viernes, 8 de octubre de 2021

CURBELO. GENEALOGÍA DE UN APELLIDO CANARIO CON CINCO SIGLOS DE HISTORIA ENTRE LANZAROTE Y TENERIFE

 DANIASA CURBELO

“Nuestro apellido viene de Lanzarote”. Es la frase con la que siempre me respondía Rosy, mi madre, cuando preguntaba algo sobre el pasado de nuestra familia y sobre    el apellido “Curbelo”. Me lo decía completamente convencida, sin lugar a dudas, aunque no tuviera ninguna certeza ni prueba que lo confirmara. Ella nació en Caracas, pero mi abuelo Antonio y mi abuela Saro migraron desde Tenerife el 6 de septiembre de 1964. Y allá en Venezuela se quedaron casi veinte años. Nunca imaginé que con el tiempo, esta firme creencia materna se iba a verificar y confirmar.

Todo fue a partir de conocer, casi de casualidad, que existe en Canarias un equipo de investigación profesional experto en reconstruir genealogías. Así fue como contacté por correo electrónico con “ESGECAN - Estudios Genealógicos Canarios”, comentando mi caso y mis ganas de escarbar un fisquito en mi historia familiar. Recuerdo que fue Guacimara Ramos, la directora del proyecto, quien me respondió muy amablemente para conocer todos los datos posibles que yo tenía y acordar un presupuesto para la investigación. También me explicó en qué consistiría el proceso, a dónde hay que acudir, los ritmos, los plazos... y todo lo que posteriormente se desarrollaría en seis meses de trabajo. ¡Seis meses de investigación! Así fue que le dije mi nombre completo, mi fecha de nacimiento, donde nací, los nombres de mi padre y mi madre, y -dado que la genealogía se reconstruiría a partir de mi apellido materno- también compartí con ella los nombres y apellidos de mi abuelo Antonio y mi abuela Saro. “Mi madre siempre me ha dicho que nuestra familia viene de Lanzarote, pero no tengo ni evidencias ni pruebas, nosotros somos del norte de Tenerife, entre Garachico y Buenavista está toda la familia que yo conozco”, le escribí en uno de los correos. A lo que la investigadora me respondió que de ser así, temía que no pudiera encontrarse mucha información dado que Lanzarote es la isla de todo el Archipiélago que más deteriorados tiene sus archivos, ya sea por incendios en antiguas parroquias donde se conservan partidas de bautizo o bodas, o por los continuos ataques piráticos que sufrió la isla hace siglos.

Entonces comenzó la investigación. Las profesionales se desplazaron a los archivos parroquiales de municipios como Garachico, Los Silos o Santiago del Teide, en la búsqueda de documentos que permitieran reconstruir la genealogía. Cada pequeño avance que se hiciera se me notificaba y comunicaba, de algún modo sentía que estaba formando parte de este proceso y eso me entusiasmaba muchísimo. A partir de este punto, quiero compartir los nombres e información de cada uno de mis antepasados y antepasadas del apellido “Curbelo”, con la ilusión de que mi familia del norte de Tenerife, la que vive en La Caleta de Interián, Garachico, Los Silos y Buenavista, así como la que vive en otros municipios, islas o -quien sabe- emigró a América, también puedan conocer esta genealogía de un apellido común.

Rosy, mi madre, es una de las hijas que Antonio Curbelo Lorenzo (o Ñito, como lo conocían), y Rosario (Saro) Pérez Martín tuvieron en su matrimonio. Abuelo Antonio nació en Garachico el 27 de marzo de 1935 y falleció en el año 2004. Aún recuerdo su risa, su piel morena y sus cejas pobladas, sus ganas de bailar aún con el cáncer de pulmón avanzado y el olor a tabaco Krueger que salía del bolsillo de su camisa. Él era hijo de Tomás Antonio José Curbelo Viña y Buenaventura (Ventura) Lorenzo González, mis bisabuelos. Las hermanas y hermanos de mi abuelo Antonio son Rosa, Carmen, Estela, Nieves, Remedios, Nena, Tomás y Manuel.

A mi bisabuelo no lo conocí pero a Ventura si la recuerdo. Era una mujer con mucho rejo, con los pelos canosos teñidos de azul o violeta con sus ochenta y pico años, algo muy peculiar para una mujer natural de San Pedro de Daute (1) que trabajó como jornalera junto a su marido. Tomás nació el 16 de septiembre de 1907 en Santiago del Teide, un municipio que se reparte al sur del macizo de Teno. A partir de Tomás, las anteriores generaciones de “Curbelo” se sitúan todas en este mismo municipio: su padre Graciliano Curbelo Jiménez -mi tatarabuelo-, hijo de Cecilia Curbelo Jiménez -curiosamente no se conoce el nombre del padre Graciliano, muy posiblemente por ser hijo ilegítimo, adoptando ambos apellidos de su madre Cecilia- y Antonio Curbelo Gorrín, padre de Cecilia. Este último, que se casó con María Jiménez Rodríguez, nació muy para mi sorpresa el mismo día que mi cumpleaños, un 29 de julio, solo que ciento setenta y nueve años antes que yo, en 1816.

Fotografías de mi abuelo Antonio Curbelo y mi abuela Rosario Pérez, 

     extraídas de sus pasaportes con los que emigraron a Venezuela.


Pero las sorpresas no acabarían con este último antepasado, dado que Antonio fue hijo de Blas Curbelo Lemos y Elena Gorrín González, que contrajeron matrimonio en la parroquia de San Fernando de Santiago del Teide en 1815. Ella era natural del municipio y él… ¡de Lanzarote! Más concretamente nació -aproximadamente- en 1790 en Femés, que pertenece al municipio conejero de Yaiza. En la obra de Nelson Díaz Frías, Linajes del Valle de Santiago (siglos XVI-XX) Tomo I. Un estudio genealógico acerca del municipio de Santiago del Teide, encontramos referencias a más hermanos de Blas.

Cuando conocí este dato hice automáticamente una llamada: “¡Má, al final tenías razón! Nuestro apellido vino de Lanzarote a principios del 1.800”, le dije con mucha emoción y seguidamente le conté todo lo que sabía hasta el momento gracias al trabajo que estaba adelantando “ESGECAN”. Ya a partir de este punto las generaciones anteriores a Blas Curbelo son todas originarias de Lanzarote. “¿Por qué habrá venido a Tenerife?”, me he preguntado muchas veces. Entonces me dio por investigar un poco por mi cuenta y aunque es imposible saber con exactitud el motivo que llevó a Blas Curbelo migrar desde Yaiza a Santiago del Teide, lo cierto es que a finales del siglo XVIII y principios del XIX se sucedieron varias olas migratorias desde Lanzarote a otras islas del Archipiélago así como a otros territorios, tras las erupciones del volcán de Timanfaya en 1730. Pero de este suceso histórico prefiero hablar un poco más adelante. Blas fue hijo de Juan
Curbelo García, quien se casó con Bernarda Lemos el siete de noviembre de 1781 en Femés. A su vez, Juan fue hijo de Andrés Curbelo Borges, nacido el treinta de junio de 1726 y quien contrajo matrimonio con María Antonia García Pérez el siete de julio de 1749 en Femés.



Este mapa de Lanzarote (con El Hierro en la esquina superior izquierda) se elaboró a finales del siglo XVIII con el fin de servir de apoyo para la elaboración de censos de todo el Archipiélago canario. Fueron publicados en el Atlas particular de los Reynos de España, Portugal e islas adyacentes. El encargado de su realización fue el geógrafo Tomás López entre 1779 y 1780. Fuente: Manuel Mora Morales.

 

La generación anterior a la de Andrés Curbelo Borges también traería sorpresas. Su padre se llamaba Juan Lorenzo Curbelo (“Lorenzo” es parte de su nombre compuesto, no un apellido) y fue nada menos que un hermano de Andrés Lorenzo Curbelo, ¡el conocido párroco de Yaiza autor del único testimonio que se conserva de las erupciones del volcán de Timanfaya en 1730! Afortunadamente el texto se transcribió en el siglo XIX y se puede encontrar fácilmente en Internet.

"El día 1 de septiembre de 1730, entre las nueve y las diez de la noche, la tierra se abrió en Timanfaya, a dos leguas de Yaiza... y una enorme montaña se levantó del seno de la tierra..."

Tras la erupción del Volcán de Timanfaya, que estallaría incansablemente hasta 1736, Lanzarote se transformó por completo. Nueve pueblos quedaron enterrados (Tingafa, Mancha Blanca, Las Maretas, Santa Catalina, Jaretas, San Juan, Peña de

Plomos, Testeina y Rodeos) y durante esos seis años la lava se extendió por la zona sur cubriendo un cuarto de la isla y llenándolo todo de cenizas volcánicas (2). La economía insular, abastecida del sector primario y la exportación de alimentos a otras islas del Archipiélago (en esos años Fuerteventura y Lanzarote se conocían como el "granero" de Canarias), causaría la migración de muchas generaciones conejeras por hambre y pobreza, como posiblemente sucedería con Blas Curbelo. Uno de los momentos más sorprendentes y emocionantes de todo este viaje al pasado tuvo que ver, y agarrénse los machos, con un libro. Dos días después de conocer la consanguinidad con Andrés, el párroco de Yaiza, fui a una librería de segunda mano de Santa Cruz. Entre las estanterías donde se depositan los libros había una sección titulada “Canarias”, y yo acercé el jocico para golifiar lo que había por allí. Entre todos los libros que había me llamó la atención uno de color negro, con la portada salpicada de colores rojos y naranjas que al cogerlo identifiqué como lava volcánica. Su título: “Chimanfaya”. Recuerdo que me sorprendí mucho por la casualidad, pero no tendría nada que ver con la emoción que me dio al ojear la sinopsis. Un calor muy grande me invadió cuando leí:

  “Don Andrés Lorenzo Curbelo presencia el nacimiento del primer volcán de                         Chimanfaya     en 1730. Desde ese día, varios personajes influyentes de la época se unen     con un único propósito: sobrevivir al fuego, al hambre y la sequía en una isla que parecía     querer echarles”.

"Chimanfaya" (Grupo Editorial Letrame) es una novela histórica publicada en 2017 por el escritor gomero Gonzalo Barrera Rodríguez. "El libro cuenta la historia de cinco hombres. Dos sacerdotes, un campesino, un sargento, un alcalde y un burgués, que se unen para formar una junta para ayudar a la población de Lanzarote a superar las erupciones del Timanfaya (son más de 25 volcanes los que componen el Parque Nacional) en 1730. El hambre, las revueltas, los intereses personales, las pequeñas tragedias, todo se mezcla en una historia que se resume en cómo se sobrevivió a la Pompeya de Canarias” (3). Cuando terminé de leer la novela no pude evitar buscar el contacto de Gonzalo Barrera para agradecerle que hubiera publicado esta historia. Si bien la trama tiene pinceladas de ficción, especialmente en un plano afectivo que involucra a Andrés Lorenzo Curbelo, la narración de los hechos históricos se apoya en una profunda investigación. El autor fué capaz de crear una de las mejores novelas históricas de Canarias que haya leído hasta ahora, no sólo por su documentación sino por la complejidad emocional de sus personajes adaptada a la época y las circunstancias.Una historia en la que se cruzan la muerte, el deseo, el colonialismo, el miedo y la disidencia sexual, en una isla que se destruye a sí misma con lava y fuego pero, a su vez, adopta una nueva forma y orografía. Gonzalo me respondió muy emocionado a mi mensaje y sorprendido de que una lejana pariente de Andrés Lorenzo Curbelo, el párroco de Yaiza, le estuviera escribiendo a propósito de su novela casi tres siglos después de la erupción del Timanfaya.

 

Mapa de Lanzarote con la erupción del Volcán Timanfaya de 1730.

Reproducción del original. Archivo General de Simancas.


Siguiendo con la genealogía del apellido, la investigación pudo retroceder otras cuatro generaciones más atrás. Así pues, el padre de Juan Lorenzo Curbelo -el hermano del párroco de Yaiza-, fue Andrés Lorenzo Curbelo. En este punto hay que aclarar que Andrés Lorenzo Curbelo (padre de Juan) se casó con Jacobina Rodríguez, la madre de Juan, pero que este mismo Andrés tendría otras dos esposas más: Juana Perdomo, la madre del párroco y de otros tres hijos, y María González, con la que también tuvo descendencia. Andrés Lorenzo y Jacobina debieron nacer sobre 1660 aproximadamente.

Andrés Lorenzo Curbelo fue hijo, a su vez, de otro Andrés Lorenzo Curbelo, natural de Lanzarote, que contrajo matrimonio con Isabel Suárez el treinta y uno de mayo de 1655 en Teguise. Según el documento de sus nupcias, Andrés Lorenzo fue hijo de Pedro Curbelo y Juana Perdomo. Gracias a la plataforma FamilySearch, encargada de cotejar y manejar datos genealógicos a nivel mundial, pude descubrir la continuidad familiar de mi antepasada Juana Perdomo (1580-1629): Juana fue tataranieta por vía paterna del francés Marciot II Prudhomme de Béthencourt (1440-1523) y la indígena canaria Luisa Tenesoya de Guanarteme (1443-1531), siendo Luisa Tenesoya hija de Aymedeyacoan el Faycán de Telde y Catalina Sánchez, otra indígena de Gran Canaria bautizada con nombre y apellidos castellanos. Y por otro lado, el propio Marciot II Prudhomme de Béthencourt fue nieto por vía materna de la “princesa” María de Teguise (1392-1440), la indígena de Lanzarote e hija de Guadarfía que tuvo descendencia con el conquistador europeo Maciot de Bethencourt.

  Así pues, con esta continuación genealógica pude conocer que una antepasada directa -Juana Perdomo- fue descendiente por dos vías familiares distintas de los habituales mestizajes que se dieron entre población europea e indígena canaria a partir de la Conquista del Archipiélago (1402-1496). De estos mestizajes cabe recordar que no siempre eran consentidos, también el resultado de los matrimonios forzosos o violaciones a mujeres guanches.

Pedro Curbelo, el marido de Juana Perdomo, nació aproximadamente sobre 1570, aunque solo tenemos la información de su fallecimiento el cual sucedió en 1629, año en el que firmó su testamento. Investigando en varios portales de genealogía, ESGECAN pudo corroborar que Pedro Curbelo fue hijo de Simeón Curbelo y Grimanesa Afonso, ¡ambos nacidos en la isla de Madeira! El nacimiento de Simeón y Grimanesa estaría en torno a 1550 aproximadamente, llegando a Lanzarote en la segunda mitad del siglo XVI dado que su matrimonio se celebró en el municipio de Haría en 1570. A partir de este punto solo queda lugar a la especulación y la incertidumbre. ¿Serían Simeón y Grimanesa originarios de Madeira? ¿O pertenecería alguno de ellos -o ambos- al colectivo de personas canarias que fueron llevadas a Madeira como mano de obra esclava para las plantaciones de caña de azúcar? Los canarios y canarias esclavizadas a partir de la Conquista (1402-1496) solían adoptar los apellidos de sus “amos”. La historiadora canaria Ana Viña Brito y el historiador portugués Alberto Vieira (5) sostienen que:

“Desde antes de la conquista de este archipiélago eran frecuentes los viajes organizados para obtener esclavos, como por ejemplo el protagonizado, en 1445, por el madeirense Álvaro de Ornelas que se desvió a la isla de La Palma donde tomó algunos indígenas que llevó a Madeira”.

O por el contrario, ¿serían mis antepasados Simeón Curbelo y Grimanesa Afonso esclavistas? El historiador español Fernando Bruquetas de Castro (6) afirma en una investigación dedicada a la existencia de esclavitud en Lanzarote a comienzos del s. XVII que:

“En general, los portugueses destacaron en el comercio de esclavos; pero serán los mercaderes madeirenses, tanto de paso como avecindados en Lanzarote, los que casi llegaron a monopolizar el mercado entre ambas islas, llegando a formar un grupo significativo e integrado en la propia sociedad lanzaroteña (...) La incidencia de portugueses en el tráfico negrero, se produce por un excedente de mano de obra esclava que se estaba produciendo en Madeira, por causa de la disminución de la producción azucarera (...) Las circunstancias locales y regionales harán de Lanzarote la isla de mayor afluencia de lusitanos desde finales del s. XVI hasta mediados del s. XVII” (Bruquetas de Castro, 1995: 37-38).

Postal de MADEIRA (Portugal) Apanha de Canas, Caña de azúcar (década de 1910)

Sin embargo, el mismo autor afirma que las personas esclavizadas eran intercambiadas en Lanzarote por trigo y cebada, también por dinero, y lo significativo es que “estos esclavos constan en la documentación como originarios de Madeira (...) siendo su origen real el continente africano” (pág 39). Igualmente, comprobé en la relación de nombres y apellidos de compradores y vendedores esclavistas entre 1618 y 1650 en Lanzarote, realizada por el mismo autor, que significativamente no aparece ningún apellido Curbelo (en cambio si Perdomo, Saavedra, Betancor, Cabrera, etc.).

Por lo tanto, hoy por hoy no tengo manera de saber a ciencia cierta la historia de Simeón Curbelo y Grimanesa Afonso. Sea como sea, el investigador canario Francisco García-Talavera Casañas (7), en su libro dedicado a divulgar los orígenes de sesenta y nueve apellidos canarios, afirma en su capítulo “Apellidos canario-portugueses” que la industria del azúcar se convirtió tras la conquista de Canarias en el principal motor económico del Archipiélago. Esta actividad trajo consigo a un gran número de especialistas portugueses fundamentalmente de Madeira, junto a Azores, como punto de origen. No obstante, fueron las islas de Tenerife, Gran Canaria y La Palma las que recibieron el mayor porcentaje de población lusa, y no Lanzarote como es en mi caso familiar. Entre los más de cien apellidos de origen portugués más comunes y enraizados en la población canaria aparecen “Curbelo” y “Afonso”, precisamente los mismos de Simeón y Grimanesa. Sobre el apellido Curbelo, el mismo autor afirma:

“Aunque su origen parece ser italiano, pasó en el siglo XV a la isla de Santa María (Azores) por el maestre Antonio Crivelo (o Curvelo), contratado por el infante D. Henrique para montar unos ingenios de azúcar. Fueron sus hijos Francisco y Genes Curvelo, especialmente este último, quienes difundieron el apellido” (García-Talavera Casañas, 2019: 59)

De nuevo gracias a la base de datos de FamilySearch pude retroceder algunas generaciones más en el apellido. El padre y la madre de Simeón Curbelo fueron, al parecer, Gines Curbelo y Catalina Faleyro, nacidos en 1525 y 1526 respectivamente en Madeira. Este Gines también sería hijo de otro Gines Curbelo y Maria Curbelo, quienes nacieron a principios de 1500 en Madeira. Pero a partir de aquí no existen más datos aunque es muy significativo que el nombre que aparece en esta plataforma web sea tan parecido al “Genes Curvelo” mencionado por Francisco García-Talavera Casañas. Sin embargo, a partir de Simeón y Grimanesa los datos deben ponerse en duda dado que la genealogía pega un salto digital que no puede confirmarse con partidas de bautismo, matrimonio o similar. Para que la investigación pudiera continuar de una forma rigurosa tendría que trasladarme a los archivos de Madeira y buscar más información para contrastar la veracidad de los nombres que aparecen en FamilySearch.

Al margen de las hipótesis y teorías que pueden explicar la llegada -y su condición- de mis antepasados a Lanzarote desde Madeira, ya en la segunda mitad del s. XVI, lo cierto es que gracias al trabajo profesional de “ESGECAN” he podido retroceder catorce generaciones en la genealogía de mi apellido Curbelo. ¡Catorce generaciones! Ahora me pregunto si algunas palabras que mi familia -como otras tantísimas de Canarias- usan diariamente son una suerte de herencia lingüística que pasó de generación en generación hasta la actualidad. Sin ir más lejos mi propia madre cuando pone la cafetera al fuego me pregunta “¿te pongo una jícara de café?” (“jícara” proviene del portugués xícara que significa “taza”), o recuerdo que mi abuelo Antonio aseguraba que una de sus comidas favoritas era la sopa de hortelana (conocida en la Península como “hierbabuena” y que proviene del portugués hortelã, también se llama en Canarias “hierba huerto”).

 Por último, y como una investigación personal al margen de esta genealogía, me interesé por buscar en portales de Internet la distribución del apellido Curbelo en Canarias y en el mundo. Gracias al conocido portal de genética y genealogía “Geneanet” accedí al reparto geográfico de las casi tres mil personas que llevan el apellido “Curbelo” presentes en su base de datos. La mayoría de ellas, en el caso del Archipiélago, se concentran en Lanzarote, con distribución también en Gran Canaria y Tenerife. Por supuesto, en Madeira también aparece la presencia del apellido, y en Europa únicamente en Baleares y al norte de Francia. En cambio, al otro lado del Atlántico, existe una inmensa presencia de personas apellidadas Curbelo: en Uruguay, Venezuela, Cuba, México y Estados Unidos.

Distribución geográfica de las personas con apellido Curbelo registradas en la base de datos de Geneanet

En las Islas tenemos además varias personalidades reconocidas y relevantes en nuestra historia y patrimonio cultural que tuvieron este apellido. No solo el célebre párroco de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, del que hablé antes a partir de su vinculación con mi genealogía. En la historia reciente cabe mencionar que la conocida empresa de transporte marítimo Naviera Armas, nacida en 1941, tiene sus orígenes en Lanzarote con el esfuerzo de Antonio Armas Curbelo, que comenzó su andadura con barcos de casco de madera. De Lanzarote también fue Dorotea de Armas Curbelo, la reconocida locera y artesana autora de los “Novios del Mojón” o “Novios del Volcán”, estatuillas muy estudiadas y vinculadas con el pasado precolonial de la isla. Y por último Juan Curbelo Oramas o Juanito el Pionero, uno de los personajes más queridos del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria que desgraciadamente en su juventud estuvo retenido por su homosexualidad en la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía (Fuerteventura), a causa de la ley de Vagos  y Maleantes de la dictadura franquista.

Si retrocedemos en la historia moderna de Canarias encontramos en el siglo XVIII otra mención a personas isleñas apellidadas Curbelo con un papel protagonista. El 27 de marzo de 1730, quince familias canarias procedentes de Lanzarote, Gran Canaria, La Palma y Tenerife, embarcaron en el puerto de Santa Cruz de Tenerife rumbo a América. Entre esas familias varias personas llevaban el apellido Curbelo y fueron las que un año después fundaron San Antonio de Texas (Estados Unidos). El conejero Juan Curbelo (Lanzarote 1680 - Texas 1760) se desempeñó como sexto y octavo alcalde de la recién fundada ciudad en 1737 y 1739. Precisamente Juan Curbelo, hijo de Domingo Curbelo (Lanzarote, 1654-1720) y María Martín, era nieto de Bernabé Curbelo (Lanzarote, 1620-1690), sobre el cual descubrí que fue un hermano mayor de mi antepasado Andrés Lorenzo Curbelo (1629-1697). Una nueva sorpresa para la reconstrucción genealógica de mi apellido.

Estas familias canarias, como otras muchas que migraron hacia América entre los siglos XVII y XVIII, lo hacían bajo el “tributo de sangre”, la denominación popular que recibió una imposición de la Corona española sobre las Islas Canarias que obligaba a enviar cinco familias del Archipiélago al continente por cada cien toneladas de mercancías que llevaran los barcos con productos isleños. El tributo de sangre le sirvió a la Corona española competir con otras potencias coloniales como Portugal o Francia en territorios conquistados, sirviéndose y transportando como “herramientas” a población canaria agrícola con el fin de consolidar su dominio colonial.

Distintas personalidades del continente americano también han llevado o llevan el apellido “Curbelo”. Es el caso de José Curbelo (La Habana), famoso pianista y director de orquesta del s. XX; Niurka Curbelo (La Habana), cantautora y productora; o Raúl Curbelo Morales, dirigente revolucionario cubano que ejerció diferentes responsabilidades entre ellas Ministro de Comunicaciones y Vicepresidente del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Otros nombres son los de Jorge Winston Curbelo Gari (Montevideo, Uruguay, 1981) famoso exfutbolista uruguayo; Sofía Curbelo Saunier, activista uruguaya y creadora de Transur, un proyecto audiovisual que registra historias de personas transgénero del país; y André Jael Curbelo Rodríguez, conocido jugador de baloncesto que representa a la selección de Puerto Rico en torneos internacionales.

En definitiva, si has leído todo este artículo de investigación y divulgación porque somos familia, espero que te haya gustado tanto como a mi este viaje a nuestro pasado genealógico. Si por otro lado compartimos el mismo apellido y eres de Canarias o sabes que tienes antepasados en las Islas, existe una alta probabilidad de que en alguna generación nuestros respectivos árboles familiares se conecten. Y si sencillamente eres una persona interesada en las genealogías canarias, te animo -si no lo has hecho ya- a investigar, indagar y reconstruir tu propio “drago familiar”. Ya sea de forma autónoma o con la ayuda de equipos profesionales como el que me prestó sus servicios, este ha sido un viaje emocional a través de los siglos que me permitió poner nombre y apellidos a un gran número de todas aquellas personas canarias cuyas vidas fueron necesarias para que hoy yo esté escribiendo estas líneas.

Gracias a este trabajo he caído en la cuenta de que soy fruto de muchas mezclas: de personas que vinieron desde Madeira, desde Europa, así como de indígenas de las Islas, en contra de la habitual creencia de que no quedó descendencia de quienes habitaban este Archipiélago antes de su conquista. Una identidad creada a base de mestizajes, trasvases y mezclas, como la de tantas isleñas. No puedo más que imaginar cuáles habrán sido sus problemas, sus circunstancias o sus triunfos personales, pero desde luego, tengo la certeza de que sin ellos ni ellas yo no existiría.

 

NOTAS:

(1)    Para quien no lo sepa, San Pedro de Daute, también conocido como Las Cruces, es una pequeña aldea de casas que pertenece a Garachico, el conocido municipio del norte de Tenerife. “Daute” es el nombre precolonial que recibía esa zona de la isla, que era menceyato antes de la Conquista de la isla. Por lo tanto, su nombre es el topónimo mixto entre un concepto europeo -“San Pedro”- y guanche -“Daute”-.

(2)    Las erupciones de Timanfaya, que supusieron un irreparable daño para las fértiles vegas del suroeste de Lanzarote, posibilitaron a la larga la introducción en la isla del cultivo de la uva. La sequedad del clima lanzaroteño no permitía este cultivo. Sin embargo, el campesinado isleño ingenió un sistema de plantación en el que el manto de cenizas volcánicas sirve para conservar la abundante humedad depositada durante la noche en forma de «sereno». Hoy en día los vinos de Lanzarote gozan de mucha fama y prestigio a nivel internacional.

(3)‘Chimanfaya’, la   novela   de   un   gomero   que   pronto   será  presentada". LaGomeraToday.

FUENTES:

- Vieira, A., Viña, A. (2006). “Rutas del azúcar en el Atlántico”, en VV.AA., El arte de Flandes en Madeira y Canarias: ruta del azúcar y su cultura en las islas atlánticas Canarias, Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, pp. 18-52. Visto en Viña Brito, Ana. (2018).

        - Viña Brito, A.(2017) “La sociedad canaria en el siglo XVI: Conflicto y violencia raíz de un proceso por sodomía protagonizado por un esclavo”. Open Edition Book.

-Bruquetas de Castro, F.(1995).La esclavitud en Lanzarote 1618-1650”. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria.



 

 


   

  


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