JUAN R. GARCÍA TORRES
Manuel Lobo en su obra La Conquista de Gran Canaria, en el capítulo Los jefes de la
hueste, nos traslada acerca del personaje histórico conocido como Deán Juan
Bermúdez, las siguientes notas:
“Dice Sedeño de este religioso que era
caballero natural de Sevilla, hombre de buen juicio; se incorpora junto con
Juan rejón en la primera armada que se organiza en Sevilla. Vino nombrado por
el Obispo Juan de Frías como representante de la Iglesia en misión de
conquistador y evangelizador, acompañado de su hermano Ordoño Bermúdez. Fue uno
de los enemigos más constantes que tuvo Juan Rejón, implicado en la oposición
junto con Pedro de Algaba... Después del apresamiento y muerte de este, el deán
fue desterrado a Lanzarote. Se dice que en 1480 participó en la conquista de
Granada y que en 1488 fue nombrado deán de la diócesis de Málaga donde murió
entre 1502 y 1508”
Navegando por la red hemos encontrado una
curiosa polémica acerca del papel jugado por el Deán Bermúdez en la Historia de
Canarias en una publicación antigua, nada menos que de 1792, titulada Conversaciones históricas malagueñas escrita
por el Presbítero Cecilio García Leña.
“Por lo que consta en el archivo de esta
catedral (Málaga) se ven las muchas equivocaciones y calumnias que contra el
decoro y buena fama de nuestro Deán esparció Viera y Clavijo en su Historia de
las Islas Canarias. Allí dice que en 1480 fue sentenciado Pedro de Algaba a perder
la cabeza en un cadalso y el deán Bermúdez a destierro perpetuo de la isla por
amotinador y sedicioso; y el desterrado don Juan Bermúdez, manchado de la
sangre de los canarios, fue recibido en Rubicón como un San Juan Crisóstomo,
bien que algunos días después perdió la vida, devorado de pesadumbres, y antes
dice que era un eclesiástico faccionario y de malas costumbres, inquieto,
traidor,…Sin más que esto, se ve lo nada instruido que estaba este autor en la
vida de nuestro deán cuando pone su muerte en Rubicón, año 1480, sin saber que
los Reyes Católicos honraron su fidelidad y servicios con varios repartimientos
y con el deanato de esta catedral (Málaga) que obtuvo hasta el 1508. En mayor
prueba de la fidelidad con que nuestro Deán Bermúdez sirvió a los RR. CC. en la
conquista de Gran Canaria están los repartimientos de heredamientos de viñas y
tierras que en ella le dieron sus altezas en premio de sus buenos servicios.
Así consta en una escritura de donación irrevocable que hizo de ellos a su
sobrino Pedro Bermúdez, hijo de Ordoño Bermúdez, su hermano difunto, la que
otorgó en Málaga ante Antón López en 19 de octubre de 1502”
Comentarios sobre el debate planteado:
-La defensa que hace el presbítero malagueño
de su aguerrido deán trayendo a colación los repartimientos ganados en la
conquista de la isla no discrimina el hecho de que recibieron igualmente
tierras todos los participantes en la guerra así como multitud de repobladores
con el simple compromiso de formar familia y avecindarse. Dando por sentado que
obtuvo repartimientos, no creemos que dichas tierras estuvieran situadas en el
Señorío Episcopal de Agüimes puesto que en los protocolos de su escribanía no
han quedado huellas del sobrino al que lega sus propiedades canarias. Aunque
hay continuas referencias en los protocolos a las tierras del deán estas se
refieren al sucesor de Juan Bermúdez, Zoilo Ramírez.
-El deán Juan Bérmúdez, a pesar del cargo
que ostenta y de los repartimientos obtenidos, no parece haber sido de la
entera confianza del Obispo Juan de Frías quien, por su edad y ocupaciones, se
vio obligado a delegar en él las tareas militares y espirituales de su
diócesis. Nuestros datos indican que Juan de Frías fue Obispo de Rubicón entre
1474 y 1483, año en el que fallece. Sin embargo podemos atestiguar que el deán
ostentaba ese cargo con anterioridad, durante el obispado de Fray Juan de
Sanlúcar (1470-1474), como así se comprueba en el siguiente protocolo rescatado
por Francisco Morales
Padrón del Archivo de Sevilla (AEA nº7) de 9 de julio de 1472:
“El bachiller Marcos de la Cuadra… e don
Juan Bermúdez (Deán de Rubicón, vesyno de Sevilla) deben a Juan de Madrid 12
quintales de buen aseyte de olivas…” (F.S.P s/f)
-Es sabido que las continuas disensiones
entre Rejón y Bermúdez durante la primera fase de la guerra de conquista
(1478-1480), agravadas con el nombramiento como primer gobernador de Pedro de
Algaba, fueron determinantes en el fracaso de las primeras campañas. Si el
duunvirato fue mal, el triunvirato acabó como el rosario de la aurora.
-Algaba, como sabemos, fue llevado al
cadalso y degollado por sus presuntas y no probadas negociaciones con los
portugueses, hábil excusa para quitarlo de en medio, a la par que se le acusaba
de tiranía, afrentoso lenguaje y avaricia, pecados a los no era ajeno ninguno
de los contendientes.
-Bermúdez, aunque amparado por su condición
clerical y por la presencia de su hermano, el capitán de gentes de a caballo
Ordoño Bermúdez, fue obligado a dejar la isla para dedicarse a tareas
espirituales y militares en otro frente: el de la guerra de Granada. Una vez
acabada esta, ejercerá efectivamente como deán en el Obispado de Málaga hasta
su muerte acaecida antes de 1508.
-Y Juan Rejón, por último, aunque se le
restituye inicialmente en su puesto al frente de
la conquista, muy pronto va a
ser defenestrado por los reyes por la suma de sus errores, entre otros, su
larvado conflicto con los señores de las islas que será determinante de su
muerte a manos de las mesnadas indígenas de Hernán Peraza, tras su desembarco,
no fortuito, en La Gomera.
El capitán Juan Rejón, despótico personaje que desterró al deán |
-A favor del panegirista malagueño diremos
que Miguel Ángel Ladero en sus Cuentas de la Conquista de Gran Canaria nos
aporta una prueba indiscutible del reconocimiento real al noble hidalgo Juan
Bermúdez. Consta en dichas cuentas que, en 1484, el año posterior a la
capitulación, el contino regio Antonio de Arévalo anota el pago, “a cuenta de
lo que ha de ver”, de seis mil maravedíes a favor del deán. En el renglón
siguiente se contabiliza el pago de ocho mil maravedíes al mismísimo Alonso de
Lugo con lo que se confirma, al más alto nivel, que nuestro personaje obtuvo
importantes réditos de su fracasada aventura canaria.
-El deán Bermúdez, según Millares Torres,
había sido nombrado capitán de la conquista en virtud de sus dotes militares y,
asimismo, en virtud de su conocimiento de la lengua y costumbres de los
canarios. Quizá ese conocimiento lo obtuviera del contacto con sus fieles de la
iglesia lanzaroteña de San Marcial de Rubicón, pues se sabe que viajó
repetidamente a las islas. Entre aquellos fieles pudo estar la mismísima Luisa de
Betancor (la
guayarmina Tenesso) a quien probablemente bautizara y
dirigiera “espiritualmente”.
B.
ORDOÑO BERMÚDEZ Y SU DESCENDENCIA
Es uno de los hermanos del Deán, Ordoño Bermúdez, quien ocupa la primacía en el cuadro
genealógico que hoy les mostramos. Esto es lo que Cebrián Latasa nos dice, en
su Diccionario de conquistadores, acerca de este singular personaje:
“Abreu Galindo lo da como conquistador de
Gran Canaria y noble hidalgo. Hermano del deán Juan Bermúdez …dejó sucesión en
dicha isla. Murió antes de 1502. Uno de sus hijos, Pedro Bermúdez, el 19 de
octubre de 1502 recibió en donación los bienes del deán. Otro, Lorenzo Ordoño,
casó con Lucía de Cervantes y fundaron familia estable en la isla. AHPLP”
Conjeturamos que Ordoño Bermúdez debió tomar
partido por el partido de su hermano en el famoso cabildo que recoge Abreu
Galindo en el que se negocia qué hacer con Juan Rejón si este regresa de
Castilla, en el que se llega al acuerdo de no permitir su entrada. Así nos lo
cuenta Marín de Cubas en su Historia de las siete islas de Canaria:
“Sabidas en Castilla las revueltas que había
en las islas se nombró por capitán y almirante de cuatro navíos con gente de
guerra a Pedro Fernández
Cambrón y por obispo del Rubicón, que viniese a Canaria a las composiciones de
Juan Rejón, a Juan de Frías…Llegó a Canaria a dar fondo en el puerto de las
Ysletas día doce de agosto; fue bien recibido como deseado de todos el obispo y
bien hospedado del deán y del gobernador…tractose sobre la prisión de Juan
Rejón, si fue o no justa, hubo sobre ello varios largos pareceres y consultas y
formose de ello cabildo porque se halló instrumento
que trae el padre fray Juan
Galindo en su manuscripto de conquista: en la torre del Real de las Palmas se
hallaron presentes el obispo don Juan de Frías, que alegaba en la persona de
Juan Rejón, el deán Bermúdez y Pedro Algaba en sus razones y los que se siguen:
Pedro Hernández,
almirante de la mar, Alonso Jáimez, alférez mayor, Hernán Peraza de Herrera, el
capitán Ordoño Bermúdez primo del deán, el capitán Alonso Fernández de Lugo,
Francisco de Espinosa y otros caballeros, el alcalde mayor esteban Pérez de
Cabitos y alguacil mayor Esteban de Valdés ante Pedro Angelo escribano en dicho
día doce de agosto…”
Playa de Cabrón (referido al conquistador Pedro Cabrón) y bahía de Gando |
Es bien conocido que el acuerdo adoptado no
pudo cumplirse puesto que el avieso Juan Rejón, entrando a hurtadillas en El
Real después de haber desembarcado de noche, impuso su presencia por la fuerza
de las armas y de la cédula real que lo restituía en su puesto en una sonada
aparición que Marín de Cubas describe de este modo:
“El día 3 de la Cruz de mayo estando el deán
diciendo misa en San Antón al tiempo de sanctus, muy descuidado de semejante
caso, entró en la iglesia con su guarda a la puerta y habiéndose arrodillado
dio una risotada muy grande de manera que en la iglesia se levantó un gran
bullicio hasta acabar la misa, momento en el que (Juan Rejón) prendió y puso en
fierros al gobernador Algaba, el cual no acertó a decir palabra, y al deán, que
salió de la sacristía tartamudeando, temblándole manos y pies, le prendió
también y el ser sacerdote le valió la vida…”
Del tal Ordoño Bermúdez, hermano del deán,
no primo como dice Abreu, postulamos que no debió padecer represalias pues
consta en Marín de Cubas que como capitán de a caballo fue uno de los
fundadores del Telde colonial, ciudad que hoy le dedica una calle. En uno de
los testamentos de Inés Peraza, sin embargo, el dictado en Sevilla en 1482, la
Señora de las Islas lega diez mil maravedíes a Inés, hija de Ordoño, con la
condición de que sirva tres años más a Constanza Sarmiento, una de sus hijas,
lo que nos hace pensar que la suerte del capitán pudo estar más ligada al
Señorío de Canarias después del destierro de su hermano.
Un hijo de Ordoño Bermúdez llamado Lorenzo Ordoño contrajo matrimonio con Lucía
Cervantes, también sevillana, hija de un supuesto conquistador de dicho
apellido que no consta en la nómina realizada por Manuel Lobo. En el Registro
del Sello (documento nº 58) tenemos constancia, no obstante, de que, a 13 de
abril de 1480, se otorgan poderes en Toledo a un alto dignatario de la
Hermandad de Andalucía que lleva dicho apellido:
“Comisión y poder cumplido a Diego de Merlo,
asistente de Sevilla y al cronista Alonso de Palencia, ambos del Consejo Real y
a Pedro de Cervantes, diputado provincial de la Hermandad, y a Juan de Lugo,
vecinos de Sevilla para que entiendan en todo lo concerniente a la conquista de
Gran Canaria y puedan enviar navíos, gentes y mantenimientos a dicha conquista
con respaldo real”. El Rey y la Reina.
Estaríamos pues con Pedro de Cervantes, más
que probable familiar de Lucía, ante un conquistador en el sentido amplio del
término que incluye no solo a los que guerrean sino también a los que colaboran
financieramente con los ejércitos reales y su mantenimiento. Un deudo del tal
Pedro de Cervantes que lleva su mismo nombre, clérigo de profesión, fue, por
decisión real, presentado para el cargo de racionero de la Iglesia de Canaria
en 1509; en 1518, el Rey emitirá de nuevo una carta al obispo de Canaria
proponiéndolo esta vez, es decir designándolo, para una canonjía de la misma Iglesia Catedral.
En 1522, por fallecimiento de un tal Diego de Cervantes, se presenta un nuevo
clérigo para hacerse cargo de una capellanía que este había dejado vacante.
Tenemos pues a principios del XVI al menos a dos Cervantes como prebendados de
dicha Catedral, probables familiares entre sí y del que, tiempo atrás, había
sido Arzobispo de Sevilla: don Juan de Cervantes y Bocanegra (1382-1453).
Uno de los dos, presumimos que Pedro, el
primero de los citados, es el canónigo que otorgará dote en especie (una jurria
de cabras majoreras) para el casamiento de su sobrina Juana Melián, la esposa
de Juan Alemán el viejo. Colegimos por tanto que el tal Pedro Cervantes es
hermano de Luisa Bermúdez e hijo de Lucía Cervantes y Lorenzo Ordoño. El hecho
de que uno de los hijos de Juana Melián se llame igualmente Pedro Cervantes es
un firme respaldo de esta deducción.
Otra mujer que porta este ilustre apellido
puede quizás contribuir a explicarnos “la conexión majorera” de los Cervantes y
de su descendencia. Se trata de doña Violante de Cervantes, primera esposa de
Sancho de Herrera el viejo, gobernador de Fuerteventura, hijo del
autodenominado rey de las islas Diego de Herrera y de su esposa Inés Peraza. De
la tal Violante,
nos refiere Peraza de Ayala en uno de sus estudios genealógicos, que era
sobrina del citado cardenal de Sevilla y que no tuvo descendencia de su
matrimonio por fallecer tempranamente.
El matrimonio entre Lorenzo Ordoño y Lucía
Cervantes sí tuvo descendencia, y numerosa, como se refleja en el libro primero
de bautismos de la Catedral de Las Palmas, ciudad en la que les nacieron: Juana
en 1504, María en 1507, Gaspar en 1510, Baltasar en 1512 y Catalina en 1519. No
hay constancia sin embargo en este libro del nacimiento de Luisa Bermúdez,
nuestra ascendiente, pero no dudamos que el evento se produjo en torno al
cambio de siglo, no sabemos bien si en Sevilla o en Las Palmas. Hacemos esta
deducción a partir del hecho contrastado de que una hija de Luisa, llamada
Juana Melián Ordoño, casó alrededor de 1540 siendo entonces muy joven pues tuvo
al menos once hijos de su matrimonio con Juan Alemán el viejo, tal y como
consta en el testamento que dicta su marido en 1590. Ella habría nacido por
tanto en torno a 1520, por lo que Luisa Bermúdez, su madre, debió nacer en
torno al 1500.
Luisa Bermúdez y Ordoño
casará con otro destacado representante de la colonia andaluza: el sevillano
Hernando Díaz de Morón. Cristina
López Díaz en su artículo Repobladores de las tierras de
Telde y del Señorío de Agüimes nos refiere que son tres los hermanos Díaz
de Morón (Gonzalo, Benito y Hernando) los que pululan por las islas. Del tal
Hernando nos consta su vecindad en Sevilla tal y como se comprueba en el
siguiente protocolo dado en Sevilla a 21 mayo de 1529 en el que Hernando parece
actuar como procurador de causas:
“Luis Mejías (vecino de Sevilla) da poder a
Hernando Díaz de Morón (también de Sevilla) para que cobre a los Inquisidores
de la Isla de Gran Canaria el importe que Juan de Tarifa, (vecino de Sevilla,
estante en dicha isla, que fue preso por mandato de dichos señores y ya
difunto) cobró por la venta en su nombre de unas tierras de pan y azúcar que tenía
en dicha isla; y también para que cobre a Cristóbal de San Clemente y a Juan de
Ceberio las cantidades que le deben tanto de renta de dichas tierras como de
los precios por que las vendió (F.C. 3º, fol 35 v)
Hija de Hernán Díaz de Morón y Luisa
Bermúdez es la ya citada Juana Melián Ordoño que,
como ya dijimos, debió nacer en torno al año 20. Antes
de continuar su línea hay que reseñar igualmente
el nacimiento en Las Palmas en 1538 de Diego, otro hijo de Hernán y su mujer,
aunque no estamos seguros de que esta sea la misma dada la importante
diferencia de edad entre ambos hermanos. Pensamos que sí por cuanto al bautismo
de Diego acuden como padrinos autoridades eclesiásticas tan relevantes como el
Arcediano don Juan Jiménez
y el Señor don Juan de Vivas Maestreescuela de la catedral. Atención
al hecho de que aparece junto a ellos, como madrina, una tal Susana Martín de la que
más tarde hablaremos.
Con Juana se pierde el apellido Bermúdez en
el cuadro que les mostramos y aparece el ilustre apellido Melián, cuyo primer
portador en las islas fue, como es bien sabido, a comienzos del siglo XV, el
conquistador normando Jean Mélian. El que Juana lo porte puede venir dado por
el hecho de que su abuela, Lucía de Cervantes, puede ser la hija de un
Cervantes de Andalucía y de una Melián de Fuerteventura o viceversa, pues nos
consta que Juana lleva al matrimonio extensas propiedades de tierra en dicha
isla que hereda de sus padres.
C.
EL APELLIDO ALEMÁN EN GRAN CANARIA
Juan Alemán el viejo, esposo de Juana
Melián, fue una persona sobresaliente en Agüimes, la Cámara o Señorío Episcopal
que integraba el territorio de los actuales municipios de Agüimes, Ingenio y
Santa Lucía de Tirajana. De hecho, en los años 60 del siglo XVI, Juan llegó a
ostentar diversas responsabilidades comunitarias como la de alcalde de aguas de
la Heredad. Aunque
llegó a ser un importante propietario de tierras y heredero de aguas,
inicialmente tuvo que arrendar tierras de otros para ponerlas en explotación.
El siguiente protocolo datado en Las Palmas en 1552 ante Hernán González nos
avisa de su carácter emprendedor:
“Arrienda Jacomina Arnao, vecina, por poder
que tiene de Cosme Spíndola, su marido, a Juan Alemán, vecino, una suerte de
tierra que se dice la longuera en el término de Agüimes para que la siembre de
trigo…En la suerte pueden haber tres fanegadas de tierra en sembradura”.
Sobre la ascendencia de este personaje,
tronco de los Alemán del sureste, y creemos que de toda Gran Canaria, vamos a
proponer una reconsideración de lo que hasta ahora se ha señalado acerca de su
origen, no sin antes dar por sentado que en el 1500 existen diversas personas
no necesariamente relacionadas entre sí que portan dicho apellido.
Es fácil de entender que esto ocurra por
cuanto Alemán es un gentilicio que designaba a una parte de los habitantes del
Gran Ducado de Borgoña. Dicho ducado, que integraba las tierras del actual
departamento francés de Borgoña y los actuales Países Bajos, constituía un
estado medieval con cierta dependencia del reino de Francia. A principios del
siglo XVI este territorio se partirá en dos mitades quedando la Borgoña
propiamente dicha para el reino de Francia y el Artois o Flandes para la Corona
española. Por entonces, cuando aún estaba unificado, se denominaba alemanes a
los oriundos del Ducado que se correspondían con los Países Bajos de habla
francesa, lo que hoy se correspondería aproximadamente con el reino de Bélgica.
Nada que ver por tanto el significado del término “alemán” en aquellos tiempos
con el que tiene en nuestros días.
Todos los Alemán de la Gran Canaria de
principios del siglo XVI bien fueran estantes o vecinos, en ningún caso
naturales de esta isla, tenían pues en común su origen más o menos remoto en
aquellas tierras. Exploraremos distintas posibilidades:
POSIBILIDAD 1: MERCADERES JUDEOCONVERSOS
Mercaderes fueron sin duda los hermanos Juan
y Martín de Alemán, hijos de Martín Alemán, vecinos de Sevilla, que comercian
con las islas desde finales del siglo XV. El segundo de los hermanos, Martín,
reconciliado por mantener prácticas judaizantes, casado con Beatriz de Toledo,
establecerá su residencia en la Villa de Agüimes, lugar donde fallece en los
años 30 del siglo dejando como herederos de sus inmensas propiedades a sus
hijos Juan de Ayala y María Martínez con los que al parecer se pierde el
apellido.
El protocolo que
les mostramos a continuación, datado en 4 de marzo 1509 en Valladolid
(Documentos canarios en el Registro del Sello), creemos que está referido a
Juan, el hermano mayor del tal Martín, quien no llegó a avecindarse en la isla
aunque la visitaba de continuo:
“Emplazamiento contra Juan de
Tarifa y Juan Alemán, francés, mercaderes estantes en Gran Canaria para que en
un plazo de 120 días comparezcan ante los contadores mayores para declarar en
el pleito que tienen pendientes con Pedro de Alcázar, arrendador de los
derechos del dos por ciento en dicha isla por apelación de Francisco de
Buitrago…a una sentencia del bachiller de la Coba, alcalde de la citada isla
que eximió a Juan de Tarifa y Juan Alemán de las cantidades que adeudaban de
dichos derechos desde el 1 de enero al 26 de mayo de 1508”.
El documento es muy valioso. Nos
dice, entre otras cosas, que existen estrechos lazos entre Juan de Tarifa,
mercader sevillano, y este Juan Alemán, a quien se identifica como francés;
ambos, al parecer, han sido eximidos del pago de determinados tributos por el
alcalde de la isla
Cristóbal de la
Coba. Un año después, a pesar de haber ganado el pleito, el
recaudador de las rentas reales sigue sin cobrar por lo que este demanda de nuevo
el cumplimiento de la ejecutoria real. Nos preguntamos quién era este alcalde y
por qué favorece a estos mercaderes. ¿Formará parte como ellos de la colonia de
judeoconversos que pulula por las islas? La cuestión la resuelve Alberto Anaya
en su artículo Los judeoconversos y la creación de la Inquisición canaria a
través de un documento inédito cuando, en referencia al privilegiado
estatus que algunos conversos mantienen en las islas, dice:
“Los había dueños de ingenios
como, en Gran Canaria,
Gonzalo de Burgos, Alonso Gutiérrez, Juan de Herrera, Alonso
de Matos, Martín Alemán, Cristóbal de la Coba…”
Millares Torres en su obra
Historia de la Inquisición en Canarias (p. 99-100) nos aporta cumplida
información acerca del segundo de los personajes citados, Juan de Tarifa,
condenado en el Auto de Fe de 1530:
“Este era natural de Sevilla y
residente en Canaria, mercader, hijo de Diego de Tarifa, converso, y de
Catalina López, reconciliada. De creer es que, no viendo medios de salvarse y
no queriendo sufrir la pena que le aguardaba, encontró los medios de darse la
muerte en su calabozo, ahorcándose él mismo de una viga, como en efecto así lo
ejecutó. Sus huesos permanecieron en depósito esperando el fallo de su proceso
y, cuando llegó la orden de que fuese relajado, su cadáver encerrado en un
ataúd fue entregado también al brazo seglar y consumido por la hoguera junto a
su estatua. En la sentencia se previno asimismo que sus bienes fueran
confiscados desde 40 años atrás, y sus hijos, por la línea masculina hasta el
segundo grado y por la femenina hasta el primero inclusive, declarados
inhábiles y privados de oficio”.
Se preguntarán los lectores, en
este momento, a cuento de qué viene hablar de Juan de Tarifa cuando estamos
tratando de desentrañar el origen del apellido Alemán en Gran Canaria. Rogamos
paciencia. De los papeles del Marqués de Bute hemos hecho un extracto de la
declaración de una testigo, que sirvió, entre otras pruebas, para incriminar al
mercader sevillano. Han de saber que el fiscal que toma la declaración es el
bachiller Juan de Fullana quien curiosamente, tras la condena, se va a
convertir en el nuevo dueño de las tierras de Aguatona, colindantes con las de
Martín Alemán, que habían pertenecido al reo:
“En 10 de febrero de 1528 la
esclava de Pedro de Escalona María, morisca de piel blanca, vecina de la Ciudad Real de Las
Palmas, citada por el Inquisidor Luis Padilla, declaraba ante el Fiscal en
contra de Juan de Tarifa, que en aquellos momentos era prisionero del Santo
Oficio, diciendo que dos años atrás, más o menos, la esclava morisca de
Juan cocinaba el puchero sin emplear jamón ni tocino…”
Juan de Tarifa estaba pues
detenido desde principios de 1528 y eso explica que poco tiempo antes, en
agosto de 1527, haya firmado un oneroso contrato con el también mercader Luis Fernández, vecino de
Moguer y estante en Gran Canaria. Ante el escribano Cristóbal de San Clemente,
Juan de Tarifa concierta todos sus negocios canarios con Luis Fernández (el padre
del escribano Luis Fdez. Rasco) durante un periodo de 3 años (Protocolo 154 del
libro de Manuela
Marrero La esclavitud en Tenerife). Las
condiciones eran tan desventajosas para el ofertante que más que concertar los
negocios parece estar saldándolos para huir cuanto antes de la ciudad por temor
a ser ajusticiado. La cláusula de dicho contrato que tiene interés genealógico
preferimos copiarla textualmente:
“Luis Fernández tendrá en
la tienda a Juan, sobrino de Juan de Tarifa, de 15 años, sin que pueda echarlo
mientras le sirva bien; en otro caso deberá mandarlo a Castilla si el muchacho
así lo quisiere. Recibirá de salario 25 doblas de oro por todo el tiempo, unos
zapatos, vestidos y camisas hasta 5 doblas, además de la comida y bebida”
¿Puede ser este nuestro Juan
Alemán? Nuestra conjetura es que este muchacho es hijo y no sobrino de Juan de
Tarifa pues es claro que, asignándole un parentesco en tercer grado, lo libra
de la posibilidad de ser inhabilitado en caso de condena. En el libro primero
de bautismos de El Sagrario creemos haber localizado el registro de su
nacimiento:
“A primero de julio, ydem
(1513), baptiso el bachiller Juan Gracia a Juan, criado de Luis
Álvarez, fueron
sus padrinos Juan de Tarifa e Beatriz Sánchez mujer de Alonso Sánchez albardero.”
Inscripción del bautismo |
En el artículo ya citado de
Alberto Anaya se hacen múltiples referencias al mercader Luis Álvarez, amo del
recién nacido, quien llegó a ser almojarife de la isla en 1520. En las
pesquisas realizadas por la Inquisición algunos declarantes lo señalan como
rabino de los judíos y a su casa como sinagoga en Las Palmas a la que acudían
numerosos conversos, entre ellos los Alemán. En dicho artículo se señalan
asimismo las circunstancias de su apresurada huída a Madeira, con la
complicidad del también almojarife Juan de Herrera, cuando Luis Álvarez fue
informado de que venían a prenderle desde Sevilla.
El que en su edad adulta aquel
niño nacido en 1513 pueda llevar el apellido Alemán podría estar relacionado
con la curaduría de alguno de sus socios o deudos borgoñones. Tanto Juan como
Martín Alemán pudieron asumir, puesto que eran socios y cofrades, la tutoría
del joven huérfano tras la inmolación de su padre, del que rápidamente
ocultarían su origen sacándolo de la ciudad de Las Palmas. Mi conjetura es la
de que Martín o Juan Alemán, que tienen asimismo negocios en Tenerife, pudieran
haber trasladado al joven huérfano, dejándolo bajo la custodia de algunos
familiares o amigos de la colonia judeoconversa de dicha isla.
Otra posibilidad que no nos
resistimos a comentar es la de que Juan sea efectivamente un sobrino y ahijado
de Juan de Tarifa y de que su padre haya sido Juan Alemán que en uno de sus
viajes pudo haber empreñado a una de las criadas o esclavas de Luis Álvarez.
POSIBILIDAD 2 CONQUISTADORES
ALEMANISCOS
En el siguiente documento,
datado en 16 de enero de 1500
en Sevilla, hemos rastreado la pista de otro Juan
Alemán con importantes propiedades en Telde que no parece tener relación
familiar con los ya citados:
“Poder de Jácome de Sopranys (mercader
genoves, estante en Sevilla) a Juan Ortiz (mercader, vecino de Sevilla) para
que en su nombre pueda entrar en la tenencia y posesión de un
"yngenio" de fazer azúcar qu'es en la Ysla de la Gran Canaria, en la
villa de Telde (…) e más pueda entrar en posesyón de ocho suertes de tierras de
regadío, de cañaverales (…) que están puestas de cañas las cinco suertes
dellas; que son: las quatro e media suertes en la Vega de la Fuente, de la
dicha villa de Telde, …e la otra media suerte, (…) que se tiene en linde con
tierras de los herederos de Juan Alemán (…); e con las aguas e otras
cosas que las dichas ocho suertes de tierra e cañaverales tienen anexas e
pertenecientes; y las pueda tener por razón que dicho Diego de Cabrera (marido
de Francisca de Betancor, vecino y Regidor de la dicha Ysla de Gran
Canaria) me ovo vendido todo ello … por tributo e censo perpetuo de 200 arrobas
de azúcar blanco, por contrato público que pasó ante Francisco Ruiz de Porras,
escrivano público de Sevilla; y da poder para administrarlo al dicho Juan
Ortiz”. (F. SE., l º, fol. 304 v).
Dada la calidad de las tierras de regadío
que se describen como colindantes a las de sus herederos, situadas en plena
vega teldense, opinábamos que este Juan Alemán, fallecido antes del 1500, podía
ser el conquistador denominado Juan de Alemania citado en las crónicas. Cebrián
Latasa se refiere a este personaje en su Diccionario de conquistadores con
estas notas: de nación francés recibió tierras en repartimiento en el término
de Las Palmas. Su hijo, Juan de Alemania, estuvo casado con Isabel Tamarís,
llamada también Isabel Romera, y fueron padres de Ana, María, Catalina, Carlos,
Rodrigo e Inés nacidos entre 1515 y 1525 (Libro 1º de Bautismos de El
Sagrario).
Sin embargo, en su libro Los primeros
pobladores de Las Palmas, Manuel Lobo y Benedicta Rivero nos cuentan que,
en virtud de una orden real, a principios de siglo, a este último Juan de
Alemania, el casado con Isabel de Tamarís, le fueron secuestrados sus bienes
(casas, oro, plata, azúcar) por ser cosas pertenecientes a súbditos del rey de
Francia. En 1513 sin embargo se ordena la restitución de las propiedades cuando
su procurador acaba por demostrar que residía en Gran Canaria con su mujer y
hacienda desde hacía muchos años.
Por tales razones, nos resulta muy extraño
que este personaje, si efectivamente es el hijo del conquistador, no utilice
tan importante argumento en su defensa para que le sean devueltos los bienes
alzados. Debe tratarse por tanto, como defiende Manuel Lobo, de otro mercader
de igual apelativo que formaría parte de la red mercantil borgoñoña radicada en
Sevilla y que opera en las islas. Lo cierto es que las hijas de Juan de
Alemania que tenemos localizadas en Telde: Ana, Catalina e Inés (Protocolos de
Fernández de Chávez) adoptan el apellido Tamarís de su madre y reniegan del de
su padre.
Quizá el Juan de Alemania que participa en
la conquista pueda haberse asentado en el norte de la isla. Podría
plantearse que quizá este pueda ser el ascendiente del vecino de Gáldar Rafael
Alymán, casado con Teresa de Betancor, personaje del que tenemos unas pocas
huellas documentales: en 1526 es uno de los firmantes del poder para
enfrentarse a los secesionistas de Guía y en 1528 aparece citado en el libro
primero de sepulturas de la Iglesia de Santiago con motivo del enterramiento de
una hija.
En la villa de Guía se instaló uno de los
hijos de dicho matrimonio, a quien impusieron como a su padre el nombre de
Rafael. Este Rafael de Alimán el mozo, casado con Florencia Ruiz, bautizará a
sus tres últimos vástagos en los años 70 del siglo XVI, tal y como consta en el
libro primero de su iglesia que, como sabemos, inicia sus registros en 1569
(Con esto queremos decir que tuvo descendencia anterior no registrada)
Florencia según se señala en el original de la partida de matrimonio es hija de
Álvaro de Mendaña y de la ya fallecida por entonces Francisca Rodríguez
Marentes.
Tenemos pues una segunda posibilidad abierta
en el norte de Gran Canaria y es que el conquistador Juan de Alemania citado en
las crónicas puede ser el origen de los Alemán que prosperan en esta isla.
Reconocemos no tener sin embargo apoyo documental alguno para sustentar esta
teoría. Bien al contrario sabemos que en 1529 un vecino de Gáldar reconoce ante
el escribano de las villas norteñas que debe a Alonso Alemán, almojarife de la
isla, 66 reales de plata nuevos. De nuevo aparece el apellido Alemán, también
en el norte, ligado a la presencia de mercaderes borgoñones que ejercen de
almojarifes por lo que nos planteamos el descarte de esta posibilidad a la
vista de que no hay pruebas de la permanencia de Juan de Alemania en la isla.
Por interés didáctico quizá venga a cuento
reseñar la definición del término almojarife en los textos medievales:
“Almojarife es palabra de arábigo que quiere
decir tanto como oficial que recauda los derechos de la tierra por el rey.. y
este debe ser rico y leal y sabedor de recaudar y aliñar y de acrecer las
rentas y debe hacer las pagas a los caballeros y a los otros hombres según
manda el rey…”
POSIBILIDAD 3: REPOBLADORES “DE LAS ISLAS”
Otra de las vías que hemos explorado para
localizar el origen de los Alemán de Gran Canaria es el curioso apellido
Guillama de Luisa, una de las hijas de Juan Alemán y Juana Melián, apellido que
esta transmite a algunos de sus descendientes. Guillaume es sin duda un nombre
francés y nuestra sospecha inicial era la de que el primer Alimán de las islas
de realengo pudiera ser “un hombre de las islas” (de Fuerteventura) que en
determinado momento se traslada como repoblador con su familia. Es el caso del
majorero Francisco Guillama, repoblador de Tenerife, no conquistador como
algunos dicen, que obtuvo importantes repartimientos en Taganana, Tegueste,
Tacoronte y El Sauzal.
El siguiente texto extraído del libro de
Serra Rafols y Cioranescu Le Canarien: Crónicas francesas de la conquista de
Canarias nos informa de un soldado del ejército betancuriano cuyo nombre
podría resultar relevante para explicar el origen de este apellido:
“Entre los conquistadores aparece un
Guillaume d’Allemagne o de Alemania a quien el autor de la crónica hace hablar
en un idioma diferente del francés…Nos inclinamos a pensar que por Guillaume de
Alemania se debe entender el mismo Guillaume que decían le Flamand o el
Flamenco, servidor de Bethencourt”.
No creemos sin embargo que sean los
descendientes del conquistador Guillaume de Alemania, quien había formado parte
un siglo atrás del ejército normando, los que expliquen la implantación del
apellido Alemán en Gran Canaria y Tenerife tras su irrupción como
repobladores tardíos. Los Alemán de ambas islas que hemos rastreado se
relacionan en todos los casos con mercaderes de origen borgoñón por lo que
debemos volver a la hipótesis inicial.
BALANCE DE LAS PESQUISAS
Como conclusión provisional, hemos de decir
que los pobladores de apellido Alemán provenientes de Andalucía, bien porque
eran judeoconversos, bien porque eran sencillamente de lengua y cultura
francesas en tiempo de guerra entre ambas coronas, fueron acosados y como
consecuencia de ello tuvieron que abandonar las islas o cambiar el apellido de
su descendencia para evitar las persecuciones. Hubo sin embargo una notoria
excepción a estas reglas que explica la presencia de este apellido en Canarias
que vamos a desarrollar en la segunda parte de este artículo.
Hoy en día, de las 8000 personas que en
España portan el Alemán como primer apellido casi 5000 residen en las Islas
Canarias, radicados en su mayoría en Gran Canaria, y más concretamente,
consultando el listín telefónico, en los municipios de la comarca del sureste
que se corresponden con el Señorío Episcopal. A continuación, proporcionalmente
hablando, tienen también una importante presencia en las ciudades de Telde,
aunque hemos comprobado que en el libro primero de bautismos de dicha localidad
(1503-1552) no aparecen registros con dicho apellido por lo que estos deben
proceder de Agüimes, y también en Las Palmas, contándose con los dedos los del
resto de la isla, excepto los de Arucas donde existe un núcleo familiar algo
más extenso.
ADDENDA 13/08/2013
Reconsideraciones a partir de dos hallazgos en una escribanía de Tenerife:
El primero es un protocolo firmado por Lorenzo Ordoño dictado el 7 de Diciembre de 1523 ante el escribano Alonso Gutiérrez que dice:
"Lorenzo Ordoño, vecino de Gran Canaria, da poder general a su hermano Pedro Cervantes y a Lucía de Cervantes, su legítima mujer, que están en la isla de Gran Canaria"
En el segundo Lorenzo Ordoño interviene en la misma fecha y ante el mismo escribano como testigo en el siguiente contrato:
"Francisco Guillama, vecino, debe a Alonso de Jaén, vecino, 4521 mrs. por ropa, a pagar a mediados del mes de julio de 1524. Testigos: Lorenzo Ordoño, Juan de Armas, vecinos, y Rodrigo Roldán,estante"
Del primero recogemos la sorprendente noticia de que Pedro de Cervantes es hermano de Lorenzo Ordoño, probablemente aquel que recibió el legado del deán Bermúdez que podríamos de este modo situar en Fuerteventura. Es por tanto un tío abuelo de Juana Melián el que se hace cargo de su dote y no un hermano de su madre como habíamos supuesto. Aunque es curioso que hermano y esposa lleven el mismo apellido por lo que quizá haya un error de interpretación del que transcribe y realiza el extracto del protocolo.
Del segundo confirmamos que la relación de los Alemán con los Guillama viene a través de Juana Melián y no de su esposo. El abuelo materno de Juana, Lorenzo Ordoño, Francisco Guillama y Juan de Armas, repobladores de Tenerife que proceden de Fuerteventura, mantienen al menos una relación de negocios.
ADDENDA 13/08/2013
Reconsideraciones a partir de dos hallazgos en una escribanía de Tenerife:
El primero es un protocolo firmado por Lorenzo Ordoño dictado el 7 de Diciembre de 1523 ante el escribano Alonso Gutiérrez que dice:
"Lorenzo Ordoño, vecino de Gran Canaria, da poder general a su hermano Pedro Cervantes y a Lucía de Cervantes, su legítima mujer, que están en la isla de Gran Canaria"
En el segundo Lorenzo Ordoño interviene en la misma fecha y ante el mismo escribano como testigo en el siguiente contrato:
"Francisco Guillama, vecino, debe a Alonso de Jaén, vecino, 4521 mrs. por ropa, a pagar a mediados del mes de julio de 1524. Testigos: Lorenzo Ordoño, Juan de Armas, vecinos, y Rodrigo Roldán,estante"
Del primero recogemos la sorprendente noticia de que Pedro de Cervantes es hermano de Lorenzo Ordoño, probablemente aquel que recibió el legado del deán Bermúdez que podríamos de este modo situar en Fuerteventura. Es por tanto un tío abuelo de Juana Melián el que se hace cargo de su dote y no un hermano de su madre como habíamos supuesto. Aunque es curioso que hermano y esposa lleven el mismo apellido por lo que quizá haya un error de interpretación del que transcribe y realiza el extracto del protocolo.
Del segundo confirmamos que la relación de los Alemán con los Guillama viene a través de Juana Melián y no de su esposo. El abuelo materno de Juana, Lorenzo Ordoño, Francisco Guillama y Juan de Armas, repobladores de Tenerife que proceden de Fuerteventura, mantienen al menos una relación de negocios.
La segunda parte de este artículo
versará sobre la descendencia de Juan Alemán el viejo, incluyendo un extracto
de su testamento y también un nuevo cuadro con la continuidad del linaje
estudiado hasta llegar a nuestros días. Si en el cuadro actual se hace el
recorrido a partir de Gaspar Ordóñez, en el próximo lo haremos a partir de la figura
de Melchor Ordóñez.