martes, 28 de enero de 2025

EMIGRACIÓN CANARIA A VENEZUELA EN EL SIGLO XVII: LAS MADRES FUNDADORAS DE GUARENAS Y GUATIRE

 RAFAEL RODRÍGUEZ DE CASTRO

Ponencia presentada en el XI Encuentro de Genealogía de Gran Canaria, organizado por la RSEAPG y Genealogías Canarias, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en noviembre de 2024.

 

A finales del siglo XVII un grupo de familias de El Tanque, isla de Tenerife, emigran al virreinato de Nueva Granada para poblar la zona conocida hasta hoy como Guarenas y Guatire, 10 Km. al este de Caracas. Una evolución en el paradigma social de entonces permite singularizar el estudio de las mujeres que compusieron dicho grupo.

Os emigrantes. A. Rocco

1. “DI MI NOMBRE Y VIVIRÉ …”

Las últimas jornadas de genealogía tuvieron como tema central un emotivo y merecido homenaje a la persona del editor, investigador e intelectual polifacético, Carlos Gaviño de Franchy, quien nos dejó en la víspera de Navidad de 2022. Estas palabras con las que hoy comienzo son memoria del estribillo de unos versos suyos que se declamaron en la solemne inauguración de la última de estas jornadas de genealogía celebradas en esta casa. “Di mi nombre y viviré …” son un auténtico proyecto de vida comprometida, creativa, fecunda; son una máxima que la hacen consciente de poder trascender las fronteras del tiempo y del espacio.

Cobra un especial sentido estos versos y su autor, cuya partida nos desconcertó y nos sigue apenando. Primero, por su finura en crearlos, en darles vida; segundo, porque este trabajo de hoy continúa una tarea pendiente que ambos teníamos; tercero, porque nos ayuda a tener más cerca a todos aquellos que hoy nombraremos y, por ende, tendremos presentes, a quienes traemos hasta nuestro lugar y nuestro momento para que vivan de nuevo.

Hoy toca, por tanto, dar vida también a los protagonistas de esta historia: las mujeres que un día de finales del siglo XVII unieron su lugar de antiguo arraigo, El Tanque, un pueblo al norte de Tenerife, con un hasta entonces un asentamiento incipiente, localizado a unos 20km al este de Caracas, hoy casi integrados con la capital venezolana.

“Di mi nombre y viviré”. Estas son las madres canarias:

1. María de Mena con sus hijas: María Melchora Verde; Marcela Rodríguez del Pino; Dominga Rodríguez de Mena; e Isabel Rodríguez del Pino.

2. María Manuel Carballo con sus hijas: Ana Francisca Adán y María Manuel Adán, a la cual también acompañaban dos hijas suyas de nombre Dominga de la Cruz y María Manuel Delgado.

3. María Marquesa con su hija Ana Marquesa Dorta.

4. Águeda Lorenzo

5. María González

6. María Manuel con su hija María Rodríguez Manuel, antepasados de relevantes personajes de la Historia de la futura Venezuela.

7. Ana Díaz Francisco

8. María Fernández Feo

9. María del Álamo con su hija María de Lugo

10. Catalina González

11. Juana González Guanche

12. Jacinta de Bethencourt y su hija, María Jacinta González de Bethencourt.

 

A. EL TANQUE, UN VIEJO RET0

¿Cómo surgió este trabajo? A comienzos de este siglo, cuando todavía tenía yo el domicilio en Alcalá de Henares, Carlos y yo, unidos por parentesco por los Franchy, manteníamos el reto de avanzar en nuestros antepasados de esta familia en la isla de Fuerteventura. Uno de los veranos de aquel entonces aproveché unas vacaciones para acercarme a esta isla y tratar de avanzar en nuestra genealogía común. Y aquí aparecieron las primeras referencias a El Tanque, entre otros lugares de Tenerife. Por diversas razones, este lugar quedó relegado y nunca acudimos hasta allí para continuar desentrañando la tarea pendiente. El apellido que entonces quedaba en el aire era el de Carballo, pues Juan Rodríguez Carballo, natural de El Tanque en la isla de Tenerife, había casado en Betancuria, el 7 de septiembre de 1714, con Inés de Bethencourt Franchy. Él era hijo de Juan Carballo y Leonor Rodríguez. Lo cierto es que los años pasaron y no hubo continuidad. Y entre tanto, Carlos partió.

B. EL TANQUE, UN RETO HOY

Unos meses después de este triste suceso comencé una serie de contactos con investigadores de Hispanoamérica dedicados a la genealogía y al estudio de la población antigua de sus respectivos países (México, Uruguay, Venezuela, Perú, Puerto Rico, Estados Unidos, Cuba). De aquellos encuentros se formalizó una tertulia los miércoles al caer la tarde en la que gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, vía video conferencia, compartíamos dudas, trabajos, acontecimientos, anécdotas, etc. Fruto de esta dinámica, este último mes de enero, el cronista de Guarenas y Guatire, el señor René García Jaspe, me comunicó que tenía registradas una serie de familias que habían llegado a aquel lugar y presumía que fueran de Canarias. Los datos eran muy escuetos. Al mismo tiempo, me señalaba el papel que habían jugado las mujeres de aquellas familias y que para el mes de mayo querían hacerles un homenaje. Mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que se repetía en varios lugares el apellido de Carballo ligado a Tenerife. En aquél entonces tenía previsto acudir al Archivo Diocesano de Tenerife por otro motivo que cambié para poder centrarme en la posibilidad de que fueran de El Tanque como el Carballo de mis pesquisas. Y efectivamente, el antepasado tanquero que me unía a Carlos Gaviño era pariente muy cercano de aquellos que habían emigrado. Aquí empezó una investigación de la que se entregó al cronista de Guarenas y Guatire un informe rápido; se pasó aviso al Ayuntamiento de El Tanque de Tenerife que mostró gran interés por el tema; y ahora se ofrece una perspectiva amplia y concreta.

C. EL TANQUE, UN RETO PERMANENTE

“Di mi nombre y viviré”. Aplicar la técnica genealógica al realizar una investigación de este calibre nos permite que cobren vida aquellos que de otra manera nos parecerían distantes en el tiempo y en el espacio. Y esto es así porque la genealogía, como la vida misma, son individuos en relación, no cerrados en sí mismos, ni desplazados a un mundo abstracto donde suelen convertirse en números que poca remisión tienen a la realidad. Hoy los  nombres no son simples palabras, sino presencia y vida que continúa entre nosotros. Hoy, aquí y ahora, convivimos con todos los nombrados. Hoy están con nosotros y entre nosotros.

Foto de El Tanque, Tenerife. Autor: desconocido.

 

2. “POR EL OCÉANO EMIGRARON…”

Las jornadas de genealogía de este año tienen como lema “Por el océano vinieron, … Por el océano emigraron”. La visión que aquí se va a seguir mantiene esta idea, pero con las expresiones cambiadas. En primer lugar partimos del momento en que se produce la emigración a América de nuestras protagonistas, y en un segundo momento remontaremos a un periodo más antiguo donde el movimiento migratorio de sus antepasados tuvo como meta la isla de Tenerife. Son dos cuestiones las que se nos plantean: cómo era su lugar de residencia y qué arraigo tenían allí; qué les motivó a salir.

A. ARRAIGO PREVIO EN EL TANQUE

Aquellas familias que partieron para la jurisdicción de Santiago de León de Caracas, en la actual Venezuela, tenían un arraigo previo en su lugar de origen.

La localidad de El Tanque se encuentra en el norte de Tenerife, apenas a 900m de la costa, pero ya en zona de montaña. De forma que la parte más baja de El Tanque se localiza a 450 metros sobre el nivel del mar y es, al mismo tiempo, la zona más cercana a la costa. Y en los cuatro kilómetros que el actual municipio entra al interior de la isla, y que coincide básicamente con la jurisdicción de su parroquia en aquel entonces, asciende hasta una altura de 1100 metros en el barrio de San José de los Llanos. Dentro de este territorio se encuentran los barrios de El Tanque propiamente dicho y el colindante de El Granel, Erjos, la Tierra del Trigos, La Culata (San Juan del Reparo), entre otros. No fue un lugar de poblamiento temprano. El origen está en el tanque de agua fabricado en altura algo después de la conquista insular para proveer riego a cultivos y suministro a las poblaciones costeras de San Pedro Daute y Garachico. El terreno es manifiestamente inclinado lo que llevó desde un primer momento a la edificación de bancales para permitir el cultivo. La mayor parte de estos terrenos fueron adjudicados a conquistadores de la isla cercanos a Alonso Fernández de Lugo y asentados bien en Garachico, bien en la Isla Baja. Si acaso alguno también tenía residencia en la ciudad de La Laguna. La zona cercana de montaña que corresponde al actual municipio de El Tanque eran terrenos de cultivo de cereales fundamentalmente trabajados por medianeros. Eran terrenos que no tenían la misma importancia que los de la costa. Así mientras éstos tenían cierta preferencia por dedicarse a la industria azucarera, aquéllos se reservaban para una agricultura de recursos básicos para la alimentación, amén de algún primer intento, ya en el siglo XVI, de cultivo de vides para elaboración de vino.

En el momento temporal de este trabajo, cuando se produce la emigración al entonces Virreinato de Nueva Granada El Tanque llevaba desde 1633 con parroquia propia, alcalde y la correspondiente milicia organizada en torno a sus oficiales. Y gracias a la genealogía podemos rastrear el camino que en el tiempo hicieron los antepasados de estas familias, en un proceso de arraigo y de vinculación recíproca de unos con otros, hasta el punto que no solo reconocemos a las mujeres migrantes como estrechamente unidas a su territorio de origen, sino en estrecha relación a quienes poblaron y crearon este núcleo poblacional primigenio insular.

B. MOTIVOS PARA EL DESARRAIGO

Son varios los niveles desde los que se pueden estudiar los motivos que tuvieron aquellas familias para dejar el lugar de su residencia habitual y emprender una aventura tan arriesgada.

En cuanto a la política internacional destacamos, entre otras, las siguientes circunstancias. Desde 1640 se produce la separación de lo que hasta entonces funcionaba como Unión Ibérica. Fue un proceso bélico que reconfigura las alianzas a nivel internacional. La corona portuguesa se separa de la corona española y aquélla entra en la órbita de influencia y colaboración del reino inglés. El movimiento comercial que se había generado con la Unión y que tanto beneficiaría a Canarias, desaparecía, con lo que la economía insular se resiente. A estos inconvenientes se les une la enemistad más agresiva de los distintos contendientes. Esto hizo que hubiera interés en poblar zonas en la América española que corrían riesgo de ser fácil objetivo de otras potencias enemigas por su reducida población. La costa de la actual Venezuela se encontraba en esta situación.

Con respecto a la demografía insular se produce un aumento considerable de población, sobre todo en Tenerife, la isla más poblada. De unos 20.350 habitantes que se cuentan en esta isla en 1585, se pasa a unos 51.867 en 1680, casi un siglo después. Este incremento demográfico tendrá su paralelo en la disminución de tierras disponibles por la nobilización de la isla. El siglo XVII observa la concentración de la tierra en pocas manos. Son contadas familias las que inician una carrera frenética para acaparar la fuente de riqueza de la sociedad de entonces, la tierra. La aspiración a títulos nobiliarios o ingreso en corporaciones de este tipo, así como la constitución de mayorazgos, harán que la disponibilidad de tierras y la propiedad del elemento básico de la economía se concentre en grupos privilegiados determinados. Esta tendencia a la concentración patrimonial también tiene su vertiente religiosa con la constitución de capellanías o mandas pías que pudieran facilitar la vida de los miembros de estas familias que entraban en religión. El acaparamiento de estos medios básicos de la economía hizo también que los terratenientes dieran preferencia a sus productos en el mercado, ejerciendo así una auténtica posición de dominio. A esto ayudaba la ubicación de miembros de las familias ennoblecidas en tierras americanas. Este proceso de amortización de tierras unido al de la nobilización creará una serie de dificultades de supervivencia para una gran masa de población que queda fuera.

Finalmente, una isla como Tenerife es más vulnerable a epidemias o afecciones de los medios de producción de alimentos con sequías, plagas o patologías agrarias, sobre todo, de acuerdo a las técnicas y medios con los que se contaban en los siglos XVI y XVII; a esto se unen también las catástrofes naturales.

Todos ellos desembocan en una saturación demográfica que lleva a la inestabilidad social. Consecuencias de esto lo tendremos en los motines de Vilaflor de 1655 o el de La Laguna de 1668 provocados precisamente por los intentos de dominio que las clases privilegiadas intentaron realizar, desplazando de los medios básicos de sustento a una masa social más amplia que resultaba así gravemente perjudicada. La situación era propicia para que se produjeran movimientos migratorios significativos.


3. “POR EL OCÉANO VINIERON…”

Una vez conquistada la isla de Tenerife a finales del siglo XV, se procedió a su poblamiento. Esta labor se hizo, en primer lugar, con los propios conquistadores que decidieron quedarse, la mayoría beneficiados con generosos repartimientos de tierras; por otro lados estarán los guanches tanto del bando de paz como del bando de guerra, con dificultades y enfrentamientos recurrentes con los anteriores; y finalmente, al poco de finalizar la contienda bélica comienza la llegada de una ingente masa de población, los llamados pobladores.

A. FORMACIÓN DE EL TANQUE

Todos ellos se verán inmersos en un despegue económico de la isla en torno a la industria azucarera donde la zona noroeste de Tenerife será uno de sus puntos de producción más importantes de la isla. Es obvio que también hace falta la producción de otros recursos básicos que mantengan a esta población. Efectivamente, una vez establecidas las tierras y zonas más propicias para el azúcar, un segundo nivel de cultivos se dedicarán a la producción de cereales, fundamentales para la alimentación ordinaria, además de la labor de ganadería con sus rutas para tránsito y pastos.

En este último aspecto entra la formación de El Tanque. Los habitantes más antiguos que conforman un núcleo de población permanente los podemos datar entre 1525 y 1530. Hay menciones a lugares de El Tanque con anterioridad, pero sobre todo a la hora de ubicar tierras en repartimiento que recibieron los conquistadores del grupo más cercano al adelantado. Destacan entre ellos los pertenecientes a las familias de Ponte y de las Cuevas. En ese primer momento quien va a la zona de El Tanque lo hace de forma temporal como trabajador de estas tierras. Es a partir de los citados años cuando ya aparecen vecinos en El Tanque en paralelo a la adquisición de tierras allí. Se trata de nuevos pobladores de la isla procedentes de Portugal. El acceso a la tierra se determinará por la figura del Censo y Tributo, no por Compra Venta. Y los censualistas serán precisamente miembros de aquellas familias tal como consta de las escribanías de Garachico: Bartolomé de Ponte junto con su hermano Pedro de Ponte, y la mujer de ésta, María de las Cuevas: o bien, los hijos de éstos, Nicoloso de Ponte y Alonso de Ponte, algo ya avanzado el siglo XVI.

Todos estos pobladores son portugueses y conocemos sus nombres gracias a la tazmía de 1552 que se levantó en Tenerife. La tazmía se elaboró a modo de padrón donde se distinguían las distintas poblaciones de entonces para cada una de las cuales se elaboraba una lista de los vecinos que las componían, el número de miembros de cada unidad familiar y el cereal que producían. Entre las distintas poblaciones se encuentra una que de forma específica hace referencia a El Tanque. En El Tanque aparecen hasta diecisiete nombres de varón como cabeza de sus respectivas familias, lo que nos da el mismo total de vecinos. Para entonces, El Tanque no es todavía independiente, está en la jurisdicción de San Pedro de Daute, una población anexa a Garachico en la costa.

B. PARADIGMA SOCIAL ORIGINARIO

Todas las madres canarias de Guarenas son descendientes de alguno de estos pobladores portugueses que conforman la tazmía. La introducción de solo los varones cabeza de familia como criterio para contabilizar las unidades sociales básicas de que se componía la población ya nos está informando de una forma clara sobre el paradigma social que entonces primaba. A esto se le une que para completar el resto de miembros de la familia ligados a este varón, que en la tazmía es un simple número, se debió recurrir sobre todo y principalmente a los protocolos de Garachico de los que hay constancia desde 1532. Fueron también útiles los de las villas cercanas de Buenavista y, en menor medida, de Icod. Solo así se pudo identificar de forma individual las unidades familiares. Al mismo tiempo esta misma documentación nos ofrece otros elementos característicos que refuerzan y amplían datos sobre este paradigma: quienes encabezan la mayor parte de los documentos son varones; aquellos que tienen por objeto el negocio sobre algún tipo de bien y han de ser otorgados por mujer, requieren primero la licencia del esposo-varón o recibir la autorización de la autoridad local que también es varón; la cualificación de una mujer para el matrimonio viene determinada por la dote.

Finalmente, una vez elaborados los correspondientes árboles genealógicos de aquellas familias encontramos otro elemento más que refuerzan el mismo paradigma. Entre los portugueses pobladores de El Tanque del siglo XVI hay familias, los menos, y hay varones solteros. En todo caso, es el varón el elemento constitutivo de la unidad familiar, mientras la mujer realizará la función de nexo de unión con otros pobladores. De esta menara, la mujer se convierte en canal que facilita la endogamia de un grupo nacional determinado que caracterizará la población de El Tanque.

Campesinos de Teneerife (finales del siglo XIX)

C. ANCESTROS PIONEROS DE EL TANQUE

A los pobladores portugueses de la tazmía siguieron otros que se irán asentando progresivamente en la zona. Nos detendremos en los sean antepasados de las madres canarias y en los que llegan a lo largo del siglo XVI.

En los siguientes árboles genealógicos vemos como se desarrollaron las familias de la tazmía y como conformaron su endogamia particular. En ellos se ha anotado en mayúscula quienes aparecen en la tazmía de 1552.

En Familia I encontramos el conjunto familiar formado por el poblador portugués, Álvaro Pérez y su mujer, Catalina Rodríguez. Ya estaban fallecidos en el año de 1552, por eso no figuran en la tazmía. Sin embargo, sus cinco hijas casarán algo después de su llegada a la isla con otros tantos portugueses pobladores que sí son citados en la tazmía. La antigüedad del establecimiento de Álvaro y Catalina en la isla nos lo indica su nieta, Margarita Álvarez, quien ya estaba casada dicho año con otro poblador, Melchor González.

Además entre Familia I y Familia II vemos que hay un enlace precisamente por los hermanos de la familia Carballo, de la que ya hicimos mención como la primera evocadora de la localidad de El Tanque. Efectivamente, Gonzalo Yánez vino a Tenerife con su hermano, Juan Carballo procedentes ambos del lugar de Valongo, jurisdicción de la ciudad de Oporto; mientras el primero casó con Catalina Rodríguez, hija de los citados Álvaro Pérez y Catalina Rodríguez, el segundo lo hará con María Hernández, de la que no tenemos más noticia, pero su hijo homónimo casará con Catalina Martín que pertenece a Familia II como tendremos oportunidad de ver. En resumen, en Familia I aparecen seis de los diecisiete censados por la tazmía; y uno en conexión indirecta.

En Familia II se encuentra la familia de Martín Báez y su mujer, Isabel Hernández, quienes llegaron de Portugal con sus hijos ya nacidos. Entre estos, tenemos a cuatro de sus hijas que casarán con sus respectivos pobladores. Entre ellos, hacemos mención de Juan Carballo, hijo del homónimo poblador, casado con otra de las hijas de Martín e Isabel, de nombre Catalina Martín. Además de las hijas mencionadas, tuvieron otra hija más y hasta dos hijos varones que casarían con posterioridad al año 1552, aparte de otros tres hijos que permanecieron solteros. Sobra decir que todos los cónyuges, tanto los que casaron con anterioridad a la elaboración de la tazmia como quienes lo hicieron con posterioridad, eran portugueses.

Como se comprueba, de los diecisiete vecinos que componen la tazmía de 1552, entre las dos familias enunciadas se nombran a doce.

Los cinco que faltan son Nicolás Francisco y Jorge Martín que no tuvieron continuación en El Tanque más que por una generación más; Gonzalo Yánez y Miguel Alonso que tendrán familia dispersa, poco numerosa y trasladada a otros lugares cercanos a El Tanque.; y finalmente, sobre Lorenzo Rivero haremos mención más adelante por circunstancias particulares y formar clan familiar con otras características.

De las familias establecidas con posterioridad a la confección de la tazmía nos interesan las que recogen el siguiente árbol genealógico (Familia III y Familia IV).

En Familia III aparece desarrollada la familia de Lorenzo Rivero. Éste había casado en Tenerife con Catalina Martín quien fallecerá. Tras perder a su primera mujer, Lorenzo casará en segundas nupcias con la portuguesa Francisca Hernández que estaba viuda y había tenido descendencia de su marido cuyo nombre no hemos podido localizar. Un hijo de éstos fue Mateo Hernández quien terminará matando a su padrastro quien parece resultaba ser persona violenta, maltratador de su mujer. En uno de estos episodios agresivos contra su segunda mujer, salió en defensa el tal Mateo, hijo de ésta, quien en el enfrentamiento terminó matándolo. No resulto hecho reprobable en su entono más inmediato, pues este Mateo se casará con una hija del primer matrimonio de Lorenzo Rivero, Catalina Lorenzo.

La endogamia familiar no queda ahí, sino que Águeda Hernández, hija de Mateo y Catalina casará con Gaspar González, hijo de Manuel González Barbado e Isabel González, y serán origen del apellido González del Pino por su traslado a esta localidad del sur de Tenerife. El tal Manuel González Barbado fue segundo marido de Catalina Lorenzo, tras enviudar ésta de Mateo Hernández. Sobra decir que todos los nombrados traen origen portugués.

Para la Familia IV habría que hacer una primera precisión, pues se une el matrimonio portugués de Vasco Afonso y Juana Gil, vecinos de El Tanque, casados sobre 1534, pero fallecidos ya en el año de 1552. Su hija, Isabel Martín, casará con el poblador portugués, Gabriel González.

Gabriel e Isabel tendrán prolífica descendencia en El Tanque, aunque alternarán residencia en Garachico, en cuyo convento franciscano la dicha Isabel pedirá ser enterrada, y donde fundará capellanía el año de 1586 en cabeza de su hijo varón primogénito, Melchor González. Señalar que Gabriel es uno de los que aparece en los protocolos de Garachico dedicado a las tareas vitivinícolas en la zona de El Tanque a finales del siglo XVI. Entre los hijos de Gabriel e Isabel vemos que hasta tres de ellos casan con otros tantos hijos de vecinos citados en la tazmía, señalados en el árbol Familia IV en mayúscula.

D. PARADIGMA SOCIAL EVOLUCIONADO

Llama la atención las referencias que se hacen en Guarenas y Guatire a las unidades familiares procedentes de El Tanque, frente a las que se hacen a los antepasados de éstas establecidos en Tenerife hacía sobre siglo y medio antes. Ahora, las madres migrantes canarias, no están ocultas en un número de familiares ligados a un varón cabeza de familia, sino que todos son nombrados de forma individual y se menciona de forma expresa la unión que los constituía en familia.

El arraigo y los riesgos han fomentado la colaboración y han afianzado alguno de los criterios que señalan una mayor igualdad. No supone un cambio definitivo, sino mínimo, pero ya es indicador de un movimiento evolutivo. Como dato curioso observamos que a la hora de denominar a alguien, no solo se acudía a los criterios usuales de nombre y apellido, sino que cuando éstos coincidían en más de una persona, para hacer la distinción vemos dos usos totalmente distintos según el género: para el varón bien se acudía a un patronímico de nueva creación (Melchor, Jorge, Adán, etc. como nuevo apellido), o al añadido de un mote que pasará en las siguientes generaciones como apellido (Clavo, Grillo, Mengo, Burro, Guanche); para la mujer sólo se contempla el primer caso (Marquesa como femenino de Marcos, Manuel, Melchora, Francisca, etc.). En el caso de la mujer con nuevo patronímico podía deberse a dos motivos: o era la primera en usarlo y se le trasladaba el nombre de su padre como apellido feminizado, o repetía un patrón así originado en una mujer de una generación anterior.

Un dato que pudo influir en este giro femenino podría deberse además a que el arraigo en El Tanque de las madres canarias que marchan a Venezuela les viene por línea mitocondrial estricta. Es decir, todas las madres canarias tienen arraigo en El Tanque si se asciende de generación en generación por pura línea femenina; mientras que por la parte masculina es probable que en los antepasados se trasladen a otro lugar. Esto hacía que por parte de la mujer viniera el grueso del patrimonio inmobiliario que permitía a la familia obtener recursos del sector primario que les permitiera salir adelante. Un modo de acceso a este patrimonio estaba caracterizado por la figura ya citada de la dote.

A modo de curiosidad, y por la transversalidad de la familia Carballo, indicar que de las veinticinco madres canarias citadas, un total de veintiuna descienden de uno de los dos hermanos fundadores de esta familia en El Tanque.

Así quedarían las madres fundadoras canarias de Guarenas y Guatire unidas por mujer a madres fundadoras de El Tanque.

En los árboles genealógicos que se introducirán a partir de ahora se recoge esta preponderancia tanquera mitocondrial. Los primeros en analizar son los más irregulares. En la ascendencia femenina de Familia V y Familia VI encontramos a pobladores portugueses que no fueron vecinos de El Tanque, pero sí contaban con tierras allí que terminaron heredando la siguiente generación. Efectivamente, en Famita V, la ascendencia femenina de Juana González Guanche llega hasta Leonor Hernández que vino a la isla de Tenerife junto con su marido, Antonio Hernández. Procedentes de Portugal, se establecieron en Garachico, pero ya citan tierras en El Tanque dedicadas al cultivo de la vid para la elaboración de vino, producto del que consta algún documento de venta en la escribanía de Garachico. Su hija, Leonor Díaz, casará con Antón Rodríguez, hijo de los pobladores portugueses, Rodrigo Hernández e Isabel Hernández, que sí eran todos vecinos de El Tanque.

Añadimos a modo de curiosidad, la frecuencia de antepasados prehispánicos de las islas de Tenerife y La Gomera que justifican su apellido de Guanche para Juana González Guanche. Y la ascendencia hasta uno de los reyes del bando de paz, don Diego de Adeje, para Jacinta de Bethencourt de Familia VI. En el caso de Juana González Guanche las tres líneas prehispánicas corresponden a guanches del bando de guerra de Daute; a una mujer esclavizada y hecha madre por el clérigo Hernán García; y a naturales gomeros establecidos en Tenerife.

La ascendencia mitocondrial de Familia VI llega hasta los pobladores madeirenses, Juan Afonso y María González. De María se dice que es prieta, y su única hija es la primera en usar el apellido Bethencourt, sin que podamos determinar el motivo preciso. Igual que la cabeza de linaje femenino del árbol genealógico anterior, éstos también tendrán su vecindad en Garachico, pero poseerán tierras en diversos lugares cumbreros tanto a poniente, en la zona sureña de Vilaflor y en El Tanque. Será Lucía de Bethencourt, casada con Diego Hernández quienes serán vecinos de El Tanque donde quedará su sucesión.

El árbol genealógico Familia VII es el primero en mostrar la conexión de alguna de las madres canarias con quienes figuran en la tazmía de 1552. Y es el primero de esta serie porque al mismo tiempo es la familia portuguesa pobladora de Tenerife que más se repite en la línea femenina de las pobladoras de Guarenas y Guatire. Hasta un total de nueve madres canarias descienden vía matriarcal de Álvaro Pérez y Catalina Rodríguez a los que ya nombramos con anterioridad.

Finalmente, los árboles genealógicos marcados como Familia VIII y Familia IX nos ofrecen como antepasados de alguna de las madres canarias a pobladores portugueses de Tenerife posteriores a la tazmía de 1552.

En Familia VIII está la ascendencia que concluye en Manuel González e Isabel González, de los que ya habíamos hablado a propósito de Lorenzo Rivero. Aunque en este caso no se trata de la descendencia de éste último, pues esta parte de la familia viene del segundo matrimonio que Manuel González efectuó con Catalina Lorenzo, hija de aquél. Entre las hijas de Manuel e Isabel encontramos a María González que casó con uno de los nietos de Juan Carballo. Vemos además dos patronímicos creados en El Tanque: la sucesión de María Manuel derivadas precisamente de Manuel González, el poblador portugués. A una primera mujer de este apellido, hija del tal Manuel, se continuó con la repetición de la misma denominación en las siguientes generaciones, incluso en ramas distintas. Por eso vemos que ya avanzado el siglo XVII hay María Manuel que son primas entre sí. Lo mismo ocurre en este árbol con el patronímico Adán, presente en la persona de Juan González Adán, derivado de un poblador portugués de nombre Adán Rodríguez. En total, hay hasta cinco de las madres canarias, vinculadas a este antepasado común por línea mitocondrial.

El árbol IX es la otra familia reseñada como posterior a la tazmía, la de Gabriel González e Isabel Martín. En este caso destacar el mote de Mengo, para Domingo González Mengo quien heredó el apellido de su padre, Salvador González Mengo. En este caso tenemos hasta un total de cuatro madres canarias vinculadas a una misma ascendencia.

Finalmente en el árbol genealógico Familia X encontramos el único caso de estas características: la generación por mujer más antigua no tiene vecindario ni en El Tanque o San Pedro de Daute, cabeza de su jurisdicción, ni tampoco en la cercana localidad portuaria de Garachico; son de Los Silos, del lugar conocido como El Esparragal. Esta cabeza femenina de linaje la componen Beatriz Pérez y Pedro Diaz, quienes sin embargo, sí realizan labores agrícolas en la zona de Tierra de Trigos. Su hija, Beatriz Díaz es la que se traslada definitivamente hasta El Tanque una vez que casa con Antón Díaz y establecen allí su morada de habitación.

 

Antigua postal de Guatire

4. CONCLUSIÓN

Entre la llegada de los primeros pobladores portugueses a El Tanque en torno al segundo tercio del siglo XVI y la postrera emigración de sus descendientes a finales del siglo XVII a Guarenas y Guatire, se observa un ligero cambio en la perspectiva que atiende a la singularidad del varón y la mujer. Mientras en 1552 el gran protagonista social es el varón cabeza de familia; en los años inmediatos a la llegada a Guarenas y Guatire de las familias emigrantes las referencias se entretienen en nombrar a ambos cónyuges. Ahora la cabeza es compartida y múltiple. De esta manera, para poder convertir los números de 1552 en personas concretas hay que investigar en documentación complementaria; para finales del siglo XVII en este caso, la denominación es expresa.

No ofrece esto un cambio radical en aras a una perspectiva de igualdad que se implante como novedad en el destino americano. Más bien, se trata de signos derivados de circunstancias concretas que van implantando esquemas más conformes a la realidad de igualdad subyacente en toda convivencia humana.

Uno de los catalizadores de estos signos los vemos en el nivel y tipo de riesgo que interviene en el juego social donde la familia tradicional funciona como célula básica. Efectivamente, el riesgo de quienes se acercan a Tenerife como pobladores procede de una situación previa de individualidad que decide en solitario proceder a una nueva ubicación donde progresar y mejorar condiciones de vida. Aparentemente esto podría ser posible en la próspera industria azucarera de la primera mitad del siglo XVI. Esta aventura individual inclinará la balanza de autoridad y referencialidad social sobre el varón. Éste es el que llega y quien accede en matrimonio a enlace con mujer con proximidad étnica. En caso de quien llega con familia, lo hace a un país que por entonces es extranjero, pues todos los pobladores de El Tanque que hemos tratado llegan con anterioridad a la Unión Ibérica. Estas circunstancias hacen que los riesgos estén más abiertos. No sucede lo mismo en el siguiente tránsito a Guarenas y Guatire. En este caso se hace un traslado dentro del mismo imperio. Hay tutela en destino, pues hay ya vecinos de Tenerife en el territorio de la actual Venezuela, que reciben y organizan a los recién llegados. El riesgo es más concreto y, sobre todo, es compartido. Pues ahora no hay individuos que lleguen solos, sino conjunto familiar que rápidamente encuentran lugar de trabajo y medios con los que subsistir, pues todavía en la región de Guarenas y Guatire hay recursos abundantes susceptibles de ser repartidos. No existe el problema de una isla como Tenerife, afectada por la excesiva amortización de tierras.

Finalmente, observamos que la denominación de apellidos se estabiliza y con ello, se institucionaliza. Ya no se añaden patronímicos como el caso de las mujeres en El Tanque o de este tipo y motes para los varones; ahora tal como es la denominación de origen se conserva en destino. Es común en Guarenas el uso de dos apellidos combinando los de ambos progenitores, aunque con preferencia anteponiendo el del varón.

Finalmente, la línea de estabilización de estas familias en un lugar vino por la parte femenina. No solo ocurre en El Tanque donde el arraigo de todas las madres canarias viene por la línea mitocondrial, mientras que las otras líneas podían o no ser de El Tanque. El hecho de que las instituciones sociales y económicas fueran las mismas en Guarenas y Guatire, hará que allí también suceda lo mismo. La dote y los legados sucesorios en los que resulta beneficiada la mujer hacen que el varón suela acomodarse mejor en el lugar de vecindad de ella. Y así las distintas sucesiones que permanecerán en Guarenas y Guatire durante al menos el periodo español, seguirán el mismo patrón de arraigo.

Estos cambios ligeros en el imaginario social ofrecen una visión dinámica de la Historia y dan una oportunidad a la Antropología para profundizar en tantos elementos que no solo explicarían la sociedad de entonces, sino que nos ayuda a entender la nuestra de hoy.

Recordar a las madres canarias en este día es volverlas a tener presente; nombrarlas una a una hoy es darles de nuevo vida. “Di mi nombre y viviré".

 


 

Printfriendly