viernes, 10 de agosto de 2012

APELLIDOS FLAMENCOS EN CANARIAS. UNAS ANOTACIONES SOBRE SU ASENTAMIENTO

EUGENIO EGEA MOLINA
orcid.org/0000-0002-9433-6298
 APELLIDOS: 
Monteverde, Van Dalle, Guisla, Van de Walle, Westerling, Artiles, Bandama, Grimón y Febles.

ASENTAMIENTO DE LA COLONIA FLAMENCA EN CANARIAS
Como Flandes se denominaron los Países Bajos (Condado de Flandes, Ducado de Brabante, Condado de Holanda, Ducado de Luxemburgo, Señorío de Maastricht, los Condados de Namur y Hainaut, etc.) y parte de la actual Alemania, vinculados a la monarquía española. Se trataba de un territorio cambiante y cargado de convulsiones.

Con la colonización de las Islas Canarias, tras la conquista castellana, se pone en marcha una agricultura de explotación, lo que atrae una importante colonia mercantil en la comercialización del azúcar. Las islas se convierten en un lugar estratégico para la realización de negocios, a lo que se añade la facilidad de integración, al ser una tierra nueva con gentes de diversas procedencias.
La llegada, en distintas arribadas, de los naturales de Flandes  alcanza su apogeo entre los siglos XVI y XVII. Principalmente su destino fueron las islas de Tenerife, Gran Canaria y, especialmente, La Palma que se convirtió en el principal enclave comercial, con uno de los principales puertos de la época.
La estrecha relación entre Canarias y Flandes ha dejado una rica herencia que pervive hasta nuestros días en las islas como los calados artesanales e innumerables obras de arte: imaginería religiosa, retablos, cuadros, muebles, etc.
La estancia de esta colonia fue más duradera que en otros destinos donde se asentaron. Una parte de estos, se quedan en las islas y se integraron plenamente en su sociedad, estableciendo negocios de azúcar y, posteriormente del vino, así como de otros productos. Llegan a participar en la vida pública, creando alianzas familiares con paisanos o repobladores.
Los primeros flamencos de los que se tiene noticia fueron Jacome Groenenberg (Monteverde), Luis Van de Walle el Viejo y Pedro Westerling, reseñados abajo.
Con posterioridad, encontramos apellidos flamencos como Aysel, Grimón, Leardin, Vans Aguardiente, Bandama, Wangërmet, Briel, Van Daisele (Daysel), Avontroot… Amén de los que reseñaremos abajo; otros, utilizaron apellidos castellanos que no inducían a determinar su procedencia.
La segunda generación de estos flamencos castellanizados, ocupan cargos relevantes en la administración y los negocios, hasta convertirse en unos canarios más que luchan y defienden su tierra, sin dejar de recordar sus orígenes.
Por otro lado, hay que anotar la extinción de muchos apellidos flamencos en Canarias, al ignorarlos sus portadores y asumir los apellidos castellanos de uno de sus ascendientes.  Esta situación se produce, probablemente, por una cuestión de prestigio y, de esta forma, además garantizar su seguridad jurídica, librándose de sospechas ante la Inquisición y de sus rivales sociales, por la cuestión de provenir de lugares remotos y dudosos en cuestiones religiosas.

ALGUNOS APELLIDOS FLAMENCOS EN CANARIAS
A modo de retazos, escogemos una muestra de apellidos flamencos, de los que exponemos unas notas acerca de sus iniciadores y su establecimiento en Canarias.
MONTEVERDE
Alrededor de 1500, se instala en la isla de La Palma, el comerciante residente en Amberes, Jacome Groenenberg (Diego Monteverde) casado con Margarita de Pruss atraído por las posibilidades económicas de la isla. Era natural de Colonia (Alemania), hijo Grovorto de Grünberg y Elichea Brift, familia germana de apellido Grünberg que lo adaptó al flamenco (Groenenberg).
En La Palma, compró tierras donde plantó caña de azúcar y construyó ingenios azucareros en Tazacorte y Argual.
Además de Jacome y su familia, les acompañaron empleados y colaboradores, creando una intensa actividad naviera con Flandes.
Pronto los descendientes de Jacome tomaron el apellido Monteverde –sus nietos ya lo llevaban- traducción literal de Groenberg o Grunberg. Curiosamente el apellido en menos de tres generaciones se transformó de Grunberg a Groenenberg, y de Groenenberg a Monteverde.
Sus descendientes destacaron en la sociedad canaria, amén de los méritos de algunos de sus descendientes, por los casamientos con miembros de otras familias, así como por las riquezas acumuladas e importantes cargos obtenidos (alfereces mayores, regidores, alcaides y oficiales de milicias).

VAN DALLE
Esta noble familia de mercaderes, en Canarias se alió con los Monteverde, no sólo por motivos matrimoniales sino de negocios.
María Van Dale matrimonió con Melchor Monteverde (primogénito de Jacome Groenenberg), segundas nupcias de este. Era hija del Señor de Lilloot, Berendrech, Zuitland y Ballard Pablo Van Dalle y la Señora de Lilloot y Werthen Ana de Coquiel.
Pablo Van Dalle, en 1562, compra a su yerno Melchor Monteverde una parte de los ingenios de Argual y Tazacorte.

GHISELIN-GUISLA/BOOT
El fundador de esta familia en Canarias fue Baltasar Ghiselin, natural de Ypres, que se instaló en la isla de La Palma. En el año 1526, casó con Catalina Van de Walle Torres. Sus padres fueron Mesire Jacome Ghisellin y Margarita Questrois, residentes en la ciudad de Brujas. Los abuelos paternos de Mesire Jacome –bisabuelos de Baltasar- fueron Messire Ghisellin, Señor de Henthove, y Adriana de Lelis-ditte, que vivieron en el siglo XV.
El apellido Ghisellin se castellanizó, convirtiéndose en Guisla.
Este apellido se unió por alianza al de Boot: el capitán de infantería Juan de Guisla Van de Walle (S.C. de La Palma 1600), matrimonia con Jerónima Boot Monteverde, Sra. de Wesembec y Ophen, hija primogénita del noble flamenco Jerónimo Boot y su segunda mujer Jacoma de Monteverde, bisnieta de Jacome Groenenberg (arriba mencionado). De esta forma, los señoríos de Wesembec y Ophen pasan al mayorazgo de los Guisla.
En 1776, Juan Domingo de Guisla Boot Salazar (S.C. de la Palma 1731, id. 1785) se convierte en primer marqués  de Guisla-Ghisellin, título otorgado por Carlos III, por sus servicios en las guerras de Italia como capitán de los Reales Guardias con Felipe V, además de los méritos contraídos por sus antepasados en Flandes y España.
El capitán de caballería de Perú, Juan Lino de Guisla y Guisla Boot (Lima 1778, id. 1815) III marqués de Guisla-Ghisellin, señor de Wesembec y Ophen, poseedor del mayorazgo y regidor de Lima. Su madre Mª Hermenegilda de Guisla y Larrea (Lima 1751, id.1832), IV marquesa de Guisla-Ghiselin, casada con su primo hermano el II marqués Carlos José de Guisla Boot (1723- Lima 1786), prestó grandes servicios a la causa de la independencia de Perú. El general San Martín en reconocimiento le concedió la Orden del Sol (1822).
Juan de Guisla muere sin continuidad, por lo que todos los títulos y mayorazgos familiares recayeron en la familia Van de Walle.

VAN DE WALLE
Una de las más importantes y notorias familias de Flandes, repartida fundamentalmente por Brujas, Courtray y Lovaina; donde ocuparon los primeros cargos y señoríos feudales desde muy antiguo. Contando entre sus miembros con personajes destacados en las Letras, las Armas y la Iglesia.
Los Van de Walle se asientan en La Palma desde los albores del siglo XVI y desde entonces ocupa un importante puesto de la nobleza, ostentando multitud de títulos.
Luis Van de Walle Van Praet, natural de Brujas, funda esta Casa en Canarias. Llegó a España, como su padre y hermanos, acompañando al emperador Carlos V; pasando posteriormente a la isla de La Palma, donde ocupó los cargos de Familiar del Santo Oficio, Gobernador de Armas, Maestre de Campo de Infantería y Alcaide de todas las fortalezas de la Isla. Para la ciudad de Sta. Cruz de la Palma, costeó de su bolsillo el agua de abasto público, la mayor parte de la construcción del antiguo Hospital Ntra. Sra. de los Dolores, la iglesia y convento de Sto. Domingo y una fundación para los pobres.
Su mujer fue María Cervellón Bullid, con quien casó en Sta. Cruz de La Palma en el año 1537.
Sus primogénitos heredaron el título de Señores de Van de Walle y Lembeke, ocuparon distinguidos puestos en la sociedad isleña y crearon alianzas con notables familias que aumentaron sus riquezas y títulos nobiliarios.

WESTERLING (WESTERLIN/HUESTERLIN/HESTERLIN/ESTERLIN)
Pedro Westerling, nacido en Oudenburg (Brujas), fue el primero en establecerse en Canarias (Sta. Cruz de la Palma), a principios del siglo XVI. Su padre se llamó Livinio Westerling, persona con gran autoridad (bailío) y reputación, y su madre Ana Van Cutshegen.
Contrajo matrimonio con Ana Jakes Van Trylle, hija de los nobles flamencos Anés Van Trylle y Ana Jakes.
Arte flamenco. Cristo de La Laguna.
Ocuparon importantes puestos en la sociedad canaria como regidores, alguaciles, oficiales del ejército/milicias y clérigos; ampliando su riqueza y nobleza por casamientos con familias notables. El apellido actualmente es inexistente en Canarias, pero sus descendientes llevan apellidos como Botello, Massieu, Manrique de Lara, Calderín, Casabuena…
Más información en Westerling, una familia canaria de origen flamenco.

ARTILES
Con el flamenco Arte (Aert/Arnould) Artiles, naturalizado Hernando Artiles, se asienta este apellido en el archipiélago, principalmente en la isla de Gran Canaria.
Movido por el comercio azucarero, llega primero a Tenerife y, posteriormente, a Gran Canaria: Las Palmas  y Telde; donde luego se avecina en Agüimes.
En el año 1556, en la iglesia de S. Juan de Telde, contrae nupcias con Leonor Rodríguez, natural de la isla, hija de Luis Sánchez y de Beatriz Alonso. Con Leonor, al menos,  tuvieron 10 hijos.
Adquirió diversas propiedades en la comarca de Agüimes. 
Falleció en 1596.
Artiles es un apellido muy localizado actualmente en la isla de Gran Canaria.

BANDAMA
El apellido es una naturalización de Van Damme, transmitido por Daniel Van Damme, natural de Amberes e hijo de otro Daniel (Amberes) y de Ana Van Eggen (Wessel).
Desde al menos los 16 años, se constata su vecindad en Gran Canaria. En estos años, vivió en casa de Conrate Mayor de origen flamenco y platero de profesión.
Con los años, Daniel se convirtió en comerciante acaudalado, poseyendo la caldera que se nomina con su apellido (caldera de Bandama) donde plantaba vides.
Caldera de Bandama. Gran Canaria
Se unió en matrimonio con Juana de Vera, hija de Alonso Trigueros y María Negrín, teniendo descendencia que es la que perpetúa el apellido Bandama.
Daniel Bandama, tuvo varios procesos abiertos por la Inquisición saliendo airoso de todos ellos. Alcanzó el reconocimiento y prestigio social al hacerse con una regiduría del cabildo de Gran Canaria.
Su descendencia se propagó por Gran Canaria y Tenerife, aliándose con notables casas isleñas como Calderín y Bravo de Laguna.

GRIMÓN
Se debe a Jorg Grimont (Jorge Grimón), nacido en Namur y conocido por “el borgoñón”, pues el ducado de Borgoña se había anexionado Flandes.
Este personaje, como veremos, no se encuadra en las líneas generales de los flamencos en Canarias, vinculados al comercio o el negocio azucarero. Vino con la conquista como militar y trayendo consigo a su familia.
Desembarca en la playa de los Cristianos, en una batalla capital para la culminación de la conquista de Tenerife, utilizando por primera vez armas de fuego en la isla.
Después de la victoria de los castellanos en la isla, se instala como colono beneficiado en las datas de 1500 y 1507.
Se instaló, en 1496, con su mujer Juana de Argana y un hijo e hija nacidos, que le acompañaron en la aventura.
Su posteridad, contrae alianzas con ilustres familias como Vergara, Alvarado-Bracamonte, Torres o Van de Walle. Alcanzando títulos nobiliarios como el de marquesado de Acialcázar o Villanueva del Prado.

FEBLES/FEBRES (LEFEVRE)
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FUENTES:
- LOBO CABRERA, M. Flamencos en La Palma: 1600-1650. En DE PAZ-SANCHEZ, M. (edit.) Flandes y Canarias, nuestros orígenes nórdicos. Tomo III. Edit. Centro de la Cultura Popular Canaria. Sta. Cruz de Tenerife. 2007.
- RODRÍGUEZ DÍAZ DE QUINTANA, M. Libros de Genealogías. Museo Canario.
- REGULO PÉREZ, J. (edit.) Nobiliario de Canarias. Tomo II. Imprenta Gutenberg. La Laguna, Tenerife. 1952.