domingo, 11 de agosto de 2013

ASCENDENCIA ANDALUZA Y FRANCESA EN EL SEÑORÍO EPISCOPAL DE AGÜIMES (I)

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA
JUAN R. GARCÍA TORRES
A. JUAN BERMÚDEZ, DEÁN DE LA DIÓCESIS RUBICENSE
Manuel Lobo en su obra La Conquista de Gran Canaria, en el capítulo Los jefes de la hueste, nos traslada acerca del personaje histórico conocido como Deán Juan Bermúdez, las siguientes notas:
“Dice Sedeño de este religioso que era caballero natural de Sevilla, hombre de buen juicio; se incorpora junto con Juan rejón en la primera armada que se organiza en Sevilla. Vino nombrado por el Obispo Juan de Frías como representante de la Iglesia en misión de conquistador y evangelizador, acompañado de su hermano Ordoño Bermúdez. Fue uno de los enemigos más constantes que tuvo Juan Rejón, implicado en la oposición junto con Pedro de Algaba... Después del apresamiento y muerte de este, el deán fue desterrado a Lanzarote. Se dice que en 1480 participó en la conquista de Granada y que en 1488 fue nombrado deán de la diócesis de Málaga donde murió entre 1502 y 1508”
Navegando por la red hemos encontrado una curiosa polémica acerca del papel jugado por el Deán Bermúdez en la Historia de Canarias en una publicación antigua, nada menos que de 1792, titulada Conversaciones históricas malagueñas escrita por el Presbítero Cecilio García Leña.
“Por lo que consta en el archivo de esta catedral (Málaga) se ven las muchas equivocaciones y calumnias que contra el decoro y buena fama de nuestro Deán esparció Viera y Clavijo en su Historia de las Islas Canarias. Allí dice que en 1480 fue sentenciado Pedro de Algaba a perder la cabeza en un cadalso y el deán Bermúdez a destierro perpetuo de la isla por amotinador y sedicioso; y el desterrado don Juan Bermúdez, manchado de la sangre de los canarios, fue recibido en Rubicón como un San Juan Crisóstomo, bien que algunos días después perdió la vida, devorado de pesadumbres, y antes dice que era un eclesiástico faccionario y de malas costumbres, inquieto, traidor,…Sin más que esto, se ve lo nada instruido que estaba este autor en la vida de nuestro deán cuando pone su muerte en Rubicón, año 1480, sin saber que los Reyes Católicos honraron su fidelidad y servicios con varios repartimientos y con el deanato de esta catedral (Málaga) que obtuvo hasta el 1508. En mayor prueba de la fidelidad con que nuestro Deán Bermúdez sirvió a los RR. CC. en la conquista de Gran Canaria están los repartimientos de heredamientos de viñas y tierras que en ella le dieron sus altezas en premio de sus buenos servicios. Así consta en una escritura de donación irrevocable que hizo de ellos a su sobrino Pedro Bermúdez, hijo de Ordoño Bermúdez, su hermano difunto, la que otorgó en Málaga ante Antón López en 19 de octubre de 1502”
Comentarios sobre el debate planteado:
-La defensa que hace el presbítero malagueño de su aguerrido deán trayendo a colación los repartimientos ganados en la conquista de la isla no discrimina el hecho de que recibieron igualmente tierras todos los participantes en la guerra así como multitud de repobladores con el simple compromiso de formar familia y avecindarse. Dando por sentado que obtuvo repartimientos, no creemos que dichas tierras estuvieran situadas en el Señorío Episcopal de Agüimes puesto que en los protocolos de su escribanía no han quedado huellas del sobrino al que lega sus propiedades canarias. Aunque hay continuas referencias en los protocolos a las tierras del deán estas se refieren al sucesor de Juan Bermúdez, Zoilo Ramírez.
-El deán Juan Bérmúdez, a pesar del cargo que ostenta y de los repartimientos obtenidos, no parece haber sido de la entera confianza del Obispo Juan de Frías quien, por su edad y ocupaciones, se vio obligado a delegar en él las tareas militares y espirituales de su diócesis. Nuestros datos indican que Juan de Frías fue Obispo de Rubicón entre 1474 y 1483, año en el que fallece. Sin embargo podemos atestiguar que el deán ostentaba ese cargo con anterioridad, durante el obispado de Fray Juan de Sanlúcar (1470-1474), como así se comprueba en el siguiente protocolo rescatado por Francisco Morales Padrón del Archivo de Sevilla (AEA nº7) de 9 de julio de 1472:
“El bachiller Marcos de la Cuadra… e don Juan Bermúdez (Deán de Rubicón, vesyno de Sevilla) deben a Juan de Madrid 12 quintales de buen aseyte de olivas…” (F.S.P s/f)
-Es sabido que las continuas disensiones entre Rejón y Bermúdez durante la primera fase de la guerra de conquista (1478-1480), agravadas con el nombramiento como primer gobernador de Pedro de Algaba, fueron determinantes en el fracaso de las primeras campañas. Si el duunvirato fue mal, el triunvirato acabó como el rosario de la aurora.
-Algaba, como sabemos, fue llevado al cadalso y degollado por sus presuntas y no probadas negociaciones con los portugueses, hábil excusa para quitarlo de en medio, a la par que se le acusaba de tiranía, afrentoso lenguaje y avaricia, pecados a los no era ajeno ninguno de los contendientes.
-Bermúdez, aunque amparado por su condición clerical y por la presencia de su hermano, el capitán de gentes de a caballo Ordoño Bermúdez, fue obligado a dejar la isla para dedicarse a tareas espirituales y militares en otro frente: el de la guerra de Granada. Una vez acabada esta, ejercerá efectivamente como deán en el Obispado de Málaga hasta su muerte acaecida antes de 1508.
-Y Juan Rejón, por último, aunque se le restituye inicialmente en su puesto al frente de
El capitán Juan Rejón, despótico personaje que desterró al deán
la conquista, muy pronto va a ser defenestrado por los reyes por la suma de sus errores, entre otros, su larvado conflicto con los señores de las islas que será determinante de su muerte a manos de las mesnadas indígenas de Hernán Peraza, tras su desembarco, no fortuito, en La Gomera.
-A favor del panegirista malagueño diremos que Miguel Ángel Ladero en sus Cuentas de la Conquista de Gran Canaria nos aporta una prueba indiscutible del reconocimiento real al noble hidalgo Juan Bermúdez. Consta en dichas cuentas que, en 1484, el año posterior a la capitulación, el contino regio Antonio de Arévalo anota el pago, “a cuenta de lo que ha de ver”, de seis mil maravedíes a favor del deán. En el renglón siguiente se contabiliza el pago de ocho mil maravedíes al mismísimo Alonso de Lugo con lo que se confirma, al más alto nivel, que nuestro personaje obtuvo importantes réditos de su fracasada aventura canaria.
-El deán Bermúdez, según Millares Torres, había sido nombrado capitán de la conquista en virtud de sus dotes militares y, asimismo, en virtud de su conocimiento de la lengua y costumbres de los canarios. Quizá ese conocimiento lo obtuviera del contacto con sus fieles de la iglesia lanzaroteña de San Marcial de Rubicón, pues se sabe que viajó repetidamente a las islas. Entre aquellos fieles pudo estar la mismísima Luisa de Betancor (la guayarmina Tenesso) a quien probablemente bautizara y dirigiera “espiritualmente”.
B. ORDOÑO BERMÚDEZ Y SU DESCENDENCIA
Es uno de los hermanos del Deán, Ordoño Bermúdez, quien ocupa la primacía en el cuadro genealógico que hoy les mostramos. Esto es lo que Cebrián Latasa nos dice, en su Diccionario de conquistadores, acerca de este singular personaje:
“Abreu Galindo lo da como conquistador de Gran Canaria y noble hidalgo. Hermano del deán Juan Bermúdez …dejó sucesión en dicha isla. Murió antes de 1502. Uno de sus hijos, Pedro Bermúdez, el 19 de octubre de 1502 recibió en donación los bienes del deán. Otro, Lorenzo Ordoño, casó con Lucía de Cervantes y fundaron familia estable en la isla. AHPLP”
Conjeturamos que Ordoño Bermúdez debió tomar partido por el partido de su hermano en el famoso cabildo que recoge Abreu Galindo en el que se negocia qué hacer con Juan Rejón si este regresa de Castilla, en el que se llega al acuerdo de no permitir su entrada. Así nos lo cuenta Marín de Cubas en su Historia de las siete islas de Canaria:
“Sabidas en Castilla las revueltas que había en las islas se nombró por capitán y almirante de cuatro navíos con gente de guerra a Pedro Fernández Cambrón y por obispo del Rubicón, que viniese a Canaria a las composiciones de Juan Rejón, a Juan de Frías…Llegó a Canaria a dar fondo en el puerto de las Ysletas día doce de agosto; fue bien recibido como deseado de todos el obispo y bien hospedado del deán y del gobernador…tractose sobre la prisión de Juan Rejón, si fue o no justa, hubo sobre ello varios largos pareceres y consultas y formose de ello cabildo porque se halló instrumento
Playa de Cabrón (referido al conquistador Pedro Cabrón) y bahía de Gando
que trae el padre fray Juan Galindo en su manuscripto de conquista: en la torre del Real de las Palmas se hallaron presentes el obispo don Juan de Frías, que alegaba en la persona de Juan Rejón, el deán Bermúdez y Pedro Algaba en sus razones y los que se siguen: Pedro Hernández, almirante de la mar, Alonso Jáimez, alférez mayor, Hernán Peraza de Herrera, el capitán Ordoño Bermúdez primo del deán, el capitán Alonso Fernández de Lugo, Francisco de Espinosa y otros caballeros, el alcalde mayor esteban Pérez de Cabitos y alguacil mayor Esteban de Valdés ante Pedro Angelo escribano en dicho día doce de agosto…”
Es bien conocido que el acuerdo adoptado no pudo cumplirse puesto que el avieso Juan Rejón, entrando a hurtadillas en El Real después de haber desembarcado de noche, impuso su presencia por la fuerza de las armas y de la cédula real que lo restituía en su puesto en una sonada aparición que Marín de Cubas describe de este modo:
“El día 3 de la Cruz de mayo estando el deán diciendo misa en San Antón al tiempo de sanctus, muy descuidado de semejante caso, entró en la iglesia con su guarda a la puerta y habiéndose arrodillado dio una risotada muy grande de manera que en la iglesia se levantó un gran bullicio hasta acabar la misa, momento en el que (Juan Rejón) prendió y puso en fierros al gobernador Algaba, el cual no acertó a decir palabra, y al deán, que salió de la sacristía tartamudeando, temblándole manos y pies, le prendió también y el ser sacerdote le valió la vida…”
Del tal Ordoño Bermúdez, hermano del deán, no primo como dice Abreu, postulamos que no debió padecer represalias pues consta en Marín de Cubas que como capitán de a caballo fue uno de los fundadores del Telde colonial, ciudad que hoy le dedica una calle. En uno de los testamentos de Inés Peraza, sin embargo, el dictado en Sevilla en 1482, la Señora de las Islas lega diez mil maravedíes a Inés, hija de Ordoño, con la condición de que sirva tres años más a Constanza Sarmiento, una de sus hijas, lo que nos hace pensar que la suerte del capitán pudo estar más ligada al Señorío de Canarias después del destierro de su hermano.
Un hijo de Ordoño Bermúdez llamado Lorenzo Ordoño contrajo matrimonio con Lucía Cervantes, también sevillana, hija de un supuesto conquistador de dicho apellido que no consta en la nómina realizada por Manuel Lobo. En el Registro del Sello (documento nº 58) tenemos constancia, no obstante, de que, a 13 de abril de 1480, se otorgan poderes en Toledo a un alto dignatario de la Hermandad de Andalucía que lleva dicho apellido:
“Comisión y poder cumplido a Diego de Merlo, asistente de Sevilla y al cronista Alonso de Palencia, ambos del Consejo Real y a Pedro de Cervantes, diputado provincial de la Hermandad, y a Juan de Lugo, vecinos de Sevilla para que entiendan en todo lo concerniente a la conquista de Gran Canaria y puedan enviar navíos, gentes y mantenimientos a dicha conquista con respaldo real”. El Rey y la Reina.
Estaríamos pues con Pedro de Cervantes, más que probable familiar de Lucía, ante un conquistador en el sentido amplio del término que incluye no solo a los que guerrean sino también a los que colaboran financieramente con los ejércitos reales y su mantenimiento. Un deudo del tal Pedro de Cervantes que lleva su mismo nombre, clérigo de profesión, fue, por decisión real, presentado para el cargo de racionero de la Iglesia de Canaria en 1509; en 1518, el Rey emitirá de nuevo una carta al obispo de Canaria proponiéndolo esta vez, es decir designándolo, para una canonjía de la misma Iglesia Catedral. En 1522, por fallecimiento de un tal Diego de Cervantes, se presenta un nuevo clérigo para hacerse cargo de una capellanía que este había dejado vacante. Tenemos pues a principios del XVI al menos a dos Cervantes como prebendados de dicha Catedral, probables familiares entre sí y del que, tiempo atrás, había sido Arzobispo de Sevilla: don Juan de Cervantes y Bocanegra (1382-1453).
Uno de los dos, presumimos que Pedro, el primero de los citados, es el canónigo que otorgará dote en especie (una jurria de cabras majoreras) para el casamiento de su sobrina Juana Melián, la esposa de Juan Alemán el viejo. Colegimos por tanto que el tal Pedro Cervantes es hermano de Luisa Bermúdez e hijo de Lucía Cervantes y Lorenzo Ordoño. El hecho de que uno de los hijos de Juana Melián se llame igualmente Pedro Cervantes es un firme respaldo de esta deducción.
Otra mujer que porta este ilustre apellido puede quizás contribuir a explicarnos “la conexión majorera” de los Cervantes y de su descendencia. Se trata de doña Violante de Cervantes, primera esposa de Sancho de Herrera el viejo, gobernador de Fuerteventura, hijo del autodenominado rey de las islas Diego de Herrera y de su esposa Inés Peraza. De la tal Violante, nos refiere Peraza de Ayala en uno de sus estudios genealógicos, que era sobrina del citado cardenal de Sevilla y que no tuvo descendencia de su matrimonio por fallecer tempranamente.
El matrimonio entre Lorenzo Ordoño y Lucía Cervantes sí tuvo descendencia, y numerosa, como se refleja en el libro primero de bautismos de la Catedral de Las Palmas, ciudad en la que les nacieron: Juana en 1504, María en 1507, Gaspar en 1510, Baltasar en 1512 y Catalina en 1519. No hay constancia sin embargo en este libro del nacimiento de Luisa Bermúdez, nuestra ascendiente, pero no dudamos que el evento se produjo en torno al cambio de siglo, no sabemos bien si en Sevilla o en Las Palmas. Hacemos esta deducción a partir del hecho contrastado de que una hija de Luisa, llamada Juana Melián Ordoño, casó alrededor de 1540 siendo entonces muy joven pues tuvo al menos once hijos de su matrimonio con Juan Alemán el viejo, tal y como consta en el testamento que dicta su marido en 1590. Ella habría nacido por tanto en torno a 1520, por lo que Luisa Bermúdez, su madre, debió nacer en torno al 1500.
Luisa Bermúdez y Ordoño casará con otro destacado representante de la colonia andaluza: el sevillano Hernando Díaz de Morón. Cristina López Díaz en su artículo Repobladores de las tierras de Telde y del Señorío de Agüimes nos refiere que son tres los hermanos Díaz de Morón (Gonzalo, Benito y Hernando) los que pululan por las islas. Del tal Hernando nos consta su vecindad en Sevilla tal y como se comprueba en el siguiente protocolo dado en Sevilla a 21 mayo de 1529 en el que Hernando parece actuar como procurador de causas:
“Luis Mejías (vecino de Sevilla) da poder a Hernando Díaz de Morón (también de Sevilla) para que cobre a los Inquisidores de la Isla de Gran Canaria el importe que Juan de Tarifa, (vecino de Sevilla, estante en dicha isla, que fue preso por mandato de dichos señores y ya difunto) cobró por la venta en su nombre de unas tierras de pan y azúcar que tenía en dicha isla; y también para que cobre a Cristóbal de San Clemente y a Juan de Ceberio las cantidades que le deben tanto de renta de dichas tierras como de los precios por que las vendió (F.C. 3º, fol 35 v)
Hija de Hernán Díaz de Morón y Luisa Bermúdez es la ya citada Juana Melián Ordoño que, como ya dijimos, debió nacer en torno al año 20. Antes de continuar su línea hay que reseñar igualmente el nacimiento en Las Palmas en 1538 de Diego, otro hijo de Hernán y su mujer, aunque no estamos seguros de que esta sea la misma dada la importante diferencia de edad entre ambos hermanos. Pensamos que sí por cuanto al bautismo de Diego acuden como padrinos autoridades eclesiásticas tan relevantes como el Arcediano don Juan Jiménez y el Señor don Juan de Vivas Maestreescuela de la catedral. Atención al hecho de que aparece junto a ellos, como madrina, una tal Susana Martín de la que más tarde hablaremos.
Con Juana se pierde el apellido Bermúdez en el cuadro que les mostramos y aparece el ilustre apellido Melián, cuyo primer portador en las islas fue, como es bien sabido, a comienzos del siglo XV, el conquistador normando Jean Mélian. El que Juana lo porte puede venir dado por el hecho de que su abuela, Lucía de Cervantes, puede ser la hija de un Cervantes de Andalucía y de una Melián de Fuerteventura o viceversa, pues nos consta que Juana lleva al matrimonio extensas propiedades de tierra en dicha isla que hereda de sus padres.

C. EL APELLIDO ALEMÁN EN GRAN CANARIA
Juan Alemán el viejo, esposo de Juana Melián, fue una persona sobresaliente en Agüimes, la Cámara o Señorío Episcopal que integraba el territorio de los actuales municipios de Agüimes, Ingenio y Santa Lucía de Tirajana. De hecho, en los años 60 del siglo XVI, Juan llegó a ostentar diversas responsabilidades comunitarias como la de alcalde de aguas de la Heredad. Aunque llegó a ser un importante propietario de tierras y heredero de aguas, inicialmente tuvo que arrendar tierras de otros para ponerlas en explotación. El siguiente protocolo datado en Las Palmas en 1552 ante Hernán González nos avisa de su carácter emprendedor:
“Arrienda Jacomina Arnao, vecina, por poder que tiene de Cosme Spíndola, su marido, a Juan Alemán, vecino, una suerte de tierra que se dice la longuera en el término de Agüimes para que la siembre de trigo…En la suerte pueden haber tres fanegadas de tierra en sembradura”.
Sobre la ascendencia de este personaje, tronco de los Alemán del sureste, y creemos que de toda Gran Canaria, vamos a proponer una reconsideración de lo que hasta ahora se ha señalado acerca de su origen, no sin antes dar por sentado que en el 1500 existen diversas personas no necesariamente relacionadas entre sí que portan dicho apellido.
Es fácil de entender que esto ocurra por cuanto Alemán es un gentilicio que designaba a una parte de los habitantes del Gran Ducado de Borgoña. Dicho ducado, que integraba las tierras del actual departamento francés de Borgoña y los actuales Países Bajos, constituía un estado medieval con cierta dependencia del reino de Francia. A principios del siglo XVI este territorio se partirá en dos mitades quedando la Borgoña propiamente dicha para el reino de Francia y el Artois o Flandes para la Corona española. Por entonces, cuando aún estaba unificado, se denominaba alemanes a los oriundos del Ducado que se correspondían con los Países Bajos de habla francesa, lo que hoy se correspondería aproximadamente con el reino de Bélgica. Nada que ver por tanto el significado del término “alemán” en aquellos tiempos con el que tiene en nuestros días.
Todos los Alemán de la Gran Canaria de principios del siglo XVI bien fueran estantes o vecinos, en ningún caso naturales de esta isla, tenían pues en común su origen más o menos remoto en aquellas tierras. Exploraremos distintas posibilidades:
POSIBILIDAD 1: MERCADERES JUDEOCONVERSOS
Mercaderes fueron sin duda los hermanos Juan y Martín de Alemán, hijos de Martín Alemán, vecinos de Sevilla, que comercian con las islas desde finales del siglo XV. El segundo de los hermanos, Martín, reconciliado por mantener prácticas judaizantes, casado con Beatriz de Toledo, establecerá su residencia en la Villa de Agüimes, lugar donde fallece en los años 30 del siglo dejando como herederos de sus inmensas propiedades a sus hijos Juan de Ayala y María Martínez con los que al parecer se pierde el apellido.
El protocolo que les mostramos a continuación, datado en 4 de marzo 1509 en Valladolid (Documentos canarios en el Registro del Sello), creemos que está referido a Juan, el hermano mayor del tal Martín, quien no llegó a avecindarse en la isla aunque la visitaba de continuo:
“Emplazamiento contra Juan de Tarifa y Juan Alemán, francés, mercaderes estantes en Gran Canaria para que en un plazo de 120 días comparezcan ante los contadores mayores para declarar en el pleito que tienen pendientes con Pedro de Alcázar, arrendador de los derechos del dos por ciento en dicha isla por apelación de Francisco de Buitrago…a una sentencia del bachiller de la Coba, alcalde de la citada isla que eximió a Juan de Tarifa y Juan Alemán de las cantidades que adeudaban de dichos derechos desde el 1 de enero al 26 de mayo de 1508”.
El documento es muy valioso. Nos dice, entre otras cosas, que existen estrechos lazos entre Juan de Tarifa, mercader sevillano, y este Juan Alemán, a quien se identifica como francés; ambos, al parecer, han sido eximidos del pago de determinados tributos por el alcalde de la isla Cristóbal de la Coba. Un año después, a pesar de haber ganado el pleito, el recaudador de las rentas reales sigue sin cobrar por lo que este demanda de nuevo el cumplimiento de la ejecutoria real. Nos preguntamos quién era este alcalde y por qué favorece a estos mercaderes. ¿Formará parte como ellos de la colonia de judeoconversos que pulula por las islas? La cuestión la resuelve Alberto Anaya en su artículo Los judeoconversos y la creación de la Inquisición canaria a través de un documento inédito cuando, en referencia al privilegiado estatus que algunos conversos mantienen en las islas, dice:
“Los había dueños de ingenios como, en Gran Canaria, Gonzalo de Burgos, Alonso Gutiérrez, Juan de Herrera, Alonso de Matos, Martín Alemán, Cristóbal de la Coba…”
Millares Torres en su obra Historia de la Inquisición en Canarias (p. 99-100) nos aporta cumplida información acerca del segundo de los personajes citados, Juan de Tarifa, condenado en el Auto de Fe de 1530:
“Este era natural de Sevilla y residente en Canaria, mercader, hijo de Diego de Tarifa, converso, y de Catalina López, reconciliada. De creer es que, no viendo medios de salvarse y no queriendo sufrir la pena que le aguardaba, encontró los medios de darse la muerte en su calabozo, ahorcándose él mismo de una viga, como en efecto así lo ejecutó. Sus huesos permanecieron en depósito esperando el fallo de su proceso y, cuando llegó la orden de que fuese relajado, su cadáver encerrado en un ataúd fue entregado también al brazo seglar y consumido por la hoguera junto a su estatua. En la sentencia se previno asimismo que sus bienes fueran confiscados desde 40 años atrás, y sus hijos, por la línea masculina hasta el segundo grado y por la femenina hasta el primero inclusive, declarados inhábiles y privados de oficio”.
Se preguntarán los lectores, en este momento, a cuento de qué viene hablar de Juan de Tarifa cuando estamos tratando de desentrañar el origen del apellido Alemán en Gran Canaria. Rogamos paciencia. De los papeles del Marqués de Bute hemos hecho un extracto de la declaración de una testigo, que sirvió, entre otras pruebas, para incriminar al mercader sevillano. Han de saber que el fiscal que toma la declaración es el bachiller Juan de Fullana quien curiosamente, tras la condena, se va a convertir en el nuevo dueño de las tierras de Aguatona, colindantes con las de Martín Alemán, que habían pertenecido al reo:
“En 10 de febrero de 1528 la esclava de Pedro de Escalona María, morisca de piel blanca, vecina de la Ciudad Real de Las Palmas, citada por el Inquisidor Luis Padilla, declaraba ante el Fiscal en contra de Juan de Tarifa, que en aquellos momentos era prisionero del Santo Oficio, diciendo que dos años atrás, más o menos, la esclava morisca de Juan cocinaba el puchero sin emplear jamón ni tocino…”
Juan de Tarifa estaba pues detenido desde principios de 1528 y eso explica que poco tiempo antes, en agosto de 1527, haya firmado un oneroso contrato con el también mercader Luis Fernández, vecino de Moguer y estante en Gran Canaria. Ante el escribano Cristóbal de San Clemente, Juan de Tarifa concierta todos sus negocios canarios con Luis Fernández (el padre del escribano Luis Fdez. Rasco) durante un periodo de 3 años (Protocolo 154 del libro de Manuela Marrero La esclavitud en Tenerife). Las condiciones eran tan desventajosas para el ofertante que más que concertar los negocios parece estar saldándolos para huir cuanto antes de la ciudad por temor a ser ajusticiado. La cláusula de dicho contrato que tiene interés genealógico preferimos copiarla textualmente:
“Luis Fernández tendrá en la tienda a Juan, sobrino de Juan de Tarifa, de 15 años, sin que pueda echarlo mientras le sirva bien; en otro caso deberá mandarlo a Castilla si el muchacho así lo quisiere. Recibirá de salario 25 doblas de oro por todo el tiempo, unos zapatos, vestidos y camisas hasta 5 doblas, además de la comida y bebida”
¿Puede ser este nuestro Juan Alemán? Nuestra conjetura es que este muchacho es hijo y no sobrino de Juan de Tarifa pues es claro que, asignándole un parentesco en tercer grado, lo libra de la posibilidad de ser inhabilitado en caso de condena. En el libro primero de bautismos de El Sagrario creemos haber localizado el registro de su nacimiento:
“A primero de julio, ydem (1513), baptiso el bachiller Juan Gracia a Juan, criado de Luis
Inscripción del bautismo
Álvarez, fueron sus padrinos Juan de Tarifa e Beatriz Sánchez mujer de Alonso Sánchez albardero.”
En el artículo ya citado de Alberto Anaya se hacen múltiples referencias al mercader Luis Álvarez, amo del recién nacido, quien llegó a ser almojarife de la isla en 1520. En las pesquisas realizadas por la Inquisición algunos declarantes lo señalan como rabino de los judíos y a su casa como sinagoga en Las Palmas a la que acudían numerosos conversos, entre ellos los Alemán. En dicho artículo se señalan asimismo las circunstancias de su apresurada huída a Madeira, con la complicidad del también almojarife Juan de Herrera, cuando Luis Álvarez fue informado de que venían a prenderle desde Sevilla.
El que en su edad adulta aquel niño nacido en 1513 pueda llevar el apellido Alemán podría estar relacionado con la curaduría de alguno de sus socios o deudos borgoñones. Tanto Juan como Martín Alemán pudieron asumir, puesto que eran socios y cofrades, la tutoría del joven huérfano tras la inmolación de su padre, del que rápidamente ocultarían su origen sacándolo de la ciudad de Las Palmas. Mi conjetura es la de que Martín o Juan Alemán, que tienen asimismo negocios en Tenerife, pudieran haber trasladado al joven huérfano, dejándolo bajo la custodia de algunos familiares o amigos de la colonia judeoconversa de dicha isla.
Otra posibilidad que no nos resistimos a comentar es la de que Juan sea efectivamente un sobrino y ahijado de Juan de Tarifa y de que su padre haya sido Juan Alemán que en uno de sus viajes pudo haber empreñado a una de las criadas o esclavas de Luis Álvarez.
POSIBILIDAD 2 CONQUISTADORES ALEMANISCOS
En el siguiente documento, datado en 16 de enero de 1500 en Sevilla, hemos rastreado la pista de otro Juan Alemán con importantes propiedades en Telde que no parece tener relación familiar con los ya citados:
“Poder de Jácome de Sopranys (mercader genoves, estante en Sevilla) a Juan Ortiz (mercader, vecino de Sevilla) para que en su nombre pueda entrar en la tenencia y posesión de un "yngenio" de fazer azúcar qu'es en la Ysla de la Gran Canaria, en la villa de Telde (…) e más pueda entrar en posesyón de ocho suertes de tierras de regadío, de cañaverales (…) que están puestas de cañas las cinco suertes dellas; que son: las quatro e media suertes en la Vega de la Fuente, de la dicha villa de Telde, …e la otra media suerte, (…) que se tiene en linde con tierras de los herederos de Juan Alemán (…); e con las aguas e otras cosas que las dichas ocho suertes de tierra e cañaverales tienen anexas e pertenecientes; y las pueda tener por razón que dicho Diego de Cabrera (marido de Francisca de Betancor, vecino y Regidor de la dicha Ysla de Gran Canaria) me ovo vendido todo ello … por tributo e censo perpetuo de 200 arrobas de azúcar blanco, por contrato público que pasó ante Francisco Ruiz de Porras, escrivano público de Sevilla; y da poder para administrarlo al dicho Juan Ortiz”. (F. SE., l º, fol. 304 v).
Dada la calidad de las tierras de regadío que se describen como colindantes a las de sus herederos, situadas en plena vega teldense, opinábamos que este Juan Alemán, fallecido antes del 1500, podía ser el conquistador denominado Juan de Alemania citado en las crónicas. Cebrián Latasa se refiere a este personaje en su Diccionario de conquistadores con estas notas: de nación francés recibió tierras en repartimiento en el término de Las Palmas. Su hijo, Juan de Alemania, estuvo casado con Isabel Tamarís, llamada también Isabel Romera, y fueron padres de Ana, María, Catalina, Carlos, Rodrigo e Inés nacidos entre 1515 y 1525 (Libro 1º de Bautismos de El Sagrario).
Sin embargo, en su libro Los primeros pobladores de Las Palmas, Manuel Lobo y Benedicta Rivero nos cuentan que, en virtud de una orden real, a principios de siglo, a este último Juan de Alemania, el casado con Isabel de Tamarís, le fueron secuestrados sus bienes (casas, oro, plata, azúcar) por ser cosas pertenecientes a súbditos del rey de Francia. En 1513 sin embargo se ordena la restitución de las propiedades cuando su procurador acaba por demostrar que residía en Gran Canaria con su mujer y hacienda desde hacía muchos años.
Por tales razones, nos resulta muy extraño que este personaje, si efectivamente es el hijo del conquistador, no utilice tan importante argumento en su defensa para que le sean devueltos los bienes alzados. Debe tratarse por tanto, como defiende Manuel Lobo, de otro mercader de igual apelativo que formaría parte de la red mercantil borgoñoña radicada en Sevilla y que opera en las islas. Lo cierto es que las hijas de Juan de Alemania que tenemos localizadas en Telde: Ana, Catalina e Inés (Protocolos de Fernández de Chávez) adoptan el apellido Tamarís de su madre y reniegan del de su padre.
Quizá el Juan de Alemania que participa en la conquista pueda haberse asentado en el norte de la isla. Podría plantearse que quizá este pueda ser el ascendiente del vecino de Gáldar Rafael Alymán, casado con Teresa de Betancor, personaje del que tenemos unas pocas huellas documentales: en 1526 es uno de los firmantes del poder para enfrentarse a los secesionistas de Guía y en 1528 aparece citado en el libro primero de sepulturas de la Iglesia de Santiago con motivo del enterramiento de una hija.
En la villa de Guía se instaló uno de los hijos de dicho matrimonio, a quien impusieron como a su padre el nombre de Rafael. Este Rafael de Alimán el mozo, casado con Florencia Ruiz, bautizará a sus tres últimos vástagos en los años 70 del siglo XVI, tal y como consta en el libro primero de su iglesia que, como sabemos, inicia sus registros en 1569 (Con esto queremos decir que tuvo descendencia anterior no registrada) Florencia según se señala en el original de la partida de matrimonio es hija de Álvaro de Mendaña y de la ya fallecida por entonces Francisca Rodríguez Marentes.
Tenemos pues una segunda posibilidad abierta en el norte de Gran Canaria y es que el conquistador Juan de Alemania citado en las crónicas puede ser el origen de los Alemán que prosperan en esta isla. Reconocemos no tener sin embargo apoyo documental alguno para sustentar esta teoría. Bien al contrario sabemos que en 1529 un vecino de Gáldar reconoce ante el escribano de las villas norteñas que debe a Alonso Alemán, almojarife de la isla, 66 reales de plata nuevos. De nuevo aparece el apellido Alemán, también en el norte, ligado a la presencia de mercaderes borgoñones que ejercen de almojarifes por lo que nos planteamos el descarte de esta posibilidad a la vista de que no hay pruebas de la permanencia de Juan de Alemania en la isla.
Por interés didáctico quizá venga a cuento reseñar la definición del término almojarife en los textos medievales:
“Almojarife es palabra de arábigo que quiere decir tanto como oficial que recauda los derechos de la tierra por el rey.. y este debe ser rico y leal y sabedor de recaudar y aliñar y de acrecer las rentas y debe hacer las pagas a los caballeros y a los otros hombres según manda el rey…”
POSIBILIDAD 3: REPOBLADORES “DE LAS ISLAS”
Otra de las vías que hemos explorado para localizar el origen de los Alemán de Gran Canaria es el curioso apellido Guillama de Luisa, una de las hijas de Juan Alemán y Juana Melián, apellido que esta transmite a algunos de sus descendientes. Guillaume es sin duda un nombre francés y nuestra sospecha inicial era la de que el primer Alimán de las islas de realengo pudiera ser “un hombre de las islas” (de Fuerteventura) que en determinado momento se traslada como repoblador con su familia. Es el caso del majorero Francisco Guillama, repoblador de Tenerife, no conquistador como algunos dicen, que obtuvo importantes repartimientos en Taganana, Tegueste, Tacoronte y El Sauzal.
El siguiente texto extraído del libro de Serra Rafols y Cioranescu Le Canarien: Crónicas francesas de la conquista de Canarias nos informa de un soldado del ejército betancuriano cuyo nombre podría resultar relevante para explicar el origen de este apellido:
“Entre los conquistadores aparece un Guillaume d’Allemagne o de Alemania a quien el autor de la crónica hace hablar en un idioma diferente del francés…Nos inclinamos a pensar que por Guillaume de Alemania se debe entender el mismo Guillaume que decían le Flamand o el Flamenco, servidor de Bethencourt”.
No creemos sin embargo que sean los descendientes del conquistador Guillaume de Alemania, quien había formado parte un siglo atrás del ejército normando, los que expliquen la implantación del apellido Alemán en Gran Canaria y Tenerife tras su irrupción como repobladores tardíos. Los Alemán de ambas islas que hemos rastreado se relacionan en todos los casos con mercaderes de origen borgoñón por lo que debemos volver a la hipótesis inicial.
BALANCE DE LAS PESQUISAS
Como conclusión provisional, hemos de decir que los pobladores de apellido Alemán provenientes de Andalucía, bien porque eran judeoconversos, bien porque eran sencillamente de lengua y cultura francesas en tiempo de guerra entre ambas coronas, fueron acosados y como consecuencia de ello tuvieron que abandonar las islas o cambiar el apellido de su descendencia para evitar las persecuciones. Hubo sin embargo una notoria excepción a estas reglas que explica la presencia de este apellido en Canarias que vamos a desarrollar en la segunda parte de este artículo.
Hoy en día, de las 8000 personas que en España portan el Alemán como primer apellido casi 5000 residen en las Islas Canarias, radicados en su mayoría en Gran Canaria, y más concretamente, consultando el listín telefónico, en los municipios de la comarca del sureste que se corresponden con el Señorío Episcopal. A continuación, proporcionalmente hablando, tienen también una importante presencia en las ciudades de Telde, aunque hemos comprobado que en el libro primero de bautismos de dicha localidad (1503-1552) no aparecen registros con dicho apellido por lo que estos deben proceder de Agüimes, y también en Las Palmas, contándose con los dedos los del resto de la isla, excepto los de Arucas donde existe un núcleo familiar algo más extenso.

ADDENDA 13/08/2013
Reconsideraciones a partir de dos hallazgos en una escribanía de Tenerife:
El primero es un protocolo firmado por Lorenzo Ordoño dictado el 7 de Diciembre de 1523 ante el escribano Alonso Gutiérrez que dice:
"Lorenzo Ordoño, vecino de Gran Canaria, da poder general a su hermano Pedro Cervantes  y a Lucía de Cervantes, su legítima mujer, que están en la isla de Gran Canaria"
En el segundo Lorenzo Ordoño interviene en la misma fecha y ante el mismo escribano como testigo en el siguiente contrato:
"Francisco Guillama, vecino, debe a Alonso de Jaén, vecino, 4521 mrs. por ropa,  a pagar a mediados del mes de julio de 1524. Testigos: Lorenzo Ordoño, Juan de Armas, vecinos, y Rodrigo Roldán,estante"
Del primero recogemos la sorprendente noticia de que Pedro de Cervantes es hermano de Lorenzo Ordoño, probablemente aquel que recibió el legado del deán Bermúdez que podríamos de este modo situar en Fuerteventura. Es por tanto un tío abuelo de Juana Melián el que se hace cargo de su dote y no un hermano de su madre como habíamos supuesto. Aunque es curioso que hermano y esposa lleven el mismo apellido por lo que quizá haya un error de interpretación del que transcribe y realiza el extracto del protocolo.
Del segundo confirmamos que la relación de los Alemán con los Guillama viene  a través de Juana Melián y no de su esposo. El  abuelo materno de Juana, Lorenzo Ordoño, Francisco Guillama y Juan de Armas, repobladores de Tenerife que proceden de Fuerteventura, mantienen al menos una relación de negocios.

La segunda parte de este artículo versará sobre la descendencia de Juan Alemán el viejo, incluyendo un extracto de su testamento y también un nuevo cuadro con la continuidad del linaje estudiado hasta llegar a nuestros días. Si en el cuadro actual se hace el recorrido a partir de Gaspar Ordóñez, en el próximo lo haremos a partir de la figura de Melchor Ordóñez.