domingo, 21 de agosto de 2022

LA CASA DE MOLINA EN LA OROTAVA. ASCENDENCIA Y HOMENAJE A LUIS I. EGEA MANRIQUE DE LARA

 JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

EUGENIO EGEA MOLINA   https://orcid.org/0000-0002-9433-6298

 

I. Introducción y antecedentes

Molina de Aragón. Foto: Wikipedia
La mayor parte de los autores afirman que los del apellido Molina pertenecen a una rama de casa de Lara y que comenzaron a tomar el apellido por haber recaído en la misma el Señorío de Molina. El famoso conde Don Manrique de Lara, alférez Mayor del Emperador Alfonso VII, fue primer señor de Molina, descendiente de los Condes de Castilla y de condes Visigodos si nos atenemos a la genealogía al uso como exaltación  de personajes y descendencia (Chaparro D’Acosta, 1978; Zárate Cólogan, 2003), este Don Manrique fue padre de la Reina Mafalda,  señora  de Don Alfonso Enríquez, primer rey de Portugal (Anónimo, 2001, Nobiliario de los Reynos de España); en contraste existen otros relatos fruto de las investigaciones de historiadores reputados: “Al morir Sancho III había dejado la tutela de su hijo a Gutierre Fernández de Castro, señor de Castrojeriz… Frente a los Castro, disputándoles la regencia, surgió otra poderosa y turbulenta familia, la de los Lara, sin relación de parentesco con los forjadores de la independencia castellana (según otros datos genealógicos son descendientes de los conde de Castilla como hemos visto mas arriba), pero muy poderosa desde que Pedro González de Lara emparentara años atrás con la familia gallega de los Traba, principales condes de Galicia  y vasallos de la reina Doña Urraca y se ganara por ello su favor, y (y algo mas) con la que tuvo varios hijos. Este conde de Lara había mantenido siempre una actitud hostil a Alfonso VII… Uno de  sus hijos, el conde Manrique de Lara se podía considerar uno de los nobles mas poderosos  que además de haber sido investido por el rey difunto con el cargo de alférez del reino… este consiguió la tutoría del heredero  y con esta en sus manos y el título de alférez del reino, su poder en Castilla no tenia limites” (Avilés Fernández y otros, 1973); parte de sus descendientes originarios de la rama cuarta de los Molina de la Casa de Lara poblaron Úbeda en 1285. De esta guisa se originaron varias casas nobles entre ellas los señores de Molina, Mesa, El  Postigo de Úbeda, ascendientes de nuestros Molinas canarios cuyos vástagos se distinguieron en diferentes servicios a la monarquía castellano-leonesa; procedieron de aquí dos líneas importantes: una mayor, la de los Molina Quesada y otra segunda la de los marqueses de Villafuerte. Como consecuencia realmente es una rama de los Lara y son un tronco escindido de Manrique de Lara quizás sea otro de ellos  los Manrique que radicaron en Gran Canaria (Lobo Cabrera, 1990) casi cuarenta años antes  del establecimiento de  los Molinas en Tenerife, y apostillamos esto por la relaciones familiares posteriores de su descendencia, con la proximidad e intereses comunes evitando a veces la endogamia secular. La casa Molina en Canarias tiene unos cuatro siglos de estancia con descendencia de los caballeros y fijodalgos de Úbeda, como más adelante describiremos.

En relación a su escudo de armas, nuestra hipótesis es  que el blasón primitivo de estos Molina reflejaban su pleitesía al Emperador Alfonso VII, en campo de azur torre de plata, tres flores de lirios de oro en compás, orla roja con aspas de oro (la evolución del mismo la debatiremos en otro apartado acerca de los distintos emblemas heráldicos empleados por la familia). Las flores de lis son homenaje a la casa borgoñona de la que era heredero el Emperador por su padre Raimundo de Borgoña, emblema que poseían a la par con las ilustres familias de Francia y como emblema Real los Capetos, Valois o  Borbones.

 

II. Molinas en Canarias

D. Francisco de Molina López de las Doblas, natural de Baeza, fue traído a Tenerife por su tío Juan Molina Quesada,  alrededor de 1592,  convirtiéndose en  el iniciador de la segunda rama Molina Quesada en las islas. Llegado con perspectiva de un nuevo futuro quizás, en principio, con destino los “virreinatos” americanos. Su asiento primigenio en Tenerife fue en Garachico, parece que no arribaba con las alforjas vacías, trataba con comercio azucarero y de vinos.

Establecido  en La Orotava, solo sabemos que Francisco, con su tío Juan,  creó un próspero asentamiento de  actividades comerciales con estrechos vínculos familiares, Francisco era hijo de Constanza de Molina Quesada (novena hija de Guiomar Molina y de su esposo Francisco Cazorla de Quesada) -hermana de Juan Molina Quesada- nacida en Úbeda y casada en Baeza con Alonso López de las Doblas, hijodalgo notorio de Linares y regidor perpetuo y procurador general de Úbeda. Este Francisco de Molina de las Doblas accedió al cargo de capitán, celebrando esponsales en La Orotava, el 31 de Agosto 1593, con Isabel Benítez de Lugo Valcárcel -o Isabel de Lugo Valcárcel- (su primo fue el alférez mayor Francisco Valcárcel Ponte Lugo que compartió vida matimonial con una  prima de Francisco Molina, María Molina Quesada cuyos padres fueron el nombrado Juan de Molina Quesada, primero en Canarias, y su cónyuge Cornelia Franzaces, natural de Flandes), hija del maestre de campo Francisco Benítez de Lugo y de María Magdalena Valcárcel, de nobles familias. Patrono de la capilla del Espíritu Santo en la iglesia del convento de San Julián del Puerto de Garachico y Compatrono con el Cuerpo de la Nobleza de la Villa de La Orotava del monasterio de Nuestra Señora de Gracia del Orden de San Agustín en la villa. En esta rama se formó en los últimos años del siglo XVIII (1793), con Nicolás de Molina y Briones la línea de la Casa de Molina en Santa Cruz de La Palma, como abajo describiremos.

El matrimonio de Francisco Molina de las Doblas e Isabel Valcárcel Benítez de Lugo es el iniciador, como comentamos, de la rama segunda de Molina Quesada en Canarias, tronco de los marqueses de Villafuerte. La edificación familiar de la Orotava fue construida en el siglo XVI, por Francisco de Molina y López de las Doblas, es uno de los casos excepcionales de una familia que solo contando con dos generaciones y en apenas en dos décadas acumulaba una fortuna considerable, así como uno de los patrimonios principales en La Orotava a raíz del cual  tuvieron unos ventajosos enlaces con aquellos descendientes de las familias que directamente provienen de los conquistadores y que tuvieron amplios repartimientos de tierras en el Valle de Taoro. 

Dejaron una nutrida descendencia, que bien alcanzaron puestos relevantes puestos en los estamentos del poder mediante los cuales se accedieron a un elevado estatus social, que quizás no les correspondían por condición de nobleza, pero igualmente por ventajosos enlaces y  como a continuación relataremos (Fernández de Béthencourt, F.). Se encontraba este apellido con anterioridad, si bien es anecdótico, no aparece ser esta línea “en el veinte e ocho de abril del dicho año (1506), encontramos Fernando de Molina, vecino de la villa de San Cristóbal de La Laguna, testigo tomado por el dicho Reformador para ver información acerca de la dicha Reformación a él cometida por sus Altezas, juró en forma de derecho, fue preguntado so cargo del juramento que fizo: Molina (interrogatorio): Por la dozena pregunta del interrogatorio de la dicha reforma, dixo que en quanto cree este testigo que los vezinos de esta isla son mal tratados de los que tienen cargo de justicia e que este testigo puede aver tres o quatro meses que le enbió a llamar el bachiller Alonso de Velmonte, teniente del Adelantado, a casa de Lope Fernández, regidor de esta isla. E que él fué allá e le dixo el dicho teniente que diese a seis honbres que estavan presentes, que servían al Adelantado en su engenio, seis pares de zapatos que él se los pagaría e que este testigo se fué con los dichos a una tienda del dicho … que non ay que lo oiga que quiera venir a la isla e que esto es lo que sabe para el juramento que fizo e firmó o de su nonbre, Fernando de Molina (Serra Rafol y de la Rosa Olivera, 1953).

Casa Molina en La Orotava.

 

III. La Casa y la primera generación de inquilinos

Se establece en primer lugar  la descendencia del capitán Francisco Molina de las Doblas que supuestamente habitaron durante la infancia, niñez y juventud como primera estancia la casa de Molina, sita en calle de San Francisco, por el hecho de que allí radicaba el matrimonio y donde fueron concebidos y posiblemente paridos como parte de una tradición natural de la esta época donde el hogar era el paritorio. Se completa la sucesión de inquilinos, y se especula posteriormente con aquellos que posiblemente la moraron,  por ser prolífica la sucesión de aquellos hermanos que no fueron célibes, y de paso, nos ahorramos una serie de notas que seleccionaremos en la bibliografía de genealogistas que han estudiado a la familia.

Hijos de Francisco Molina de las Doblas e Isabel Benítez de Lugo Valcárcel:

1. D. Francisco Molina de Lugo, bautizado en La Concepción de La Orotava a 6 de septiembre de 1591, muerto sin posteridad en las Indias.

2. Capitán Baltasar Molina de Lugo, bautizado 3 enero 1596, casado con Catalina Llarena Carrasco Ayala, descendiente de los condes de La Gomera, en 1616 en la villa de la Orotava, hija del  capitán Alonso Llarena Carrasco, regidor, y de su mujer  María de Azoca Recalde. Primogénito después de la muerte de su hermano, fundó mayorazgo como consta en su testamento ante el escribano público de La Orotava Juan González de Franchi, en 2 de septiembre. El vínculo que fundó su padre Francisco Molina con facultad  de nombrar a uno de sus hijos, designó a Baltasar. De esta manera, heredó la vivienda y allí se estableció su descendencia y dentro de ella aquellos que fueron los beneficiados por línea agnada del usufructo de la residencia como referencia familiar.

3. D. Alonso de Molina y Lugo, bautizado en 22 de noviembre de 1598, licenciado en Jurisprudencia, del gremio y claustro de la Universidad de Salamanca, que matrimonió en dos ocasiones: primera, con Dña. Juana del Hoyo Solórzano y Ayala, su única hija del  primer matrimonio, que interesa de especial interés, dado la línea sucesoria,  fue  Dña. Luisa Catalina de Molina y del Hoyo, primera marquesa de Villafuerte, después de contraer matrimonio con su primo.

4. Dña. Constanza Molina Lugo, bautizada en 1597, casada  con el regidor Juan Francisco Ponte Calderón, hijo de Pedro Ponte de Vergara y Mariana Calderón, II Señores de Adeje. Tuvieron como hijos: Mariana Ponte Molina mujer del capitán  Juan Monteverde; capitán  Pedro de Ponte; lcdo. Francisco Molina presbítero y Catalina Molina.

5. Ldo. Bartolomé Molina Lugo, presbítero, fundador de  un  vínculo para su sobrina Magdalena Molina, hija del  ldo. Juan Molina y Ana de la Guerra.

6. Ldo. Juan Molina Benítez de Lugo, estudió leyes en la Universidad de Salamanca, casado con  Ana de la Guerra Soler, hija del  capitán  Simón Lasso de la Guerra y Juana Soler de Arguijo, hija del teniente de gobernador de Tenerife Gaspar Soler Padilla, oriundo de Cataluña, y de Jacobina de Arguijo.

 

IV. Estudios, financiación y rango social

Como se puede colegir fue una familia bastante ilustrada en donde la mayoría de sus miembros tuvieron estudios universitarios en Salamanca, entonces Universidad por excelencia y de prosapia en el conjunto de los Reinos de España en donde existían junto a Alcalá de Henares las cátedras con  mayor predicamento y acorde a los valores católicos y pilar de la Contrarreforma que todavía coleaba en esos años. Pero en estos párrafos quisiéramos poner de relieve estas circunstancias que comprenden los estudios de un canario que tiene que desplazarse a la península, sin poseer de ciertos privilegios y  mecanismos de inscripción, admisión y financiación, basada en pliego aprobatorio y de suficiencia extendidos por la Iglesia, con toda una suerte de currículos suponemos, con el sello del Santo Oficio como condición previa, y estancia en lo que en principio se refiere a lo que en principio serían los gérmenes de los Colegios Mayores que, en todo caso, fueron Seminarios Seculares, sin obviar alojamientos en casas particulares de vecinos de la ciudad, deudos y seguramente siempre con alojamiento de débito: De la escasa decena con grados reconocidos existentes en 1475 se pasó a las 32 existentes hacia 1625, 18 de ellas en la Corona de Castilla, incluyendo las tres denominadas «mayores», Salamanca, Valladolid y Alcalá, además de 8 colegios-universidad y 5 conventos-universidad (Hernández González y Casado Arbonés, 2004).

En nuestro esquema con los hermanos  Molina, en cuanto al soporte de sus estancias, se trataría en todo caso de generaciones todavía muy cercana a su condición peninsular donde atrás, en periodos que se pueden establecer como cercanos temporalmente, quedan parientes, quizás relaciones comerciales todavía sostenidas, que podrían de alguna manera costear estos estudios, por intereses creados no cumplimentados que de cualquier forma constituían  en esos años un privilegio de familias  dotadas en cuanto a fortuna y prestigio en el ámbito social, además de contar con apadrinamiento de socios comerciales, es difícil, por otra parte,  imaginar las vicisitudes  de estos viajes atlánticos en esas fechas con ajuar, bolsa de doblas, avales y cartas de recomendaciones, acompañados seguramente en la travesía por “viajantes” de confianza o parientes,  con  cierta incertidumbre con plenas garantías en tales derroteros, si tenemos en cuenta las guerras sostenidas por el imperio español sometido constantemente  al hostigamiento y la continua interceptación con frecuencia por buques de la armada francesa e inglesa, toda una aventura, y más cuando nuestro país entre comillas estaba asediado por todos aquellos limítrofes por tierra y mar.

¿Que procedimientos existían entonces para  llegar a tener acomodo, menestra y encima estudiar y licenciarse? Podemos figurar en cierto sentido que eran realmente tratados como otra mercancía que iba acreditada con las enviadas  entre el Reino y a buen recaudo para garantizar en lo posible la ida y vuelta, avaladas por la confianza de constantes transferencias y recepciones, e incluso portadores de letras de cambios al uso, con el simple mecanismo en lo que se refiere a su modo de funcionar como era lo habitual en estos casos, pues existía un librador, que era el que emitía la letra, un tomador quién la aceptaba como instrumento de pago o crédito, pudiéndose negociar, y un librador, quién finalmente hacía efectivo su importe (E. Torres Santana, 2004).

Es importante remitirnos a los trabajos de los profesores Macías Hernández (1992) y Torres Santana (1994) para entender todo los mecanismos que entonces conformaban este comercio, en el pasaje rutinario también que de tarde en tarde  los futuros universitarios aprovechan para su traslado. Sería revelador conseguir las actas que creemos archivadas de los estudiantes de Leyes en este periodo de tiempo para confirmar los expedientes de los hermanos Molina, seria revelador y no solo una hipótesis que, de alguna manera, quiere dar prestigio genealógico a determinadas familias por ciertos memorialistas proclives al ensalzamiento de castas adineradas, dado que ni siquiera del famoso estudiante canario de Salamanca Bernardo González de Bobadilla, poeta y escritor de Ninfas y pastores de Henares no consta hallarse  inscrito en la afamada universidad (Santana Sanjurjo, 2000).

 

V. La Casa y sus moradores por línea marquesal y otras vicisitudes

Como primogénito del capitán Baltasar Molina de Lugo, vio por primera vez la luz en la referida casa, D. Francisco de Molina Llarena Lugo y Ayala, capitán del Tercio de la Infantería Española, insigne bienhechor de la orden agustina que junto a su hermano fray Bartolomé fueron padrinos y promotores de la orden en la Orotava, además donó la urna del Santo Entierro, actualmente en la parroquia de San Juan.  Caballero de la Orden de Calatrava fue nombrado Vizconde de las Arenas y I marqués de Villafuerte por Real Orden de Carlos II en 1680.

Continuó por línea sucesoria a manos de su hija Francisca Molina del Hoyo, II marquesa de Villafuerte, heredera del título al no existir primogenitura por línea de varón,  casó Doña Francisca en primera nupcias con el Maestre de Campo de la Infantería española Martín del Hoyo Solórzano y Alzola, el hermano mayor del primer marqués de la Villa de San Andrés, y en segundas nupcias con D. Luis Prieto del Hoyo y Anchieta, Aguacil Mayor del Santo Oficio,  sin sucesión de ambos matrimonios. Casa y título pasó a su hermana Isabel de Molina y del Hoyo, III marquesa, casada con el capitán Juan Fco. Franchi Alfaro, caballero del hábito de Calatrava, sin descendencia, el marquesado junto con la Casa y el Mayorazgo, instituido ya remotamente por Francisco Molina “el Viejo” fueron a pasar a Juan II Molina Ponte y Castilla, IV marqués de Villafuerte, hijo primogénito de una prima hermana de su padre, que contrajo nupcias con Josefa María Rosa de Briones Sotelo y Maldonado. Al parecer este matrimonio se acomodó en su casa solariega del Majuelo en  la villa y puerto de Garachico, el segundo con mayor tráfico comercial de la isla, hasta que los daños provocados por la erupción volcánica en 1706 motivaron su decadencia y el traslado de gran parte de sus comerciantes se trasladaron al Puerto de Santa Cruz que, junto al Puerto de La Orotava (Puerto de la Cruz) pasaron a ser los polos importantes del trasiego comercial en la isla, si bien guardaban como propiedad en la Orotava la Casa marquesal.

Sucedía su hijo primogénito D. José Domingo de Molina y Briones, V marqués de Villafuerte, y Señor en parte de la isla de la Gomera, y también mayorazgo de las Casas de Molina, Ponte-Ximénez, Llarena y Briones, falleció en la Orotava y presuponemos que en su residencia solariega, la que trataremos detalladamente a lo largo del trabajo.

Aquí queremos destacar en alusión al título del trabajo, que en la línea de su hermano D. Nicolás de Molina y Briones matrimoniado con Doña Luisa  Antonia Fierro y Sotomayor en La Palma, se inició con uno de sus hijos Nicolás Molina y Fierro, cónyuge de Doña Mª Josefa Van de Walle y Valcárcel, y a través de su segundo hijo D. Juan Manuel Molina Van de Walle que contrajo nupcias con Doña Manuela Poggio y Álvarez-Lugo (n. 1861), si descendencia reconocida, testó y no nos aclara donde fueron a parar sus vínculos y propiedades, aunque suponemos que a sus sobrinos,  entre ellos a su hermana menor, casi su hija: Mª de los Dolores (n. 1879), la relación que nos interesa de costado de los Molinas con nuestro homenajeado Luis Ignacio Egea Manrique de Lara, si bien es Mª Dolores la que prevalece en su ascendencia, así lo entendemos según las pesquisas en el Nobiliario I, y III, Casa de Molina (Nobiliario, III, Casa Poggio), daremos cumplida cuenta en árbol genealógico que ilustra el trabajo y hemos elegido de sus distintas ascendencia con varios troncos iniciados  en los hermanos Molina Lugo, hijos de D. Francisco Molina de las Doblas y sus inevitables conexiones con las otras barajadas, aquella que parte en principio de la línea agnada y que incluye al IV marqués de Villafuerte, que podríamos considerar más directa y cercana, en el sentido de que se conserva el apellido Molina con proximidad, hasta acércanos a Poggio y por otro lado la que converge con esta con el colofón de los Manrique de Lara.

Antepasados de Luis I. Egea Manrique de Lara partiendo del capitán Francisco Molina de las Doblas que en sus hijos el capitán Baltasar Molina Lugo y el licenciado Juan Molina Lugo, alcanzan sus ramas paterna y materna.

Perdemos la pista de los que se instalaron en la vivienda como residencia habitual, al radicar los distintos marqueses en Garachico, como hemos apuntado, según parece en una publicación sobre la historia y descripción de la Casa incluida en el catálogo Conjunto Histórico de la Casa de Los Balcones (Información Propia de la Casa de los Balcones. Luque Hernández, 1998), aquellos que la sustentaron hasta su total abandono: “Con el tiempo gozó de estos vínculos y distinciones Mª Luisa de Molina y Fierro, VIII marquesa de Villafuerte, quien al morir en 1862, la transmitió a su hijo José León-Huerta y Molina, diputado en Corte, Senador del Reino y maestrante de Sevilla, esposo de Mª del Carmen Bernuy y Ossorio de Moscoso, marquesa de Valparaíso, con grandeza de España, que al no tener descendencia pasa todos sus bienes y títulos a su sobrina Mª del Carmen Luisa de León-Huerta Molina y Cólogan, X marquesa de Villafuerte (1900-1986)”. Residían alternativamente entre la morada orotavense y su casa solariega de Los Majuelos en Garachico, que sostuvieron anteriormente varios de sus ascendientes.

En la segunda mitad del siglo XIX, el edificio se convirtió en un local para castear gallos de peleas y así mismo en recinto para las mismas, al poco tiempo en 1880 se abrió un expediente de declaración de ruina, consecuente al deterioro por la concurrencia de un público variopinto y con poco civismo a las peleas. En la segunda mitad del XX fue enajenada por Lorenzo Machado Benítez de Lugo quien restauró el edificio dejándolo como en los tiempos esplendorosos de la Casa Marquesal. Fue su hija Eladia Machado la que lo convirtió en un punto de referencia de la artesanía canaria, con talleres de calados y confecciones de trajes típicos regionales, además de museo etnográfico. Hoy la propiedad es de sus hijos los Sres. Schönfeldt Machado que mantienen esta tradición, junto a otras casas de este conjunto museístico de San Francisco.

 

VI. La Casa de La Orotava: descripción

Edificio renacentista (siglo XVI), edificada sobre dos plantas, en su fachada destaca la portada plateresca de cantería donde aparece en la cornisa superior la fecha del 1680, posiblemente conmemorativa por la obtención del título por parte de los descendientes de marqueses de Villafuerte, si bien se estima “su fabrica en 1590” (F.G. Martín Rodríguez, 1978): “de líneas sencillas, con pilastras cajeadas, sobre las que aparecen círculos. En la parte baja del pedestal y en el extremo de la cornisa hay una decoración vegetal encerrada en óvalos. El balcón, descubierto, muy estrecho y de bellos balaustres torneados, tiene base de cantería con dos remates laterales, y se decora por su parte inferior con una línea de dentículos. La forma y colocación del balcón, muy estrecho emparenta a esta casa con tipos semejantes de Las Palmas. El segundo piso repite la organización de la planta baja. Cubre toda la fachada un alero doble de madera y fila de tejas” (F.G. Martín Rodríguez, 1978). Los techos de las salas principales están suntuosamente decorados con artesonados labrados en madera. Su patio interior es de construcción posterior a la fachada, no existió nunca patio interior abierto típico de las casas de la época: …careciendo del típico patio a la usanza tradicional canaria” (Hernández Gutiérrez, 2003), parece abierto después de su restauración, la teoría es que se aprovechaba estos cerramientos para dependencias de almacén de los productos agrícolas procedentes de las distintas explotaciones de la familia. En la actualidad  es la Casa del Turista, especie de expositor del acervo histórico de Tenerife con ventas de suvenir para los visitantes, de la que ya hemos descrito en apartados anteriores al referirnos a su actual explotación. No es casa “armera” pero histórica por su significado como mansión considerada una de las Doce Casas de La Orotava. Se asimila arquitectónicamente a la casa de San Martín de La Laguna, también destacable por la portada de líneas muy sencillas y sobrias con pilastras cajeadas: “…es en las fachadas, y eso es normal en cualquier parte, donde se aplican los elementos arquitectónicos formales vinculados al clasicismo renacentista, manierista, barroco o neoclásico. A la vez la portada es la que concentra los modismos estilísticos y la que mejor logra destacar y evidencia la alcurnia y los recursos de quienes viven en el interior de la vivienda” (Gasparini, 1995). La balaustrada torneadas del balcón también es original e irrepetible en estas casonas de La Orotava, el mismo balcón descansa en un dintel continuación del portal con perillones en las varias esquinas de la fachada y laterales. Las hojas de maderamen de los vanos del portal, como los del balcón  son típicas de labra con cuarterones sencillos enmarcados en cuadrículas, mas amplia en las labradas en la hojas del balcón. El escudo de Armas en dibujo esquemático de Francisco de Molina, extraído de las Doce Casas y familias nobles de La Orotava, dista en varios aspectos el descrito por Fernández de Bethencourt en el Nobiliario de Canarias tomo I, que define para Molina: De azur una torre de plata, á su pié media rueda de molino también de plata, acompañada de tres flores de lis de oro; la bordura de oro cargada de ocho aspas de gules. El blasón obtenido del grabado de las Doce Casas, presenta torre sobre terrado, con leones rampantes coronados y empinados a ambos flancos, en jefe o superado por una flor de lis. Bordura cargada de ocho aspas.

Por último la versión quizás más antigua que tenemos y que hemos descrito anteriormente en el capítulo de antecedentes es recogida del Nobiliario de los Reynos Hispanos (Anónimo, 2001): en campo de azur torre de plata, tres flores de lirios de oro en compás, orla roja con aspas de oro


 

VII. Breves datos biográficos de Molinas relevantes

- María de Molina, reina y regente de Castilla y León casada con Sancho IV, fue llamada así por ser señora de Molina, su verdadero nombre y apellidos era María Alfonso de Meneses hija del infante Alfonso de Molina y Doña Mayor Alfonso Meneses, tomo la regencia tras enviudar de Sancho que se mantuvo como rey once años (1284-95), no fue tan breve su reinado como se señala normalmente en la historiografía, inmediatamente se vio asediada por el asalto de la nobleza en varias ocasiones para arrebatarle la tutela y el reino a su hijo en minoría, el futuro Fernando IV, en un contexto levantisco que parecía el más propicio para que los partidarios de los de la Cerda reivindicasen sus derechos al trono con el apoyo de un importante conjunto de la nobleza castellana y con unas ciudades que acaban de tomar una opción política definida y coordinada. Mientras tanto, la falta de legalización del enlace matrimonial con Sancho (existieron problemas por consanguineidad y un compromiso anterior de matrimonio) seguía utilizándose para restar legitimidad a Fernando para convertirse en efectivo sucesor de su padre, pero apoyándose en el estamento popular y en algunos sectores de la pequeña nobleza (uno de los destacados miembros de la nobleza, junto a otros magnates de castilla, fue un personaje de la familia de Lara: Juan Núñez de Lara, que prestaron su apoyo por la suma de tres mil maravedíes) supo conjurar el peligro. Tanto su casamiento, reinado y regencia paso por muchas contrariedades que la convirtieron en todo un símbolo de firmeza y tesón en sus múltiples quehaceres de negociadora para mantener la regencia y el trono de su hijo (Mitre, 1979; Nieto Soria, 2022). Desconocemos la sucesión del Señorío de Molina, pero es claro que existieron diversos ciudadelas de Molina, Molina de Aragón la mas nombrada; fue el 1º señor de Molina Manrique de Lara, que constituyo un señorío independiente recibiendo fuero propio, familia que en varias ocasiones emparentaron con los de Castilla.

- D. Fernando Molina Quesada, docto interviniente en la tertulias del marqués de Villanueva del Prado, un ilustrado de la época, y perteneciente a línea Mayor de los Molina: …” Cuando se hable del ambiente cultural de La Laguna, Tenerife, en la 2ª mitad del siglo XVIII, no nos podemos olvidar de D. Fernando Molina Quesada, por ser uno de los personajes que dio tono a la ciudad en los parámetros de la inquietud intelectual de la época. Su actividad mas meritoria hay que referirla a la colaboración que prestó a al Arcediano José de Viera y Clavijo para la redacción de su obra cumbre de la Historia de Canarias; a que es uno de los asistentes y animadores de las memorables tertulias de Nava, y a que participa en el quehacer de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, con no poca labor personal. Acredita su capacidad de trabajo y celo por el bien común que se le encomienda en el Cabildo de la Isla. Ocupa además, debido a su rango, puestos de mando en las Milicias Provinciales, y fue alcaide y gobernador de castillos, siempre preparados para rechazar invasiones de países en guerra con la nación. Sus aportaciones personales al conocimiento no se ponen en duda si analizamos el bagaje de escrito que dejo su pluma. Hacemos una sucintas notas biográficas de este personaje. Nació en S/C de Tenerife el 9 de abril de 1710, bautizado en la iglesia de la Concepción con el nombre de Fernando Vicente , su padrino fue D. Miguel de Nava Grimón  y Aguilar, su hogar parece fue el castillo de San Cristóbal por estar de alcaide su padre  D. Fernando Molina Machado y Castilla. El nombre de Fernando se encontrara en varias generaciones durante el siglo XVIII en tres generaciones seguidas de su linaje. Casó dos veces,  el primer matrimonio,  en 1750, con Doña Ana de Peraza de Ayala y Mesa, el segundo matrimonio con Doña Isabel Pacheco-Solís y Caraveo. Falleció el 24 de julio de 1796” (sic.) (Peraza de Ayala,1977).

- José de Lugo y Molina: cónsul y agente general de España (1754-1835). “La singularidad personal del orotavense José Molina y Lugo, así como las mas conocidas de su hermano Estanislao, pueden encuadrarse  en las coordenadas temporales de la transición al liberalismo desde el Antiguo Régimen. Por su cuna podría considerársele dentro de la “hidalguía burguesa”, con ancestros nobles con parentesco cercano a los marqueses de Villafuerte por la rama Molina, lo que siempre les hizo poseer un fuerte sentimiento de nobleza,  mantenido mas bien por su linaje que por sus bienes raíces. El apellido Lugo por derecho propio, era descendiente de Bartolomé Benítez de Lugo uno de los conquistadores  y sobrino de Alonso Fernández de Lugo, máximo exponente en la conquista de Tenerife. Hijo del Capitán Fco.de Lugo-Viña, nacido en la Orotava en 1705, acreditó nobleza y fue alcalde pedáneo del Puerto de la Cruz, D. José fue fruto de las 2ª nupcias de su padre con Doña Mª Rosa de Molina y Briones (contemplado en la ascendencia del homenajeado Luis I. Egea) , hija menor de los marqueses de Villafuerte, cuyo solar estuvo en Garachico, entonces 2º puerto comercial de la isla de Tenerife. . El primer dato biográfico de D. José de Lugo y Molina fue su nacimiento en La Orotava (seguramente en la Casona Molina), el 11 de agosto de 1754. Su padre le proporcionó una educación esmerada con matices cercanos a la Ilustración que entonces se abría paso en las Islas. Consta que estudio además de la formación clásica, ciencias exactas y, señaladamente economía política  y del comercio que corresponde con su inicial vocación mercantil. Costeó para perfeccionar estos conocimientos viajes a la península, Inglaterra, Francia y Estados Unidos, con bagajes idiomáticos de Francés e Inglés que dominaba a la perfección. En 1793 el Consulado de Canarias lo acreditó con los poderes suficientes y designó oficialmente Agente de Canarias en Londres. Consiguió del Gobierno Inglés un decreto en el que se autorizaba la exportación de vinos directamente de Canarias y otros establecimientos del Imperio en África, América y Asia., D. José de Lugo consiguió en un periodo de declive del vino malvasía un repunte de su exportación entre 1790-1800. Posteriormente fue titular del Consulado de Dunkerque (1796-1798). Muchas vicisitudes continuaron en su quehacer comercial en Francia durante la Revolución  pues fue siempre un liberal moderado, ligado siempre a su hermano Estanislao fallecido en 1833 (De todos los hermanos fue Estanislao el que mayor prestigio y posición alcanzó. Emigrado a Madrid entre los diecisiete y veinte años, ejerció durante unos pocos meses de 1785 el brillante puesto de ayo del hijo del Infante Don Luis hasta que, a la muerte de éste, se encargara de la educación del joven D. Luis María el Arzobispo de Toledo. Empleado en la Secretaría de Gracia y Justicia por Floridablanca, llegaría a desempeñar la Oficialía 2.° hasta su paso, con idéntica categoría, a la Primera de Estado. El 23 de febrero de 1793, Godoy lo promueve al empleo de Director de los Reales Estudios de San Isidro, frente a candidatos de la talla de Jovellanos, con honores de Consejero de Indias y la Cruz de Carlos III, (se cita como participe en las tertulias de Nava [Cioranescu, 1978], y además como se apunta bibliografía existe una Genealogía manuscrita de la familia, otra personalidad a tener en cuenta debido a sus relevantes cargos, al que siguió D. José al sepulcro en 1835. Ninguno de los dos pudieron reposar como fue su deseo y lo habían hecho sus antepasados en la bóveda de los Sres. de Lugo en la capilla Mayor de san Lorenzo del Patriarca en la Orotava (se refiere seguramente al convento franciscano de San Lorenzo, Capilla de San Lorenzo de Piedra, La Orotava) (sic.) (Giménez López y Pradells Nadal, 1989).

- Agustín de Bethencourt y Molina, Ingeniero e inventor. Agustín José de Béthencourt y Molina nació en el Puerto de la Cruz el 1° de febrero de 1758 y fue bautizado el día 7 en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Era hijo del teniente coronel de infantería don Agustín de Béthencourt y Castro, caballero, nacido en Las Palmas de Gran Canaria (hijo éste del coronel don José de Béthencourt y Castro y de doña Ana Jacques de Mesa), y de doña Leonor de Molina y Briones, nacida en Garachico el 20 de febrero de 1732, hija de los cuartos marqueses de Villafuerte. Ingresó como Cadete en las Milicias provinciales en 1777, en las que alcanzó el grado de Capitán agregado del Regimiento de La Orotava en 1792; Ingeniero de extraordinaria valía, desempeñó los cargos de Inspector General de Puertos y Caminos y de Director de la Escuela de Caminos, de la que había sido uno de sus fundadores. Fundó, asimismo, el Real Gabinete de Máquinas del Palacio del Buen Retiro, del que fue primer Director; Intendente del Rey Don Carlos IV, Socio Honorario de la Real Academia de Bellas Artes, le fue concedido el Hábito de la Orden de Santiago, el 16 de julio de 1789. Residió mucho tiempo en Francia e Inglaterra, dedicado a los estudios de Ingeniería, en 1784 presentó en la Academia de Ciencias de Paris un proyecto sobre el funcionamiento de la maquina de vapor de doble efecto que había mejorado con sus estudios de este artefacto en Inglaterra, también una serie de mediciones para establecer valoraciones entre la temperatura y presión de vapor,  y fue nombrado Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de París; se trasladó más tarde a Rusia en 1808 al aceptar un contrato de trabajo por parte del Gobierno, allí mejoró la industria armamentística, proyectó puentes  y construyó el acueducto de Taiza como obra maestra de técnica constructiva, en su Corte fue uno de los personajes más prestigiosos e influyentes. El Zar Alejandro I le distinguió con estrecha amistad personal, otorgándole los grados de Mariscal de Campo y Teniente General de !os Ejércitos y el cargo de Inspector General de las Vías de Comunicación del Imperio. Fundó en San Petersburgo la Escuela de Ciencias Exactas y la de Ingenieros Hidráulicos, reorganizó la Academia Imperial de Bellas Artes y fue condecorado por el Zar con la Banda de San Alejandro Newski. Este ilustre canario, gloria de la Ciencia, murió en San Petersburgo el 14 de julio de 1824. De su matrimonio con la dama inglesa Doña Ana Jourdan, fallecida en 1853, tuvo nutrida descendencia, radicados la mayoría en Rusia (Nobiliario III; Padrón Acosta, 1958; Fernández-Armesto, 1981).

  

FUENTES DOCUMENTALES

- Archivo Acialcázar. Legajo Molina.

- Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Archivo Fernández de Bethencourt: Molina.

- Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Archivo Zárate-Cólogan y Archivo Román.

- Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Genealogía manuscrita de Estanislao Lugo Molina.

- Archivo Histórico Diocesano de S. Cristóbal de La Laguna. Libros sacramentales de La Concepción de La Orotava y La Laguna, y Garachico.

BIBLIOGRAFÍA

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