JOSÉ ANTONIO QUINTANA GARCÍA
Ponencia presentada en el XI ENCUENTRO DE GENEALOGÍA GRAN CANARIA, organizado por la Real Sociedad de Amigos del País de Gran Canaria y Genealogías Canarias, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en noviembre de 2024.
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INTRODUCCIÓN
En febrero de este año ofrecí una charla en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre el tema: El aporte cultural de los canarios en Cuba, mientras preparaba la ponencia constaté que varios intelectuales, periodistas, profesores, artistas y escritores tenían vínculos familiares, tema que merecía un estudio específico. Por eso, cuando Eugenio Egea amablemente me invitó a participar en este Encuentro de Genealogía, le propuse exponer resultados parciales de la investigación, unas notas que pretenden despertar el interés por una temática poco frecuentada por la historiografía.
Sobre el concepto de redes intelectuales existen diversos criterios. Resumiéndolos Adriana Rodríguez Alfonso nos dice que “puede definirse como las interrelaciones dadas entre un conjunto de personas abocadas a la producción y difusión del conocimiento, ya sea científico o cultural, las cuales se intercomunican a lo largo del tiempo”.[1]
En los estudios de las redes intelectuales, por lo general, han quedado fuera del foco los vínculos, la labor de personas que tienen también en común lazos familiares. Esto se evidencia, por ejemplo, en el caso de numerosas indagaciones acerca de procesos migratorios ocurridos en Canarias.
Estas redes familiares no solo se dieron entre emigrantes canarios, sino también con sus parejas sentimentales nacidas en los países donde se establecieron.
En estos apuntes, me referiré a algunos ejemplos de lo sucedido en Cuba.
La Habana, década de 1950. CNN. |