APELLIDOS:
Hernández/De la Cruz, Fiesco, De la Torre,
Palenzuela, Trujillo, Almeida, Sosa, Marrero, Trujillo, Díaz, Benítez, Ramos,
Afonso, Alvarez, Rodríguez. Miranda, Esquibel, Rodríguez, Falcón, Benítez,
Marrero, Suárez, Viera, Moreno.
Foto del pueblo de Moya. FEDAC |
A MODO INTRODUCTORIO Y DE JUSTIFICACIÓN
ISABEL
DE LA CRUZ es
una de tantas mujeres anónimas que vivieron, siendo parte de nosotros y
de la historia. Sin embargo, no es de esa clase de historia que la mayoría de las veces queda registrada en grandes hazañas, sino de la que nos engrandece como seres humanos: de personas que han vivido y a las
que debemos donde estamos y quienes somos. Nada más y nada menos, esa es su grandeza, y de ahí la
rescatamos como un tributo a todos esos seres anónimos, mujeres y hombres,
que nos antecedieron y que conformaron lo que somos y tenemos.
¿Por qué Isabel?
Una mezcla de todo se conjuga,
principalmente de humanidad, acompañada con una sana dosis de curiosidad, en ese devenir que nos
trae la investigación genealógica, llevándonos a derroteros insospechados, cargándonos de nuevos e inacabables interrogantes.
Con toda esta amalgama, hace años realizando nuestra propia
genealogía, hallamos a una ascendiente de nombre Isabel de la Cruz, sorprendentemente hija de padre conocido y madre desconocida: algo con lo que nunca nos habíamos tropezado ni visto hasta ahora. En todo caso, dar con
hijos de madre conocida y padre desconocido; por tanto, el desconocimiento de la madre es
algo totalmente insólito...
Por otro lado, siempre es frustrante toparnos con alguien no registrado (desconocido) por no saber su nombre. Una línea que acaba y que no podrás seguir, creo que de lo peor que puede ocurrirte: pura mutilación.
Por otro lado, siempre es frustrante toparnos con alguien no registrado (desconocido) por no saber su nombre. Una línea que acaba y que no podrás seguir, creo que de lo peor que puede ocurrirte: pura mutilación.
Durante dos años, dando vueltas, intentando dar
significado a algo para mi incomprensible: ¿por qué la reconoce un padre casi
al nacer y no se conoce quien fue su madre? ¿que necesidad de reconocer un
padre a una hija de la que nadie sabía sus circunstancias? ¿por qué hacerse cargo de una hija en tiempos díficiles y tenerla que mantener?... Preguntas y preguntas, hasta el infinito; a las que asaltaban
respuestas hipotéticas descabelladas.
En ese tiempo, se publicaba una interesante y laboriosa Historia de Moya de los profesores Vicente Suárez Grimón y Pedro Quintana (2008); en su página 138, aparece en partida de matrimonio como reconocida como padre por José de la Cruz y madre que se desconoce “por ser hechada en el torno": se trataba de la misma persona, de Isabel.
En ese tiempo, se publicaba una interesante y laboriosa Historia de Moya de los profesores Vicente Suárez Grimón y Pedro Quintana (2008); en su página 138, aparece en partida de matrimonio como reconocida como padre por José de la Cruz y madre que se desconoce “por ser hechada en el torno": se trataba de la misma persona, de Isabel.
Desde aquí, siguieron más y más dudas,
durante dos años, con pseudo respuestas imaginarias, sumergiéndonos en una
historia que nos parecía de lo más humana y cargada de mucha emotividad.
Pasando por nuestro pensamiento, situándonos en tiempo y espacio: la difícil situación de la mujer, los embarazos no deseados, las dificultades para el mantenimiento de la prole, el rol de los poderes constituidos, los estigmas sociales (dobles en el caso femenino)...
Pasando por nuestro pensamiento, situándonos en tiempo y espacio: la difícil situación de la mujer, los embarazos no deseados, las dificultades para el mantenimiento de la prole, el rol de los poderes constituidos, los estigmas sociales (dobles en el caso femenino)...
E inconscientemente, seguíamos buscando
posibles respuestas.
A los dos años
transcurridos de esta guisa, y por pura (y bendita) casualidad, investigando unas dispensas matrimoniales, cae en nuestras manos
una de JOSÉ MONTESDEOCA e ISABEL
DE LA CRUZ (eureka, ¡nuestra Isabel!): lo que en metodología científica
se conoce como “serendipity” (por azar) y empezamos a escrutarla con
toda la atención.
ENCONTRANDO ALGUNAS RESPUESTAS
En 1788, ISABEL
DE LA CRUZ y
JOSÉ MONTESDEOCA desean contraer casamiento. Al ser parientes en 4º grado de
consanguinidad; es decir, tenían dos bisabuelos hermanos o un tatarabuelo en
común, hacía que tuvieran que pedir licencia al obispo para poder matrimoniar. Para ello, previamente debían de iniciar un expediente de dispensa
matrimonial, en el que se vuelcan documentos, la relación genealógica de los
contrayentes, testimonios de familiares y vecinos...
Este expediente de dispensa, con fecha de 3 de marzo de
1788, fue el que nos dio algunas de las claves que planteábamos.
Con la partida de nacimiento de Isabel,
sabemos como fue este y sus circunstancias: al nacer fue abandonada en el
Hospicio de S. Martín, desconociéndose quienes eran sus padres. Recibe el bautismo el 19 de noviembre de 1763, en la iglesia del Sagrario, inscrita como "Isabel expósita".
En los testimonios, la propia Isabel
declara que fue recogida, antes que que cumpliera el año, por su padre José de la Cruz, “asi mismo aberme tenido en su
conpañia asta el año presente”. En ese momento tenía 25 años y nunca
había tenido ausencias del domicilio familiar.
Con esto se iban dilucidando algunas incógnitas.
El testimonio de José de
la Cruz, padre de Isabel, es lo que termina de dar respuesta
a esta paternidad fuera de lo común.
Así, José con su declaración termina aclarando el misterio, dice que tuvo a Isabel con una “mosa soltera despues de casado con Barbara Martin” (esposa legítima), mujer de la que no quiere dar su nombre y cuya tía depositó el bebe en el hospicio.
Antes que la niña cumpliera el año, José confiesa su infidelidad a su mujer Bárbara Martín. Ambos de acuerdo, deciden criarla y averiguan que la niña está en Valleseco, en aquel momento pago de Teror, allí la recoge su padre y la lleva a su hogar, donde la cria. Desde ese momento, la “tengo en mi conpañia asta lo presente alimentandola en todo lo necesario”.
Así, José con su declaración termina aclarando el misterio, dice que tuvo a Isabel con una “mosa soltera despues de casado con Barbara Martin” (esposa legítima), mujer de la que no quiere dar su nombre y cuya tía depositó el bebe en el hospicio.
Antes que la niña cumpliera el año, José confiesa su infidelidad a su mujer Bárbara Martín. Ambos de acuerdo, deciden criarla y averiguan que la niña está en Valleseco, en aquel momento pago de Teror, allí la recoge su padre y la lleva a su hogar, donde la cria. Desde ese momento, la “tengo en mi conpañia asta lo presente alimentandola en todo lo necesario”.
Dada la licencia episcopal para poder
recibir el sacramento del matrimonio, ISABEL DE LA CRUZ y
JOSÉ MONTESDEOCA BENÍTEZ casaron en la parroquial de la Candelaria de Moya, el
24 de marzo de 1788. Este, era hijo de Francisco Montesdeoca Navarro, natural
de Arucas y vecino de Moya, y de Isabel Benítez Mateo, natural y vecina de Moya.
El tiempo que vivió el matrimonio se
correspondió con una época de crisis, con la caída de la exportación de vino y,
consecuente erradicación de viñedos. En la villa de Moya, se materializó en la
disminución de la producción agraria, estancamiento de la producción y
concentración de la propiedad en pocas manos, lo que perjudicaba a los pequeños y
medianos agricultores. A todo se añade la sequía, plagas y epidemias que no
remontan hasta los últimos años del siglo XVIII, manteniéndose con brotes
epidémicos en varios años (1799 y la década de los 80). Recordemos que gran
parte del territorio moyense estaba constituido por la Montaña o Selva de
Doramas, comenzándose a mitad de siglo un incremento de roturación y usurpación
de las tierras boscosas, acompañados de numerosos incendios que se sucedieron en la Montaña (SUÁREZ, V. y QUINTANA, A. 2008).
Volviendo a JOSÉ MONTESDEOCA, vivió hasta los 37 años,
muriendo en el año 1795. Curiosamente, en el registro de defunciones, su padre,
Francisco Montesdeoca, se encuentra inscrito en el asiento anterior, al morir
unos 20 días antes. Su mujer ISABEL DE LA CRUZ, sobrevive a su marido hasta 1808,
falleciendo con 45 años.
RELACIÓN DE ANTEPASADOS
Pasamos a ver la relación genealógica de ISABEL DE LA CRUZ,
tomando cinco generaciones de antepasados. Como es lógico, y hemos comentado, esta
solo puede ser su línea paterna.
Primero, lo hacemos gráficamente con una
representación de árbol que nos facilite el discurso posterior:
1. Padre
JOSÉ
DE LA CRUZ DE
FIESCO natural de la villa de Moya (Gran Canaria), donde nació en el año 1737,
casó con Bárbara Martín,
hija de Juan Martín y
María de la Cruz, con la que tuvo descendencia pero desconocemos sus
circunstancias, falleciendo en el año 1792.
José
de la Cruz
muere a los 75 años, en 1812, en su villa natal. Sobreviviendo a su hija y su yerno.
2. Abuelos
SEBASTIÁN
DE LA CRUZ DE
LA TORRE nació en Moya el 17 de febrero de 1701, matrimonió con FABIANA DE
FIESCO ALMEIDA, en 1727, de la misma naturaleza que su cónyuge y vió la luz el
17 de marzo de 1709.
3. Bisabuelos (abuelos 2º)
a) Padres de Sebastián: JUAN DE LA CRUZ DE
PALENZUELA nacido en Moya en el año 1658, consorció matrimonialmente en 1691
con AGUSTINA DE LA
TORRE HERNÁNDEZ (DE LA CRUZ), nacida en Moya en 1662.
b) Padres de Fabiana: AGUSTÍN TRUJILLO MARRERO
con nacimiento en Moya, en el año 1676, contrajo nupcias con JULIANA DE FIESCO
ALMEIDA, en 1706, falleciendo siendo viuda, en 1753.
4. Tatarabuelos (abuelos 3º)
a) Padres de Juan de la Cruz: SEBASTIÁN HERNÁNDEZ nació
en el año 1642 en Moya, tuvo relevancia social en su pueblo así lo confirma el
haber sido uno de los firmantes (sabía firmar, en época que pocos podían hacerlo por el elevado índice de analfabetismo), en el año 1671, de la solicitud para la licencia de la
construcción de un nuevo templo parroquial; además, ostentó los cargos de
mayordomo de las cofradías del Santísimo (1673) y de la Candelaria (1678). Casó
en 1663 con su paisana ANA DE PALENZUELA TRUJILLO, nacida en 1635.
b) Padres de Agustina de la Torre:
JUAN DE LA TORRE natural de Moya donde tuvo lugar su nacimiento en 1662, enlazó
en 1653 con ANDREA HERNÁNDEZ DE LA CRUZ, nacida en el mismo lugar, en el año
1635.
c) Padres de Agustín Trujillo: TOMÁS TRUJILLO RODRÍGUEZ en
1635 nació en Moya, fue alférez y alcalde real de Moya (1687-1690 y 1702-?);
mayordomo de la
Fábrica Parroquial (1690-1705) y de la Cofradía del Santísimo
(1675-1677 y 1693-1708). Viudo de Estebana Díaz Hernández, contrajo
un segundo matrimonio en la parroquial de S. Juan de Arucas, en el año 1677, con ANA MARRERO ÁLVAREZ,
nacida en Arucas. Viudo, en 1707, vuelve a casar con Francisca Ramos Marques,
viuda de Lorenzo Martín.
d) Padres de Juliana de Fiesco: DIEGO
HERNÁNDEZ DE ALMEIDA que nació en 1628, en el lugar de Moya. Contrajo nupcias,
en 1675, con FABIANA DE FIESCO BENÍTEZ.
UNA LÍNEA DE DESCENDENCIA
El primogénito ÁNGEL MONTESDEOCA DE LA CRUZ,
nació el 2 de octubre de 1888 en Moya, casó en su iglesia de Ntra. Sra. de
Candelaria el 8 de marzo de 1807 con ISABEL MIRANDA ESQUIBEL, hija de Juan Miranda Trujillo
y Ángela Esquibel Rodríguez.
2. Nieta
Mª DEL CARMEN MIRANDA MONTESDEOCA natural
de Moya donde nació en 1815, allí contrajo matrimonio en al año 1838 con MIGUEL FALCÓN BENÍTEZ
nacido y fallecido con avanzada edad en el lugar (1815-1900), con vecindad
en el pueblo. En su testamento declara que de su matrimonio tuvieron 6 hijos y
“que sus bienes son notorios”. Sus padres fueron Miguel Falcón Arencibia,
natural de Teror y vecino de Fontanales, y Mª Rita Benítez Marrero, natural de
la villa moyense.
3. Bisnieto
El primer hijo del matrimonio entre Mª Carmen
Miranda y Miguel Falcón
fue JUAN MANUEL FALCÓN
MONTESDEOCA nacido en 1839 en Moya, de oficio labrador, que consorció
maritalmente en 1863 con Mª DEL PINO SUÁREZ VIERA, nacida en 1844 y de la misma
naturaleza que su marido, con residencia común el pago de El Palmito y una
descendencia de 7 hijos. Mª del Pino fue hija de Eduardo Suárez Díaz
y Mª del Carmen Viera Benítez, naturales de Moya y avecindados en S. Fernando (“casa
número 4”).Viudo,
vuelve a casar con Juana Trujillo.
4. Tataranieta
BASILIA FALCÓN SUÁREZ contrajo
matrimonio con SEBASTIÁN
RODRÍGUEZ MELIÁN y tuvieron por hija a nuestra abuela materna
5. CECILIA RODRÍGUEZ FALCÓN (nieta cuarta de ISABEL DE LA CRUZ)
mujer JUAN MOLINA PONCE (sobre las circunstancias y genealogía de estos, lo
hemos desarrollado en un artículo anterior que titulamos FAMILIA MOLINA-RODRÍGUEZ DE LA VILLA DE MOYA. LÍNEAS Y NOTAS GENEALÓGICAS. (pulsar aquí).
Sobre estos y otros apellidos, los tratamos en el artículo "Apellidos de antiguos pobladores de Moya" (pinchar aquí).
Agradecimientos a Cristina López, José R. García, Antonio Falcón y Leonardo Arencibia por compartir horas de archivos, datos y conversaciones genealógicas sobre este trabajo.
Sobre estos y otros apellidos, los tratamos en el artículo "Apellidos de antiguos pobladores de Moya" (pinchar aquí).
Agradecimientos a Cristina López, José R. García, Antonio Falcón y Leonardo Arencibia por compartir horas de archivos, datos y conversaciones genealógicas sobre este trabajo.
FUENTES:
- ARCHIVO DIOCESANO DE LA DIÓCESIS DE CANARIAS.
Libros sacramentales de las parroquias de Moya, Teror y Arucas. Dispensas
Matrimoniales. Notas Genealógicas y Notariales.
- ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE
LAS PALMAS. Protocolos notariales.
- MARRERO MARRERO, J.
(1913) Historia de la Parroquia de Moya. Manuscrito en El Museo Canario.
- MARRERO MARRERO, J.
Genealogías. Manuscrito en El Museo Canario.
- QUINTANA ANDRÉS, P. y
SUÁREZ GRIMÓN, V. (2008) Historia de la Villa de Moya. Anroart ediciones.
- REGISTRO CIVIL DE MOYA. Partidas
de nacimientos y defunciones.
- RODRÍGUEZ DÍAZ DE QUINTANA, M. Libros de genealogías.
Biblioteca de El Museo Canario.