JUAN RAMÓN GARCÍA TORRES
Comenzamos este artículo acudiendo al
“Ensayo para un diccionario de conquistadores…” de Cebrián Latasa para
documentarnos debidamente acerca del personaje que encabeza el cuadro
genealógico:
PEDRO
DE JAÉN
Conquistador
de Gran Canaria. Se avecindó en Gáldar de donde llegaría a ser alcalde
ordinario. Natural de Orduña, Vizcaya, puede que fuera pariente de Pascual
Téllez, conquistador que lo dejó como a uno de sus herederos junto a Antón
López, otorgándoles tierras en Moya.
Consta
como tal conquistador en repartimiento de tierra e higueral que se le dio en
las cumbres de Gáldar en el término de Guardaya.
Muere
en 1522 quedando su hijo Antón como tutor y curador de sus hermanos menores
(AHPLP). Casado con Juana González. Fueron sus hijos, todos vecinos de Gáldar:
I.
Antón de Orduña, padre de Lucas de Jaén y de Constanza de Orduña, casada con
Francisco de Godoy
II.
Catalina González
III.
Andrés García de
Jaén casado con Ana de Cabrejas.
IV.
Pedro de Jaén el mozo
V.
Constanza de Orduña.
Cebrián Latasa nos da una pista importante
para indagar sobre su fortuna cuando lo relaciona con el conquistador Pascual
Téllez quien debió ser un personaje de gran relevancia en la isla por cuanto
fue uno de los nueve “elegidos” que en 1485 formando parte de una Comisión
creada al efecto pone en marcha los repartimientos de tierras y aguas. En
representación de Pedro de Vera, el remiso gobernador, figura en dicha comisión
Pedro García de
Santo Domingo; en representación del Real de Las Palmas aparecen los regidores
Alonso Jáimez, Diego de Carrión y Martín de Escalante; en nombre de Gáldar
estuvieron presentes Pascual Tello, Juan Suárez de Morón y
Diego Ramírez; y finalmente vinieron por Telde Juan Vélez de Valdivieso, Alonso
de Zárate y un tercero que no se nombra en el documento.
De este Pascual Téllez o Tello, más que
probable pariente de Pedro de Jaén, nos añade Cebrián Latasa lo siguiente:
Conquistador
y vecino de Gáldar. Designado uno de los tres repartidores de tierras en dicho
término. Como tal conquistador recibió tierras y aguas en repartimiento en
Gáldar en 1485. Consta en relación de acreedores de salario en 1500 por sus
servicios en la conquista: “A los herederos de Pascual Téllez se les deben
13.400 mrs”. En 1501, se dio a Pedro de Jaén y Antón López, sus herederos, tierras
en Moya.
Fallecido pues antes del 1500, Pascual
Téllez testa a favor de otros dos acreditados conquistadores, Pedro de Jáen y
Antón López, que al parecer son deudos suyos.
Antón López está documentado como tal
conquistador en la nómina de Manuel Lobo (La conquista de Gran Canaria) y
muchos años después de la anexión a la Corona castellana, en 1526, resulta ser
uno de los promotores del poder otorgado a Alonso Jáimez para evitar la
segregación del barrio comarcano de Guía. El hecho de que aparezca en las
primeras posiciones (puesto nº 5) de un listado que incorpora a casi un
centenar de vecinos de Gáldar, detrás tan solo del regidor Jerónimo de Pineda y
de los conquistadores Arriete de Betancor, Cristóbal Rodríguez de Lucena y
Gonzalo de Aguilar nos habla de la preeminencia de este personaje. Ya hemos
comentado en anteriores artículos que, en nuestra opinión, dicho censo está
jerarquizado de modo que en primer lugar aparecen los conquistadores
castellanos, según rango, que en el caso de haber ya fallecido están
representados pos sus esposas; luego los hijos mayores de 25 años de los
anteriores que ya han formado familia ordenados de mayor a menor edad; luego,
los nuevos pobladores portugueses; luego los hidalgos canarios, para concluir
el listado con personas del pueblo llano de menor rango social. Obviamente, no
forman parte de dicho listado ni esclavos ni criados ni, por supuesto, los
vecinos de la comarca partidarios de la segregación que no debieron ser muchos
en principio, relacionados fundamentalmente con la colonia genovesa y los
trabajadores cualificados portugueses, amén de los Vargas.
En dicho censo de los vecinos de Gáldar que
son cabezas de familia aparecen dos hijos de Pedro de Jaén el cual no aparece
porque había fallecido en 1522. Andrés García de Jaén y Pedro de Jaén el mozo se
sitúan por ello en una situación algo más rezagada pues no son parte de la
nómina de conquistadores aunque sí de la nobleza galdense que desciende de
ellos (puestos 26 y 27 de la lista).
Del tal Antón López sabemos que interviene
como padrino en distintos bautismos oficiados en Gáldar en los albores del
siglo XVI acompañado de su mujer, Inés Téllez, entre ellos, en 1508, el bautizo
de Alonso, hijo de Hernando de Guzmán y Catalina (Arminda Masequera). Asimismo
aparece en 1511, en la misma iglesia de Santiago, bautizando a una hija suya y
de su esposa Inés a quien pusieron por nombre Luisa. Podemos presumir a partir
de estas menciones que Inés Téllez, la esposa de Antón, puede ser hija de
Pascual Tello, de ahí que, a la muerte de este, se convierta en uno de sus
herederos. Podría pensarse por extensión, aclaramos que es solo una conjetura,
que la esposa de Pedro de Jaén, la llamada Juana García,
pudiera ser asimismo otra de las hijas de Pascual Tello habida con mujer indígena,
de ahí que este haya pasado a ser igualmente uno de los herederos.
Pedro de Jaén y Antón López debieron casar
con sus respectivas esposas poco después de la conquista en los años 80 del
siglo XV y hemos de presuponer, si efectivamente eran hijas de Pascual, como
queda dicho, que debían ser mestizas, es decir, hijas de madre indígena.
En cuanto a la procedencia de Pascual Tello
solo podemos decir que Argote de Molina en su Nobleza de Andalucía, obra
de 1588, señala que los del apellido Tello eran caballeros principales en la
ciudad de Sevilla.
Bien sea pariente de Pascual Tello por
afinidad o por consanguinidad, nos decantamos por lo primero, Pedro de Jaén se
vio sin duda beneficiado por su herencia pues como veremos en los testamentos
de sus descendientes estos acreditan haber heredado tierras en El Ayraga, en
Moya, en Guardaya y en la misma vega de Gáldar donde se sitúa la joya de sus
posesiones: la hacienda de Tres Palmas (actualmente en la demarcación de Guía).
Sirva como confirmación de la importancia de
sus propiedades, adquiridas unas por herencia, otras por propios méritos, el
siguiente protocolo de la escribanía norteña dictado ante Alonso de Herrera a 6
de marzo de 1512:
Pedro
Jaén da para sembrar cañas a Cristóbal de Alcalá cierta tierra de regadío que
tiene en el Airaga debajo del puerto de Diego de Silva. Testigos: Arriete de
Betancor y Francisco de Casa.
No sabemos dónde obtiene el documentado
Cebrián Latasa el dato de que Pedro de Jaén era natural de Orduña (Vizcaya)
pero lo damos por bueno a la vista del apellido que portan
algunos de sus
descendientes y del rigor al que dicho genealogista nos tiene acostumbrados.
Manuel Lobo también lo señala indubitadamente como vasco en su nómina de
conquistadores. Resulta bien extraño en todo caso que ostente dicho personaje
el apellido toponímico “de Jaén” que transmite a dos de su hijos, los ya
citados Andrés y Pedro. El resto porta el apellido “de Orduña” que rememora su
localidad de origen, siendo Catalina, fallecida tempranamente en 1525, la única
que porta el apellido de su madre. Nuestra modesta opinión al respecto es que
el apellido toponímico “de Jaén” le pudo venir dado a Pedro por haberse
incorporado a la conquista de Canarias encuadrado en las tropas de la Hermandad
de Andalucía.
Portada gótica Ntra. Sra. de la Antigua en Orduña |
Sobre la esposa de Pedro de Jaén tenemos la
confirmación de su nombre de pila en el siguiente documento extraído del libro
primero de bautismos de Gáldar, en el que de nuevo comprobamos la estrecha
relación que tiene el hidalgo vasco con la familia real canaria:
Domingo
en 18 de octubre de 506 años torné yo el cura Rodrigo de la Vega cura de esta
villa de Gáldar un gijo de Miguel de Trejo y Margarida su legítima mujer, sus
padrinos Pedro de Jaén y su mujer Juana (no se indica el nombre del niño).
Una nota genealógica encontrada en la
carpeta del archivo diocesano viene a complicarnos algo las cosas, lo cual
supone, como siempre, un acicate:
Lucas
de Orduña, Vizcayno conquistador vino a esta ysla con armas y caballos,
casó con María González,
la canaria, natural de Gáldar; como consta por información de genere
protocolada ante Cayetano Truxillo en 1742.
¿Podría ser Pedro de Jaén hijo o hermano del
tal Lucas de Orduña a quien acompaña en la empresa de conquista? Si así fuera
podría entenderse cómo hijos, nietos y bisnietos suyos ostentan reiteradamente
los apelativos de Lucas o Lucana de Orduña? No tenemos constancia sin embargo
de ningún conquistador de dicho nombre por lo que estimamos que el tal Lucas
puede ser uno de los descendientes de Pedro (hijos y nietos de este
conquistador llevaron dicho nombre y apellido) a quien se le atribuyen méritos
indebidos por oscuras razones.
LOS
VASCOS Y LA
CONQUISTA DE CANARIAS
Nuestro ilustre ascendiente vizcaíno, Pedro
de Jaén, nos da pie a plantearnos qué se le ha perdido a los vascos en estas
coordenadas espaciales (las Islas Canarias) y temporales (albores de la Edad Moderna). Hemos
de decir de entrada que los reyes de Castilla contaron desde tiempo inmemorial
con la nobleza vizcaína para sus empresas de expansión territorial primeramente
en la Península y más tarde en las Islas Canarias y en Las Indias.
Consultando a nuestros historiadores,
comprobamos que Marín de Cubas acude al punto en nuestra ayuda rememorándonos
que una embarcación capitaneada por un tal Hernando de Orduña saqueó, en
complot con Bertín de Berneval, el fuerte de Rubicón en 1403, mientras Gadifer
se encontraba en el islote de Lobos. En esa incursión no solo hubo captura de
esclavos, naturales de la isla que eran aliados de los franceses, sino que
además se ejerció violencia contra las mujeres de los franceses robando la
mitad de los bastimentos que había en el fuerte, entre ellos, víveres, enseres,
armas y dos cofres de Gadifer con alhajas muy costosas. Tenemos pues a piratas
vascos haciendo correrías por las islas desde principios del siglo XV.
Millares Torres en su libro La Historia
de Gran Canaria nos amplía la información señalándonos que soldados de
fortuna sevillanos y vizcaínos asaltaban con frecuencia las costas canarias en
busca de infieles para lucrarse con su venta. La historia que Millares nos
relata a continuación fue supuestamente aportada por un indígena canario
llamado Pedro que, cristianado por ciertos cautivos castellanos, se presentó
ante los invasores franceses en uno de sus fallidos desembarcos con una nota
escrita por ellos que decía:
«En
cinco de julio de 1382, hizo viaje el navío de Francisco López, vecino
de Sevilla, del puerto de S. Lucar para Galicia, y con tormenta derrotada,
aportamos y dimos en la costa del poniente de esta isla de Canaria, en la boca
de un barranco llamado de Niginiguada, y de treinta y seis personas que
veníamos en el navío, solo salimos con vida trece por estar el mar muy furioso,
las olas reventando muy lejos de tierra, y somos los siguientes: Andrés Suarez,
Juan Romero,
Andrés Galindo, Juan
Hernández, Ignacio de Fuentes, Antonio López, Francisco
Téllez de Sevilla (hermano del capitán del navío Francisco López que
se ahogó con los demás). En dicha parte fuimos presos por los canarios y
llevados tierra adentro, a presencia del Guadarteme, señor de la isla: y cuando
entendíamos ser maltratados de ellos, merecimos que nos regalasen con carne
asada, miel y harina de cebada tostada, y nos dio libertad, poniendo penas a
todos sus vasallos para que no nos ofendiesen ni agraviasen..
Once
años ha que habitamos en Gran Canaria trece españoles en nuestra libertad, y ya
naturalizados, nos han preso los canarios y, juntamente con nosotros, unos
siete españoles, cuatro guipuzcoanos y los tres sevillanos que cautivaron en la
guerra que les vinieron a hacer estas naciones este año de 1393, y nos tienen
en una cárcel debajo de tierra: no sé lo que será de nosotros. Hemos sabido
cómo llevan muchos naturales de esta isla cautivos a España que han cogido en
otras islas, y que en esta, aunque hicieron una torre, la fuerza de los
canarios los rechazó de ella y así se embarcaron los que pudieron, aunque no se
cogieron más que estos siete aunque fueron muertos muchos canarios, por lo que
acabaremos aquí las vidas, porque los canarios son muy rigurosos y ejecutan sus
castigos inviolablemente. Solo Pedro el canario nos trae el sustento y nos
asiste. Dios nuestro señor sea por nosotros. Amén”.
Montaña Mogarenes de Ajódar |
Millares Torres considera que este texto no
es original porque su redacción no es la propia del siglo XV, afirmación que
respaldamos con el argumento añadido de que se identifica a los cautivos como
españoles cuando el texto original debía decir castellanos. Los hechos narrados
no obstante pueden ser verídicos por corresponderse cronológicamente con las
tentativas normandas de conquista de Gran Canaria. De este documento,
entresacamos la noticia de que el maestre y capitán de la nave que naufraga,
uno de los ahogados en la bahía de las isletas, se llamaba Francisco López mientras
que su hermano, uno de los supervivientes, tenía el nombre de Francisco Tello.
Observamos pues que, un siglo antes de la conquista, una emprendedora familia
andaluza ya frecuentaba las costas canarias a la busca y captura de esclavos.
Pero el hecho de armas más relevante de la
conquista de las islas en el que participan soldados vascos es sin duda la
batalla de Ajódar.
Miguel de Mujica (Michel de Moxica en las
crónicas) contino del rey Fernando, es decir, noble criado investido de
autoridad por encomienda del rey para ejercer determinadas misiones, recibe en
1482 la orden de conformar una hueste de infantes vascos para reforzar las
tropas de asalto castellanas y culminar cuanto antes la empresa de conquista de
la Gran Canaria.
Mujica era consciente de la inutilidad de la caballería y de
la importancia de ballestas y espingardas en el asalto a los roques donde se
ocultaban los últimos núcleos de resistencia.
Hace un par de años escribí en verso, en
pareados alejandrinos, un poema histórico titulado La matanza de Ajódar en el
que narraba en catorce estrofas de catorce versos de catorce sílabas los
entresijos de aquella batalla. Permítanme recitarles dos de las estrofas de
aquel poema épico:
Será por la parte del mar por donde Mujica
inicie el temprano asalto con su compañía.
Sin
esperar por los demás capitanes de guerra
por
sí solo emprende el ataque a la fortaleza
confiado
en provocar definitivos estragos
merced
a las ballestas de sus doscientos lacayos.
Sus
corazas relucen a medida que ascienden
hasta
el lugar sagrado de ‘los almogarenes’.
En
la espesura del cardonal, los asediados
se
ocultan del restallido letal de los dardos
observando
con temple cómo los asaltantes
se
aproximan al último andén, bajo su alcance.
Aguardan
inmóviles la orden de sus caudillos.
¡Los
extenuados ballesteros ya están perdidos!
Tira
la primera piedra el rebelde Tasarte,
y
al pronto mil piedras se lanzan briosas al aire
oscureciendo
por un largo instante los cielos
hasta
que se estrellan sobre corazas y yelmos.
Cuando
se alza después la añepa de Tasartico
los
insurrectos voltean ruedas de molino
y
recios troncos de pino que causan estragos
en
la serpenteante columna de vascongados.
Corre
ladera abajo un rojo río de sangre
cuando
emprenden los altahayes el contraataque,
saltando
al encuentro, entre vítores y ajijides,
de
los infortunados vascos que aún sobreviven,
blandiendo
con saña el magado, a diestro y siniestro,
quebrando
sin compasión cabezas y cuerpos.
Miguel de Mujica falleció en Gáldar días
después del asalto, en diciembre o enero de 1482, como resultado de las heridas
recibidas en la batalla cuando una rueda de molino caída del cielo le partió la crisma. Su primo Juan
de Siberio, vasco como él, recibirá en premio numerosos repartimientos pero
este linaje, que asimismo llega hasta nosotros, será objeto de estudio más
adelante. Con respecto a nuestro protagonista histórico de hoy, Pedro de Jaén,
debemos pensar, como ya adelantamos que, aunque nacido en Orduña, debió venir
con las huestes castellanas desde Andalucía, de ahí su apellido, como criado de
Pedro Tello. No creemos por tanto que formase parte de la aniquilada expedición
de Mujica sino más probablemente de las huestes venidas al mismo tiempo de la
Hermandad de Andalucía con las que se dio fin a la conquista.
LOS
HIJOS DE PEDRO DE JAÉN Y JUANA GARCÍA
Pretendemos ahora, en este apartado, hacer
una breve reseña de cuanto sabemos, que es bien poco, acerca de la descendencia
de Pedro de Jaén:
-De Antón de Orduña,
que es el primogénito de la familia, por quien sigue la línea, encontramos un
documento de 1523 en el que vemos actuando como testigo a su hermano Andrés a
quien se identifica como alguacil.
Antón
de Orduña, vº de Gáldar, reconocimiento de deuda a Diego González Rico por valor
de 3000 mrs., resto de todas las cuentas que ha tenido. Testigos: Juan de
Vargas, alcalde, y Andrés
García Jaén, alguacil, vecinos de la isla.
Hijos de Antón y de su esposa, cuyo nombre
desconocemos, son, según señala Cebrián Latasa y según se colige del testamento
de su hija: Lucas de Orduña (o de Jaén), Agustín García, Catalina
López y Constanza de Orduña (2) por quien sigue la línea.
-Catalina González, soltera, falleció
tempranamente en 1525. Su hermana Constanza es quien paga los 50 maravedíes que
costó su sepultura.
-Andrés García de Jaén casó con Ana de Cabrejas, hija
del conquistador Francisco de Cabrejas y de Catalina Hernández, hija del guayre
Autindana y nieta de Aymedeyacoán. Acerca de este linaje ya hemos hecho algunos
comentarios en nuestro artículo de esta misma serie Ascendencia Semidán:
Aymedeyacoán, faycán y guadarteme de Telde.
-Pedro de Jaén el mozo nació en torno a
1480, según podemos concluir de sus propias declaraciones cuando interviene
como testigo en 1552 en un repartimiento de tierras en Facaracas otorgado a
Catalina Pérez, viuda de Lorenzo de Feria, e hija de Hernán Pérez y María
López. En su declaración Pedro señaló que por entonces tenía 70 años poco más o
menos y que había conocido tiempo atrás al padre de Catalina.
Otra huella documental de su privilegiada
existencia la encontramos en el siguiente protocolo de 1536 ante San Clemente:
Pedro
de Jaén vº de Gáldar vende una esclava negra llamada Juana a Diego de Rojas.
-De Constanza de Orduña, la menor de los
hermanos, tenemos noticia en Los repartimientos de GC de que reclama en
1549 el título de unas tierras que le habían sido otorgadas a su padre. Vivió
por tanto hasta la edad adulta pero nada sabemos acerca de su descendencia, si
es que la hubo.
En
la noble cibdad Real de las Palmas a 18 de septiembre de 1549, petición al
Cabido de la ysla de Constanza de Orduña. Muy magníficos señores, Constanza
de Orduña, vezina de Gáldar, beso las manos de vuestras señorías e digo que
mi padre Pedro de Jaén vezino e conquistador que fue desta ysla le fue dado en
repartimiento un figueral e tierras junto con él en el valle que dizen de
Guardaya que es en término de la dicha villa de Gáldar … e porque yo no hallo
el título … pido a vuestras señorías me manden asentar el titulo de dicho higueral
e tierras.
-Sabemos finalmente que este matrimonio tuvo
un hijo llamado Lucas de Orduña que debió morir tempranamente porque no se
vuelve a saber nada de él. Esta es su partida de bautismo: Prestemos atención
en ella a los ilustres padrinos cuya presencia en la ceremonia parece dar
respaldo a la presunción de ascendencia indígena de la esposa de Pedro de Jaén:
Lucas
(al margen): Domingo en 21 días del mes de noviembre de 507 años bateó Pedro de
Jahen un gijo legítimo de Juana su mujer por nombre Lucas, sus padrinos Arriete
de Betancor y Luisa, hija de Fernando de Guzmán.
CONSTANZA
DE ORDUÑA(2) Y FRANCISCO DE GODOY
La continuidad de la estirpe a través de
Constanza de Orduña podemos conocerla con más detalle gracias a la huella
documental de su testamento y esta nota genealógica acerca del que fue su
esposo, Francisco de Godoy, localizada en la carpeta del Archivo Diocesano:
Ante
Matías Espino Peloz año de 1631 se hizo información de génere de Francisco Godoy y
Constanza de Orduña y de ella resulta que Francisco de Godoy vino a la isla de
Tenerife de conquistador y que casó con Constanza de Orduña, que tenía hermanos
en España y que se escribían de Esturia (sic), Sevilla o Baeza o de allí cerca,
que era gente principal solariega.
Acerca de este documento, protocolado a
principios del siglo XVII, hacemos las siguientes reservas:
-No consta por ningún lado que Francisco de
Godoy haya sido conquistador de las islas. La inclusión de los “Godoyes” como
tales conquistadores en las crónicas se hizo tardíamente, como un aditamento
posterior a la obra original, como nos señala Morales Padrón en su introducción
a Canarias: Crónicas de la Conquista.
-El hecho de que no se determine la
procedencia de Francisco de Godoy dándose nombres tan dispares como Asturias y
Andalucía para designar los lugares donde viven supuestos hermanos del
candidato con los que se escribe activaría todas las alarmas de un historiador.
No dudamos de que su familia fuese gente solariega, es decir, propietaria de
tierras pero tenemos muchas dudas en cuanto al calificativo de principal, a
menos que así se quiera señalar a todos los hijosdalgo castellanos, muchos de
los cuales no tenían ni donde caerse muertos.
De mayor valor genealógico por su fiabilidad
es sin duda el testamento de su esposa Constanza de Orduña dictado en Gáldar a
17 de agosto de 1563 ante el escribano Diego Flores de San Juan. De él
extraemos la información genealógica siguiente:
Nombro
por Albaceas a Francisco de Godoy (2) mi hijo e Hernán Domínguez …Y cumplido e
pagado este testamento dejo por mis herederos a Francisco de Godoy, Lucana de
Orduña e Asencio de Orduña y a Ygnes de Godoy, mis hijos legítimos.
Como respaldo de lo antedicho, con el
añadido de una hija que no consta en sus últimas voluntades por haber fallecido
presuntamente antes de 1563, y con la identificación de Hernán Domínguez como
yerno de Constanza y Francisco de Godoy, adjuntamos el siguiente extracto de
protocolo que por desgracia no está fechado:
Poder
de Juana e Ignes de Godoy, hijas legítimas de Francisco de Godoy y de Constanza
de Orduña, sus padres difuntos, a favor de su cuñado Hernán Domínguez, vecino
de Gáldar, Juan López,
procurador de causas, y Juan de Palenzuela, general, para que les defendiesen
en todos los pleitos y causas que se les ofreciesen
Tenemos noticias por último de otro hijo de
Constanza y Francisco de Godoy, que también debió fallecer antes de que su
madre testara, llamado Lucas de Orduña, quien, casado con Inés de Calderón tuvo
a Francisca de Godoy, la cual, casada a su vez con Fernando de Carvajal y
Quintana, tuvo como hijo a Diego de Carvajal y Guanarteme un historiador galdarense del siglo XVII (ver el artículo así titulado de Alejandro Moreno en
InfoNortedigital.com).
En relación con Francisco de Godoy (2)
tenemos la certeza de su matrimonio con María Mayor, una de las hijas de Hernán
Domínguez 1 y de Bastiana Mayor, la primogénita de Catalina Hernández
Guanarteme. Este matrimonio tuvo descendencia: su hija Alejandra de Godoy casó
con Melchor Próceles Rodríguez de Orihuela con el que tuvo por hijos a María de
Figueroa, Francisco Próceles, Diego Próceles y Lucana de Godoy.
LUCANA
DE ORDUÑA Y HERNÁN DOMÍNGUEZ
La línea sigue, en el cuadro genealógico que
hoy desarrollamos, por Lucana de Orduña casada con Hernán Domínguez.
Conservamos gracias a la información
practicada por uno de sus descendientes de fines del XVIII una copia del
testamento de este Hernán Domínguez, esposo de Lucana, otorgado en Gáldar en
1599 ante el escribano Juan de Quintana cuyo extracto les mostramos:
Ytem
declaro que yo fui casado con Lucana de Orduña mi mujer, que haya gloria, y
durante el dicho matrimonio hubimos y procreamos por nuestros legítimos hijos:
a Julián de Godoy y Antonio de Orduña que son fallecidos y a Juan Asencio y
Gaspar Domínguez y a María de Voz Mediana que casé con Lázaro de Reyna y a
Clementa Domínguez y Catalina de Godoy y a Anna María, doncella, y recibí en
dote con la dicha mi mujer las tierras y asiento de las Tres Palmas, todo calmo
y no recibí otra cosa
Ytem
declaro que doté a mi hija María de Voz Mediana para casarse con Lázaro de
Reyna. Y que a mi hijo Gaspar Domínguez, estando él casado, yo le he dado a
cuenta de la legítima una casa en Moya en 30 doblas y por otra parte, siendo
soltero, me llevó en vacas y ovejas como 40 doblas.
Caserío de Tres Palmas |
Ytem
declaro los bienes que al día de hoy tengo: Primeramente las casas donde al
presente vivo que hube y compré a Juan González Calcines.
Ytem una casilla canaria junto a las casas de mi hermano (quiere decir su
cuñado) Francisco de Godoy. Ytem dos cuevas encima del parral de María de Vega.
Ytem otras dos cuevas que están junto al parral de Cherinos. Ytem unas casas en
las Tres Palmas con una viña y un pedazo de tierra, sacado lo que di al dicho
Lázaro de Reyna.
Tendré
como ocho pipas de vino y los cascos también son míos, como 20 fanegas de trigo
y otras 20 de cebada y como 8 o 9 de centeno y 40 fanegas de millo poco más o
menos y ajuar y preseas de casa que dijesen mis hijos. Y un caballo rucio
ensillado y enfrenado, lanza y espada y el hato de servir. Una yegua castaña y
una potranca morcilla, dos bestias asnales, ocho bueyes de arada, cuatro o
cinco novillos de dos años…como 25 o 26 vacas y becerros entre chicas y grandes
400 ovejas y carneros
Nombro
por albaceas a Juan Asencio y Catalina de Godoy mis hijos.
Testigos:
Juan Glez de Quintana, Gabriel Ruiz, Massión de Betancor, Melchor de Almeyda y
Jerónimo de Miranda vecinos de Gáldar.
Por suerte para esta investigación contamos
igualmente, gracias a la información de nobleza citada, con el testamento de la propia Lucana de
Orduña, fallecida antes que su marido, que fue dictado ante Mateo Gil Piñero en
1585.
Ytem
digo y declaro que yo soy casada con el dicho Hernán Domínguez mi marido y al
tiempo que nos casamos yo traje por mis bienes dotales las tierras de Tres
Palmas que servían de sembrar pan en ellas y no otra cosa, y durante el
matrimonio las fuimos rompiendo y cercando, y hecho casa y plantado viña por
manera que se ha mejorado con nuestra industria, costa y trabajo y al tiempo
que Constanza de Orduña mi señora madre me dio las dichas tierras poseía otros
muchos bienes raíces como eran las tierras de Layraga y la suerte de tierra y
agua de la Vega menos una sesma (¿) y casas y parrales y tierras de pan en
Facaracas de todo lo cual yo tenía mi parte como una de cinco hijos y herederos
y de conformidad entre todos fuimos de acuerdo que yo renunciase todo lo que en
lo demás bienes pudiese haber y me quedase con las dichas tierras de las Tres
Palmas y ellos asimismo hiciesen dejación y tresspaso de lo que en ellas les
pudiese caber y de ello hicimos escritura en forma ante Diego Flores de San
Juan escribano público de estas villas declarolo asi para que en todo tiempo se
sepa la verdad.
Ytem
digo y declaro que durante el matrimonio con el dicho mi marido casamos a mi
hija María de Voz Mediana con Lázaro de Reyna de mutuo acuerdo y voluntad y le
dimos en dote y casamiento quinientas doblas como parecerá ante Juan de
Quintana escribano público destas villas
Nombro
por albaceas a Hernán Domínguez, mi marido, y a Juana de Godoy, mi hermana. Y
después de cumplido y pagado este testamento…dejo y nombro por mis herederos
universales a Juan Asencio y Gaspar Domínguez y María de Vos Mediana, mujer de
Lázaro de Reyna, y Catalina de Godoy y Clementa Domínguez y Anna María mis
hijos y del dicho Hernán Domínguez.
El listado de la descendencia de este
matrimonio podemos completarlo, gracias a distintos aportes documentales, del
siguiente modo: Julián de Godoy, Antonio de Orduña (fallecidos con antelación a
1585 fecha en la que su madre dicta testamento); Juan Asencio Domínguez; Gaspar
Domínguez, por quien sigue la línea; María de la Voz Mediana, casada
con Lázaro de Reyna; Catalina de Godoy, casada con Manuel Álvarez; Clementa
Domínguez, casada con Juan Castro; y finalmente Ana Mª Domínguez.
GASPAR
DOMÍNGUEZ Y JACOMINA DE ARMAS
Aunque Gaspar Domínguez muere sin haber
podido testar en presencia de escribano “por estar en el campo” conservamos sus
últimas voluntades gracias a un procedimiento judicial (pedimento) incoado por
su hermano Juan Asencio Domínguez en el que este declara, teniendo como testigo
a su cuñado Lázaro de Reina, que su hermano, antes de morir, le había nombrado
su procurador testamentario. Una vez hecha la probanza por la que fue nombrado
su legítimo albacea, Juan Asencio dicta las últimas voluntades de su hermano
ante Juan de Quintana en 1614 que incluye cláusulas, entre otras, del tenor
siguiente:
EXTRACTO DEL TESTAMENTO DE GASPAR DOMÍNGUEZ
Sepan
cuantos esta carta de testamento vieren como yo Gaspar Domínguez de Godoy
vecino en la villa de Gáldar (fórmulas de fe)…Ytem mando que si de la
enfermedad que tengo fuere Dios servido de llamarme de esta presente vida que
mi cuerpo sea enterrado en la Iglesia de Gáldar en la sepultura de mi padre.
Yten
declaro que tengo de hacienda una suerte de tierras en las Tres Palmas…Ytem las
cuevas donde hoy moro que se dicen las Cuevas blancas. Ytem más una yunta de
bueyes y un hatajo de puercos y una bestia de servicio y un pedazo de huerta.
Ytem digo y declaro que está en casa de María de Armas en la ciudad una ropa de
raseta mas una ropilla …de hombre. Ytem más una sabana de cinco varas y una
espada. Mando que toda esta ropa se le dé y entregue a mis albaceas que son mi
hermano Juan Asencio de Godoy y Jerónimo de Trujillo.
Fecho
en las Tres Palmas a 31 de Julio de 1614 siendo testigos Lázaro de Reyna y Martín Suárez y Juan
de Reyna y Pedro Acedo y Albertos Marrero y Juan de Godoy y Francisco Mireles
vecinos todos de esta isla y yo el dicho Gaspar Domínguez de Godoy por no saber
firmar rogué a mi compadre Lázaro de Reyna que firmase por mí”.
Aunque Juan Asencio se nombra a sí mismo en
diversas ocasiones como receptor de determinados bienes otorgados por su
hermano se olvida por completo de citar a su legítima esposa Jacomina de Armas, hija de Jerónimo Trujillo, uno de los albaceas nombrados, y a toda su prole. La merma la suple Juan Ramón
García Torres, nuestro extraordinario colaborador, dándonos a conocer el
listado de los hijos de dicho matrimonio nacidos en Moya, su lugar de
residencia por entonces:
Lucana, se bautizó en Octubre de 1595. Padrinos Juan Asencio y
Ana María, hijos de Hernán Domínguez.
Diego 1, se bautizó el 10 de Enero de 1599 Padrinos Lázaro Amoreto y su
mujer Pelegrina de
Azuaje, (debió de fallecer antes de 1603, ya que bautizan a
otro Diego).
Hernando, se bautizó el 22 de Abril de 1601. Padrinos Ambrosio de
Palenzuela y María de San Juan su mujer.
Diego 2, se bautizó el 29 de Julio de 1603. Padrinos Juan Asencio y
Clementa Domínguez (hermanos de su padre).
María, se bautizó el 30 de Diciembre de 1605. Padrinos Juan Gallego y
María Trujillo.
Ahora entendemos la razón de que ninguno de
sus hijos haya podido participar en el albaceazgo de los bienes de su padre:
eran todos menores de edad. Lucana, la mayor, tenía 19 años cuando este
fallece, Hernando, 13 años, Diego, 11, y María, tan solo 9. El hecho de que
tampoco sea citada su esposa, Jacomina de Armas, nos lleva a pensar que esta
también podía haber fallecido para entonces. Lo cierto es que no aparecen hijos
de este matrimonio registrados en la Iglesia de Moya a partir del año 1605.
De aquellos que están registrados tenemos
constancia, gracias al protocolo que al pie de este párrafo les mostramos, de
que acceden a la edad adulta los siguientes: la mayor, Lucana de Orduña, casada
con Marcos Martín
Jiménez, con descendencia; Hernando Domínguez, casado en Guía
en 1628 con María de los Ángeles, sin descendencia, tal y como se recoge en su
testamento; y Diego Domínguez por quien sigue la línea, igualmente con
descendencia. Debieron pues haber fallecer tempranamente no solo Diego 1 sino
también María.
-Poder de Diego Domínguez, septiembre de
1644, ante Diego Carvajal de Quintana:
Sepan
cuantos esta carta de poder vieren como nos Diego Domínguez hermano de Fernando Domínguez hijos
legítimos de Gaspar Domínguez e nietos de Fernando Domínguez vecinos
que son e fueron de esta Villa de Guía; e Marcos Martín Jiménez,
asimismo vecino de la dicha villa, como tutor de María Jiménez su hija
legítima e de Lucana de Orduña, hermana del dicho Diego Domínguez e hija e
nieta de los antedichos, otorgamos e conocemos por esta presente carta ambos a
dos de mancomún y cada uno por sí in solydum …a Fernando Domínguez hermano
de mí e de la mujer del dicho Martín Jiménez para que por nos y en nuestro nombre
pueda lingar e lingue todos e cualesquiera bienes raíces e muebles que hayan
quedado por fin y muerte de los dichos Gaspar e Fernando Domínguez padre
e abuelo de mí el dicho Diego Domínguez e abuelo e bisabuelo de la dicha María Jiménez,
hija legítima de Lucana de Orduña su madre e de mí el dicho Marcos Martín Jiménez.
DIEGO DOMÍNGUEZ Y MELCHORA DE SANTIAGO
Para documentar la siguiente traviesa de la
escala genealógica les mostramos a continuación un extracto del testamento de
Melchora de Santiago, mujer que fue de Diego Domínguez, otorgado en el año 1663
ante Cristóbal Suárez de Medina:
Yten
declaro que Yo soy cassada y Belada en has de la Santa Madre Yglesia
con Diego Domingues vesino de esta villa y hemos procreado por nuestros hijos
lejitimos de lejitimo matrimonio y hemos tenido por nuestros hijos lejitimos a
María y Bernardo y me dieron en dote y casamiento por lejitima que a mi tocó
como uno de los herederos de mi padre Sebastian Domingues e Ygnes Hernandes un
pedaso de viña y tierra calma que linda por una parte el barranco que disen de
Galdar y por la parte de abajo con una parte de mi hermana Beatris Hernandes y
por la parte de arriba con Christoval Domingues mi hermano. Y en el barranco de
Galdar donde disen sercado de Juan Batista me tocaron siete almudes de tierra
de sembradura labradias.
Yten
declaro que yo largue del omenaje de cassa todo y una baca a Beatris Hernandes
mi hermana mando no se le pida cuenta, que esta es mi boluntad.
Y para pagar y cumplir este mi testamento mandas y legados en el contenidas dejo y nombro por mis albaseas testamentarios a mi marido Diego Domingues y a Esteban Sambrana mi compadre.
Y para pagar y cumplir este mi testamento mandas y legados en el contenidas dejo y nombro por mis albaseas testamentarios a mi marido Diego Domingues y a Esteban Sambrana mi compadre.
Y
pagado y cumplido este mi testamento y las mandas en el contenidas dejo y
nombro a los dichos mis hijos María José y a Bernardino por mis
universales herederos en todos mis bienes derechos y acciones que me pudieren
tocar en todo tiempo y revoco y anulo otros y cualesquier testamentos que Yo
antes de este haya fecho para que no valgan sino este que ahora otorgo ante el
presente escribano en las casas, digo cuevas, de mi morada en esta villa de
Galdar en trece del mes de Junio de 1663 años y la otorgante que doy fee
conozco no firmó porque dijo no saber, a su ruego lo firmó un testigo siendolo
presentes Marcos de Medina, Lucas de Oliva, Manuel Cabrera y Gaspar
de Sosa vecinos de esta villa de Galdar.
Al listado de hermanos de Melchora, hija de
Bastián Domínguez e Inés Hernández, que ella enumera en su testamento, hemos de
añadir a Juan Domínguez
(1620-1693) casado con Inés de Franquis y con Juana
Dumpiérrez. Podemos además ampliar la información acerca de Beatriz Hernández (1632-1692)
que casó con Juan de Miranda Alemán y asimismo acerca de Cristóbal Domínguez
que casó con María Lorenzo, hija de Juan Domínguez Falcón
y Leonor de Ojeda. Este último matrimonio no conllevó dispensa por lo que
podemos asegurar que, al menos en las cuatro generaciones anteriores, los
Domínguez de Gáldar no tienen relación de parentesco con los de Teror,
asociados estos últimos al apellido Falcón.
De los dos hijos que Melchora de Santiago
declara tener en su testamento señalamos que el varón, Bernardino o Bernardo Domínguez,
casó con Melchora de los Reyes con quien tuvo descendencia y que María José,
por quien sigue la línea, casó con Gaspar de Guzmán. A partir de aquí comienza
la saga de los Guzmán de Gáldar que ya ha sido analizada en anteriores trabajos
por lo que damos por concluido en este escalón nuestro descenso por la escala
genealógica.
No obstante, aunque se trata de un colateral,
para terminar esta primera parte del artículo, creemos conveniente reflejar
unas notas acerca de Hernán Domínguez, hermano de Diego e hijo de Gaspar
Domínguez y Jacomina de Armas. Sabemos que este Hernán casa en Guía en 1628 con
Inés de los Ángeles, hija de Jerónimo Alonso y de María de los Ángeles, y que
en esa misma localidad testará ante Salvador González (¿1648?)
nombrando como heredera a su esposa “por no tener herederos forzosos” e
identificando como beneficiaria de ciertos bienes a Agustina Ramírez, hermana
de su mujer.
En beneficio de los interesados en el
apellido Ramírez en las medianías del norte de Gran Canaria diremos que el
testamento de su suegra, María de los Ángeles, otorgado en 1601, contiene la
relación de toda su descendencia: Agustina Ramírez; Ana de Betancor, casada con
Salvador Pérez; la ya citada Inés de los Ángeles; Jerónima María, casada con
Sebastián Pérez; y Antonio Betancor. Asimismo dicho testamento permite la
identificación de alguno de los hermanos de María de los Ángeles: Gaspar
Ramírez, casado con Melchora Ramos; Isabel Ramírez; Melchora Ramírez; e incluso nos
identifica a los padres de la testadora: María Ramírez y Tadeo
Hernández.
El motivo de esta acotación, como puede
comprobarse en la ilustración adjunta, es el de situar el inicio del
procedimiento judicial por el que, a finales del siglo XVIII (en 1774), un
descendiente de una de las hermanas de Inés de los Ángeles reclama una
capellanía teniendo que demostrar el origen de las propiedades a través de una
extensa y bien documentada información genealógica que nos ha resultado
providencial para reconstruir la ascendencia de los Domínguez y Orduña de
Gáldar.
NOTA: La
segunda parte de este artículo versará sobre el origen de Hernán Domínguez, el
esposo de Lucana de Orduña, planteando algunas propuestas que pensamos que de
seguro van a ayudar a resolver el enigma de los Domínguez de Gáldar y su
extraña relación con la familia real canaria.