jueves, 14 de enero de 2021

ALONSO DE LA BARRERA Y ANA DE VERA, RESEÑAS DE UNA PROGENIE.

CRISTINA LÓPEZ-TREJO DÍAZ orcid.org/0000-0003-4409-9260
EUGENIO EGEA MOLINA orcid.org/0000-0002-9433-6298

Ponencia presentada en el VII ENCUENTRO DE GENEALOGÍA GRAN CANARIA, organizado por Genealogías Canarias y RSEAPGC,

celebrado en Las Palmas de Gran Canaria el 19 de noviembre de 2020.
 

RESUMEN

Alonso de la Barrera cuya familia fue perseguida por la inquisición se vino a Gran Canaria donde casó con Ana de Vera en cuyas venas corría la sangre de los Carmona una estirpe judía y perteneciente a la élite de Jerez. Los Carmona y los Barrera, dos familias perseguidas y condenadas por la inquisición consiguieron en esta isla posicionarse y enlazar a sus hijos con destacadas familias de la sociedad isleña.

ABSTRACT

Alonso de la Barrera, whose family was persecuted by the inquisition, came to Gran Canaria where he married Ana de Vera in whose veins ran the blood of the Carmona family, a Jewish family belonging to the Jerez elite. The Carmona and the Barrera, two persecuted families and condemned by the inquisition, managed to position themselves on this island and linked their children with  prominent families of the island society.

PALABRAS CLAVES

Vera, Barrera, Carmona, judíos, inquisición, Jerez, Gran Canaria.

KEYWORDS

Vera, Barrera, Carmona, Jews, inquisition, Jerez, Gran Canaria.



VERA

Barranco de Azuaje
En 1515, una joven jerezana, de 18 años de edad, casaba en la ciudad de Canaria o de Las Palmas, con el onubense Alonso de la Barrera[1], catorce años mayor que ella. Se trataba de Ana de Vera, nieta paterna del general de la conquista y gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera, e hija de los jerezanos Martin de Vera y Elvira Gutiérrez.

Recordemos que esta familia Vera ya había arribado en las islas en 1455 de la mano de Diego de Vera, el cual llegó con los señores Diego de Herrera e Inés Peraza. Fue gobernador de Fuerteventura y casó con Ana Sánchez de Morales, hija del cordobés Alonso Sánchez de Morales el cual arribó en el archipiélago con su primo Alonso Cabrera Solier, fallecido en Fuerteventura, los primeros años de 1500. Sus hijos se establecieron en Tenerife[2].

Un sobrino de Diego de Vera, el conquistador Pedro de Vera nació sobre 1440, en la collación de San Mateo en Jerez, hijo de Diego Gómez Mendoza escribano público y alguacil mayor de Jerez y de María de Vera, cuyos progenitores fueron García de Vera y Aldonza Vargas. Contrajo matrimonio en primeras nupcias con Beatriz de Hinojosa, hija de Miguel Pérez Hinojosa, uno de los conquistadores y repobladores de Jerez.

Pedro de Vera llegó a Gran Canaria en 1480 con el encargo real de finalizar una conquista que se había iniciado dos años antes y que concluyó en 1483, quedando como gobernador de la isla. En 1490 abandonó definitivamente Gran Canaria. Sobre 1504 fue sepultado en la capilla mayor del convento de Sto. Domingo el Real en Jerez adornada por las armas de los Vera y los Mendoza[3].

Su nieta Ana, fue traída a nuestra tierra de pequeña. Quizá su padre Martín de Vera comenzara a vivir a caballo entre la isla y Jerez cuando el conquistador se marchó de Gran Canaria en 1490[4] y le nombró administrador de sus bienes aunque posiblemente se instaló definitivamente en 1505[5], fecha en la que recibió repartimientos de tierras y aguas trayéndose consigo a su familia o parte de ella.

Martín de Vera, no gozaba de veinticuatría en el cabildo jerezano como sus hermanos, Hernando, Diego y Francisco por lo que cuando su padre tomó la ciudad de Medina Sidonia, siete años antes de llegar a Canarias con las armas, le dejó como alcaide de aquella importante plaza gaditana según merced que el marqués de Cádiz le hiciera, pero los Reyes Católicos no estaban muy contentos con dicho nombramiento, así sucedió que terminaron por despojarle del puesto.

Tuvo una posición relevante en la sociedad isleña, siendo nombrado regidor en 1513. Cuatro años más tarde, vendía unas casas de la calle Triana al maestre de azúcar Gonzalo Pérez. Y en varios momentos tuvo diversas transacciones en las que liquidó e hipotecó distintas suertes de tierra y cultivos de caña de azúcar en Moya. Su vida transcurrió entre continuos litigios: unos contra sus hermanos, otros en apoyo de su esposa, contra sus sobrinos y finalmente para proteger a su hijo Pedro de Vera.

Vayamos por parte, porque de alguna forma esto afectará para bien o para mal a su hija Ana de Vera.

El encargo hecho por el gobernador a su hijo para que administrara[6] los bienes en la isla fue algo que no gustó excesivamente a sus hermanos, primero porque no les convencía la forma de organizar el patrimonio familiar y, en segundo lugar, cuando se produjo la partición de la herencia del padre, referían que Martín se había quedado con lo mejor de ella, entre otras cosas con el apreciado cañaveral de Telde[7]. Siete años más tarde del reparto, sus sobrinos le reclamaron lo que consideraban suyo en los cañaverales, así como esclavos, ingenios, casas y huertas de su abuelo el gobernador Pedro de Vera.

 

CARMONA

Un suceso va a marcar los primeros años de este matrimonio en la sociedad isleña, Martín de Vera y Elvira Gutiérrez, padres de Ana de Vera, se enfrentarán a la inquisición de Sevilla y estarán pleiteando durante unos años para que le devuelvan los bienes que ésta le confiscó a Elvira Gutiérrez para terminar litigando la hidalguía para sí y sus hijos Pedro, Ana, Diego, Francisco y Rodrigo de Vera.

¿Pero qué fue lo que le pasó a Elvira Gutiérrez?

Para entender su historia debemos retroceder en el tiempo y cambiar de lugar. Martín de Vera fue el único de sus hermanos que no casó con una dama de ilustre prosapia. Se vinculó maritalmente con una conversa, eso sí, una conversa cuya familia gozaba de una de las mejores juderías de Jerez y una extraordinaria situación económica.

En la historia de la conquista de Jerez de la Frontera[8] en el siglo XIII, los Carmona acabarían siendo una de las estirpes más reconocidas, recibiendo repartimientos en la collación de San Dionisio. Según el libro de repartimiento de Jerez[9] mandado a confeccionar por Alfonso X el Sabio, recibieron tierras tras su reconquista, 1711 cristianos, 90 judíos y 7 mudéjares.

En la localidad se instalaron seis collaciones en torno a las seis parroquias[10] que se crearon, entre las cuales estaba San Dionisio cuyo interior albergaba el gran barrio judío separado por una muralla. 

Collaciones de Jerez

En las postrimerías del siglo XV, la aljama de los judíos se encontraba en su máximo esplendor, sus vecinos ocupaban los mejores puestos de la vida económica. Al lado del barrio, se encontraba el convento de Sto. Domingo cuyos frailes predicadores consiguieron la conversión de algunos hebreos y en cuyo interior fue enterrado el conquistador Pedro de Vera por su relación con los dominicos.

Los Carmona, familia muy influyente en la aljama, tuvieron un destacado papel en el gobierno local. Fue una saga de judíos conversos, tal vez criptojudíos[11], que ostentaron cargos importantes en el cabildo jerezano.

En el siglo XV, esta familia la encabeza Manuel Fernández de Carmona, jurado de la collación del arrabal de Santiago, desde antes de 1444 hasta 1471. El 2 de febrero de 1461, el rey Enrique IV (hermano paterno de Isabel la Católica) le otorgó en Sevilla una licencia para que pudiera transmitir su oficio en la juraduría a su hijo Juan de Carmona, pudiendo éste sustituir a su padre en su ausencia, lo cual hizo aunque a partir de 1468 su presencia es continua por enfermedad paterna, llegando a ocupar el cargo de jurado, con nombramiento de los Reyes Católicos, en 1477. En 1482 desaparece de Jerez. Un año más tarde ya está condenado por hereje y con sus bienes confiscados.

Juan de Carmona estaba casado con Catalina Fernández, hija de García Fernández de Gambax, vecino de Sanlúcar. De este matrimonio nacieron Manuel, casado con Isabel Díaz, y Gonzalo de Carmona.

Otro hijo de Manuel Fernández de Carmona fue PEDRO DE CARMONA, el cual coincidió con su padre en el gobierno local durante 11 años, tenía el oficio de jurado pero en la collación de San Ildefonso, al que terminó renunciando. Pedro fallecería antes de que su padre hiciera testamento en 1471. Estuvo casado con María Gutiérrez de Gatica, familiar de Martín de Gatica, vecino de Jerez, y marido de Inés Rosales, hija de Fernando de Sevilla y Leonor Rosales y hermana de Antonio Rosales que llegó a Gran Canaria con su padre en 1501, en la isla casó con Cecilia de Troya siendo el origen del apellido Rosales en dicha isla[12].

Pedro de Carmona y María Gutiérrez Gatica tuvieron cinco hijas, de las cuales al menos cuatro casaron también con personas de origen hebreo.

1. Catalina Gutiérrez de Carmona con el jurado Juan de Herrera. La dote otorgada en 1471 para la boda demostraba su poder adquisitivo. Contrajeron matrimonio en el mismo año en que su abuelo hizo testamento y posiblemente falleciera.

2. Juana Fernández casada con el mayordomo Juan de Sevilla, judeo-converso.

3. Leonor Rodríguez matrimoniada con Juan de Basurto.

4. Elvira Gutiérrez tuvo por marido a Fernando Trujillo, del que enviudó.

5.- Ana casada con Padilla (desconocemos el nombre de pila).  

Pedro fallece antes de 1470 cediendo su cargo en la juraduría a su hermano Gonzalo de Carmona, el cual lo ostentará hasta 1482, año en que le fue confiscada por el tribunal inquisitorial, además sus bienes[13].

Diego de Carmona, el hijo más pequeño de Manuel Fernández de Carmona, casado con Elvira López, hija de García Fernández de Gambax, morador de Sanlúcar de Barrameda. Su casa en la collación de San Dionisio lindaba con la de su hermano Gonzalo. Tuvieron dos hijas:

1. Inés de Carmona casada en 1488 con Diego de Aranda

2. Elvira Gutiérrez, vecina de Sevilla que casa con Martin de Vera.

 


El Tribunal de la Inquisición se estableció en Sevilla en diciembre de 1480. Los Reyes Católicos nombraron jueces en esa ciudad a fray Miguel Morillo y a fray Juan de San Martín y en la ciudad de Jerez a fray Pedro de Saina, de la Orden de Predicadores, hijo del convento de esta ciudad[14]. La actuación del tribunal contra los conversos conllevaba la confiscación de sus bienes y la inhabilitación en determinados puestos.

A Diego de Carmona se le tenía por buen cristiano, pero en 1491 la autoridad inquisitorial carga de nuevo contra su familia, esta vez no solo contra los hombres sino también contra sus nietas.

Nuevamente el santo oficio volvía a acusar al difunto Manuel Fernández Carmona. El 18 de julio de 1491, Elvira Gutiérrez, madre de Ana de Vera, otorgó poder a su cuñado Diego de Aranda para que acudiera a la inquisición en Sevilla a oír las acusaciones que se vertían contra ella.

En principio, se exhumó el cadáver de su abuelo Manuel Fernández de Carmona del monasterio de San Francisco donde estaba enterrado y posteriormente sus restos fueron quemados en una hoguera pública, a la vista de todos sus vecinos, aquellos que siempre le habían tenido en alta estima. Pero no solo a él, también hicieron lo propio con los restos de su hijo Pedro. A sus nietas les confiscaron los bienes pero sus vidas fueron respetadas al estar casadas con miembros de la oligarquía local. Además, la inquisición les regaló la deshonra y el deshonor y una imagen que permanecería en sus retinas para siempre, ver quemar los restos de los suyos con desprecio y el rechazo social de las familias políticas. Por supuesto, Diego de Carmona también fue condenado. De nada le sirvió ser buen cristiano. A partir de este año, en el que curiosamente se instaló el tribunal de la inquisición en Jerez, muchos de sus vecinos conversos huyeron a Niebla, hasta que los Reyes Católicos envían a los inquisidores de Sevilla al condado, ordenando tuvieran una buena acogida, momento en que algunos conversos deciden trasladarse a las nuevas tierras conquistadas, lejos de la persecución, las islas Canarias.

En ese mismo año, Martín de Vera administraba los bienes de su padre en Gran Canaria. Su mujer, Elvira Gutiérrez, había perdido la gran fortuna heredada lo que pudiera ser una de las razones por las que Martín quiso sacar provecho de su posición de administrador y, posteriormente, de repartidor de la herencia paterna.

En la documentación consultada hemos podido contrastar que los hijos y los nietos de la pareja aún seguían litigando en la Chancillería de Granada para recuperar los bienes arrebatados a su abuela Elvira Gutiérrez[15].

Martín de Vera y Elvira Gutiérrez procrearon seis vástagos: tres varones. Pedro, Diego y Francisco y, tres hembras, Inés, María y Ana.

Martín había construido una acequia para el heredamiento de caña en el barranco, en Moya. Diez años más tarde, emprenderá actos judiciales[16] contra Cosme de Riverol, hermano de Francisco de Riverol[17] por construir otra acequia encima de la suya para el riego del cañaveral, pudiéndola fabricar en otro sitio.

Lo cierto es que el enfrentamiento entre los Riverol y los Vera se fue agravando por momentos. Su hijo mayor Pedro de Vera, caballero de la orden de Santiago, fue capitán general de la conquista de la Torre de Alguer, en Cerdeña, que luego pasó a la península itálica, donde casó en Nápoles.

De vuelta la isla volvió a casar con Inés de Quijada[18] pero ella no tardó en descubrir que su marido le había ocultado lo sucedido en Nápoles. Al poco tiempo, Pedro de Vera descubrió que su mujer se entendía con Bartolomé de Riverol y salió en su busca para darle un castigo. Le acompañaba su hermano Diego. Al paso les salió Bartolomé de Riverol, al que dieron muerte. Los hermanos Vera salieron corriendo refugiándose en el monasterio de San Francisco[19]. Tres años más tarde y aprovechando que Pedro de Vera regresaba a la contienda, esta vez en Túnez, Inés solicitaba la nulidad[20] de su matrimonio por bigamia. Mientras, Martin de Vera vendía[21] la mayor parte de su hacienda así como los esquilmos de dos años de una renta de azúcar para pagar el rescate de su hijo que había sido apresado en el norte de África.

De vuelta a Gran Canaria, las autoridades ordenaron no detener a Pedro de Vera, la familia Riverol le había perdonado, no así su mujer quien estuvo luchando durante más de siete años hasta que se declarase nulo su matrimonio, y de esta manera fuera restituida su dote, además de una satisfacción por la ofensa recibida.

Por 1525, Inés Quijada retomó relaciones conyugales con el regidor y alcalde mayor de Tenerife Pedro de Vergara, de los que no hubo sucesión.

 

BARREDA/BARRERA

Ahora nos vamos a centrar en nuestra protagonista, su hermana Ana de Vera. Como ya dijimos, casó a los 18 años con Alonso de la Barrera, de 32.

A unos 140 kilómetros de Jerez, en la actual provincia de Huelva nos encontramos con la localidad de Villaba de Alcor, perteneciente entonces al condado de Niebla cuyas tierras, en su día formaron parte del reino de Sevilla convirtiéndose posteriormente en el reino de taifa de Niebla, hasta 1234. Como condado fue el primero hereditario que se otorgó a un noble ajeno a la familia del rey, siendo usado tradicionalmente por los herederos del duque de Medina Sidonia.

En Villalba de Alcor, y de manera coetánea a los Carmona, residía la familia judía De la Barrera o Barreda. En 1520, Alonso de la Barrera testificaba el 19 de agosto ante el secretario de la inquisición sevillana. Curiosamente, cinco años más tarde lo hacía su sobrino, de igual nombre, en la de Canarias. De ambas testificaciones, hemos podido completar la genealogía de esta parentela.

Alonso de la Barrera, hijo de Pedro Alonso de la Barrera, fallecido en 1466 y vecino de Villalba de Alcor, e Isabel González, natural de Gibraleón y difunta en 1475. Ambos condenados después de muertos. Sus abuelos maternos fueron Francisco González y Mencía Alonso, vecinos de Gibraleón, y los paternos: Juan Alonso de la Barrera e Isabel González, vecinos de Villalba de Alcor, a los que no conoció.

Declaró que su primera esposa fue Leonor Ruiz, condenada por practicar la religión mosaica, fallecida en 1500, hija de Francisco Ruiz, difunto en 1475 y condenado, y de Beatriz Afonso. Con ella había tenidos dos hijos, Isabel, difunta en 1490 y Pedro, en 1488, con un mes de nacido. Su segunda esposa fue Elvira González, reconciliada, hija de Alfonso González Cosin, vecino de Espíritu Santo, converso, y de Beatriz.

Llama la atención que ni los padres de Alonso de la Barrera ni sus abuelos paternos fueran naturales de Villalba de Alcor, únicamente fueron vecinos. Nos preguntamos si esta familia llegó desde Albacete, concretamente desde Alcaraz, provista de una aljama importante y donde algunos Barrera judíos fueron quemados en la hoguera. Actualmente se puede contemplar la cruz verde de Alcaraz al principio de la calle Barrera donde en su día hubo un auto de fe y por donde salieron algunos Barreras directos a la hoguera. El presbítero Ginés de Parada, cura en la Trinidad, declaraba en 1645 que “a la madre de María de Barrera la quemaron en Jaén en 1465, y que por la puerta donde la sacaron estaba cerrada y hasta hoy no ha perdido el nombre de la puerta de la Barreda[22]. Posiblemente sea la familia la


que tome el nombre de la puerta, que estaría en una tapia o “barrera” en la cerca entre el mismo Alcaraz y su arrabal. También es posible que Juan Alonso de la Barrera y su mujer salieran huyendo hacia el condado de Niebla, refugio protector de muchos judíos. El historiador Pretel Marín afirma que los Barrera que quedaron cambiaron su apellido en el siglo XVI a Peñarrubia o Sabuco Peñarrubia
[23].

Alonso de la Barrera nombró por hermanos a:

- Juan de la Barrera

- Beatriz casada con Alonso Márquez

- Jerónimo, difunto

- Diego. Difunto y reconciliado

- Gonzalo. Reconciliado

- Elvira[24] que también fue presentada ante los inquisidores

- Teresa, difunta

- Su hermano Rodrigo de la Barrera, fallecido en 1507, casado con Leonor Núñez, vecina de Villaba y natural de Gibraleón, fallecida un año después e hija del también judío Alonso Nuño, capitán que había sido de las gentes de don Pedro de Zúñiga y había hallado la muerte luchando contra los portugueses en la Peña de Alajar, más tarde llamada Peña de Arias Montano por haber tenido allí su casa de retiro este célebre humanista: Benito Arias Montano, bibliotecario de El Escorial.

 


 

Tuvieron por hijos a:

1. Pedro de la Barrera, natural vecino de Villalva, nacido en 1477. Preso en Sevilla por judaísmo y puesto en libertad en 1524. Casado con Dña. Juana de Esquivel, natural de Sevilla.

2. Juan de la Barrera, natural y vecino de Villalva del Condado, nacido en 1479.

3. ALONSO DE LA BARRERA[25] que tomó el nombre de su tío paterno. Nacido en 1483, año en que acabó la conquista de Gran Canaria.

4. Inés de la Barrera, vecina de Huelva y nacida en 1487. Mujer de Alvar García, regidor de Huelva.

Este Alonso de la Barrera, sobrino del anterior, llegó a Gran Canaria en 1495 con apenas 12 años. Dos años después, nació la que sería su esposa Ana de Vera.

Nuestro Alonso de la Barrera, posiblemente asesorado por su suegro, compró tierras y un ingenio al regidor Alonso de Herrera[26], en el barranco de Firgas el cual mejoró contratando al portugués Fernando de Aveiro.

Trajo a la virgen de Guadalupe a la ermita que estaba en sus tierras. Curiosamente, al final de sus días otorgó poder para testar, en Las Palmas, el 19 de diciembre de 1540, ante Pedro Ortiz, a favor del canónigo tesorero e inquisidor don Luis de Padilla, y ordenó la fundación de una capellanía de rentas abundantes, a fin de que la imagen de Guadalupe, que mandó colocar en su ermita, tuviese siempre un sacerdote que dijera misa en su altar los domingos y fiestas de precepto y algunos días entre semana. El tesorero cumplió su encargo dictando el testamento, el 12 de abril del siguiente año, ante el escribano Alonso de León, pero la institución de la capellanía no la llevó a efecto hasta el 18 de septiembre de 1567, ante Rodrigo de Mesa.

En 1736, por orden de la audiencia se solicitó a los peritos designados que señalaran los linderos de dicha capellanía: “desde el fondo del barranco de Guadalupe por el barranquillo de la Fuente Agria hasta risco del caidero de Oramas y de este en linea recta por la Calzada y de este adelante por donde estan tres barbusanos incorporados hasta unirse con el camino real que va a Firgas y por el fondo del barranco de Guadalupe pasando para dicha capellania todo lo que comprenden dichos linderos con sus fuentes, tanques y ermita”. En 1543, y ante el mencionado escribano Alonso de León, se constituyó la tutela de sus hijos.

En 1764, al realizarse el deslinde de la Montaña de Doramas, se dijo que ya no existía la ermita, en su lugar se erigía una casa[27].

En cuanto a la virgen de Guadalupe, dio nombre al tramo del barranco de Azuaje – el Aumastel indígena- en la parte de Moya. Al peligrar la imagen por unos temblores de tierra se trasladó al templo moyense, siendo retallada por el insigne escultor José Luján Pérez (1756-1815).

Virgen de Guadalupe. P. Moya

 De esta forma, la advocación de esta imagen originariamente aportó su nombre al ingenio y se extendió al trozo de barranco, topónimo que aún pervive. En la villa de Moya, sus habitantes se convirtieron en fervorosos devotos como se testimonia en la constitución de una cofradía en su honor, mandas testamentarias a su favor, asignación de esta onomástica a mujeres del lugar y celebraciones en su día[28].

 

Antigua iglesia de Moya. S. Santana. Casa Museo Tomás Morales
 

DESCENDENCIA DE ALONSO DE LA BARREDA Y ANA DE VERA

Los hijos de Alonso de la Barrera y de doña Ana de Vera enlazaron con familias de abolengo isleñas y jerezanas.

1. LUIS DE MENDOZA[29]. Poseyó el patronato de la capellanía fundado por su padre. Casó en 1568[30] con Ana Cerón, en el Sagrario-Catedral, sobrina del capitán general de Gran Canaria Pedro Cerón[31], e hija del señor Martín Hernández Cerón Ponce de León, alcalde mayor de Sevilla y gobernador de Gran Canaria, y de doña Inés Tavera. Sin descendencia.

Volvió a enlazar con la jerezana doña Beatriz López de Carrizosa e Hinojosa, con la que tuvo tres hijos. Fue alcalde Arucas. En su testamento mandó ser enterrado en la capilla de Ntra. Sra. de Antigua de la Catedral de Canarias.

2. ANTÓN, bautizado en 1519 y fallecido a los 6 años.

3. MARTIN DE VERA, llamado así en memoria de su abuelo materno, nació en 1520 siendo bautizado en el Sagrario-Catedral, un veintinueve de junio. Contrajo nupcias con GINEBRA MUXICA LEZCANO, hija de Juan Civerio Mújica Lezcano el mozo y de Francisca Salas Medina. Nieta del conquistador guipuzcoano Juan Civerio Mújica Lezcano que llegó a Gran Canaria con Pedro de Vera en 1480, siendo uno de los primeros regidores de la isla así como gobernador interino. Recibió numerosas tierras y aguas en el Real, Gáldar, Tenoya y Arucas; levantando un ingenio azucarero en el barranco de Tenoya. Participó en la famosa batalla de Ajódar donde falleció su primo Miguel de Mújica.

Casado con la lanzaroteña Catalina Guerra, hija de Fernán Guerra, poblador de Lanzarote sobre 1446 y conquistador de Gran Canaria, así como un gran defensor de la causa comunera de las islas de señorío levantándose contra D. Diego de Herrera e y Dña. Inés Peraza, junto a Pedro de Aday, Juan de Aday, Juan Bernal, Bartolomé Herrero, Juan Ruiz de Zumeta o Marcos Luzardo lo que le costó la enemistad de la Señora Inés Peraza. Fernán Guerra estuvo casado con María May, posiblemente gomera aunque se desconoce si era indígena.

Martín de Vera fue alcaide del castillo de La Luz y regidor de Gran Canaria, pereciendo en 1580.

En diciembre de 1558, Ginebra de Mújica hizo escritura ante el escribano de Las Palmas Alonso de Herrera para que se hiciera la partición de los bienes de su padre, nombrando a Luis Mendoza, su cuñado, como su partidor, a quien da poder para que pueda aceptar, aprobar y tomar cuanto le cupiese en dicha participación.

El matrimonio tuvo nueve hijos, algunos de los cuales se establecieron en Río de la Plata, debido a la pobreza de las islas tras la decadencia del comercio de azúcar:

3.1. Juan Civerio de Vera, bautizado en el Sagrario-Catedral en 1550. De joven pasó a Indias. Posteriormente se ordenó sacerdote y después de vivir en Castilla pasó a Roma donde fue acólito del papa Clemente VIII.

3.2. Pedro de Vera Mujica, contrajo nupcias con Catalina de Rivera, de la que tuvo dos hijos: Rodrigo y Francisco de Vera.

3.3. Martín de Vera, bautizado en el Sagrario-Catedral, en septiembre de 1557. Celebró matrimonio con Sebastiana Manrique de Acuña, hija de Rodrigo Manrique de Acuña que fue gobernador de Gran Canaria, nieta de Alonso Manrique que llegó a ser cardenal y arzobispo de Sevilla. Bisnieta de Rodrigo Manrique, primer conde de Paredes, condestable de Castilla y maestre de la Orden de Santiago, y de su tercera esposa, Elvira de Castañeda, hija del primer conde de Fuensalida.

Del consorcio entre Martín de Vera y Sebastiana Manrique de Acuña nacieron en Las Palmas tres hijos:

A. Sebastián de Vera Mujica(1580). Establecido en Río de la Plata, ejerció los cargos de maestre de campo, regidor y alférez real en Santa Fe. Se vinculó nupcialmente con María de Esquivel.

Uno de los hijos de este matrimonio sería Antonio de Vera Mujica, nacido en 1620. Siendo teniente de gobernador decidió cambiar el emplazamiento de Santa Fe a un lugar más adecuado, edificando la iglesia parroquial y la de Nuestra Señora de la Merced, el ayuntamiento y la cárcel pública, contribuyendo a levantar edificios. Se le nombró como el Refundador de Río de La Plata.

B. Martín de Vera Mujica (1586). Se asentó en Río de la Plata. Fue capitán de presidio en Buenos Aires. Celebró nupcias en dos ocasiones, la primera con doña Isabel de Monroy y Rivadeneira, y la segunda, con doña Águeda de Valdivia y Brizuela.

C. Ginebra (1589).

3.4. Mateo, llevado a la pila en 1559 y fallecido de joven.

3.5. Francisco, bautizado en 1561. Pasó a Indias.

3.6. Catalina. Nacida en 1564. Residió en Jerez.

3.7. María y Salvador. Mellizos nacidos en 1570. Salvador ingresó en la orden franciscana, falleció a los veinte años. María vivió en Jerez.

3.8. García de Vera Mujica, cristianada en 1571, pasó a Indias estableciéndose en Córdoba donde casó con Juana de Bustamante con la que tuvo dos hijos, Francisco de Vera Mújica, capitán de milicias de Córdoba, y Dña. Teresa que casó en la misma ciudad argentina con Luis Ordóñez, familiar del santo oficio.

3.9. Francisca de Mujica. Residió en Jerez con sus hermanas.

4. LORENZO DE MENDOZA, bautizado un año más tarde que su hermano y fallecido de bebé.

5. HERNANDO DE VERA, vio la luz en agosto de 1526. Su cónyuge, doña Ana de León, hija del regidor de Gran Canaria Alonso de León y de doña Juana Osorio. Se dedicó al negocio azucarero[32]. 

6. RODRIGO DE VERA. Recibió el agua bautismal el 31 de mayo de 1530. Fue regidor de la isla en 1582. Enlazó con Teresa Fonte del Castillo, hija de Antón Fonte, regidor perpetuo de Tenerife, y de Marina González del Castillo, que a su vez lo era del conquistador de Gran Canaria Cristóbal García de Moguer.

7. MARÍA DE VERA, nacida en 1533. Casó con el jerezano Pedro de Estupiñán Cabeza de Vaca. Entre sus bienes[33], María de Vera poseía tres suertes de tierra y agua en Moya que lindaban con las tierras de su hermano Luis de Mendoza, suerte y cuarta de tierra y aguas en Firgas que limitaban con tierras de Alonso Venegas y con otras de Gaspar de Olivares, unas casas de morada en Las Palmas que lindaban por un lado con otras de los herederos de Teodoro Calderín y que luego fueron de Luis de Balboa, y por delante con la calle Real que iba a la de Veracruz

8. ALONSO DE LA BARRERA

9. DIEGO DE VERA unido maritalmente con Felipa Pacheco, cuyos padres fueron Alonso Pacheco y de su esposa doña Teresa de Herrera, hija del converso de judaísmo toledano Juan de Herrera[34] y de la sevillana Francisca Núñez Contreras que según declara en la inquisición, era cristiana vieja. Parece que su abuelo, Lope Núñez se instaló en Gran Canaria en torno a 1503 viviendo amancebado con Francisca Núñez con la que posteriormente se casó. Vivía tras la catedral en una calle que era conocida por su nombre, “frontero a la iglesia de san Antón”, y en un principio se dedicó al comercio pero ya en 1507 y 1508 ayudaba a su padre como almojarife en el cobro de las rentas de la isla. Era dueño de un ingenio en Aumastel y de otro a medias con Constantin Cairasco. Poseía otro en el barranco de la ciudad y dos suertes de caña en Firgas. 

 


Alonso de la Barrera cuya familia fue perseguida por la inquisición se vino a Gran Canaria donde casó con Ana de Vera en cuyas venas corría la sangre de los Carmona, una progenie judía, y perteneciente a la élite de Jerez. Los Carmona y los Barrera, dos familias perseguidas, condenadas por el santo oficio consiguieron en esta isla posicionarse y enlazar a sus hijos con familias de abolengo.

Como curiosidad y terminar esta comunicación, en el siglo XVI nos encontramos en La Gomera a un matrimonio compuesto por Cristóbal de Vera y su mujer María de la Barrera. Con el tiempo sus descendientes se avecindaron en Chipude. Dejaremos para otra investigación su genealogía hasta llegar nuevamente a Villalba de Alcor.

NOTAS


[1] En el año 1525, Alonso de la Barrera se presentó ante la inquisición de Canarias para informar acerca de su genealogía y la de su mujer Ana de Vera por tener ascendencia judía. Del fondo de la inquisición del Museo Canario se ha obtenido una importante base documental para este trabajo (AMC-Inq CLII 1 fol 237).

Acerca de estas declaraciones realizadas por conversos de las islas ante el santo oficio de Canarias hemos publicado recientemente: De los Olivos un linaje judeoconverso en Tenerife (EGEA MOLINA, 2020) y Los Rosales. Asentamiento en Gran Canaria de una familia judeoconversa (LÓPEZ-TREJO DÍAZ, 2020).

[2] Una nieta de Diego de Vera, Marina Fernández de Vera, hija de Pedro Fernández de Vera y de Leonor Sánchez Negrín, formó familia en Tenerife con Francisco Melián de Bethencourt y, estando viuda, con el conquistador de dicha isla Juan de Almansa. Su vecindad se estableció en Tegueste, siendo estudiada su descendencia por GONZÁLEZ ZALACAÍN y BÁEZ HERNÁNDEZ, 2005.

Una hija de Diego de Vera, Lucía Hernández de Vera casó con Juan Izquierdo el viejo, natural de Los Santos de Maimona en Extremadura, el cual se estableció en Fuerteventura, posteriormente el matrimonio se trasladó a Tenerife. Lucía Hernández, nieta de los mencionados y llamada como su abuela, casó con Pedro Nodar, natural de El Sauzal, cuyo abuelo fue el portugués Alfonso Bello (EGEA MOLINA, 2017).

[3] Véase SANCHO DE SOPRANIS (1946 y 1951).

[4] El 30 de marzo de 1491, los Reyes Católicos emitieron carta de nombramiento de gobernador de Gran Canaria, a Francisco Maldonado como sucesor de Pedro de Vera.

[5] 7 de agosto 1505. Segovia. Merced a Martin de Vera, hijo del comendador Pedro de Vera ya difunto, de cuatro caballerías de tierra de regadío en la isla de Gran Canaria que serán medidas con arreglo a la medida de dicha isla. Se ordena al gobernador o juez de residencia de dicha isla que le de posesión de dichas tierras. El Rey. (AZNAR VALLEJO, E. 1981).

[6] Administró el ingenio del Barranco de Guiniguada (en la actual ciudad de Las Palmas de Gran Canaria) junto a San Roque. En la Vega de San José cedió unos terrenos para que levantaran la iglesia y el convento dominico de San Pedro Mártir.

[7] "20 junio 1511. Sevilla. Comisión al gobernador o juez de residencia de Gran Canaria, para que dé cumplimiento de justicia en la petición de Fernando Ruiz Cabeza de Vaca, doña Beatriz Cabeza de Vaca, doña Mencía de Figueroa, los hijos de doña Teresa de Zurita y Beatriz de Fuentes, mujer de Fernando de Vera, hijo del gobernador Pedro de Vera, que reclaman su parte en los cañaverales, esclavos, tierras de pan, ingenios, casas y huertas que el gobernador Pedro de Vera y doña María de Zurita, su mujer, dejaron como herencia en dicha isla, y que Martín de Vera, hijo de dicho gobernador, dividió unilateralmente, adjudicándose un cañaveral en Telde, la mejor parte de dicha herencia". (AZNAR VALLEJO, E.1981).

[8] Llamada así por ser fronteriza con el Reino de Granada.

[9] GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M. y GONZÁLEZ GÓMEZ, A. (1980).

[10] El Salvador, San Dionisio (patrono de la ciudad), y cuatro más dedicadas a los evangelistas San Mateo, San Lucas, San Marcos y San Juan. A partir de 1340, se produce un incremento notable de la población en los extramuros de la ciudad en torno a los arrabales de San Miguel y Santiago.

[11] Descendientes de judíos los cuales seguían manteniendo en secreto sus costumbres judías a pesar de haber sido bautizados en la fe cristiana.

[12] Ver LÓPEZ-TREJO DÍAZ, C. 2020.

[13] La casa de Gonzalo de Carmona fue donada por los Reyes Católicos al alcalde Juan de la Fuente, miembro del Consejo Real.

[14]  GARCÍA GUZMÁN, M.M. (2013). Pág.161.

[15] GIL, J. (2000).

[16] “23 junio 1513. Valladolid. Iniciativa al gobernador o juez de residencia de Gran Canaria para que determine la demanda presentada por Martin de Vera, vecino y regidor de dicha isla, que pide se prohíba a Cosme de Riberol y a los factores de Francisco de Riberol, su hermano, construir una acequia por encima de la que él posee en Moya, junto a la Montaña, para riego de un heredamiento de cañas, ya que la suya fue hecha hace 10 años y ellos pueden hacerla en otra parte” (AZNAR VALLEJO, E. 1981).

[17] Hijo del también genovés Pedro Juan Riverol, Cosme y su hermano Francisco son mercaderes estantes en Sevilla. Su relación con Canarias se incrementó en la última década del siglo XV. A partir de 1510 residió habitualmente en Gran Canaria cuyo Cabildo lo recibió como vecino el 14 de febrero del siguiente año, lugar donde falleció hacia 1523 dejando tres hijos, Esteban, Agustín y María.

[18] Inés de Quijada era hija del genovés micer Batista de Riverol, regidor de Gran Canaria en 1569 y primo de Francisco de Riverol, y de Dña. Francisca de Quijada de Lugo. Tomó el nombre de su abuela materna, Inés Quijada casada con Juan de Lugo.

La familia Lugo, a la que perteneció el conquistador y adelantado Alonso Fernández de Lugo, mantuvo estrechas relaciones con los Riveroles, destacados mercaderes genoveses establecidos en Sevilla, que por su participación económica en la conquista recibieron suculentos repartimientos.

[19] “19 julio 1513. Valladolid. Orden a las justicias de las islas de Gran Canaria y a las demás del reino, para que ejecuten una sentencia del gobernador Lope de Sosa que condenó a Pedro y Diego de V era, vecinos de Gran Canaria, a muerte y a otras penas, sin que hasta ahora se hayan podido ejecutar. Se da a petición de Francisco de Riberol, mercader genovés vecino de Sevilla, quien informó que hace 8 meses los citados, hijos de Martín de Vera, mataron a su hijo Bartolomé de Riberol, vecino de Gran Canaria, refugiándose en el monasterio de San Francisco, por lo que se ordenó a Lope de Sosa que hiciese información y prendiese a los culpables, en virtud de lo cual dictó la referida sentencia” (AZNAR VALLEJO, 1981).

[20] “12 febrero 1518. Valladolid. Se da a petición de Martín de Vera, quien adujo que hace dos años, estando cautivo en Túnez su hijo Pedro de Vera, la mujer de éste, Inés Quijada, trajo un breve del Papa para los citados jueces, quienes sentenciaron la nulidad del matrimonio, sin concederle apelación como conjunta persona” (AZNAR VALLEJO y cols. 1991).

[21] 12 febrero 1518. Valladolid. Orden al gobernador o juez de residencia de Gran Canaria, para que informe al Consejo sobre la petición, de dos años de moratoria en el pago de sus deudas, formulada por Martín de Vera, especificando la situación de los acreedores y si las deudas son sobre rentas reales o si son entre mercaderes. Martín de Vera basa su demanda en la necesidad de pagar cuatro mil ducados para el rescate de su hijo Pedro de Vera, cautivo en Túnez, por cuyo motivo ha vendido la mayor parte de su hacienda y los esquilmos de dos años de una renta de azúcar, sin que ello fuera suficiente; y en que los acreedores pueden aguardar por ser ricos, mientras que él perdería toda su hacienda si pagase ahora. (AZNAR VALLEJO, E. y cols 1991).

[22] AHN, Inquisición, 1462, Exp. 7, Fol. 295. Im. 785

[23] Ver artículo de PRETEL MARÍN, A. (2017).

[24] Marcos de Gibraleón y Elvira de la Barrera, su mujer pagaron a la Inquisición 100.000 maravedíes (LADERO QUESADA, M.A. 2016, p 309).

[25] Alonso de la Barrera testificó ante la inquisición de Canarias el 22 de septiembre de 1525. Libro I de Genealogías de la Inquisición, folio 237 r. AMC.

[26] Del libro de Repartimientos de Gran Canaria (RONQUILLO y AZNAR, 1996), extraemos:
 

1538. Alonso Herrera, regidor obtiene tierras y agua en el barranco del Aumastel en la banda de Moya, encima de las tierras de Diego San Clemente y de las que fueron de Pedro Moreno. Su padre las poseyó y no tuvo título. 

1539. El doctor De La Mata solicita doce o quince fanegadas de tierra en el barranco del Ausmastel, arriba del ingenio que fue Alonso de Herrera regidor y ahora es de Alonso de la Barrera. Año 1539.

1549. Pedro Borges solicita un pedazo de tierra de unas 20 fanegadas en la comarca de Firgas lindantes con unas tierras del doctor Álvaro de la Mata y de la otra con un camino que va por el ingenio de los herederos de Alonso de la Barrera y la banda de abajo el barranco del Aumastel.

[27] SUÁREZ GRIMÓN y QUINTANA ANDRÉS (2008) tomo II p 530.

[28] Algunas de las donaciones escrituradas como la de Agustina de Pascua que dejó una misa cantada a perpetuidad (1722), la de D. Juan Bautista Vergara y su mujer Felipa Rodríguez dispusieron una fiesta a la virgen de Guadalupe el 15 de agosto de cada año con misa, procesión y enramado de la iglesia (1728), o la de D. Esteban Melián que instituyó una misa cantada perpetua y procesión que se estuvo celebrando desde 1712 hasta 1822 (MARRERO MARRERO, 1913 p 221).

El genovés Francisco de Amoreto tenía tierras y cortijos en el barranco de Guadalupe que unidas a las de Juan Grande dan nombre al título nobiliario de conde de la Vega Grande de Guadalupe otorgado por Carlos III a su descendiente Fernando Bruno del Castillo Ruiz de Vergara, en 1777. Comunicación personal del reconocido genealogista MIGUEL RODRÍGUEZ DÍAZ DE QUINTANA.

[29] En 1580 nació en Telde Jerónima Valera, hija de Melchor Valera y Petronila Gutiérrez, que casó con otro Luis Mendoza, hijo de otro Luis Mendoza que tuvo por padres a Antonio Carmona Mendoza y Luisa de la Puebla o Gutiérrez, naturales de Baeza, el cual presentó pruebas para ser familiar del santo oficio (LÓPEZ-TREJO DÍAZ, C., EGEA MOLINA, E. y ALEMÁN GONZÁLEZ, F. 2019).

[30] Celebrado el 11 de octubre de 1568. Libro I casamientos, folio 21. Sagrario-Catedral.

[31] El capitán general Pedro Cerón y su esposa Sofía de Santa Gadea fueron fundadores del mayorazgo de Arucas. En 1577 hicieron una agregación al mismo, adquiriendo el ingenio de Guadalupe, próximo a la Montaña de Doramas, en el barranco del Aumastel, con sus casas de molienda, purgar y de calderas, molinos y otros pertrechos, además de los anexos y pertenencias, con tierras para cañas y aguas de la acequia real de Firgas. Se compró a los herederos de Alonso de la Barreda y Ana de Vera, sus hijos: Luis de Mendoza, Martin de Vera, Alonso de la Barrera y Diego de Vera. Recogido en instrumento público ante Alonso de Balboa, cit. CABALLERO MÚJICA, F. 1973 p 113.

[32] PÉREZ HERRERO, E. (1992) nº 242.

[33] PÉREZ HERRERO, E. (1992) nº 874.

[34] En la tesis del profesor Anaya (1994) presenta un capítulo dedicado a la familia judeoconversa Herrera, originaria de Toledo.

 

FUENTES

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Archivo Histórico Diocesano de Canarias (AHDC)

          Pª El Sagrario: libros sacramentales.

          Protocolos Notariales: Noticias e Índices de Testamentos (NIT).

Archivo El Museo Canario (AMC)

          Fondo de la Inquisición (Inq)

          Fondo Magistral José Marrero (FMM)

Archivo Histórico Nacional (AHN).

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