Ampliación
del artículo Los Mateo y Fontanales.
Decíamos
en aquel artículo, que de Francisco Mateo Trujillo, hijo de Diego Mateo y de Bernarda Trujillo de Armas, solamente
sabíamos que había sido bautizado en El Sagrario en 1571, desconociendo por
tanto si llegó a contraer matrimonio y tener descendencia,
apostando por que
debió morir siendo niño.
Fontanales, Moya. Foto: Genealogías Canarias |
Nada
más lejos de la realidad, en una escritura antigua, Salvador Mateo de Armas,
casado con Antonia Jiménez, lo nombró como su hermano, con lo que parece
evidente que cambió su apellido paterno,
Mateo, por uno de sus apellidos
maternos Trujillo de Armas.
Sabemos
que contrajo matrimonio en 1596 en Arucas con María Travieso, hija de Domingo
López y de Justa de Santa María Álvarez Travieso, nieta por línea paterna de Diego
Ponce y de Mariana López, y por línea materna de Gonzalo Álvarez y María
Traviesa, de cuya abuela materna toma el nombre y el apellido.
Este
matrimonio de Francisco de Armas y María Travieso procrearon, entre otros, a
Domingo Travieso de Armas, casado en Moya en 1628 con Ana de los Santos de
Armas, por quien sigue mi línea y la de muchos grancanarios más, bautizada en
Moya en 1600, hija, como varios hermanos más, de Diego Hernández y de María
Díaz Trujillo de Armas, matrimonio este de gran relevancia en Moya, sobre todo
genealógicamente hablando, y del cual volveremos a hablar en un libro que sobre genealogías
grancanarias, y más concretamente sobre Diego Hernández y la mora de Argel,
estamos ultimando Juan Ramón García Torres y yo mismo, ya que entre otros este
Diego Hernández, casado con María Díaz, y el no menos famoso Andrés Hernández Monagas, casado dos veces,
son descendientes totalmente confirmados.
El
matrimonio de Domingo Travieso de Armas y
Ana de los Santos de Armas, procreó solamente una hija llamada Ángela
Díaz Travieso, o de Armas, bautizada en Moya en 1630, el mismo año en que murió
su madre, suponemos que a consecuencia del parto; debido a este fallecimiento,
Domingo Travieso de Armas volvió a contraer matrimonio en 1631 en Guía con Ana
Gómez, de la que desconocemos su ascendencia, con la que tuvo dos hijas
llamadas María y Andrea Travieso.
Con
respecto a Ángela Díaz Travieso, diremos que contrajo matrimonio en 1652 en
Moya con Salvador Ribero Martín, hijo de Blas Rivero y de Sebastiana Martín, y
tuvieron al menos cuatro hijas, entre las cuales sigue mi línea por María Díaz
Travieso bautizada en 1662 en Moya y casada con Pedro Afonso en 1694, también
en Moya, que procrearon a otro Pedro Afonso, casado con Lucía Benítez; y a
Catalina de los Santos Afonso Díaz, bautizada en 1696 y casada en 1724 con Francisco
Hernández Mateo, hijo de Gregorio Hernández Díaz y Agustina Mateo de Quintana.
Este
Francisco Hernández Mateo, descendiente, tanto por línea paterna como materna,
de los Hernández y de los Mateo, Trujillo y Armas, que habitualmente se casaban
entre ellos, no solamente en la hoy llamada villa de Moya y municipio del mismo
nombre, sino también en Arucas y con mucha habitualidad en el pueblo de
Fontanales, perteneciente como es sabido al dicho municipio de Moya, era por
tanto pariente, más o menos lejano, de su mujer Catalina de los Santos Afonso
Díaz.
Una
hija de este matrimonio llamada Gregoria Afonso, bautizada en 1735 y casada en
1758 en Fontanales con Antonio Mateo Pulido, hijo de José Mateo Sánchez y de
Catalina, que aparece indistintamente con los apellidos García/Mateo/Pulido/y
Quintana, y nieto paterno de otro famoso Mateo, Feliciano Mateo de Armas y de su
mujer Juana Sánchez Rodríguez; como vemos la endogamia no paraba.
Antonio
Mateo Pulido y Gregoria Afonso, bautizan en Fontanales al menos nueve hijos,
entre ellos estuvo Bartolomé Mateo Afonso, bautizado en 1764 y casado con
Isabel María Herrera Suárez nacida en Teror, aquí al parecer acabó la
endogamia, hija de Juan Herrera Ribera y de María Candelaria Suárez, casados en
1758 en Teror; era nieta paterna de Bartolomé Herrera Suárez y de Isabel
Ribera, y materna de Gaspar de Ojeda y de María
Josefa Suárez.
Teror. Foto: Genealogías Canarias |
Bartolomé
Mateo Afonso, nacido en Fontanales en 1764, e
Isabel María Herrera Suárez, bautizada en el mismo año en Teror, se
casaron en dicha villa en 1788, en este caso el de Fontanales fue el que emigró
a Teror, al revés de lo habitual, y procrearon entre
otros a Bartolomé Ramón Mateo Herrera, los dos, padre e hijo debieron ser
bautizados con ese nombre en honor de San Bartolomé, Santo Patrón de Fontanales. El hijo,
Bartolomé Ramon, que fue mi tatarabuelo por línea
paterna-paterna-materna-paterna, ya que casado con Eugenia María Granado
Ribero, procrearon a mi bisabuela Juana Mateo Granado que se casó con Francisco
Manuel Arencibia Montesdeoca,
proveniente, como tantos otros Arencibia, de la villa de Teror, donde sabemos
que se establecieron primeramente los dichos Arencibia, por medio de Miguel de
Arancibia y Pérez, vasco, y Jacomina de Troya que, como ya he dejado dicho en
otro artículo, todos los Arencibia grancanarios y de otros muchos puntos de la
geografía mundial descendemos del vasco Miguel de Arancibia y del mismo cura,
léase el canónigo Juan de Troya, abuelo de Jacomina, además de descender de
portugueses, moriscos, esclavos negros o mulatos e incluso de algún aborigen de
la nobleza o plebeyo.