Ponencia
presentada en el I Encuentro de Genealogía Gran Canaria,
en
la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria,
el
21 de noviembre de 2014.
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), p 123-127. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias.
Depósito Legal: GC 368-2015
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), p 123-127. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias.
Depósito Legal: GC 368-2015
LA
GENEALOGÍA, UN VIAJE SIN DESTINO
Intentaremos
plasmar, con ejemplos identificables, la interconexión entre
familias o estirpes, unas que permanecen en el espacio/tiempo,
podríamos decir, con otras que parecen estar de paso; interrumpiendo
lo que podría ser “el orden natural de las cosas”.
Todos
conocemos numerosos casos de endogamia, nada extraños en el ámbito
insular en el que nos encontramos o en zonas aisladas del continente,
en los que un apellido determinado tiene una presencia preeminente,
en referencia a la población total del lugar, llegando, incluso, a
asociarse apellido con lugar; aunque, muy frecuentemente, los
individuos no reconozcan vínculos familiares más allá de la
tercera generación o la cuarta, como mucho, ignorando o negando un
vínculo de sangre real.
Nos
es también familiar la presencia de estirpes que permanecen
vinculadas, generación tras generación, a una misma zona o
territorio o área de influencia algo más amplia, afirmando su
prevalencia con uniones de sangre y territoriales con otras familias
de características similares. Tal vez en esta categoría podríamos
incluir, por distintas razones a los Delgado1
o los del Castillo-Olivares2.
Escudo de armas de Lorenzo del C-O |
Los
Del Castillo-Olivares, por ejemplo, como todos sabemos, son un
linaje, fruto del entronque de dos; los Del Castillo, que trajo el
vallisoletano Hernán García del Castillo al desembarcar en Canaria
para participar en su conquista, con los Olivares, que llegan las
islas portado por Alfonso Sanz de Olivares a principios del S. XVI.
Entronque que se produce a mediados del S. XVI, en 1548, con el
nacimiento de Alonso Olivares del Castillo Maldonado que se casa con
Teresa de Muxica Lezcano, cuya descendencia la continua Lorenzo del
Castillo-Olivares Maldonado y Lezcano3,
que fue el primer Del Castillo-Olivares (1590). Desde entonces, esta
doble estirpe está presente en la isla de Gran Canaria.
Pero
también existe otro grupo de apellidos o estirpes que, por causas
que no somos capaces de determinar, abandonan el territorio habitual
en que estuvieron asentados durante generaciones para adentrarse en
un casi permanente cambio de residencia o asentamiento, cruzándose
constantemente con otras arraigadas.
Para
ilustrar a este último grupo vamos a hacer un recorrido que, desde
el reino del Piamonte, pasando por la Andalucía hispana, nos
acercará a las Islas Canarias; todo ello acotado en un periodo de
apenas ciento diez años, entre 1835 y 1945; saldremos de las
fronteras reconocidas como estatales para regresar más tarde y
movernos en su interior.
Nuestro
experimento arranca el 12 de junio de 1835, año en el que se
inscribe el nacimiento de Giulio Gioseppe Rossi Ferraroli, el primer
vástago de una familia afincada en Berzonno, un pequeño pueblo del
municipio de Pogno, en la Novara piamontesa; probablente esta
localización es anterior al propio momento de la formación de este
apellido, que, por otro lado, nos habla de una cualidad física, en
este caso el color del pelo y que se inicia con la forma de RUBIUS4,
evolucionando hasta la actual grafía: ROSSI, DE ROSSI, DEI ROSSI…
En
pocos años lo volvemos a encontrar en el reino de España, sin que
sepamos de una razón familiar para ese traslado y, en cualquier
caso, totalmente desvinculado del proceso de repoblación de
Andalucía promovida por la Corona de España.
Desde
las hermosas laderas que rodean el lago D`Orta, concretamente dell
piccolo paese di Pogno, esta estirpe de los ROSSI viaja hasta
Granada, a donde llegó sin cargas familiares y en donde contrae
matrimonio con una mujer, 16 años más joven, María Josefa Amigó y
Prado, nacida en la misma Fuente Vaqueros que todos recordamos
vinculada al eterno Lorca.
Poco
tiempo después atraviesan Andalucía para establecerse en Cádiz;
donde ambos
terminarían sus días. Porque, mientras María Josefa
fallece en 1885, como una de las numerosas víctimas de la epidemia
de cólera que azotó esta zona de España al finales de los ochenta
del S. XIX, el óbito de Giulio tiene lugar dos años más tarde, en
1887, a bordo del vapor “La Habana”, durante la travesía desde
La Habana a San Sebastián, a consecuencia de una peritonitis5.
Que sepamos dejan en tierra, al menos a tres hijos Isabel, Candelaria
y Carlos-Julio, con el que continuamos nuestro periplo.
Porque,
efectivamente, al igual que su padre, Carlos-Julio de la Santísima
Trinidad Rossi y Amigó, que había nacido en Granada en 1864, se
casa ya en otra ciudad, a la edad de 26 años, en 1890 con la
gaditana María del Carmen Bernarda Agudo y Gallardo, cinco años más
joven (1869).
Un
extraño gen mutado hace que no mantengan esta residencia por mucho
tiempo, ya que sólo un año más tarde nace Julio Rossi y Agudo, el
primer hijo de este matrimonio al poco de cambiar su residencia
gaditana por ciudad de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, tal y como
podemos comprobar en los libros sacramentales de la iglesia matriz de
Nuestra Señora de la Concepción de dicha ciudad.
Es
en esta ciudad donde Carlos-Julio desarrolla una rápida y permanente
actividad empresarial, con la que pareciera que iba a terminar el
“viaje” de los ROSSI. Comienza por establecerse en la céntrica
calle de Cruz Verde, que aún hoy existe y abre en la calle del Norte
el que podría ser uno de los primeros establecimientos de servicio a
domicilio: EL BOSQUE, casa de comidas, que es como se
publicitaba en El Diario de Tenerife en 1895.
Pleno
de inquietud empresarial, suma a esta actividad otras como la compra
del antiguo café Tres de Mayo, en la plaza de la Constitución, a la
que anexa el restaurante, en 1905: Su situación tan céntrica es
un atractivo más para el público y especialmente para los
forasteros que en tan gran número acuden diariamente a la población,
diría el propio Diario de Tenerife. Aparece también como titular
del hotel Central, Rossi o Niza situado en la plaza del Príncipe
número 29.
Todos
éstos parecen ser síntomas de una estabilidad que no hacían
presagiar que, avanzado el primer cuarto del siglo XX, tal vez como
avanzadilla de la internacionalización empresarial, se traslada por
una temporada a la ciudad de Las Palmas, en donde se había
hecho con
la titularidad otro establecimiento hotelero.
Esta
estancia la hace acompañado de su esposa y alguna de sus hijas,
siendo éste, probablemente, el origen de un vínculo más permanente
de los ROSSI, con esta isla, en el futuro. El hecho es que esta
aventura no dura mucho y la familia regresa a Santa Cruz de Tenerife,
continuando con las actividades y establecimientos ya mencionados, en
los que, con frecuencia, las organizaciones republicanas y hasta el
propio Ayuntamiento celebraban diversos actos.
Sin
duda un síntoma de integración y estabilidad social, probablemente
no el mayor pero sí uno que podemos entender como destacable, es el
desempeño de cargos de responsabilidad pública. Éste es el caso
del Carlos-Julio que a finales de los años veinte del pasado siglo
fue concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Pero no.
Carlos-Julio
debió pensar que su estancia en una misma ciudad, aunque salpicada
de constantes viajes a Las Palmas o a Cádiz, se alargaba en demasía,
porque, inesperadamente, se deshace de todas sus propiedades y se
traslada con casi toda su familia a la capital del reino, en la que,
en palabras del diario ABC, en 1945 falleció el caballero español
Carlos Rossi.
En
estos ciento diez años que enmarcan el nacimiento del italiano
Giulio Rossi Ferraroli y el fallecimiento del hispano-italiano
Carlos-Julio hemos podido participar de un viaje que comenzó en el
Reino de Cerdeña-Piamonte, puesto que la unificación aún o se
había producido y, por lo tanto, Italia como Estado no existía;
hemos sido testigos de las consecuencias de las epidemias que tan
frecuentes fueron durante el S.XIX.
Atravesamos
Andalucía de un extremo al otro; participamos de un crucero que nos
llevó a la isla de Tenerife, donde se levanta un pequeño imperio
empresarial y en la que la familia ROSSI se convierte en un elemento
destacado de la sociedad6
y al que se da portazo para terminar en una ciudad, Madrid, a la que
nada le unía, pasando una guerra con la familia dividida. Tres
reinos, una república, seis ciudades, han formado parte de nuestro
recorrido.
Si
lo dejáramos aquí no podríamos confirmar nuestra afirmación de
que esta familia, ésta estirpe, pertenece al grupo de los que no
permanecen mucho tiempo en un mismo lugar. La respuesta que debemos
dar es que la estabilidad residencial se ha obtenido con los
matrimonios de las mujeres pero, no así en todos los casos, cuando
hablamos de los portadores del apellido en primer lugar, es decir,
Mencionamos
más arriba a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, pues bien el
matrimonio de María Josefa Rossi y Agudo con Domingo Sánchez
Talavera, nacido en Las Palmas, marca la presencia temporal de este
apellido en dicha ciudad. De la unión de los Sánchez-Rossi
descienden los Medina-Sánchez, los Vázquez-Medina, los
Medina-Clason, los Medina-Vila, los Medina-Álvarez.
O
los Fierro-Sánchez, Fierro-González, Arteaga-Fierro (en esta
familia se produce la unión con los Martínez-Barona de La Orotava,
lo que provoca una de esos saltos tan habituales en la genealogía
que lleva a varios miembros de la misma familia por distinta línea a
encontrarse, aunque no necesariamente a conocerse, en un mismo lugar.
Es el caso de Álvaro Martínez-Barona Arteaga y de Beneharo y Gara
Rossi González, los tres descendientes de Giulio y nacidos y
residentes en la Villa de La Orotava.
Son
también descendientes los Martín-Fierro, los Carrillo-Martín, los
Del Toro-Martín, los Martínez de Lagos-Fierro, los Fierro-Martínez,
los Fierro-Repetto, los Sánchez-Stéfani, los Sánchez-Del
Castillo-Olivares. Precisamente aquí se repite el cruce del que ya
hemos hablado entre las familias que permanecen estables en un mismo
territorio y aquellas otras que trocan constantemente la residencia,
cruzándose con las anteriores en su viaje. Esta familia se une a los
descendientes de Rossi a través de María de los Dolores Del
Castillo-Olivares Santos, que viene por la línea de Antonio de Padua
del Castillo-Olivares y Matos.
Descienden
también los Valdivieso-Sánchez, los Valdivieso-Lemés, los
Valdivieso-Aguilar, los Valdivieso-Peñate, los Valdivieso-Trujillo.
Los
descendientes de los hijos e hijas emigrados con Carlos-Julio a
Madrid han permanecido, en términos generales estables en Madrid y
sus alrededores. Sin embargo, de los descendientes del primogénito
de Carlos-Julio, en este caso Julio, a secas, de nuevo no podemos
decir lo mismo. Sólo dos de sus hijos han tenido descendencia.
Del
segundo, Mario-Víctor Rossi Salas, todos sus hijos han protagonizado
una pequeña migración, al municipio de Granadilla tres de ellas y a
la Laguna el cuarto. De él descienden los Rossi-Morales,
González-Rossi y los García Rossi.Del primer hijo, de nuevo Julio7,
descienden los ROSSI-Delgado, cruzándose de nuevo con una conocida
familia, lógicamente no todos los Delgado son familia, pero estos en
particular entroncan con los Delgado-Del Castillo, de una de cuyas
líneas viene el conocido político canario Secundino Delgado
Rodríguez, hermano que fue de Arturo Delgado, que ocupó un puesto
de concejal, igual que hiciera Carlos-Julio, en el Ayuntamiento de
Santa Cruz de Tenerife. Casi sesenta años más tarde un
Ross-Delgado, descendiente de ambas estirpes, volvería a sentarse en
el mismo escaño municipal.
De
los Rossi-Delgado una mantiene su residencia en Santa Cruz de
Tenerife; otro, que ha formado la familia Rossi-García, mudándose a
San Cristóbal de a La Laguna; un tercero enlaza con una familia
catalana de origen andaluz y forma la familia Rossi-González
cambiando su residencia a la Villa de La Orotava, coincidiendo, como
ya dijimos con descendientes de los Sanchez-Rossi y Del
Castillo-Olivares.
Pero,
sin duda, la cuarta, parece haber atesorado el gen viajero, porque,
desde hace más de veinte años mudó la apacible vida de Santa Cruz
de Tenerife por la señorial y majestuosa existencia en la ciudad de
Torino; involuntaria y casualmente a sólo 150 kilómetros del Pogno,
el piccolo paese en el que dio comienzo nuestro viaje en 1835.
Y aún continúa...
1
Según el Instituto Nacional de Estadística de España, la
provincia de Santa Cruz de Tenerife agrupa la mayor concentración
de portadores del apellido Delgado, llegando, entre los que lo
llevan de primero, los que lo portan en segundo lugar y los que lo
repiten, a la cifra de 18613 individuos, según datos a 22 de mayo
de 2014.
2
Los del Castillo-Olivares no alcanzan el centenar de individuos vivos y
aunque tienen la residencia repartida entre Madrid, Las Palmas y
Valencia, el nacimiento de la mayoría se centra en las dos primeras
provincias. Igualmente, según datos del INE, a 22 de mayo de 2014.
3
En su escudo, las armas de los Olivares vienen representadas en el
cuarto cuartel y las de los Del Castillo en el segundo.
4
Un ejemplo de lo que decimos lo hemos encontrado en el acta de
bautizo del Giulio Rossi, nacido en 1655 en Berzono y ascendiente
del Guiulio Giossppe con el que comenzamos nuestro viaje, en el que
se puede apreciar que el apellido presenta aún una forma arcaica.
5
En el certificado de defunción, firmado por el capitán G. Cebada,
nos da puntual indicación del lugar exacto en que se encontraban en
el momento de la defunción: Latitud N, 380, 31´.0´´, Longitud
O, 530, 50´,0´´.
6
La boda de su hija Margaria Rossi Agudo fue un ejemplo
de lo que decimos. El hecho, que tuvo lugar el 10 de marzo de 1920 a
las 15:30 horas, fue recogido por el diario “El Progreo” y
Bendijo el enlace el párroco de San Francisco don Juan Batista
Fuentes y actuaron de padrinos la simpática señorita Elena Tavío,
en representación de su señora madre y del consejero de este
Cabildo Insular, don José Tavío. Fué testigo por parte de la
novia: don Félix O'Shea Arrieta, teniente coronel de Caballería,
don Eladio Ruiz Frías, concejal de este Ayuntamiento y don
Teodomiro Bravo; y por parte del novio, el ayudante del
excelentísimo Sr. Capitán General, don Ángel Guinea; don Rosendo
Maury, teniente coronel de Artillería; don Juan Más del Rivero,
capitán de artillería y don Juan Larrey, ayudante de la Sesión
Agronómica.
7
En realidad su nombre completo es Flavio Julio Benardino.