martes, 2 de julio de 2013

ASCENDENCIA INDÍGENA: LOS BENÍTEZ DE GRAN CANARIA

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA
JUAN RAMÓN GARCÍA TORRES



A. EL TESTAMENTO DE CATALINA MICHEL
Yo el infrascrito escribano público de esta villa y lugares de sus distritos certifico y hago fe a los Señores y demás que la presente vieren como según parece ante Alonso de San Clemente escribano, uno de mis antecesores, en el día siete de octubre del año pasado de 1524 Cathalina Michel natural de esta Ysla de Canaria otorgó su testamento abierto y por una de sus cláusulas declara y manda que su cuerpo fuere sepultado en la Iglesia del Señor Santiago de Gáldar en la sepultura que la otorgante y Juan Benítez su primero marido tenían a los pies de San Cristoval en el medio poyo que estaba junto a la capilla de Mación de Betancor; y por otra cláusula establece por sus albaceas testamentarios a Francisco de Mayorga, su segundo marido, y a Juana Benítez y Luisa Benítez, sus hijas legítimas, y del dicho Juan Benítez, su primero marido. Como todo más largamente consta y parece del citado testamento que queda en mi oficio al folio quinientos sesenta y uno del protocolo de testamentos antiguos número trece a que me remito; y de pedimento del capitán don Agustín de Pineda en virtud de mandato judicial doy el presente que firmo en esta Villa de Guía a nueve de septiembre de 1784
Pedro Tomás Ariñez Escribano Público
La información de nobleza del capitán de granaderos don Agustín de Pineda de fines del siglo XVIII sigue dando sus frutos. De los papeles de dicho expediente, que nos aporta Juan Ramón García Torres, ya pudimos rescatar en el artículo anterior, Ascendencia indígena y normanda: Tenesoya y los Betancor de Canarias, un extracto del testamento de doña Luisa de Betancor (la guayarmina Tenesso). Ahora nuestro benefactor recaba y obtiene por mandato judicial el testamento de otro de sus vernáculos ancestros, Catalina Michel, quien ruega en sus últimas voluntades que sus restos sean sepultados en la Iglesia del Señor Santiago junto a la Capilla de Santa Ana que es propiedad de Maciot de Betancor.
Catalina Michel muere al año siguiente de haber testado, en 1525, como consta en el libro primero de sepulturas de Gáldar:
“Ytem dieron los albaceas de Cathalina Michel sincuenta maravedís por la abertura de la sepultura en que fue enterrada”
Dedujimos por ello, inicialmente, que debía ser una mujer de edad cuando falleció, es decir, que habría nacido antes de la conquista de la isla. En el testamento se puede leer literalmente que Catalina es “natural de esta isla de Canaria” y que está casada en segundas nupcias, lo que parece confirmar dicha hipótesis, si bien es verdad que el año 24 es el año de la epidemia de peste que asuela la isla causando una gran mortandad. Por este motivo pensamos que Catalina Michel pudo haber fallecido no en su vejez sino en su edad madura como consecuencia de dicha epidemia. El hecho de contar con tan solo dos hijas en el momento en que dicta sus últimas voluntades parece que avala esta idea, por lo que se podría conjeturar que nació a fines del siglo anterior. Recordemos al respecto que Catalina Hernández Guadarteme, nacida en Córdoba en 1482, que muere en Agüimes en 1526 a los 43 años, también herida de la peste, tenía siete hijos e hijas vivos cuando otorga poder a Blas Rodríguez, su tercer marido, para dictar su testamento.
Acerca de Francisco Mayorga, el segundo marido de Catalina Michel, hemos de decir, siguiendo a Cebrián Latasa, que es el primogénito del matrimonio formado por Juan de Mayorga, quien fuera primer Alcalde mayor de la Villa Real de Las Palmas y Juana Bolaños, padrinos de bautismo, junto a Rodrigo de Vera, de la reina-niña Catalina Guadarteme (Arminda Masequera).
Acerca de su primer marido, Juan Benítez, quien centra la atención genealógica de este artículo, hemos encontrado algunas referencias en documentos de la época. Son noticias que, sorprendentemente, lo relacionan con el más que probable padre de Catalina Michel de quien hereda su apellido, Michel de Gran Canaria. Ambos personajes son de indudable filiación indígena como así se acredita en el texto siguiente obtenido del artículo publicado en AEA nº 23 de 1977, firmado por Celso Martín de Guzmán:

B. EL DESLINDE DE GUAYEDRA (1512)
“Yo Lope de Sossa Gobernador é Justicia mayor de esta Isla de la Gran Canaria por la Reyna nuestra Señora fago saber a voz Michel de Gran Canaria é Salbador Canario, é Juan Benito naturales de esta Isla é vecinos de Aguaete que ante mi pareció Miguel de
Valle de Guayedra, Agaete
Trexo vecino de esta Isla é presentó una carta de reformación por la cual parece que el Gobernador Pedro de Vera fue dado á Fernando de Gáldar, Guadateme que fue de esta Ysla, el Valle de Guajayeda con su termino redondo é asimismo parece por la dicha reformación que por el Licenciado Zarate reformador que fue de estas Islas que fueron señalados ciertos limites por moxones del dicho Valle segun más largo por la dicha reformación parece; é agora el dicho Miguel de Trexo dijo que el dicho Valle le pertenecía como yerno del dicho Fernando de Gáldar é que le han entrado é entran en el dicho Valle algunas personas vecinos de esta isla a locomer con sus ganados sin su licencia é mandado é que ha dexado é deja de los penar é defender la entrada de dicho Valle por lo no tener amoxonado pidiéndome que le fuese amoxonado el dicho Valle por donde tenía sus límites, é se llamaba Guajayeda é por vista dicha reformación é titulo que de ella tiene le mandé dar é di este mandamiento por el cual voz mando á voz los susodichos que vais al dicho Valle de Guajayeda é lo señaleis é amojoneis é deslindeis conforme á lo cual hagais por ante Alonso de Herrera Escribano público de la Villa de Gáldar para que lo asiente é lo de en Pública forma á el dicho Miguel de Trexo para guarda de su derecho, é facer lo susodicho bien é fielmente habiendo respecto é consideración á que de vosotros recebí juramento en forma de derecho que bien y fielmente lo hariades por que el dicho Miguel de Trexo voz pagara é yo mandare que voz sea pagado vuestro justo é debido salario que por ello debais haber, fecha en la Villa de Gáldar á veinte é ocho de Septiembre de mil é quinientos doce años = Lope de Sossa = Juan de Ariñez.

Como han podido leer, se encomienda la labor de señalar los mojones del deslinde de Guayedra a tres naturales de las islas: Michel de Gran Canaria, Salvador canario y Juan Benito, vecinos de Agaete. La orden del gobernador permite que Miguel de Trejo se apropie en exclusiva del feudo de su suegro don Fernando Guadarteme en el que hasta entonces había permitido que pastaran con sus ganados algunas personas “vecinas de esta isla” en referencia probablemente a sus deudos políticos de la familia real Semidán. Entre los litigantes estuvo al parecer Alonso de Córdoba, más conocido por Adargoma. Lo cierto es que en aquellas fechas aún vivía su cuñada, Catalina Hernández, casada con su segundo marido Adán de Acedo el mozo quien debía disponer de una situación económica ventajosa, como así está documentado, puesto que no litiga por la propiedad de aquellas tierras. Será más tarde, en los años 20, cuando Catalina, estando necesitada, casada ahora con Blas Rodríguez, aspira a posesionarse de la parte que le corresponde de la herencia de su padre, lo cual va a ser obstaculizado por las artimañas judiciales de Miguel de Trejo que culminaron en la Información Guadartémica.
-Convenido el salario de los amojonadores y en presencia de dos testigos Sebastián de Carvajal, indubitado familiar de Miguel de Trejo, y Pedro Domínguez, probable familiar de su esposa Margarita, se procederá tan solo un mes después del auto citado, el 11 de octubre de 1512, a amojonar y deslindar el término de Guayedra, “estando presentes los dichos Michel e Juan Benitez e Salbador”. En dos ocasiones en el texto transcrito se
Restos del poblado indígena en Guayedra
emplea el apellido Benito para uno de los tres naturales que colaboran en el deslinde, pero en esta ocasión se transcribe dicho apellido como Benítez por lo que creemos que podemos estar ante el primer marido de Catalina Michel que es, a la vez, el yerno de Michel de Gran Canaria.
-Como curiosidad filológica los citados amojonadores indican al escribano público que los acompaña, Alonso de Herrera, al tiempo que erigen o realzan los mojones, los nombres en lengua canaria de determinados lugares por los que pasan, además de referirse con el término de Guajayeda al conjunto. Así, comienzan el recorrido poniendo un mojón en un lomo que tiene por nombre Antigafo (actual Roque de las Nieves); otro en un lomo que sale hacia Tamadaba; otro en un albarrada; otro junto a unas cuevas grandes de ganado; otro encima de un peña gorda donde está un lentisco nacido; otro junto a unos caserones antiguos de canarios y una cueva grande; más adelante, otro en un lomo “que se llama Magaderre, que es nombre de los de Gran Canaria, que va a dar en un camino que va a Tatirma que ha nombre en lengua de los Canarios Etaxanicavidagua que en lengua castellana es País del Palo, según los dichos amojonadores dijeron…”.
-De los topónimos guanches señalados, destacamos dos que no han llegado a nuestros días: Magaderre y Etajanic abidagua. Con respecto al segundo, del que consta la traducción, nos preguntamos si, subdividido de este modo, puede ser el topónimo buscado y no hallado hasta el momento que identifica al lugar de Bentidagua que da nombre a la familia Sánchez de Bentidagua, uno de cuyos miembros llegó a ser alcalde de Agaete en este mismo siglo XVI. En ese caso tendríamos definitivamente que retractarnos de nuestra creencia del origen indígena gomero o lanzaroteño de dichos personajes para confirmar enteramente sus raíces vernáculas grancanarias.

C) EL APELLIDO BENÍTEZ Y EL CURIOSO NOMBRE DE MICHEL
Concluimos pues esta digresión filológica con la idea de que el apellido Benítez en esta isla es muy probablemente de filiación indígena. El marido de Catalina Michel, Juan Benito o Benítez, debió ser así bautizado en honor de alguno de los conquistadores que habría ejercido de padrino suyo en un bautismo forzado por las circunstancias, como le ocurrió a la mayor parte de la población indígena de la isla, que de la noche a la mañana, tras la ceremonia colectiva celebrada en Gáldar por el Obispo Juan de Frías, se vio obligada a utilizar un nombre y apellido extraños. Esta es la forma en que en la obra de Marín de Cubas de describe dicha ceremonia:
“A primero de mayo (de 1483) jueves se cantó en Galdar en la cassa canaria onde se decía misa en hazimiento de gracias el Te Deum Laudamus por el Obispo Juan de frías, a quien luego invio Pedro de Vera el aviso, y allanada la fuerza de los rebeldes ia montados canarios pasó a Galdar y hizo que volvieran a pobrar el lugar como de antes vivio Fernando Guadharteme con su mujer e hijos…”.
La Lacunense es algo más explícita en aquello que centra nuestro interés:
“y en hacimiento de gracias otro día siguiente se celebro una fiesta y missa con la mayor solemnidad y devoción que se pudo y luego fueron todos los canarios baptizados y fueron christianos y los principales conquistadores fueron sus padrinos…”.
Al respecto de quiénes pudieron ser los padrinos cristianos de los amojonadores, tenemos constancia de que un tal Juan Benítez forma parte de la nómina de conquistadores de la isla que Manuel Lobo incluye en su reciente publicación: La Conquista de Gran Canaria, Ed. Cabido de Gran Canaria, 2012. En dicho listado aparece asimismo un conquistador con el curioso nombre familiar de Michelico, que quizá pueda explicar el que se impuso al padre de Catalina. Del tal Michelico, nos dice Cebrián Latasa, que fue conquistador de Gran Canaria de los enrolados por Mujica y que aparece en Córdoba en 1484 en una relación de acreedores de salarios por sus servicios como espingardero, por lo que deducimos que no se estableció en la isla pues prefirió soldada a repartimiento (cobró la cantidad de 2385 maravedíes y tres fanegas y media de trigo). Debió salir a toda prisa de Gran Canaria consciente de haber sido uno de los pocos supervivientes de la matanza de Ajódar. Si seguimos a La Lacunense ambos conquistadores, Juan Benítez y Michelico tuvieron que ser de los principales para poder apadrinar a los nobles indígenas.
No nos parece coherente, sin embargo, que un simple peón espingardero y al parecer muy joven, dado su apelativo, haya sido el padrino de este notorio personaje indígena cuyos descendientes se relacionarán matrimonialmente más adelante, como veremos, con lo más granado de la Ciudad de las guayarminas incluyendo a los Rojas, Guzmán y Quintana. Por estas razones creemos que el nombre de Michel de Gran Canaria debió serle impuesto en honor de Michel de Moxica (Miguel de Mujica) el contino del rey y temerario capitán que falleció en el hospital de Gáldar, a donde fue llevado agonizante a principios de 1483, después de que en el asalto al Ajódar una piedra rodante de molino impactara sobre su cuerpo.
En relación con los Benítez hay que citar asimismo que en la compañía de a caballo formada por hombres de las islas que conquista Tenerife capitaneada por Gonzalo del Castillo, aparecen, según el Poema de Viana, dos personajes con tal apellido, Pedro Benítez y Juan Benítez, al parecer relacionados familiarmente entre sí y también con el Adelantado Alonso Fernández de Lugo por lo que gozaron de algunos privilegios, siendo ambos de los primeros regidores de aquella isla.
De Pedro Benítez nos dice Fernández de Bethencourt que era hijo del jerezano Juan Benítez Pereyra y de doña Inés de Lugo, la hermana del Adelantado, y que casó con su prima, Ana de Lugo. Hijo de este matrimonio fue, entre otros, Juan Benítez Pereyra quien, en su testamento, dictado en la Orotava en 1545, señala que fue casado y tuvo descendencia.
De Juan Benítez, que es el mismo que antes citamos como conquistador de Gran Canaria, nos dice María Rosa Alonso, en distintas notas de su Estudio del Poema de Viana, lo siguiente: figura entre la gente de armas y a caballo en la lista de Espinosa; Núñez afirma que fue pariente de don Alonso Fdez. de Lugo, alguacil y regidor de la isla; casado en Cádiz con doña María de las Cuevas, murió en La Orotava por el año 1520.
Uno de los testigos del Juicio de Residencia del Adelantado, de apellido Alcaraz, de quien sabemos que compartió calamidades con su señor en el fuerte de Agaete, nos dice que Juan Benítez “no ha traído a su mujer y ha ido y venido de Castilla algunas veces”. El propio Juan Benítez en dicho juicio declara que en el desbarato de los guanches (la matanza de Acentejo) fue muy herido “e quedó muerto dos días entre los otros muertos”, es decir, que fingió estar muerto para poder de ese modo salvar su vida.
Todos estos datos tan minuciosamente obtenidos y organizados por María Rosa Alonso nos permiten confirmar que los Benítez de Tenerife tienen ascendencia castellana, mientras que los Benítez de Gran Canaria, planteamos nosotros, provienen del matrimonio formado por los indígenas canarios Juan Benítez y Catalina Míchel y sus hijas, Luisa y Juana Benítez.
Una partida de bautismo en el libro primero de Gáldar datada en 1509 viene sin embargo a complicarnos las cosas, lo cual nos resulta un acicate:
“Sabado nueve días de marzo de quinientos nueve años bateó Francisco de Mayorga, una gija legitima de Catalina, su mujer, por nombre Juana, fueron sus padrinos Francisco del Castyllo e Maria de Betancor”
Si la esposa de Mayorga de la que se habla en esta partida fuese nuestra Catalina Míchel, su primer marido, Juan Benítez, no podría haber sido el citado amojonador de Guayedra puesto que habría fallecido algunos años antes. Resulta también enigmático que la madrina de bautizo de la niña sea la esposa del regidor Jerónimo de Pineda. Podemos pensar de todo esto que una lectura incorrecta del testamento pudo dar lugar a confusiones o más sencillamente que la Catalina aquí reseñada no se corresponde con Catalina Michel sino con una esposa anterior de Francisco de Mayorga. Catalina fue sin duda un nombre de éxito en la Gáldar colonial por lo que mantenemos consistentemente nuestro planteamiento inicial.

D. LA DESCENDENCIA DE CATALINA MICHEL
De Luisa Benítez, por quien sigue la línea, conservamos gracias también a los delirios de grandeza de don Agustín de Pineda un extracto de su testamento realizado por un escribano del siglo XVIII que nos da cumplida noticia de su descendencia:
Yo el escribano público de estas villas y lugares certifico y hago fe a los que la presente vieren como en un Protocolo de Testamentos Antiguos compuestos de diversos legajos …que se halla en mi oficio con el numero trece al folio quatrocientos ochenta y tres da principio un testamento abierto según parece otorgado por Luisa Benítez, vecina de la Villa de Gáldar su fecha en el día quatro de septiembre del año pasado de mil quinientas sinquenta y quatro y por una de sus clausulas deja y nombra por su legitimo y universal heredero en todo el remaniente de sus bienes a Juan Benites su hijo legitimo y de su primero marido, Cristóbal Sánchez; Como todo más largamente consta y parece del citado documento a que me remito y de pedimento del capitán don Agustín de Pineda en virtud de mandamiento judicial doy el presente que firmo en esta Villa de Guía a 9 de septiembre de 1784. Pedro Tomás Ariñez, Escribano Público
El padre de este Juan Benítez 2 y primer marido de Luisa es, según nos señala el testamento, Cristóbal Sánchez. Identificar a este personaje es tarea difícil pero no imposible. Sus descendientes llevan, junto al apellido Benítez, el de Rojas por lo que puede señalarse a este personaje galdense como un descendiente de los Rojas, conquistadores de Gran Canaria y también de Tenerife según Cairasco y Viana. Ambos literatos emplean el término en plural; por ejemplo, Viana nos dice cuando enumera a los últimos caballeros de la compañía de Gonzalo del Castillo: “los Castros, Salazares, Pimenteles, los Rojas, Bobadillas y Loaysas”. Por esta razón nosotros interpretamos que pueden ser varios los componentes de la familia Rojas que participaron en los hechos de guerra de la toma de ambas islas.
En Gran Canaria tenemos noticias de un conquistador llamado Diego de Rojas que aparece citado en varios documentos. El escribano Alonso de San Clemente registra en 1523 este protocolo: “Pedro de Jaén, vecino de Gáldar, vende una esclava negra, llamada Juana, a Diego de Rojas”.
Al parecer, según la genealogía tradicional, este Diego de Rojas es natural de Sevilla y allí habría casado con Isabel Fernández. Un hijo de ambos, Alonso Gutiérrez de Rojas, nacido en 1476 en dicha ciudad andaluza, será quien case en Gáldar con Luisa de Guzmán y Guadarteme, la hija de Arminda Masequera. Fruto de dicho matrimonio fue Diego Ramiro de Guzmán y Rojas, nacido en Gáldar en 1520, una de cuyas nietas, Isabel de Guzmán y Jáimez de Sotomayor casaría en 1620 con Juan Benítez de Quintana, nieto a su vez de Cristóbal Sánchez de Rojas, el primer marido de Luisa Benítez Michel.
Toda este bucle nos permite confirmar la estrecha relación familiar entre Rojas y Guzmanes que, entre otras personas, confluirá tiempo después en Cecilia de Guzmán y Rojas, bisabuela paterna de don Agustín de Pineda y Betancurt el personaje que encarga y paga la Información de nobleza y limpieza de sangre que nos ha permitido rescatar documentos perdidos como los referidos testamentos de Catalina Michel y de su hija Luisa.
Efectivamente, como puede verse en el anexo final en el que hemos transcrito las preguntas de dicha información, el padre del proponente es Diego de Pineda, los abuelos paternos son Miguel Alfonso y Úrsula de Pineda y los ascendientes de esta Úrsula son otro Diego de Pineda y la citada Cecilia de Guzmán y Rojas, hija a su vez de Francisco de Pineda y de Magdalena de Guzmán y Rojas, quien creemos que puede ser hermana o sobrina de Diego Ramiro, el nieto de Arminda.
Volviendo ahora al primer Diego de Rojas, con el que iniciamos la saga canaria de este apellido, hemos de decir que en 1526 este personaje, que debía tener por entonces una edad avanzada, es uno de los firmantes del pleito contra los vecinos de Guía que quieren emanciparse de Gáldar. Obviamente, no puede aparecer en dicho listado Cristóbal Sánchez de Rojas puesto que falleció antes que su esposa y ella fallece como ya señalamos en 1525 (Sí forma parte del mismo el segundo marido Francisco de Mayorga). Cristóbal podría ser, no obstante, por las fechas y lazos familiares, es solo una conjetura, un hijo de Diego de Rojas habido con una mujer canaria de apellido Sánchez, es decir, un hermanastro de Alonso Gutiérrez de Rojas, el yerno de Arminda.
Su hijo, Juan Benítez de Rojas, por quien prosigue el linaje estudiado, casa en 1571 con Inés de Quintana, hija de Gonzalo de Quintana y Catalina de Cabrera, nieta por tanto de Juan de Soria y María González, por línea paterna, y de Blas Martín de Zurita y Mencía de Cabrera Bethencourt, por línea materna. Así consta en la carta de dote cuyo extracto les mostramos:
Yo el infrascrito escribano público de esta villa … certifico y hago fe …como según parece ante Diego Flores de San Juan escribano, uno de mis antecesores, en el día primero de septiembre del año pasado de mil quinientos setenta y uno, Gonzalo de Quintana, vecino de la villa de Gáldar, en atención que para servicio de Dios Nuestro señor, estaba aventando casamiento para hacerse y celebrarse según Orden de la Santa Madre Yglesia entre Juan Benítez de la propia vecindad e Inés de Quintana hija legítima del dicho Gonzalo y de Cathalina de Cabrera su legitima mujer; por tanto otorgo escritura de dote a favor de la referida su hija y para ayuda de sustentar las cargas de dicho matrimonio mandándole diferentes bienes raíces.
Conocemos como hijos de este ilustre matrimonio, gracias a los “papeles” de Agustín de Pineda, a Ignacia de Quintana, casada con un Jerónimo de Pineda, y también a Juan Benítez de Rojas y Quintana nacido en Gáldar en 1592 por quien sigue la línea. Este Juan Benítez 3 es el mismo que casa, como ya habíamos adelantado, con Isabel de Guzmán, descendiente de Arminda en cuarta generación (tataranieta como decimos los canarios).
A propósito de esta relación, y como curiosidad, reseñamos que en La relación genealógica de Fray Juan Suárez de Quintana escrita en el siglo XVIII, cuya transcripción comentada publicara en 2006 el cronista de Guía, Pedro González Sosa, se resalta por parte del fraile el interés de estos personajes con una curiosa nota al margen:
“Ascendientes de mi primo el Coronel Don Christóval Benítez: de Goayathen Semidan, canario, quedo una niña que llamaron Mastegena siendo gentil y después cathólica Doña Cathalina que casó con el conquistador Fernando de Guzmán, natural de Toledo…”.
El casamiento de Juan Benítez 3 e Isabel de Guzmán tuvo lugar en Gáldar en 1620. En la lectura de la partida correspondiente no debemos pasar por alto la nómina de ilustres deudos que ejercen de testigos:
Partida de Matrimonio Iglesia de Santiago Apóstol de Gáldar, Libro 1 - Folio 13 Vto - Año 1620, "En diez y ocho de Noviembre de seiscientos y veinte casse infacie eclesie a Juan Benites y a Doña Ysabel de Guzman, fueron testigos Antonio de Roxas y Ramiro de Guzman y Gonzalo de Quintana y Alonso de Medina y lo firme”. El Licenciado Francisco Roldan.
De dicho matrimonio tenemos constancia de que tuvo al menos cuatro hijos: Antonio de Rojas, casado con Isabel de Quintana Valderrama, Juan Carlos de Guzmán, casado con Isabel Báez de Mendaña; Inés de Quintana, casada con Juan Antonio de Riverol; y Pedro Benítez de Guzmán, casado con Leonor Villar de Herrera, por quien sigue la línea.
De Leonor Villar de Herrera, la esposa de Pedro Benítez, a quien ya hemos dedicado algunas acotaciones en anteriores capítulos debido a su clerical ascendencia, conservamos su testamento, dictado en Gáldar en 1699, gracias al cual tenemos certezas de los hijos habidos en dicho matrimonio: María de Guzmán, casada con Melchor de Quintana; Gaspar Ruiz, por quien sigue la línea; Juan Benítez de Quintana; María Rojas, casada con el alférez Juan de Quintana Alemán; y Diego de Guzmán.
Gaspar Ruiz, fallecido tempranamente en 1694, había casado en 1688 con la joven María José Domínguez, descendiente en aproximadamente cinco generaciones de Hernán Domínguez y Bastiana Mayor, hija de doña Catalina Hernández Guadarteme. Nicolás Ruiz de Guzmán, hijo de Gaspar y Mª José, proseguirá el linaje tras su matrimonio en 1711 con Inés de Saavedra.

E. BIFURCACIÓN GENEALÓGICA
A partir de aquí se abren dos líneas que conducirán, muchas generaciones después, hasta mi hijo Aitami Hernández Santana que es en esta ocasión la base de la escala genealógica por la que hemos descendido desde el 1500 hasta nuestros días.
Si seguimos la línea que abre Francisco de Guzmán Saavedra, hijo de Nicolás Ruiz de Guzmán e Inés de Saavedra (peldaño VIII) llegaremos hasta Aitami a través de la ascendencia de su padre, Faneque Hernández, el autor de estas líneas, cuya añorada madre, Pura Bautista, descendiente de Catalina de Guzmán y de Catalina Michel había nacido en Gáldar en 1932. A su muerte, en 2008, le compuse este sentido epitafio:

Descansa serena, Pura.
La arena de Maspalomas
Casa y calle de Gáldar donde nació mi madre 
y que dio nombre a mi hijo
es cálida sepultura.
Siente el rumor de las olas
que se acercan y te arrullan:
es el amor que convocas,
cubriendo con blanca espuma
la línea azul de la costa.
Y si es fragor lo que escuchas,
el mar batiendo en las rocas,
no creas que es amargura
de los tuyos que te lloran,
sino fraterna conjura
de tus hijos que te invocan
para decirte en la tumba:
“Fue tu mano laboriosa
la que hilvanó las hechuras
de siete bellas personas
que te deben su fortuna”.

Si seguimos la línea de María José de Guzmán Saavedra, que es la representada en el cuadro genealógico inicial, llegaremos igualmente hasta Aitami a través de la ascendencia de su madre, Carmen Mª Santana, cuya bisabuela, Mª José Pérez, había nacido también en Gáldar, la ciudad de las guayarminas, allá por 1883.
Es decir, que los padres de Aitami Hdez somos primos en décima generación lo cual no es nada sorprendente pues hemos comprobado en nuestros respectivos linajes, tanto paternos como maternos, que este hecho se repite con frecuencia en más o menos generaciones, y que asimismo estos parentescos son frecuente en la generalidad de la población insular dada la endogamia de siglos, solo rota por la arribada masiva de nuevos pobladores durante el siglo XVI y a finales del siglo XX.
Para culminar el trabajo, en honor de Aitami, por quien tengo paternal adoración, les recito los versos de su retrato pictórico en clave surrealista:
Construyendo tu verdad
las fuerzas del subconsciente
te llevan contracorriente
sin temor del qué dirán.
Oníricas enseñanzas
de la Historia de las Artes
Aitami Hernández Santana con un añito
que describen tu carácter
con maestra pincelada:
De Dalí, la evanescencia
de los tiempos fugitivos,
de un reloj que, derretido,
glorifica tu paciencia.
Óscar Domínguez genera
ondas electro-sexuales
que te hacen vulnerable
a los cantos de sirena.
De Chagall es el trasunto
de unos gallos volanderos
que describen por los cielos
trayectorias de futuro.
Como las locomotoras
de Magritte o de Ismael
atraviesas la pared
antes que variar derrota.
Daliniano ingeniero
de la electro-medicina,
eres la imagen altiva
del triunfo de los Sueños.

ANEXO: LAS SEIS PREGUNTAS DE LA INFORMACIÓN DE NOBLEZA
Canaria, Agosto veinte y siete de mil setecientos ochenta y tres
Don Agustín de Pineda y Betancurt Capitán de Granaderos y vecino de la Villa de Gáldar ante Vuesa Merced en la mejor forma que haya lugar de derecho y sin perjuicio de poder usar qual quiera otro que me competa Digo que para que en lo sucesivo se mantenga en mi casa y no obscurezca el antiguo blasón y fuero de la nobleza e hidalguía que han conservado mis antecesores presento se me reciva la competente certificación de perpetuam rei memoriam por el tenor de los Capitulos siguientes:
Primeramente como es cierto y verdad que yo soy hijo legitimo de legitimo matrimonio del teniente Capitán Don Diego de Pineda Alfonso y Betancurt y de Gabriela Grimón Naturales y vecinos de dicha Villa quienes en la propia conformidad lo fueron el uno de Don Miguel Alfonso y Doña Ursula de Pineda naturales de esta Ciudad y la otra de Don Sebastián Grimon de Herrera y Doña Melchora Ramos vecinos de dicha Villa declarando con toda individualidad si lo saben los testigos por conocimiento propio vista y oídas a sus mayores.
Ytem: que los referidos Don Miguel Alfonso y Doña Ursula de Pineda mis abuelos paternos fueron asimismo hijos legitimos de legitimo y carnal matrimonio, el Don Miguel de Don Fernando Muñoz y doña Michaela de León, naturales y vecinos de dicha Ciudad, y la Doña Ursula de Don Diego de Pineda y Doña Cecilia de Roxas, vecinos de la citada Villa de Gáldar; digan por qué lo saben o remítanse para mayor claridad a los documentos que haya en este particular.
Ytem: como asimismo es verdad que los mencionados Don Sebastián Grimón de Herrera y Doña Melchora Ramos mis avuelos maternos fueron igualmente hijos legitimos de legitimo matrimonio, el uno de Don Diego Grimón y Doña Gabriela de Herrera, y la otra de Bartholomé Martín y de Felipa García vecinos de dicha Villa; remítanse a los documentos que haya sobre el particular o declaren si lo saben por propio conocimiento o de oídas a sus mayores.
Ytem: digan como es verdad sin cosa en contrario que el dicho Don Diego de Pineda mi visavuelo paterno fue hijo legitimo de legitimo matrimonio de Don Ángel de Betancurt y de doña María de Herrera y Tapia la que en la propia conformidad lo fue del Capitán Simón Gonzales Cansines y de Catalina de Balderrama y Tapia en quienes se halló radicado el fuero de la nobleza e hidalguía como descendiente legitimo que era el Simón de Albar Sánchez de Mexía, caballero hijo dalgo notorio que le ganó en contraditorio Juicio contra los Pecheros de Salvatierra por carta de executoria despachada por el rey Don Juan su fecha en la ciudad de Palencia a treinta de Marzo del año de 1423 en la cual siempre han sido amparados sus descendientes legitimos por la Real Justicia de esta Ysla; digan la razón por que lo saben o remítanse a la Executoria y Documentos que lo acrediten.
Ytem: Declaren del mismo modo que la dicha Doña Cecilia de Roxas mi visavuela paterna, mujer legitima del citado don Diego de Pineda, fue hija legitima de legitimo matrimonio de Doña Magdalena de Guzmán y de Don Francisco de Pineda quien en la propia conformidad lo fue de Doña Ursula de Pineda y de Don Bartholomé Suarez Carreño Titular y calificado del Santo Oficio de la Ynquisición de esas yslas en que también se halló refundido el fuero de la nobleza e hidalguía como descendiente legitimo de Alonso Suárez Carreño y de Isabel Martín su legitima mujer, caballero notorio e hijo dalgo de casas y solares conocidos en que han sido amparados y tenidos por la Real Justicia sin cosa en contrario, digan si lo saben por pública voz oída a sus mayores o remítanse a los documentos que haya sobre ello.
Ytem como todos los antedichos y demás mis ascendientes siempre han estado y están en la reputación de limpios de toda mala nota y rasa de moros y judíos, mulatos y de los nuevamente convertidos a la religión católica, penitensiados por el santo Oficio de la Ynquisicion ni por otro tribunal ni Justicia alguna como asi mismo que no han cometido crimen ni delito alguno de lesa Magestad Divina o humana ni exercido oficios de vileza ni otros actos que a sus descendientes les sirva de obstáculo para dejar de obtener qualquier empleo de honor y distinción en la republica; antes por el contrario siempre han gozado y están gozando de los honores y preeminencias de los Caballeros hijos dalgo notorios empleados en todo tiempo en los empleos de mayor carácter y distinción de esta Ysla por hallarse entroncados con las primeras personas della y Titulares y calificados por el Santo Tribunal de la Ynquisicion. Y por tanto
A Vuesa Merced pido y suplico se sirva mandar que con citación del Sindico Personero general de esta Ysla se me reciva dicha Información por el tenor de los capítulos insertos dando por ello Comicion a la persona del agrado de Vuesa Merced y evacuada se me entregue original para usar de mi Derecho de la manera y forma que mayormente mas me convenga en justicia que le pido y juro.
Otrosí digo que en mi poder se hallan varios papeles antiguos que se han conservado en mi casa en que consta la nobleza e hidalguia del referido Alonso Suarez Carreño por tanto asi mismo suplico que por el escribano de aquellas villas se sirva mandárseme den los testimonios y certificación que les pidiere; autorizados en publica forma y manera que hagan fe en que reciviré mandato en justicia ut supra.
Otrosi Digo que del mismo modo necesito sacar algunos testimonios y certificación del oficio publico de dichas Villas en razón de dicha Justificación Suplico a Vuesa Merced se sirva que por dicho Escribano se me dé de la forma que se los pidiere que así es justicia que pido ut supra.
Agustín Antonio de Pineda Betancurt Pedro Domingo Báez