JUAN RAMÓN GARCÍA TORRES
D. NUEVOS DATOS SOBRE EL ORIGEN DE JUAN ALEMÁN
Extracto del testamento de Juan Alemán, dictado el 22 febrero de 1590 ante Francisco Díaz Peloz, escribano público de la Villa de Agüimes:
"En el nombre de dios nuestro Señor e
de la gloriosa virgen su bendita madre (…) sepan quantos esta carta de mi
testamento vieren como yo Juan Aleman el viejo vesino de la villa de Aguimes
estando enfermo del cuerpo (…)
Yten declaro que a mas de sinquenta años soy
casado y velado con Juana Melyan my lygitima muger y con ella resibi dote e
casamyento cien cabras que podyan valer por aquel tienpo a dobla cada una que
me dio su tio el canonygo Servantes y mas le mandó de ajuar y cosas de casa
como sinquenta doblas (...)
Yten declaro que con la dicha mi muger
tenemos tierras y casas en la isla de Fuerteventura (...) de sus padres e yo e
la dicha mi muger dimos poder a Baltasar Aleman para que las vendiese (…)
Yten digo que por quanto yo tengo a mi hija
Felipa de Servantes doncella en mi casa que por mucho amor que le tengo y
servicios que me a fecho le mejoro el tersio y quinto de mis bienes (…)
Y para cunplir este mi testamento e las
mandas en el contenidas nonbro por mis albaseas a la dicha mi muger Juana
Melyan y a Melchor hordoñes y Gaspar hordoñes mis hijos (…)
Testamento de Juan Alemán. Foto de los autores |
El matrimonio de Juan Alemán con Juana
Melián debió celebrarse antes de 1540, pues, como ya habíamos adelantado, Juan
nos señala en su testamento que llevaba más de 50 años de casado. La
constatación de su numerosa descendencia con diez hijos que llegan a la edad
adulta (once como luego podrán comprobar) de seis apellidos diferentes (Alemán,
Cervantes, Melián, Ordónez, Rodríguez y Guillama) nos da idea de lo compleja
que puede ser la genealogía en el Quinientos.
Un hallazgo documental en una escribanía de
Tenerife, un protocolo notarial de fecha 3 de agosto de 1536 dictado ante
Hernán González, nos informa de que Juan Alemán, con gran sorpresa por nuestra
parte, fue vecino de dicha isla antes de su definitivo establecimiento en Gran
Canaria:
“Juan Alimán y Juan Izquierdo el
mozo, vecinos, venden a Tomás de Morales, vecino, presente, 34 cabras que
tienen en esta isla de las de Fuerteventura. Cada uno de ellos le vende 17
cabras que serán escogidas entre 50, por precio de 10 doblas de oro y 2 reales.
Juan Alimán, por ser mayor de 14 y menor de 25, jura cumplir este contrato y da
como su fiador a Pedro de Morales. Testigos: El bachiller Diego de Funes y
Francisco Bayardo, vecinos. Por no saber, Francisco Bayardo”.
No hay duda de que se trata de nuestro Juan
de Alemán aunque el apellido allí se escriba Alimán. El documento nos señala
con aproximación la fecha de su nacimiento y nos aclara que dicho evento no
tuvo lugar en Tenerife por cuanto se señala que Juan es vecino y no natural de
dicha isla, lo cual cuadra con nuestras conjeturas.
Deducimos de dicho documento que se está
procediendo a la venta de las cabras otorgadas como dote por el tío-abuelo de
su esposa, Pedro Cervantes, es decir que su casamiento con Juana pudo haberse
producido en este mismo año de 1536 lo cual coincidiría con las cuentas que
hace el propio Juan Alemán en su testamento. Puesto que Pedro Cervantes es un
canónigo de la
Iglesia Catedral de Canaria podría pensarse que fue en El
Sagrario de Las Palmas donde debió realizarse el enlace; sin embargo creemos
que no fue allí sino en Tenerife donde tuvo lugar el evento para así evitar
inoportunas indagaciones sobre la ascendencia del novio, nacido en la Ciudad Real de Las
Palmas.
El negocio se entabla con un comprador
llamado Tomás de Morales originario de Fuerteventura (hijo de Diego Hernández
de Vera el mozo y de su esposa María de Liria o de Morales) y se hace en
sociedad con Juan
Izquierdo, hijo de Juan Izquierdo el
viejo y de Águeda Pérez, hija esta de Gregorio Tabordo. Para más inri, (dicho
esto con segundas: “Iesus Nazarenus Rex Iudiciorum”) este Tomás de Morales,
casado con Susana Martín,
es cuñado de Francisco Guillama, quien estuvo casado con Inés Martín. Ya
habíamos adelantado por otra parte que la tal Susana Martín
ejerció de madrina en diversos nacimientos en Las Palmas de fines de los años
30 entre ellos el de Diego (1538) hermano de Juana Melián, la esposa de Juan Alemán,
y también el de Luis (1537), hijo de otro Tomás de Morales. En cuanto a Pedro
de Morales, del que hay que presumir más cercanía por ser el fiador, sabemos
que era igualmente natural de Fuerteventura, hijo de Lucía de Morales y hermano
de Bárbola Enríquez, y relacionado por lo tanto familiarmente con los Melián.
Podemos convenir pues en que todos los
nombrados, deudos probables de Juana Melián, pertenecen a relevantes familias
de hombres de las islas, oriundos de Fuerteventura, que fueron invitadas por el
Adelantado Alonso Fernández de Lugo a repoblar Tenerife y más concretamente el
valle de Taganana en 1501. Ya comentamos en la addenda de la primera parte de
este artículo cómo Lorenzo Ordoño, el abuelo materno de Juana Melián, aparece
en Tenerife en 1523 realizando tratos comerciales con alguno de ellos.
En la data colectiva de poblamiento de
Taganana encontraremos con toda probabilidad a familiares directos de la esposa
de Juan Alemán:
“Don Alonso de Lugo, gobernador de las islas
de Tenerife e de las islas de La Palma do a vosotros los vecinos que estáis en
esta isla que habéis venido de la isla de Fuerteventura e algunos que vinieron
de Lanzarote los cuales son Gregorio Tabordo e Juan Perdomo e Gerónimo
(Hernández), vos do e fago mercede de un lugar que se llama Taganana con sus
tierras e aguas de la
comarca. Fecha a XVI días de mayo de 1501. Son los a quien se
da la dicha tierra: Pero Hernandes (de las Islas) e su fijo Pedro de Vera e
Gonzalo Mexía e Francisco Guillama e (Pedro) Picar (el viejo) e Juan Delgado e
Robin (Dumpierres) e Andrés Sánches e Pero Negrín e Alonso Sánches (de Morales)
e los dichos de Lanzarote. Digo que vos do el valle de Taganana con el agua e
tierras para cañaverales y latadas”. En la confirmación de la data en 1520 se
añaden los nombres de Antón Franco, yerno de Gonzalo de Mejía, Luis de Morales
y Juan Pérez el mozo.
Nos preguntamos por los vínculos que unen a
este grupo de personas. No creemos que estén unidos tan solo por su vecindad en
origen pues provienen de islas diferentes, Lanzarote y Fuerteventura; tampoco
creemos que lo estén por su posicionamiento antiseñorial a pesar de que estén
los Negrín de por medio. El Adelantado no haría tal afrenta a los Señores de
Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y Hierro que fueron sus aliados durante la
primera fase de la conquista de Gran Canaria frente al poderoso Juan Rejón, en
el enfrentamiento que condujo al degüelle de su concuño el gobernador Pedro de
la Algaba y al destierro del Deán Bermúdez. Mucho menos en un momento, a
principios de siglo, en el que trata de asegurar el mayorazgo para su hijastro
Guillén Peraza.
La razón puede ser otra. Aunque Espinosa
diga en su biografía que Alonso Fernández de Lugo era “caballero de noble
sangre y limpia” lo cierto es que su concuño, el primer gobernador de Gran
Canaria, era judeoconverso, como también lo eran sus sobrinos Andrés Suárez Gallinato
y Jerónimo de Valdés, conquistadores a sus órdenes de La Palma y Tenerife.
Judeoconversos son asimismo muchos de sus hombres de confianza como el extremeño
Hernando de Llerena cuya madre fue quemada por la Inquisición. El
tal Hernando llegó a ostentar los cargos de mayor importancia en la isla:
Alguacil Mayor, Regidor, Teniente de Gobernador en ausencia de Lugo, Alcalde
Mayor, etc. Yendo al centro del asunto diremos que Hernando de Llerena casó,
después de la conquista de Tenerife, con Ana Sánchez de Liria,
natural de Fuerteventura, hija de Diego de Liria el viejo y de Leonor Sánchez
de Morales. ¿A dónde quiero llegar con esta aparente digresión?
Mi conclusión es la de que se da una
respuesta solidaria de los judeoconversos canarios, grupo de pobladores que
tiene una importante presencia en las altas esferas de la isla de Tenerife,
para acoger al hijo del relajado en estatua Juan de Tarifa. La colonia judeoconversa
proveniente del Señorío promoverá su integración, casándolo después de
cumplidos los 20, con Juana Melián, la nieta del noble hidalgo Lorenzo Ordoño,
de las islas, que por su relación familiar con los Cervantes, relevantes
autoridades eclesiásticas a salvo de toda sospecha, podía garantizar la
protección debida al joven Juan Alemán.
E.
ESTABLECIMIENTO EN LA
VILLA DE AGÜIMES
De lo que sí hay certeza plena es acerca del
hecho de que el matrimonio formado por Juan Alemán y Juana Melián se instala en
Agüimes a principios de los 50 cuando ya debían contar con varios hijos nacidos
en Tenerife. Las referencias más antiguas que tenemos de su presencia en la Cámara Episcopal
se corresponden efectivamente con el comienzo de dicha década. En 1552 ya
tuvimos oportunidad de ver el protocolo por el
que arrendaban tierras,
propiedad de ciertos genoveses, en La Longuera. En 1554 el matrimonio obtiene en
repartimiento 50 fanegadas montuosas en Pajonales que habían solicitado al
Obispado en razón de que “nunca habían sido aprovechadas ni desmontadas”. Poco
después, en 1555, Juan Alemán compra a un vecino una casa en la misma villa
“fecha en tiempo de Grand Canaria, que se llama la casa honda”, protocolo con
el que se atestigua que Agüimes era un núcleo de población muy anterior a la
fundación en 1486 de la Cámara episcopal, hecho que con frecuencia se olvida.
Ubicar dicha propiedad quizá no sea tan difícil si tenemos en cuenta que, como
señala el cronista de la
villa Don Francisco Tarajano, hasta 1838 la actual calle Progreso
era llamada calle Alemán. Al comienzo de dicha vía en la conjunción con la
plaza debió estar la Casa
Honda por los datos que nos aporta verbalmente nuestro
respetado cronista.
Agüimes, finales del siglo XIX. Foto: FEDAC |
Tres años más tarde, en 1558, a cambio de un canon
anual de tres doblas, el matrimonio se hace con algunas propiedades de mayor
valor en la venta de la
Manda Pía del deán Zoilo Ramírez: “Un pedazo de tierra de
riego en que podía haber media suerte y media suerte de agua de la Acequia real
de Aguatona igual a un día con su noche por sus dulas” (datos obtenidos de Historia
de la Villa de Agüimes de Vicente Suárez Grimón y Pedro Quintana Andrés).
Debemos destacar que en esa operación las otras siete familias beneficiarias
(Escobar, López, Ávila, Álvarez, Rodríguez, Díaz y Tovilleja) se hacen con propiedades muy superiores equivalentes a
un canon de 14 doblas per cápita. La explicación de la irrupción de los recién
llegados vecinos en la compra a censo perpetuo de las propiedades del deán
podría explicarse quizá por el hecho de que uno de los dos administradores de
la manda pía es el licenciado Juan de Cervantes, es decir, un familiar de Juana
Melián que parece querer favorecerles. Este puede ser el motivo del traslado
familiar desde Tenerife: la invitación por parte de los deudos de la esposa,
canónigos del cabildo catedralicio, a asentarse en las tierras que administran
en el Señorío Episcopal.
Con esto empezaron pero es evidente que
durante la segunda mitad del siglo sus propiedades crecieron hasta el punto de
que las tierras que están hoy a poniente del aeropuerto fueron llamadas “Los
Llanos de Juan Alemán” primicia que agradecemos al cronista de la Villa de
Ingenio, nuestro buen amigo Rafael Sánchez Valerón. Buena muestra del incremento
de su patrimonio la encontramos asimismo en un documento de 1559 por el que
Alonso Sánchez, estante en esta isla, en nombre de don Diego de Sa, Obispo de
Canaria, otorga a Juan Alimán (a tributo por tres vidas) una cuarta de tierra
de riego en la Vega de Aguatona y un pedazo de tierras de sequero en la Vega Castaña en que
hay seis fanegadas. El tributo anual es de una y cuatro doblas respectivamente,
pagaderas en 4 de junio, día en que las tierras se remataron en Alemán como
mejor ponedor.
Puede ser tan solo una casualidad pero,
volviendo atrás, a la partida de bautismo de Juan, el niño nacido en la casa de
Luis Álvarez, hemos de recordar que fue su padrino el relajado en estatua Juan
de Tarifa y que fue su madrina la mujer de un tal Alonso Sánchez. Si se pudiera
confirmar que el esposo de esa señora, albardero por entonces, y el
representante del obispo son la misma persona habríamos resuelto muchas dudas
acerca del origen de Juan Alemán el viejo.
Como prueba añadida de la posible relación
entre Juan Alemán y Juan de Tarifa ya adelantamos en el artículo anterior un
documento, que volvemos a reproducir al pie de este párrafo, por el que un tal
Luis Mejía encomienda a Hernando Díaz de Morón, el suegro de Juan Alemán, el
cobro a los inquisidores de determinadas cantidades relacionadas con la venta
en su nombre de tierras de Juan de Tarifa. Parece deducirse del texto que Luis
Mejías es un familiar de Juan de Tarifa. Creemos que este a su vez puede ser un
familiar de Gonzalo Mejía, casado con Catalina Perdomo, uno de los repobladores
majoreros que funda Taganana. Aquí puede estar la clave del engarce entre ambas
familias: Hernán Díaz de Morón casará a su hija Juana Melián Ordoño con el
heredero de Juan de Tarifa o mejor dicho con el heredero de determinados bienes
de Juan de Tarifa que sus familiares habían vendido en su nombre con premura
antes de que el Tribunal de la Inquisición dictara sentencia, de ahí la demanda
presentada.
“Luis Mejías (vecino de Sevilla) da poder a
Hernando Díaz de Morón (también de Sevilla) para que cobre a los Inquisidores
de la Isla de Gran Canaria el importe que Juan de Tarifa, (vecino de Sevilla,
estante en dicha isla, que fue preso por mandato de dichos señores y ya
difunto) cobró por la venta en su nombre de unas tierras de pan y azúcar que
tenía en dicha isla; y también para que cobre a Cristóbal de San Clemente y a
Juan de Ceberio las cantidades que le deben tanto de renta de dichas tierras
como de los precios por que las vendió (F.C. 3º, fol 35 v)
En el conjunto de documentos mostrados hay
algo sin embargo que, siendo honestos, no nos concuerda. Es el hecho de que
Juan de Alemán no firme su testamento u otros protocolos en los que es
protagonista o testigo por no saber escribir. Si efectivamente es el hijo o
sobrino del mercader Juan de Tarifa, el encomendado para ejercer de dependiente
en la tienda de Luis
Fernández, no se entiende bien que no domine el arte de la
escritura.
F.
NOTAS SOBRE LA
DESCENDENCIA DE JUAN ALEMÁN
Nos proponemos ahora, en las
próximas líneas, contar lo que sabemos de la descendencia de Juan Alemán a fin
de facilitar el entronque de muchas personas que en Gran Canaria llevan
actualmente este apellido o cuyos ancestros, como es mi caso, lo han llevado.
Aclaramos para todos ellos que su residencia inicial en la comarca estaba
situada en la Villa de Agüimes y posteriormente en el pueblo del Ingenio de la
Villa de Agüimes que es como se denomina en los protocolos del siglo XVI a este
floreciente núcleo de población que estuvo a punto de segregarse por entonces.
-Por orden de nacimiento,
hablaremos en primer lugar de Lucas Alemán a quien se señala como vecino de
Telde en un protocolo de 1568. Lucas estuvo casado con María de Salas y
falleció tempranamente. De los hijos de este matrimonio citados por su abuelo
(Juan, Catalina, Luisa y Andresa) sabemos por diversos documentos que Catalina
convivió de pequeña con sus abuelos, tras la muerte de su padre, y que portaba
de adulta el apellido De Salas de su madre. Es a través de sus restantes hijos
por quienes probablemente se extienda el apellido Alemán en la Ciudad de Telde.
-Por Melchor Ordóñez, el segundo
de la prole, es por quien prosigue en Agüimes el linaje estudiado en el cuadro
que hoy les mostramos por lo que de él hablaremos posteriormente.
-De Gaspar Ordóñez sabemos que
mantuvo su residencia en el Señorío y que, casado con María Eufemia, tuvo al
menos una hija que se llamó como su madre y que casaría de mayor con Bartolomé
Pérez de Ortega. Del hijo de ambos, Llorente Pérez Ortega, parte otra línea que
también llega hasta el autor de estas líneas y que ha sido desarrollada en el
cuadro que acompaña a la primera parte de este artículo.
-De Baltasar Alemán tenemos algo
más de información porque hemos podido acceder, gracias a la gentileza del
cronista de Ingenio Rafael
Sánchez Valerón, a la lectura de su testamento dictado en
1618 en el Valle de Santa Inés de Fuerteventura. En él, Baltasar declara que,
por no tener descendencia, lega a sus hermanos Melchor Ordóñez y Felipa Melián
las propiedades que le corresponden por herencia de sus padres en la costa y en
los pajonales de Agüimes. Esta persona es la misma a la que Juan Alemán el
viejo encarga la venta de las propiedades de que disponía el matrimonio en la
isla de Fuerteventura, razón por la cual su hijo debió allí establecer su
residencia. Confirmación de su vecindad en dicha isla la encontramos en Los
Antiguos Protocolos de Fuerteventura (1578-1606) de Manuel Lobo pues en dos
de los extractos, fechados en 1585 y en 1606, aparece como testigo el tal
Baltasar Alemán.
-De Juan Alemán el mozo tenemos
constancia de su presencia en Agüimes en diversos protocolos de fines del XVI
pero nada sabemos, por el momento, de si tuvo o no descendencia. Hemos tratado
infructuosamente de seguir su trayectoria genealógica en los libros
sacramentales de Agüimes. ¿Podría ser este Juan Alemán el mozo el ascendiente
de los Alemán de la Ciudad de Las Palmas?
-De Pedro Cervantes ignoramos
igualmente su paradero aunque no sería de extrañar que hubiese profesado como
clérigo al igual que su tío bisabuelo a quien debe su nombre y apellido.
-A Salvador, el menor de los varones de esta
saga, queremos destacarlo por cuanto ha sido pieza clave en nuestras pesquisas
para poder enlazar a los Alemán del sur con los del norte de la isla. Salvador casó
en Gáldar en 1589 con María de Quintana, hija de Pedro Miranda Valderrama y de
María de Quintana
Cabrera, con la que tiene un único hijo, Juan de Alemán
Miranda, quien, casado con Isabel Mayor, será también nuestro ancestro en otro
línea que nos alcanza esta vez por línea materna. Posteriormente, en segundas
nupcias, Salvador casará con Leonor Guerra, quien le dio, al menos, siete hijos
que son, de mayor a menor, María, Salvador, Pedro, Ana, Blas, Juan y Baltasar,
de los que descienden, junto a los hijos de su hermanastro, todos los Alemán de
Gáldar. En las sucesivas ceremonias, todas ellas oficiadas en la iglesia de
Santiago, aparecen como padrinos de bautismo personajes de apellido Guzmán o
Benítez, descendientes de Arminda y Catalina Michel, lo que nos da una idea de
la relevancia social de los cónyuges.
-De Isabel Rodríguez solo
sabemos que fue esposa de Baltasar Martín y que este, según algunos protocolos
de la escribanía de Agüimes analizados, era zapatero en los años 70 y alcalde
de aguas de la Heredad en los 80. El nombre y apellido de esta hija de Juan
Alemán y Juana Melián nos parece querer dar otra pista acerca de la posible
conexión majorera de su familia materna. Isabel Rodríguez, hija
de Juan Fernández
Machuca e Inés del Placer (otro apellido normando de las islas orientales que
proviene del conquistador Jean Placière) estuvo casada con Pedro Negrín,
natural de Fuerteventura y luego vecino de Tenerife, isla en la que recibe
numerosos repartimientos en sociedad con Francisco Guillama. Como ven son
demasiadas las casualidades como para no pensar en que existe una estrecha
relación entre Juana Melián y los primeros colonos de Taganana.
-De Luisa Guillama, fallecida antes de 1590, sabemos
que estuvo casada con Francisco
Hernández y que de este matrimonio provienen los Guillama de
la Villa de Agüimes, apellido que curiosamente solo lo portan mujeres, y que de
algún modo que aún no hemos esclarecido del todo relaciona a sus ancestros por
línea materna con Francisco Guillama, uno de los fundadores del Taganana
colonial.
-De Felipa Melián o Cervantes, que es como
la apellida su padre, tenemos más información gracias a la localización de su
testamento dictado en 1621, un testamento que no llegó a legitimarse por las
disensiones que Felipa mantuvo con su marido, Antonio de Almeda Figueredo. Ante
el escribano de la Villa
Felipa declara, al parecer con estupor por parte de su
esposo, que por no tener descendencia desea legar sus propiedades a una sobrina
suya a quien considera su hija: María Melián. De nuestra lectura del documento
colegimos que la tal María
es hija de María Ordóñez, una de sus hermanas, que, extrañamente, no es
nombrada en el testamento de su padre.
-De la tal María Ordóñez
sin embargo tenemos la certeza de su existencia. Así se recoge en la carta de
dote otorgada en 1573 por Juan Alemán y Juana Melián para casar a su hija,
María Ordóñez, doncella, con Juan
López el mozo, hijo del regidor Pedro de Burgos y de su
esposa María López. Creemos que este matrimonio no llegó a realizarse pues dos
años después del contrato Juan
López aparece ya casado con Juana de Trejo. En el testamento
frustrado de Felipa se dice que esta le debe a María Ordóñez, beata, sin citar
que era su hermana, medio quintal de higos a cuentas para traer a María “su
sobrina e hija”. Bien por la posible deserción de su matrimonio para cobijarse
en un convento, lo cual tuvo que disgustar a su padre, bien por unos amores
tardíos y ocultos, o bien por ambas cosas, es probable que su padre no la haya
citado como heredera. Lo cierto es que habría que pensar, a la luz del
testamento de su hermana, que María Melián es hija ilegítima de María Ordóñez y
quizá también lo fuera otra niña citada en el mismo documento llamada Catalina
Melián.
Haciendo balance, y antes de continuar con
el linaje, destacaremos que el apellido Alemán se transmite a cuatro de los
hijos varones (Lucas, Baltasar, Juan y Salvador), mientras que los restantes
hermanos y hermanas adquirirán unos apellidos (Cervantes, Ordóñez, Guillama,
Rodríguez y Melián), que parecen estar directamente relacionados con los de la
familia de la esposa.
Pero lo realmente curioso es el nombre que se otorga a los
varones: el primogénito Lucas lleva el nombre de un evangelista; los tres
siguientes, el nombre de los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y
Baltasar; el siguiente es Juan, otro evangelista; el siguiente es Pedro, el
primer pontífice; y el más pequeño lleva el mismo nombre de Jesús el Salvador.
Se hace evidente para nosotros que Juan Alemán trata de evitar a sus hijos los
problemas derivados de su judaica ascendencia bautizándolos con unos nombres
bíblicos que, con la excepción de Juan el Bautista, se relacionan solo con el
Nuevo Testamento.
G. CONTINUIDAD DEL LINAJE
Es a través de Melchor
Ordóñez, por quien continúa el linaje estudiado en el cuadro inicial.
Melchor contrajo matrimonio con Catalina Alvarado, la hija del cantero vizcaíno
García de Alvarado y de su esposa canaria María Mayor, y se convertirá en un
importante hacendado que además se vio favorecido por la herencia de su hermano
Baltasar, habiendo ocupado la alcaldía ordinaria de la Villa, es decir, la de
nombramiento episcopal, a principios del siglo XVII.
Hijo de dicho matrimonio es Baltasar de Alemán quien fue, como su padre, alcalde
ordinario de la Villa.
Casará con Isabel
López, hija a su vez de Francisco López y de Ana
Márquez. La siguiente acta notarial que explica el culto a la Virgen del
Rosario es un documento excepcional pues constituye una especie de censo del
vecindario de la Villa a mediados del siglo XVII en el que se aparecen muchos
de nuestros ancestros agüimenses:
Extraído del libro de Francisco Tarajano: Agüimes en el corazón. P 22 y 23
Capítulo III “La Virgen del Rosario, patrona de Agüimes”
“En la Villa de Agüimes en 27 de mayo de
1646, estando en la
Iglesia Parroquial de dicha Villa sus mercedes el bachiller
Miguel Lozano, cura y parroquiano de ella, y Francisco Espino de Valdivieso,
alcalde real, y asimismo Baltasar Alemán, alcalde ordinario, y
juntamente con sus mercedes, el capitán Pedro López Trejo, y
el capitán Juan Bautista Jaén, el alférez Juan Alonso Romero y
el alférez López Sánchez
y el alférez Miguel Arias Maldonado, y Gaspar González y
Amador Lorenzo, y Salvador Lorenzo, Juan Álvarez Mireles, Manuel González,
Francisco Vizcaíno Artiles, Juan
Díaz de Bullón, el mozo, Francisco López Espino,
Francisco Vizcaíno Caballero, Salvador Pérez Caballero,
Cristóbal López Morales, Juan Melián, Jorge Pérez Artiles, Juan González Santana,
Bartolomé de Alvarado, Cristóbal Suárez, Juan Alemán, Luis Sánchez de Herrera,
Simón Rodríguez de Quintana, Bernabé López Trejo, Diego de Cabrera Betancor,
Sebastián de Adai y Baltasar Hernández, todos vecinos de esta Villa, unánimes y
conformes, dijeron que por cuanto en el año pasado, por fin de él, vino sobre
nosotros y esta Isla la plaga de langosta y cigarra por cuya causa se
fenecieron y acabaron muchas de las sementeras que estaban hechas todas las
más, a cuyo remedio intercediendo, aunque pecadores, a aplacar su ira y todo
fuese con misericordia, pretendió este dicho lugar y sus vecinos, haciendo
ajuntamento de ello, para nombrar devota para que intercediese por nosotros, lo
cual se echó por cédulas entre las cuales venció a hacernos mercedes la Virgen
del Rosario, señora nuestra, a quien y en su nombre se le ha comenzado a pedir
limosna. Y tratando al presente de nuevas intercesiones para que se acabe y
consuma esta dicha plaga y las demás que contra nos fueren, dijeron de nuevo y
siempre invocaban a la Virgen del Rosario a quien determinaron y acordaron en
pago, albricias y sacrificio se le haga su fiesta el primer domingo del mes de
abril de cada año perpetuamente…
La hija de Baltasar y Catalina, llamada como
su abuela, María Mayor, nacida en la Villa en
1634, continuará el linaje tras casarse muy joven, a los 17, con Luis de
Mendoza Romero, de 36, quien llegó a ser alcalde ordinario entre 1655 y 1657.
Esta es la partida de bautismo del tal Luis donde se hace saber que su padre
también fue primer edil de la Cámara Episcopal:
Partida de Bautismo Iglesia San Sebastián
Agüimes, Libro 1 - Folio 25 Vto - Año 1616. "Hijo de Juan Alonso Romero,
alcalde de su Señoria, y de Sebastiana Gonsales su lexitima muger fue baptisado
en esta santa Yglesia en dies y nueve de Março de mill y seiscientos y dies y
seis fue su padrino Juan Gutierres Davila cura de esta Santa Yglesia resibio los
Santos Oleos y baptisolo”. Andrés Solís.
Gracias a las aportaciones de Cristina López en su
artículo Repobladores de Telde y el Señorío de Agüimes, podemos divulgar
que el alférez Juan
Alonso Romero, el padre de Luis, era hijo de Juan López Romero (Telde
1550) y de Ana Mendoza; nieto, por línea paterna, de Alonso López Romero (Telde 1526)
y de Sebastiana de Mireles (Telde 1524); bisnieto del regidor Manuel López Delgado
y de su esposa Juana Romero; y tataranieto de Diego Romero el viejo y Brígida
Perdomo.
Por Isabel Romero
López (hija de Luis de Mendoza y de María Mayor) continuará
el linaje después de su casamiento con Blas Artiles Falcón (hijo de Juan de
Artiles y de Jerónima Ramos) ilustres apellidos en los que no nos vamos a
detener por reservarlos para otro trabajo. De los hijos de dicho matrimonio,
provenimos de María Falcón, nacida en Telde en
1697 y casada en la misma ciudad a los 33 años con Juan Díaz Martín. Por
cierto, y como simple curiosidad, les comentaremos que ambos cónyuges
estuvieron a punto de necesitar dispensa para casarse pues eran parientes en
quinto grado: Juan Díaz
Martín es hijo de Luisa Guillama y nieto de Luis Alemán,
personaje del que presumimos, no hemos podido confirmarlo, que era nieto de
Luisa Guillama y bisnieto por tanto de Juan Alemán el viejo.
El apellido Díaz creemos que nos conduce de
nuevo hacia ascendientes andaluces pues va aparejado como, como lugar de procedencia, a la localidad onubense de Bollullos del Condado.
Por línea paterna, Juan es hijo de Bartolomé Rodríguez, nieto de Juan Díaz de Bullón (sic) y
bisnieto de Bartolomé Martín casado con Águeda Dumpierres. Esta Águeda que
porta otro ilustre apellido normando, es a su vez hija de otro Juan Díaz de Bullullos y de
María Melián (¿Puede ser esta María la ahijada de Felipa Melián?: por las
fechas creemos que sí) y finalmente nieta de Francisco Díaz de
Bullullos y Ana Hernández.
Este Francisco Díaz es un
vecino de Telde que en 1524 arrienda tierras en Aguatona para cultivo de caña
al portugués Alonso de Matos y que hace petición de tierras y cuevas en 1554
estableciéndose en el pueblo del Ingenio en el que va a ser fundador y
mayordomo
de la ermita de Ntra. Sra. de Candelaria. Francisco testa en 1592
declarando que estuvo casado con Ana Hernández y que tuvieron por hijos a Juan Díaz de Bullullos,
Anastasia de la Cruz y Catalina Díaz.
Testamento de F. Díaz de Bollullos. |
Volviendo al linaje estudiado, Francisco
Díaz, el hijo de los primos quintos Juan Díaz Martín y María Falcón, casará en
Agüimes con Josefa Agustina Barrera, hija de Lucas de Santa Ana Soler (hijo de padres
desconocidos) y Magdalena Barrera (hija de Agustín Alejo y María Barrera) y
juntos tendrán a Jerónima Díaz quien contrae matrimonio en 1790 con Bartolomé
Jaén.
H. EL APELLIDO JAÉN
Después de este rápido
descenso por la escala genealógica celebramos la aparición del apellido Jaén,
también de ascendencia andaluza. Lo hacemos confeccionando una nueva escala en
la que pueden ver a nuestros ancestros de dicho apellido, desde su origen
conocido en esta isla: el mercader sevillano, acusado de prácticas judaizantes,
Pedro Jaén, hasta su entronque con Bartolomé Jaén, el marido de Jerónima Díaz.
De los hijos del sevillano Pedro Jaén: Juan Bautista Jaén, Francisco Jaén y
Úrsula Martín tenemos la constancia de la presencia en Agüimes en el siglo XVI
de dos de ellos. Francisco aparece como testigo en varios tratos en los años 70
y a fines de siglo lo vemos convertido en mayordomo de la ermita de Ntra. Sra.
de la Candelaria. Su
hermana Úrsula, nacida en Telde en 1550, por quien sigue la línea, aparece en
un documento de 1599, casada con Melchor Lorenzo, adquiriendo unas tierras de
pan sembrar en la Vega de Aguatona. Del primero de los hermanos citados Juan
Bautista Jaén solo tenemos la referencia de un posible descendiente: el citado
como capitán en el “censo” de vecinos que se enfrenta a la plaga de langostas de
1646, si bien este podría ser un hijo de sus hermanos antes citados.
I.
EL SINGULAR APELLIDO SANTANA
Hijo del matrimonio formado por Bartolomé
Jaén y Antonia Díaz es Antonio Jaén Díaz, casado en Las Palmas con Josefa
Ascanio López. Ambos han nacido en Vega Grande, es decir, Juan Grande en la
actualidad pero emigran a la ciudad a principios del siglo XIX instalando su
residencia en Los Barrancos de las Palmas, afluentes del Guiniguada próximos a
los riscos que coronan la ciudad vieja.
Una hija de este matrimonio, María Dolores
Jaén Ascanio, continuará el linaje tras su matrimonio con José Andrés Suárez.
Ambos vienen a ser tatarabuelos del que suscribe. Con ellos cerraremos el
artículo no sin antes hacer una breve recapitulación sobre el apellido Santana
Iglesia de San Agustín (L.P.G.C.), Libro 16
- Folio 155 vto - Año 1864.
"En la ciudad de Las Palmas, diocesis
de Canarias a 17 de Agosto de 1864
a las siete de la mañana en la parroquia Matriz
de San Agustin, yo el infrascrito cura propio de esta misma parroquia case y
vele infacie eclesie por palabras de presente que hacen verdadero y legitimo
matrimonio a Jose Andres Suarez soltero de veinte y cinco años siete meses de
edad jornalero hijo legitimo de Pedro Santana y de Antonia Suarez difuntos naturales
y vecinos de esta ciudad en los barrancos, con Josefa Maria de los Dolores Jaen
soltera
de este mismo vecindario de veinte y dos años cumplidos en Marzo hija legitima
de Antonio Jaen difunto y de Maria de los Dolores Ascanio, naturales de Aguimes
y vecinos de esta dicha ciudad en los barrancos, siendo testigos del acto Don Jose Martin Fernandez
y Josefa Ascanio vecinos de esta referida ciudad y para que conste lo firmo.
Emiliano Martinez de Escobar."
Como han podido leer en esta
partida de matrimonio el novio rehúye del apellido que le corresponde por su
padre, Pedro Santana,
y se adjudica el de su madre, Antonia Suárez, para así evitar el oprobio social
que suponía llevar ese apellido. Su padre, Pedro Simón Santana, nacido el 25 de
octubre de 1790, es efectivamente hijo de padres desconocidos según consta en
la correspondiente partida de bautismo: “Expósito en la cuna de San Martín de la
ciudad capital”
Los comentarios a la despiadada
costumbre, por suerte ya olvidada, de poner el apellido Santana a todos los
niños del Hospicio de la Ciudad preferimos hacerlos con unos versos de mi poema
genealógico El Árbol de las Octavas alusivos a mi abuela Magdalena Vega Suárez
que en puridad, conforme a las costumbres de su época, debía haberse apellidado
Vega Santana:
El segundo apellido de mi abuela
oculta la historia de una
mancha:
por evitar a los suyos vergüenza
truecan a un niño el sonoro
Santana
por un Suárez que más quedo
pareciera.
¡Qué desatino de ley el que
marca
al hijo de padres desconocidos
azuzando el escarnio del vecino!
J.
CONCLUSIONES FINALES
Después de esta larga disertación, y
siguiendo los consejos de mi hermano Roberto, trataremos de hacer un brevísimo
balance de lo investigado. Creemos haber probado que todos los Alemán de Gran
Canaria proceden de una misma familia cuyo apellido se asocia a un colectivo de
mercaderes borgoñones que mantienen sus tradiciones y ritos judaicos en unas
islas en las que a principios del siglo XVI, veinte años después de la orden de
expulsión o conversión, aún no había presencia directa del Santo Oficio.
Juan Alemán el viejo es efectivamente el
tronco de todos los Alemán de Gran Canaria a través de su descendencia que
extiende dicho apellido tanto en el sur como en el norte de la isla. Su madre, según
nuestras conjeturas, fue una esclava, no sabemos bien si indígena o morisca, de
la casa del rabino Luis Álvarez; y su padre, uno de los judíos que visitaban
dicha casa o sinagoga a comienzos de la segunda década del siglo XVI en Las
Palmas. Bien podríamos pensar que fue Juan de Tarifa cuyo cuerpo corrupto fue
quemado en la hoguera en el Auto de Fe de 1530 en atención al hecho de que es
la persona que lo apadrina y lo mantiene en su casa hasta que se ve obligado a
huir; bien pudo ser alguno de los hermanos Alemán, Juan o Martín, que visitaban
con frecuencia la casa de Luis Álvarez. Nos hemos decantado, sin certezas, por
la primera posibilidad conjeturando que el apellido Alemán le sería impuesto
con la mayoría de edad por su tutor o curador años después de la trágica muerte
de su padre.
En uno u otro caso lo realmente relevante es
la indudable ascendencia judía de su progenitor y la conmoción que tuvo que
vivir toda la comunidad de judeoconversos en 1530 (un 10% de la población de la
isla en las cuentas de los propios inquisidores) por la prisión y suicidio de
Juan de Tarifa y la posterior requisa de sus propiedades. Y todo ello por
acusaciones tan graves como la de cocinar el cocido sin usar carne de cerdo,
trabajar en domingo, practicar sexo fuera del matrimonio o reunirse en
conciliábulos judaizantes. La reacción de esa comunidad pudo determinar la
acogida del joven Juan por parte de familias judeoconversas procedentes de
Fuerteventura que acuden a Tenerife como repobladores bajo el amparo directo
del Adelantado.
La gente más preparada de su época, la más
hacendosa y productiva en todos los campos de la economía, la más letrada pues
dominan lenguas diversas, la más cultivada en artes y ciencias como la medicina
tuvo que resignarse a aceptar la cruz por cuestión de supervivencia aunque su
impronta sin duda se mantendrá viva hasta nuestros días formando parte del
carácter emprendedor de muchos canarios cultos y librepensadores.
ADENDA, 21 septiembre 2014
¿RESOLUCIÓN COMPLETA DE DUDAS?
Recientemente, Luis García-Correa y Rafael Rodríguez de
Castro en su magnífico ensayo “Pobladores de Agüimes en los cien primeros años
del señorío (1481-1580)” han señalado que coexisten dos Juan Alemán adultos,
que son padre e hijo, a mediados del siglo XVI en la villa episcopal. En la
exhaustiva lectura que hacen de los protocolos de la escribanía agüimense
advierten que uno de ellos sabe firmar y el otro no, motivo por el que, entre
otras razones, los autores citados superan las dudas que les habían
asaltado respecto al hecho de que
pudiera tratarse de una misma persona.
Según sus valiosas investigaciones, Juan Alemán 1,
hijo de Luis de Placeres y casado con Juana Negrín, es el padre de Juan Alemán 2 casado con Juana
Melián. Fundamentan esta relación en una venta de tierras, protocolada en la
escribanía de Agüimes en 1558, que Juan de Alemán 1 hace a su primo Pedro
Negrín Galán, escribano de Fuerteventura. Dichas tierras que había recibido en
dote cuando se casó con su esposa Juana Negrín, hija de Juan Negrín y de Ana Sánchez, fueron al
parecer objeto de litigio con el hermano de su mujer, Diego Negrín, quien las
venía trabajando como suyas. Deducimos por nuestra parte que el citado Luis de
Placeres, como consta en Cebrián Latasa, es hijo de Pedro Negrín el mozo,
repoblador de Tenerife y fundador de Taganana, y de su esposa Isabel Rodríguez, hija
de Juan Fernández
Machuca y de Inés de Placer. Recordemos que Isabel Rodríguez es
también el nombre de una de las hijas de Juana Melián y Juan Alemán.
Estas novedades determinan que sea la tercera de
las opciones planteadas en nuestro trabajo la que finalmente prospere, es
decir, los Alemán asentados en Agüimes
provendrían en su linaje paterno de conquistadores que vinieron a principios
del siglo XV con el ejército betancuriano y que se asientan enlazando con
mujeres indígenas en las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Algunos de sus
descendientes pasarían como repobladores de Taganana a principios del siglo XVI
a la isla de Tenerife desde donde a
mediados de dicho siglo saltaría una de sus ramas hasta el Señorío de Agüimes
en la isla de Gran Canaria.
Descartamos por otra parte nuestra hipótesis de que
Juan Alemán pudiera estar relacionado familiarmente con el judeoconverso Juan
de Tarifa por cuanto hemos obtenido información en el libro “Las Víctimas del
Santo Oficio” de Francisco fajardo
Spínola de que Juan, el esclavo de Luis Álvarez nacido en 1513 y apadrinado por
Juan de Tarifa que había despertado nuestras sospechas parece ser la misma
persona que aparece como tal esclavo de Luis Álvarez procesado por la
Inquisición en 1545 por el delito de mahometismo. Su madre por tanto debió
ser una esclava morisca.
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