JUAN RAMÓN GARCÍA TORRES
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RECAPITULACIÓN
SOBRE LOS APELLIDOS QUE PORTAN LOS INDÍGENAS
Antes de continuar con la serie genealógica
que encabezan en esta ocasión el notable canario Juan Alonso y su esposa nativa
Elvira Camacho nos hemos planteado hacer una breve digresión sobre la rápida
aculturación sufrida por los indígenas de todas las islas pero especialmente de
la nobleza de la isla de Canaria, isla que dará nombre al conjunto del
archipiélago. Resulta inexplicable en principio constatar como personajes de
estirpe real como el ya citado Pedro Madalena asumen enteramente como suyas las
fórmulas castellanas tanto civiles como religiosas, reconociendo en su
testamento que tienen esclavos negros o guanches y extensas propiedades que legan
a sus parientes próximos. El olvido de sus nombres vernáculos, de su lengua y
religión es en nuestra opinión premeditado, asumido como imprescindible para
diferenciarse de los indígenas de otras islas de realengo, palmeses y guanches
de los bandos de guerra, que no tienen estatus de conquistadores o que no son
descendientes de los mismos. La rápida conversión pudo tener relación con la
inmersión forzosa en la cultura castellana que vivieron en Andalucía los nobles
canarios que fueron traicionados por Pedro de Vera muchos de los cuales
formaron parte de la compañía de Maninidra. Pero más probablemente es el
resultado de un deseo manifiesto de mantener sus prerrogativas como estamento
privilegiado, como hidalgos canarios, entre las que estaba la exención de
tributos y la de tener servidumbre que trabajara sus tierras y cuidara de su
ganado.
De un día para otro, en la pila verde de la
ermita del señor Santiago de Agáldar les fueron impuestos nombres y apellidos
cristianos a centenares de nobles canarios. Qué pena que Juan de Frías no haya
recogido en sus libros sacramentales del Obispado dicha ceremonia de conversión
masiva señalando los nombres de cada prócer nativo antes y después de que se
batiera el agua en la
pila. Habría que rebuscar en los papeles viejos del
arzobispado de Sevilla donde fallecería en 1485 el obispo del Rubicón algún
vestigio de la memoria de hechos tan relevantes. Por desgracia, aparte de
Tenesor solo tenemos certezas del nombre vernáculo de Alonso Fernández de
Córdoba (Adargoma) de Pedro Mananidra y de unos pocos nobles nativos más.
Lo sorprendente del caso es que estos, en su
mayoría, renuncian a sus nombres antiguos, visten como los castellanos y rezan
al Dios cristiano. ¿Pudo esto formar parte de los acuerdos de Córdoba que
sellara don Fernando Guadarteme con el rey católico? En todo caso este fue el
ejemplo que les dio a sus congéneres: Fernando, una vez bautizado en dicha
ciudad de Andalucía en el verano de 1482, abandona sus vestimentas canarias y
aprende a marchas forzadas el castellano.
TESTAMENTO DE MARÍA DE VERA 1 MUJER DE
DOMINGO RAMOS CANCINES ANTE SALVADOR GONZALEZ LEGAJO: 2350, AÑO 1623
En
el nombre de dios nuestro Señor y de su bendita madre la Virgen Santa María
nuestra Señora a quien tengo por mi abogada e intercesora en todas mis cosas
amén sepan cuantos esta carta de testamento e última voluntad vieren como yo
María de Vera viuda de Domingos Ramos vecina de la villa de Gáldar estando como
estoy enferma del cuerpo y sana en la voluntad y en mi entero juicio tal cual
dios nuestro Señor fue servido de me le dar y creyendo en la santísima trinidad
y en todo lo que cree y tiene la santa madre iglesia de Roma como buena y fiel
cristiana y temerosa de la muerte que es cosa natural hago y ordeno mi
testamento en la manera siguiente.
Primeramente
mando mi anima a dios que la crió y redimió la lleve a su santa gloria y el
cuerpo mando a la tierra pues de ella fue formado a ella sea reducido.
Yten
mando quiero y es mi voluntad que, si de mí acaeciere fallecimiento, mi cuerpo
sea sepultado en la iglesia de Señor Santiago de Gáldar en la sepultura que
allí tengo de mis padres donde está enterrado mi marido y aquel día siendo
horas si no otro siguiente se diga por mi anima tres misas cantadas con sus
vigilias en la dicha iglesia / se pague lo acostumbrado por ellas y se dé por
la ofrenda de todas tres medias fanegas de trigo y seis reales por la ofrenda
de vino y la cera (al) arbitrio de mis albaceas y se pague de mis bienes.
Yten
declaro que yo fui casada en haz de la santa madre iglesia con el alférez
Domingos Ramos que Dios haya, familiar que fue del Santo Oficio de esta isla y
del matrimonio hubimos por nuestros hijos a Benito Sánchez, Salvador y Juan y
Esteban Ramos y a Luisa de Vera.
Los
cuales todos han llevado lo que les tocó de la legítima de su padre por
partición que hubo y de mis bienes lo que me quedaron. Llevó el dicho Benito
Sánchez e yo le di treinta cabras mayores y el tomó de mis ovejas ochenta que
vendió a Juan González
de San Martín vecino de Guía y por ser mi hijo le dejé y
asimismo dos vacas que el susodicho vendió mías y asimismo llevó otras cosas
que no hago mención.
Yten
declaro que yo empeñé el llano de tierras de Artaso en Josefe González vecino
de esta villa y me dio cien ducados, esto llevó Salvador Ramos mi hijo los
cincuenta de ello y los otros cincuenta llevaron por mitad Juan Ramos y Esteban
Ramos mis hijos; declárolo así porque es la verdad.
Yten
declaro que yo di a mi hija Luisa de Vera mujer que fue de Melchor de Sejas
fuera de su dote y legítima que le tocó de su padre le di ciento y cincuenta
doblas en tierras y otras cosas, vacas y ajuar, yeguas y tributo (?)
Mando
que todos mis hijos queriendo heredar traigan a montón lo que han llevado de
mis bienes como lo he declarado y partan por iguales partes tanto uno como
otro.
Los
bienes que tengo son los siguientes:
Primeramente
la casa de mi morada con su sitio alto y bajo en esta villa de Gáldar la cual
quiero y es mi voluntad se venda y quien más diere por ella se le dé y mis
albaceas le hagan escritura y de su valor se pague el bien de mi ánima y si
restare algo se parta
en mis herederos y esta es mi voluntad.
Teide al que los antiguos canarios veneraban como Tirma |
Tengo
en la fuente del Junco unas tierras que hube y heredé de mis abuelos y otras
tierras que compramos yo y mi marido de (.....) capitán Melchor
de Aguilar.
Yten
tengo unas tierras en Tirma junto a las que allí tiene Maria de Vera mujer de
Andrés de Sayabedra questas son la mitad suyas y la mitad de mis hijos.
Yten
tengo en los llanos de Lagaete saliendo de la calera unas tierras que son hasta
el (pinal)? del Roque de Mananidra con otras (que)?
fueron de Juan González
las cuales la (mitad)? de ellas son de Juan Ramos mi hijo
(..roto..) padrino Melchor Imperial le
dio (...roto...) y esta la tuvimos yo
y mi marido y (..roto...) cantidad de
yeguas y nos aprovechamos de ella mando que por (........) se le den la mitad de estas tierras y la
otra mitad le tengo vendidas por una novilla de dos años que dejo por mis
bienes son la (venta)? a Juan Ramos
mi hijo.
Yten
tengo unas tierras en Acusa donde dicen (Fartamaga)? las cuales
está impuesto sobre ellas una misa de diez reales el día de Señora Santana en
la iglesia de Señor Santiago donde se dice y debo al Licenciado Roldán,
Beneficiado, dos misas mando que no diciéndolas se le paguen y estas tierras
mando que todos los años mis herederos paguen a la dicha capellanía que quiero
que Juan Ramos, Esteban Ramos y Salvador Ramos que estos tres gocen las tierras
y sus frutos con cuatro colmenas que allí tengo: pagado la misa ellos tres le
gocen sus tierras tanto uno como el otro que si necesario es de las de (.....)
vía de mejora y sean preferidos a todos los demás herederos por vía de
(derecho)? y quinto y la cera de la
colmena para los (......) cada un
año.
Yten
tengo más cabras en el ganado de Juan Viera vecino de Acusa mi compadre el cual
las ha criado y me hace caridad mando que no se le pida cuenta sino que las que
él diere esas reciban y se vendan para bien de mi ánima y si el susodicho
quisiere las tome y de lo que gustare por ellas, como quien me ha hecho, mando
no se le tome otra cuenta.
Yten
mando se dé a mi nieta Luisa hija de Salvador Ramos una arca que tengo por
buenos servicios que me ha hecho.
Yten
tengo unas sillas viejas, una banca y maxines todo se parta entre mis hijos.
Yten
quiero y es mi voluntad y nombro por mis albaceas testamentarios a mis hijos
Salvador Ramos, Juan Ramos y Esteban Ramos a todos tres y a cada uno de por sí
para que vendan la dicha casa y paguen el bien de mi alma como es dicho y lo
demás parta entre mis herederos.
(...) y
así dejo por mis universales herederos a los dichos Benito Sánchez y Salvador y
Juan, Esteban Ramos y Luisa de Vera y en su lugar a sus hijos los cuales
hereden como es dicho y así revoco y anulo y doy por ningunos otros cualesquier
testamentos que haya fecho antes de este quiero no valgan ni sean firmes sino
este que otorgo ante el presente escribano y testigo en la villa de Gáldar hoy
seis días del mes de febrero de mil y seiscientos y veinte y tres años; la
otorgante que doy fe conozco es la contenida dijo no saber escribir a su ruego
lo firmó un testigo a lo cual fueron
testigos presentes Bernardino Sigala y Pedro Suárez y Francisco
(...roto...)tes y Tomé López y Baltasar
Pérez vecinos de esta isla de Canaria y así lo otorgo.
Testigo
Pedro Suárez Ante
mí Salvador
González Escribano público.
TESTAMENTO DE MARÍA DE VERA 2 MUJER DE
ANDRÉS DE SAAVEDRA CANCINES ANTE LUIS DE ASCANIO (LEGAJO 2360 FOLIO 91) AÑO
1645
En
el nombre de dios amén sepan cuantos esta carta de testamento última y
postrimera voluntad vieren como yo María de Vera viuda de Andrés de Saavedra
Cancines vecina de esta villa de Gáldar estando enferma del cuerpo y sana de la
voluntad en mi entero y mi memoria y entendimiento natural tal cual dios
nuestro Señor fue servido de me dar creyendo como firme y verdaderamente creo
en el misterio de la Santísima Trinidad Padre Hijo y Espíritu Santo
tres personas y una esencia divina y en todo aquello que cree y confiesa la Santa Madre Iglesia
Católica de Roma protestando vivir y morir como buena y fiel cristiana deseando
poner mi alma en la más sana carrera de salvación que convenga otorgo y ordeno
mi testamento en la manera siguiente.
(...)
Yten
declaro que yo fui casada legítimamente con Andrés de Saavedra y durante
nuestro
matrimonio tuvimos y procreamos por nuestros hijos legítimos a Juan de
Saavedra, Mateos de Saavedra, Marcos de Saavedra, Lucas de Saavedra, Andrés de
Saavedra, María de Bilbao mujer de Juan Moreno, Catalina González, mujer de Mateo
Rodríguez; declárosle por mis hijos y del dicho Andrés de Saavedra.
Fragmento del testamento María de Vera 2 |
Yten
declaro que al tiempo que me casé con el dicho mi marido no trajo bienes
algunos y yo traje doscientas y cincuenta doblas en tierras y en reces vacunas
y de cerda y con menaje de casa, declárolo así para que conste.
Yten
declaro que yo y el dicho mi marido casamos a la dicha María de Bilbao
con el dicho Juan Moreno
que antes fue casada primeramente con Juan Viera y segunda
vez con Marcos de Quintana, siempre ha sido con un dote y le dimos en él
cuatrocientas doblas como consta de las escrituras ante Salvador González escribano
público que fue de estas villas en las cosas que en ella están declaradas;
mando por si quisiere partición con los demás sus hermanos traigan a colación
las dichas cuatrocientas doblas; declárolo así para que en todo tiempo se sepa.
Yten
declaro que durante dicho matrimonio casamos a la dicha Catalina González
con el dicho Mateos Rodríguez y le dimos en dote otras cuatrocientas doblas en
lo que se contendrá en las escrituras dotales que pasé por presencia del dicho
Salvador González.
Yten
declaro que los dichos Juan de Saavedra, Mateos de Saavedra y Lucas de Saavedra
se casaron y llevaron la legítima que les tocó de la parte de su padre y lo
mismo (…) están por casar y Andrés de Saavedra ausente
en Indias de Su Majestad llevó (....) de
la que ha de saber de mi parte una vaca en cien reales, un novillo en treinta,
un bufete en doce y una espada en veinte reales, cuatro (......) de cera doce reales; declárolo para que se
entere a los demás mis hijos, sus hermanos.
Yten
dejo por mis bienes nueve fanegadas de tierra poco más o menos de pan sembrar
en donde dicen Mananidra; lindan con tierras de Juan de Saavedra mi hijo y
Bernardina Jáimez y tierras de doña María de Betancor que compramos durante el
matrimonio a Francisco Pérez por escrituras ante Salvador González.
Yten
dejo en donde dicen Tirma término de esta villa como cincuenta fanegadas de
tierras montuosas que heredé de mi madre María de Vera.
Yten
dejo en las dichas tierras de Mananidra una cueva para vivir en ella y asimismo
en esta villa otra cueva y morada que linda por un lado Francisco Pérez
Vizcaíno y por la otra parte Francisco Pérez Balada? y por delante la casa
notoria y conocida que compramos a Juan de Aguilar por escritura ante Salvador
González.
(...)
Y
para cumplir y pagar este mi testamento mandas y legados en él contenido dejo y
nombro por mis albaceas testamentarios a Juan y Mateo de Saavedra mis hijos a
quienes ruego y encargo lo acepten por mí para que hallen quien entre tanto
haga por ellos cuando de este mundo vayan y les doy poder y facultad in sólidum
para que entren en mis bienes vendan y reparten la parte que gasten en publica
almoneda o fuera de ella.
Y
cumplido y pagado este mi testamento mandas y legados en él contenido dejo y
instituyo y nombro por mis universales herederos a los dichos Juan, Mateos,
Marcos, Lucas y Andrés de Saavedra y a María y Catalina los cuales hayan,
lleven y partan todos los dichos mis bienes igualmente sin pleitos con la
bendición de Dios y la mía.
(...)
En
la Villa de Gáldar isla de Canaria en primero de octubre de mil seiscientos
cuarenta y cinco años y la otorgante que yo el escribano doy fe que conozco ser
la contenida no firmó porque dijo no saber escribir y a su ruego lo firmó un
testigo siéndolo Juan Hidalgo y el Sargento Salvador Ramos y Jhoan Moreno y D.
Bernardino de Carvajal y Juan Galván vecinos de esta villa.
Testigo
Juan Hidalgo Ante mí: Luis de Ascanio, Escribano Público
ALGUNOS
COMENTARIOS DE INTERÉS GENEALÓGICO
Hemos de reconocer que durante un tiempo
tuvimos que retrasar la publicación de este artículo por creer que andábamos
errados en el entronque entre las dos María de Vera, madre e hija, un entronque
que pese a venir recogido en el Nobiliario de Canarias no nos quedaba claro por
el hecho incuestionable de que la primera de ellas en su testamento de 1623 no
incluye entre sus hijas a la segunda, citando tan solo como descendiente
femenina a Luisa de Vera, llamada como su abuela.
En dicho testamento sin embargo hay una
referencia velada a María de Vera 2, su presunta hija, cuando dice:
Yten
tengo unas tierras en Tirma junto a las que allí tiene María de Bera muger de
Andres de Sayabedra questas son la mitad suyas y la mitad de mis hijos.
En el testamento de María de Vera 2 dictado
en 1645 esta sí señala sin ambages la identidad de su madre en referencia a las
mismas tierras:
Yten
dexo en dodice Tirma término desta billa como cinquenta fanegadas de tierras
montuosas que heredé de mi madre María de Vera.
La posibilidad sin embargo de que la madre
de María de Vera 2 pudiera ser una familiar del mismo nombre y apellido que
ella rondó por nuestras cabezas durante algunos días hasta que Juan Ramón García
Torres, nuestro avezado documentalista, nos aportó las siguientes notas de la
famosa carpeta del Archivo Diocesano que esclarecen el asunto:
-
María de Vera viuda de Domingo Ramos dote a Andrés Saavedra con
María de Vera 27 de Julio de 1603. Ante Juan de Quintana
-
Andrés de Saavedra recibo de dote con María de Vera hija de Domingo Ramos
familiar del Santo Oficio y de María de Vera, Año 1606.
La toma de manos se realiza, según consta en
el libro primero, en 1603, el mismo año en que se efectúa la dote, cuando el
padre de María estaba ya fallecido. En el recibo de la misma, dos años después
de la velación, que tuvo lugar en 1604, se vuelve a señalar que la esposa es
hija del familiar del Santo Oficio y de su esposa María de Vera 1. No nos cabe
por tanto duda alguna acerca de lo acertado del entronque gracias a estos
extractos de protocolos que se ven refrendados con la inscripción de dicho
matrimonio en el libro primero de Gáldar en el folio 6 vuelto:
En
21 de setiembre del año de 1604 años yo Bernardo de Riberol cura de la Iglesia
del señor Santiago de la Villa de Gáldar casé y velé en haz de la Santa Madre Iglesia
a Andrés de Saavedra y a María de Vera su mujer, fueron sus padrinos Josefe
González y María Suárez
su mujer; fueron testigos Gonzalo de Aguilar y Juan de
Saavedra y Matías de Saavedra y toda la mayor parte del pueblo en fe de lo cual
lo firmé de mi nombre. Bernardo de Riberol.
Es extraño ciertamente que no se haga
constar la presencia de la viuda en la ceremonia de matrimonio de su hija.
Quien sí lo está, ejerciendo de padrino junto a su mujer, María Suárez, es José González Cancines
quien es a todas luces, a la vista de su segundo apellido, un pariente cercano
del padre de la casadera.
Todo parece indicar que se produjo un
conflicto entre madre e hija quizá derivado del hecho de que el novio no aporta
nada al matrimonio. La clave para resolver ese enigma estaría en encontrar un
testamento anterior de María de Vera 1 o las últimas voluntades de su marido
antes de morir pero el legajo de la escribanía norteña que los contiene
lamentablemente no está consultable por su avanzado deterioro.
Los padres del novio son al parecer, según
el índice de matrimonios que manejamos, Juan de Saavedra y María Bilbao siendo
el primero de los citados uno de los testigos del casamiento.
De las hijas de Andrés y María tenemos
información añadida de María Bilbao que en la fecha del testamento aparece como
esposa de Juan Moreno. Según nos dice su madre, esta había casado con
antelación con Juan Viera en 1624 y con Marcos de Quintana en 1627 y con
posterioridad en 1649 lo hará, aportamos nosotros, con Juan Rodríguez Goyes.
¡Vaya con María Bilbao! Por cierto que en esta última partida se cita que los
padres de la novia, Andrés de Saavedra y María de Vera 2 eran residentes en
Barranco Hondo. De la segunda de las hijas citadas Catalina González solo
podemos informar que casó efectivamente en Gáldar en 1626 con Mateo Rodríguez.
De los hijos varones de dicho matrimonio
desconocemos la trayectoria genealógica de Marcos de Saavedra, si bien del
resto podemos señalar que Juan de Saavedra, que parece ser el primogénito, casó
en 1637 con Justa Domínguez; que Andrés de Saavedra marchó a Indias; que Lucas
de Saavedra casó con Catalina de Jesús (hija de Juan González de San
Martín y María Lorenzo); y que Mateo de Saavedra, por quien sigue la línea,
casó con Ana Bernal, cuyos padres desconocemos, en Gáldar en 1636. Esta es la
partida de su matrimonio:
Iglesia de Santiago Apóstol de Gáldar, Libro
1 - Folio 24 Vto. - Año 1636
En 18 de agosto de 1636 casé y velé infacie
eclesie a Matheos de Saavedra con Ana
Bernal vecinos de esta villa de Gáldar habiendo precedido las tres
amonestaciones conforme al Santo Concilio siendo testigos D. Antonio Orejón, D.
Francisco de Carvajal y en fe de ello lo firmé. El Licenciado Gaspar Ruiz de
Villar.
Tenemos constancia en el índice del libro
primero de matrimonios de Gáldar de la prolija descendencia femenina que tuvo
dicha pareja:
- María de Vera 3 que casa en Gáldar en 1658
con Nicolás
Rodríguez hijo de Juan Rodríguez y Clara Martín.
- Juana de Saavedra que casa en Gáldar en
1669 con Leandro Cabrera, hijo de Pedro Cabrera y Magdalena Gutiérrez
-Leonor de Saavedra que casa en dicha
localidad en 1672 con Juan Lorenzo, hijo de Sebastián Mederos y Catalina Pinto.
- y María de Saavedra, por quien sigue la
línea, nacida en Gáldar en 1646, quien casó en El Sagrario de Las Palmas en 1673
con Juan Jiménez,
nacido en Teror, hijo de Francisco Hernández y Agustina Báez.
Tenemos referencia de dos hijas de este
último matrimonio: Josefa
Jiménez, casada con Manuel Benítez, y Agustina Jiménez, que
continúa la línea, casada con Pedro Benítez, hermano del anterior, hijos ambos
de Antonio Hernández
y Catalina Suárez, vecinos de La Vega. Se casan pues dos
hermanos con dos hermanas, hecho que era muy frecuente en aquellos tiempos en
el marco de la generalizada endogamia de la población insular.
Manuel Benítez y Agustina Jiménez casados en
1699 en las Palmas tienen por hija en 1703 a Josefa Benítez quien casa en la
parroquia de San Lorenzo en 1733 con Baltasar Pérez Díaz, hijo de Baltasar
Pérez Rivero y Ana Díaz de
Ortega. Fruto de este matrimonio es María Pérez Benítez que casará en 1750 con Juan Ramírez hijo de Juan Ramírez y de María Ramírez Suárez.
Hija de los anteriores es María Antonia
Ramírez que casará en 1777 con Sebastián Miguel Gil hijo de un
homónimo y de Manuela de Sosa Navarro. Fruto de este matrimonio es María Micaela Gil
nacida en Las Palmas en 1778 que casará en Las Palmas en 1798 con José de Vega
nacido en la cumbre de Agüimes, hijo de Luis de Vega, nacido en Cazadores
(Telde), y Mª Antonia Navarro, bautizada en Agüimes.
A partir de aquí la línea ya ha sido
estudiada en anteriores artículos hasta llegar por los Vega, un siglo más
tarde, hasta mi querida abuela Magdalena Vega Suárez nacida en Los Barrancos de
Las Palmas por lo que cerramos aquí el relato no sin antes presentarles en la foto
que tienen a la izquierda a mi abuela Magdalena posando ante la portada del Santuario
de la Virgen del Pino en Teror junto a mi abuelo Rafael Hernández y a
una de sus hijas, mi tía Susa (a la niña no la identifico).
EL
ENIGMA DE LOS MIRANDA
Para antes de terminar y como curiosidad
genealógica en referencia a mi abuela paterna les voy a contar como
divertimento genealógico la resolución del caso Miranda. Les explico:
Magdalena Vega Suárez fue bautizada por
error con el apellido Miranda de segundo, en vez de Suárez, lo cual le supuso
ciertos problemas para recibir la herencia de sus hermanos solteros, los
molineros Juan y Pepe Vega Suárez. Mi padre, Lorenzo Hernández Vega,
siempre se interesó por saber el motivo de esa anomalía en la inscripción del
nacimiento de su madre que finalmente sería corregida. Así es que, en atención
a esta preocupación de Lorencito, le
propusimos a Juan Ramón
García Torres, nuestro detective de la historia familiar, que
tratara de esclarecer el asunto.
Estas son sus certeras conclusiones a los
pocos días del encargo:
“El tatarabuelo de tu abuela Magdalena se
llamó Antonio Mateo
Suárez y, como podemos ver en su testamento, dejó como
curadora de sus hijos a su esposa María Medina y en caso de que esta se casara
de nuevo determina que la tutela de sus hijos pasaría a su cuñado Antonio
Miranda quien es nombrado albacea testamentario. Año y medio después de
otorgar el testamento Antonio fallece, a los 48 años, en su morada de Los
Llanos de Telde. Su partida de defunción que también te adjunto señala
que ya era viudo en el momento de su muerte, por lo que hemos de concluir
que sus hijos, que eran aún dependientes, quedaron bajo la tutela de su
cuñado Antonio Miranda. En el testamento se señala que todos sus
hijos estaban en aquel momento solteros en su casa y compañía. Puesto que
la madre de todos ellos murió a los 44 años, tres meses antes que su
marido, después de veintidós años de casada, debemos suponer que el mayor
de los hijos no debía sobrepasar los 21 años, la mayoría de edad por entonces.
Estas circunstancias explicarían por
qué fueron apellidados como Miranda algunos de sus descendientes. Entre otros,
tu abuela Magdalena que por error fue bautizada como Vega Miranda en
lugar del Vega Suárez que le correspondía (en realidad le hubiera correspondido
el apellido Santana pero esa es otra historia). Quienquiera que fuese
el que inscribió a la niña en el registro debió señalar que Miranda
era el segundo apellido porque así eran conocidos los Suárez desde la
temprana muerte, un siglo antes, de Antonio Mateo Suárez
y Mª Blasina Medina, sus tatarabuelos”.
DOCUMENTOS
ADJUNTOS
1. Testamento de Antonio Lorenzo Mateo Suárez
ante Juan Nepomuceno Pastrana. Protocolo: 2677 año 1813 folio 592 vto.
En este Pago de los Llanos, Jurisdicción de Telde a 7 de septiembre de mil 1813, ante mí el escribano público y testigos hallándose Antonio Mateo Suárez de este vecindario enfermo en cama en las casas de su morada……
En este Pago de los Llanos, Jurisdicción de Telde a 7 de septiembre de mil 1813, ante mí el escribano público y testigos hallándose Antonio Mateo Suárez de este vecindario enfermo en cama en las casas de su morada……
Yten
atendiendo a que la referida su mujer la ha ayudado con mucho esmero y cuidado
a trabajar lo que han adquirido, siendo al propio tiempo todavía de una edad
regular, la lega el cuarto de sus bienes, para que tomándolo en lo que mejor la
acomode disponga de él a su voluntad.
Yten
nombra por tutora y curadora de sus hijos a la referida su mujer María Medina,
con la condición de que si se casase pase dicha tutela a Antonio Miranda, su
cuñado, o a Josef Suares Brito, a cualquiera de ellos.
Y para cumplir y pagar este su testamento nombra por sus albaceas a los dichos su mujer María Medina, Antonio Miranda y Josef Suares a todos juntos y a cada uno de por sí da poder el que se requiera para que vendan lo que sea bastante por el cumplimiento de lo que deja dispuesto.
Y para cumplir y pagar este su testamento nombra por sus albaceas a los dichos su mujer María Medina, Antonio Miranda y Josef Suares a todos juntos y a cada uno de por sí da poder el que se requiera para que vendan lo que sea bastante por el cumplimiento de lo que deja dispuesto.
2.
Defunción Iª de San Juan Bautista Telde, Libro 12 - Folio 156 - Año 1815
En
29 de marzo de 1815 se enterró en esta parroquia con oficio de media cera
Antonio Matheo Suárez viudo de María Medina vecino de esta Jurisdicción
en los Llanos administrado de los Santos Sacramentos testó por ante D. Juan
Pastrana Escribano Público. Cantose vigilia y misa y certifico.