Segura de León-Cáceres Foto:Wikipedia |
Calcines es un apellido de fuerte arraigo en
Canarias desde los primeros tiempos de la incorporación de Canarias a la corona
de Castilla hasta el punto que su distribución geográfica en España todavía hoy
en día se concentra casi exclusivamente en las Islas y particularmente en Gran
Canaria.
Sus orígenes no son fáciles de determinar y
encontramos que las primeras referencias se localizan en Cataluña por ejemplo
cuando Guillem Romeu dona a Marta, viuda de Antonio Calcines, una esclava 1 o
Ramón y Francesch Calcines de Tárrega son mencionados en Els Llibres de
Privilegis de Tárrega: (1058-1473)2.
No mucho más tarde pero ya en una época posterior localizamos el apellido
nítidamente en Segura de León, Badajoz, donde Antón Calcines, clérigo e hijo de
Rodrigo e Isabel Calcines obtiene licencia para pasar a Perú en 1534, al igual
que su hermana María Díez Calcines que lo hace a Guatemala en 1557 con su
marido Gaspar de Giles. También Alonso Yánez Calcinas, hijo de Cristóbal
Calcinas, embarcó para Perú en 1562. Y Hernán López Calcinas originario también
de Segura de León falleció en 1608 en lo que hoy es Colombia.
No es de extrañar por ello que este apellido
en sus variantes Calcinas o Cancines se encuentre bastante extendido en Perú y
Venezuela donde tuvo desarrollo y descendencia con el paso del tiempo.
El diccionario geográfico estadístico
histórico de Madoz de 1849 ya hacía referencia al caserío de Cancines en la
localidad extremeña de Segura de León.
Teniendo en cuenta la afluencia de
conquistadores y pobladores desde Extremadura a las Islas Canarias, es de
esperar que el primer Calcines que encontremos en las Islas sea originario de
esa región, aunque es un extremo aún sin confirmar. Hablamos de Simón González
Cancines, hijodalgo avecindado en Agaete con su esposa Leonor Martín de Agaete
que en 1526 aparece en la relación de quienes firmaron el poder que darían a
Francisco Jáimez para protestar por la separación del incipiente núcleo urbano
de Guía del de Gáldar. Curiosamente como veremos más adelante será precisamente
en Guía donde se produce la eclosión de este apellido.
Un hijo de Simón González aparece mencionado
en el libro primero de defunciones de Gáldar el 19 de Marzo de 1525; “Ytem en
diez y nueve del dicho mes (se refiere a marzo), me dio Ximón González medio
real nuevo por abertura de una sepultura en que se enterró su hijo”.
También en 1524 se menciona a Jacome de
Cancine, residente en Gran Canaria quien reconoce que recientemente se había
convertido del Judaísmo.3
Es este un dato que quizás pueda explicar la completa desaparición del apellido
en la península ibérica y el difícil desarrollo del mismo en Canarias mostrando
sus descendientes una clara preferencia por otros apellidos familiares como los
González, Suárez o Sánchez en un intento tal vez de ocultar un posible origen
judío de la familia ya que es conocido el éxodo que hacia las Islas provocó la
persecución de la Inquisición en la península aunque, si bien durante un tiempo
pudieron encontrar acomodo en estas tierras, pronto se verían aquí también acosados
por la misma.
Iglesia de Santa María de Guía |
Un hijo de Simón González Cancines y Leonor
Martín de Agaete, de igual nombre que su padre, tendría al Capitán José
González Cancines que se uniría con María Suárez Sánchez de la Fuente,
descendiente de los Suárez Carreño de Sanlúcar de Albaida en Sevilla y del
Caballero de la Orden de Santiago Nicoloso Sánchez de la Fuente que llegó a
Lanzarote en los tiempos de la conquista.
Este enlace tendría una nutrida descendencia
que a su vez daría lugar a varias ramas de Suárez, Sánchez y también Calcines.
El primogénito, y también Capitán, Simón González Calcines nacido en 1590, en
Gáldar, se uniría a Catalina Valderrama y Tapia, hija de Pedro Quintana
Valderrama y de Isabel Ruiz de Herrera en 1613, en Gáldar, multiplicando su
descendencia, al igual que lo harían sus muchos hermanos, aunque la mayoría de
ellos heredarían también el apellido Suárez o Sánchez, abriéndose paso a duras
penas el apellido que finalmente tomaría la forma definitiva de Calcines.
Es de resaltar que con el matrimonio de José
González Cancines y María Suárez Sánchez de la Fuente se produce una fusión de
dos familias que portan el apellido del que hablamos, ya que él por parte de
padre es nieto del primer Simón González Cancines y ella por parte de madre es
nieta de Benito Sánchez Calderón de la Fuente Calcines, hijo de los
lanzaroteños Simón Sánchez Zambrana y Catalina González Calderón sin que
sepamos por ahora cuál de ellos aporta el apellido Cancines a sus
descendientes.
Son las dos ramas de Calcines que se
establecen en Gran Canaria, unos los descendientes del Capitán González
Cancines que tenderán en sucesivas generaciones a perder el apellido y otros,
los que descienden de Benito Sánchez Calcines (nieto a su vez del mencionado
Nicoloso Sánchez de la Fuente) que serán los que se irán estableciendo en Santa
María de Guía y algunos de cuyos descendientes permitirán la continuidad del
apellido.
En Moya encontramos en 1642, el matrimonio de
Fernando de Fiesco Cancines con Juliana Benítez, siendo este hijo de Salvador
Ramos Cancines y de Fabiana Fiesco Fernández de Córdoba que casarían en el
Sagrario de Las Palmas en 1608. Este Salvador era a su vez hijo del Alférez de
Gáldar Domingo Ramos Cancines, hijo del antes mencionado Benito Sánchez
Calcines. También algunos hijos del Capitán Simón González y Catalina
Valderrama celebraron matrimonios en la parroquia de Moya, como Juan González
Cancines en 1652 con María Rivero o Marcos Suárez de Quintana en 1661 con Ana
Hernández de Almeida, pero el apellido no sobreviviría habiéndose ya extinguido
en la siguiente generación.
Tampoco los encontraremos en Agaete pues no
será hasta 1760 que se data el nacimiento de Catalina, hija de Joseph Antonio
Ramírez y de Ángela Josepha Calcines vecinos del Valle cuyos abuelos maternos,
Pedro Calcines y Cathalina Hernández si eran vecinos de Guía.
Firma de Salvador Ramos Cancines en 1641 |
Los demás, aunque permanecerán en Gáldar
donde tendrán nutrida descendencia, también terminarán por dar preferencia al
apellido Sánchez o Suárez y no habrá continuidad del apellido Calcines hasta la
llegada al municipio de los que lo fueron heredando en la vecina Guía en una
época tan tardía como principios del XIX. El Alférez Domingo Ramos Calcines,
hijo de Benito Sánchez Calderón y de Anna Rodríguez Ramírez de Quiñones casado
en 1626 en Gáldar con María Vera (también llamada María Bilbao), hija de Alonso
Camacho y de Luisa Vera seria Ministro de la Inquisición. También el galdense
Andrés Saavedra Calcines hijo de otro Andrés Saavedra y de María Vera Calcines
aparece en 1639 dando fe de las últimas voluntades de Isabel de Zayas en Gáldar
y posteriormente en 1679 en Veracruz, México, siendo registrado en el Archivo
General de Indias como Andrés de Saavedra Cansines. Catalina Calcines, nacida
en 1613 en Gáldar, e hija de Juan González Calcines (hijo de Benito Sánchez) y
de Magdalena Téllez, aparece varias veces nombrada entre 1658 y 1662 en la
colección de manuscritos de la Inquisición que poseía el Marqués de Bute.
“Evidencias contra Catalina Cancines y Lucía de la Concepción, vendedora, por
brujería con una calavera de difunto, una canilla y el hueso de un brazo “.4
Será sin embargo en Santa María de Guía
donde el árbol del apellido Calcines tendrá por fin raíces y se irá
ramificando. A pesar de la prevalencia habitual en la época del apellido
materno, el apellido Calcines pudo continuar su prole y poco a poco ir
configurando su propia pervivencia si bien localizado en principio en Santa
María de Guía hasta que la emigración del siglo XIX amplió de forma considerable
el círculo de expansión. En Guía encontramos al que fuera Mayordomo de Gáldar
hasta 1599, Juan González Cancines que casaría en 1602 con Magdalena Téllez,
hijo también de Benito Sánchez Calderón y Anna Rodríguez Ramírez de Quiñones.
Pedro González Calcines, nacido en Guía en 1618 e hijo de este matrimonio de
Juan con Magdalena, sería escribano público en Las Palmas entre 1641 y 1647.
Años más tarde, Miguel Calcines se uniría a
Ana de la Concepción Silva en Guía hacia el 1675, quienes tendrían a Micaela, Timotea
y Josepha. Timotea casaría en 1704 con el tinerfeño Carlos de la Sierra Díaz
cuyo hermano Domingo Díaz había casado curiosamente en ese mismo año dos meses
antes con otra Timotea también de Guía, pero hija esta de Sebastián Pinto y de
Juana Santiago. Un hijo de Miguel y Ana, Juan Díaz Calcines enlazaría en 1744
con Isabel Yánez de Medina quienes tendrían a Antonio Calcines que fallecería
en 1811 durante la fiebre amarilla que asoló Guía en esas fechas, al igual que
lo hizo su hija María. Pero su hijo José que casó en 1819 con María Encarnación
de Medina tendría a José, Juan, Francisco, Manuel, a Josefa Antonia,
Encarnación y María cuyos descendientes portarían todos el apellido Calcines
hasta llegar incluso a quien suscribe.
Los éxodos migratorios del siglo XIX
llevaron a los Calcines a otras islas, a Tenerife hacia finales del siglo XIX
asentándose principalmente en la zona de San Andrés y Taganana para extenderse
después por el resto de la isla, a Fuerteventura en la misma época y como
tantos canarios emigrantes a América, Cuba especialmente, en donde
multiplicaron el apellido con creces, a pesar de que por ejemplo entre 1850 y
1857 de las 281 personas que emigraron desde Guía hacia América identificadas
por Pedro González-Sosa (González Sosa, P., 1987)5,
solo encontramos 3 con el apellido Calcines.
La Revolución Cubana dio lugar a una nueva
emigración de los Calcines que buscaron en Estados Unidos un nuevo lugar donde
vivir. El apellido continuó creciendo en toda la región del sur de la Florida
estando muy extendido tanto en la isla Caribeña como en la región de Miami.
También algunas familias se desplazaron hacia Venezuela y Argentina como puntos
de destino migratorio.
Pero ya antes de esos movimientos es de
destacar que hubo una familia de Calcines que hasta hoy había pasado
desapercibida para la historia. Se trata del matrimonio formado por Pedro
Calcines, hijo de Juan Calcines, y Sebastiana Josefa Moreno, ambos nacidos en
Guía él en 1751 y ella en 1741 quienes embarcarían con sus cuatro hijos también
nacidos en Guía, Antonia, Juan José, María Candelaria y Catalina en el barco
San Juan Nepomuceno en 1778 desde Tenerife rumbo a la Louissiana en busca de
una nueva vida en tierras americanas. Y han pasado desapercibidos por un error
de transcripción de quienes han estudiado la emigración Canaria a Louissiana al
identificarlos erróneamente como la familia Cansiles. Una vez allí sus hijos se
unirían a otras familias canarias aunque el apellido terminaría, una vez más,
por perderse.
Este relato sobre el apellido Calcines sirva
para dejar constancia de las dificultades para el desarrollo de un apellido que
hoy en día portan menos de medio millar de personas en Canarias y que es además
propio de las Islas al desarrollarse de forma específica y diferente de sus
formas originarias de Cancines, Calcinas, etc.
Es además necesario decir que aún hay
lagunas que cubrir en la historia de este apellido cuya investigación aún no
está completa pero que con el tiempo y paciencia irá dando sus frutos, para lo
que desde aquí se invita a la participación de quienes quieran aportar o
recabar información y que pueden hacerlo dirigiendo sus cuestiones o
aportaciones al correo electrónico genealogia@calcines.es
Para terminar, un par de ejemplos de la
canariedad implícita en el apellido Calcines en dos personajes de ficción, como
los que inspiraron al articulista de Carrizal de Ingenio, Agustín Ramírez
Alemán con su personaje Juan Chirino “Calsines” que narraba sus aventuras de la
emigración en Cuba o el no menos conocido personaje de Francisco Guerra Navarro
(Pancho Guerra) Pepe Monagas, cuya señora se llamaba Doña Soledad…”Carsines”.
NOTAS
1 ARMENTEROS MARTÍNEZ,I.:‘Si tu non delinquiris’ Conflictividad en torno a la esclavitúd en la Barcelona tardomedieval. Anuario de Estudios Medievales (AEM), 38/2, julio-diciembre 2008,
pp. 969-1007. ISSN 0066-5061.
2 GONZALVO i BOU, G.: Els Llibres de
Privilegis de Tārrega: (1058-1473), Fundació Noguera, 1997
3 WOLF,L.: Jews in the Canary Islands, being a Calendar of Jewish Cases extracted
from the records of the Canariote Inquisition in the collection of the Marques
of Bute. Londres, 1926.
4 GRAY
BIRCH, W., Catalogue of a Collection of original Manuscripts formerly
belonging to the Holy Office of the Inquisition in the Canary Islands
and now in the possession of the Marquess of Bute, Edinburgh and
London, 1903
5 GONZÁLEZ-SOSA, Pedro. “Contribución al
estudio sobre la emigración canaria en el siglo XIX: los que emigraron a
América desde Guía de Gran Canaria, 1850-1857”. En: VI Coloquio de Historia
Canario-Americana (1984), t. I, 1ª parte. [Las Palmas de Gran Canaria]: Cabildo
Insular, 1987, p. 165-174.