Dr.
JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ MARRERO
Universidad de La Laguna
Universidad de La Laguna
Como bien ha señalado la doctora Viña Brito,
la mayor parte de los trabajos que estudian aspectos que tienen que ver con la mujer
en las Islas Canarias en el siglo XVI se interesan por el papel que les ha
tocado vivir en la sociedad[1].
Parece claro que ambos elementos mantienen una línea de estudio recíproca,
puesto que un examen de la sociedad conlleva el análisis de la mujer y al
contrario, un retrato de la mujer obliga a observar la sociedad en su conjunto.
La información relativa a
mujeres es muy escasa en la documentación de la que podemos disponer. Y es
necesario acudir a fuentes objetivas para descubrir, en cierto modo, qué tarea
podía desempeñar una mujer en el ámbito público y privado. En nuestro caso,
hemos acudido a los protocolos notariales, que pasan por ser la documentación
más exacta que expresa la realidad pública de mujeres y hombres por igual,
puesto que con ellos accedemos a escrituras de compraventa, dotes, testamentos,
etc., pero también son un análisis profundo de la historia económica del lugar.
Para los años que estudiamos, en Güímar estuvo Sancho de Urtarte como escribano
a cargo del oficio de la localidad entre los años 1573 y 1583[2].
La población del Valle de Güímar, escasa en la primera parte de la centuria del XVI, recibió en la segunda trabajadores portugueses especializados en la producción azucarera. Este lugar acoge a dos mujeres muy destacadas para la época:
Una de ellas, Argenta de
Franquis, fue significativa porque manejaba dinero y propiedades[3].
Casó con Pedro de Alarcón, propietario del ingenio azucarero de Güímar, y, tras
enviudar, heredó esta instalación y se hizo cargo de su explotación con
asombrosa habilidad, acrecentándose bajo su dirección y pasando como gran
patrimonio a los grandes terratenientes que la poseerán en siglos posteriores.
La otra, Polonia Pérez, es de
esas mujeres que se ha tragado la historia y que pocas veces hemos ejemplificado
con el valor que en aquellos siglos sólo se presumía propio de hombres. De ella
y de su familia nos vamos a ocupar en las siguientes líneas. Tomando como base un
documento otorgado el miércoles 7 de mayo de 1573, tenemos la fecha aproximada
del nacimiento de Polonia Pérez Tejera: 1548, puesto que en ese momento reconoce
tener 25 años. En este mismo escrito dice que es moradora en el Valle de Güímar, en Tenerife,…que es hija de Juan Pérez
y de Violante Texera[4].
Foto antigua del valle de Güimar. Fondo Municipal |
El matrimonio formado por los
portugueses Juan Pérez y Violante Tejera se avecindó, por tanto, después de la
mitad de la centuria en la localidad güimarera, aunque no sabemos si lo hizo
trabajando en el ingenio de azúcar. Dejó amplia descendencia a través del
apellido Tejera. Fueron padres de al menos tres hijos: Luis Pérez Tejera[5],
Polonia Pérez Tejera y un tercero, cuyo hijo fue Gaspar Hernández como podemos
comprobar en los protocolos de S. de Urtarte:
En 22 agosto de 1574, Luis Pérez, morador en el
valle y heredamiento de Güímar, dice que tiene un sobrino llamado Gaspar
Hernández, presente, de unos 15 años, el cual asienta con Antón Díaz, zapatero,
vecino, morador en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, presente, por
aprendiz para que le enseñe el dicho oficio de zapatero[6].
Dado que Gaspar Hernández está a cargo de su tío Luis Pérez
Tejera, hemos de pensar que el tercer hijo de Juan Pérez y Violante Tejera no
viajó a Tenerife o en este momento ya había fallecido.
Volviendo a la vida de Polonia
Pérez y si, como dice A. Viña Brito, la mujer de esta época es conocida por sus
lazos de parentesco[7],
hemos de considerarla una mujer de carácter puesto que contrajo matrimonio muy
joven, con unos diecisiete años y sin el consentimiento paterno. Probablemente,
Polonia Pérez Tejera no se casó porque la atadura familiar imprimiera una mayor
fuerza sobre la mujer, sino porque en 1565 era una adolescente enamorada. Sin
embargo, los problemas en su matrimonio surgieron muy pronto cuando descubre
que su marido, Juan
González, había casado anteriormente. Ese mismo año debieron
iniciarse los primeros trámites:
Viernes,
29 de noviembre de 1577. San Juan de Güímar.
Polonia
Pérez Tejera, moradora en el valle y heredamiento de San Juan de Güímar,
vecina, dice que es hija de Juan Pérez y Violante Tejera, vecinos, y es así que
hace unos 12 años que se casó clandestinamente con Juan González, portugués,
en esta isla de Tenerife, hijo de Sebastián González de
la feligresía de San Martín del Campo, que es en el Arzobispado de Braga, en el
reino de Portugal y cuando se casó con Juan González creyó
de buena fe que él era soltero y después pareció que era casado con Cecilia
Rodríguez, de la feligresía de Loredo, en dicho Arzobispado y porque ésta
pareció ante la justicia eclesiástica del Arzobispado de Braga en 22 de
noviembre de 1555[8] y el vicario general de dicho
Arzobispado hizo parecer ante sí personalmente a Cecilia y le preguntó lo que
con Juan González pasó,
y sobre ello fulminó proceso y pronunció sentencia definitiva por la cual
declaró ser casado Juan y Cecilia y les mandó que hicieran vida maridable como
Dios manda.
La
sentencia fue publicada en 7 de enero de 1572, según autos que acerca de ello
pasó en 9 de septiembre de 1577, por la cual el matrimonio clandestino es nulo
y sin ningún valor…[9].
Después
de que esta sentencia tuviera efecto comenzaron las tribulaciones y las
adversidades para Polonia Pérez:
Después
de lo cual Juan
González pareció ante el bachiller Montesdeoca, vicario que a
la sazón era en esta isla y pidió que Polonia le fuera entregada como su mujer
y dio sobre ello mandamiento y los padres de Polonia la entregaron en
cumplimiento del mandamiento como su mujer y con él hizo vida maridable 5 meses
sin que se casaran por la Iglesia, el padre de Polonia, Juan Pérez, le dijo a Juan González que
fuera a su tierra y trajese información como no era casado[10].
Ante esto, Polonia no sólo
siente que su honor ha sido mancillado, sino que la ley la ampara y se acoge a
lo que tiene acceso en 1573:
…da
poder especial a su hermano Luis Pérez, que está presente y a Juan de Barbosa,
ausente, para que en su nombre puedan parecer ante la justicia del señorío y
reino de Portugal y solicitar que se declare por un juez competente que cuando
ella se casó su marido ya estaba casado con Cecilia González y no hubo efecto
el dicho matrimonio. También que pidan y se declare que ella se puede casar
como persona que no está sujeta a matrimonio[11].
Se abre, de este modo, un segundo
proceso mucho más costoso que el anterior desde un punto de vista económico, en
el que, por lo general, la mujer no puede asumir los gastos y acaba renunciando
para quedar marcada ante la
sociedad. La que se atrevía a seguir acudía a sus vecinos o a
sus padres para que la ayudaran a sufragar las costas del juicio[12].
La documentación aporta datos insuficientes como para explicar la situación
financiera en que quedó Polonia Pérez o determinar su estabilidad emocional durante
los años que duró el pleito por la nulidad matrimonial. Sin embargo, de lo poco
que sabemos su estado civil no condicionaba su actividad, puesto que se dedicó
a la producción ganadera en Candelaria:
Jueves,
30 de junio de 1575. Candelaria.
Polonia
Pérez, hija de Juan Pérez, moradora en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria,
término y jurisdicción de San Cristóbal, dice que por mandato de la Justicia y
Regimiento de Tenerife, para el regocijo que se hizo en la ciudad de San
Cristóbal de La Laguna, el día de San Juan de Junio pasado de este año de 1575,
le fue mandado tomar y se tomó, un toro suyo, de nombre ‘Pintado’, de tres años,
y fue garruchado, muerto y pesado en la carnicería de la dicha ciudad, y
asimismo ella tiene otro toro, ‘Tostado’, de tres años. Por la presente da
poder especial a Juan
Rodríguez, natural, hijo de Rodrigo Hernández de Candelaria,
natural de esta isla, vecino, ausente, para que en su nombre pueda cobrar de la
Justicia y Regimiento o de su mayordomo, el valor y precio, moneda y mrs., por
el que se vendió y pesó el dicho toro en la dicha carnicería, llamado Pintado y
la pelleja y cuero y asimismo pueda vender el dicho toro Tostado[13].
Como bien señala M. E. Monzón
Perdomo, el mercado laboral femenino era bastante restringido y las
oportunidades que las mujeres podían recibir eran ocupaciones muy relacionadas
con las actividades domésticas desempeñadas ya en el hogar. En el mundo rural,
pese a que la mujer campesina trabajaba en las labores agrícolas no tiene un
espacio que se considere propio[14].
En este sentido, Polonia Pérez Tejera se desmarca completamente de la época en
que vive, puesto que continuó ejerciendo esta ocupación ganadera durante los
siguientes años. No parece, pues, que en ausencia de su cónyuge ella asumiera
sus posesiones, sino que se trataba de una mujer emprendedora:
Viernes,
9 de agosto de 1577. San Juan de Güímar.
Pedro Hernández,
mayordomo que fue de Francisco de Alarcón, dice que el año que pasó de 1576
sembró en unas tierras de Francisco de Alarcón, en el Tanque plantadas de trigo
y en la dicha sementera entraron y le hicieron daño los bueyes de María Gaspar,
viuda, y los de Juan Francés y Rodrigo Hernández, que vive en Ntra. Sra. de Candelaria,
Polonia Pérez, Juan Albertos, y Alonso Rodríguez de Güímar…[15].
Teniendo
claro cómo proveía esta mujer su sustento, hemos de señalar que el proceso de
nulidad matrimonial duró unos doce años, puesto que el matrimonio tuvo lugar en
1565 y es en 1577 cuando obtenemos los últimos datos que documentan el proceso:
Juan González se fue de la isla para dicho efecto y
nunca más tornó a ella, sobre lo cual hay proceso ante la justicia eclesiástica
de Gran Canaria y de Tenerife. Polonia viendo que no estaba casada ni soltera,
dio poder a Andrés Díaz, cabuquero, vecino, para que averiguara cómo Juan González era
casado con Cecilia Rodríguez y trajo certificación de ello y los dichos autos y
diligencias que trajo Andrés Díaz lo hizo de acuerdo con Polonia[16].
Suponemos
que en 1577 Polonia Pérez contrae matrimonio con Juan Rodríguez, puesto
que necesita certificación de la nulidad matrimonial como se recoge a
continuación:
Por
la presente da poder especial a Juan Rodríguez, natural de Tenerife, vecino, para
comparecer ante don Cristóbal Vela, Obispo de las islas de Canaria, del Consejo
de S.M. y ante sus provisores, vicarios y justicia y pedir que aprueben la sentencia
dada por el juez del arzobispo de Braga en dicho matrimonio y se dé por nulo su
matrimonio clandestino y pueda disponer de su persona como alguien que no está
sujeto a matrimonio[17].
Este
Juan Rodríguez,
al que ya Polonia Pérez Tejera, había dado un poder especial en 1575, es hijo
de Rodrigo Hernández, canario, e Isabel Rodríguez, según se deduce del testamento que
éste hizo ante S. de Urtarte el jueves 13 de agosto de 1579. Allí señala lo
siguiente: Durante su matrimonio tuvieron
a Juan Rodríguez,
a Gaspar Rodríguez, Mateos Hernández, Melchor Hernández, Lázaro Hernández y a
Inés Rodríguez, a la que casaron con Francisco Luis[18]. La línea paterna de Juan Rodríguez entronca
con grancanarios prehispánicos del modo que sigue: Rodrigo Hernández casó en
1533 con Isabel
Rodríguez, hija de los portugueses Mateo Afonso e Isabel
Moreiras. Él, por su parte, era hijo de los canarios Rodrigo Hernández, el
viejo, y de Francisca Fernández (o Vizcaíno).
En
este apartado familiar de Juan
Rodríguez nos queda referirnos a su hermana, Inés Rodríguez.
Por el testamento de su padre sabemos que ella falleció antes de 1579, año del
citado documento, dejando cuatro hijos: Ana Luisa, Francisco, Sebastián y
María. En la crianza y educación de estos niños damos también especial
importancia a Polonia Pérez, puesto que no tuvo hijos de ninguno matrimonio.
Ello la debió hacer volcarse en los hijos de su cuñada. Incluso, podríamos
aventurar que fue la madrina de bautismo de María Rodríguez, la
hija de Francisco Luis e Inés Rodríguez, puesto que cuando ésta case con Juan
Gaspar Marrero, pondrá a una de sus hijas el nombre completo de quien la había
atendido en su crecimiento, Polonia Pérez[19]. Sin que esta familia
lleve el apellido Pérez, el nombre completo, Polonia Pérez o Polonia Pérez
Marrero, pasará de generación en generación durante varios siglos.
Hay mujeres que son
protagonistas por su actuación particular. Polonia Pérez lo fue en el ámbito
privado, desempeñando un papel significativo con los hijos de Francisco Luis e
Inés Rodríguez, y en el ámbito público, tratando de hacer valer los derechos
que la realidad cotidiana le ofrecía. No obstante, su actuación, la de la mujer
de finales del siglo XVI, viene, en general, marcada por la determinación de
otros y no de ella misma, lo que la obliga a necesitar representación
masculina.
[1] A. Viña Brito, “La mujer en Canarias en el siglo
XVI. Fuentes para su estudio”, RHC
197 (1997), pp. 181-192.
[2] Estos protocolos fueron publicados
hace unos años. Al respecto de este escribano, véase la interesante
introducción que hace el autor. M. A. Gómez Gómez, El
Valle de Güímar en el siglo XVI: protocolos
de Sancho de Urtarte, Santa Cruz de Tenerife 2000.
[3] O. Brito González – M. Marrero Rodríguez, Argenta de Franquis: una mujer de negocios (La hacienda
de Güímar en el siglo XVI), La Laguna 1991.
[4] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
pp. 54-55.
[5] Debió casar en la década de 1560 con la portuguesa Beatriz
Rodríguez, hija
de Manuel González y
Leonor Afonso, pues
el 7 de agosto de 1573
se hallan estos
datos ante Sancho de
Urtarte: Luis Pérez y Beatriz Rodríguez, su
mujer, vecinos y moradores en el valle y heredamiento de Güímar. Si atendemos a su
testamento tuvieron nueve hijos. En nombre de estos se persona Agustín Rodríguez,
hijo de Luis Pérez, difunto, ante Bartolomé Cabrejas, el día 5 de abril de 1614, para que se abra el
testamento que dejó su padre el día 5 de noviembre de 1613. Hernando Pérez,
alguacil del Valle de Güímar, copió el documento a dictado de Luis Pérez Tejera que no lo pudo firmar dada la
gravedad de su estado.
[6] M. A. Gómez
Gómez, op. cit., p. 109. El miércoles
8 de julio de 1579 Gaspar Hernández es
zapatero y le falta poco tiempo para salir de oficial obrero… Vid. M. A.
Gómez Gómez, op. cit., p. 298.
[7] A. Viña
Brito, art. cit., pp. 189-190.
[9] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
p. 253.
[10] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
p. 253.
[11] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
p. 55.
[12] Como ejemplo, léase el
trabajo de F. J. Lorenzo, “Actitudes violentas en torno a la formación y
disolución del matrimonio en Castilla durante la Edad Moderna” en J.
I. Fortea – J. E. Gelabert – T. Mantecón (eds.), Furor et rabies. Violencia, conflicto y marginación en la Edad Moderna,
Santander 2002, pp. 159-183.
[14] M. E. Monzón Perdomo, “Mujeres y
vida cotidiana en el Antiguo Régimen”, Canarii,
marzo de 2010.
[16] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
p. 253.
[17] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
p. 253.
[18] M. A. Gómez Gómez, op. cit.,
pp. 301-303.
[19] Casó el día 15 de septiembre de 1616 en Güímar
con Alonso Rodríguez, hijo de Antonio González y María de Urtarte.