FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA
Ponencia presentada en el I Encuentro de Genealogía Gran Canaria,
celebrado en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria,
el 22 de noviembre de 2014.
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), p 89-114. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias.
Depósito Legal: GC 368-2015
SINOPSIS
Partiendo
del análisis de ADN de los ocho bisabuelos de mis hijos y de los
correspondientes estudios genealógicos en los que llevo años
enfrascado, el objetivo de esta ponencia ha sido alcanzar, cuando fue
posible, sus ascendientes directos de la generación del 1500, en los
difíciles momentos de la transición entre el mundo indígena y el
colonial, poniendo en común lo que nos dice la historia y la
genética acerca de estas personas que vivieron en las Islas hace
cinco siglos y que son los ancestros de todos los grancanarios de
hoy.
INTRODUCCIÓN
Son
ya más de 30 los artículos o post publicados bajo el epígrafe:
“Una ascendencia canaria de cinco siglos” en el blog Genealogías
Canarias. En ellos se ofrece el estudio de diversos linajes,
generalmente mixtos, en los que, con la muy apreciada colaboración
de Juan Ramón García Torres, hemos podido sustentar documentalmente
un viaje de cinco siglos por las historia de las islas hasta alcanzar
la generación del 1500, es decir, aquellas personas que formando
parte de nuestra ascendencia eran ya adultas en ese año por lo que
vivieron de cerca los avatares de la irrupción colonial y la
aculturación de los indígenas.
PROCEDENTES
DE CASTILLA
HOMBRES
DE LAS ISLAS
PROCEDENTES
DE PORTUGAL
PROCEDENTES
DE GÉNOVA
INDÍGENAS
CANARIOS
En
este trabajo nos vamos a centrar sin embargo en ocho linajes rectos:
cuatro por línea de varón (patrilineales) y cuatro por línea de
mujer (matrilineales) que se corresponden con los ocho bisabuelos de
los hijos de quien esto escribe.
El
póster familiar que ven a continuación nos identifica, en las
columnas que quedan a derecha e izquierda, a los ocho personajes cuyo
linaje queremos trazar:
Señalaremos
en el cuadro siguiente a los ocho protagonistas de este trabajo con
indicación del haplotipo correspondiente del cromosoma Y si son
varones o de su haplotipo de ADN mitocondrial si son mujeres.
Precisamos en este punto que dicha información se ha obtenido a
partir del análisis de ADN de algunos de sus descendientes directos.
Mi padre Lorenzo Hernández que aún nos vive nos aportó los linajes
de su padre y de su madre y mi suegro nos aportó antes de fallecer
el año pasado la identificación genética de sus respectivos
padres. En el caso de mis abuelos maternos mi propio análisis me
indicó el ADN mitocondrial de mi madre y por ende el de mi abuela
América.
Para
conocer el haplotipo de mi abuelo materno tuve que recurrir a la
colaboración de un primo hermano, hijo varón del único de los
hermanos de mi madre que tuvo descendencia masculina. En el caso de
los abuelos maternos de mi esposa el haplotipo femenino se obtuvo a
partir del análisis de ADN de mi hija Nayra que es el mismo que el
de su madre, de su abuela y de su bisabuela. Y por el otro lado el
masculino se obtuvo a partir de una muestra de saliva de un primo
hermano de mi mujer, hijo varón de un tío suyo.
Los
seis análisis antedichos fueron realizados por la empresa
norteamericana 23andme previo pago de las cantidades solicitadas, en
torno a 99 dólares por kit, cantidad que se vio incrementada en casi
80 dólares por unidad por gastos de envío y retorno de la muestra.
Es decir, que el presupuesto asignado a esta parte del estudio ha
supuesto una inversión cercana a los 1000 dólares, es decir, algo
más de 800 euros.
Como señalaremos a continuación la vecindad y ocupación de los ocho personajes protagonistas del estudio en el siglo XX y de sus últimos ascendientes directos hasta el momento conocidos en el siglo XVI.
Como señalaremos a continuación la vecindad y ocupación de los ocho personajes protagonistas del estudio en el siglo XX y de sus últimos ascendientes directos hasta el momento conocidos en el siglo XVI.
I.
MARCADORES UNIPARENTALES
A.
LOS LINAJES MATERNOS (ADN MITOCONDRIAL)
Comenzaremos
nuestro estudio por los linajes rectos matrilineales de las cuatro
bisabuelas de mis hijos. El siguiente cuadro nos muestra la
frecuencia de los haplogrupos analizados en una muestra de 65 restos
humanos indígenas de varias islas, de 128 restos humanos de la
población que fue enterrada en el camposanto de la iglesia de la
Concepción de Santa Cruz de Tenerife durante los siglos XVII y XVIII
y en un estudio de la población actual de las siete islas con una
muestra amplia de 300 personas.
1.
DOÑA AMÉRICA GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ
¿QUÉ
SABEMOS DE ESTE HAPLOTIPO MT DNA J2A2?
El
haplogrupo J2 tuvo su origen en Próximo Oriente o Egipto hace al
menos 20 mil años. Aunque es raro en Europa algunos de sus linajes
son específicos de poblaciones europeas. Otros son propios de
poblaciones de Próximo Oriente como los sirios.
El
subgrupo J2a parece ser originario de Europa. Hace unos 5000 años
comenzó a extenderse, quizá desde los Balcanes, por el área alpina
de Europa central. Entonces el grupo se dividió con una rama
migrando hacia el sur hacia las penínsulas itálica e ibérica y
otra hacia el norte dirigió hacia Escandinavia.
En
el mapa de distribución de este haplogrupo puede observarse una leve
concentración en Tunicia y otra en Iberia meridional. Dada la rareza
de este haplotipo y la cortedad de la muestra prehispánica no
podemos aventurar si nuestra ascendiente tiene origen ibérico o
norteafricano. Si fuera indígena podría relacionarse con la primera
colonización de las islas en época anterior a nuestra era que
partió desde puertos mediterráneos. Si fuera de origen ibérico
podría ser una pobladora proveniente de Andalucía o del sur de
Portugal.
Lamentablemente,
nuestras pesquisas genealógicas no han podido resolver esa cuestión
pues estamos parados a fines del siglo XVI en Ana de los Reyes. Nos
faltan unas cuatro generaciones para alcanzar la del 1500.
¿QUÉ
SABEMOS DE ANA DE LOS REYES?
Por
lo pronto sabemos que esta señora, que debió nacer sobre el 1600,
vivió en el Lugarejo de Tirajana (hoy Santa Lucía) en el lugar
conocido como El Higueral; que casó extrañamente con permiso del
Provisor en El Sagrario de Las Palmas y no en la iglesia de Tunte,
con Luis Jiménez con el que tuvo tres hijas: Juana del Rosario
(1623), que casará en 1645 con José González, Inés Matías (n
1627) que casará con Francisco Hernández en 1644, y por último
María Ramos nuestra ascendiente (n 1638) que casará con Andrés
Lorenzo en 1657; y asimismo sabemos que el matrimonio era ciertamente
humilde aunque posee ciertas tierras montuosas como las que otorga
Ana de los Reyes a la iglesia en su memoria de testamento y algunas
casas en El Lugarejo como aquellas con las que dotó a sus hijas para
casarse.
Precisamente
el apellido de una de sus hijas, Inés Matías, es la mejor pista que
tenemos para darle continuidad a este linaje. Creemos, es solo una
conjetura, que Ana de los Reyes es la hija de Luisa Matías, vecina
de Tirajana, y de su esposo Pedro Sánchez, hijo de Pedro Sánchez y
de Francisca Pérez. Este sería el esquema de su ascendencia si
pudiéramos confirmar el entronque, cosa que no nos ha sido posible.
Con ello habríamos logrado avanzar dos generaciones más hasta
mediados de siglo.
La
pareja forma por Alonso Pérez Magaz y María Martín carga con una
historia familiar a cuestas que podría explicar el hecho de que sus
descendientes, durante varias generaciones, hayan tenido que casarse
en Las Palmas previo permiso del provisor. Prometemos contar esa
truculenta historia en uno de nuestros próximos artículos
genealógicos.
Otra
posibilidad que podría considerarse es la de que Ana sea hija del
matrimonio formado por Inés Matías y Pedro Perdomo Ortiz. En ese
caso la ascendencia materna tendría continuidad con Francisca de
Almeida casada con Juan León de quien sabemos que era vecino de
Telde a principios del siglo, que era boyero del Concejo y que
solicitó tierras en repartimiento en los pajonales de Agüimes que
dan hacia Temisas.
2.
MARÍA DEL PINO HERRERA DOMÍNGUEZ
¿QUÉ
SABEMOS DEL HAPLOTIPO U4?
El
Haplogrupo U4 parece haberse originado hace unos 25 mil años con
posterioridad a la colonización inicial de las llanuras de Europa
Oriental que tuvo lugar en torno a 45 mil atrás. Durante los
periodos más antiguos de la Edad del Hielo pequeños grupos de estas
poblaciones fueron empujados hacia las regiones menos frías del sur
confinándose en el sureste de Europa y las montañas del Cáucaso.
Hoy U4 es muy común entre las poblaciones del suroeste de Siberia
donde puede constituir el 25% de la población. También puede ser
encontrado en aunque en menores proporciones en la región del Volga
y del Ural de Rusia así como en la poblaciones de Estonia y
Finlandia que bordean el Báltico extendiéndose luego por el
Atlántico hacia Suecia, Francia y Gran Bretaña.
En
el mapa de distribución de este grupo con antelación a los viajes
intercontinentales puede observarse una bolsa de estas poblaciones en
el suroeste de la península Ibérica cuyo origen dicen los expertos
pudiera estar en las migraciones atlánticas de pueblos nórdicos que
irrumpieron Guadalquivir arriba. Como en el caso anterior, nuestras
pesquisas genealógicas no han podido culminar por el momento el
objetivo planteado de modo que estamos parados en una mujer llamada
Leonor Flores que ha nacido sobre 1610 y que fallece en Tejeda en
1680
A
la vista de esta información debemos pensar que la ascendiente de
Leonor Flores cuatro generaciones atrás debió provenir de Andalucía
occidental o del sur de Portugal pues tiene un haplotipo
caracterizadamente europeo sin que exista constancia de la presencia
del mismo en el África septentrional de donde procede con toda
certeza la población indígena canaria.
¿QUÉ
SABEMOS DE LEONOR FLORES?
Tenemos
constancia de que Leonor tiene una hermana mayor llamada María de
Flores que le lega algunas propiedades en una memoria de testamento
que, tal y como se señala en la partida de defunción, fue
registrada en el archivo parroquial de Tejeda. Leonor fallecerá dos
años más tarde que su hermana, en 1680. Sabemos asimismo que Leonor
estuvo casada con un tal Andrés Aparicio y que con él tuvo y
bautizó en la iglesia de Tejeda a los siguientes hijos: Francisca
Flores nacida en 1644 y casada en 1662 con Salvador López; Bartolomé
Flores nacido en 1647 y fallecido soltero en 1682; Ana de Flores
nuestra ascendiente, nacida en 1651 y casada en 1672 con Fernando de
Góngora; Gregorio Flores nacido en 1656 y casado en 1688 con María
Jiménez; y por último Domingo Flores nacido en 1659 de quien
desconocemos las circunstancias de su vida.
El
apellido Flores hemos podido comprobar que se repite con relativa
frecuencia durante el siglo XVI en la isla, tanto en las comarcas
norteñas como sureñas y cumbreras. Son familias no enlazadas entre
sí lo que nos ha dificultado la tarea. Nuestra conjetura más firme,
sin tenerla afianzada, se dirige hacia Agüimes donde tenemos a una
Leonor bautizada en 1631, hija de Isabel de Flores y de Melchor
González. Esta pareja tuvo al menos nueve hijos entre los que
aparecen nombres familiares como María y Domingo. La pega más
importante para establecer esta conexión es que si esta es la Leonor
que casa con Andrés Aparicio habría tenido a su hija Francisca con
menos de 14 años, lo que es posible pero anómalo.
De
confirmarse este entronque podríamos completar la serie hasta casi
llegar al 1500 pues existe documentación de apoyo para ello. Este
sería la expresión gráfica de nuestra conjetura:
Otra
posibilidad de entronque nos lleva hasta la iglesia de Santa Brígida
donde en 1603 casan los vecinos de Tejeda Melchor Gómez, hijo de
Alonso Gomez Castrillo y Leonor de Ojeda, con María de Flores. Este
sería el cuadro resultante:
3.
MADGALENA VEGA SUÁREZ
¿QUÉ
SABEMOS DEL HAPLOTIPO I?
Parece
haberse originado en Próximo Oriente y las montañas del Cáucaso no
mucho después de la salida de la humanidad del continente africano.
Hoy el grupo se distribuye por Europa con niveles en torno al 2% de
la población. Aunque es muy raro en el Próximo Oriente el
haplogrupo I también pude encontrarse en una franja que va desde el
Cáucaso hasta Pakistán. Asimismo ha realizado incursiones
relativamente recientes dentro de África encontrándose a niveles
del 1% en Etiopía y Egipto.
En
Europa este haplogrupo empezó a extenderse después del periodo más
frío de la Edad del Hielo, hace unos 20 mil años. Al principio
estuvo probablemente restringido a Europa suroriental. Una vez que
los glaciares se retrajeron se extendió por casi todo el continente.
Trazas de su expansión se observan en las poblaciones célticas de
Escocia, Gales, Cornualles y Bretaña en el norte de Francia y de
Galicia en el norte de España.
El
mapa de distribución señala asimismo una bolsa de efectivos humanos
con este haplotipo en Túnez que coincide con la ubicación de
Cartago y un foco secundario en el sur de Portugal y España que
coincide con la antigua Gades. En uno y otro lugar pueden estar los
orígenes de las poblaciones que colonizaron las islas a mediados del
primer milenio a.C. arribando a bordo de la armada fenicia grupos
humanos que portaban en su ADN algunos de los haplotipos maternos que
se encuentran en las momias indígenas CRS, H, HVR, V, J, T3, L3 y U
en sus múltiples variantes, incluidas las autóctonas U6b y U6c.
El
haplotipo I no aparece sin embargo en la serie de 65 restos indígenas
analizados y en los estudios actuales es raro (1% del a población
canaria actual). ¿Es su procedencia Iberia sur o el más lejano
Túnez? ¿Arribó a la isla antes o después de la incorporación de
Gran Canaria a la corona castellana? ¿Las mujeres como Leonor de la
Peña que lo portan en Agüimes a principios del siglo XVI eran
indígenas o pobladoras europeas? Tal vez la genealogía en esta
ocasión pueda ayudar a resolver la cuestión habida cuenta de que el
linaje materno llega prácticamente hasta el momento de la
transición.
¿QUÉ
SABEMOS DE LEONOR DE LA PEÑA?
Tras
rastrear las escribanías y los libros sacramentales de Agüimes,
Telde y Las Palmas podemos aportar las siguientes notas biográficas
sobre esta familia.
Leonor
de la Peña y Melchor Hernández su marido tuvieron los siguientes
hijos: Alonso Casado nacido hacia 1540 y casado con Anastasia de la
Cruz; María Arteaga, casada con Juan López; Bartolomé Cazorla,
casado con María Ortiz y más tarde con Clara Ramírez; Catalina
Hidalgo, casada con Francisco Hernández y Juan de la Peña que
creemos que es el que aparece casado en un protocolo de fines de
siglo con María López.
Tenemos
pues cinco hijos de Leonor de la Peña y Melchor Hernández con cinco
apellidos diferentes, lo cual era bien frecuente en la época, que
viven y trabajan en Agüimes en los primeros tiempos del señorío
episcopal. Con los datos con los que contamos podemos establecer que
Leonor casó en torno a 1540 pudiendo haber nacido en torno a 1520.
De
su marido Melchor Hernández tenemos más información en los
protocolos del escribano Francisco Díaz Peloz. Aparece con
frecuencia como testigo de la firma de distintos documentos desde
mediados del siglo hasta 1589 en que aparece por última vez en un
reconocimiento de deuda de una viuda, indicándose al pie de la misma
que Melchor Hernández, el viejo, era vecino de la villa. Debió
vivir muchos años pues son sus hijos varones, Alonso Casado y
Bartolomé Cazorla, quienes desde los años 50 ejercen en la Heredad
de Aguatona como cofirmantes de los contratos de los acequieros.
Melchor Hernández, según se señala en el libro “Pobladores de
Agüimes” nace en 1508 y era hijo de Lucía Hernández, de los
naturales de las islas.
Pero
lo que realmente nos interesa es conocer la identidad de Leonor que
es quien porta el haplotipo I cuyo origen tratamos de dilucidar. Nos
llegamos a plantear en algún momento del rastreo que el apellido de
la Peña en la villa de Agüimes pudiera tener un origen nativo. Nos
dio pie a dicha elucubración el curioso contrato ante el escribano
de Agüimes que a continuación extractamos:
“Juan
Rodríguez Cubas, Cristóbal Hernández, Bartolomé Cazorla y Juan
López el mozo, como criadores y vecinos de la villa deben pagar a
Juan de la Peña, vecino de la villa, 12 dbs. para que acabe con tres
perros que matan el ganado salvaje y andan en el barranco de
Guayadeque. Agüimes 26 de abril de 1572”.
Hoy
sabemos gracias al extraordinario trabajo antes citado de Rodríguez
de Castro y García Correa que todos los contratantes, menos Juan
Rodríguez de Cubas, son familiares entre sí, y que el cazador
contratado, Juan de la Peña, es un hijo de Leonor de la Peña, quien
debía de ser un experto conocedor de los riscos del Guayadeque para
recibir tal encargo, el cual había de cumplirse entregando las
cabezas, con las orejas, de los perros.
Sin
embargo hoy conjeturamos que Leonor pueda ser pariente directo del
vecino de Telde Juan de la Peña a quien Alonso Ortiz en 1552 le
otorga un finiquito en la escribanía de Las Palmas (Protocolos de
Luis Fdez Rasco), quedando acreditado en dicho documento que la madre
de Juan era Leonor Pérez, viuda, “mujer que fue de Juan Galán,
difunto”.
De
este personaje pensamos que es la misma persona que reconoce Cebrián
Latasa como hombre de las islas y repoblador tardío. Según este
autor Juan Galán (Placer) es hijo de Pedro Negrín y de Isabel
Rodríguez es decir los abuelos de Juan Alemán el viejo con lo que
podríamos hablar, de confirmarse estos enlaces, de un verdadero
desembarco de familias de las llamadas de las islas en la Villa
Episcopal a principios del siglo XVI previa escala en Tenerife, como
se podrá comprobar en el siguiente extracto.
Testamento
de Inés de Placer mujer de Juan Fernández Machuca en Tenerife 29
septiembre de 1523 f610r Extracto 1095 Protocolos de Alonso Gutiérrez
“Es
su voluntad que se le den unas tierras de pan sembrar casas y ganado
salvaje que tiene en Fuerteventura a Luis Placer, su nieto, hijo de
Isabel Rodríguez y que Juana su esclava negra la haya en mejoría.
Manda a Francisco esclavo hijo de la dicha Juana su esclava que sirva
asimismo a su nieto durante 23 años y después de cumplidos sea
libre. Establece por sus herederos a Luis de Plazer, a Juan Galán, a
Inés de Placer y a Bartolomé Sánchez, sus nietos. Y por albaceas a
Juan de Armas y a Ibone Fernández Sus hijas son, según se colige
del documento, Ana Rodríguez, casada con Francisco Jiménez, e
Isabel Rodríguez, esposa de Pedro Negrín, vº de Fuerteventura, a
quien ella llama “Perro negro”.
Después
de este hallazgo estaríamos en disposición de confirmar que Juan
Galán, el padre de Juan de la Peña, es hermano o primo de Luis de
Placer el padre de Juan Alemán el viejo, es decir, que Juan de la
Peña y su probable hermana Leonor de la Peña son parientes cercanos
de Juan Alemán y todos ellos a su vez son de origen majorero y
expertos criadores de ganado.
4.
Mª JOSÉ GONZÁLEZ PÉREZ
En
el mapa de distribución genética hace 500 años, antes de los
viajes interoceánicos y de la conquista de la islas Canarias, este
haplotipo H identifica a poblaciones procedentes de Próximo Oriente
que después del culmen de la era glacial se extendieron por todo el
occidente europeo, siendo hoy el grupo prevalente en este continente.
La
migración de estas poblaciones, como puede verse en el mapa adjunto,
no se detuvo en el estrecho de Gibraltar sino que colonizó
igualmente el África noroccidental. En la actualidad puede
encontrarse por tanto este haplogrupo H en poblaciones bereberes del
Magreb. Lo sorprendente en los estudios genéticos que manejamos es
que está presente igualmente en un 26% de los restos indígenas
analizados. Es decir, que este haplotipo puede provenir de una
pobladora europea, de una esclava norteafricana o de una mujer
indígena. Alcanzar el techo del 1500 con documentación fiable en
este linaje podría llevarnos a la resolución del enigma pero es
posible que estemos de nuevo por la dificultad de trazar los linajes
maternos, ante un callejón del que no vemos la salida
¿QUÉ
SABEMOS DE LEONOR DE OJEDA?
Uno
de los hijos de Leonor, Agustín Domínguez de Ojeda, el primogénito
por más señas, en su testamento de 1685 nos dice:
“ Ítem
declaro que yo soy hijo legítimo de Juan Domínguez Falcón y de
Leonor de Ojeda vecinos que fueron del lugar de Teror y moradores en
la villa de Galdar”.
Tenemos
pues que Leonor de Ojeda es oriunda de Teror debiendo haber nacido en
torno a 1585 pues tuvo a su primer hijo, el ya citado Agustín, en
Teror en 1606 quien casaría en Gáldar en 1637 con María de
Quintana. El segundo hijo de Leonor, nacido en Gáldar en 1612, se
llama como su padre Juan Domínguez Falcón y casará en Gáldar en
1646 con María Ruiz de Herrera y años después con María de
Morales. La tercera de la serie es María Lorenzo que nace en Gáldar
en 1618 y que casa en la misma localidad en 1636 con un tal Cristóbal
Domínguez, hijo de Bastián Domínguez e Inés Hernández. El cuarto
vástago fue Diego Domínguez nacido, en 1621, y el quinto Francisco
Domínguez, en 1628. De estos últimos, desconocemos las
circunstancias vitales.
Hay
tantas Leonor a principios del siglo XVII en la isla que no nos
atrevemos en este caso a hacer conjeturas. Solo señalaremos que no
hemos podido entroncarla por el momento con los Ojeda de Teror y que
la única pista que tenemos es el apellido Lorenzo de una de sus
hijas que pudiera portarlo su abuela.
Otra
posibilidad que hemos explorado igualmente sin éxito es la de que
Leonor de Ojeda sea la nieta que cita en 1600 en su testamento Alonso
Gómez Castrillo. Nos referimos a la hija mayor de su hija Inés
Hernández y de su primer esposo Benito Martín con quien se casó
sin su consentimiento, imaginamos que preñada, de ahí que la niña
haya podido nacer fuera de la localidad.
“Así
mismo, hubimos por nuestra hija legítima a Ynés Hernandes la cual
casamos con Benito Martín y por
casarse contra mi voluntad
no le dimos entonces mas de hasta ciento veinte doblas y el susodicho
murió y dejó un hijo y dos hijas y el hijo murió y la dicha mi
hija casó segunda vez con Antón de Ávila… y al
tiempo que casaron a Leonor de Ojeda, una de las hijas del dicho
Benito Martin y de la dicha mi hija
le di un pedazo de tierra en Tejeda donde dicen el Rincón…”