BEATRIZ PESTANA OSUNA
Desde pequeña siempre
tuve gran curiosidad e inquietud al escuchar las historias de mi abuelita
acerca de las Islas Canarias, entre muchas otras anécdotas en referencia a
nuestro origen y costumbres familiares. Cada sobremesa familiar se convertía en
banquete al deleitarme con las historias de abuelita. No faltaron nunca el
sabor del gofio isleño, ni la receta secreta de la abuela del famoso mojo canario, el cual te daban a probar...pero jamás daban la famosa receta
secreta... Por supuesto no podían faltar el cafecito negro hecho en la greca
acompañado del pan de canilla tostado con queso blanco... que nos acompañó
muchos desayunos y tardes de merienda en las tertulias familiares…
Grabado de la autora: Se tuvieron que marchar |
Soy la tercera
generación nacida en Venezuela por parte de mi padre. Mi abuela Carmen Perera
Arrocha, madre de mi padre Carlos Rafael Pestana Perera, fue la primera
generación nacida en Caracas, a comienzos del siglo XX.
Mis bisabuelos Martina
Arrocha Lorenzo y Melchor Daniel Perera Rodríguez, ambos canarios… así como muchos
de sus antepasados, originariamente emigrados de Portugal, Andalucía y Toledo a
las Islas… desde entonces somos Isleños … por allí desde el siglo XV, XVI… y
pare de contar...
Martina nació en Tias,
Lanzarote, en el año 1875. Emigró a Venezuela a los cuatro años de edad, en
1879, en compañía de sus padres y hermana: Rufina Lorenzo Rodriguez, 1844
oriunda de la villa de Garafía, en La Palma, Juan Arrocha Martin, de Tias,
Lanzarote, y Epifanía de tan solo cinco años de edad. La abuela Rufina estaba
encinta esperando su tercer retoño. Sebastián vio la luz en Venezuela a los
tres días de llegada la familia al Puerto de La Guaira.
Partida de bautismo de Martina Arrocha |
Melchor Daniel nació en
el Puerto de la Cruz en Tenerife, por allá en el año 1871… emigró a Venezuela,
cerca del año 1892, con unos primos.
El abuelo Melchor iba
en realidad a Cuba a reunirse con su padre Daniel Perera González, quien habia
dejado las islas unos pocos años antes… ambos escapando de la milicia española
… el barco en el cual viajaba Melchor naufragó en tormenta y encalló en la
costa venezolana… así decidió el quedarse en Venezuela ya que “el destino me
trajo aquí”... Un par de años más tarde, ya estando Melchor establecido en
Caracas, en la zona de La Candelaria, habitada por toda una comunidad canaria…
Melchor y Martina unieron sus vidas en matrimonio en el año 1894. Ellos
nacieron, casaron y murieron como canarios, aún estando en Venezuela el resto de
sus vidas. Nunca renunciaron a su ciudadanía española... Hablaban de las
Canarias con esa nostalgia…
Melchor Perera |
La abuela Martina
siempre compartía su último recuerdo vivo en la memoria de las Canarias… el
abrazo de despedida de su tía quien les había acompañado a subir al barco en
Tias, Lanzarote, antes de partir, y a quien nunca más volverían a ver…
Cómo era ese carácter
canario que observé siempre con admiracion, curiosidad, respeto y hasta un poco
de miedo, pues eran de carácter fuerte...especialmente cuando nos llamaban por
los dos nombres... ...una combinación de melancolía con dulzura y alegrías…
mujeres y hombres fuertes que tuvieron que enfrentar mucha adversidad en nuevas
tierras… siempre tener esperanzas, mirar siempre adelante, por un mejor futuro…
no mirar atrás… les envolvía un aire de misterio y secretos de un pasado en las
islas del cual nunca quisieron hablar… solo entre bromas y risas… detrás de la
cual tal vez se salían unas lágrimas... a la abuela se le escapaban anécdotas
de ‘La Suprema’ era terrible… los Perera somos de los "cristianos nuevos", eso se
sabe en la isla pero de eso no se habla aquí ni allá … en la isla había hambruna
y sequía… tantos tuvieron que partir eran muchos… los barcos eran pequeños, de
madera… crujían… no eran los cruceros de hoy día, tomaba a veces hasta cinco
meses para llegar… venimos de gente muy trabajadora, honesta y humilde pero muy
orgullosos de ser quienes somos, con gran personalidad, sentido de origen y
unión familiar, orgullosos de ser “isleños,si alguien les preguntaba de donde
provenían decían siempre “canarios” curiosamente no hablaban nunca de España …
una que otra referencia se salía respecto a ‘la limpieza de sangre’ que exigía
España ... al origen converso… las profesiones que les permitían eran solo las
artesanales … abuela Carmen me contaba que no les permitían estudiar otras
profesiones … tantas historias contaba mi abuela… todas estas historias que
enriquecieron mi infancia sembraron esa semilla de la curiosidad, del querer
saber, el desempolvar el pasado para entender y honrar la memoria de los
nuestros… Abuelos … ¡benditos abuelos!
La familia de mi madre
también tiene su memoria y huella canaria… por parte de los Vázquez, Paz,
Delgado… eran de Santa Cruz de Tenerife… y por parte de los Oropeza y Viera de la
Orotava, Tenerife… Don José Hernández de Oropeza, nacido en La Orotava,
llegó a Venezuela a finales de la época
colonial. Hijo de Don Tomás Hernández de Oropeza y de Doña Catalina Viera de
Mendoza Hurtado, ambos también de La Orotava. Don José Hernández de
Oropeza casó, el 22 de mayo de 1725, con Doña Francisca Rosalía de Urrieta y de
Silva, en Carora, Venezuela, cinco frutos nacieron de ese matrimonio del cual
desciendo por líneas maternas.
Martina Arrocha con uno de sus hijos |
De los recuerdos más
hermosos de la abuela Martina el que ella siempre me daba un caramelito de
fresa que sacaba del bolsillo de su delantal cuando ya la cansaba de tanto
preguntar... ese recuerdo del presente dulce con la esperanza de un mejor
porvenir…
Abuela Carmen siempre
me pidió que visitara Canarias algún día ya que ellos no lo iban a poder hacer…
de memoria me aprendí los nombres, guiada por ella, al terminar cada historia …
recuerda: “Tenerife, papá Melchor; La Palma, abuela Rufina; Lanzarote, mamá
Martina… en el resto van también los de tu mamá… La Gomera, Fuerteventura, El
Hierro, Gran Canaria… a caray! y hay una
isla pequeña que le llaman La Graciosa!... Venezuela… esa se convirtió en
nuestra octava isla...”
...Ese deseo de mis
abuelas lo logré cumplir en el verano del ano 2011 cuando fui a las Canarias
por primera vez… esperando no será la ultima…
gracias al primo Panchin González Perera, en donde me reuní con familiares
de las abuelas por parte de los Perera y Arrocha que jamás dejaron las islas,
quienes siempre se encargaron de enviarle a las abuelas en Venezuela,
puntualmente cada año, en cajas de madera los turrones, el vino, el gofio, y los
quesos de cabra deliciosos… preservando así aún más nuestra memoria canaria… hasta la presente
generación que llevamos siempre la huella canaria en la memoria…