Profesor de Historia e Inspector Educativo
Continuación
de una serie de artículos anteriormente publicados, que se inician en ALGUNAS CURIOSIDADES GENEALÓGICAS EN TORNO A UNA PROBADA ASCENDENCIA CANARIA DE CINCO SIGLOS (pinchar aquí)
Catalina Hernández de Beatriz de Vega |
Los siguientes artículos versarán sobre los
ancestros en nuestro drago de familia que se corresponden con los Semidanes o
guadartemes de Canaria. Empezamos la tanda con la descendencia de Catalina
Hernández, hija de Fernando Guadarteme y Juana Hernández, y de su primer esposo
Pedro de Vega, el rey. Dejamos atrás sin poder publicarlo, por el momento, el
artículo IV sobre el linaje maternal J2a2 por faltarnos un entronque
fundamental para garantizar la fiabilidad del trabajo.
V. Ascendencia Semidán: Los Vega de Gran
Canaria.
En nuestro poemario La reina de Canaria así
como en la obra escénica Romance de Abenchara hemos descrito literariamente las
trágicas circunstancias del nacimiento de Catalina Hernández un 30 de
septiembre de 1482 en el Alcázar de Córdoba. Su madre, Abenchara Chambeneder,
la reina de Canaria, embarazada de varios meses, había sido apresada por las
tropas castellanas en una de sus incursiones desde el fuerte de Agaete y posteriormente embarcada muy malherida, doliente a la muerte dicen las
crónicas, con destino a la
Península. En la corte cordobesa dará a luz a una niña a
quien bautizan con el nombre de Catalina. En su bautizo estuvo presente el
padre de la niña, Tenesor Semidán, que se había entregado a los invasores meses
antes al haber perdido la legitimidad como rey o guadarteme tras la
desaparición de su esposa.
Su primer viaje a la península se realiza en
el verano de 1482 habiendo regresado a su isla a principios del otoño para
ponerse al frente de tropas auxiliares indígenas que participan en la conquista
de su propio reino. Es evidente que dicha participación está directamente
relacionada con el rapto de su esposa y la extorsión a la que es sometido el
rey canario que lo induce a colaborar con los ejércitos que invaden su isla.
En el mismo Alcázar de Córdoba, un año
después de dichos acontecimientos, en agosto de 1483, su esposa y su hija le
van a ser entregadas finalmente a don Fernando Guadarteme quien, en su segundo
viaje, ha retornado a la ciudad califal después de la capitulación de Ansite en
la que ha tenido un decisivo protagonismo al convencer a los suyos de la
imposibilidad de la resistencia ante las superiores fuerzas castellanas.
Un tercer viaje de Fernando Guadarteme a la Corte se realiza en 1487. Esta vez va acompañado de sus hijas Margarita y
Catalina para pedir la liberación de su madre, Abenchara o Juana Hernández. La
que fue reina o guayarmina de Canaria y exesposa de Tenesor ha vuelto a ser
capturada por el infame Pedro de Vera acusada de complicidad en la deserción de
su nuevo marido. En esta ocasión ha sido encadenada como esclava y vendida a un
mercader de Jerez. Con motivo de aquel viaje, Catalina, que contaba en aquel
momento con cinco años, se va a quedar en palacio como menina al servicio de la infanta María,
recibiendo allí la educación cortesana y religiosa de la familia de los Reyes
Católicos.
Después de más de una década en la corte,
tras el matrimonio de la
infanta María con el rey de Portugal, Catalina regresa a las
islas y se desposa con el conquistador leonés Pedro de Vega con quien tiene al
menos dos hijos varones: Luis y Juan de Vega. Juan hace carrera religiosa y no
tiene descendencia. Luis
de Vega es pues el que continúa el exitoso linaje grancanario
de los Vega a través de sus dos matrimonios:
- el primero con Leonor de Quintana, hija
del conquistador Juan de Soria y de su esposa indígena María González, con
quien tiene como hijos a Juan, Pedro, María y Antón de Vega Quintana.
- el segundo con Antonia Palomares Cerezo
hija del genovés Pantaleón Palomar y de su esposa la portuguesa María
Álvarez, con la que procrea a sus hijos Gaspar (que fue fraile), Luis, Catalina
y Pantaleón.
Como pueden ver en el anexo final Pantaleón,
que nace en torno a 1540, es el que sigue la línea que llega hasta el autor de
este artículo a través de su casamiento con Inés de Montesdeoca, nieta del esclavista
Vicente de Montesdeoca al que ya hemos dedicado los dos primeros artículos de
esta serie de curiosidades genealógicas.
A partir de este matrimonio, la saga de los
Vega se extiende por toda la geografía insular desde las medianías del norte en
torno al Guiniguada, en cuyas riberas los recién casados cuentan con numerosas
propiedades, no por derecho de conquista como ya hemos señalado, sino por
inversión de las ganancias obtenidas en el comercio de esclavos por el primero
de los Montesdeoca.
Gracias a la extraordinaria labor realizada
por el genealogista Miguel
Rodríguez Díaz de Quintana podemos completar a partir de aquí
la descendencia de dicho matrimonio que propaga el apellido Vega en todas
direcciones: Ana, Francisco, Juan, Luis, María (no Miguel como se introduce por
error en la transcripción del testamento de su madre pues este es el nombre de
su marido), Antonia y Blasina.
De Blasina, la más pequeña conservamos su
partida de nacimiento en 1584 en la Iglesia de la Vega de Santa Brígida, y también
su dote y su matrimonio con Alonso Rodríguez. Asimismo conservamos como ya
hemos dicho una copia del testamento, fechado en 1581, de su madre Inés de
Montesdeoca como parte del expediente 1578 de la Real Audiencia
sobre un litigio por los derechos sobre una capellanía.
En la actualidad, según el Padrón de enero
de 2011, nacidas en la provincia de Las Palmas hay unas dieciséis mil personas
que tienen el Vega como primer o segundo apellido (solo 900 en la provincia de
S/C de Tenerife). Hay que decir además que una parte importante de la población
grancanaria actual (es difícil cuantificarlo) procede de Catalina Hernández y
de sus siete hijos. En relación a Luis de Vega y los descendientes de su
segundo matrimonio establecidos en La Vega podemos afirmar que prácticamente
todas las familias con raíces en el Guiniguada, de cumbre a costa, enlazan en
algún momento con los descendientes de Catalina Hernández aunque en la
actualidad estos no porten dicho apellido.
En mi caso pueden comprobar cómo el apellido
Vega más próximo lo porta mi padre, Lorenzo Hernández Vega,
quien lo recibe de mi abuela Magdalena Vega Suárez cuya genealogía hemos podido
analizar ampliamente en dos diferentes cuadros ya publicados en los artículos
II y III de estas Curiosidades.
Bco. Guiniguada 1895. Foto Perestelo Daluz FEDAC |
Hemos elegido para ilustrar este artículo
una de las numerosas líneas de las orillas del Guiniguada que nos llevan hasta
Catalina Hernández cuyos eventos están registrados a lo largo de la edad
moderna en la Iglesia de la Vega de Santa Brígida y en época contemporánea en
las Iglesias de San Mateo, valle arriba, o en alguna de las iglesias de Las
Palmas, valle abajo.
Permítanme antes de presentar y comentar
dicho cuadro intercalar unas octavas asonantes de mi propia cosecha, que tratan
de emular al gran Cairasco, recogidas en El drago milenario (Cantos de
mestizaje Ed. Cam-Pds):
Los Vega se comenta que
provienen
de un hidalgo que vino a la
guerra
y la segunda hija del
Guadarteme,
Catalina Hernández por más señas,
nacida en el Alcázar de los
Reyes
Cristianos, en la corte
cordobesa.
Al infame y cruel esposo que le
dieron
lo repudia muy pronto por
pendejo.
Dos hijos antes han salido de su
vientre
que quedan al cuidado de su
padre;
innumerables son sus
descendientes
que medran en las tierras más
feraces
en torno al Guiniguada y sus
afluentes.
Discurre por los Vega una
sangre,
cuyos deudos debieran apreciar,
aflorada de regio manantial.
Del cuadro genealógico elegido
como ilustración queremos destacar para culminar este artículo algunas
curiosidades:
- En los tres primeros peldaños
de la escala observamos como prueba de mestizaje que la sangre indígena canaria (Hernández y
Guadarteme) se mezcla tras la conquista con sangre castellana y leonesa (Vega y
Montesdeoca), y también con sangre genovesa (Palomares) y portuguesa (Álvarez).
- En el cuarto
peldaño se produce el encuentro señalado entre los Vega y los Montesdeoca, dos
linajes mesetarios que se ensamblan con un matrimonio ventajoso que convierte a
Pantaleón de Vega Palomares en un poderoso propietario de tierras y aguas y en
la cabeza de un próspero linaje.
- El nombre de
este personaje se debe a su abuelo materno, el comerciante genovés PantaleónPalomar propietario de las feraces tierras de Agaete que su padre le había
comprado a Alonso Fernández de Lugo. Recordemos la octava real de Cairasco de
Figueroa que hace mención a estos hechos:
Una alta torre en sitio acomodado,
al occidente de Canaria veo,
obra del generoso Adelantado
que a los ilustres Lugo da trofeo.
No lejos della, junto al mar, fundado
se verá el soberano mausoleo
de aquellos caballeros militares,
que el nombre han de ilustrar de Palomares.
-A partir de ese peldaño observamos cómo los primogénitos reciben
el nombre de su abuelo paterno, alternándose durante varias generaciones (siglo
XVII y parte del XVIII) los Pantaleón de Vega con los Alonso Rodríguez, curiosa
costumbre que aunque frecuente en la época resulta sorprendente en las
mentalidades actuales.
-En el siglo XIX se produce el encuentro con el autóctono
apellido Socorro que tiene su origen en la veneración de una familia de La Vega
por la Virgen del Socorro de Tejeda de modo que sus descendientes cambian el
apellido González por el de dicha advocación a la Virgen.
- En el siglo XX, arribados a Las Palmas, se produce el encuentro
con el apellido Domínguez proveniente de Fuerteventura. Dedicaremos más
adelante un capítulo a este apellido por proceder asimismo de linajes Semidán
que fueron protagonistas en la conquista de Tenerife.
- En el siglo XX después de la fracasada aventura cubana de
nuestros bisabuelos Manuel
González y Agustina Domínguez donde nace mi abuela América,
estos regresan a la isla y se establecen primero en la ciudad vieja (Vegueta y
Triana) para después establecerse en los Arenales del istmo, donde iba a nacer,
junto a la playa de Las Alcaravaneras, un buen día de julio de 1955 el autor de
estas líneas.