domingo, 18 de agosto de 2013

PIMIENTA, ORIGEN PORTUGUÉS Y DESCENDENCIA CANARIA

JUAN FÉLIX ESTEVA NAVARRO

Setúbal (Portugal). Foto: wikimedia
La familia Pimienta fue fundada en Tenerife por el portugués Gaspar Pimienta, avecindado en la Orotava que testo en 1579 ante el escribano Alonso Calderón, había casado con Ana Luis, hija de Diego Luis y de Antonia González , naturales de Setúbal en Portugal, ambos fueron antepasados de:
Don Pedro García Pimienta y Mendieta, casado con doña Dorotea Martínez Sánchez, en la Concepción de la Orotava el 5 de Enero de 1701, padres de:
1. Don José García Pimienta, que sigue
2. El reverendo Padre Fray Manuel Pimienta, Provincial de la Orden de San Agustín
3. Don Antonio García Pimienta, casado con Doña Isabel de Oropesa y Villalba, padres de:
Licenciado Don Manuel Ximenez Pimienta y Oropesa, Auditor de Guerra, Síndico Personero general de Tenerife y su alcalde Mayor, casado con Doña Bárbara de Espinosa y Rodríguez, en la Concepción de la Orotava, el 5 de septiembre de 1768, sin descendencia.

sábado, 17 de agosto de 2013

domingo, 11 de agosto de 2013

martes, 6 de agosto de 2013

MOLINA DE GRAN CANARIA. RELACIONES DE PARENTESCO EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX

EUGENIO EGEA MOLINA
1. PARENTESCO Y DISPENSA MATRIMONIAL
Con este trabajo proseguimos en la trayectoria emprendida con los Molina en Canarias, plasmada en varias publicaciones previas: 1. Molina de Aragón, en la génesis de los apellidos Manrique de Lara y Molina. Asentamiento en Canarias 2. Familia Molina-Rodríguez de la villa de Moya y 3. Molina en Canarias. Asentamiento en Gran Canaria (se puede acceder a los mismos, pinchando).
Centrados en el presente escrito, abordaremos las relaciones de parentesco de algunos miembros de esta familia en Gran Canaria, durante los siglos XVIII y XIX; localizados principalmente en el municipio de Sta. María de Guía.
Pª Sta. Mª de Guía. Foto: CLópez-Trejo
Para darle cuerpo, nos hemos servido de los expedientes de dispensas matrimoniales,fuentes primarias con interesante y cuantiosa información, convertidos en documentos de inestimable riqueza en la investigación genealógica, portadores de información de varias generaciones de antepasados.
Las alianzas que comentaremos, pergeñarán unas relaciones propiciadas en una sociedad eminentemente agrícola: cerrada, estructurada y limitada; donde los matrimonios estaban determinados por la similitud socio-económica, la cercanía territorial y la disponibilidad; concertados y con autorización paterna. Donde las mujeres pudientes llevaban su dote al matrimonio, cuyo formalismo queda registrado mediante escrituras notariales: tanto la donación por parte de los familiares a la casadera, como el recibo de la misma por parte del marido (...dote a su hija para que case con...). Con esto, amén de vislumbrar estas interacciones, nos ilustra de unas situaciones que en ese tiempo no eran excepcionales. Por supuesto, controlado y supervisado por la iglesia, monopolizadora de estas uniones: única, legalmente reconocida.
Respecto a los casamientos entre parejas con relaciones de parentesco, debían ser autorizados por el obispo; para ello, se incoaba un expediente de dispensa matrimonial. Las dispensas para este sacramento, se hacían a partir de un segundo hasta un cuarto grado de consaguinidad o afinidad, así como por parentesco espiritual (padrinos/madrinas).