Indagando sobre mi genealogía en las fuentes que formaron la historia de Fuerteventura, tropecé con un hecho unido a uno de mis antepasados que hoy quiero destacar, en honor a esa tierra y a sus gentes que los acogieron, lo mismo en sus acciones que en sus desvelos y fortunas, y en su sueño eterno.
S. Buenaventura en Betancuria. Foto: exploracanarias.com |
Se
trata del nombramiento de San Buenaventura como Patrón de la isla y fiestas en
su honor, hecho que para mí es notorio y digno de ser recordado.
Es
usual en el ámbito de los pueblos y ciudades estar bajo patrocinio de algún Santo
o Santa, normalmente relacionados con ellos, bien por tradición, nacimiento o
de una relación concreta. Es lo que acontece en Fuerteventura, cuyo Patrón es San
Buenaventura. El porqué de esta asignación tiene su explicación histórica y
documentada, aspectos que paso a relatar; pero antes, y también más adelante en
diferentes momentos de este relato, aunque sucintamente, hablaré del que he
considerado su personaje principal, de algunos de su familiares más próximos y
del apellido que ostentaban, “Chagueda”, pues fue buscándolo, como casualmente
encontré lo que me motivó a escribir estas líneas.
Intentando
averiguar qué se había escrito sobre dicho apellido, no hallé referencia
medianamente fiable para poder determinar cuáles fueron sus orígenes. En
Fuerteventura, lo más parecido y lejano lo encontré en sus antiguos protocolos,
que mencionaban el apellido “Chaqueda”, el cual, por su similitud, supuse se
trataba del mismo; figurando con éste: Chaqueda el viejo, Andrés, Gaspar y Juan
Chaqueda, pero sin embargo, a ninguno de ellos pude enlazarlos con los
personajes de mi ascendencia, que es la que sigue:
Sobre
el último tercio del siglo XVI y primeros años del XVII, en un entorno rural y
bajo el régimen señorial existente en Fuerteventura, sitúo a mis antepasados el
Capitán de Milicias Don Gaspar Chagueda, hijo de Don Pedro Chagueda y de Doña
Antonia Biciosa, y su esposa Doña Andrea Hernández de Cardona, hija de Don Andrés Sánchez y de
Doña Florencia Ruiz. Tal período, aunque con referencias escasas, es difícil
trasladarlo a unas pocas líneas, pero por la perturbación de la vida,
aparentemente pacífica y rutinaria que llevaban sus vecinos, la cual
transcurría mediatizada por su trabajo y por sus deberes religiosos, se vieron
obligados a vivir diversos acontecimientos que, no cabe duda, influyeron en sus
vidas y que supusieron que esa relativa tranquilidad, no lo fuera tanto. Dichos
acontecimientos, que muy brevemente menciono, fueron: La disputa entre los Señores
de esta isla y los de la isla de Lanzarote, por la titularidad de las mismas;
la llegada a la isla del famoso Argote de Molina en el año 1586 como Comisionado
del Santo Oficio y más tarde, en 1589 como Capitán General, que originó una
gran agitación y falta de obediencia, terminando con la detención de muchos
vecinos que fueron trasladados a la cárcel de Las Palmas; el asedio a la isla
que en el año 1593 tuvo lugar por la arribada a la misma de varias galeras y bergantines
al mando del pirata Xabán Arráez, que arrasó y saqueó a la misma,
llevándose cautivos a más de sesenta personas, entre las que se encontraban
mujeres y niños y, finalmente, la hambruna, motivada esencialmente por la falta
de agua, que ese mismo año y en algunos otros del expresado período, padecería
la isla.
En ese contexto
vivió el citado matrimonio, durante el cual tuvieron a los siguientes hijos:
1. Don MELCHOR HENÁNDEZ CHAGUEDA, que sigue
la línea y es protagonista de esta historia.
2. Doña FRANCISCA HERNÁNDEZ, que casó con
Don Francisco
López de Vera, hijo del Gobernador de las Armas Don Luís
Perdomo de Vera y de Doña María Fidalgo.
3. Doña FLORENCIA RUIZ, que casó con Don Marcos Rodríguez de Sanabria,
hijo de Don Juan
Rodríguez y de Doña Lucía de Sanabria.
4. Don ANDRÉS SÁNCHEZ CHAGUEDA,
que casó con Doña María de Escala, hija, como el anterior, de Don Juan Rodríguez y de
Doña Lucía de Sanabria.
5. Don PEDRO HERNÁNDEZ CHAGUEDA,
que casó en 1614 con Doña Ana Sánchez.
6. Doña MARÍA CANDALERIA, que casó con Don
Gonzalo Francisco, hijo de Don Manuel Francisco y de Doña Lucía González,
naturales del Reino de Portugal, y
7. Doña MAGDALENA HERNÁNDEZ, que casó con
Don Baltasar Hernández Sanabria.
El
Capitán Don Melchor Hernández Chagueda
nacido en 1º de Septiembre de 1591, fue Gobernador político y militar de
Fuerteventura, Juez Ordinario, Alcalde Mayor, Alguacil Mayor y Maese de Campo
de esa Isla, Familiar del Santo Oficio, calificado por aquel Tribunal en auto
de 10 de Julio de 1631, casó con Doña Isabel Hernández Mellian
de la Peña, hija
de Don Gaspar Hernández
Peña “El Viejo” y de Doña Eva González Francés.
Tuvo tierras en Enduque, Tabaibe, Rio Palmas y Betancuria.
Pero ¿cómo se desarrollaron los hechos? Tras
la conquista de la isla, cuyo proceso transcurrió durante los primeros años del
siglo XV, por motivos estratégicos para la defensa y también por la existencia
de agua y vegetación, se inició una etapa de asentamiento en Betancuria que
tuvo un gran impulso repoblador, compuesto por los colonos europeos y una parte
de la población aborigen que sobrevivió a la conquista. En dicha
Villa, la cual había recibido su nombre en honor al conquistador Jean de
Bethencourt, se asentaron, además de los Señores territoriales, las principales
autoridades civiles, militares y religiosas, la institución concejil y demás
órganos de gobierno de la isla.
En 1416, estando ya levantada la Iglesia de Santa María en
Betancuria, los monjes
franciscanos, procedentes de Castilla, construyeron un
convento en honor a San Buenaventura, pero por qué fue este Santo el elegido;
como hemos dicho, tiene su explicación histórica. Primeramente ¿quién fue San
Buenaventura? Para encontrar referencias es obligado trasladarse a algún Santoral
de la Iglesia
Católica, de los varios existentes, donde se relata la vida
de los Santos. De uno de ellos extraemos lo siguiente:
Convento de S. Buenaventura. wikimedia.org |
Nació alrededor
del año 1218 en Bagnoregio, en la región toscana; estudió filosofía y teología
en París y, habiendo obtenido el grado de maestro, enseñó con gran provecho
estas mismas asignaturas a sus compañeros de la Orden franciscana. Fue
elegido ministro general de su Orden, cargo que ejerció con prudencia y
sabiduría. Escribió la vida de San Francisco. Fue creado cardenal Obispo de la
diócesis de Albano, y murió en Lyon en el año 1274. Escribió muchas obras
filosóficas y teológicas. Conocido como el "Doctor Seráfico" por sus
escritos encendidos de fe y
amor a Jesucristo.
Sin duda fueron los antecedentes de este Santo los
que indujeron a los monjes franciscanos a levantar el convento en su honor, considerándose desde aquellos momentos el Santo
protector de esa Villa. El Convento fue ampliado posteriormente por Diego García
de Herrera y Ayala, sobre el año 1455, el cual sería saqueado, y destruido más
tarde, como consecuencia de la ya citada invasión de Arráez Xabán en 1593.
Aunque lo que se conserva en la actualidad es fruto de la reconstrucción que se
realizó tras la invasión del pirata.
Dos siglos más tarde, en la sesión celebrada
por el Cabildo el 9 de Julio de 1625,
a petición del Personero y gentes de la isla, se trató
sobre la fiesta de San Buenaventura, que según las noticias que el Cabildo
había recibido de personas ancianas, ya solía hacerse en honor a este Santo,
por haberse ganado la isla en su día.
Llegado a este punto he de hacer un inciso
aclarando que no he hallado documentación que pueda darme información sobre lo que
aconteció desde el día que se proclamó la definitiva conquista de la isla hasta
esta Sesión del Cabildo y es difícil colmatar esta laguna, pero la expresión
que se hace durante la misma, “por
haberse ganado la isla en su día”, que se reproduce en otras sesiones de
años posteriores e incluso en la de siglos venideros, no la veo fundamentada; no
siendo aventurado adelantar como hipótesis de posterior revisión, que el día de
la festividad de San Buenaventura, 15 de Julio, o 14 como se dice en los
acuerdos del Cabildo, no es el mismo en el que se ganó la isla.
Retomando lo que acontecía en la expresada
sesión, el Cabildo consideró justo lo que se pedía, acordando la reanudación de
la fiesta, declarar desde ese momento al Santo como Patrón de la isla, y
solicitar al Obispo Fray Juan de Guzmán, darle por día de fiesta, quien lo
otorgaría en 8 de Octubre siguiente. Acordándose asimismo se vistiese al Santo
y que todos los años se nombrase un Regidor por Mayordomo, al que se daba comisión
para que hiciese la fiesta, conforme a las posibilidades económicas del Cabildo
y de los bienes que tuviese dicho Santo.
Ese mismo mes, el Cabildo celebraría otras
dos sesiones, los días 9 y 15, ampliando el acuerdo anterior, acordándose que
desde ese momento y perpetuamente se dijese misa y procesión en el Convento;
dar 20 reales cada año de los propios del Cabildo a la comunidad del Convento para
contribuir a los gastos de la conmemoración, y que todos los días de su fiesta
fuesen los representantes del Cabildo hasta el Convento, llevando consigo el Pendón
que para ese efecto se había hecho. Acordando también nombrar al Alguacil Mayor
y Regidor perpetuo Melchor Hernández Chagueda, Mayordomo, el cual tendría el
honor de ser el primero en este cargo, a quien se entregó el pendón.
Ignoro
cual fue el motivo por el que el Cabildo se declinó por este nombramiento, pero
es posible que, entre otros factores, tuvieran presente la implicación de
Melchor Hernández en el aspecto religioso, pues ya en 20 de enero de 1625,
cuando es elegido Alcalde Mayor, se destaca en su nombramiento su celo y cristiandad.
Danza de las espadas en Alosno (Huelva). Foto: Huelvapedia |
costumbre en la isla. Ofreciendo el Regidor Melchor Hernández
Chagueda la mitad del costo que tuviera la fiesta.
Durante
el matrimonio, Don Melchor y Doña Isabel, tuvieron los siguientes hijos:
1. Don FELIPE DE SANTIAGO.
2. Doña MARÍA HERNÁNDEZ, que
nació el 12 de Agosto de 1623.
3. Doña ANA SÁNCHEZ MELLIAN,
que casó con el Capitán de Milicias de la Isla, Don Juan de León y Cardona.
4. Doña MARÍA EVA GONZÁLEZ CHAGUEDA
MELLIAN, que sigue la línea.
5. Don SALVADOR HERNÁNDEZ CHAGUEDA,
y
6, Don MELCHOR HERNÁNDEZ CHAGUEDA, del mismo
nombre y apellidos que su padre.
La
última sesión del cabildo donde nos encontramos a Melchor Hernández (padre), es
la del 15 de Julio de 1641 y en la siguiente, celebrada tres días más tarde, comparece
el mayor de sus hijos, Felipe de Santiago, presentando renuncia del oficio de
Alguacil Mayor, que por escritura le hizo a su favor su padre. Acordándose en
la misma, fuese recibido al uso de tal oficio Felipe de Santiago, quien aceptó
y prestó el juramento correspondiente, a quien ordenaron que como tal alguacil mayor
se sentase en el primer lugar, lo cual hizo.
En
cuanto a mi ascendiente, Doña María Eva González Chagueda
Mellian, mencionada ya en este Blog, MORALES, OTRO ESLABÓN MAJORERO, nació el primero de septiembre de 1630 y casó en 1650 con Don Juan
Matheo de Cabrera Sanabria y Bethencourt que fue Capitán de Milicias de esa
isla y Regidor de su Ilustre Cabildo. Ya viuda, fundó capellanía el 15 de julio
de 1685, junto con el Capitán Don Gines Cabrera Bethencourt y el Capitán Don
Luís Cabrera Gutiérrez. El matrimonio tuvo nueve hijos, pero ninguno de ellos,
ni de sus descendientes, en cuanto a mi línea ascendente se refiere, volvió a
llevar el apellido Chagueda.
No
quiero finalizar sin referirme a dos cuestiones; la primera a la imagen del Santo;
la segunda a la trayectoria de su festividad.
En la sesión que
celebra el Cabildo el 12 de julio de 1665, días antes de la festividad, se dice
que habiendo llegado a la isla el religioso franciscano, Fray Andrés de la Concepción, con una
imagen de San Buenaventura, por la falta que había en el Convento y ser Patrón
de la isla, por haberse ganado en su día, acordaron agradecerlo, dándole 50
reales.
En base a ese
acuerdo, hay autores que entienden que no hubo imagen de San Buenaventura hasta
ese momento; sin embargo no comparto esa teoría, pues como se dijo más arriba,
en la sesión del Cabildo de 9 de julio de 1625, entre otros asuntos relacionados
se dice, asimismo acuerdan se vista dicho
Santo, por lo que es de suponer que existía y que en algún momento, que no
quedó reflejado en los acuerdos posteriores del Cabildo, la imagen desapareció
o fue trasladada a cualquier otro lugar, religioso o no, por alguna
circunstancia que desconozco.
Conforme transcurrieron
los años, las Actas del Cabildo siguieron haciendo mención a estas fiestas, en
lo relativo a su consignación presupuestaria y en algunos momentos a la escasa
concurrencia de la gente, llegando incluso –se dice en algún acuerdo del
Cabildo- a haber años que no hubiera quien cargase con el Santo; achacándose
ese desinterés, en gran parte, a que no acudía a la procesión el Regimiento de
milicias, como desde tiempo inmemorial había sido costumbre; tradición que
volvió posteriormente a recuperarse, perdurando la fiesta hasta nuestros días.
FUENTES
- Acuerdos del
Cabildo de Fuerteventura, de Roberto Roldán Berdejo y Candelaria González.
- Archivo del
Museo Canario. Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura.
- Los Antiguos
Protocolos de Fuerteventura (1578-1606), de Manuel Lobo Cabrera.
- Nobiliario de
Canarias, edición Juan Régulo Pérez. La Laguna 1952.
- BienMeSabe.org,
Revista nº 475.
- Número 297 de
la página de las Siervas de los Corazones Traspasados
de Jesús y María.
- Blog de Etnografía de Fuerteventura, Roberto Hernández Bautista
y Fabio Herrera Melián.