemplo, hablando de Costa Rica:
«De acuerdo con el contrato, los culíes debían trabajar ocho
años consecutivos, con una jornada de 12 horas diarias y tres días libres al
año. Los “importadores” se comprometieron a darles alimentación sana, habitación
cubierta, tres vestidos de manta al año, cinco pesos en moneda nacional por mes
[de Costa Rica] y atención médica
gratuita en caso de enfermedad»(4)
La
primera parte del contrato se cumplía (o se podía exceder
con 16 o
incluso hasta 21 horas de trabajo), la segunda parte era muy raro que se
cumpliera completamente, además se generaban una serie de «gastos» imposibles que
los culís debían pagar para quedar libres del contrato tras los 8 años. Por
estas circunstancias no es de extrañar el gran número de muertes por
enfermedades o por suicidios.
Plantilla contrato en español. |
Entre otras muchas labores, los culís fueron recolectores de
guano en Perú, de caña de azúcar en Cuba, de algodón en EEUU o trabajadores de
la incipiente infraestructura viaria del ferrocarril
en los nuevos países americanos.
Entre otras muchas labores, los culís fueron recolectores de
guano en Perú, de caña de azúcar en Cuba, de algodón en EEUU o trabajadores de
la incipiente infraestructura viaria del ferrocarril
en los nuevos países americanos.
Después de
numerosas protestas esta situación se intentó paliar, a lo largo de varios años
se fueron sucediendo ordenes, decretos y convenios
unilaterales o en acuerdos con China, en los que se intentaba
proteger los derechos de los chinos, regular o anular su emigración. Finalmente una
gran investigaciones del gobierno chino apoyada por otras naciones culminó en
1874 con un informe (5) tras cientos de
entrevistas a trabajadores chinos en Cuba, llegando a la conclusión que entre
el 80% y el 90% de culís fueron secuestrados en diversas ciudades chinas, más
del 10% murió en la travesía por enfermedad, suicidio o asesinato. Al llegar a
Cuba, fueron vendidos como esclavos y trabajaron en gran parte en las
plantaciones azucareras, y que al cumplir el plazo de 8 años, fueron obligados
a seguir prestando su servicio.
Muchos chinos
después de su aventura americana y viendo las horribles condiciones leoninas de
sus contratos buscaban la libertad, sea espiritual (suicidio) o sea física (huida).
De estos últimos, si no eran capturados y castigados, se unían a las cada vez
más frecuentes revueltas coloniales por lo que algunos de ellos terminaban por
ser deportados en un barco rumbo Cádiz y repartidos por diferentes presidios
españoles.
Plantilla contrato en chino. |
Los culís,
mayoritariamente, no mantenían su nombre original y no poseían apellido alguno,
solamente eran nombres y números. Precisamente en un documento sobre
prisioneros chinos enviados a Ceuta para su cautiverio podemos encontrar
algunos ejemplos de los nombres de dichos asiáticos: Juan Segundo, Vicente
Cuarto, Francisco Primero, Jorge Segundo, Pío Primero y Narciso Segundo.
Observamos la desnaturalización y deshumanización hacia dichas personas.
El sueño de salir
de la pobreza y regresar a su país natal se convirtió en la diseminación de
pequeñas colonias chinas en los países de recepción y por individuos que
terminaron en lugares puntuales de la geografía mundial al igual que en
nuestros casos terminaron en Tenerife.
«Sobre el bautismo
de un chino llamado Fernando»
En el caso del
chino «realejero» que vamos a tratar tenemos referencia de él gracias a un
legajo (6) (que contiene un
pequeño intercambio de
correspondencia a finales de 1880 y principios de 1881
entre el sacerdote de la Parroquia de La Concepción del Realejo Bajo y el
Obispado, que desvela que hubo un grupo de chinos que el año anterior habían
sido trasladados a Santa Cruz de Tenerife procedentes de Cádiz. Uno de ellos es
Fernando. El sacerdote, el 25 de noviembre de 1880, pide permiso al obispo para
poder bautizarle y a la vez nos va desvelando pistas de su vida. La
comunicación empieza así:
Parroquia Ntra. Sra. de la Concepción. |
«Entre
varios chinos que el año pasado fueron trasladados de Cádiz a Santa Cruz, hay
uno que está trabajando de peón en la carretera que se construye a San Juan de
la Rambla. El capataz D. Horacio Estévez, y otros peones empezaron a instruirle
en la Doctrina Cristiana para que recibiera en su día el Santo Bautismo, pero
considerando el Párroco que suscribe que estos conocimientos no eran
suficientes, lo ha traído a su casa para educarle cuya instrucción ha recibido
constantemente desde el 27 de octubre pasado.
Al parecer del
párroco se halla ya en disposición de recibir el Santo Sacramento del Bautismo,
a cuyo fin le ha hecho escribir pues lo hace el chino por medio de
jeroglíficos, no sólo los dichos mandamientos y sacramentos, sino también otros
puntos importantes, con el Padre nuestro, Credo y algunas sencillas oraciones.»
Prosigue con un
párrafo muy importante para la investigación en que nos describe el itinerario
espaciotemporal desde la salida de su país natal hasta su llegada a Tenerife.
«Se le conoce generalmente
por el nombre de Fernando: asegura tener 36 años de edad cumplidos por el mes
de julio; y que nació en un pueblo de China llamado Cantón; que por su pobreza
salió de dicho pueblo a los 25 años con dirección a La Habana, en la que estuvo
2 años y medio y afirma que allí ni le enseñaron doctrina, ni le bautizaron. De
La Habana salió deportado con otros para Cádiz y permaneció en la península
cosa de 7 años y medio, sin que tampoco se le hubiera instruido ni bautizado.
De la península llegó a Santa Cruz en la época mencionada.
Y a fin de que Vuestra Excelencia
Ilustrísima ordene lo que estime conveniente acerca del bautismo que pide y
desea recibir el mencionado chino, lo pone el Párroco en su superior
conocimiento (…)»
Esta
primera comunicación de la Parroquia de La Concepción realejera es muy rica en
detalles de la peripecia de Fernando desde China hasta el Realejo Bajo. Pero
aún es más rica, para este trabajo, por la información sobre fechas, destino
peninsular y los compañeros de viaje. Nos detalla que en 1879 desde la
península fue trasladado un grupo de chinos a Santa Cruz de Tenerife. No se
especifica el número de ellos y, por ahora, solamente tenemos constancia del
que hoy nos atañe, Fernando, ya que ni Hermenegildo ni Juan Antonio pertenecen a
este grupo porque llegaron a Tenerife unos cuantos años antes. Además, también
de la habitual y concreta procedencia, Cantón, podemos entresacar que es un
culí que, como hemos reseñado constantemente, es el nombre dado a los obreros
chinos esclavizados.
En octubre pasado
buscando algo más de información en internet llegué a una página en que hablaba
de una colonia de chinos en la bahía de Gibraltar, en concreto en el municipio
de San Roque con el título de «La primera colonia de chinos
en la comarca, que no fue aceptada en Gibraltar, se instala en San Roque».
Este artículo firmado por Antonio Pérez Girón, cronista oficial de dicho
municipio gaditano nos habla del celo, en verano de 1873, por un problema de
salud pública en el asentamiento de dicho grupo de chinos en el barrio de
Puente Mayorga. La preocupación de los responsables fue por existencia de «depósitos de huesos de animales para la realización de objetos
para su venta, la actividad económica que desarrollaban los chinos»
y su posible problema de putrefacción y propagación de enfermedades (7). La nacionalidad
(chinos), el lugar de asentamiento (Cádiz) y la fecha (1873) coinciden con lo
expuesto en la declaración parroquial anterior. ¿Casualidad? Podría ser… pero
se abre una vía muy importante que hasta ahora estaba totalmente bloqueada.
Hasta ahora nos faltaba documentación de todos los lugares de este viaje,
faltaba la última pata, y gracias a este artículo hemos podido tener constancia
de la presencia china en todos estos lugares.
«En
contestación a el oficio de Vsted acerca del bautismo de un chino recién
convertido según Vsted asegura: Vuestra Excelencia Ilustrísima el Obispo mi Señor
me ordena decirle que, teniendo una triste experiencia de estas conversiones,
deje Vsted transcurrir algún tiempo más y mientras siga Vsted instruyéndole en
las verdades rentas(?) de nuestra Religión (…)»
No sabemos debido a la ambigüedad de la respuesta qué tristes
experiencias tuvo el obispado y tampoco si se refiere al bautismo de
determinados chinos o de otro tipo de diferencia religiosa o de costumbres. A
pesar de todo, el sacerdote realejero insistió con
Fernando en su aprendizaje de la fe católica como vemos en la siguiente
misiva de 30 de diciembre:
«En
cumplimiento de lo dispuesto por Vuestra Excelencia Ilustrísima en comunicación
del 3 del corriente ha permanecido el chino en esta casa rectoral recibiendo la
instrucción para su bautismo. Atendida la natural inclinación de esta gente,
que es el ganar el jornal y poseer unos reales, es de admirar la tranquilidad y
paciencia con que se ha sometido a recibir los conocimientos necesarios de la
doctrina cristiana, desde el 27 de octubre pasados, cuando alguna vez le he
querido dar algún dinero para sus necesidades, me ha contestado "que él
tiene todavía". Creo que es dócil y que no faltará abiertamente al
cumplimiento de sus deberes religiosos, luego que el Señor se digne honrarle
con el glorioso título de cristiano. Vuestra Excelencia Ilustrísima se dignará
disponer si ya es tiempo de que se administre el Santo Bautismo»
Nuevamente
obtenemos información valiosa sobre Fernando, esta vez sobre su forma de ser,
de su personalidad. La insistencia y la confianza en su discípulo que
hace gala el sacerdote realejero convence al obispo que con fecha de 3 de enero
del año 1881 da su permiso para proceder a que reciba el santo sacramento:
«(…) el Obispo mi Señor ha leído con
satisfacción el oficio de Vsted en que le da cuenta de las felices
disposiciones que presenta el chino que desde Octubre pasado Vsted instruye en
las verdades de nuestra sacrosanta Religión y me ordena decir a Vsted que le
faculta para administrarle el Santo Sacramento del Bautismo según lo prescribe
el Ritual Romano para adultos.»
Y
por fin, el 2 de febrero de 1881, después de algo más de tres meses de espera y
aprendizaje, llega el día señalado. La parroquia de Nuestra Señora de La
Concepción del Realejo Bajo se llena de curiosidad por aquel «infiel» venido
desde lejos con ojos rasgados que se iba a cristianizar. Asisten muchos ojos
curiosos del pueblo, y tal vez de los alrededores:
«(…) Tengo la
satisfacción de participar a Vuestra Excelentísima Ilustrísima que el dos del
corriente, día de la Patrona de estas islas, fue bautizado el chino, que
recibió por nombres Bernardo, Horacio, Manuel, María de la Concepción, a quien
se le administró enseguida la sagrada Eucaristía.
La concurrencia de
los fieles fue inmensa, y por más de 50 minutos escucharon atentos la
instrucción encaminada a recordarle la gran dignidad del cristiano y las
promesas hechas a Dios en el bautismo.
Todo salió bien,
gracias al Señor, y se dibujaba en
el semblante del número concurso el júbilo
que era consiguiente a las graves ceremonias y humilde compostura del neófito.
Chino cubano. (www.thecubanhistory.com) |
Permanece a mi
lado unos días más con el objeto de ejercitarle en actos piadosos, y sobre todo
afirmar su voluntad en el cumplimiento de sus deberes. Le digo que pida al
Señor por el Papa y por el Señor Obispo, y sin dudad que el cielo oirá sus
oraciones en favor de la importante salud de su Ilustrísima, como lo anhela su
más atento y humilde servidor.»
Con el bautismo del chino antiguamente llamado Fernando ahora conocido
como Bernardo Horacio Manuel María de la Concepción se pierde, por el momento,
documentalmente su pista. Desgraciadamente la mayoría de la documentación del
Realejo Bajo se perdió en el incendio del antiguo convento de San Agustín en
1952. Se intentará que esta investigación no quede parada en busca de más datos
sobre este chino y otros posibles. Sabemos que es difícil,
pero esperamos que nos acompañe la serendipia una vez más cuando estemos
buscando otros documentos totalmente ajenos a la investigación.
Conclusión
Siempre he sido un
gran defensor de las historias vitales de cualquier persona, ya que todas
tienen aspectos fascinantes y curiosos. Dicha fascinación me ha llevado por el
Llano de los Molinos de Hermenegildo Andrés, por el Realejo Bajo del chino
«anteriormente» llamado Fernando, intentando ensamblar sus vidas, aprender de
su viaje, explicar su presencia en las isla.
El descubrimiento
de este pequeño número de personajes desconocidos, peculiares pero nada
significativos, nos ha llevado por un recorrido «olvidado» de la esclavitud de
un sector de la población más pobre, engañados en su país de origen y
maltratados en el de recepción, siempre con el sueño de volver a su país con
algo más de dinero para que su familia pudiera vivir un poco mejor. Los mismos
sueños tal como los tuvieron los canarios que estaban «ausentes en Indias».
Algunos lo consiguieron, muchos no.
FUENTES
(1)Comunicación
«El exótico lagunero Hermenegildo Andrés»
dentro del I Congreso Internacional de Genealogía e Historia
Familiar de Canarias: Un puente entre Europa y América. La Laguna, 2018.
(2)José Antonio
González Marrero, secretario de la SEGEHECA (Sociedad de Estudios Genealógicos
y Heráldicos de Canarias).
(3)Diccionario
panhispánico de dudas. culi
o culí. La voz inglesa coolie, nombre dado por los colonos
ingleses de la India y China al trabajador o criado nativo, y que también se
usa, en general, para designar al trabajador de origen oriental.
(4)«Los
chinos en hispanoamérica».
DIEGO L. CHOU. Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 2002.
(5)Idem.
(6)Archivo
Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna. Legajo 1286 Documento 38.
(7)Noticias Gibraltar: «La primera colonia de chinos en la comarca, que no fue
aceptada en Gibraltar, se instala en San Roque». ANTONIO PÉREZ GIRÓN. https://noticiasgibraltar.es/campo-gibraltar/historia/3077/primera-colonia-chinos-comarca-que-no-fue-aceptada-gibraltar-se
Agradecimientos
Agradecimiento a los
organizadores de este V Encuentro de Genealogía Gran Canaria, personalizándolo
en Eugenio Egea y Cristina López-Trejo por la posibilidad de esta comunicación.
A Emiliano, Quico, Vile, Vicky
y Toño por ponerme en el camino amarillo.
FUENTES
Archivos
▪ Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal
de La Laguna
▪ Archivo Municipal de San Cristóbal de La
Laguna.
▪ Archivo Municipal de Santa Cruz de
Tenerife.
▪ Biblioteca Municipal
de La Orotava.
Bibliografía
▪ CHOU, DIEGO L.: «Los chinos en
hispanoamérica». Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO),
Costa Rica. 2002.
▪ GARRIDO BUJ, SANTIAGO: «"Los
otros esclavos": la sustitución de la mano de obra esclava africana en la
Cuba colonial». Revista de Derecho UNED, número 16. 2015
▪ GÓMEZ PEDRAJA, ELISA: «Tráfico y
explotación de seres humanos: coolies». Asociación Cántabra de Genealogía
(ASCAGEN), Santander 2013.
▪ MESA, ROBERTO: El colonialismo en la
crisis del XIX español. Esclavitud y trabajo libre en Cuba. 2ª edición.
Ediciones de Cultura Hispánica-Agencia Española de Cooperación Internacional,
Madrid 1990.
▪ PÉREZ GIRÓN, ANTONIO: «La primera colonia de chinos en la
comarca, que no fue aceptada en Gibraltar, se instala en San Roque». Noticias
Gibraltar, Cádiz 2018 (https://noticiasgibraltar.es/campo-gibraltar/historia/3077/primera-colonia-chinos-comarca-que-no-fue-aceptada-gibraltar-se)
▪ RODAO, FLORENTINO Y TOGORES, LUIS
EUGENIO: «Esclavitud, servidumbre y abolición en el Extremo Oriente: El caso
español», Esclavitud y derechos humanos. Consejo Superior de
Investigaciones Científicas- Centro de Estudios Históricos, Madrid 1990.
▪ Diccionario de la Lengua Española de
Real Academia Española. Editorial Espasa Calpe, Madrid 1992.
Periódicos
▪ EL ECO DEL COMERCIO (11-10-1857). Sección
Noticias.
▪ LA GACETA DE MADRID (23-05-1867)
▪ LA GACETA DE MADRID
(31-05-1879). Convenio de emigración entre España y China.
▪ LA PRENSA (15-10-1933). Estampas de
otros tiempos: "El Llano de los Molinos".
Internet