viernes, 10 de noviembre de 2023

RELACIÓN GENEALÓGICA DEL REY DON FERNANDO GUANARTEME

 JUAN MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

Escultura de F. Guanarteme y escudo heráldico de la Ciudad de Gáldar
Escultura de F. Guanarteme (Borges Linares) y escudo heráldico de la Ciudad de Gáldar

Estudio sinóptico: aproximaciones a una dinastía aborigen

Se revindica por muchas familias descender de Don Fernando de Guanarteme y por esta razón se han demandado a especialistas, casi hasta nuestros días, árboles genealógicos que de línea colateral queden satisfechas estas pretensiones que en muchos casos parecen ciertas. Ya nosotros en uno de nuestros trabajos, pendiente de publicación (Rodríguez,
J.M. 2023)[1], reseñábamos: D. Fernando de Guanarteme tuvo una única hija, Dña. Margarita Fernández Guanarteme, que casó con Miguel de Trejo y Carvajal que, aunque tratado de conquistador, su asentamiento en Gran Canaria fue posterior a la conquista de la isla (Bonnet Suárez, 1960[2] y Cebrián Latasa, 2003)[3] La descendencia de este matrimonio dio sangre de los Guanarteme a varias familias canarias, sin contar las ramas colaterales de su sobrina Dña. Catalina de Guzmán (infanta Masequera), Dña. Luisa de Betancor (Tenesoya Vidina [también sobrina]), etc. (González-Sosa, P. 2006)[4], esta sería la más explícita y sencilla en la línea sucesoria que en principio recogemos según los autores históricamente reconocidos: distintos troncos del árbol que enorgullecen a muchos apellidos extendidos a todas las islas, y es en la actualidad patrimonio histórico de todos los canarios.  Sin embargo, tanto la descendencia de Don Fernando como la de su cercana parentela, en lo que concierne a la sucesión colateral coetánea, está sembrada de dudas, imprecisiones y contradicciones dentro de distintos historiadores y que pretendemos, con mucha prudencia, relacionarlos basándonos en los principales trabajos que en la actualidad han puesto al día estos aspectos genealógicos. Como principio retrotraernos a la ascendencia de Don Fernando en sus orígenes más remotos que nos puedan ofrecer la historiografía  que documentalmente nos ofrece las distintas crónicas y no queremos tergiversar un ápice de lo que nos cuentan tantos los autores clásicos como los más actuales, con nuevas transcripciones de documento apócrifo hasta el momento que arrojan luz a esta  sucesión, así como interpretaciones genealógicas que expondremos con bases de fuentes impresas provenientes de genealogistas con solvencia, en trabajos dispersos que damos por válidos y que aclararemos documentalmente, también  abundar en la cuestión cuasi mitológica que la sabia tradición nos concede y las recogida en diferentes anales. En último término, consideraremos mientras recopilemos los datos fehacientes tanto de la ascendencia como descendencia de Don Fernando, a aquellas familias que la revindica y quizás nos falte todos aquellos posibles troncos que lo demandan pero no por omisión sino por desconocimiento, ni tampoco por falta de ser investigadas, cuestión muy ardua, pues tenemos que considerar que este árbol se extienden con frondosas ramas a un gran sector de habitantes de las Islas Canarias, sobre todo a las Orientales;  como se ha podido demostrar en numerosas ocasiones de manera estadística como sencillamente contrastar numerosos apellidos provenientes de las diversas líneas, pero esto daría para otro trabajo, y contando con todas  aquellas fuentes que podemos disponer  en un tiempo que consideramos finito, aportadas por genealogistas e historiadores de prestigio. En primer lugar tomaremos las que se encuentren todas las posibles editadas en la actualidad, que significa impresas, y tomaremos como siempre el magistral Nobiliario de Canarias (Fernández de Bethencourt,
F. 1952, 1954, 1959, 1967)[5], como una fuente viva que nos marca muchas posibilidades en esta tarea complicada que trataremos de simplificar con las noticias más cercanas, sin menosprecio de otras que también podrían hacerse valer como auténticas y legítimas, así mismo dejar constancia de personajes del acervo aborigen de Canarias, en concreto Gran Canaria, si bien también existen descendencia en Tenerife a donde también se extiende el largo brazo de  los Guanarteme (Rosa Olivera, L. de la, 1978)[6]; toma un gran protagonismo aquellas actas de escribanías relativas a herencias o información de nobleza, nacimientos o decesos encontradas que confirman vínculos familiares (Anónimo: Pérez Herrero, E. 2010)[7], que en la era moderna han aportado y aclarado cuestiones que eran dudosa y que algunas encontradas han sido puestas de relieve en este trabajo, que como se comprenderá todavía se trata de un campo abierto al estudio y a nuevas interpretaciones.  No es nuestra intención remedar de nuevo la Historia de Canarias, con nuevas aportaciones en lo que atañe al mundo aborigen y su entronque con los Conquistadores, sino enlazar genealógicamente a Don Fernando de Guanarteme. Por último, quizás la tradición oral perdida con los últimos aborígenes que sobrevivieron con sus costumbres y recuerdos transmitían la genealogía de sus ascendientes y de la que procedían aquellos Guanarteme o “hijo de Artemi” (Egea Molina, E. 2021)[8] que fueron sus reyes, era tradición de los pueblos primitivos de transmitir oralmente generaciones siendo capaces de enhebrar estos ancestros hasta épocas remotas. Rememoramos tales tradiciones quizás como recuerdo lúdico la novela “Raíces” de Alex Haley[9] (seriada en la pantalla de TV con el mismo nombre: aparecen en los últimos minutos del final y como imágenes ilustrativas, el autor junto a fotos de antepasados cercanos que lo conectan a nueve generaciones anteriores).  Según Haley, el personaje central Kunta Kinte está basado en uno de sus antepasados: un gambiano que nació en 1750 fue esclavizado y llevado a Estados Unidos donde murió en 1810. Haley dijo que su relato de la vida de Kunta en "Raíces" era una mezcla de hechos y ficción. La medida en que Kunta Kinte se basa en hechos reales es controvertida, pero es un antecedente de la conservación de la tradición oral entre diversos pueblos de África y la complejidad de investigarlo, y localizar a aquellas personas especie de notarios transmisores de  genealogía de manera oral entre los que se contaban indudablemente  el pueblo amazigh, persona libre o noble, del Atlas (Fernández Guerrero, 2021)[10], de donde se supone que eran originarios nuestros aborígenes canarios.

Cueva Pintada

La ascendencia de Don Fernando según autores

Se trata en primer lugar seguir la pista de la parentela de Don Fernando de Guanarteme en los distintos episodios transcritos por los autores clásicos y que indudablemente se solapan con fuentes recogidas de unos y otros historiadores que dan la nomenclatura y pautas de la misma, si bien emprenderíamos tales transcripciones  no  por orden cronológico en lo concerniente a su aparición, desde luego descripciones transcriptas pensamos que recogidas en las más remotas tradiciones orales, que sin duda las hubieron, y resaltaremos los nombres en estos dispersos personajes que conformarían la familia en ambos sentidos: ascendientes y descendientes hasta recapitular, en otro apartado con las familias que en una época moderna o de más rabiosa actualidad revindican su pertenencia al linaje, y por último tratarla de ordenarlas en una secuencia genealógica. Por tanto, comenzaríamos por las noticias que nos ofrecen datos de esta dinastía, que ya vienen consignadas y ordenadas por diversos autores en trabajos referentes a las distintas crónicas reconocidas (Morales Padrón, F, 1978[11], Jiménez González, J.J. 199[12]). Entre los diferentes apartados introducimos comentarios que entendemos necesarios para pretender glosar de alguna manera información tratada aportadas por los historiadores y que forman parte de una tradición ignota escrita u oral de los aborígenes, como una realidad incontestable como fue la conquista y como los castellanos relataban en crónicas hechos bajo el foco de diferentes intérpretes. Y comenzamos con algunos rasgos del personaje central Fernando de Guanarteme y descendencia basada en las distintas Crónicas que se señalan, e intercalamos otras de manera ilustrativa y en la que coinciden distintos autores para dar una perspectiva veraz, en este sentido la Crónica Lacunense, Sedeño, etc. que se anota en cada apartado.

Abreu y Galindo

Consideramos como una de las fuentes sistemáticas más antigua de la dinastía de Guanarteme, que no se sabe a ciencia cierta de los manuscritos precedentes (quizás procedentes de las crónicas matritenses, ovetenses, lacunense, Sedeño y otros, anteriores a Abreu) y aquí también es posible la recogida de las tradiciones orales a la que hemos hecho referencia:

“Después hubo un capitán que se señoreó de toda la isla, como se dirá, el cual tuvo dos hijos, que partieron entre si la isla poco antes que los cristianos viniesen a su conquista, y a este rey llamaban Guanarteme, y cuando Juan de Bethencourt vino a Canaria, su rey se llamaba Artemis I; a éste sucedió Gomedafa.

En el término de Gáldar, donde era lo mejor de la isla, había una doncella llamada Atidamana, a quien por sus buenas partes todos respetaban, y tenía en sus palabras tanta fuerza, que movía a lo que ella quería a los naturales, y así en sus pendencias luego ella los componía y ponía en paz. Pero al cabo de algunos años, como los canarios eran enemigos que las mujeres se entremetiesen en negocios varoniles, considerando que era poquedad suya apaciguar sus debates pendencias a instancia y persuasión de una mujer, no se curaron de hacer lo que la doncella Atidamana les persuadía, y no dejaban de proseguir sus pasiones. Atidamana como entendió el poco respeto que le iban teniendo, y que se les daba poco por sus ruegos, sintióse por afrentada dé haber sin ocasión perdido el crédito; y como tenía vivo entendimiento procuró casarse, y trátalo con un capitán de las cuadrillas, que se decía Gumidafe, que como real palacio vivían en una célebre gruta que todavía se conservaba forrada de maderos de pino en tiempo de nuestro autor y era llamada “la casa del caballero de Facaracas” (Viera y Clavijo, 1776, 1967, Cfr. Cioranescu)[13].

Yacimiento en El Gallego (Guía)
 

Este, Gumidafe y Atidamana tuvieron un hijo que se decía Artemis II, (aquí existe evidentemente un desfase dado que la monarquía fue anterior, entonces habría que tomar los Artemis I y II como la misma persona). que después reinó, en cuyo tiempo vino el capitán Juan de Bethencourt a la conquista de estas islas, y en un reencuentro que tuvo junto a Agüimes, lo mataron. De este rey Artemis, entra otros hijos que tuvo, quedaron dos valientes, que fueron los que heredaron la isla y la partieron entre sí; el uno se decía Ventagahe; que fue guanarteme o rey de Telde; y el otro fue guanarteme de Gáldar, llamado Egonaygache-semedán, y porque sus padres habían residido en Gáldar, acordaron estos dos hermanos que sus juntas o congregaciones, que ellos llamaban Sabor, se hiciesen en Gáldar, y los de Telde fuesen a ellas… al amanecer entraron en el pueblo, donde prendieron al guanarteme de Gáldar, Guanachesemedán, que aquella noche se había venido a su casa con quince canarios, los cuales se entregaron a los cristianos cotí algunas mujeres y niños que estaban en su compañía, que como estaban atemorizados andaban repartidos en cuadrillas por la cumbre y lugares ásperos, con esto no hubo resistencia en la prisión del guanarteme de Gáldar”.



Viera y Clavijo

Los fragmentos que a continuación reproducimos de Viera y Clavijo, referente a la dinastía, se basa en Abreu y Galindo si bien con algunas variaciones en las denominaciones y no tan extensas como las de Abreu.

“Esta famosa isla estuvo algunos siglos sin conocer lo que era gobiernos monárquicos (en este sentido Viera apelaba a la cohesión monárquica de esta época donde solo descollaba al poco tiempo la republica estadunidense, no se comprendían entonces el cantonalismo Suiza en el siglo XV), dividida en ciertos cantones o pequeños estados que obedecían a sus caudillos (banderías territoriales sin sometimiento). Había en el término de Gáldar, el más opulento de la isla, una doncella llamada Andamana, a quienes sus compatriotas tenían una sumisión ciega… se desposó con Gumidafe, caudillo valeroso del cantón de Gáldar, hombre de conducta, que la amaba y admiraba… Andamana y Gumidafe se pusieron a la cabeza de un ejército considerable… ganó muchas victorias… y desde entonces quedó toda aquella tierra sujeta al imperio monárquico”.

Se declaran a Gumidafe y Andamana, primeros Guanartemes, reyes y conquistadore s de Canaria (Gran Canaria). Realmente todavía no aparece el nombre de Artemi de donde deriva Guanarteme, por tanto, fueron reyes o Señores de la Isla que sería más correcto, pero consideremos el guanartemato como opción a este reino que se estableció en el cantón de Gáldar y tuvieron su corte en la llamada “Casa o Cueva del Caballero Facaracas”, (ya entraremos en más detalles sobre la habitación-vivienda de la dinastía) que nos tememos que fue posteriormente el núcleo “palaciego” de Fernando de Guanarteme.

Montaña de Gáldar-Guía

“A esta corte procuraron atraer la primera nobleza y la flor de los hombres más valerosos que había en la isla…hasta que por fallecimiento de ambos heredó el trono su hijo: Artemi Semidán (primera mención en tales circunstancias en Gran canaria de la monarquía hereditaria)”.

Artemi Semidán, cuyo se hizo tan ilustre, no solo a causa de las primeras visitas que hicieron a la isla los españoles y los franceses, sino por las ventajas que sobre estos obtuvieron sus armas siempre victoriosas” Se cree que perdió la vida (tradición de distintos autores) cerca de las costas de Arguineguín en lucha y rechazo del desembarco de Gadifer de la Salle y Jean de Bethencourt sobre 1405, que también le pusieron de apelativo como el Grande, si bien la historiografía nos corrige y nos remarca que tal apelativo fue para la isla entonces conocida como Canaria y  desde entonces Gran Canaria, también algo mágico y que pertenece a la categoría de leyenda, y según el Profesor Cioranescu ya viene consignado tal apelativo en las primeras páginas de Le Canarien (le Verrier J. y Bontier, P. 1405, 1980)[14] (nota en el margen en Viera, pág. 196). Parece que posteriormente de dividió las islas entre los hijos de Artemi: Tenesor Semidán que siguió con la capitalidad en Gáldar y Betanguaire Semidán, con centralidad en Telde, la isla fue partida en un segmento noroeste-sureste. Sin embargo existía una especie de federación o “dieta” donde se reunían preferentemente en Gáldar (parece que el nombre de Gáldar tenga relación del líbico [amazigh] GLD = rey) que todavía sostenía una especie de capitalidad de la isla, con cierta periodicidad parece para asuntos de la isla en general que podía comprender desde permitir la trashumancia que parecía un derecho consuetudinario hasta reunir esfuerzos para el rechazo de las primeras incursiones con el desembarco de extranjero como parece que sucedió en la costa de Gando. Posteriormente existieron deserciones y hostilidades que están documentados en Viera. 


 


Bertherlot y Baker-Webb

Por último, reproducimos sucintamente los escritos de Bertherlot y Baker-Webb, que esencia parece tomado de los anteriores y solo resaltaremos algunos episodios que conciernen a la dinastía, en clave de redundar y confirmar anteriores trascripciones que pasan de los autores más antiguos a los nuevos siempre con algunas novedades que podrían aclarar algún aspecto nimio: “Gumidafe y Andamana, proclamados primeros Guanartemes de Canaria, fijaron su residencia en Gáldar… Su reino fue pacifico; su duración ha quedado; pero según las noticias que nos suministra la historia desde el reinado de sucesor, parece que Gumidafe y su mujer murieron hacia fines del siglo XIV. Su hijo Artemi Semidán, que lo remplazó, había heredado el valor de su padre y no tardó en dar prueba de ello, rechazando con ventajas las primeras invasiones europeas… Se dice que fue herido en el combate de Arguineguín en 1406, y murió a mediados del siglo XV, dejando a dos jóvenes príncipe: Tenesor Semidán y Bentaguaire Semidán”. Se dividió como sabemos los dos guanartematos como sobradamente conocemos, conservando el primero el núcleo principal, pero no más rico ni extenso, pero capital “in pectore” de la isla. A continuación, se producen las dos disensiones entre los hermanos iniciada por Bentaguaire, con disputa por la supremacía isleña al poco de que comenzara las incursiones que ya determinaron el inicio de la conquista. “Tenesor Semidán, menos feliz que el guanarteme de Telde, tuvo un reinado tempestuoso, llevando con resignación todas las vicisitudes. Sus súbditos lo habían apellidado el buen príncipe a causa de sus virtudes patriarcales y los españoles, que lo llamaron con el mismo nombre (Guanarteme el bueno), pudieron apreciar su franqueza y lealtad”. Prosigue dando detalles de su nobleza frente a su comportamiento con el invasor Silva que según la leyenda después de ser acorralado y derrotado lo acompaño en descenso a través de los riscos, cerca de donde hoy se sitúa cenobio de Valerón, a la costa para que embarcara en sus naves llamado estos escarpados terrenos desde entonces como “la cuesta de Silva”. “Estas tradiciones, dándonos a conocer los principales acontecimientos que se unen a la historia política de Gran Canaria, nos hacen apreciar al mismo tiempo el carácter de los principales jefes de las islas… La misma jerarquía existe en los rangos de la sociedad; primero los Guanartemes en lugar de los Menceyes (Tenerife), después los guayres que reemplazan a los sigoñes (Tenerife), y en seguida los achicaxna o los plebeyos, que llevaban el cabello corto… Los nobles, dice Viera, se reconocían por distinciones particulares y gozaban de ciertos privilegios. Llevaban la barba y los cabellos largos” (Bertherlot S. y Barker-Webb, 1978)[15].

Vista desde arriba de la Cuesta de Silva

 

El Dr. Arias Marín y Cubas[16] 

“Según relación de los desta ysla de Canaria tubo siempre en la antiguedad un solo rey a la parte del sur en la poblacion de Ganeguin, después lo hubo en Telde, y ia en tiempo de Betencourt (o fuese mucho antes) había dos, otros quieren que fuese uno que habitaba en Galdar Arthamis a quien mataron los franceses en un encuentro como diximos en el libro primero dicen que este rey era hijo de Atidamana mujer mui varonil que siendo moza por casar, quiso gobernar toda la ysla, y despreciándola los valientes ella escogio casarse con el guaire Gunuidafey sujetaron la tierra tuvieron dos hijos que el uno gobernó en Telde media ysla llamado Bantagoche, en tiempo de Diego de Herrera, y este tubo un hijo que en la conquista se derrisco por no darse, el otro Guadarthemi que eso significa hijo de Arthamy fue en Gáldar Guanache Semidán el bueno por el agasajo que hallo Diego de Silva, y su gente succesiole una hija que fue cristiana nombraron los canarios por gobernador a su sobrino Guayedra que se llamó don Fernando Guanarteme”; y en su lugar otro Arthamis, sólo mencionado por Marín. Artamy, Artemy, Artemis, variantes en los textos B y G de Le Canarien. Arthemy, en Escudero (Gómez Escudero, 1901)[17], Artemis en Abreu. En opinión de Álvarez Delgado, el interlocutor de Gadifer, en agosto de 1404, en Arguineguín, fue el llamado Artemía, hijo de Gumidafe y Atindana, tal y como lo refiere Abreu (Álvarez Delgado, 1982)[18].  Por otra parte, asegura Abreu Galindo que el rey Artemís murió en Arguineguín, tal y como también lo señala Marín, en 1405, a consecuencia de las heridas recibidas en el enfrentamiento armado que sostuvo con Bethencourt. Álvarez Delgado considera cierta la noticia, aunque duda en cuanto al lugar exacto de los acontecimientos.

Escultura de Arminda, después Catalina de Guzmán (Diego Higueras)

“Después del mes de junio envió Pedro de Vera recado a don Fernando Guadartheme que hiciese venir a su sobrina, con los demás nobles sus parientes a el Real a entregarse como estaba pactado y luego dieron orden de traerla desde Tirajana por Telde sin que viniese con ella ningún cristiano español; traíanla en hombros de cuatro capitanes nobles de cabello largo y rubio, en unas andas de palo a modo de parihuelas, sentada, vestida de gamuza a modo de badanas o pieles adobadas de color acanelado. Venían delante de las andas cuatro capitanes con capotillos de badana llamados tamarcos braguillas de junco majos en los pies, y guapiletes en la cabeza, y lo demás desnudos a el lado de las andas algo hacia atrás dos tíos suyos faycanes, y después se seguía un grande acompañamiento de hombres todos que servían de traer las andas a remuda. Salió Pedro de Vera con mucha gente a el recibimiento y ellos hicieron su entrega, por medio de la lengua o interprete diciendo, que allí venia la señora de toda la tierra heredera única, y legitima hija de su señor Guanartemy Guanachy Semidán legitimo dueño y señor por verdadera línea, y sucesión de dominio, y señorío de la tierra, y que ella hacia entrega voluntaria, y todos sus tíos, y parientes que allí venían, gobernadores de la tierra en nombre, y bajo de la palabra de su señor mui poderoso, y catolico rey don Fernando; entregaba su persona, y personas a el capitan mayor de los xristianos, que alli presente se halla, que es Pedro de Vera, del rey de Castilla y León. Pedro de Vera, y demás caballeros la recibieron a pie, y fue abrasando a todos con mucho cariño, traían todos los canarios el cabello suelto por las espaldas, y la señora Arminda, que los españoles llamaron Almendrabella traía vestido un ropón de gamuza…”.


Agustín Millares

Según autores da una genealogía diferente de estos reyes, no queremos exponer sus escritos dado que se encuentra en una obra relativamente reciente publicada en varios volúmenes por su tataranieto el profesor Agustín Millares Cantero (1977 y 1978)[19]. Las fechas orientativas imprescindibles se toman de varios autores y se confirman recientemente por Manuel Lobo (2012)[20].


Investigaciones con posterioridad a las clásicas

La versión genealógica de Pedro Marcelino Quintana Miranda[21] y el historiador Manuel Lobo Cabrera además aquellas que nos dan árboles genealógicos que consideramos documentados y estimados en cuanto sus pesquisas. Dice la crónica de Bernáldez[22] que cuando Tenesor fue presentado a los Reyes Católicos, daba el aspecto de tener unos 35 años. Según esto no puede ser hijo de Artemi, que hubo de morir defendiendo la isla contra los normandos en 1405, conforme lo dice el autor en esta página, y vuelve a repetirlo en la página 352 de este tomo anotando que se apoya en la autoridad de Abreu Galindo (lib. 1º pág. 14). Es pues evidente que al uno y al otro se les pasó inadvertida alguna generación, y la hemos encontrado en el concienzudo librito “Tenesor Semidán” por el pbro. D. José Rodríguez Moure[23], donde se reproduce un extracto de la declaración que prestó el historiador Don Juan Núñez de la Peña, entonces de 38 años, en la información de nobleza que practicó a Don Juan Anchieta Cabrera el año de 1681, en La Orotava, ante el escribano Juan García Estrada, y en ella aparece:


De aquí se desprende que Tagoror Semidan fue aquel Buen Guanarteme que libró a Diego de Silva y a sus compañeros en la desastrosa expedición en el año de 1466, según Viera[24]; el cual era hijo del glorioso Semidán o Artemi, que murió luchando en Arguineguín con las huestes de Bethencourt, y padre de Tenesor Semidán, último rey indígena de Gáldar. Según estos datos se deduce que Tagoror Semidan frisaba en los sesenta años y Tenesor en los dieciocho años cuando acaeció la derrota de Silva. Por último, habría que tener en cuenta a aquellas interpretaciones más modernas como serían las del profesor Lobo en su libro sobre La Conquista de Gran Canaria, y aquellas otras derivadas de árboles genealógicos desarrollados por expertos para una familia, en concreto como sería la de los genealogistas Rodríguez Díaz de Quintana, Bolaños García y Egea Molina. En tales circunstancias los trabajos de Miguel Rodríguez Díaz de Quintana[25] y de Bolaños García[26] que en ambos casos tomamos directamente de los documentos remitidos por Don Ángel Ruiz de Quesada.



La rama con raíz aborigen de Ángel Ruiz de Quesada procedente de la dinastía Guanarteme.


 

Casa-habitación y símbolos dinásticos

“Tenía Guanarteme casas de recreación y pasatiempos donde se juntaban hombres y mujeres a cantar y bailar; acabados sus cantos y sus bailes ordenaban sus banquetes y comidas de mucha carne asada… así mismo tenía Guanarteme casas de doncellas de manera de emparedamiento, que hoy llaman monjas y las que llamaban maguadas… Don Fernando de Guanarteme fue a la conquista de Tenerife donde murió de una enfermedad de la que no hubo buena sospecha, ya que se entendió que le dieron con que muriese. De este don Fernando proceden los Carvajales (Gómez-Pamo, J.R. 1994)[27] de Gáldar…” (Crónicas Lacunense)[28].  [“Gáldar. … y solo tuvo el Sr. Corregidor un disgusto, que fue ver desolada la casa de Don Fernando, rey de Guanarteme y de aquella villa, la cual casa desde que se conquistó la isla la habían celado y cuidado los naturales y por un motivo tan vario, como por extender y alargar hacia el poniente del sol la plaza de aquella iglesia, siendo así que por el naciente tiene una mui larga y espaciosa, incurrieron en la nota de poco curiosos y nada amantes de la estabilidad de las memorias de su patria en haber demolido el palacio y domicilio de un Rey a quien para vencerlo le costó tanto trabajo a los conquistadores, por lo que debieron conservar iglesia y por perpetuo padrón aquella casa, para feliz y eterna memoria de esta afortunada Isla[29]”. Como real palacio vivían en una célebre gruta que todavía se conservaba forrada de maderos de pino en tiempo de nuestro autor y era llamada “la casa del caballero de Facaracas” (erróneamente Viera y Clavijo, dice que Abreu denominó como Cueva)]… “que la noche que Luisa de Betancurt se fue de casa de su tío y se embarcó, se levantó junto a ella, abrió la puerta que es muy pesada y que al abrirse hace mucho ruido y pasó junto a los perros que tenían muy bravos; que la puerta no hiciera ruido ni los perros ladraran lo tuvo por milagro”. La documentación etnohistórica refiere que: Tenían casas de piedra solo, sin mezcla de varro que cal no conocieron (si tenían junturas de mezcla de hierbas y arcilla como una especie de argamasa y para ocluir ciertos encajes de las piedras, no ciclopes precisamente, como comenta algunos autores, mezcla por otra parte muy efímera, que eran repuestas y que con el abandono y el paso de los siglos subyace restos de tierras y fibras. Las paredes eran anchas i mui iguales i ajustadas que no habuían menester ripios. Leuantaban las paredes de buen alto, unas más que otras, i enciman atrauesaban maderos mui gruesos de maderas incorruptibles como tea, sabina, cedro u otros; ponianlos mui juntos, i encima ponían un enlozado de pizarras o lajas muy ajustadas, i ensima otra camada de ieruas secas, i después tierra mojada i pretabanla mui bien, que aunque lleguen muchos días corre el agua por ensima sin detrimento alguno.  Las entradas de estas casas es un callejón angosto en algunos i después el cuerpo de la casa quadrado i con aposentos a los lados i enfrente a modo de capillas; siguese a éstas otras allí juntas entre aquellas cauidades i forman un lauerinto con sus lumbreras (del Arco y Navarro, 1987, Cfr. Sedeño)[30]. Sobre una de estas “grandes casas de los aborígenes se construyó a finales del siglo XVIII el templo de Santiago de los Caballeros, que fue levantado aprovechando las piedras y sobre todo, los maderos de tea que al parecer forraban las paredes interiores de la primitiva construcción (Morales Padrón, 1978)[31]. En cuanto signos regios o de soberano solo se conocen, a parte de la forma de cómo tenían la estética de sus cabellos, y otros signos que los diferenciaban del común, algunas crónicas dicen que “eran revestido de una serie de signos de su dignidad, entre ellos las pinturas en el vestido. No se encuentran signos o emblemas que los diferenciaran como pudieran ser “pintaderas” a modo de sellos reales, que no se han interpretados en ningún momento como tales. El primer aborigen noble que pudo ostentar escudo heráldico como reconocible dignidad a modo castellano y peninsular fue el concedido por los Reyes Católicos a Fernando de Guanarteme que, en todo caso, no ostentaría ni en documentos o casa, que conozcamos mientras existió. 

Escudo: en campo de oro con una torre en medio y tres palmas, una de cada lado de la torre y una que sale detrás de la torre, a modo de una casa fuerte de bóveda, y a la puerta ha de tener a cada lado un perro pardo echado y encima de la puerta un hábito de Santiago y alrededor de la puerta en la frente dos rótulos, uno en cada parte, que diga el uno lealtad  y el otro fortaleza, estas letras han de ser rojas; encima de esta torre ha de estar una corona de oro con rótulo en el asiento de ella y círculo que dice: Guanarteme de Canaria, y dentro del hueco de la corona otras letras que dicen: Regina in fortunatis insulis, y todas las letras rojas; tiene encima de la corona en lo mas alto del escudo y medio de él un león y pasa una banda roja por encima del mismo cuerpo del león y el león la tiene agarrada con las uñas de las manos (VVAA). 

Breve código etimológico del linaje de los Guanartemes

Siguiendo a Don Juan Álvarez profesor de la Universidad de La Laguna, emérito hasta el 1965, y que literalmente[32] lo seguimos en sus disquisiciones etimológicas de su interpretación en ese periodo fructífero del estudios comparativos de la lengua aborigen, que en este apartado lo dedicamos a la dinastía y linaje de los Guanarteme fundamentalmente, obviando otros interpretaciones de radicales que no conciernen al trabajo, así mismo nos confirma algunas parentescos del linaje real, y además nos ayuda al desarrollo del siguiente epígrafe:  

Parece seguro que Guanarteme (var. Guadartheme, guanartemis) es nombre dinástico, y los tratadistas como Bontier da Artemi (Artamy)[33],  el sentido de “príncipe”, hijo del rey, y a Guanarteme el del hijo de Artemi, o príncipe o rey; valor que coincide con la etnografía de Marcy[34] y no con la de Wolfel. Por otra parte, Guanache-semidán de Sosa[35] y el Egonaiga- Guanache - Semidán de Abreu (vide Wolfel; Torriani[36] y Millares, Ob. cit.), parecen responder a un primitivo Guan-artemi-semidan “descendientes del príncipe Semidán, con la alternancia en fuentes modernizadas de t/ch, que no pertenecen al fonetismo de Gran Canaria. Y esa misma alternancia es la que ofrecen tanto el “guanche” ataman / achaman, como los paralelos bereberes (Amazihgs) que para los componentes de Artemi y Attindamana, ofrece Marcy. Parece pues razonable que tanto Artemi por ar-tami, como Ati- damana por Ati–daman (a); deriven de la raíz tam (dam)/ cham con el sentido de “poderoso”, “señor”. Pero queda una duda (…) se conservará Attindamana, por la descinencia femenina, ¿y se apocopó en Artemi al enforizarse a la española? Confirma que el primitivo radical era -tami  y específico de persona con sentido como el dado por Marcy, el nombre Atami (var, Aythamy) de un faicán o sacerdote de Gáldar que ayudó a Pedro de Vera a reducir a los defensores de Fataga. Este nombre ofrece una clara derivación respecto del otro: pues Altami ha de explicarse por alt–tami “gente del príncipe”, o descendiente del príncipe, con el sentido de vinculación familiar amplia que tiene alt o altu, “hombres”, “gente”, como perteneciente a la tribu o familia. Así llegamos a pensar que Attidamen (a) puede significar “dueña, madre, o ascendiente del primer señor señora; pues efectivamente, según la tradición recogida por Abreu (Ob. cit, pág 120) y Torriani (Cfr. pág. 106) del casamiento de Attidamana y Gomedafe nació Artemi, tronco dinástico de los Guanartemes (…). A esta explicación Atidamana, por ati-tam-an (a) (…) y su valor exacto sería “madre de los príncipes” (…). La grafía Tenesort, lo mismo que Soront en Del Castillo (cfr. Del Castillo Ruiz de Vergara, P.A.1636-2001)[37] frente al usual de los demás textos (…). Guayasen podría ser un compuesto de guaya-sem (idam), como vimos en Guanache por Guanachesemedan, y el primer componente seria el mismo de Guayre, y Guayarmina que en otro lugar estudio con el verbo de “noble, alteza”. (…) Varios de los personajes de esta dinastía, conservan como hemos visto el nombre o epíteto del primitivo Artemi Semidán, en cuyo final se halla el mismo elemento –según parece –que en Nenedan quien al latinizarlo lo conservó ligeramente modificado llamándose Adán Canario; lo que induce a dar el valor genérico de “hombre” a tal voz (lo que nos parece anacronismo en una interpretación actualizada). El epíteto “bueno” que llevan algunos régulos de esta dinastía (Fernando de Guanarteme el Bueno, Guayasen el Bueno, etc.), suele explicarse como título español por su colaboración a la conquista de la isla (…) es imposible decir si en el nombre dinástico de Semidan se esconde un valor similar al de “hombre bueno” (…). Parece personales grancanarios el radical citado de mencey (var. mensey, menceito, menceit) rey, etimológicamente “protector”. Así el Aimedeyacoan, Aimediacoan, Aymedayocoan, Aymedeya-Coam, como escribe Del Castillo y Marín y Cubas[38], son variantes de un nombre Achemeney-Acorac “el que protege Dios”, o “protegido de Dios” (…) que es otra estructura de la frase de Escudero[39]: Ah, ¡menena Acorac!: “válgame Dios”. Así se explica la tesis de Marín y Cubas, que dice se llamaba Guanache, el padre de Tenesoya, que otros tratadistas llaman Aymedeyacoan. De ser cierta la tradición de la marcha de Tenesoya y el bautizo oculto de sus padres se explica el cambio del nombre indígena de Marín, por el epíteto religiosos de Achmeney Acorac, que debe ser el que traducido llevaba aquel indígena canario, conquistador de Tenerife, que Viana cita en su poema (ed. Moure, pg. 298, Cfr.)[40] (…). Entre los nombres femeninos de la isla de Gran Canaria es el más citado el de Tenesoya, que parece ser el erudito trabajo de B. Bonnet en El Museo Canario (cfr. Pág. 22), una feminización a la española del nombre Tenesoya, salido de un primitivo tenenesoza, tenesohya, tenescrhya, aplicado a diversas mujeres de la familia de Tenesor. A una de ellas llaman los diversos cronistas Tenesoya Vidina o Vidiña (…) Dos nombres Arminda (Marín y Cubas Cfr.) y Guayarmina Castillo Cfr.) atribuyen nuestros cronistas a la hija del Guanarteme de Gáldar D. Fernando y de su mujer Abenchara, que ignora si el nombre que Chil recoge Abentanar, o tal vez fuera variante del citado Abenauara. A pesar de la variante Achudinda, ya estudiada, creo que Arminda es una enfatización (¿enfonización?) española del segundo componente de Guayarmina (=guaya-armina) cuyo primer elemento debe ser análogo al radical de Guayre o guayafan “noble”, como dije anteriormente. Si guayarmina proviene de guaya-art (e) min (a) “noble princesa” su sentido resulta claro, y el nombre confirmaría su vinculación a la dinastía de los guanartemes. Maseguera o Masequera (var. Masaquera, mesequera: por su relación con masiega, teseque “choza”; Tanaguana por el toponímico Tenagua (P); y Abenchara (si es distinto a de Abenauara) por su relación con Chárao “pedregales”: son nombres de sentido material.

La descendencia matrilineal y femilineal de Don Fernando: directa y de costado

Indiquemos que se trata de la parte más confusa y sensible que nos refiere las crónicas, con una serie de princesas (dos o más) aceptadas como pertenecientes a la realeza aborigen y que nosotros en el trabajo recogemos en distintos pasajes de las crónicas que hemos considerados, que hasta cierto punto interpretan una tradición que como siempre se reescriben con variaciones de uno a otro historiador. Es posible que se repita algunas narraciones en la que convergen distintos autores, pero que son necesarios para centrar hitos que, a fuer de describirse en distintas fuentes de nuestra historia, toman carta de naturaleza como probables. 

Viera y Clavijo

… "Al tiempo que Diego de Herrera enviaba sus armadores a Canaria con el designio de ejecutar entradas y correrías, consiguieron estos sorprender sobre la costa, en el paraje que llaman los Bañaderos, tres isleñas jóvenes y hermosas, que se bañaban en la orilla del mar, como lo tenían de costumbre. Una de éstas, moza de 18 años, era hija de Aimedeyacoan y sobrina del guanarteme de Gáldar. Llamábase Thenesoya Vidina y fue bien recibida en Lanzarote de la señora doña Inés (Inés Peraza de las Casas, Señora de Canarias). Maciot Perdomo de la casa de Bethencourt, se desposó con ella luego que se bautizó y tomó el nombre de doña Luisa” (Viera y Clavijo)[41].

De doña Luisa descienden los Bethencoures de Gáldar, y de su hermano Autindana la línea de los Cabrejas [Autindana fue sepultado en la iglesia de Santiago de Gáldar. Cfr. La nota del libro de defunciones de aquella iglesia, reza: “A 26 de julio [de 1521] recibí de Juan Perdomo 50 maravedíes por abertura de la sepultura en que enterró Tindana”] (Viera y Clavijo)[42].


Hasta aquí hemos dado entrada a la fábula y leyenda de uno de los orígenes de las familias que se consideró de acendrada hidalguía isleña y extendida al archipiélago, seguidamente existen relatos que tomamos del original, transcriptos y en el actual castellano donde se da otras versiones que son más admisibles y que sugieren connotaciones pactistas y de alianza entre la antigua realeza de los Guanarteme o reyes canarios con los castellanos arribados a la conquista y, posteriormente, a los pobladores que en, capítulo aparte, trataremos por medio de estas alianzas con las princesas canarias dieron frutos y arraigo a tantos apellidos que hoy se nos antojaría multitudinarios en nuestro solar canario, muchos descendientes, como hemos ya reseñado, están autorizados a reclamarlo si bien en este humilde trabajo no cabrían, ni todos aquellos que se consideran los más prestigiosos por algunas circunstancias de arraigo, rango social, hacienda y cargos públicos, y aquellos otros, por supuestos tan legítimos, e importantes para nosotros, diluidos en familias que presumiblemente serían el antecedente social de nuestra idiosincrasia canaria, desde luego proyectados e universalizados con península y países de Europa, América, África, entre otros continentes[43].

La princesa Guayarmina, hija de Don Fernando de Guanarteme de Gáldar fue la primera que recibió bautismo del prelado Juan de Frías. Tomó el nombre de Margarita, y la sirvieron de padrinos Rodrigo de Vera, Francisco de Mayorga y Doña Juana Bolaños, su mujer. Esta Doña Margarita, entonces de doce años, era muy blanca y rubia y casó después con Miguel Trejo de Carvajal; su prima tomó el nombre de Catalina y casó con Fernando de Guzmán, hijo de Alonso y nieto de Hernán Pérez de Guzmán, señor de Batres, del consejo de don Enrique II y uno de los autores de la Crónica de don Juan II de Castilla y de los Claros Varones de su tiempo” (Viera y Clavijo)[44]

A las anteriores líneas de Viera, el profesor Cioranescu en una cita (Viera Ob. cit., anotación al pie, Cioranescu [14bis]) nos aclara ya desde la primera parte del siglo XX, sobre la nomenclatura de la hija, primas y/o sobrinas de Don Fernando de Guanarteme[45]. 

 

Árbol genealógico del Arcediano D. Joseph de Bethencourt[46].

Recalcamos de nuevo que no se trata de Maciot I de Bethencourt el que se dice sobrino de Monseñor Jean de Bethencourt. Para estas líneas primigenias sucesorias de los Bethencourt y mejor creemos investigada habría que acudir al trabajo de Leopoldo de la Rosa Olivera[47].  Maciot I de Bethencourt cuenta la leyenda que tuvo amoríos con la princesa Teguise y se supones que hubo hijos bastardos de estas y otras relaciones, no reconocidos y que  los Bethencourt de Lanzarote se tienen como sus descendientes según distintos documentos que se han acotejado que lo reivindican incluidos en el  Nobiliario de Canarias, y que en cierto sentido es la espina dorsal de su genealogía que a través de Inés Margarita de Béthencourt casada con Arriete Perdomo continúa la familia, como la citan la mayoría de los genealogistas canarios,  lo cierto es que Maciot I no casó con ninguna indígena. Si es un hecho histórico que después de toda su azarosa existencia y múltiples gestiones con el señorío de su pariente Jean de Bethencourt en las Canarias se retiró a Madeira. Las siguientes misceláneas nos da nuevas versiones, algunas contradictorias, de doña Luisa de Bethencourt.  

Crónicas lacunense

“De este modo por una parte de todos se ofrecieron a rendirse a sus Altezas y por otra temían su gran poder, a todo lo cual le ayudaba mucho Juan Mayor, tanto que la mayor parte de los canarios quisieron luego hacerlo pero se los estorbó el rey Guanarteme de Telde, el cual pretendía ser rey de toda la isla entera, porque la mitad de ella la había heredado de su padre, que ya había muerto y la otra mitad la heredaba por muerte del Guanarteme, porque estaba casado con su hija, la del Guanarteme de Gáldar, el cual sacó a Diego de Silva del cercado y ya había muerto y cuyo hermano era este Guanarteme ahijado del rey y tenía como tutor lo que pertenecía a la sobrina” (Lacunense)[48].

“Traídos los cristianos a Gáldar los tenían a recaudo y no bien tratados; de allí a pocos días Diego de Herrera envió un carabelón a traer el rescate y tratar del de los cristianos, el cual se efectuó a trueque de la sobrina de Guanarteme, la cual ya era cristiana y se había casado con un caballero francés llamado Massiu de Betancurt, del linaje de Monsiu de Betancurt; le pusieron por nombre Luisa de Betancurt y dio Guanarteme por su rescate ciento trece cristianos entre los presos y rehenes ya dicho.

“Antes de viniese Luisa de Betancurt a Canaria se concertó que ella y una mujer de las que vinieron con ella presas del Bañaderos se viniesen a los pocos días al mar, en donde a su llegada hallaron un carabelón y en él a su esposo con el que volvió a Lanzarote. Afirmaba la hija de Guanarteme, que era persona de harta verdad, que la noche que Luisa de Betancurt se fue de casa de su tío y se embarcó, se levantó junto a ella, abrió la puerta que es muy pesada y que al abrirse hace mucho ruido y pasó junto a los perros que tenían muy bravos; que la puerta no hiciera ruido ni los perros ladraran lo tuvo por milagro. Luego que se halló de menos y que lo supo Guanarteme, acudió al mar y cuando llegó halló que estaba embarcada y vio dar a la vela e irse de vuelta Lanzarote por lo que tomó gran pesar, ya que la amaba mucho. Con este dolor estuvo algunos días, del cual enfermó dejando por única heredera a una hija de ocho años, que era de su mujer legítima, la cuál y el gobierno de la isla encargó a un sobrino suyo, hijo de un hermano, el cual tomó por nombre Guanarteme. De allí a poco murió su padre y de voluntad de la prima se puso por faicán de Gáldar un tío de ella, hermano de madre, al que llamaron Guanarteme Semidán” (Crónica lacunense)[49].

 

Queda claro según esta fuente que la sucesora del guanartemato fue una niña que por su minoría de edad fue de un hermano de su madre, si bien anteriormente se menciona a un primo suyo, en definitiva pese al matriarcado que parecía existir terminó en manos de Guanarteme Semidán posteriormente Fernando de Guanarteme [El Guanarteme representa al poder civil es elegido o  sancionado por el consejo de los más nobles entre varones descendientes más directos de la dinastía, aunque de hecho no gobierna por sí mismo sino como representante de una mujer, heredera legitima, ya que el poder se transmite también por línea matrilineal. Por eso en alguna crónica se habla de la niña reina sobrina y tutelada por Guanarteme][50].

Documentos transcritos de Las Princesas Doña Catalina y Doña Luisa (Ob. cit)

Doña Catalina de Guanarteme sucesora de Don Fernando casó tres veces (familias que lo acreditan y que la historia genealógica lo avalan), a saber, con Pedro de Vega, castellano conquistador, con Adán de Acedo, así mismo conquistador, y Blas Rodríguez, repoblador. Falleció en 1526 en Agüimes en la más estricta indigencia, si bien “no fue óbice para instituir demandas y limosnas a los desamparados” como también dádivas para ruegos y misas. Estos son documentos que conservados y transcripto e impreso con gran acierto en la actualidad, que resuelven de manera determinante ciertos aspectos de la verdadera progenie de Don Fernando, que reconsidera y aclara, las crónicas hasta el momento barajadas[51].  “…en el momento de la conquista era señor de Gáldar Egonayga, conocido como Guanarteme el Bueno, y a su muerte en 1479 le sucede su hija y heredera, conocida después de la conquista como Doña Catalina de Guzmán, quien era menor de edad en el momento del óbito paterno. Por tanto, fue Tenesor Semidán, a quien conocemos con el nombre cristiano de Fernando Guanarteme, quien actuó como regente hasta la mayoría de edad de la hija de Egonayga, desconociendo hasta hoy si la relación de parentesco que les unía era la de tío o primo”[52].

Abreu y Galindo

“Estaba aquí con los canarios un hijo del guanarteme de Telde, muy viejo, el cual pretendía casar con hija de D. Fernando de Gáldar, y hacerse señor de toda la isla, y traíala consigo, la cual se llamaba Tenesoya; andaban en su compañía muchos hidalgos, sus parientes con sus mujeres e hijos, los cuales todos se habían recogido a esta fortaleza de Ansié como a último refugio y remedio suyo, y morir antes que rendirse ni desampararse […] Fernando Guanarteme de Gáldar, que se decía el bueno, tenía otra hija, que se llamaba Tenaguana, que fue casada con Maciot Perdomo de Bethencourt, hijo de Arriete Perdomo y de una hija de Bethencourt qué hubo en una hija del rey de Lanzarote llamada Luisa de Bethencourt. de quien proceden los Bethencourt y Perdomo de Gáldar, y de estas islas y de la isla de la Madera. Fue heredado en Gáldar este D. Fernando el bueno guanarteme de Gáldar; hay quien diga que murió en Tenerife en una entrada que hicieron los conquistadores de esta isla de Canaria, siendo gobernador Francisco Maldonado, caballero natural de Salamanca, muy principal, pero de instrumentos otorgados por este D. Fernando consta que él tuvo repartimiento en la isla de Tenerife y que vivió muchos años después (Abreu)[53].

…don Femando les habló con amorosas y blandas palabras, rogándoles mirasen y tuviesen piedad de sí y de sus mujeres y hijos, que todos habían de morir si no se daban [...] se vinieron los canarios con el guanarteme de Gáldar don Femando, juntamente con su hija Tenesoya, a entregar al gobernador *Pedro de Vera [...] La hija del guanarteme de Gáldar don *Femando que se decía Tenesoya [...] baptizóla el obispo don *Juan de Frías, llamóse doña Catalina [...] Fue casada esta doña Catalina con don *Femando de Guzmán, hijo de Alonso de Guzmán, nieto de Femando Pérez de Guzmán [...] don Femando, guanarteme de Gáldar, que se decía el bueno, tenía otra hija, que se llamaba Tenaguana, que fue casada con *Mación Perdomo de Betancor, hijo de *Arriete Perdomo [...] (Abreu)[54].

Las versiones de Abreu y Galindo nos muestran claramente la tradición genealógica que había sido consecuente con documentos y tradiciones orales que por el momento no han sido registradas históricamente pero que ponen de relieve algunas impresiones que se desarrollaran en base a autores con posterioridad, y nosotros sintetizamos esquemáticamente la expuesta:                    


Varios archivos de procedencia tinerfeña

“Se le conocen dos hijas, que son las que dejaron descendencia: se encuentra amplísimamente documentado en el AMLL -repartimientos- y ante los escribanos públicos SP, HG, JRB, Av., ALI, AG, JM, RF, Alonso Monasterio, JG, BJ y AM. AHPSC (Archivo Histórico Provincial S/C de Tenerife). Se han perdido los esenciales otorgados ante los primeros escribanos de Taoro. Se complementa su total conocimiento con la documentación derivada de sus descendientes.

I. Margarita Fernández, casada con Miguel Trejo.

II. Catalina Hernández, casada con Adán Acedo y Blas Rodríguez.

Referente a esta gran confusión sobre Catalina y Margarita las recientes transcripciones y publicación de M. Lobo Cabrera documentos transcritos que se han reseñado (Catalina Fernández de Guanarteme y Luisa de Guanarteme princesas de Canarias. Agüimes, 1526- Las Palmas, 1746, Gran Canaria. 2010) en donde se constata que fue Catalina, y no Margarita, la descendiente por línea femilineal de don Fernando en Gran Canaria. ¿Quién es entonces Margarita, se trata quizás de Arminda, hija del anterior Guanarteme, u onomásticas diferentes que se refieren a la misma persona y que todo sea una confusión en las interpretaciones de los diferentes historiadores?, pero no coinciden, por otra parte, los casamientos que se les adjudican, por tanto nos remitimos de momento a la última información contrastada y arriba apuntada. 

Extracto crónica primitiva o matritense sobre Luisa Bethencourt

… Diego de Herrera imbió vna carauelón a traer el rescate y tratar del de los christianos, el qual se efectuo a trueque de la sobrina del Guanarteme, la qual era christiana y casada con un cauallero frances llamado Massiu de Betancurt, del linage de Monsiu de Betancur, pusiéronle por nombre Luisa de Betancurt. Dio por su rescate ciento y trece christianos entre los pressos y rehenes ya dichos. Antes que viniesse Luisa de Betancurt a Canaria, se conserto que ella y vna muger de las que con ella vinieron pressas del Vañadero, se viniessen dende a pocos días a la mar, en donde venidas, hallaron vn carauelón y en el su esposo, con lo qual se voluio a Lançarote. Afirmaba la hija del Guanarteme, que era persona de harta verdad, que la noche que Luisa de Betancurt se vino de casa de su tío y se embarco, se lauanto de junto a ella y abrió la puerta, que es muy pesada y que abriendola hace mucho ruido, y passo por los perros que tenían fuera muy brabos, y que la puerta no hiço ruido, ni los perros ladraron, que todo lo tuuo por milagro. Luego que se halló (de) menos y el Guanarteme lo supo, acudió a la mar y quando llego hallo que estaba embarcada y vio dar a la vela e irse la vuelta de Lançarote, por lo qual tomo gran pessar, que la amaba mucho. Con este dolor estuuo algunos dias, del qual enfermó, dexando por su unica heredera a vna hija de ocho años que era de su muger legítima (…) y desde a poco murio su padre, y de voluntad de la prima se puso por faican de Galdar vn tio della, hermano de madre, que llamaron Guanarteme Semidan (Millares Carló)[55]

 

De las familias que con posterioridad usaron el apellido Guanarteme o se subrogaban su descendencia, entre XVI-XIX

Hemos dejado abierto en los epígrafes anteriores las ramas y descendencia de del último Rey de Canarias, que enlazaros con conquistadores y pobladores, bajo la sospecha que no fue el tronco Real sino parece que en cierta manera usurpado a su sobrina Masequera, Catalina después de bautizada y la que dio la generación de los Guzmanes después de su casamiento, pero esto viene verificado por la mayoría de los autores y realmente no es un hándicap, ni mucho menos, para las posteriores generaciones que trataremos de anotar como perteneciente a la casa soberana que es la que estos antiguos pobladores y conquistadores trataron de significar e incluso revindicar en expedientes de hidalguía y de nobleza, mediante escribanía ante los estamentos competentes como podían ser los tribunales eclesiásticos y civiles que ya estaban establecidos tempranamente durante la conquista. Muchas informaciones de fijodalgos fueron reclamadas por los peninsulares pero que todas no fueron atendidas dados complejos trámites o falta de la existencia de documentos fehacientes de los mismos, y la solución en nuestras islas fueron la información de realeza de sus cónyuges en mucho de los casos aunque se acudieran a partidas y árboles genealógicos de sus antepasados en ultramar, baste como ejemplo varias familias entre ellos los Guzmán que se apunta en varias citas históricas de autores señalados, otros los Acedos, Aguilares, Betancores, Cabrejas, Carvajales, Del Castillo[56], Molinas, Pinedas, Quesadas, Quintana, Rey, Rojas, Vega, y algunos otros perdidos, y la mayoría difuminados en parte de nuestra ciudadanía canaria, como ya referimos, con una  línea continuada fruto de estudios genealógicos que continúan en este siglo con referencia a la igualdad y mestizaje, y que ponen en fin de manifiesto esta historia inacabada; según se va investigando en protocolos, archivos, partidas, etc. se reclaman en múltiples direcciones esta condición de ascendientes del tronco común, que no es otro que el aborigen. Repasamos sucintamente y por parte gran parte de los apellidos reseñados más arriba, y se citan algunas fuentes, pero casi todas refrendadas por el Nobiliario de Canarias, si bien a lo largo del trabajo ya han quedado anotadas en algunos casos algún que otro personaje y línea de ascendencia, que pese reincidir reseñamos a continuación con propósito ilustrativo, pero no definitivo:

Acedos:  

Adán de Acedo, nacido en Navarra en 1453 y fallecido en Gáldar en 1529 casó con Catalina Fernández de Guanarteme, nacida en Gáldar en 1469 muerta en Agüimes en 1526[57], con amplia ascendencia pero que curiosamente no tomaron el apellido Guanarteme sino Fernández en algunos casos, tenemos como ejemplos que portan el apellido posteriormente en el XVII–XVIII a Juan Antonio de Acedo Bethencourt de Quintana Guanarteme, hijo Luis Bethencurt Acedo y Magdalena Quintana Guanarteme Llano Valdés, como anota la bibliografía procedente del Nobiliario, casa con Ana Bethencourt  Amoreto y Westerling, que procrearon entre otros  a Luis Francisco de Acedo Bethencourt Quintana Guanarteme, en ambos casos 1º Guanarteme por Acedo, 2º Acedo por Bethencurt;  emparentan con la casa Verdugo a finales del siglo XIX, a través de Doña María de los Dolores de Acedo y Valdés y su hermana Jerónima que casa  con los hermanos Don Manuel y con Don Juan Verdugo y Pestana y Llarena respectivamente,  hijas de Don Pedro de Acedo del Saz Llarena y Morales, último poseedor de los Mayorazgos de la noble familia de Acedo-Béthencourt, conquistadores de Gran Canaria, y de Doña María de los Dolores Valdés y Valdés Merino y Acedo (Nobiliario, tomo II). Como colofón a esta destacada familia es de obligado cumplimiento resaltar un intelectual, destacado poeta y periodista: Pedro Perdomo Acedo (1897-1977), en donde confluyen de nuevo tras varias generaciones Bethencourt, Perdomo y Acedo.

Aguilares 

Se inicia este parentesco con Don Bartolomé de Aguilar, familiar del Santo Oficio, vivió casado con Doña María Carvajal Guanarteme, hija del conquistador (que resulta que fue poblador) Miguel Trejo de Carvajal y de Doña Margarita Fernández de Guanarteme, nieta materna de Don Fernando de Guanarteme, último Rey de Gáldar: continuamos como descendiente  y con este apellido a Marcos Verde de Aguilar Carvajal y Guanarteme  que matrimonió en ¿1580? con Isabel Aria de Reina, sigue Juan Verde de Aguilar Carvajal y Guanarteme que cásese con Ana de Bethencourt y Figueroa (1620?), etc. (Nobiliario de Canarias, tomo III). 

Recientemente falleció en esta capital, en septiembre de 2023, Don José Aguilar Hernández, Pepe Aguilar, destacado empresario del sector del plátano y condiscípulo de familiares en el recordado Colegio Viera y Clavijo, vástago de la línea agnada de esta acendrada familia y por tanto descendiente de Guanarteme.

Betancores y Perdomos

Como  ha quedado expuesto Tenesoya Vidina (Luisa Guanarteme) desposó con Maciot de Bethencourt Perdomo, como sabemos ambos apellidos estrechamente relacionados, y una de las muestras evidente es el árbol genealógico, también ya mencionado del Arcediano D. Joseph de Bethencourt  Franchi de la Catedral de Canarias, si bien su descendencia no nos constan que usaran el apellido Guanarteme; Fray Juan Suárez de Quintana en su relación genealógica, ya citada en la bibliografía, nos dice que “… cautiva que fue la dicha Thenesoyas, se le aficionó por sus singulares prendas el referido Maciot de Vetancurt, hijo de Reinaldos, como ya se ha dicho, y, por fin manifestando el uno al otro sus cariños, llegaron estos dos a contraer matrimonio … y en su bautismo se puso [por nombre] Luisa, de manera que después se distinguía con el apellido de su tío y padre, que fue hermano de “Guanarteme” presente, Doña Luisa de Guanarteme, y después tomo el apellido de su marido llamándose: Luisa Betancurt”. Se rastrea en el Nobiliario y no se encuentra el apellido Bethencurt-Guanarteme en ningún vástago de esta prolífica ascendencia. En la acumulación de mayorazgos de la Casa de Bethencourt nos relaciona a los siguientes personajes en el Vínculo de Hoya de Pineda con el patronato del Convento de San Antonio de Padua de Gáldar, las propiedades de este vínculo fueron rematadas durante el proceso desamortizador del siglo XIX: Jerónimo de Pineda, Maciot de Bethencourt, Lucano de Bethencourt, Sebastián de Bethencourt, Cristóbal de Bethencourt, Sebastián de Bethencourt, José de Bethencourt, Francisco de Bethencourt, José de Bethencourt, Jerónimo de Bethencourt y José de Bethencourt. Y último sin continuación D. José de Bethencourt Franchi del Castillo-Olivares y sucesora del Vínculo su hermana María Dolores de Bethencourt (Rodríguez, J. M. 2020)[58]. Por último, la línea Perdomo siempre estuvo presente en los Bethencourt: Miguel Martín Perdomo, hijo asimismo de Arriete Perdomo e Inés Margarita de Béthencourt, fue vecino de Lanzarote, donde casó con Susana de Aday, hija de Pedro de Aday el Viejo, Gobernador de dicha isla en 1452, y de Leonor de Morales, su mujer (Nobiliario de Canarias, tomo III).

Cabrejas

Francisco de Cabrejas obtuvo de los Reyes Católicos extenso repartimiento de aguas y tierras en Gáldar y casó en Canaria, a poco de la conquista, con Doña Catalina Fernández Guanarteme, hija del guayre Autindara o Dutindana, y sobrina de Tenesor Semidán, último Rey o Guanarteme de Gáldar. El faycán de Gáldar, que llamaban Guanarteme Semidán, tío de la Reina, hermano de su madre, fue padre de Utindana, de quien proceden los Cabrejas de Gáldar. Porque Francisco de Cabrejas fue casado con una hija de Utindana, hermosísima dama y él gentil hombre y galán. Con Catalina Fernández de Guanarteme, se repite la unión de una noble indígena con un conquistador (por supuesto se trata de Catalina descendiente de la tratada en otras secuencias familiares del linaje, parece que este nombre y apellido al parecer se asimila a la actual monarquía inglesa en donde las descendientes próximas a la línea real son denominadas con el apellido Windsor), en este caso con el sevillano Francisco de Cabrejas, natural de Bormujos, vástago de Diego Pérez de Cabrejas y de Juana Rodríguez. Cabrejas, fue recompensado con tierras en Gáldar, Teror y Tamaraceite (Egea Molina E. 2021)[59]  Francisca Cabrejas nacida en 1500, recibió las aguas bautismales en el Sagrario Catedral, el 10 de octubre. El capitán Lucas de Cabrejas casó con Ana de Santiago Acedo Bethencourt y Ciberio sobre 1620 y radicaron en Guía en la conocida “casa de los ratones” (González-Sosa)[60]. Existe procedente de esta estirpe el toponímico de Montaña Cabreja, situada en el término de San Mateo, tierras de una la data solicitada por Francisco de Cabrejas, el 23 de diciembre de 1545.

Carvajales

No se ha estudiado e investigado tanto como a los Carvajales, que hemos reseñado en anteriores epígrafes a colación de su desposorio y entronque con el linaje Guanarteme en su línea agnada de Doña Margarita Guanarteme (Lobo Cabrera, 2011) de dudosa existencia con tal nombre por algunos autores. Miguel Trejo de Carvajal, hijodalgo notorio y Conquistador de Gran canaria, estuvo casado con Doña Margarita de Guanarteme, única hija de Don Fernando de Guanarteme, último rey aborigen de Gran Canaria. Su hija Doña María Carvajal de Guanarteme, casó con don Bartolomé de Aguilar que sigue la sucesión a través de los Aguilar que ya hemos avanzado en este mismo epígrafe. También encontramos en la línea Quintana a Gaspar de Quintana Cabrera, que casó en Gáldar con Doña María Jáimez de Sotomayor y Carvajal, hija de Alonso de Carvajal y Guanarteme y de su primera esposa Doña Emerenciana Jáimez de Sotomayor, hija ésta de Francisco Jáimez de Sotomayor y de Doña Catalina Zambrana, su segunda mujer, nieta paterna de Bernardino de Carvajal y Guanarteme y de Doña Melchora de San Juan Cabrejas bisnieta del citado Miguel de Trejo Carvajal, y tataranieta de Alonso Pérez de Carvajal (Nobiliario de Canarias, tomo II).

Castillo (del)

Don Pedro Agustín del Castillo Ruíz de Vergara hacía valer su descendencia directa del Guanarteme, suponemos que por línea que a continuación relatamos tomado, como no, del Nobiliario: Marcos Verde de Aguilar Carvajal y Guanarteme, Regidor Perpetuo de Canaria, Alcaide del castillo principal de Nuestra Señora de la Luz, y de Doña Teresa Hernández de Medina, su tercera mujer, natural de la ciudad de Santa Cruz de La Palma y originaria de las Islas Terceras, a quienes le hicieron carta dotal en 2 de mayo de 1638 ante Juan Gil Sanz, escribano de Guía. Doña María Verde de Aguilar era por su línea paterna tercera nieta legítima de Tenesor Semidán, último Guanarteme o Rey de Gáldar. De este matrimonio procrearon a:

1. Don Pedro Ruiz de Vergara Mesía y Aguilar, sucesor.

2. Doña Teresa Bernarda Ruiz de Vergara Mesía y Aguilar, nacida en Las Palmas el día 20, bautizada en su Sagrario-Catedral a 28 de agosto de 1643, mujer que fué del Capitán de la Caballería Don Agustín del Castillo León Muxica y Lezcano, quinto Alférez Mayor perpetuo y hereditario (Nobiliario de Canarias, tomo I).

Guzmanes y Rojas

Ya hemos relatado sobre este apellido en varias anotaciones sobre este conquistador y su relación con la dinastía guanarteme que uno de sus vástagos enlazó con la princesa Guayarmina hija de Don Fernando de Guanarteme de Gáldar fue la primera que recibió de esta casa real bautismo del prelado Juan de Frías. Tomó el nombre de Margarita, según Viera que parece que se equivoca, y realmente fue Catalina en honor de la hija de los Reyes Católicos; sirvieron de padrinos de bautismo Rodrigo de Vera, Francisco de Mayorga y Doña Juana Bolaños, su mujer. Esta Doña Catalina, entonces de doce años, era muy blanca y rubia y con posterioridad casó con Hernando de Guzmán, hijo de Alonso y nieto de Hernán Pérez de Guzmán, señor de Batres, del consejo de don Enrique II y uno de los autores de la Crónica de don Juan II de Castilla y de los Claros Varones de su tiempo[61]. El Conquistador Fernando de Guzmán contrajo matrimonio con Doña Catalina Guanarteme, sobrina de Don Fernando Guanarteme, último Rey indígena de la Gran Canaria, y procreó con esta señora cinco hijos. Sigue como portadora del apellido Doña Luisa de Guzmán y Guanarteme natural y vecina de Gáldar, donde celebró nupcias con Alonso Gutiérrez de Rojas, hijo de Diego de Rojas y de Doña Isabel Fernández (Nobiliario de Canarias tomo II). Como persona digna de tenerse en cuenta por su dedicación a Canarias, y descendiente de esta estirpe tenemos al arqueólogo, etnógrafo y científico a Celso Martín de Guzmán. Se encuentra como toponímico del ilustre apellido el barrio galdense de Rojas, que naturalmente procedente de D. Diego de Rojas, que toma nombre de las propiedades de Diego de Rojas.

Escudo heráldico de Guzmán

Molinas 

Como hemos señalado en el relato para los Cabrejas, la hija de Autindana de Gáldar hermano de Doña Luisa Vetancurt, enlaza con Cabrejas y el autor E. Egea (2021)[62] sella esta línea como Semidán-Cabrejas: Catalina Fernández de Guanarteme, enlaza con un conquistador, en este caso con el sevillano Francisco de Cabrejas como quedo dicho anteriormente. Sigue Francisca Cabrejas nacida en 1500 que enlaza con Alonso de San Clemente, vecinos de Gáldar. De esta línea procede Juan Benítez de Guzmán, natural de Guía, bautizado en su parroquia el 16 de mayo de 1687. En esa villa contrajo nupcias, el 18 de mayo de 1716, con María de los Reyes Molina Díaz que había nacido en el 21 de noviembre de 1697, siendo cristianada ocho días después, hija de Marcos Molina Báez y de Inés de los Reyes Moreno. Marcos Molina Báez es de la descendencia de la rama Molina-Quesada de Gran Canaria.

Pinedas

Es conocido el toponímico en el municipio de Arucas “Cruz de Pineda” que actualmente constituye un barrio colindante a otros conocidos de la zona y en un enclave situado en la antigua carretera que nos conducía a Bañaderos y desde allí a las ciudades del noroeste cuna de los enclaves del reino aborigen del norte. En ese pago o lugar fue asesinado en 1556 el Maestre de Campo Hernando de Pineda natural de Sevilla, Alcalde de Gáldar, a manos de varios caballeros enemigos suyos cuando regresaba del Real de Las Palmas con documentación concernientes a demarcación de tierras heredadas situadas en estas villas del Noroeste (Millares Torres, A.)[63] De su matrimonio con Doña Marina Díaz de Mota hermana de D. Bartolomé Aguilar, jefe de su casa en Gran Canaria, sigue, Diego de Pineda, Alcalde de Gáldar, que casó dos veces: la primera, con Doña Leonor de Quintana, hija de Marcos de Herrera y de Doña Beatriz de Quintana y en segundas nupcias, con Doña María de Bethencourt, hija de Ángel de Béthencourt (nieto de Doña Catalina Bethencourt Guanarteme) y de Doña Elvira de Malueños. Toda esta introducción que parece dispersa converge en la doble descendencia de la estirpe Guanarteme por Aguilar y Bethencourt: por Aguilar ya ha quedado explicado en ese apellido y epígrafe mediante Don Bartolomé de Aguilar, familiar del Santo Oficio, vivió casado con Doña María Carvajal Guanarteme; y Ana María de Bethencourt también ya historiada y mencionada su ascendencia Guanarteme a través de su padre. Así mismo figura el patronímico que realmente toma nombre del enclave del Mayorazgo Hoya de Pineda de los Bethencourt-Pineda en las medianías  de San Isidro de Gáldar, donde se sitúa una magnifica casa de labranza parangón de este tipo de casonas que prestaban doble función: agrícola y de estancia de los mayorazgos (Martín Rodríguez, 1978)[64] que recientemente restaurada es todo un símbolo de este tipo de hacienda canaria y que domina desde un cerro toda la propiedad, que constituía una  data importante fruto de los repartimientos después de la Conquista.

Quintanas

Ya en anteriores apellidos que nos ocupan en estas descripciones se han mencionado en varias ocasiones a los Quintanas con otros entronques, quizás inevitables por los  sucesivos enlaces entre  las familias que nos ocupan que dan como resultado parentescos cercanos, que fue común en estas y otras villas de Gran Canaria después de la Conquista,  y como uno de los linajes que desciende de forma  directa y de costado con la realeza aborigen; damos aquí los datos más significativos de los personajes  que representa hasta hoy esta nutrida y floreada descendencia:  Doña  Ignacia de Quintana, que celebró nupcias en Gáldar, a 2 de octubre de 1615, con Don Jerónimo de Pineda y Béthencourt, hijo de Ángel de Béthencourt y de Doña Marina de Pineda y Quintana, que procrearon a Don Ángel de Béthencourt y Quintana, casado en Gáldar, en 1642, con Doña María de Herrera y Tapia. Sigue Don Juan Benítez de Rojas y Quintana, que casó en Gáldar, el 18 de noviembre de 1620, con Doña Isabel de Guzmán Jáimez de Sotomayor Cabrejas y Zambrana, tercera nieta legítima de Hernando Pérez de Guzmán, conquistador de la Gran Canaria, y de la infanta Masequera, sobrina y nieta de los Guanarteme, últimos Reyes indígenas, que se llamó, después de su bautizo a la fe católica, Doña Catalina de Guzmán. Doña Isabel de Guzmán Jáimez de Sotomayor era también tercera nieta del nobilísimo Alonso Jáimez de Sotomayor, famoso Capitán de la Conquista y primer Alférez Mayor de la Gran Canaria, que levantó el Real Pendón proclamando a los Reyes Católicos finalizada la conquista, el día 29 de abril de 1490.  Don Mateo de Carvajal y Quintana que hizo informaciones de nobleza ante el escribano José de Béthencourt y Herrera, siendo amparado por auto del Corregidor de Gran Canaria Don Miguel de Chaporta, de fecha 8 de abril de 1668, y edificó en Guía la casa de su morada, en la que lucen aun los blasones de los apellidos de Guanarteme y de Quintana (se refiere seguramente al que lucían en la casa donde vivió Fray Juan Suarez de Quintana y los Jaques de Mesa, creemos que una copia luce en el actual edificio del ayuntamiento, el original según González Sosa desapareció al ser derribada la vivienda en 1960, contrajo matrimonio con Doña Beatriz García del Castillo, hija del Capitán Don Lope García del Castillo y de Doña Mencía Pinto (Nobiliario de Canarias, tomo II). 

Casa Quintana en Sta. María de Guía

Recapitulamos  con la percepción de cerrar en falso  una historia interminable con un trabajo inconcluso, por no contemplar más líneas de familias, que como hemos apuntados tendrían todo el derecho figurar como descendencia de la realeza aborigen, pero queremos resaltar que no solo la línea de esta hipotética realeza sería  objetivo de futuras investigaciones, si consideramos el término “realeza” entre los aborígenes tenía la misma interpretación europea del bajo medievo, y quisiéramos ir descendiendo a consideraciones de relaciones de clases, y de pleitesía del “súbdito” aborigen con la monarquía,  en principio aguerrido y defensor a ultranza de su tierra,  y sometidos y asimilados posteriormente a la causa de los invasores, en muchos casos, y su legado irrefutable a la actual población de Gran Canaria, que durante y al final de la Conquista fueron bautizados, apadrinados y prohijados por diferentes  apellidos  castellanos o portugueses como los González, Pérez, Rodríguez, Vega, etc. (como se ya ha quedado revisado en algunas  filiaciones), a lo  largo y amplio de la  geografía insular, que en ciertos aspectos conserva bastantes tradiciones y ciertas características diferenciadoras que se diluyen en el mestizaje y en el factor sincrético, residual pero intangible, que aún perviven enmascarados, pero a flor de piel,  de un pueblo que recientemente gracias a estudios multidisciplinarios van  poniendo luz sobre esta insospechada fuente de una nación perdida pero recuperada para la universalidad historiográfica.  

Colofón.   “En medio del fragor de la Guerra de Granada, al campamento regio de Málaga acude a la Reina, muerto de hambre, un guanche “Guanarteme”, al que dan cuatro reales para comer. Había sido rey de Canarias[65].

Homenaje al

Instituto Canario de Estudios Histórico Rey Fernando Guanarteme

que tanto han contribuido a restaurar la memoria de los canarios.

Homenaje anual a Fernando Guanarteme del Instituto Canario de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme, 2023.

REFERENCIAS


[1] Rodríguez Rodríguez, J.M. 2014. Labras y molduras heráldicas en edificios históricos en Las Palmas de Gran Canaria. Casa Guanarteme, Díaz de Aguilar, c/ Dr. Chil. Pág. 13-14.

[2] Bonnet Suárez, S.F. 1960. La Villa de Gáldar en 1526. El Museo Canario (1960), Nº 73-74, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 115-127.

[3] Cebrián Latasa, J.A. 2003. Ensayo para un Diccionario de Conquistadores de Canarias. Gob. De Canarias, Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Dirección General de Cultura. Prólogo de Mª Rosa Alonso y Manuela Marrero Hernández. Pág. 454. Hemos de entender que se refiere a Miguel Trexo de Carvajal, que realmente no fue conquistador de Gran Canaria. Pudo ir a Tenerife poco antes o al acabar la conquista. Era vecino de la villa de Gáldar, donde recibió y compró tierras. Hijo de los extremeños Alonso González Carvajal y Elvira Fernández. Natural de Granadilla, Cáceres, nacido en 1471 y muerto en 1537. Casó con Margarita Fernández Guanarteme, hija de don Hemando Guadarteme. Se avecindaron en Gáldar. Margarita y Miguel hicieron, en 1526 y 1527, informaciones familiares para acreditar sus respectivas condiciones de hijosdalgo. Entre sus bienes se cuentan las tierras de Guayedra, data que recibió en repartimiento don Femando. Hijos: l. María Carvajal, c. con Bartolomé Aguilar de la Mota, hijo de *Gonzalo de Aguilar y de Leonor Verde. II. Alonso González Carvajal, marchó a Indias. III. Hernán Trejo, marchó a Indias. IV. Bemardino Carvajal, casado con Melchora de San Juan, hija de Alonso de San Clemente y de Francisca Cabrexas. De sus relaciones sentimentales con Juana de Carrasco tuvo a Beatriz de Carvajal, casada con Francisco Dorantes, padres de Miguel de Carvajal. Ante Alonso de San Clemente, 2 de octubre de 1524, fs. 46lr/464v. AHPLP.

[4] González Sosa, P., 2006. Relación genealógica de Fray Juan Suárez de Quintana. La Caja de Canarias, 2006. “Descendencia de Masiot de Vetancurt y Dª Luisa Guanarteme Vetancurt. Dase Razón de los hijos de Masiot de Vetencurt (sobrino de Masiot I de Vetencurt) y Doña Luisa su mujer, págs.310-314. “… Y aunque dexo dicho que Masiot de Vetancurt, dize otra Relación que no fue hijo sino descendiente suyo, que parece sería su nieto, porque se asegura que este fue descendiente y no hijo…”.

[5] Fernández de Bethencourt, F. 1952, 1954, 1959, 1967. Nobiliario de Canarias: Tomo I, León, Romero, pág. 478. Tomo II, Westerling y Calderín (Rojas), págs. 177-180, Quintana, págs. 718-720. Tomo III, Muxica-Lazcano, págs. 377-384, Bethencourt, págs. 595-596. Edición de Juan Régulo Pérez y Especialistas. Editorial 7 Islas. La Laguna, Tenerife.

[6] Rosa Olivera, L. de la, 1978. Don Fernando de Guanarteme y Fernando de Guanarteme. Estudios Históricos de las Canarias Orientales. Págs. 109-110. Revista de Historia (La Laguna), nº 90-91 (1960). Dos células reales sobre Don Fernando de Guanarteme. Págs. 167-168. Rev. de Historia (La Laguna) nº 169 (1971-1972). Publica, Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas. Plan Cultural, 1978.

[7] Anónimo, 2010. Catalina Fernández de Guanarteme y Luisa de Guanarteme princesas de Canarias. Agüimes, 1526- Las Palmas, 1746, Gran Canaria. 2010.  Coordinador de la colección: Enrique Pérez Herrero, Director del AHPLP. Edición al cuidado de Carlos Gaviño de Franchy. Testamento por comisario de Catalina Fernández de Guanarteme, princesa de canaria: “Catalina Hernández… difunta que dios haya, hija de don Hernando de Guanarteme, rey que fue de esta isla de Gran Canaria, que asymysmo es difunto”. Alonso de San Clemente, escribano público de Guía. Protocolización del testimonio de ejecutoria de nobleza por José Betancor y Franquis, etc. En él aparece el nombre de Dª Luisa Guanartheme, princesa de Canaria.

[8] Egea Molina, E. 2021. Linaje Guanarteme en una rama Molina en Gran Canaria. Genealogías Canarias. Sobre los Guanarteme: “en un acercamiento etimológico, guanarteme –denominación actualmente generalizada- o guadarteme más cercana a su raíz amazigh, vendría a significar “el hijo de Artemi” (wa-(d)-Artem), primer rey de la isla. En esta dirección, Wölfe al referirse a Guanache Semidan (wa-n-ate-semidan) lo traduce como “hijo de los Semidán”.

[9] Haley, Alex, 1977. Raíces. Serie de TV emitida en España en la década de los setenta.

[10] Fernández Guerrero, Cecilia, 2021. Los pueblos indígenas amazigh del Norte de África. La Puerta de África. Cultura, historia, Magreb, movimientos sociales. Última visita en Internet 20/08/2023.

[11] Morales Padrón, Francisco, 1978. Canarias: Crónicas de su conquista. Sevilla 1978. Edición Conmemorativa de los 500 años de fundación de Las Palmas de Gran Canaria, fundada por el capitán Juan Rejón (1478-1978). Excmo. Ayto. de Las Palmas de Gran Canaria. El Museo Canario, pág. 48.   «Historia de la conquista de la Isla de Canaria” escrita por Antonio Sedeño o Cerdeño, natural de Toledo, uno de los conquistadores que vinieron con Juan Rejón, el cual murió en la Conquista de Tenerife donde fue con Alonso de Lugo, Adelantado de Canarias, con la introducción de algunas anotaciones al fin por el canónigo Pedro Cervantes, natural de dicha isla, hecha en el año de 1690, la cual se sacó de un libro de dicho Señor Prebendado para poner en la librería de este convento y estudio general de San Pedro Mártir de Canarias, año de 1732.

[12] Jiménez González, José Juan, 1998. Las fuentes etnohistóricas Canarias. Crónicas, historias, memorias y relatos. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 44, 1998, págs. 199- 263.

[13] Viera Clavijo J. 1967 (1776) Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, 6ª Edición, Introducción y Notas del Dr. Alejandro Cioranescu, Goya Ediciones, S.C. de Tenerife, 1967. De el Volumen I, pp.  194-197, 366-367, 508, 540-541.

[14] le Verrier J. y Bontier P. (1405, 1980). Le Canarien, crónicas francesas de la conquista de Canarias. Introducción y traducción de Alejandro Cioranescu, ACT Aula de Cultura de Tenerife, 1980. Prólogo, p. 15.

[15] Bertherlot, S. y Barker-Webb, 1978. Etnografía y Anales de la Conquista de las Islas Canarias. Tom. II. Usos y costumbres. Págs 193- 201. Tom. III. Anales de la Conquista de las Islas Canarias (1480), págs. 405-411.

[16] Arias Marín de Cubas, T., 1986. Historia de las 7 islas Canarias. RSEAPGC., 1986. Edición de Ángel Juan Casañas y Mª Régulo Rodríguez. Proemio Juan Régulo Pérez: Notas Arqueológicas de Julio Cuenca Sanabria. Biblioteca Digital ULPGC, 2003. Capitulo XVIII. Naturaleza costumbres y exercisios de los canarios. Págs. 253-254.

[17] Gómez Escudero, 1901. Historia de la conquista de al Gran Canaria. Ob. cit. Lobo Cabrera, 2012. El Lic. Pedro Gómez de Escudero, uno de los capellanes de la conquista. El tal Ldo. Gómez Escudero no ha existido nunca. La crónica que se le atribuye es una variante de la crónica de la conquista de Gran Canaria por autor desconocido; otras variantes la dan Antonio Sedeño (el Zedeño de Viera), a Pedro de Argüello o a Alonso Jáimez de Sotomayor.

[18] Álvarez Delgado, J., 1982. Instituciones políticas indígenas de Gran Canaria. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 28, Madrid-Las Palmas., pág. 294 (30)- 341 (77).

[19] Millares Torres, A., 1977, 1978. Historia General de las Islas Canarias. Edirca. Obra dirigida y coordinada por A. Millares Cantero y José Ramón Santana Godoy, tomo I. Gran Canaria. Tradición histórica, págs. 211-212.

[20] Lobo Cabrera, M. 2012. La conquista de Gran Canaria (1478-1483). Ediciones del Cabildo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 2012. Capitulo III: Sistema político de los canarios. Págs.59-67.

[21] Correcciones a la Historia de Canarias de Viera y Clavijo. Aportación del presbítero Pedro Marcelino Quintana Miranda al certamen literario de 1931 en conmemoración del segundo centenario del nacimiento de Viera y Clavijo y el cincuentenario de la instalación oficial de El Museo Canario. Arucas 2020. Prólogo del Dr. Manuel Lobo Cabrera, Miembro de la Real Academia de la Historia. Correcciones del Tomo I, Págs. 201-202. Sobre el origen de Tenesor (VI. Reinos de la Gran Canaria, pp. 199-207, T. 1, L. II, 1772, [Viera y Clavijo]), Pedro Marcelino Quintana Miranda ensamblando fechas y sucesos documentados advierte la existencia de un error cronológico porque si aquél tenía unos 35 años cuando fue presentado a los Reyes Católicos, es dudoso que pueda ser hijo de Artemi que murió en 1405 luchando contra los normandos. Estima, pues, que Tenesor es hijo de Tagoror Semidán y, por lo tanto, aquél es nieto de Artemi. Se ve que nuestro autor está bien documentado pues extrae esa información del libro de Rodríguez Moure: Tenesor Semidán, (pág. 58, La Laguna, Tenerife, 1922). Sobre esta misma cuestión véase en el apartado VIII del anexo 1 los textos que PMQM escribió en forma de notas o apuntes extraídos del Cuaderno 1 de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, pp. 63-64 y 242-243 (27). Así mismo en los Cuadernos 1 y 2 incluyó varios apuntes sobre los sucesivos guanartemes como las que llevan por título “Guanarteme y Boabdil” (p. 242); “Prisión del Guanarteme” (pp. 63-64 y 242,); “Guanarteme” (p. 243) y “Cuesta de Silva” (pp. 165-166). No obstante, el error de Viera en la línea sucesoria de este importante personaje grancanario es tratado en la edición de 1982 (p. 196, T. 1, L. II.) mediante una oportuna nota (2) a pie de página que dice: “[La genealogía de los guanartemes es bastante fantástica. El autor sigue aquí también los pasos de Abreu y Galindo, II, 7, págs. 171-172; cf. una genealogía diferente en A. Millares, Historia de Canarias, vol. III, Las Palmas 1893, p. 179-180]”. A su vez, la edición de 2016 reproduce la primera parte de la nota 2 ya citada anteriormente y que dice así: “Es muy verosímil que el nombre de guanarteme, con que eran conocidos los soberanos de Canaria, empezase en estos dos príncipes; porque, a lo que parece, guanarteme quiere decir hijo de Artemi” (pp. 396-300, V.1, L.II). Más información sobre este personaje en M. Lobo, 2012: 157- 161”.

[22] Bernáldez, A. “Cura de Los Palacios”. Cfr. Pedro Marcelino Quintana Miranda. Cuadernos I referente a la al pueblo y parroquia de Arucas. El Museo Canario: Correcciones a Viera. Las memorias de Bernáldez en tiempo de los Reyes Católicos son unas crónicas donde en varios capítulos da noticias sobre diferentes aspectos de Canarias, como la conquista, aspectos de tipo geográficos y de los aborígenes, sus costumbre y reinados.

[23] Rodríguez Moure, pbro. D. José, 1922. Cfr. “Tenesor Semidán”. Editado en La Laguna de Tenerife, año de 1922, pág. 58.

[24] Viera, ibídem. Tomo I. pág. 438-439.

[25] Rodríguez Díaz de Quintana, M. 2023? Árbol genealógico de D, Ángel Ruiz de Quesada, remitido por el mismo. Agosto 2023.

[26] Bolaños García, A. 2023? (recibido). Árbol genealógico de Don Ángel Ruiz de Quesada.  Enviada por don Ángel Ruiz de Quesada. Agosto 2023.

[27] Gómez-Pamo y Guerra del Rio, J. R. 1994. El escudo de la familia Carvajal. Noticias del Museo Canario, nº 7, julio 1994-diciembre de 1995, pág. 13. la familia Carvajal aparece en Canarias en los postreros años del XV en la persona de un “caballero” extremeño “Miguel de Trejo Carvajal… que casó con Margarita Fernández de Guanarteme, hija de Don Fernando, el último Rey de Canaria… Un sobrino de Miguel de Trejo, se estableció también en Gran Canaria, y casó en Gáldar con Lucía Fernández de Guanarteme, posiblemente sobrina de Doña Margarita. (todos venían etiquetados con estos atributos, que la leyenda negra considera a individuos que se les abrió un horizonte de desertar de la piara y el pastoreo a tierras de promisión).

[28] Anónimo, 1976. Crónicas de la conquista de Gran Canaria (crónicas lacunense). Ediciones “El Museo Canario”, Arcón Canario. Adscrito al CSIC. Presentación y trascripción de Pedro Schlueter Caballero. Estudio preliminar Elías Serra Rafols. Las Palmas 1976. Págs. 10-11,48-49, 66-67,81,84-87 y 79-80. Estos textos son: una traducción castellana del libro impreso por Bergeron en París en 1630, conteniendo (entre otras) el Canarien y las relaciones de Canarias y el pico del Teide de Thomas Nicols y Edmond Scory respectivamente.

[29] Rosa Olivera, de la, L. 1978. IV. Diario de la visita del Corregidor La Santa Ariza y Castilla a la isla de Gran Canaria en 1764, por P. Acedo, Gáldar págs. 36-37. Estudios históricos sobre las Canarias orientales. Excma. Mancomunidad de Cabildo de Las Palmas. Plan Cultural, 1978.

[30] Arco Aguilar, Mª C. y Navarro Mederos, J.F., 1987. Los aborígenes. Centro de la Cultura Popular Canaria. La Biblioteca Canaria. 2.2.3. Págs. 26-27 y 37-40, Cfr. Sedeño: obra atribuida a un supuesto soldado de la conquista llamado Antonio Cedeño.

[31] Morales Padrón, Francisco, 1978. Ob. Cit. en Lobo Cabrera, M. 2012. La conquista de Gran Canaria (1478-1483) (dixit): En este texto (Morales Padrón) se recogen las crónicas, llamadas así por el lugar donde se encuentran depositadas: ovetense (Oviedo), Lacunense (La Laguna) y Matritense (Madrid o las primitivas de Millares Carlo), seguida por las de López de Ulloa, las de Antonio Cedeño y las de Pedro Gómez Escudero., y otros textos como los de Bernáldez. Pág. 147.

[32] Álvarez Delgado, J. 1947. Tamarán. Lingüística grancanaria. El Museo Canario, Revista publicado por la Sociedad del mismo nombre. Año VIII, enero-marzo – abril-junio, 1947. Números. 21-22, págs. 39-49.

[33] Bontier, P. y Le Verrier J., 1405. Le Canarien. Livre de la conquete des Canaries. Crónica francesa de la conquista de Canarias. Ob. Cit.   Como el dicho Señor fue a Gran Canaria Cap. LXXX. Pág. 195. (36).

[34] Marcy, G. Cfr. En Georges Marcy dejó a su muerte (ocurrida en 1946, muy prematuramente, cuando solo contaba 41 años) un manuscrito inédito en francés sobre algunos topónimos y nombres antiguos de tribus bereberes en las Islas Canarias, que llegó a manos de Juan Álvarez Delgado y que éste tradujo y publicó en 1962 con algunas correcciones y abundantes comentarios.  Así que con toda justicia debe ser considerado un trabajo compartido por Marcy y Álvarez Delgado. En realidad, se trata de un trabajo sobre los nombres que las Islas tuvieron en la antigüedad, según atestiguan la Historia Natural de Plinio y algunas crónicas del siglo XV, especialmente la de la conquista bethencouriana Le Canarien. En: Estudio sobre el Guanche. La lengua de los primeros habitantes de las Islas Canarias, 2007, Maximiano Trapero. Los estudios de los Guanches antes y después de Wölfe. Fundación Mapfre-Guanarteme. Pág. 147.

[35] Sosa, Padre José de, 1943. Cfr. Topografía de la isla de Gran Canaria. Comprensiva de las siete islas llamadas Afortunadas. Imprenta Valentín Sans, S/C de Tenerife.

[36] Torriani, L., 1978. Cfr. Descripción e Historia del reino de las Islas Canarias antes Afortunadas con el parecer de sus fortificaciones. Traducción del italiano, con Introducción y Notas de Alejandro Cioranescu. Goya Ediciones, Santa Cruz de Tenerife.

[37] Del Castillo Ruiz de Vergara, del, P.A. 2001.  Cfr. Descripción histórica y geográfica de las islas de Canaria. Editorial del Castillo Bravo de Laguna, Alejandro, Material Comunidad Autónoma de Canarias.

[38] Arias Marín y Cubas, 1986., op cit.

[39] Gómez Escudero, 1901., ob.cit.

[40] Rodríguez Moure, Cfr. ob. cit. pág. 298.

[41] Viera y Clavijo. Ob. cit, tomo I pág. 507.

[42] Viera y Clavijo. Ob. cit, nota, tomo I, pág. 508.

[43] López Trujillo, Z. 1975. Estudio Socio Pastoral de la Diócesis de Canarias, 1975. J.A. Infante Florido. Panorama socio-cultural. Según Documento diocesano, en La Iglesia católica ante el resurgimiento del fenómeno nacionalista en Canarias. XX Coloquio Historia Canario Americano.

[44] Viera y Clavijo, ob. cit, tomo I, págs. 540-541.

[45] Ibídem. Anotación al pie, Cioranescu [14bis]) nos aclara ya desde la primera parte del siglo XX, lo siguiente sobre la hija y sobrinas de Don Fernando  de Guanarteme: “Masequera,  hija de Guayasen y sobrina de Guanarteme, tomó bautismo con el nombre de Margarita, y casó con Miguel de Trejo Carvajal, hijo de Alonso Pérez de Carvajal, señor de Grimaldo y la Corchesela, y de Elvira Fernández Trejo [Margarita Fernández de Guanarteme fue efectivamente hija del Guanarteme de Gáldar; pero se observa que Viera incurre en confusiones que se explican por la circunstancia de haber conocido primero la sola existencia de Catalina, y de haber introducido a Margarita después de publicada esta parte de la obra.  A la luz de los documentos que conocemos, se puede afirmar que Margarita, hija de Guanarteme (como está probado en la información que mandó hacer el 23 de mayo de 1526) ante Fernando de Padilla, y que publicó Chil y Naranjo, Estudios Históricos. Vol. III, págs. 203-234), casó con Miguel Trejo Carvajal, natural de Granadilla cerca de Palencia y conquistador de Gran Canaria (parece que fue poblador, según otros autores), Fernando de Guanarteme le dio como dote el Valle de Guayedra, tierra de arrifes poco apta para el cultivo y en donde crecía una diminuta hierba para el forraje  En cuanto a Catalina no pudo ser hija de Fernando de Guanarteme como equivocadamente dice Abreu y Galindo, porque vivió hasta 1528, y en la información de Margarita, en 1526, todos los testigos concuerdan en afirmar que Margarita es la única superviviente de los hijos de guanarteme…” (aquí se da por sentado que Fernando de Guanarteme tuvo más hijos, quizás no reconocidos, aquí nos retrotraemos a Fernando de Guanarteme, parece que tenido en Tenerife como más arriba hemos apuntado en las genealogías precedentes… “Esta Catalina debió nacer en por 1558, y era hija de un primo de Bentagoyhe, guanarteme de Telde, según se desprende de la declaración de su prima segunda Luisa de Bethencourt. Casó esta Catalina con Fernando de Guzmán, etc.”], cuya genealogía la tenemos en Viera en el tomo I pág. 540-541, edición ya reseñada y donde continua hechos genealógicos de importancia (sic.)”.

[46] Anónimo, 2010. Ob. cit.  Árbol genealógico del Arcediano D. Joseph de Bethencourt en “Catalina Fernández de Guanarteme y Luisa de Guanarteme princesas de Canarias. Agüimes, 1526-Las Palmas, 1546”, Gran Canaria. 2010.

[47] De la Rosa Olivera, L. 1956. Los Bethencourt en las Canarias y en América. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 2, 1956. Hemos, pues, de llegar a la conclusión de que, por ahora, no conocemos quienes fueran los ascendientes de Maciot ni, por tanto, su relación de familia con el primer señor de Canarias; pero tampoco puede dudarse de que tal parentesco existía y que Maciot pertenecía a alguna de las familias que disfrutaron los feudos de su nombre en la Francia medieval.

[48] Lacunense, Oc. cit. Cap. XXI, pág. 81.

[49] Ibídem, Cap. VIII, pág. 49.

[50] Arco Aguilar, Mª C. y Navarro Mederos, J.F. 1987. Ob. Cit. 2.3.3. Órganos de poder. Pág. 37.

[51] Anónimo 2010. Ob. Cit. Catalina Fernández de Guanarteme y Luisa de Guanarteme princesas de Canarias. Agüimes… “Catalina Fernández de Guanarteme contrajo matrimonio tres veces, con Pedro de Vega, castellano conquistador, con Adán de Acedo, conquistador, asimismo, y Blas Rodríguez, repoblador que fue su comisario testamentario, quien otorgó el testamento que se acompaña”.

[52] Lobo Cabrera, M. 2011. Ob. cit. La conquista de Gran Canaria (1478-1483). Pág. 64-65.

[53] Lobo Cabrera, M, 2011. Las “princesas” de Canarias. Colección textos Universitarios, 34. Anroart Ediciones. Págs. 54-55.

[54] Abreu y Galindo. Ob. Cit. Fray Abreu y Galindo (de la Orden del Patriarca San Francisco, hijo de la provincia de Andalucía), 1632.  Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria. Santa Cruz de Tenerife (Islas Canaria). Imprenta Valentín Sanz, 15, año 1940. Págs. 120-126, 171.Cap. VIII, pág. 169-171.

[55] Millares Carló, A., 1935.  Una Crónica primitiva de la conquista de Gran Canaria (Matritense). El Museo Canario, enero-abril 1935. Año II, Las Palmas-Madrid, Núm. 5. Págs. 49-50.

[56] Del Castillo Ruiz de Vergara, del, P. A. Ob. Cit. Don Pedro Agustín hace valer su descendencia directa del Guanarteme suponemos que por la línea de los Aguilar.

[57] Genealogía de Acedo, 2019. Blasón Acedo tomado de pequeñas historias de Canarias, 13 de mayo 2019. AHDC.

[59] Egea Molina, E. 2021. Ob. cit. Linaje Guanarteme en una rama Molina en Gran Canaria. Genealogías Canarias.

[60] Rodríguez Díaz de Quintana, M., sin fechar, en La ‘casa de los ratones’. Pedro González Sosa, La Provincia-DLP. 5 octubre de 2023, pág.12.

[61] Viera y Clavijo J. 1967. Ob. cit. Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Tomo I, pág. 540 541. En Mariana, Historia de España, libro XIX, cap. 9. Se nos da en una papeleta como borrador el árbol genealógico relacionado con los Guzmanes.

[62] Egea Molina E. 2021.  Linaje Guanarteme en una rama Molina en Gran Canaria. Genealogías Canarias.

[63] Millares Torres, A., 1977, 1978. Historia General de las Islas Canarias. Edirca. Obra dirigida y coordinada por A. Millares Cantero y José Ramón Santana Godoy, tomo I.XII. Usos y Costumbres. Pág. 237. Se hace en la llamada (94) al pie una versión pormenorizada del suceso donde estuvieron implicados Betancores y Carvajales.

[64] Martín Rodríguez, F. G., 1978. “Arquitectura doméstica canaria”. ACT. Aula de Cultura de Tenerife. 2ª Edición, págs. 241-242.

[65] Alvar Ezquerra, A., 2004. Isabel la Católica. Una reina vencedora, una mujer derrotada. Prólogo de Joseph Pérez. Editorial: Temas de Hoy. Historia Selección. 2004. Págs. 200-201.