sábado, 3 de mayo de 2014

Apellido QUINTANA: DRAMA EN LOS ARVEJALES

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA
JUAN R. GARCÍA TORRES
En solo 14 generaciones hacemos hoy un recorrido de cinco siglos, desde finales del XV hasta principios del XXI. Lo más normal es que dicho viaje en el tiempo suponga unas 16 o 18 generaciones que aquí se recortan, como ya hemos tenido oportunidad de explicar, por la longevidad y fertilidad de mis ancestros masculinos que les permite tener hijos a edades avanzadas después de un casamiento tardío en segundas o terceras nupcias con mujeres mucho más jóvenes que ellos. Pongamos como ejemplo en la serie genealógica que hoy analizamos el caso en el peldaño VIII de mi quinto abuelo Antonio Pérez Quintana que vivió 66 años y que casó con María Antonia de 25 cuando él tenía 51 años, procreando a su hija Mª Isabel cuando ya había cumplido los 55.
El apellido Quintana ha sido bien estudiado en sus orígenes grancanarios, los referidos a la descendencia del conquistador Juan de Soria y de su esposa indígena María González. No vamos a volver por tanto sobre ello en estas notas genealógicas sino que partiremos de la figura de Gaspar de Quintana, tataranieto de los fundadores de la estirpe grancanaria. De este personaje contamos con prolija documentación:
Partida de Matrimonio Iglesia Ntra. Sra. del Pino Teror, Libro 1, Folio 4 vto. Año 1607
"En dos de diciembre de seiscientos y siete años casé a Gaspar de Quintana y a Isabel Alonso a la una de la tarde según orden de la Santa Madre Iglesia habiendo precedido las amonestaciones en tres días festivos conforme a lo decretado por el Santo Concilio Tridentino, siendo testigos Baltasar de Arencibia y Diego Hernández Cantero fecho ut supra. El Lcdo. Pedro Márquez."
Isabel Alonso, la esposa de Gaspar, es hija de Francisco Rivero natural de Arifana de Santa María en Portugal y de Mª Margarita Alonso, siendo esta última hija de Alonso Yánez de Rivera y Dominga Lorenzo, de origen igualmente lusitano.
Hijos de dicho matrimonio, sumando nuestras pesquisas a las de Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, serían:
-María de Quintana 1 nacida en 1609 y casada en Teror en 1629 con Domingo Hernández
Los Arbejales (Teror). Foto: ecoturismorural.com
Ramos.
-Margarita de Quintana nacida en 1612, casada en 1633 con Bartolomé Rodríguez Collado y fallecida en 1680.
-Juan de Quintana nacido en 1616 fallecido tempranamente.
-Blas de Quintana, nacido en 1618 y casado con Isabel Pérez del Toro.
-Juan, Pedro y María de Quintana 2 nacidos en 1621 en un parto triple.
-Francisco de Quintana nacido en 1624 y casado en La Vega con Isabel Suárez
-y Miguel de Quintana, fallecido al parecer también tempranamente.

TRILLIZOS EN LOS ARVEJALES
Partida de Bautismo Iª de Ntra. Sra. del Pino, Teror, Libro 1, Folio 63 vto.
Año 1621
"Juan, Pedro y María. Hijos legítimos de Gaspar de Quintana, alférez, todos tres de un parto de su mujer Isabel Alonso, vecinos de este lugar fueron bautizados en día de San Andrés que fue a treinta de noviembre de 1621 años; fue padrino de Juan y de Pedro, Juan de Ojeda, alcalde, y de María, Juan de Quintana, capitán; advirtióseles el parentesco espiritual; echoles óleo y crisma; fecho ut supra por mí. Morales Parraga."
De los tres niños nacidos de un mismo parto sabemos que Pedro falleció tempranamente, que Juan prosperó casando de adulto con Inés de Ojeda y que María, disintiendo con respeto de Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, prosperó igualmente casándose en 1652, con más de 30 años, con el labrador tirajanero Clemente Hernández.
MARÍA DE QUINTANA
El motivo de la atención especial que le vamos a prestar a esta señora es que tuvo, según ella mismo reconoce, descendencia natural que llega hasta nosotros por lo que nos interesamos detectivescamente por averiguar quién era el padre de nuestro ascendiente Matías de Quintana.
María de Quintana casaría efectivamente en 1652 con Clemente Hernández, hijo de Miguel Cabello y de María Alonso, vecinos de Tirajana. Con dicho marido tuvo una hija que murió de niña.
Datos encontrados en la carpeta de protocolos:
- María de Quintana, vecina de Teror, hija del Capitán Gaspar de Quintana y de Isabel Alonso casó con Clemente Hernández con quien tuvo una hija que murió pupila; otorgó su testamento ante Diego Alvares de Silva en el año de 1674 y declara haber tenido por sus hijos, antes de casarse, a Matías y Juan de Quintana a quienes dejaba por herederos. En el año siguiente de 1675 revocó dicho testamento y otorgó otro ante el dicho escribano y con más velo y sin la declaración anterior dejó sus bienes a los mismos, mejorando al Matías porque le acompañaba y dice que el Juan estaba en Telde; se mando enterrar en la capilla mayor de la Iglesia de Teror donde tenía sepultura. Consiguiente a este testamento y ante el mismo escribano otorgó otro instrumento de donación a favor de su hijo Matías, en el cual ella declara ser hija del Capitán Gaspar de Quintana y de Isabel Alonso.
- María de Quintana celebró matrimonio con Clemente Hernández en la Iglesia de Nuestra Señora del Pino de Teror el día 4 de Agosto de 1652 (Libro 1 - Folio 43 Vto), él, hijo de Miguel Cabello y de María Alonso, vecinos de Tirajana, y ella, hija del Capitán Gaspar de Quintana e Isabel Alonso.
TESTAMENTO DE MARIA DE QUINTANA ALONSO. ESCRIBANO: DIEGO ALVAREZ DE SILVA. LEGAJO: 1288 FECHA: 2 de Marzo de 1674
Nota: Este testamento realizado en el año 1674 es idéntico al que realizará un año más tarde, en 1675, exceptuando el hecho capital de que en este primero María hace reconocimiento de sus dos hijos, los hermanos Matías y Juan de Quintana, con estas palabras textuales: “habidos antes de que yo tomase estado y siendo mujer libre”.
“En el nombre de dios amén = sea notorio a los que la presente escritura de mi testamento y última voluntad vieren como yo María de Quintana viuda mujer que fui de Clemente Hernández vecina del lugar de Teror en los Arvejales que es en esta isla de Canaria creyendo como firme y verdaderamente creo y confieso en el misterio de la santísima trinidad Padre Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero y en la siempre Virgen Santa María, santos apóstoles y en todo aquello que general y especialmente cree y confiesa nuestra Santa Madre Iglesia Romana en cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como fiel y católica cristiana; estando como estoy sana del cuerpo y en todo mi juicio y entendimiento natural; deseando el acierto y poner mi ánima en carrera de salvación y estar apercibida para la hora de la muerte, hago y ordeno este mi testamento y postrimera voluntad en la forma y manera siguiente.
Lo primero encomiendo mi ánima a Dios nuestro Señor que la crió y redimió con su preciosa sangre y el cuerpo mando a la tierra de que fue formado que a ella sea reducido. Y mando que siendo su divina Majestad servido de llevarme para sí de esta presente vida mi cuerpo sea enterrado en la iglesia de nuestra señora del Pino parroquia de dicho lugar de Teror donde soy vecina y mi cuerpo amortajado en hábito de Cristo que así es mi voluntad; y me acompañe el cura y sacristán y mozos de coro de dicha parroquia y se les pague por ello los derechos acostumbrados de mis bienes (...)
Declaro que tengo por mis bienes raíces una casa alto y bajo en dichos Arvejales término de Teror y como ocho o diez fanegadas de tierras junto a dicha casa que lindan con herederos de Francisco de Quintana, por otra parte tierras de Juan Alonso Arbejal y con tierras de los herederos de Agustín de Sosa, y por otra parte tierras de Agustina Gutiérrez y en dichas tierras una huerta de árboles frutales bienes propios míos que me tocaron de los que quedaron por fin y muerte del capitán Gaspar de Quintana y de Isabel Alonso mis padres.
Y asimismo dejo por mis bienes tres suertes de tierras labradías y montuosas en los sequeros del lugar de Tirajana que lindan con tierras de Juan Magas, por abajo tierras de Diego Báez y tierras de Agualatunte y por un lado tierras de Benito Alonso y por la de arriba riscos del sequero alto con la parte de gañanía que estas tierras heredé del dicho Clemente Hernández mi marido como constara por su testamento que otorgó ante Andrés López Travieso escribano público en veinte y siete de agosto de mil seiscientos y setenta y un años declárolo para que conste y los bienes muebles y menaje de casa que tengo, quedare por fin de mi vida.
Declaro que fui casada en haz de la santa madre iglesia con el dicho Clemente Hernández y de nuestro matrimonio tuvimos una hija que falleció de tierna edad en vida del dicho su padre; declárolo para que conste.
Y para cumplir y pagar este mi testamento nombro por mis albaceas testamentarios a Matías de Quintana y a Juan Rivero vecinos de Teror en dicho Arbejales y a cada uno in sólidum doy poder el de derecho necesario para que ejecuten y cumplan este mi testamento y última voluntad y para ello entren en mis bienes y lo más bien parado de ellos y vendan en pública almoneda o fuera de ella lo que baste para la paga y cumplimiento de este mi testamento; esto aunque sea pasado el año del albaceazgo que para ello les doy el poder y facultad que de derecho se requiere y sin limitación y les concedo todo el más tiempo que fuere necesario.
Y cumplido y pagado este mi testamento en el remanente de todos mis bienes muebles y raíces, derechos y acciones que tengo y me toquen y pertenezcan en cualquier manera por no tener como no tengo hijos legítimos ni herederos ascendientes forzosos nombro e instituyo por mis legítimos herederos y sucesores a el dicho Matías de Quintana y a Juan de Quintana, hermanos, los cuales son mis hijos habidos antes de que yo tomase estado y siendo mujer libre para que los hayan y hereden por iguales partes tanto el uno como el otro con la bendición de Dios y la mía; los cuales tengo en mi casa y compañía = y revoco y anulo otros y cualesquiera testamentos, codicilos, mandas y legados que antes de este haya fecho por escrito o de palabra para que no valgan ni hagan fe en juicio ni fuera de él y en todo caso se guarde cumpla y ejecute este que ahora otorgo por (…) mi testamento y última voluntad que por tal quiero se guarde cumpla y ejecute en todo y por todo como en él se quiere, fecho y otorgado en esta vega de arriba viernes dos del mes de marzo de mil seiscientos setenta y cuatro años; y la otorgante a quien yo el escribano publico doy fe que conozco y es la contenida lo otorgó así y no firmó por que dijo no saber estando al parecer en su juicio y memoria natural; por ella y a su ruego lo firmó un testigo siéndolo presentes el capitán don Antonio de Morales vecino de la ciudad, Juan de Ávila vecino de esta vega y Antonio Ares vecino de esta vega, Juan González y Juan Pérez, camelleros, vecinos de la Ciudad de Telde.”
De este documento permítannos hacer dos breves digresiones toponímicas.
1. Las tierras que María hereda de su familia están situadas en la cabecera del barranco de Teror en la zona conocida como Los Arvejales en razón del cultivo de arvejas (en portugués) o guisantes (en castellano) como acredita Humberto Pérez en su excelente blog Mi Gran Canaria cuando comenta que en una petición de tierras que el 1 de marzo de 1544 hace Alonso Hernández dice “…las tierras que yo pido son a las cabezadas de Terore por debajo de la majada de Pero Báez partiendo con el llano de Antón Suárez donde siembra las arvejas…” Humberto Pérez sin embargo se decanta por creer, a pesar de una prueba tan terminante, que el término procede de una planta llamada alverjana que crece en este valle que en primavera adquiere la tonalidad púrpura de sus hermosas flores. Como curiosidad citaremos que cuando María señala las lindes de las tierras que rodean su casa en Los Arvejales nombra a herederos de Francisco de Quintana, presunto familiar directo, y a Juan Alonso Arbejal (sic).
2. Las tierras que trae su esposo Clemente Hernández al matrimonio están situadas en una de las cabeceras de la caldera de erosión de Tirajana en las inmediaciones del Risco
Barranco de Agualatunte. Foto: caaminosdecanarias.blogspot
Blanco en la zona conocida como El Sequero, lindante por abajo con tierras de Agualatunte. Planteamos por tanto que debiera ser corregido este topónimo tirajanero que algunos escriben como Agualatente lo que es una clara castellanización de un topónimo indígena que probablemente significa Río de Tunte (Guad y Tunte serían sus componentes precedidos del locativo A). Por cierto que nosotros, por comparación con otros topónimos de las islas, defendemos que Tirajana significa literalmente La Caldera. Sirva como respaldo a esta elucubración que el étimo “ajar” presente en lugares como Ajares y Tanajara en El Hierro o Ajare en Fuerteventura, siempre aparece relacionados con calderas o depresiones del terreno.
TESTAMENTO DE MARIA DE QUINTANA ALONSO ANTE EL ESCRIBANO: DIEGO ALVAREZ DE SILVA LEGAJO: 1289 FECHA: 19 de Marzo de 1675
Nota: De este segundo testamento solo vamos a transcribir el último párrafo en el que, como queda dicho, María de Quintana se desdice del reconocimiento de sus hijos aunque los siga citando: a Matías como heredero universal y a Juan como beneficiario del quinto en dinero de contado si Matías quisiera dárselo. El resto es copia casi íntegra del realizado el año anterior.
“Y cumplido y pagado este mi testamento en el remanente de todos mis bienes muebles y raíces, derechos y acciones que tengo y me toquen y pertenezcan en cualquier manera por no tener como no tengo hijos legítimos ni herederos forzosos ascendientes ni descendientes nombro e instituyo por mi legítimo y universal heredero al dicho Matías de Quintana que tengo en mi casa y compañía y me ha asistido y asiste cuidando de mí y de la hacienda y sustentándome con su trabajo, que así es mi voluntad por el amor que le tengo y con que de los bienes que quedaren por mi fin y muerte que se conozcan ser míos propios del quinto de ellos a Juan de Quintana que reside en Telde en la casa de Pablo Hernández para que pagado de él mi funeral y enterramiento, haya y lleve su remanente que de él restare; y ha de ser y queda y lo dejo a elección y voluntad del dicho Matías de Quintana el darle dicho quinto a el dicho Juan de Quintana en bienes los que le señalare en dinero de contado de manera que no le queda ni dejo acción ni derecho al dicho Juan de Quintana a que elija ni pretenda dicho quinto en otra cosa que en lo que el dicho Matías de Quintana quisiere dárselo; que así es mi voluntad que de pretenderlo de otra manera y de ponerlo en pleito y litigio le excluyo de él; y con esto revoco y anulo otros y cualesquiera testamentos, codicilos, mandas y legados que antes de este haya fecho y otorgado por escrito o de palabra para que no valgan ni hagan fe en juicio ni fuera de él y como si tal cosa no hubiera fecho ni otorgado sino solo este que ahora otorgo ante el presente escribano y testigos que este solo quiero se cumpla y se ejecute según y como se (...) que es fecho y otorgado en la Ciudad Real de Canaria martes diecinueve del mes de marzo de mil seiscientos setenta y cinco años…”
Escrita más de 20 años después de dictado este último testamento la partida de defunción de María de Quintana 2, nuestra ascendiente, nos depara algunas sorpresas. Se señala en dicho documento que María muere con 90 años después de hacer una memoria simple de testamento, en la que pudo haber alterado sus voluntades anteriores, y que su hijo Matías, alférez de las milicias canarias, ocupa el cargo de alcalde de Teror lo que viene a significar que su ilustre ascendencia materna le ha sido reconocida, como parece quedar de manifiesto en el hecho de que sea un Quintana, bachiller por más señas, quien oficie los ritos de la ceremonia de sepultura.
Partida de Defunción Iglesia de Ntra. Sra. del Pino, Teror, Libro 2, Folio 143, Año 1697 "En el lugar de Teror en doce días del mes de diciembre de 1697 años fue sepultada en esta iglesia de nuestra señora del Pino de dicho lugar María de Quintana viuda de Clemente Hernández vecina de este lugar en los Arvejales de edad de noventa años poco más o menos, murió habiendo recibido los Santos Sacramentos y fecho una memoria simple de testamento debajo de cuya disposición murió y fue fecha en diez días de este presente mes y año a la cual fueron testigos presentes Salvador de Almeda, Mateo Salgado, Domingo Salgado y el sargento Blas (...) de Quintana apareció firmada por testigos albaceas el Bachiller Juan Rodríguez de Quintana cura de dicho lugar y el alférez Matías de Quintana, alcalde de dicho lugar; dejó en ella tres oficios cantados y veinte misas rezadas, enterrose en sepultura de la iglesia de veinte y dos reales y se enterró amortajada en mortaja común, púsosele la cera entera de las ánimas y se le hizo hoy dicho día un oficio hiciéronsele los dos segundos oficios doy fe”. El Bachiller Quintana.

EL PADRE DE LAS CRIATURAS
Bartolomé Alonso, nacido en La Vega en 1625, hijo de Melchor Alonso e Inés de Acosta, fue un amor imposible para María por la diferencia de edad que existía entre ambos pues es cuatro años más joven que su ilustre vecina y porque quizá se trate de un familiar cercano pues Alonso es el apellido de la madre de María de Quintana. Podríamos estar hablando de una relación amorosa entre la añosa María que se ha quedado al cuidado de sus padre por ser la menor de las hijas y Bartolomé Alonso, su joven deudo, vecino de Los Arvejales. Esto dejamos claro que es solo una disquisición a la vista de que el padre de uno y la madre de la otra portan el apellido Alonso.
Bartolomé Alonso casaría con posterioridad a estos hechos, cuando contaba con 32 años, en 1657, cinco años después del matrimonio de María, con Ana de San Juan con la que tuvo varios hijos, entre ellos, Isabel Alonso de San Juan casada con Esteban González, matrimonio este que se sitúa también en nuestra ascendencia por otra línea. Pero antes de dicho matrimonio, como hemos adelantado, las relaciones del joven Bartolomé con su probable pariente María de Quintana a fines de los años 40 tuvieron como fruto dos varones: Matías nacido en 1649 y Juan de Quintana cuyo nacimiento presuponemos anterior a 1452 la fecha del matrimonio de María de Quintana con Clemente Hernández.
Para complicar más las cosas señalaremos que el tal Clemente Hernández con el que no tuvo descendencia, es un labrador de Tirajana, hijo como dijimos de Miguel Cabello y de María Alonso. El que su madre ostente también el apellido Alonso y las extrañas circunstancias de su matrimonio, criando en su casa a dos hijos naturales de su esposa, nos hace pensar en razones de conveniencia social y económica y de ocultamiento de las vergüenzas familiares de los Quintana.
He aquí la prueba de los amores ocultos entre María y Bartolomé:
NOTAS a propósito de una dispensa que consta en el ARCHIVO DIOCESANO
En la dispensa matrimonial de su bisnieta Ángela de Quintana cuando casó con Juan Hernández (viudo de Josefa de San Juan), Ana de San Juan, cuñada de Juan Hernández, le impugnó a este el matrimonio por ser el dicho, pariente de la Ángela de Quintana.
Se presentó Isidro Falcón como testigo para dicha dispensa y declaró lo siguiente:
"Dice que oyó decir a sus padres que a Matías de Quintana, abuelo de la contrayente, lo habían dejado en la puerta de la Ermita del Señor San Matías de Teror y que luego lo recogió Joseph González y lo crió algunos días y luego lo recogió María de Quintana mujer soltera y lo tuvo en su casa en donde este testigo lo conoció y se decía por público ser hijo de la dicha María de Quintana. La que lo dejó por su heredero y que se decía por público ser hijo de Bartolomé Alonso, abuelo de Josefa de San Juan mujer que fue del contrayente. Y le oyó decir a Salvador Falcón que le había oído decir a Inés de San Juan, hermana de la suegra del pretendiente, en cierta conversación que “su hermano Matías de Quintana” de lo que infiere este testigo que se trataban por hermanos.


Como resultado de estas indagaciones de nuestro detective de la historia familiar concluimos que es obvio que no pudo haber impedimento para la boda porque si bien se identifica a Bartolomé Alonso como abuelo materno de la novia, la relación con este de su pretendiente Juan Hernández era tan solo de nieto político, como abuelo que fue también de su primera esposa.
Si bien contamos, fechada en 1649, con la partida de bautismo de Matías en la que se señala que es hijo de padres desconocidos, la de Juan seguía sin ser localizada así que le hicimos una nueva encomienda a Juan Ramón García Torres para que husmeara en los libros parroquiales de Teror. Este es el brillante resultado de sus pesquisas:
“Te comento: encontré dos expósitos llamados Juan entre 1650 y 1652”.
El primero (Libro 1 - Folio 204):
"Juan hijo de padres no conocidos fue bautizado en esta santa iglesia de nuestra señora del Pino en 25 de noviembre deste año de 1651 por mí el Bachiller Antonio de Montesdoca cura de la dicha iglesia fue su padrino Francisco Hernández; tiene oleo y chrisma.” Bachiller Montesdoca
El segundo (Libro 1 - Folio 209):
 "Juan hijo de padres no conocidos fue bautizado en esta santa iglesia de nuestra señora del Pino en dos días del mes de junio de este año de 1652 por mí el Bachiller Antonio de Montesdoca, cura de la dicha iglesia, fue su padrino el Capitán Gaspar González, no tiene óleo”. Bachiller Montesdoca
Si tuviera que optar me quedaría con el segundo de los expósitos en razón de que fue su padrino el Capitán Gaspar González. Sabemos que su abuelo fue el también capitán Gaspar de Quintana (entre milicianos quedaba el asunto) y también porque este último fallece en el año 1651 lo que nos da pie a pensar que el segundo embarazo de su hija debió ser cercano a la fecha de su muerte.
Defunción del Capitán Gaspar de Quintana
"El 24 de octubre de este año de 1651 enterré en esta santa iglesia al capitán Gaspar de Quintana en sepultura suya y se le hizo un oficio por mí y lo firmé." Br Montesdoca
Permíteme ahora que me meta en tu terreno y te cuente la historia de María de Quintana desde mi humilde visión de los hechos a partir de los datos que poseemos, pues la vida de esta María de Quintana, bien pudiera servir para escribir una novela ambientada a mediados del siglo XVII.
La hija de un capitán de milicias de la villa de Teror se enamora de un labrador de la zona llamado Bartolomé Alonso. Su padre no acepta bajo ningún concepto dicha relación ya que tiene mejores miras para "la niña de sus ojos", la que nació de un parto triple al tiempo que sus hermanos Juan y Pedro . Ella, contra la voluntad de su padre, decide seguir adelante con su romance y queda embarazada. Su padre al enterarse monta en cólera, sabedor de que ya no podrá casarla con ningún alférez o capitán de la isla. Entonces decide que, nada más nacer el niño que su hija lleva dentro, uno de sus
Cuna de expósitos
esclavos lo lleve y lo abandone en la Ermita de San Matías. María cuando se recupera del parto le exige a sus esclavos que le digan a dónde se llevaron a su hijo. Finalmente al enterarse de que un vecino de la villa llamado José González tiene en su casa a un recién nacido sin que su mujer hubiera estado embarazada, va a su encuentro y cada día irá a verlo sin que su padre se entere. Con la connivencia del párroco de la villa y de Baltasar de Arencibia, quien sería el elegido para ser padrino del niño, el niño había sido bautizado como expósito el 10 de marzo de 1649 imponiéndole por nombre Matías. 
Pasan dos años desde el nacimiento de su nieto y el capitán Gaspar de Quintana fallece en su villa natal de Teror a los 68 años aproximadamente, el 24 de Octubre de 1651 (Libro 1- Folio 8). María, con la postración de su padre anterior a su fallecimiento, debió de sentirse liberada de su yugo y se entregó por segunda vez en brazos de su amor ya que meses más tarde, el día 2 de Junio de 1652, tiene a su segundo hijo, que recibe el nombre de Juan y dos meses después de su nacimiento, pasada la cuarentena, celebra nupcias con un labrador llamado Clemente Hernández, vecino de Tirajana, que sabedor de las ventajas de casarse con la hija de un Quintana accede a dicho enlace…”.
En fin, me entró la vena literaria sin dominar la materia y dando rienda suelta a los pensamientos me transporté a la villa de Teror en el año 1649, justo en el momento en que un esclavo abandonaba a un niño de ilustre linaje en la puerta de la Ermita de Señor San Matías”.

CONTINUIDAD DEL LINAJE
De los dos hijos naturales de María de Quintana y Bartolomé Alonso podemos aportar que el menor, Juan Alonso de Quintana (parece que de mayor asume el apellido de su padre) casó en la iglesia de San Juan Bautista de Telde en 1681 con Josefa Mireles Betancor, hija de Juan Cabrera Mata y de Francisca Mireles González, de cuyo matrimonio hubo descendencia. Y de Matías por quien sigue la línea que hoy investigamos, les diremos, como puede verse en el cuadro adjunto, que casó en Teror en 1674 con Juana Pérez Granados, hija de Francisco Granados y de María Pérez García.

LA CONEXIÓN AZORIANA
El original apellido Granados del suegro de Matías de Quintana nos va a permitir, puesto que conservamos su testamento, confirmar algunas cosas acerca de su origen: Francisco, nacido en las islas Azores, es hijo de Damián Hernández de los Granados, natural de Ocaña, Toledo, quien casado con la portuguesa Magdalena Jorge, vino a Gran Canaria con el gobernador Francisco de la Rúa cuando su hijo tenía tan solo doce años.
TESTAMENTO DE FRANCISCO GRANADOS ante Diego Alvarez de Silva Legajo: 1286 Año: 1671 Folio 36
Yten declaro que soy natural de las terceras de la ciudad del castillo (¿) de Angure hijo legítimo de Damián Hernández de los Granados que fue natural de la villa de Ocaña en España y de Magdalena Jorge; y vino a estas islas con el gobernador Francisco de la Rúa siendo de doce años declárolo para que conste.
(…)
Yten declaro que fui casado primero matrimonio con Ysabel de Ojeda hija de Mathías de Herrera y de Ysabel de Ojeda su mujer vecinos del lugar de cuyo matrimonio tuvimos por nuestros hijos legítimos a Cristóbal de Ojeda y Andrés de Ojeda y Leonor de Ojeda que hoy viven; y aunque tuvimos también a Ysabel de Ojeda y Francisco Granados es muerto después de la dicha su mujer sin llegar a tomar estado declárolo para que conste.
(…)
Yten declaro que de segundo matrimonio soy casado con María Peres hija de Lucas Peres y de Juana García su primera mujer y de nuestro matrimonio tenemos por hijos a Juana que vive; declárolo para que conste.
(…)
Que es fecho y otorgado en el lugar de Teror ysla de Canaria; jueves cinco del mes de febrero de mil seiscientos y setenta y un años y el otorgante a quien yo el escribano doy fe conozco estando al parecer en su juicio y memoria natural lo otorgo así y no firmó por que dixo no saber por él y a su ruego lo firmó un testigo siéndolo presentes Blas Rodrigues, Luis Dias, Xptoval de Toro, Matheo Gonçales vecino de Tiraxana y Sebastián Rodrigues vecinos deste lugar de Teror”.
Comentario toponímico: Nos refiere Francisco Granados en su testamento que nació en
Mapa de Angra, 1595. Foto: wikipedia
la isla Terceira (la tercera en ser descubierta) en el archipiélago de las Azores en la ciudad del castillo (¿) de Angure, que se corresponde sin lugar a dudas con la actual capital de la isla y del conjunto del archipiélago: Angra dos Reis, Angra en origen; lo de dos reis es un aditamento posterior. Al parecer Angra o Angure, como nosotros leemos en el testamento, era una especie de bahía o adra en la que se produjo el primer desembarco y se produjo el primer asentamiento portugués.

LA CONEXIÓN HERREÑA
Como confirmación del ascenso social del expósito Matías de Quintana señalaremos que su hija Isabel de Quintana nacida en Teror en 1686 casó en 1707, a los 21 años, con Blas Pérez de Villanueva, descendiente de los fundadores de la Villa Mariana.
El hijo de estos, Antonio Pérez de Quintana, nacido en 1726, casó en La Vega de santa Brígida en 1777 con Antonia González Martel, hija de Francisco González y de Isabel Ramos Martel. Como curiosidad endogámica les diremos que el tal Francisco González resulta ser tataranieto de Gaspar de Quintana e Isabel Rivero los personajes con los que comenzamos este relato a través de la descendencia de su hija primogénita: María de Quintana 1.
Pero ahora nos vamos a detener en el apellido Martel que porta la esposa de Antonio Pérez de Quintana hasta llegar a su aparición en Gran Canaria en nuestro árbol genealógico.
Como pueden ver en el cuadro cinco generaciones atrás, a mediados del siglo XVII tiene lugar el matrimonio en El Sagrario Catedral de Las Palmas (Libro 4 Folio 35) del herreño Alonso Martel con la grancanaria María de Armas:
"Alonso Martel hijo legítimo de Esteban García y de Ana Rodríguez Martel, naturales de la Ysla del Hierro, y María de Armas, hija legítima de Domingo García y de Juana González, difuntos, vecinos que fueron de la Vega, fueron casados según orden de la
Valverde, El Hierro
Santa Madre Yglesia en 27 del mes de julio de 1667 años de que fueron testigos presentes Joseph de Mora mozo del Coro desta Santa Yglesia Cathedral, Joseph González y Asencio de Torres, su ministro; el Señor Provisor D. Domingo de Espinosa Montero nos mandó por auto le pudiésemos casar por constar a su ministro de la libertad del dicho y lo firmé”. El Br Alonso de Godoy Gordillo Farfán. (Al margen: Velados en La Vega en 1668).
Para celebrar nuestra conexión genealógica con la maravillosa Isla de El Hierro, isla a la que tenemos sobrados amores por cuanto los hijos del autor fueron allí concebidos y por las amistades que allí dejáramos y mantenemos después de tantos años, tras haber ejercido como profesores del IB Valverde, hoy IES Garoé a finales de los 70, terminaremos estas notas con un poema en esdrújulos, al modo de Cairasco (Romancero Sureño, edit. Mercurio):
Pequeño yunque férreo
en la frontera abismal del océano,
legendario triángulo,
hendido por mordeduras ciclópeas,
de acantilados vértices
donde reina el Garoé, dios de los árboles,
y su corte de guárzamos,
dotado por los designios empíreos
de fuentes arbóreas,
lagartos gigantes, pescadoras águilas
y costumbres atávicas
que preservan los pastores indígenas,
al compás de las chácaras
y tambores, cuando portan en su cámara,
cruzando toda la ínsula,
a su Madre serena y amantísima.