BUSCANDO LAS RAÍCES DE GABRIEL
Relación genealógica de cuatro familias canarias
Autor: Antonio Bolaños García.
Editor: EDIGECA
GENEALOGÍAS CANARIAS Plataforma de difusión de la genealogía e historia familiar desde Canarias. Blog abierto y plural donde participan y pueden participar los investigadores que lo deseen, manteniendo la rigurosidad en sus trabajos. Cada entrada es responsabilidad de los autores firmantes. Administradores/editores: Cristina López-Trejo Díaz y Eugenio Egea Molina. Contacto: genealogiascanarias@gmail.com
BUSCANDO LAS RAÍCES DE GABRIEL
Relación genealógica de cuatro familias canarias
Autor: Antonio Bolaños García.
Editor: EDIGECA
DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE TIAS: SIGLO XVII A 1922.
Autores: Sergio Oliva López y Guillermo Perdomo Perdomo.
Le Canarien ediciones.
HORACIO CONCEPCIÓN GARCÍA
Ponencia presentada en el X ENCUENTRO DE GENEALOGÍA GRAN CANARIA. Homenaje a Carlos Gaviño de Franchy, organizado por Genealogías Canarias y Real Sociedad Económica del País de Gran Canaria, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria del 14 al 16 de noviembre de 2023.
Los cimientos del asentamiento de los portugueses (la masa más importante de extranjeros en el Archipiélago) en la isla de La Palma, durante el siglo XVI y primera mitad del XVII, están originados por varios motivos. La proximidad de Canarias a las islas de Madeira y Azores y al propio Portugal continental hizo que los grupos perseguidos por su origen judío contemplaran las islas recién conquistadas como un refugio providente y salvador. Otro aspecto fundamental para esta colonización de origen lusitano en La Palma fue la especialización que poseían muchos de ellos, como técnicos en la recién implantada industria azucarera o maestres de agua, especialistas en calcular el caudal de agua necesario para irrigar un determinado terreno, además de grandes artífices en la construcción de viviendas, tareas agrícolas y ganaderas, etc.
La situación geográfica del Archipiélago se tornó para ellos en el lugar de paso ideal para el comercio con los territorios africanos y con las Indias, especialmente con Brasil. Los documentos del siglo XVI, desde las datas, las actas de los Cabildos y protocolos notariales hasta los testimonios del sacerdote micaelense Gaspar Frutuoso y del ingeniero cremonés Leonardo Torriani, y los censos de población que han perdurado, muestran cómo la inmensa mayoría de la población trabajadora de La Palma era portuguesa.
MIGUEL RODRÍGUEZ DÍAZ DE QUINTANA
Ponencia presentada en el X ENCUENTRO DE GENEALOGÍA GRAN CANARIA. Homenaje a Carlos Gaviño de Franchy, organizado por Genealogías Canarias y Real Sociedad Económica del País de Gran Canaria, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria del 14 al 16 de noviembre de 2023.
El interés de conocer nuestros ancestros cada vez es más numeroso. Díganlo, si no, las extensas páginas de internet, en donde miles y miles de usuarios preguntan por los orígenes o procedencias de sus apellidos que, dicho sea de paso, cuando la pregunta es relativa a un linaje canario, las respuestas a veces son verdaderos disparates. Un ejemplo, lo tenemos con nuestro característico y popular apellido Monagas. Hay textos que dicen que procede del irlandés Monogan.
Hay que advertir al lector, que la heráldica isleña es extensísima, y de
detenernos en la historia de todos y cada uno de ellos sería una labor
agotadora. Por lo que convendría puntualizar aquellos que por su extensión y
singularidad merecen la pena comentar.
No vamos a profundizar en la historia del nacimiento de los linajes, pero conviene que de manera breve digamos que antes no solía haber apellidos sino puramente el nombre propio. Y fue hacia el siglo siete cuando se empieza a dar a los hijos el sufijo de ez, que significa, “hijo de”.
LUIS SOCORRO HERNÁNDEZ
Ponencia presentada en el X Encuentro de Genealogía Gran Canaria homenaje a Carlos Gaviño de Franchy, organizado por Genealogías Canarias y Real Sociedad Económica de Amigos del País, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria del 14 al 16 de noviembre de 2023.
¡ESTA ES LA INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA!
Y este trabajo en el que invertimos dos años y medio, todo un lujo porque el tiempo es el principal enemigo de los periodistas, por eso cometemos tantos errores….. En mi caso el tiempo ha sido un aliado sobresaliente porque me permitió documentar las últimas investigaciones que desarrolla la comunidad científica. En mi caso, entrevisté a 60 profesionales. Como digo, TODO UN LUJO contar con tiempo suficiente para emprender un proyecto que me llevó a realizar una veintena de viajes por las islas para conocer en profundidad sus registros arqueológicos y poder aglutinar y ordenar la realidad actual de la investigación historiográfica.
RAÚL SÁNCHEZ MOLINA
UNED
https://orcid.org/0000-0002-1288-7716
Ponencia presentada en el X ENCUENTRO DE GENEALOGÍA GRAN CANARIA homenaje a Carlos Gaviño de Franchy, organizado por Genealogías Canarias y Real Sociedad Económica del País de Gran Canaria, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria del 14 al 16 de noviembre de 2023.
Como había destacado en mi primera ponencia en los Encuentros de Genealogías Canarias, “Antepasados y gente sin historia. Una lectura de Genealogías Canarias” (Sánchez Molina 2014), uno de los aspectos que más se reiteran en el blog sobre las familias canarias desde la colonización castellana en el siglo XIV es su diversidad étnica. Y como también se destaca en distintos artículos, ésta se encuentra vinculada con estructuras políticas y económicas propiciadas por la expansión colonial del capitalismo europeo y de sus relaciones inter-Atlánticas ligadas, entre otros aspectos, con el comercio de esclavos o la explotación de monocultivos para la exportación, como la caña de azúcar desde finales del siglo XIV (Wolf 1986 [1982]).
A este respecto,
cabría destacar datos que aportan artículos referentes a apellidos canarios (normandos, flamencos o genoveses) que se contextualizan históricamente con el auge de la producción de la caña de azúcar para la exportación (Hernández Bautista y García
Torres 2013; Egea Molina 2012 y 2013).
Si bien en sus orígenes, estas relaciones inciden en el desarrollo asimétrico de estructuras sociales que favorece la reproducción endogámica de las familias canarias, los desplazamientos posteriores de su población hacia distintas regiones americanas, propician, a su vez, el auge de nuevas conformaciones familiares y relaciones transoceánicas en las entonces colonias españolas americanas, destacadas también en mi segunda presentación “Identidades canarias que cruzan fronteras: ‘Historias escondidas’ de migrantes canarios en América” (Sánchez Molina 2016a).1 Y en el siglo XX, en países como Cuba, eminentemente receptor de las migraciones canarias en la primera mitad del siglo (Rodríguez et al. 2020; Macías 1988; Hernández 2008), y Venezuela, en la segunda mitad (Díaz Hernández et al. 2020). De estos desplazamientos, cabe destacar la formación y reproducción transnacional de la familia, en las que las mujeres canarias, si bien desde posiciones subordinadas, como destaca Cristina López-Trejo Díaz (2012), “Apellidos canarios, una riqueza cultural”, desempeñaron un papel importante en la reproducción de valores culturales canarios en las sociedades donde se fueron asentando, como así lo señala en el caso de las migraciones a Cuba, el antropólogo tinerfeño José Alberto Galván (1998).
Estos desplazamientos propiciaron, en distinta medida, lo que desde finales de la década de los noventa se denominan “familias transnacionales”; definidas por la socióloga Rachel Salazar-Parreña (2001) como unidades domésticas multilocales cuyos miembros, que viven en al menos dos estado-nación, mantienen a sus familias desde otros países. Este fenómeno social, que se ha ido intensificando en las últimas décadas, vinculado a las dinámicas de la globalización y a las condiciones políticas y económicas que propician entre países emisores y receptores, incide en que la mayor parte de los actuales migrantes tengan que mantener y cuidar a hijas/os, padres y madres, así como de otros miembros dependientes de sus familias, a distancia en contextos trasnacionales (Hondagneu-Sotelo y Avila 1997. Mientras, por otro lado, un gran número de mujeres migrantes tienen que incorporarse al mercado laboral del servicio doméstico y del cuidado de niños/niñas, mayores y dependientes en sociedades receptoras, como la canaria.
JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
Estudio sinóptico: aproximaciones a una dinastía aborigen
Se revindica por muchas familias descender de Don Fernando de Guanarteme
y por esta razón se han demandado a especialistas, casi hasta nuestros días,
árboles genealógicos que de línea colateral queden satisfechas estas
pretensiones que en muchos casos parecen ciertas. Ya nosotros en uno de
nuestros trabajos, pendiente de publicación (Rodríguez,
J.M. 2023)[1],
reseñábamos: D. Fernando de Guanarteme tuvo una única hija, Dña. Margarita
Fernández Guanarteme, que casó con Miguel de Trejo y Carvajal que, aunque
tratado de conquistador, su asentamiento en Gran Canaria fue posterior a la
conquista de la isla (Bonnet Suárez, 1960[2]
y Cebrián Latasa, 2003)[3]
La descendencia de este matrimonio dio sangre de los Guanarteme a varias
familias canarias, sin contar las ramas colaterales de su sobrina Dña. Catalina
de Guzmán (infanta Masequera), Dña. Luisa de Betancor (Tenesoya Vidina [también
sobrina]), etc. (González-Sosa, P. 2006)[4],
esta sería la más explícita y sencilla en la línea sucesoria que en principio
recogemos según los autores históricamente reconocidos: distintos troncos del
árbol que enorgullecen a muchos apellidos extendidos a todas las islas, y es en
la actualidad patrimonio histórico de todos los canarios. Sin embargo, tanto la descendencia de Don
Fernando como la de su cercana parentela, en lo que concierne a la sucesión
colateral coetánea, está sembrada de dudas, imprecisiones y contradicciones
dentro de distintos historiadores y que pretendemos, con mucha prudencia, relacionarlos
basándonos en los principales trabajos que en la actualidad han puesto al día
estos aspectos genealógicos. Como principio retrotraernos a la ascendencia de
Don Fernando en sus orígenes más remotos que nos puedan ofrecer la
historiografía que documentalmente nos
ofrece las distintas crónicas y no queremos tergiversar un ápice de lo que nos
cuentan tantos los autores clásicos como los más actuales, con nuevas
transcripciones de documento apócrifo hasta el momento que arrojan luz a esta sucesión, así como interpretaciones
genealógicas que expondremos con bases de fuentes impresas provenientes de genealogistas
con solvencia, en trabajos dispersos que damos por válidos y que aclararemos
documentalmente, también abundar en la
cuestión cuasi mitológica que la sabia tradición nos concede y las recogida en
diferentes anales. En último término, consideraremos mientras recopilemos los
datos fehacientes tanto de la ascendencia como descendencia de Don Fernando, a
aquellas familias que la revindica y quizás nos falte todos aquellos posibles
troncos que lo demandan pero no por omisión sino por desconocimiento, ni tampoco
por falta de ser investigadas, cuestión muy ardua, pues tenemos que considerar
que este árbol se extienden con frondosas ramas a un gran sector de habitantes
de las Islas Canarias, sobre todo a las Orientales; como se ha podido demostrar en numerosas
ocasiones de manera estadística como sencillamente contrastar numerosos
apellidos provenientes de las diversas líneas, pero esto daría para otro trabajo,
y contando con todas aquellas fuentes
que podemos disponer en un tiempo que
consideramos finito, aportadas por genealogistas e historiadores de prestigio. En
primer lugar tomaremos las que se encuentren todas las posibles editadas en la actualidad,
que significa impresas, y tomaremos como siempre el magistral Nobiliario de Canarias (Fernández de
Bethencourt, F. 1952, 1954,
1959, 1967)[5],
como una fuente viva que nos marca muchas posibilidades en esta tarea
complicada que trataremos de simplificar con las noticias más cercanas, sin
menosprecio de otras que también podrían hacerse valer como auténticas y legítimas,
así mismo dejar constancia de personajes del acervo aborigen de Canarias, en
concreto Gran Canaria, si bien también existen descendencia en Tenerife a donde
también se extiende el largo brazo de
los Guanarteme (Rosa Olivera, L.
de la, 1978)[6];
toma un gran protagonismo aquellas actas de escribanías relativas a herencias o
información de nobleza, nacimientos o decesos encontradas que confirman
vínculos familiares (Anónimo: Pérez Herrero, E. 2010)[7], que en la era moderna han aportado y aclarado cuestiones que eran
dudosa y que algunas encontradas han sido puestas de relieve en este trabajo, que
como se comprenderá todavía se trata de un campo abierto al estudio y a nuevas interpretaciones. No es nuestra intención remedar de nuevo la
Historia de Canarias, con nuevas aportaciones en lo que atañe al mundo aborigen
y su entronque con los Conquistadores, sino enlazar genealógicamente a Don
Fernando de Guanarteme. Por último, quizás la tradición oral perdida con los
últimos aborígenes que sobrevivieron con sus costumbres y recuerdos transmitían
la genealogía de sus ascendientes y de la que procedían aquellos Guanarteme o “hijo de
Artemi” (Egea Molina, E. 2021)[8]
que fueron sus reyes, era tradición de los pueblos primitivos de transmitir oralmente
generaciones siendo capaces de enhebrar estos ancestros hasta épocas remotas. Rememoramos
tales tradiciones quizás como recuerdo lúdico la novela “Raíces” de Alex
Haley[9] (seriada
en la pantalla de TV con el mismo nombre: aparecen en los últimos minutos del final
y como imágenes ilustrativas, el autor junto a fotos de antepasados cercanos que
lo conectan a nueve generaciones anteriores). Según Haley, el personaje
central Kunta Kinte está basado en uno de sus antepasados: un gambiano que nació en
1750 fue esclavizado y llevado a Estados Unidos donde murió en 1810. Haley dijo
que su relato de la vida de Kunta en "Raíces" era una mezcla de
hechos y ficción. La medida en que Kunta Kinte se basa en hechos reales es
controvertida, pero es un antecedente de la conservación de la tradición oral
entre diversos pueblos de África y la complejidad de investigarlo, y localizar
a aquellas personas especie de notarios transmisores de genealogía de manera oral entre los que se contaban
indudablemente el pueblo amazigh, persona libre o noble,
del Atlas (Fernández Guerrero, 2021)[10],
de donde se supone que eran originarios nuestros aborígenes canarios.
EUGENIO EGEA MOLINA
https://orcid.org/0000-0002-9433-6298
INTRODUCCIÓN
F. Zurbarán, Doctor en Leyes |
A partir de documentación archivística y bibliografía ofrecemos algunas pinceladas vitales y familiares de Pedro Sarmiento Westerling.
CASA WESTERLING
En Canarias, tuvo como antecesores, por línea agnada o de varonía, a los flamencos Pedro Westerling I (Van Trille), natural de Oudenburg en la diócesis de Brujas (hoy, en la provincia belga de Flandes Occidental), y su mujer Ana Jakes Van Trille (Ventrilla/Bentrilla). Ambos, tatarabuelos del Dr. Pedro Sarmiento y, a su vez, tronco de esta familia en las islas. Ana Jakes, nacida o asentada desde su infancia en la isla de La Palma, Hans Van Trille y Ana Jakes, que por línea materna emparentaba con la familia Van de Walle, sobrina de Luis Van de Walle fundador de esta familia en Canarias, perviviendo el apellido en la actualidad.
DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE TEGUISE: DEL SIGLO XVI A 1923.
Autores:
SERGIO A. OLIVA
GUILLERMO PERDOMO
Le Canarien Ediciones.
https://lecanarienediciones.com/64-genealogias
CRISTINA LÓPEZ-TREJO DÍAZ
https://orcid.org/0000-0003-4409-9260
Lección impartida en el Capítulo Extraordinario de Santiago del Instituto Canario de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme, celebrado en el Teatro Municipal de Gáldar el 23 de julio de 2023.
Cuadro de John William Godward. 1896 |
JUAN M. RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
Antecedentes
Es frecuente que un aficionado a la Historia de Canarias, que considere todas sus vertientes, se interese por lugares emblemáticos que un día fue casa de retiro de familias de cierto rango noble en nuestras islas y en concreto Gran Canaria, a cualquier visitante sensible a la historia y la genealogía no puede sustraerse a estos conjuntos arquitectónicos todavía conservados en lo que se refiere a sus elementos más genuinos. Una estancia en estos centros reconvertidos en Casas Rurales, que mejor consideraríamos de retiro y descanso, alejadas de los polos turísticos convencionales por excelencia en nuestra isla de Gran Canaria que cuenta con lujosos hoteles frente a doradas playas y límpidos mares azules que, desde luego, representó y representa el motor de nuestra economía (Riedel, U. 1972), si bien aquellos descritos como alojamientos de tipo rural, que todavía representa una ínfima parte de esta industria, van ganando terreno por ofrecer quizás otra clase distinta en la concepción del servicio y formar parte de lo que ahora se ha dado por llamar “turismo sostenible” que cada año cuenta con mayor demanda, sobre todo en cierto sector del turismo europeo que eligen el senderismo y la curiosidad por la biodiversidad de cada país o región con el fervor de visitantes que sufre duros inviernos en sus países de remisión, y que atañen no solo a una percepción cívica sino al intercambio cultural, y que beneficia de manera ostensible a los sectores agrícola e industrial de la isla. Realmente se trataba de restablecer los esquemas del alojamiento del incipiente turismo que recalaba a las islas desde las postrimerías del siglo XIX, con el arribo de visitantes ingleses, franceses y alemanes en su mayoría, que se instalaban en casas de campo o en aquellos escasos alojamientos de pensión que existían en Canarias y que buena parte de ellos fueron creados y explotados por estos foráneos ya establecidos que con la visión y la perspectivas del crecimiento de estas visitas se restauran antiguos caserones como establecimientos de estas características (González Lemus N. y Miranda Bejarano, P.G. 2002), o en su caso se construyen hotelitos en distintos puntos de nuestra geografía insular, dedicados esencialmente a acoger a estos europeos septentrionales que venían buscando la bondad del clima y los pintorescos paisajes solo modificados por una agricultura conservacionista y de primor, habría que añadir también a aquellos que acudían a las islas con misionesde exploración y/o científica de los que existe amplia documentación (Herrera Piqué, A. 1987).
LUISA HENRÍQUEZ GUERRA
Juan de Anchieta (1462-1523) |
Al comenzar a investigar a mis familias maternas en el año 2021, sobre todo a los Hernández, me conseguí que uno de mis ancestros, Phelipe Hernández González se casó en 1788 en Caracas con María Andrea de la Luz González Ancheta, y comencé también a investigar la familia de ella, llegando hasta su abuelo Diego Afonso Ancheta que, llegado desde La Matanza de Acentejo de Tenerife, se casó en 1735 en Caracas con otra muchacha de origen canario llamada Ylaria Francisca Rodríguez del Pino. En el acta de matrimonio dan los datos de los padres de Diego y, teniendo sus nombres, me puse a investigar sobre ellos.
LUISA HENRÍQUEZ GUERRA
Hace pocas semanas, días cuando mucho, conseguí que la
JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
INTRODUCCIÓN
Del latín “urtica”, ortiga. Nombre femenino en la Edad Media y de una localidad burgalesa que en la actualidad se nombra como San Juan de Ortega, en los Montes de Oca. En Gran Canaria, Pedro Hernández de Rosiana y Francisca Gutiérrez, de los primeros repobladores de Telde, sus hijos llevaron y transmitieron el apellido Ortega. Dos de sus nietos, hijos de Esteban Hernández de Ortega, se asentaron en Teror: Bartolomé de Ortega que fue Alcaldereal de la villa, y Leonor de Ortega, casados con dos hermanos: Inés y Diego Pérez de Villanueva, respectivamente. A su vez, hijos de Juan Pérez de Villanueva fundador del núcleo terorense y patrono de su Iglesia (Egea Molina, 2013. López-Trejo Díaz, C. 2013).
S. Juan de Ortega, Burgos. Wikipedia. |
Los ejemplos de sucesión genealógica teniendo en cuenta la transmisión de un apellido y troncos comunes con frecuencia se tienen en cuenta como orígenes de una línea, como bien saben los genealogistas, una ingente investigación para desentrañar una maraña poblacional de apellidos inscritos y heredados por línea materno o paternofilial hasta el siglo XIX, antes de que se sistematizara como preferente el apellido del padre, establecido de forma discrecional y sistemática a partir del 1878, creemos que por decreto ley de la Monarquía en la Restauración (había que esconder múltiples vergüenzas de entonces). Con anterioridad se correspondían la transmisión en múltiples casos con reminiscencias matriarcales, intereses que suponían privilegios o ciertamente adquiridos con posibilidades de primogenitura con antecedentes de abuelos, tíos o primos, con derechos de herencias siempre al socaire de los escribanos, antesala de la notaría, que daba fe de tales circunstancias, y que hasta el siglo XX se recuperan derechos a haciendas por trabajos de genealogista que intervienen en litigios sobre derechos que no fueron legitimados (Rodríguez y Rodríguez-Matos, R. 2000) . Superada estas contradicciones que era privilegio de aquellos que podían pleitear, la difícil situación del aborigen canario (así invariablemente identificado en los legajos y documentos después de la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla), fue tortuoso para los antiguos canarios acceder a sus propiedades consuetudinarias, y sus derechos serían en parte satisfechos hasta bastante después de completada la Conquista, y en ciertas instancias se respetó algunas concesiones que comprendían “arrifes”, “malpaís”, etc., valga como ejemplo el feudo a un rey de Gran Canaria como fue acordado en los prolegómenos de la misma a Fernando de Guanarteme, señor de Guayedra, lugar entonces inhóspito y de difícil roturación, territorio que fue excluido por él mismo a la anexión de la isla a Castilla, según algunos autores, y se dejó como resto del estado indígena hasta 1512 cuando fueron molestados y expulsados por el conquistador Miguel Trejo de Carvajal (Moreno Santana, 2014. Egea Molina, 2021); los escalafones en la felonía referente a la tierra en primer lugar contaban los conquistadores con el corpus de la terratenencias, en segundo pobladores y gente del común, y en tercer lugar los indígenas. Se completó la ciudadanía de Gran Canaria con aquel puñado de habitantes establecidos de una u otra forma señaladas, y que accederían a sus tierras en tales circunstancias; aquellos aborígenes supervivientes de una guerra con intenciones de limpieza y con el aval de la Iglesia, que de paso usurpaban sus derechos, respetados en la medida que se extendía el mestizaje, y que tuvieron como vértice las formas de repartimiento sobre cualquier otra consideración que terminaron por estratificar una población compuestas de distintos orígenes de los reinos peninsulares y de los canarios (Aznar Vallejo, 1992).
LUISA HENRÍQUEZ GUERRA
En el año 2019 recibí un correo electrónico de un genealogista y primo venezolano, Luis Viso González (negroviso), diciéndome que revisara los registros de un ancestro de mi bisabuela María Rita García Pittaluga. Él había (se puede decir que descubierto?), que el apellido Ginoria de sus investigaciones de las familias de Calabozo[1], era en la vida real Ginori, de origen italiano pero nacido en las Islas Canarias. A partir de esa información tuvimos que arreglar nuestros árboles genealógicos.
Gracias a Viso González,
conseguí la familia de una de mis bisabuelas maternas, María Rita del Carmen
García Pittaluga, nacida en Calabozo o llamada también Villa de Todos los
Santos, población ubicada en el estado Guárico. Ya tenía como dos años
revisando por las distintas web de internet a ver cómo o quién tendría
información sobre la familia de mi bisabuela Rita, que era como se hacía
llamar. Y él la tenía, a mi familia. Catedral de Calabozo, Guárico (Venerzuela)
Cuando comencé a ver por internet la procedencia de ese apellido Ginori, me salieron varios enlaces y, el principal con información, fue el del blogs de Gaviño de Franchy, Editores[2], con su artículo de la Familia de Viera y Clavijo. La Familia de José Viera y Clavijo de Carlos Gaviño de Franchy, publicado el 3 de marzo de 2016; también en la web francesa de genealogía había información sobre descendientes de los Ginori con un usuario mexicano (sanchiz) que al final resultó ser de la investigación de varias personas[3]. Total, había bastante información. Pero..., siempre hay un pero en estas historias, los genealogistas canarios no sabían de la existencia de ese Ginori en Venezuela hasta que Viso González los contactó en Canarias.
Nuestro Domingo Ginori y Viera era hijo de Domingo Ginori de Andueza y Gabriela Josefa Viera de Estrada. Apareció en Calabozo, en documentos, cuando se casó el 30 de enero de 1769 con Manuela Thadea Rodríguez de Santiago y Ledezma. Era Regidor, como sale en algún documento, de esa población.
PABLO BLANCO TRAVERSO
Ponencia en el IX Encuentro de Genealogía Gran Canaria, organizado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria y Genealogías Canarias, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en noviembre de 2022.
Desde mediados del siglo pasado, la investigación del genoma humano ha ido tomando cada vez más fuerza, arrojando resultados sobre la conformación del ser humano que no podíamos siquiera vislumbrar pocos años antes. Desenmarañar una madeja de datos y ordenarlos en esta hélice que representa nuestro ADN, ha abierto un sinnúmero de posibilidades de investigación en la medicina e, insospechadamente, en el campo de la genealogía, en la búsqueda de orígenes y parientes que las fuentes formales de investigación no entregan.
Separando todos aquellos infinitos e invaluables usos en el ámbito de la medicina, un usuario común y corriente de una página de análisis de ADN (páginas que ya veremos con más detalle) busca, en términos generales, su composición étnica, los contactos familiares que este análisis puede entregar y eventualmente, por un costo adicional, un análisis de tendencias en la salud, de acuerdo con su ADN.
Por otro lado, yendo un poco más allá en el uso de estas páginas, éstas se han transformado en un recurso de gran ayuda en aquellos casos en que se desconoce el origen biológico. Miles de adultos, que han sido dados en adopción irregular de niños, están recurriendo a estos análisis de modo de poder obtener datos de su propio árbol genealógico a través de los parientes cercanos que aparecen como coincidencias genéticas en los resultados. No son pocos los casos con un feliz final en que se han reunido padres e hijos separados por diversas circunstancias, muchas veces involuntarias. Una adopción no informada, irregular y forzada va inevitablemente acompañada de un triste vacío de información que, en parte, comienza a llenar una lista de parientes desconocidos que deben ser analizados para poder aclarar el origen biológico. Constanza del Rio, una chilena adoptada irregularmente, nos cuenta su historia y la formación de la ONG Nos Buscamos, que ayuda a estos adoptados que desconocen completamente su origen biológico a encontrar a su familia de origen bajo el lema de: “el abrazo del reencuentro”[1].
Qué es y qué objetivos tiene una prueba de ADN en la genealogía
Tenemos más de una óptica para analizar este punto.
Desde el punto de vista de la salud, las pruebas de ADN informan de qué tendencia y predisposición hay en los genes. No es como una analítica de sangre en que se puede ver claramente el estado actual del cuerpo del paciente, sino más bien cuales son las tendencias heredadas que su ADN tiene como opciones de desarrollo y las cuales podrían, o no, ser gatilladas por condiciones propias del ADN o por circunstancias ambientales. De acuerdo a lo indicado en la página de 23andme, se busca detectar variantes seleccionadas clínicamente relevantes en el ADN genómico de adultos, con el fin de informar e interpretar los riesgos genéticos para la salud y el estado de portador. No pretende diagnosticar ninguna enfermedad[2]. Es importante destacar que el origen étnico condiciona los resultados, por las características propias de este origen.
Desde el punto del genealogista, y también de un usuario común, esta prueba nos permite conocer cuáles son las etnias que tenemos presentes en nuestro ADN, en qué porcentaje pertenecemos a ellas, cuáles son las características de origen de nuestra línea paterna (en el caso de los hombres) y de nuestra línea maternas (ambos sexos), incluyendo un mapa migratorio por cientos de años de nuestros ancestros de esta línea y, finalmente, una larga lista de personas con las que tenemos coincidencias genéticas, con los que se propone un cierto grado de parentesco. Todos estos temas los veremos en detalle en este mismo artículo cuyo objetivo es exclusivamente poder transmitir experiencias de búsqueda y uso de herramientas sobre los resultados entregados por las páginas de ADN usadas.