martes, 26 de marzo de 2013

REPOBLADORES DE LAS TIERRAS DE TELDE Y EL SEÑORÍO DE AGÜIMES (PARTE II)

CRISTINA LÓPEZ-TREJO DÍAZ
orcid.org/0000-0003-4409-9260

Para ir a la parte I pinchar aquí

Recreación de la vida de Agüimes
En 1486, Agüimes fue cedido por los Reyes Católicos a la Iglesia en pago por la contribución dineraria que hiciera el obispo don Juan de Frías a la conquista de Gran Canaria. La Cámara Episcopal mantuvo el poder durante cuatro siglos hasta la Ley Desamortizadora en 1837. El de Agüimes era un Señorío territorial y jurisdiccional, donde el Prelado y sus sucesores eran dueños absolutos de las tierras y de sus frutos, pudiendo arrendar, cobrar la renta y todas las otras cosas del lugar y Heredamiento de Agüimes. Asimismo, les correspondía el derecho de nombrar al alcalde, juntamente con otro de nombramiento real, teniendo, por tanto, dos alcaldes, uno ordinario nombrado por el obispado, y otro real nombrado por el Cabildo y cuyas funciones debían ser compartidas entre ambos. Durante tres siglos, Agüimes fue un lugar privilegiado por su calidad de feudo episcopal por lo que fue creciendo sumido en un profundo ambiente religioso. Los indígenas, ya bautizados con nombres castellanos seguían celebrando, a escondidas, sus ritos religiosos en Guayadeque, temerosos de que los pillaran. Para evitar suspicacias, entre ellos se saludaban con la frase que aún continúa en nuestro vocablo de “adiós cristiano”. Debemos recordar la presencia de la Inquisición la cual estuvo activa durante cuatro siglos, desde el siglo XV hasta principios del XIX, y como institución garantizaba la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. Pronto Agüimes fue adquiriendo protagonismo, no solo por ser Señorío del Obispado sino por la fertilidad de sus tierras, por sus puertos y pesquerías, por sus prados y por las ricas aguas que emanaban de la tierra y que hacían posible el regadío lo cual le conviertía en una zona apetecible para los nuevos pobladores.
Con el objeto de rentabilizar la conquista se establecen distintos ingenios de azúcar en la isla. En Agüimes, a Juan Matos el cual pertenecía al séquito personal del Obispo, le tocó en el repartimiento un llano conocido como “El Valle Real de Aguatona”. Aprovechando el curso de agua, su hijo Alonso de Matos construye un ingenio de azúcar. Con él comienza un mercado floreciente de azúcar con Europa.

viernes, 22 de marzo de 2013

APELLIDOS DE ANTIGUOS POBLADORES DE MOYA. SIGLOS XVI-XVIII (IV)

EUGENIO EGEA MOLINA
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OJEDA
Toponímico, tomado del nombre de la villa burgalesa del mismo nombre.
Vivienda en el casco de Moya. 2009
En el primer libro de casamientos del Sagrario Catedral de Las Palmas, en los primeros años después de la conquista, aparecen las inscripciones de CRISTÓBAL DE OJEDA con Inés Ribera (1513) y JUAN DE OJEDA con Catalina Ramírez (1515). En 1547, PEDRO DE OJEDA consta como propietario de tierras en Tejeda.
En la primera mitad del siglo XVII, se localizan en Teror a ISABEL DE OJEDA, hija de Matías Lorenzo Gutiérrez, herrero de profesión, e Isabel de Ojeda; siendo su cónyuge el portugués FRANCISCO DE GRANADOS.

miércoles, 20 de marzo de 2013

ANCESTROS SEMIDÁN: ADARGOMA Y LOS DOMÍNGUEZ DE TENERIFE Y FUERTEVENTURA (DE CHASNA A TESEJERAGUE)

ROBERTO y FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA, profesores de Historia y 
JUAN RAMÓN GARCÍA TORRES, genealogista


A. ADARGOMA Y LA BATALLA DEL GUINIGUADA
Adargoma. Manuel González Muñoz
En los tres primeros peldaños de la escala genealógica que adjuntamos como anexo a este trabajo, les presentamos, según Nelson Díaz de Frías y su obra Linajes de San Miguel de Abona, a los ancestros de doña Francisca Delgado de Frías (o Delgado Guadarteme). Los padres de Francisca son: Francisco Delgado, un probable descendiente del faycán Guanache cuyo nombre después de bautizado fue Juan Delgado, y Lucía de Frías, hija de Juan de Frías, cuyo nombre nativo desconocemos, y nieta de Alonso de Córdoba, todos ellos guerreros de la compañía canaria que al mando de Maninidra tomó parte en la conquista de Tenerife del lado castellano.
Acerca de Alonso de Córdoba las crónicas nos aportan algunos datos suficientemente contrastados. Su nombre vernáculo era Adargoma (Espaldas de risco) y fue durante el reinado de Egonayga, según Álvarez Delgado, el gobernante del cantón o guayrato de Arucas. Veamos la descripción que de su captura, durante la batalla del Guiniguada a fines de junio de 1478, nos hace Marín de Cubas.

domingo, 10 de marzo de 2013

MORALES, UN ESLABÓN MAJORERO

LOLA GARCÍA CABRERA 

Hace unos años cuando descubrí este interesante mundo de la genealogía, hasta esos momentos desconocido para mí, al iniciar la búsqueda de mis antepasados supe que uno
Panorámica de Agua de Bueyes. Fuerteventura.
de mis abuelos había nacido en Fuerteventura, en el Pago de Agua de Bueyes. La primera vez que pisé ese lugar, del cual no había oído hablar nunca, al llegar pregunté a un señor por qué motivo tenía el pueblo ese nombre. Su respuesta fue la siguiente: “este es el pueblo de la tres mentiras, ni es pueblo, ni hay agua, ni hay bueyes”. Seguidamente le pregunté si había alguien con el apellido de mi abuelo, a lo que me respondió que era raro el que no lo llevaba en el pueblo. Le hice una última pregunta: ¿son parientes todos los habitantes del pueblo que lo llevan? Su respuesta fue: “yo diría que no sólo son parientes los de aquí, sino todos los que en la isla llevan ese apellido”.

jueves, 7 de marzo de 2013

REPOBLADORES DE LAS TIERRAS DE TELDE Y EL SEÑORÍO DE AGÜIMES (PARTE I)

CRISTINA LÓPEZ-TREJO DÍAZ

Iglesia de La Candelaria. Tara-Telde
En 1485 Pedro de Vera lleva a la práctica el reparto de tierras y aguas entre los que habían participado en la conquista. Para ello divide la isla en tres distritos: el de Gáldar (desde el barranco de Aumastel hasta la Aldea de San Nicolás), el de Las Palmas (desde Aumastel hasta el límite con Telde) y el de Telde (Resto de la isla hasta La Aldea de San Nicolás). Todo ello exceptuando Agüimes que era Villa de Señorío de los obispos de Canarias y en la cual la Iglesia se encargaría de dicho reparto. En Telde realiza el reparto a once conquistadores y posteriormente, en 1501 a otros diez conquistadores en el Valle de los Nueve. Las tierras se daban atendiendo a determinadas condiciones que les facultaban para adquirir los bienes entregados, entre las que estaban la obligación de residir en la isla al menos cinco años y la rentabilizacion a través del cultivo, de la tierra entregada.

lunes, 4 de marzo de 2013

ANCESTROS SEMIDÁN: AYMEDEYACOÁN, FAYCÁN Y GUADARTEME DE TELDE

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA
Profesor de Hisoria e Inspector Educativo

Este escrito forma parte de la serie titulada y que comienza en
ALGUNAS CURIOSIDADES GENEALÓGICAS EN TORNO AUNA PROBADA ASCENDENCIA CANARIA DE CINCO SIGLOS (picar aquí) 

Existe una gran confusión en las crónicas acerca del gran Aymedeyacoán. Las certezas se sitúan en que este personaje indígena era hermano del rey Bentagao de Telde y primo del rey Egonayga de Gáldar tal y como se reconoce en la información de nobleza de Luisa de Betancor y sus hijos. Se señala igualmente como certidumbre que tiene por hijos, con una esposa nativa cuyo nombre desconocemos, a la hermosa Tenesoya, a quien dedicaremos un capítulo aparte, y al guayre Autindana.
Faycán de Telde. Dibujo: Luis Arencibia
Reconociendo que no contamos con suficiente documentación de apoyo, nos atrevemos a dibujar un cuadro biográfico algo más amplio de este importante personaje de la familia real indígena canaria.
Ya hemos adelantado que a la muerte de su hermano (parece que de modorra, es decir una simple gripe que sin embargo causó estragos entre la población indígena) Aymedeyacoán pasó de ser el faycán a ser el guadarteme de Telde, probablemente después de desposar a su cuñada por ser ella, la reina, quien debía legitimar su posición. Actuando como tal guadarteme y abrumado por las penurias de su pueblo (la epidemia citada y las hambrunas derivadas de las tácticas de tierra quemada de los invasores: destrucción de cosechas, asalto a los silos colectivos, tala de higueras y palmas, etc.) Aymedeyacoán se vio obligado a entablar paces con el capitán castellano Pedro de Vera quien, en la primavera de 1481, lo envía a la península, en compañía de seis guayres, a rendir pleitesía a los reyes que más tarde serán llamados Católicos.