sábado, 1 de junio de 2013

VILLAVICENCIO, OTRO ESLABÓN MAJORERO

LOLA GARCÍA CABRERA

En mi periplo por Fuerteventura en el campo de la investigación de mi genealogía, de su historia y sus gentes, que formaron el inicio de esta isla en lo que a las personas de la parte europea se refiere, buscando en sus archivos algunos apellidos, otros unidos salieron que también formaban parte de mi ascendencia. El apellido al que hoy me
Villavicencio de los Caballeros. Valladolid.
refiero no ha sido escogido al azar, pues la decisión de escribir estas notas sobre él la tomé al encontrar material histórico que hacía referencia al mismo, unas veces en solitario y otras conviviendo con otros apellidos. Este fue el caso del apellido “Villavicencio”, que ostentaba la persona con quien inicio mi relato, Bartolomé Fernández de Jerez Villavicencio.

Con este artículo aspiro a devolver la memoria de su nombre y la de sus antepasados más próximos, algunos breves instantes de lo que fueron sus vidas, una sombra de lo que fue su mundo.
Según los historiadores, el apellido Villavicencio es de origen castellano, de la villa de su nombre, perteneciente al partido judicial de Villalón, en la provincia de Valladolid.
Los Villavicencio, son descendientes de la familia real de León, usando antes de tomar este apellido el de Fernández. El primer Señor de Villavicencio, del que se tiene referencias históricas, fue Miguel Fernández de Villavicencio, ricohombre del Señor Don Alonso VIII de León. Según cuentan diversos historiadores, su hijo y sucesor, Señor de Villavicencio, García Fernández Rasura, sirvió a su Rey participando en la batalla de Las Navas de Tolosa en el año 1212, como Caudillo de un escuadrón, el cual, durante la contienda contra los moros resultó herido, y desangrándose fue a caer a los pies del citado Rey, quien también se hallaba en la batalla, el cual, para detenerle la pérdida de sangre puso sus manos en el arnés y las sacó ensangrentadas; por tal motivo mandó que añadiese cinco dedos ensangrentados en el escudo de sus armas en memoria del valor con que había obrado, las cuales eran tres bandas azules en campo de oro, por haber sido los Caballeros de Villavicencio Señores de la Banda, instituida en Burgos por el citado Rey Don Alonso.
Sus hijos, Nuño Fernández de Rasura y Villavicencio y Miguel Fernández de Villavicencio, sucesor éste de Don García, acompañaron al Rey Fernando III el Santo y, más tarde, a su hijo Alfonso X el Sabio, en la reconquista de Andalucía, tomando Jerez de la Frontera (años 1255 y 1264) y obtuvieron repartimiento de tierras en dicho término y ciudad. Miguel fue Gobernador de la gente de guerra y en su tiempo, por problemas políticos, se perdió en su Casa el Señorío de Villavicencio en Castilla con ocasión de los grandes disturbios por los que pasó Castilla en el reinado de Don Alfonso X, por lo que se radicó definitivamente en Jerez de la Frontera.
Aunque son contrarias las opiniones de distintos autores, la historiografía jerezana ha considerado siempre a Miguel Fernández de Villavicencio, el tronco de este apellido en la ciudad, formando parte de un reducido grupo de linajes jerezanos que pueden demostrar su estancia ininterrumpida en Jerez desde el siglo XIII, concretamente desde el año 1264. De una u otra forma, es cierto que el origen de los Villavicencio jerezanos debe remontarse hasta la conquista y repoblación de la ciudad por Alfonso X, alcanzando verdadera importancia a partir de mediados del siglo XIV. Esta primera época del linaje alcanzó su máximo esplendor con la figura de Lorenzo Fernández de Villavicencio, gran guerrero contra los moros y muy relevante partidario de Pedro I. La muerte de sus dos hijos mayores en Nájera, concentró todo el poder en el tercero de ellos, Nuño, quien obtuvo importantes mercedes y que de no haber sido por la definitiva victoria de Enrique II, hubiesen hecho de los Villavicencio el más destacado linaje de Jerez, quienes sin embargo, debido a tales acontecimientos, perdieron sus bienes y se exiliaron en Granada.
Nuño, jamás alcanzó el perdón de Don Enrique y murió en Granada, pero sus hijos Nuño y Lorenzo regresaron a Jerez, donde debido a la llegada al trono de Juan I, de quien fueron vasallos, y a sus importantes matrimonios, consiguieron su total integración en la nobleza jerezana. Cuando Lorenzo Fernández, el 13 de Junio de 1406, consigue la Alcaidía de los Alcázares de Jerez, cargo que su abuelo homónimo recibiese en merced de Pedro I por su lealtad, puede aseverarse que la decisiva rehabilitación es un hecho.
La proliferación de los Villavicencio en Jerez va en aumento y ya, a mediados del siglo, hay tres Casas de este apellido, iniciadas por los hermanos Alonso, Lorenzo y Nuño, que como factor común se caracterizan por la extensión de su influencia local, posición social y riqueza. Los descendientes de estas tres Casas ocuparían a lo largo de la historia un lugar de privilegio en Jerez, gozando de un valioso patrimonio que permitió espléndidas fundaciones, siendo muchos de ellos partícipes en las guerras contra moros, en las que destacaron y ostentaron importantes cargos como el de Regidores del Cabildo, Alcaldías Mayores y del Alcázar, entre otros.
En 1664, Felipe IV, expidió real cédula por la que uno de los descendientes, Lorenzo
Palacio de Villavicencio en Jerez.
Fernández de Villavicencio, de los primeros Alcaides de la ciudad, se hacía cargo de la tenencia del Alcázar. Los Villavicencio emprendieron una serie de obras y reformas en el mismo, entre las que se llegaría a levantar sobre las ruinas de un primitivo palacio islámico, el palacio de Villavicencio, Donde vivieron sus descendientes hasta muy entrado el Siglo XX.
Pero muchos de los Villavicencio de Jerez, a finales del siglo XV, salieron de esta ciudad y se establecieron en diversas ciudades andaluzas, entre ellas, las de Cádiz, Sevilla y Baeza. Donde muy pronto ocuparían importantes cargos en el Concejo y formarían parte destacada de la nobleza local durante los siglos venideros.
De los Villavicencio que salieron de la ciudad jerezana, pasaron algunos a las Islas Canarias; así, la familia Núñez de Villavicencio en Tenerife procede de los hermanos Nuño y Alonso Núñez de Villavicencio, originarios de Jerez de la Frontera y vecinos de Sevilla, establecidos en La Laguna en los primeros años del siglo XVI. El Bachiller Nuño Núñez fue Alguacil Mayor de Tenerife y su hermano Alonso, Teniente de Alguacil Mayor de la misma isla en 1510, quienes cinco años más tarde, obtuvieron tierras dadas en repartimiento por el Adelantado Don Alonso Fernández de Lugo. Ambos dejaron descendencia.
Procedente también de la aristocracia salida de Jerez y vecino de Baeza, fue mi ancestro, el Capitán Don Bartolomé Fernández de Jerez Villavicencio, Caballero noble hijodalgo, originario de la histórica familia de los Villavicencio de Jerez de la Frontera, conquistador que fue de las islas Canarias, quién caso con Doña Inés Francesa y de cuyo matrimonio tengo noticias de dos hijos:
1. Don JUAN FERNÁNDEZ DE JEREZ VILLAVICENCIO.
2. Don MARTÍN FERNÁNDEZ DE JEREZ VILLAVICENCIO, que casó con Doña María Alonso Marichal.
El primero de ellos, que continúa mi línea, fue insigne General de las Armadas españolas en el África, Gobernador y Alcaide del castillo de Santa Cruz de Mar Pequeña y Familiar
Islas Canarias. Pedro Agustín del Castillo, 1686.
del Santo Oficio, casó con Doña Catalina Luzardo, hija de Don Luis de León “El Valiente”, Gobernador que fue de la isla de Lanzarote, y de Doña Ana de Cabrera Solier.
Del matrimonio nació su hijo: Don LUIS SÁNCHEZ DE JEREZ VILLAVICENCIO, importante personaje en la conquista de la Madera, Maestre de Campo de la Infantería española y Gobernador de la isla de Fuerteventura hacia 1580, célebre también por sus hazañas en África y Fuerteventura, recomendado a la Majestad de Don Felipe II en 3 de abril de 1591 por el primer Marqués de Lanzarote, Capitán General de la Madera y Puerto Santo, a cuyas órdenes sirvió trece meses en aquella isla contra el Prior de Ocrato. Sus principales tierras, obtenidas por merced señorial, estuvieron radicadas en Fuerteventura, en el Llano del Palo, Fimapaire y Laderas de la Oliva. Se casó con Doña Juana Pérez de León Sanabria, de cuyo matrimonio tuvo tres hijos:
1. Don FRANCISCO PÉREZ SANABRIA, que como su padre fue Maestre de Campo.
2. Don LUIS DE LEÓN SANABRIA y VILLAVICENCIO.
3. Don JUAN FERNÁNDEZ DE JEREZ VILLAVICENCIO, que casó con Doña Leonor de Cabrera y Aguiar, hija de Don Diego de Cabrera Matheo, Capitán de Infantería española, Regidor y Alguacil Mayor de Fuerteventura, y de Doña Beatriz de Aguiar.
Del segundo de los citados proviene mi descendencia; casó con Doña María de Cabrera Bethencourt, hija del Maestre de Campo y Gobernador de Fuerteventura, Don Juan Alonso de Sanabria y de Doña Margarita de Bethencourt Cabrera. De su matrimonio nació un solo hijo:
Don GINÉS DE CABRERA SANABRIA y BETHENCOURT, Capitán de Milicias de la isla de Fuerteventura y Regidor de su antiguo Cabildo y a cuya instancia se practicaron informaciones de su ascendencia hasta el noble conquistador Villavicencio, entre otros, con motivo del gran silencio documental originado en 1593 por la invasión de los moros capitaneados por Javán Arráez, al destruir los archivos parroquiales en Fuerteventura. Se casó Don Ginés, con su prima Doña Bernardina de Cabrera Morales y León, ascendientes de la autora de estas líneas, y mencionados en el artículo “Morales, un eslabón majorero”.
Rememorar hoy el ayer ha sido mi intención, si lo he conseguido, doy por satisfecho el trabajo y tiempo empleados.

ENLACE RELACIONADO:
- GARCÍA CABRERA, L. (2013) Morales, un eslabón majorero

FUENTES:
- Nobiliario de Canarias, edición Juan Régulo Pérez. La Laguna 1954.
- Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura, obra de Roberto Roldán Verdejo y Candelaria Delgado González.
- Volumen XI, Diccionario Hispano Americano de Heráldica, Onomástica y Genealogía, obra de Endika de Mongrobejo.
- Linajes Medievales de Jerez de la Frontera, de Rafael Sánchez Saus. Ediciones Guadalquivir, Sevilla, año 1996.

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