domingo, 16 de octubre de 2016

AGÜIMES, 1606. TESTIFICACIONES ANTE EL SEÑOR INQUISIDOR

JUAN R. GARCÍA TORRES
FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA
Artículo publicado en el nº 4  de la Revista del Consejo de Patrimonio Histórico de Agüimes

INTRODUCCIÓN
ES 35001 AMC/INQ 019.001 CAJA 19
Con esta signatura se conserva en el Museo Canario un documento titulado: “Testificaciones de la visita que hizo en la ciudad de Telde y las demás villas y lugares de
esta isla de Canaria el señor inquisidor doctor don Pedro Hurtado de Gaviria”
El vasco Pedro Hurtado de Gaviria, natural de Bergara, dirigió el Santo Oficio en Canarias en la primera década del siglo XVII y posteriormente ejercería el cargo de inquisidor general en  Palencia, Granada y Logroño. También perteneció al Consejo Supremo del Santo Oficio en otras áreas: juez de bienes confiscados, comisario de cuentas, fiscal, y finalmente inquisidor apostólico.
A la busca de herejes a mediados de 1606 empieza su recorrido por la isla de Gran Canaria el nuevo inquisidor de quien tenemos constancia de que está en la isla al menos desde 1603. La llegada a cada localidad visitada está precedida de la lectura y publicación durante la misa dominical por parte del párroco de un edicto por el que se anuncia la pena de excomunión a los que no declaren los hechos contra la fe de los que hubieran sido testigos o protagonistas.
En junio la comitiva inquisitorial se detuvo durante más de un mes en Telde. En septiembre después de un descanso estival continúa sus tareas en Gáldar y Guía. En octubre está por Arucas y Teror, localidad en la que se le acumula el trabajo. A fines de octubre y principios  de noviembre desarrolla sus tareas en La Vega de Santa Brígida para llegar a la Villa de Agüimes el lunes día 4 de noviembre de 1606. Previamente, en la misa del domingo día 3 se había procedido a la lectura y publicación  del correspondiente edicto en la iglesia de San Sebastián.
Al día siguiente comienzan las audiencias en  Agüimes. Fueron nueve las testificaciones realizadas entre el martes 5 y el sábado 9 de este mes de noviembre de 1606. Tan solo una hubo el primer día; una también el segundo día, para incrementarse a partir del tercero. Son dos las testificaciones del día 7, tres las del día 8 y dos las del sábado día 9. En comparación con las demás villas visitadas el número de declarantes es corto así como es leve la entidad de los delitos contra la fe denunciados. No hay casos graves de hechicería ni de mantenimiento de prácticas heréticas.  A lo sumo se detecta el mantenimiento de algunas supersticiones, algunas infracciones del ayuno cuaresmal o de los viernes en mujeres que crían hijos y también algunas blasfemias dirigidas a determinadas vecinas que se quieren casar o que se han casado con moriscos. Como máximas transgresiones, según la estricta moralidad de la época, citaremos  la solicitación consumada por un fraile, el padre Castro, sobre una de sus feligresas, doña Beatriz, una dama de alcurnia del barrio del Ingenio y la proposición herética de un pastor morisco  llamado Gaspar Cabrera  que se burla de la obligación del ayuno cuaresmal.
En este trabajo, nada pretencioso, les mostraremos un extracto de cada una de las nueve testificaciones que hacen los vecinos de Agüimes y a continuación intercalaremos unas notas genealógicas, que pueden aparecer agrupadas cuando coinciden los declarantes, en las que  presentamos a denunciantes y denunciados haciendo mención de quiénes fueron  sus ascendientes hasta llegar, cuando ha sido posible, hasta los primeros pobladores del Señorío, vecinos de Agüimes de uno y otro lado del Guayadeque de los que con toda probabilidad provienen los habitantes de la comarca grancanaria del sureste en la actualidad.

TESTIFICACIÓN nº 1
“En la villa de Agüimes a 5 de noviembre de 1606 Marcelina de Tovilleja de 30 años, mujer de Pedro Cazorla, labrador, vecino de esta dicha villa…dijo... cómo habrá poco menos de un año y medio que tratando a los vecinos de esta dicha villa de ir en procesión a la ermita de Nuestra Señora de Candelaria que está en el Ingenio término de esta dicha villa y llevar la imagen de Nuestra Señora del Rosario y traer la de Candelaria por la necesidad de agua que había, después mudaron de parecer y fueron a la dicha ermita en procesión y trajeron la dicha imagen de Candelaria sin dejar allá la del Rosario sino una imagen de un crucifijo que tenían en la sacristía muy antiguo y esta testigo yendo en la dicha procesión dijo que traían a la dicha ermita lo que tenían desechado en su sacristía lo cual dijo este testigo deseando que ya que les llevaban la imagen de Candelaria les dejasen otra de manera que se acordasen de volver por ella y devolverles la que llevaban y después acá ha entendido esta testigo que algunas mujeres que se lo debieron de oír se habían escandalizado por lo cual dieron aviso de lo que pasaba a fray Basilio de Peñalosa calificador del Santo Oficio para que  lo comunicase al Santo Oficio y escribió una carta de que hizo presentación en la cual avisa que lo ha comunicado y que no había que tener cuidado de ello pero con todo eso ha querido venir a declararlo para que si en alguna cosa  fuere culpada se use con ella de la misericordia que en este Santo Oficio acostumbra...”

NOTAS GENEALÓGICAS (T1)
Marcelina de Tobilleja, la vecina del barrio del Ingenio que se queja porque se llevan en procesión hasta Agüimes a la imagen de la Candelaria, ha nacido sobre 1576 y es la hija del hacendado cañaverero Francisco de Tobilleja y de su esposa Catalina de Castro. Sus abuelos maternos son Francisco Hernández y Mencía de Castro y sus abuelos paternos el poblador Bartolomé de Tubillejas, nacido en torno a 1508 y Felipa López, la hija del portugués Juan López Feo, el viejo.
El origen del apellido toponímico nos lleva hasta la localidad de Tubilleja o Tovilleja en la provincia de Burgos, en su comarca norteña de las Merindades, que es el lugar  de donde proceden remotamente los de este apellido, si bien hay que precisar que los apellidos de los repobladores de las islas saltaron en general desde Andalucía después de un tiempo, que pudo suponer varias generaciones, de asentamiento de sus familias en los territorios del suroeste de la Península.
Su marido, Pedro Cazorla, es hijo de Bartolomé Cazorla y de María Ortiz, siendo sus abuelos maternos Francisco Yánez e Isabel Perdomo y sus abuelos paternos Melchor Hernández y Leonor de la Peña. Conocemos asimismo a la bisabuela  paterna-paterna de Pedro Cazorla. Su nombre es Lucia Hernández, indígena canaria, a quien nosotros suponemos casada con un poblador llamado Bartolomé Cazorla de ahí el apellido de su bisnieto.
El apellido toponímico Cazorla que porta el marido de Marcelina nos lleva hasta Andalucía,  hasta la sierra jienense. Como muy bien ha sido estudiado por Rafael Rodríguez de Castro, una familia de dicha procedencia,  formada por  Pedro Castellano, por su esposa Guiomar y por sus dos hijas arriba a Agüimes poco después del 1500.
Una persona del mismo nombre y apellido que el cabeza de esta familia, natural de Cazorla y vecino de Baza, consta en Cebrián Latasa, como conquistador de Gran Canaria. Del tal Pedro Castellano nos dice este autor que abandonó la isla tras la conquista y que pasó a la de Granada. Quizás el padre de Melchor Hernández sea un hijo natural o un criado del dicho Pedro Castellano quien habría regresado a la isla años después con su familia huyendo de las persecuciones contra los judíos.
A los interesados en profundizar en la  biografía de estos personajes de apellido Tobilleja y Cazorla les recomendamos que consulten los exhaustivos trabajos de Rafael Rodríguez de Castro: “Origen y formación de.la población de Ingenio” y también “Familias judías en el Señorío de Agüimes”, ambos  centrados en la historia familiar de la comarca en la primera mitad del siglo XVI que se pueden encontrar en el blog Genealogías Canarias.

TESTIFICACIÓN Nº 2
“En la villa de Agüimes a 6 de noviembre de 1606 doña Beatriz Cabeza de Vaca, de 34 años, mujer de Marcos de Tuvilleja que vive en el Ingenio, término de esta dicha villa...dijo...cómo habrá diez años poco más o menos que estando esta testigo reñida con el dicho su marido llegó a ella Elena, negra, esclava de Juana de Trejo, y le dijo que para que tuviese paz con el dicho su marido le dijese mirándole a la cara estas palabras: “Con tres te miro, con dos te prendo corazón de puerco y mano de hombre muerto” y que esto le había enseñado Catalina Denis, mulata o negra que ahora está en la ciudad. Esta testigo como moza e ignorante dijo dos o tres veces las dichas palabras  al dicho su marido con intento de tener paz con él  y la dicha Elena le dijo que le traería otras cosas para el dicho efecto y esta no quiso que se las trajese… y asimismo declara que habrá seis años poco más o menos que estando una cuaresma confesando en la ermita de Candelaria del dicho Ingenio el Padre Castro que es un fraile mozo de la Orden del Señor San Francisco esta le dijo que se quería ir a confesar con él y le respondió que fuese a la dicha ermita en acabando de comer y así esta fue a la dicha hora con intento de confesarse y halló solo al dicho fraile y comenzaron algunas pláticas y el susodicho le dijo algunas razones amorosas, la abrazó y vejó y tuvo acceso carnal con esta testigo en la dicha iglesia lo cual fue sin consentimiento de esta testigo por no poder más y estar sola con él en la dicha ermita como dicho tiene y así se salió sin confesar...”

NOTAS GENEALÓGICAS (T2)
Marcos de Tobilleja es un tío paterno de Marcelina, la primera declarante, hijo del poblador  Bartolomé de Tobilleja y de su esposa Felipa López cuya ascendencia ya ha sido comentada.
La esposa de Marcos, doña Beatriz Cabeza de Vaca, nacida en 1573 según se desprende de su propia declaración, es hija de Bernardino Estupiñán Cabeza de Vaca y de Catalina Genara del Castillo.
Los abuelos paternos de Beatriz  son Ramón Estupiñán Cabeza de Vaca  y María Sánchez.  Somos de la opinión de que si bien la esposa legítima de Ramón es Marina de Mujica, hija de Juan de Ceberio y Catalina Guerra, esta María Sánchez pudo ser su barragana en Jerez.
Indagando acerca de la estirpe de los Estupiñan que, a pesar de este presunto desliz, otorga  a Beatriz el tratamiento de doña, hemos podido saber que esta noble familia andaluza  tiene una estrecha relación con el Ducado de Medina Sidonia. La saga comienza, según hemos podido esclarecer, con Ramón de Estopiñán, jurado del concejo de Jerez y su esposa, Mayor de Virués. Hijos documentados de este matrimonio andaluz relacionados con las islas son:
-Bartolomé de Estupiñán, nacido en Cádiz y vecino de Sanlúcar de Barrameda, quien consta como jefe de la tropa del Duque de Medina Sidonia que participa en 1496 en las definitivas batallas de  la conquista de Tenerife. Cebrián Latasa nos dice de él que recibió tierras en repartimiento como recompensa aunque regresó a Andalucía. Al parecer demandó en 1504 a Lugo porque una vez retornado a Andalucía este le quitó las tierras que le había dado.
-Y Pedro de Estopiñán, el conquistador de Melilla, por quien sigue la línea que estudiamos, quien casó con Beatriz Cabeza de Vaca (emparentada con la familia del explorador de las Américas Alvar Núñez Cabeza de Vaca, sobrino de los citados Pedro y Beatriz) con la que tuvo seis hijos y una hija.
De entre los hijos de Pedro Estopiñán y Beatriz Cabeza de Vaca destacaremos a Ramón Estupiñán Cabeza de Vaca que fue el esposo de Marina de Mujica, hija del conquistador de Gran Canaria Juan de Ceberio y de su esposa Catalina Guerra, la acaudalada hija del adalid Hernán Guerra.  Consta efectivamente en un documento del Registro del Sello que en 13 de agosto de 1525 se dicta una orden real dirigida al gobernador o juez de residencia de Gran Canaria  para que obligue a Juan de La Rosa a dar cuenta de los bienes de doña María de Mujica al doctor Remon Estopiñán Cabeza de Vaca, su marido. Parece que hay un conflicto matrimonial y que mientras su mujer permanece en Gran Canaria, Ramón tiene hijos en Jerez con otra mujer.
De los siete hijos habidos por Ramón Estopiñán y María Sánchez en Jerez, uno de ellos, llamado Bernardino Estupiñán, es el que va a casar en Telde con Catalina Genara del Castillo, la más joven de las hijas de Cristóbal García de Moguer. El que María Sánchez sea la barragana de Ramón y no su esposa podría explicar, como sospecha Rafael Rodríguez de Castro, la extraña situación de que Bernardino casara con una descendiente de conversos. 
El apellido Estupiñán parece tener también origen remoto en la toponimia peninsular. Estopiñán del Castillo en la provincia aragonesa de Huesca es un municipio cuya capital, Estopiñán, es hoy un pueblo con  poco más de cien habitantes.
Los abuelos maternos de Beatriz Cabeza de Vaca  son el conquistador Cristóbal García de Moguer y su esposa Catalina Fernández Calvo quienes pertenecen a ilustres familias relacionadas con la conquista de Gran Canaria. Para conocer su biografía recomendamos la lectura de la entrada referida a este personaje en la obra cumbre de Cebrián Latasa. Resumiendo de ella lo que ahora puede venir al caso, les diremos que Cristóbal García de Moguer, nacido sobre 1460 en Moguer, era hijo del también conquistador de Gran Canaria Hernando García y de Teresa Martínez, ambos conversos. Cristóbal casó  en tres ocasiones: con Marina Inglés, con Ana Gutiérrez, y en terceras nupcias, en 1529, con Catalina Hernández de Zurita, nacida en Telde en 1507 (hija de Bartolomé Martín de Zurita y de María Hernández Calva, hija esta a su vez del conquistador Alonso López Zurita y de Catalina Fernández Calva) con quien tuvo a Catalina Genara del Castillo, esposa de Bernardino Estupiñán y  madre de Beatriz Cabeza de Vaca.
Para facilitar la comprensión de lo expuesto, intercalamos  el siguiente cuadro:
Finalmente, y en relación con el denunciado, el fraile Pedro Castro, natural de La Orotava, Tenerife, de 40 años de edad en 1606,  confesor y sacerdote de la Orden de San Francisco, les diremos que, acusado por otras mujeres de solicitación, ya había sido condenado por hechos similares ocurridos en Las Palmas a principios de siglo en un proceso inquisitorial que se inicia en 1603 y que le supuso un año de prisión en las cárceles secretas y otro de  reclusión en un convento de La Laguna con posterior traslado, tras el cumplimiento de la sentencia, a un convento de  la isla de El Hierro, “por ser este de menos bullicio, trato y comunicación así de seglares como de navíos extranjeros” con privación a perpetuidad de confesar tanto a hombres como a mujeres. Dicho traslado tuvo lugar después de mayo de 1606 es decir seis meses antes de que Beatriz Cabeza de Vaca se atreviese a confesar al señor inquisidor la violación sufrida seis años antes a manos del fraile franciscano.

TESTIFICACIÓN nº 8
“En la villa de Agüimes a 9 de noviembre de 1606 Úrsula de Tobilleja de 53 años, mujer de Juan de Medina, labrador,...dijo... cómo por este verano pasado estando un día esta testigo en casa de María Ramírez, mujer de Juan Macías, tratando de que una hermana suya estaba casada con Diego López que tenía alguna raza de morisco dijo la dicha María Ramírez que más quisiera que estuviera con un hombre honrado que no casada con un bellaco y esta la consoló...”

TESTIFICACIÓN nº 5
“En la villa de Agüimes  a 8 de noviembre de 1606 María Ramírez, de 44 años, mujer de Juan Macías, labrador, vecino de esta villa…dijo...como habrá tres meses poco más o menos que tratándose de casarse Inés García, hermana de esta, con Gonzalo Hernández, morisco, y tratando de ello esta con Juana de Trejo y Mari Díaz, mujer de Pedro Núñez, molinero, dice: “Desventurada de ti, que más quisiera que fueras mala mujer con un hombre de bien que no que te casaras con ese morisco para afrenta de tu linaje...”

NOTAS GENEALÓGICAS (T5 y T8)
La denunciante en la testificación nº 8 es ahora Úrsula de Tobilleja, hermana del declarante anterior, Marcos de Tobilleja, hijos ambos de Bartolomé Tobilleja y Felisa López. Úrsula dice haber nacido sobre 1553 y estar casada con el labrador Juan de Medina. Creemos que es la misma mujer que previamente estuvo casada con el capitán  Juan de Mireles, uno de los hijos del alcalde de Agüimes Martín de Mireles (hijo a su vez de Gonzalo Pérez y Teresa Alonso) y de Catalina Garro (hija de Pedro de Urúspuru y de Ana Hernández Guadarteme, de la familia real canaria).
La denunciada en la testificación nº 5, María Ramírez había hecho una declaración de autoinculpación el día anterior a sabiendas seguramente de que iba a ser incriminada por sus vecinas. María Ramírez, nacida sobre 1562 según se desprende de su propia declaración, es la hija de un tal Juan Sánchez, vecino del Lugarejo (actual Santa Lucía) y está casada con el gallego Juan Macías del que desconocemos su ascendencia.

TESTIFICACIÓN nº 3
“En la villa de Agüimes a 7 de noviembre de 1606 Juana de Trejo de 57 años, viuda de Juan López, vecina de esta dicha villa...dijo que...habrá  ahora cuatro años que poco más o menos que Inés de Trejo hermana de esta testigo, difunta, y mujer que fue de Diego de León, vecino de esta dicha villa, le contó cómo en la Cuaresma que había pasado de aquel año Gaspar de Cabrera, morisco, natural de las islas de Lanzarote o Fuerteventura siendo aquí pastor de Juan de la Peña, yerno de esta testigo, había comido carne sin tener necesidad para ello, el cual al presente está, según dicen, preso en la cárcel pública de Canaria y si alguna persona puede saber de esto es el dicho Diego de León y su entenado Francisco de Montesdeoca...”, “... y asimismo dijo que le contó la dicha su hermana que decía el dicho morisco que no importaba comer la dicha carne, que lo que entraba por la boca no dañaba sino lo que salía...”

TESTIFICACIÓN nº 9
“En la villa de Agüimes a 9 de noviembre de 1606 Juana de Trejo, viuda de Juan López, vecina de esta dicha villa…preguntada si sabe o presume la causa para que ha sido llamada de este Santo Oficio dijo que no lo sabe si no es que sea para declarar como habrá tres meses poco más o menos que estando esta testigo en casa de María Ramírez, mujer de Juan Macías, presente Paulina de San Pedro hija de esta testigo, estando la dicha María Ramírez apasionada por haberse casado una hermana suya con Diego López que es morisco esta la consolaba y la dicha María Ramírez dijo que no se la nombraran, que más la quisiera ver puta de un hombre de bien que no casada con ese bellaco y esta le dijo que no dijese tal que callase la boca y ella se arrepintió al parecer de lo que había dicho...”

NOTAS GENEALÓGICAS (T3 y T9)
La denunciante en ambos documentos, Juana de Trejo, nacida en 1549 según se colige de su propia declaración, es la hija de un vecino llamado Blas de Trejo cuya ascendencia es para nosotros un enigma a resolver. Sabemos no obstante que Blas era un labrador arrendatario de tierras de la iglesia en Tamaraceite y Firgas  hacia mediados de siglo XVI (consta como vecino de Firgas en un documento de 1558 ante Alonso Hdez) y que posteriormente arrienda tierras en el Señorío de Agüimes a Bartolomé de Tobilleja y recibe allí otras en repartimiento. El apellido Trejo, que en este caso no se relaciona con los Trejo y Carvajal del norte de la isla, originarios de Extremadura, ni con uno de sus descendientes, el que fuera en los años 30 del siglo XVII escribano de Agüimes don Diego de Carvajal Guanarteme, es también de carácter  toponímico. La localidad de Trejo donde parece estar el origen remoto de este apellido está situada en Asturias en el Concejo de Illas.  
Juana de Trejo estuvo casada en primeras nupcias con Simón Martín, hijo de Luis Martín y Guiomar de los Santos, y en segundas nupcias con Juan López. Este Juan López es un hijo de Pedro de Burgos (hijo a su vez del regidor Pedro de Burgos) y de su esposa María López (que es otra de las hijas del portugués Juan López Feo).
De Juana de Trejo podemos añadir que es hermana de Francisco Trejo, casado con Catalina Zambrana,  y de Inés de Trejo, quien estuvo casada con Diego de León.
Paulina de San Pedro, la hija de Juana de Trejo citada como testigo por su madre, estuvo casada con Alonso Ortiz quien es hijo de otro Alonso Ortiz, hijo a su vez de Francisco Hernández y Juana Ortiz, y de su esposa Ana Sánchez, hija de la nativa Mariana Hernández a quien nosotros damos por casada con Lope Sánchez de Taidía.
El denunciado en la testificación nº 3 es el morisco Gaspar de Cabrera, oriundo de las islas orientales, pastor de un vecino llamado Juan de la Peña quien es sin duda un hijo de los vecinos de Agüimes Melchor Hernández el viejo y de su esposa Leonor de la Peña. Nos informa la declarante de que el tal Gaspar está en la cárcel pública en ese momento. Efectivamente hemos comprobado que por esas fechas Gaspar estaba preso en Lanzarote, su isla de nacimiento, acusado de prácticas heréticas consistentes en matar una vez al año un camello para asar su carne y consumirla en compañía de otros moriscos al modo en que lo hacen los berberiscos.
En cuanto a la denunciada en la testificación nº 9, María Ramírez, ya ha sido objeto de atención en notas anteriores. De nuevo María es acusada de proferir blasfemias al no soportar que una de sus hermanas se hubiera casado con el morisco llamado Diego López.

TESTIFICACIÓN nº 4
“En la villa de Agüimes a 7 de noviembre de 1606 Pedro Sánchez  de 60 años labrador, vecino de esta dicha villa… dijo…que...habrá como cuatro cuaresmas o tres que este testigo y la gente de su casa han visto comer carne en ella a María de Espino, mujer de Bernabé López, diciendo que tenía flaca complexión aunque este testigo siempre la ve ya  levantada y buena y que come la dicha carne aunque tuviese otras comida de cuaresma y que un día de viernes trayendo a casa de este testigo a asar carne Francisca Rodríguez, madre de la susodicha, estando presente María Hidalga e Isabel y Mariana, sus hijas, reprendiéndola porque comía carne en aquellos días respondió que tanto le hacía
Firma del Dr. Pedro Hurtado de Gaviria
comerla en viernes como en sábado como en lunes como en miércoles y que también se podía comer en viernes como en los demás días de la semana y asimismo declara que ha oído de Melchor Hernández, apañador de esta villa, que Juan de Toledo vecino de ... come carne todas las cuaresmas estando bueno y sano...”

TESTIFICACIÓN nº 6
“En la villa de Agüimes a 8 de noviembre de 1606 María Hidalga, de 48 años, mujer de Pedro Sánchez labrador, vecino de esta dicha villa,…dijo...cómo esta testigo ha muchos años que vive junto a la casa de Bernabé López cuya mujer que se dice María de Espino ha visto que algunas cuaresmas y viernes y vigilias del año ordinariamente comía carne y aunque algunas veces estaba preñada y otras parida muchas andaba levantada y sana y es de muy poca complexión por lo cual decía que comía la dicha carne y también la comían algunas hijas suyas que eran de 12 y 10 años y un día reprendiéndole por ello, estando presente su madre, Francisca Rodríguez, porque en día de viernes comiendo carne todos los días no la dejaban comer y la susodicha dijo que en la cuaresma tan viernes era el lunes como el miércoles y los demás días...”

NOTAS GENEALÓGICAS (T4 y T6)
Los denunciantes en las dos declaraciones anteriores, la 4 y la 6, son María Hidalga y su esposo el labrador Pedro Sánchez Calderón, vecinos de la villa. María Hidalga que ha nacido sobre 1558 según su propia declaración, es hija de Andrés Hernández (hijo a su vez de la indígena Mariana Hernández) y de su primera esposa Isabel Rodríguez (hija de Marcos de Jacomar y Marina Rodríguez  y nieta materna de Alonso Rubio e Isabel Rodríguez).
Pedro Sánchez, el marido de María Hidalga, es hijo del majorero  Lope Sánchez Calderón y de Ana de Torres (quien es  hija a su vez de Antonio de Torres e Inés Gutiérrez).
La denunciada en ambas declaraciones es María de Espino, la esposa de Bernabé López. María de Espino es una de las hijas de Francisca Rodríguez (hija de Alonso de Espino y María de Mirabal) y de Cristóbal Hernández (hijo de Mariana Hernández y por tanto hermano de Andrés), es decir que denunciante y denunciada resultan ser primas hermanas.
Bernabé López, su marido, es hijo de Francisco López y de Isabel Gómez (hija esta de los vecinos de Telde Hernán Gómez y Francisca Ramos)

TESTIFICACIÓN nº 7
“En la villa de Agüimes a 8 de noviembre de 1606 Susana Perdomo de 33 años mujer de Domingos Pablos, labrador, vecino de esta villa,…dijo... cómo una mañana fin del mes de agosto de este año estando en casa de esta testigo María de Artiles, viuda de Diego González, difunto, vinieron a tratar de una criatura que esta tenía en los brazos y como la dicha María de Artiles criaba dos y esta le dijo que por qué no iba a misa en tanto tiempo y ella le dijo que no podía por criar las dichas criaturas, y esta le respondió que pues tenía su madre y hermanas mejor podía ella ir a misa, que no esta que estaba sola, y ella dijo que no tenía lugar y esta dijo que como iba a otras partes podía salir a misa y que no diese nota con aquello y  la dicha María de Artiles dijo que nadie dijese de ella, que todo cuanto dijesen lo había ella luego de saber y esta testigo le dijo que no dijese aquello donde personas le hubiesen de oír y la dicha María de Artiles dijo es porque me acusaron de hechicera pues sabe que me acusaron porque rezaba a las necesidades de nuestra señora y a las ánimas del purgatorio y esta le dijo que aquello todos los cristianos los rezaban y que a la dicha María de Artiles había más de dos meses hasta que vino el señor inquisidor que no venía a misa y que tiene casta de mulatos y de flamencos...”

NOTAS GENEALÓGICAS (T7)
De esta última testificación desconocemos a los denunciantes, Susana Perdomo y Domingos Pablos. Quizá este último sea el personaje homónimo, vecino de Agüimes, que casará algunos años después, en 1613, con Catalina Ramírez. De estar en lo cierto Domingo Pablos es el hijo mayor del matrimonio formado por Martín Pablos y María Caballero Falcón (hija de María Caballero Castellano y padre desconocido).
Sobre el apellido Perdomo, sin poder precisar la filiación de Susana, tenemos acreditada en la villa  la presencia en los años 70 del siglo XVI de un camellero llamado Juan Perdomo, y de un prensero llamado Luis Perdomo, probablemente moriscos. Asimismo tenemos documentado que un portugués llamado Francisco Yánez, esposo de Isabel Perdomo, testa en Agüimes en 1580 declarando por sus hijos a Diego Perdomo, Estebanía Perdomo, Luis López y Eufrasia Perdomo.
Tampoco tenemos referencias claras de la denunciada, María de Artiles, la viuda del jornalero Diego González. A María, puesto que está criando niños, la hacemos de una edad similar a a la denunciante, es decir, nacida después de 1570. La denunciante comenta de ella que es de casta de mulatos y flamencos por lo que es previsible que se trate de una hija natural del comerciante flamenco Art Tyles y de alguna de sus esclavas negras o mulatas.

BREVE RECAPITULACIÓN  A PARTIR DE LAS TESTIFICACIONES DE 1606
En el lado norte del Guayadeque, en el barrio de Candelaria o del Ingenio viven  hacendados del Señorío como los Tobilleja, de origen castellano, y también de origen luso como los López. En el lado sur, en la villa, residen labradores y criadores que provienen de familias de las islas (como los Sánchez Calderón y León) mezclados con población de origen indígena que frecuenta el apellido Hernández. A uno y otro lado del riachuelo se asientan por igual, en dependencia de los vecinos que detentan tierras, numerosos trabajadores moriscos y esclavos negros y mulatos.
El valor de las testificaciones reside en que nos pintan un cuadro, aunque limitado por el escaso número de declarantes, de las relaciones vecinales en la Villa de Agüimes a comienzos del siglo XVII. Las declaraciones, con una excepción, son todas de mujeres que denuncian supuestas transgresiones cometidas por otras mujeres o por ellas mismas.
El escaso número de declarantes en comparación con los demás núcleos visitados (Telde, Teror, Arucas, Gáldar-Guía y La Vega de Santa Brígida) habría que ponerlo en relación no solo con la escasa población de Aguimes en aquellos tiempos sino asimismo con el hecho de que como señorío episcopal cuenta, además de con alcalde regio como el resto de las villas y ciudades citadas, con un alcalde ordinario nombrado por el obispo que vela desde muy cerca por el mantenimiento de las buenas costumbres y por los intereses económicos del Obispado.

Fuentes principales:
“Pobladores de Agüimes en los cien primeros años del Señorío (1481-1580)”  de Rafael Rodríguez de Castro y Luis García Correa
“Génesis y desarrollo del Ingenio en el siglo XVI” de Rafael Sánchez Valerón  y Felipe Enrique Martín Santiago














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